INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La virtud más meritoria
2.- Pensamientos y sentimientos
3.- Dios y el Universo
4.- Individualización de los Espíritus
5.- ¿Qué sentido tiene el sufrimiento y el dolor humano?
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El apego a las cosas materiales, es un indicio notorio de inferioridad, pues, cuanto más el hombre se apega a los bienes de este mundo, menos comprende su destino.
Por el desinterés, al contrario, él prueba que ve el futuro desde un punto de vista más elevado
"El hombre de bien que, creyendo en su futuro celestial, quiere llenar su vida con nobles y bellas acciones, saca de su fe, la certeza de felicidad que lo aguarda y la fuerza necesaria para sus acciones de caridad, de sacrificio y de abnegación.
Y, por fin, no hay malas inclinaciones, que con la fe, no puedan ser vencidas."
El Libro de los Espíritus, Allan Kardec, cap. XIX, íten 12.
Pregunta Allan Kardec a los espíritus responsables por la codificación, cuál sería la más meritoria de todas las virtudes. De ellos obtuvo la siguiente respuesta que nos sugiere una gran reflexión:
"Todas las virtudes tienen su mérito, porque todas son indicios de progreso, en el camino del bien.
Hay virtud siempre que hay resistencia voluntaria, a ser arrastrado por las malas tendencias.
Mas la sublimidad de la virtud, consiste en el sacrificio del interés personal, por el bien del prójimo, sin segunda intención. La más meritoria es aquella que se basa en la caridad mas desinteresada".
El hábito de hacer el bien
Según los buenos espíritus, esa caridad es espontánea, sin necesidad de lucha interior, en las personas que realizan el progreso. Así, los buenos sentimientos no les cuestan ningún esfuerzo y sus acciones les parecen tan naturales; que el bien se tornó para ellos en un hábito.
Se debe honrar a esas personas, "como a viejos guerreros, que conquistan posiciones".
Como estamos todavía lejos de la perfección, esos ejemplos nos sorprenden por el contraste y lo admiramos, porque son raros.
Sin embargo, en los mundos inter-dimensionales, más avanzados que el nuestro, eso que nos es excepción, es la regla.
El indicio más característico de la imperfección, es el interés personal.
Informan los espíritus orientadores que, en la evaluación de los tribunales de justicia divina (y de la conciencia), fuera la de nuestros defectos y nuestros vicios, sobre los cuales nadie se engaña, el más característico indicio de la imperfección, es el interés personal.
Según nos enseñan, las cualidades morales, son generalmente como un objeto de cobre, que no resiste a la piedra de toque. "Un hombre puede poseer cualidades reales que lo hacen para el mundo, un hombre de bien, pero esas cualidades, aunque representan un progreso, no soportan por lo general ciertas pruebas, y basta tocar la tecla del interés personal, para que se descubra el fondo de su pensamiento".
Indicio notorio de inferioridad
Dicen los espíritus orientadores al pedagogo de Lyon: "El verdadero desinterés, es un hecho tan raro en la Tierra, que se le puede admirar como a un fenómeno, cuando se presenta. El apego a las cosas materiales, es un indicio notorio de inferioridad, pues, cuanto más el hombre se apega a los bienes de ese mundo, menos comprende su destino. Por el desinterés, al contrario, se prueba que mira el futuro, desde un punto de vista más elevado".
Y prosiguen: "A medida que los hombres se aclaren, sobre las cosas espirituales, darán menos valor ha las materiales; en seguida, es necesario reformar las instituciones humanas, que lo entretienen y lo excitan.
Esto depende de la educación".
Es necesario que el egoísmo produzca mucho mal, para hacer comprender la necesidad de su extirpación
El egoísmo, que lejos de disminuir, crece con la civilización, que parece excitarlo y entretenerlo, se presenta como un gran mal. Y cuanto mayor es el mal, mas horrible se torna.
Cuando los hombres se hayan separado del egoísmo que los domina, vivirán como hermanos, no haciendo el mal y ayudándose recíprocamente por un sentimiento fraterno de solidaridad.
Entonces el fuerte será el apoyo y no el agresor del débil, y no se verán hombres desprovistos de lo necesario, porque todos practicarán la ley de justicia.
Ese es el reino del bien, que los Espíritus están encargados de preparar".
El medio de destruir el egoísmo
Por la práctica de la abnegación, se combate el predominio de la naturaleza corpórea, generadora del egoísmo. De esa forma el Espíritu triunfará sobre la materia.
En su lógica irrefutable, esclarecen los bienhechores espirituales que, de todas las imperfecciones humanas, "la mas difícil de eliminar es el egoísmo, porque se liga a la influencia de la materia, de la cual el hombre, todavía muy cerca de su origen, y del cual no puede liberarse.
Todo concurre para mantener esa influencia: sus leyes, su organización social y su educación.
El egoísmo se reducirá con el predominio de la vida moral sobre la vida material, y sobretodo, con la comprensión que el espiritismo nos ofrece en cuanto al nuestro estado futuro real y no desfigurado por las ficciones alegóricas.
El egoísmo se funda en la importancia de la personalidad. Pues el espiritismo bien comprendido, hace ver las cosas desde un punto tan alto, que el sentimiento personal desaparece de alguna forma, ante la inmensidad.
Al destruir esa importancia, o por lo menos al hacer ver la persona como aquello que de verdad es, combate necesariamente el egoísmo".
El principio de la caridad y de la fraternidad, se opone al egoísmo
Es por el contacto, como el hombre experimenta el egoísmo de los otros y que lo torna generalmente egoísta, porque siente la necesidad de ponerse a la defensiva.
En un contexto genuínamente cristiano, los buenos espíritus aseguran que solamente "el principio de la caridad y de la fraternidad debe de ser la base de las instituciones sociales, de las relaciones legales del pueblo para el pueblo y del hombre para el hombre, y este pensará menos en si mismo cuando mire, que los otros lo hacen.
Sufrirá, así, la influencia moralizadora del ejemplo y del contacto".
Explica Fénelon a Kardec: "cara al actual desdoblamiento del egoísmo, es necesaria una verdadera virtud, para abdicar de la propia personalidad, en provecho de los otros que en general no lo reconocen.
Es a esos, sobretodo, a los que poseen esa virtud, a quienes está abierto el reino de los cielos; a ellos, sobretodo, está reservada la felicidad de los elegidos, pues, en verdad os digo, en el día del juicio, quien que no piense sino en si mismo, será puesto de un lado y sufrirá en el abandono".
Lopes para asociacion frat. Estudio elaborado sobre la condensación del cap. XII, Perfección Moral, del Libro de los Espíritus, de Allan Kardec, traducción de J. Herculano Pires, Editora EME.
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS
Tengamos bien presente que el valor engendra fortaleza y el miedo debilidad. Esto es axiomático en psicología. Del valor, nace el éxito en
la vida; del miedo, el fracaso. La persona animosa y alegre, el optimista
y lleno de confianza en sí misma, irradia energía, atrayendo hacia sí las
condiciones favorables para el éxito en lo que se proponga, y una vida
más feliz; mientras que, al desanimado y abatido todo le sale mal, por no
hacer uso de esa energía que en uno mismo existe.
Si no queremos ser víctimas de pensamientos deprimentes y
negativos de toda índole, comencemos por rechazar todo pensamiento
negativo, cultivando sentimientos nobles y elevados, pensamientos positivos y constructivos. Y una vez hayamos adquirido esa sintonía, los
primeros, esos pensamientos impuros, inútiles y perjudiciales, no hallarán entrada ni cabida en nuestra mente; y nos sentiremos más animosos,
felices y prósperos; porque estaremos sintonizando ondas-pensamientos
positivas que son energía vitalizante. Pero, no basta tomar esa actitud
para que todo salga a pedir de boca. Es necesario perseverar, poniendo
en acción la voluntad, que es fuerza realizadora.
Y dada la íntima relación de los pensamientos con los sentimientos, veamos algunos aspectos de estos últimos:
Así como los pensamientos son producidos por la facultad creadora de la mente (humana o espiritual, los sentimientos surgen de la facultad sensorial del alma (humana
o espiritual) e intensificados por la otra facultad del alma humana -la
emocional-. De aquí que, un alma noble y buena, manifestará buenos
sentimientos, porque vibra ya en la tónica del Amor; mientras que, un
alma egoísta o ruin, manifestará sentimientos mezquinos y ruines. Cada
una de estas almas está en un grado de sensibilidad diferente y también diferente es su grado de evolución; pero, mientras que la primera
vive ya momentos de felicidad que esos sentimientos le proporcionan, la segunda vive una vida de amargura, consecuencia de sus sentimientos
mezquinos y ruines, que la mantienen en constante desarmonía psicofísica.
La grandísima mayoría de las personas que carecen de buenos
sentimientos, es más bien por la ignorancia de las ventajas que éstos ofrecen; ventajas espirituales y humanas, que su egoísmo les impide ver. No
viven la realidad de la vida, sino una deformación, y a consecuencia de
esto, no pueden alcanzar esos estados de paz y dicha íntima por estar en
constante desarmonía.
Mantengámonos en armonía.
Tened presente que, la vida debe
ser una constante conquista. Y para ello, necesario es vigilar y controlar
los pensamientos y sentimientos. La mayoría de las personas que viven
de amarguras, ellas mismas son quienes, inconsciente e involuntariamente con pensamientos negativos de temor, recuerdos desagradables,
actitud pesimista, etc.; así como malquerencias, rencores, envidias, celos,
resabios, etc.; amargan su vida tontamente; por lo que es completamente
indispensable expulsar de la mente toda clase de pensamientos y sentimientos negativos, sustituyéndolos por los correspondientes positivos.
Por consiguiente, debemos mantener vigilancia sobre nuestro
pensamiento y sentimiento, porque ellos nos llevan a las actuaciones, y
porque van conformando nuestra vida humana de dicha o desdicha.
Los
sentimientos de amor, de bondad y comprensión, son los que debemos cultivar, son a los que debemos dar preferencia en nuestra vida diaria, ya
que el Amor es generador de armonía y la armonía es indispensable para
una vida mas feliz. Y sólo cuando estemos armónicos podremos sentir
en nosotros ese estado de dicha inefable; indicación de que estamos en
sintonía con la vibración de AMOR que emana de la DIVINIDAD en el Universo todo.
Y a medida que vayamos desarrollando este sentimiento en nosotros, nuestro egoísmo ancestral, que es el causante de nuestras desventuras, irá perdiendo fuerza, debilitándose, a la vez que la desarmonía
psíquica que hace la vida amarga; para dar cabida a la armonía que es
connatural con el AMOR y generadora de felicidad. Esto no es una mística ni una ilusión, es una realidad práctica.
Despertemos nuestro YO
superior y lo comprobaremos.
Y para concluir, debo llevar a vuestro conocimiento que, los sentimientos y pensamientos modifican la configuración del alma humana;
la embellecen o afean.
Así como los sentimientos y la práctica del Amor (en sus diversas manifestaciones) embellecen el alma humana, la utilizan y capacitan
para poder ascender a las moradas de felicidad, planos de dicha al pasar
el umbral del Más Allá; los sentimientos negativos de egoísmo, odio, envidia, rencor, orgullo, etc., etc., la afean y hasta deforman. Y al desencamar arrastrarán esa alma a zonas tenebrosas de sufrimientos o abismos
de desesperación.
Es por ello que, por nuestro propio bien no debemos
dar cabida en nosotros a sentimientos y pensamientos negativos, malsanos; porque nos arrastrarán a moradas de dolor al pasar al Más Allá.
Alimentar sentimientos de amor y pensamientos elevados, constructivos, que son fuerzas armonizadoras y actuarán en nuestro favor y para
nuestro bien.
Sebastián de Arauco
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DIOS Y EL UNIVERSO
Si todo efecto tiene una causa -ha dicho Kardec-, todo efecto inteligente tiene una causa inteligente". He aquí el principio sobre el cual descansa el Espiritismo todo. Este principio, si lo aplicamos a las manifestaciones de ultratumba, demuestra la existencia de los Espíritus. Aplicado al estudio del mundo y de las leyes universales, demuestra la existencia de una causa inteligente en el Universo. Por eso la existencia de Dios constituye uno de los puntos esenciales de la enseñanza espírita. Y yo añado, que es inseparable del resto de esta enseñanza porque en esta última todo se une, coordina y encadena. ¡Que no se nos hable de dogmas! El Espiritismo no los acepta. Él no impone nada; enseña. Toda enseñanza tiene sus principios. La idea de Dios, es uno de los principios fundamentales del Espiritismo.
Se nos pregunta a veces: ¿Por qué nos ocupamos de esta cuestión de Dios si su existencia no puede probarse? Y otras veces: La existencia o no existencia de Dios, no tiene influencia alguna en la vida de las masas, en la vida de la humanidad. Ocupémonos de algo más práctico; no perdamos el tiempo en disertaciones vanas o en discusiones metafísicas.
Pues bien, aunque disguste a los que usan este lenguaje repetiré que el problema de Dios es el problema supremo, el problema vital por excelencia; les contestaré que el hombre no puede desinteresarse de este problema, porque el hombre es un ser. El hombre vive, a él le importa saber cuál es la fuente, cuál es la causa, cuál es la ley que rige su vida. La opinión que se forma de la causa y de la ley del Universo, esta opinión -repito-, quiéralo o no él, que lo sepa o deje de saber, se refleja en sus actos, en toda su vida pública y privada.
Sea cual fuere la ignorancia del hombre referente a las leyes superiores, en realidad es según la idea que se forma de estas leyes, por vaga y confusa que sea, como obra y trabaja. De esta opinión sobre Dios, sobre el mundo y la vida -tener presente que estos tres puntos son inseparables- de esta opinión, decimos, se amamantan, viviendo y muriendo las sociedades humanas. Ella es quien divide a la humanidad en dos campos. Por doquiera se ven familias en desacuerdo, en desunión intelectual, dado que hay dos interpretaciones
fundamentales de Dios: la que el cura ha enseñado a la mujer y la que el maestro ha enseñado al hombre cuando no le ha sugerido la idea de la nada.
Pero estas disputas, estas contradicciones se explican, tienen su razón de ser.
Es necesario recordar que no todas las inteligencias han llegado al mismo grado de evolución; que no todas pueden ver y comprender de la misma manera y en el mismo sentido. Por eso hay tantas opiniones, tantas creencias diversas. La posibilidad que tenemos de comprender, de juzgar, de discernir, se desarrolla lentamente en nosotros, en el transcurso de los siglos, de las existencias. Nuestros conocimientos, nuestra comprensión de las cosas, se completa y aclara a medida que nos vamos elevando en la escala inmensa de los renacimientos. Es cosa sabida: el que está al pie de una montaña no puede ver lo que contempla el que se halla en la cumbre. Pero prosiguiendo su ascensión, el uno ha de llegar a ver las mismas cosas que el otro. Igualmente sucede al Espíritu en su ascensión gradual. El Universo se le revela poco a poco; a medida que su capacidad para comprender sus leyes se desarrolla y engrandece.
De ahí provienen todas las interpretaciones, las escuelas filosóficas y religiosas que responden a los diversos grados de adelanto de los Espíritus que a ellas se afilian y a menudo en ellas se estacionan..
-León Denis-
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INDIVIDUALIZACIÓN DE LOS ESPÍRITUS
¿Cómo los espíritus, no teniendo cuerpo, pueden evidenciar su individualidad y distinguirse de los otros seres espirituales que los rodean?
«Por medio del periespírítu, que los constituye en seres distintos unos de otros, como el cuerpo entre los hombres»^.
. ¿Se conocen los espíritus por haber vivido juntos en la tierra? ¿Conoce el padre a su
hijo, y el amigo a su amigo?
«Sí; y así, de generación en generación».
-¿De qué modo se reconocen en el mundo de los espíritus los hombres que en la tierra se
han conocido?
«Vemos nuestra vida pasada y leemos en ella como en un libro, y viendo el pasado de
nuestros amigos y enemigos, vemos un tránsito de la vida a la muerte».
.
Al separarse de la envoltura mortal, ¿ve el alma inmediatamente a los parientes y
amigos, que antes que ella ingresaron en el mundo de los espíritus?
«Inmediatamente no es siempre la verdadera palabra; porque, como tenemos dicho,
necesita cierto tiempo para reconocerse y sacudir el velo material».
. ¿De qué modo es acogida el alma a su regreso al mundo de los espíritus?
«La del justo, como un hermano querido, a quien de mucho tiempo se esperaba; la del
réprobo, como un ser a quien se desprecia».
. ¿Qué sentimiento experimentan los espíritus impuros a la vista de otro espíritu malo
que llega?
«Los malos se complacen en ver seres semejantes y como ellos privados de la dicha
infinita; como se complace en la tierra uno de vuestros bribones de estar entre sus iguales».
. ¿Salen a veces a nuestro encuentro nuestros parientes y amigos, cuando dejamos la
tierra?
«Sí, salen al encuentro del alma a quien aman, y la felicitan por su vuelta del viaje, si se
ha salvado de los peligros del camino, y la ayudan a desprenderse de los lazos corporales. Es un favor hecho a los buenos el que salga a su encuentro los que les han amado, al paso que es un castigo para el impuro el que permanezca en el aislamiento, o rodeado únicamente de espíritus que le son semejantes»..
¿Los parientes y amigos están siempre reunidos después de lá muerte?
«Esto depende de su elevación y del camino que adoptan para su progreso. Si uno está más adelantado y camina más aprisa que el otro, no pueden estar juntos; podrán verse a veces, pero sólo podrán estar reunidos siempre. cuando puedan caminar juntos o cuando hayan logrado la igualdad de perfección.. Y además, la privación de la vista de los parientes y amigos es a veces un castigo»
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC
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¿QUÉ SENTIDO TIENE EL SUFRIMIENTO
Y EL DOLOR HUMANO ?
¿Los sufrimientos de la vida, son siempre la cosecha de malas siembras ?
No siempre lo son. En este atrasado mundo nuestro, todavía clasificado
como de “Expiación y Pruebas”, el dolor y el sufrimiento son una constante en cualquier lugar del mismo. Las guerras,
los desastres, la pérdida de seres queridos, la miseria, las enfermedades, el
hambre, etc. constituyen un espectro inevitable con el que tenemos que vivir a
diario.
El sentido del dolor tiene difícil
respuesta cuando se trata desde la perspectiva
de una sola y única
existencia humana, sin embargo bajo la
panorámica que se abre con la comprensión de las leyes que rigen la vida, como
la Ley de la Reencarnación, se
pueden percibir unas explicaciones que
evitan caer en estados de rebeldía al no entender los por qué de estas
situaciones penosas y humanamente no deseables.
Estos estados de dolor o sufrimiento no
siempre se presentan a causa de karmas
negativos que debamos afrontar, sino que en muchas ocasiones son pruebas
difíciles y duras que el mismo Ser elige voluntariamente para su propia evolución y se compromete a afrontarlas desde antes de
venir a este mundo, para aprender de ellas en la vida física lecciones importantes y avanzar más rápidamente en su
progreso espiritual, pues
a veces es necesario pasar por ciertas pruebas difíciles como
preparación para otras tareas y realizaciones futuras importantes que necesiten
de nuestra madurez espiritual para
afrontarlas. Estas pruebas difíciles
que veces se plantean en ciertas existencias humanas, son elegidas libremente por el Ser antes de regresar a este mundo, y le son tan necesarias como lo
es la gimnasia y el entrenamiento al
atleta que más tarde quiere alcanzar altas metas en la competición.
En la mayoría de los casos, sin
embargo, el dolor es el seguro resultado
kármico de recoger la cosecha obligatoria de la mala siembra voluntaria que antes se hizo. Pero en
todo caso, el espíritu siempre posee la fuerza y la capacidad suficientes, así
como la ayuda espiritual necesaria, para
superar con éxito las pruebas y circunstancias de la vida, que forman parte
importante de su destino humano para el que vino preparado desde antes de volver
a nacer en este mundo.
Por cada vida que pasemos sin redimir el
karma negativo, ni superar los compromisos aceptados desde antes de encarnar,
cada una de las siguientes existencias humanas irá siendo cada vez más dura
o difícil; por el contrario, en razón de las deudas pagadas en una vida, las siguientes se irán suavizando.
Así llegamos a la conclusión de que el dolor y el sufrimiento humanos,
no son un castigo ni menos aún una venganza divina, sino que en unos casos han sido solicitados por el
propio espíritu antes de regresar a este mundo, para superándolos evolucionar
más rápido, alcanzando estadios más felices en el mundo espiritual, aunque
sepan que humanamente van a tener que sufrir. Otras veces, la mayoría, suponen
tan solo un reajuste de nuestra conducta y una depuración de nuestra alma
enferma y lastrada por actos contrarios a la ley del Amor. Dios no castiga ni
es vengativo, aunque sí que es
infinitamente justo, y nos ama con intensidad infinita; por eso la
expiación no es otra cosa que el tener que experimentar o sufrir pruebas cuyas
causas hemos generado nosotros mismos
y cuyo resultado nos reconduzca al bien,
dejando grabado como a fuego en el Ser,
el recuerdo de las consecuencias negativas que padeció por sus errores para no
volver a incidir jamás en los mismos. Es
un mecanismo que emplea la Justicia Divina como una función reconductora
del Ser por el camino del bien y de su propia
evolución.
Solo el esclarecimiento espiritual puede
apartar a la persona del estado de
rebeldía ante el sufrimiento. La fe razonada en este caso, supone un seguro
escudo ante las aflicciones que tengamos que afrontar. -
- Jose Luis Martín-
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