Programa de hoy:
1.- Olvido del pasado
2.- Pluralidad de mundos: Migración de Espíritus
3.-La riqueza material
4,-Disertaciones espíritas sobre los Espíritus que aun se creen vivos.
5.-Espíritus Superiores
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"Dios nos ha dado para mejorarnos precisamente lo que nos es necesario y puede bastarnos: la voz de la conciencia y nuestras tendencias instintivas y nos quita lo que pudiera dañarnos."
"El hombre al nacer trae consigo lo que ha adquirido; nace según ha querido él mismo; cada existencia es para él un nuevo punto de partida."
En vano se objeta el olvido como un obstáculo para que se pueda aprovechar de la experiencia de las existencias anteriores. Si Dios ha juzgado conveniente echar un velo sobre el pasado, es porque debe ser útil.
En efecto, este recuerdo tiene inconvenientes muy graves; podría en ciertos casos humillarnos excesivamente, o bien exaltar también nuestro orgullo, y por lo mismo, poner trabas a nuestro libre albedrío; en todos los casos, hubiera ocasionado una perturbación inevitable en las relaciones sociales.
El espíritu renace a menudo en el mismo centro en donde vivió, y se encuentra en relaciones con las mismas personas, a fin de reparar el mal que les ha hecho. Si reconociese en ellas a las que ha odiado, su encono despertaría quizá, y en todos casos, se vería humillado ante los que hubiera ofendido.
Dios nos ha dado para mejorarnos precisamente lo que nos es necesario y puede bastarnos: la voz de la conciencia y nuestras tendencias instintivas y nos quita lo que pudiera dañarnos.
El hombre al nacer trae consigo lo que ha adquirido; nace según ha querido él mismo; cada existencia es para él un nuevo punto de partida; poco le importa saber lo que era; es castigado por el mal que ha hecho; sus actuales tendencias malas son indicio de lo que debe corregir, y sobre esto debe concentrar toda su atención, porque de lo que se ha corregido completamente, no queda ya rastro. Las buenas resoluciones que ha tomado son la voz de la conciencia que le advierte de lo que es bueno o malo, y le da fuerza para resistir a las malas tentaciones. Por lo demás, ese olvido sólo tiene lugar durante la vida corporal. Cuando entra en la vida espiritual, el espíritu recobra el recuerdo del pasado; así, pues, sólo es una interrupción momentánea, como sucede en la vida terrestre durante el sueño, lo que no impide que al día siguiente se acuerde de lo que hizo la vigilia y los días precedentes.
No es sólo después de la muerte cuando el espíritu recobra el recuerdo de su pasado; se puede decir que no lo pierde nunca; porque la experiencia prueba que en la encarnación,durante el sueño del cuerpo, cuando goza de cierta libertad el espíritu tiene conciencia de sus actos anteriores; sabe por qué sufre y que sufre justamente; el recuerdo sólo se borra durante la vida exterior de relaciones. Pero a falta de un recuerdo preciso que podría serle muy penoso y perjudicarle en sus relaciones sociales, saca nuevas fuerzas en estos instantes de emancipación del alma, si supo aprovecharlos.
(Desconocido)
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Pluralidad mundos:Migración de Espíritus
1.Uno de los principios fundamentales del espiritismo es el de la pluralidad de los mundos habitados. En la obra de la creación divina, entre los mundos destinados a la encarnación de Espíritus en estado de prueba o expiatorio, se encuentra la Tierra, una de las innumerables habitaciones del ser humano. Evidentemente, existen muchos otros mundos que abrigan humanidades semejantes a la nuestra, no siendo el hombre terrenal el único ser corpóreo dotado de inteligencia, racionalidad y sentido moral en el inmenso Universo.
2.Creado simple e ignorante, dotado de libertad y libre albedrío, inclinado tanto para el bien como para el mal, falible por tanto, el espíritu se sujeta a encarnar y reencarnar, experimentando múltiples existencias corporales en la Tierra o en otros planetas, tantas cuantas fueran necesarias para ultimar su depuración y su progreso. Ese proceso admirable se realiza a través de las emigraciones e inmigraciones de espíritus, o sea, de la alternancia sucesiva y múltiple de las existencias humanas en los dos planos de la vida: el corpóreo y ele espiritual. Todo Espíritu encarnado, cuando vive su cuerpo, está fijado en el mundo en el que encarnó.
3.El desencarnado, pasa a la condición de Espíritu errante, que es exactamente el individuo que aun necesita reencarnar para depurarse y progresar. En el estado de erraticidad el espíritu continua para pertenecer al mundo donde tiene que encarnar, más, no estando el sujeto por el cuerpo, es más libre y puede hasta incluso visitar otros mundos, con la finalidad de instruirse.
4.Las emigraciones e inmigraciones de Espíritus pueden ocurrir también entre mundos diferentes, esto es, los espíritus pueden emigrar de unos para otros planetas. Unos emigran por la fuerza del progreso realizado, que los habilita para ingresar en un mundo más adelantado, lo que es un premio para ellos; otros, al contrario, son desterrados del mundo al que pertenecen, por no haber acompañado el progreso moral alcanzado por la humanidad de ese mundo. El exilio que les es impuesto constituye un verdadero castigo, que la ley de justicia impone a los recalcitrantes del mal, esclavizados al orgullo y al egoísmo.
La raza adámica tuvo su origen en la inmigración de Espíritus
5.Las enseñanzas espiritas aquí resumidas nos enseñan a comprender y a mejor explicar las diversidad de razas humanas y, sobretodo, la existencia en la Tierra de una etnia considerada intelectualmente superior, si es comparada a las otras aquí existentes de las cuales algunas manifiestan aun notoria inferioridad. La etnia blanca existente en la Tierra, llamada otrora “raza blanca” (1), fue constituida, inicialmente, por Espíritus emigrados de un planeta perteneciente al sistema de Capela, una estrella millares de veces mayor que el Sol.
6.Habiendo el mencionado planeta alcanzado un estado de progreso condimente con el de un mundo regenerado y más feliz, más permaneciendo en el una legión de Espíritus aun recalcitrantes en el orgullo y en otros serios defectos morales, tuvieron ellos que ser desterrados y, por causa de eso, muchos acabaron siendo encaminados para el planeta Tierra, donde fueron recibidos por Jesús.
7.En nuestro mundo, siendo mucho más adelantados que los habitantes pertenecientes a los pueblos autóctonos o indígenas, sobretodo en lo tocante a la inteligencia, vinieron a impulsar el progreso de aquellos, mezclándose ellos y expandiéndose su cultura por todos los cantos de la Tierra. Los hombres que resultaron de la reencarnación de los exiliados de Capela en nuestro mundo formaron la llamada raza adámica, que dio origen a los pueblos más evolucionados de nuestro planeta: loa arianos o indio-europeos, los egipcios, los israelitas y los indianos.
8.La historia de los exiliados de Capela nos permite comprender mejor las narrativas bíblicas acerca de Adán y Eva y su expulsión del Paraíso. La leyenda del paraíso perdido se funda, en verdad, en el destierro de aquella legión de Espíritus del planeta capelino que, si es comparado con la Tierra, podría compararse a un paraíso.
9.Emmanuel, en su libro A Caminos de la Luz, nos da informaciones valiosas a respecto de la llamada raza adámica, asunto que fue tratado igualmente por Kardec en La Génesis. En esta obra, el Codificador, después de eludir la cuestión de las emigraciones e inmigraciones colectivas de Espíritus de un mundo para otro, hace clara referencia a la raza adámica en el Cáp. Ítem 38: “De acuerdo con la enseñanza de los Espíritus, fue una de esas grandes inmigraciones, o si lo quieren, una de esas Colonias de Espíritus, venida de otras esferas. Lo que dio origen a la raza simbolizada en la persona de Adán y, por esa razón misma, llamada raza adámica. Cuando llegó ella aquí, la tierra ya estaba poblada desde tiempos inmemoriales, como América, cuando llegaron los europeos.
Adán y Eva vivieron en la Tierra en el periodo neolítico
10.Más adelantada de lo que las que habían precedido a este planeta, la raza adámica fue, en efecto, la más inteligente y la que empujó al progreso a todas las otras. La Génesis nos lo muestra, desde sus orígenes industriosos, aptos para las artes y para las ciencias, lo que muestra que ella no pasó en la Tierra por la infancia espiritual, diferentemente de lo que ocurrió con los demás pueblos que habitaban, entonces, el planeta.
11. Todo lleva a creer que la llamada raza adámica no es antigua en la Tierra y nada se opone a que sea considerada como habitando este globo desde hace apenas algunos millares de años, lo que no estaría en contradicción con los hechos geológicos, ni con las observaciones antropológicas, antes tendería a confirmarlas. Caín y Abel tenían habilidades desconocidas de los hombres primitivos, como el uso de la tierra para el plantío y el pastoreo. Caín conocía también el arte de la construcción de casas y ciudades, una conquista del periodo neolítico, porque antes de el los hombres de la Tierra vivían en cavernas.
12.Se llama periodo neolítico al periodo de la época holoceno en que los vestigios culturales del hombre prehistórico se caracterizaban por la presencia de artefactos de piedra pulida (aun no era utilizado el bronce), y por la aparición de la agricultura. La época holoceno, iniciada hace cerca de 12.000 años, es aquella en que las galeras se restringieron a las regiones polares y acarrearon el desarrollo y la expansión de la civilización humana.
13. El Espiritismo nos enseña que la especie humana no comenzó por un único hombre y que aquel a quien llamamos Adán no fue el primer ni el único en poblar la Tierra. Kardec indago a los espíritus Superiores: ¿En que edad vivió Adán? Ellos le respondieron: “Más o menos en la que señaláis: cerca de 4000 años antes de Cristo” (L.E., ítem 51). De hecho, la narrativa contenida en el Cáp. 4 de la Génesis nos lleva al mismo entendimiento, porque solamente en el periodo neolítico – entre los años 5.000 a C. y 2500 a.C. – surgió en la tierra el pastoreo, seguido del cultivo de la tierra, y el hombre pasó de cazador a pastor, lo que prueba que la fecha indicada por los Espíritus al respecto de la época en que vivió Adán es perfectamente compatible con los registros históricos. Como la población de la Tierra se inició en épocas más atrasadas, es evidente que no descendemos de los padres de Abel y Caín, sino de otros ancestrales que habrían vivido mucho antes.
(1)Diversos autores, siguiendo criterios de distinta clasificación, propusieron diferentes clasificaciones de la humanidad en términos raciales. La más básica y difundida es la de las tres grandes subdivisiones: caucaso, de (raza “blanca”), negroide (raza “negra”) y mongoloide (raza “amarilla”). Como concepto antropológico, esa clasificación sufrió numerosas y fuertes críticas, pues la diversidad genética, de la humanidad parece presentarse en un continuo, y no con una distribución en grupos aislados, y las explicaciones que recorren la noción de las razas no responden satisfactoriamente a las cuestiones colocadas por las variaciones culturales. Es, pues, solamente por la falta de un término más adecuado por lo que colocamos en el texto expuesto el vocablo “raza”, cierto de que existe una única raza en el mundo en que vivimos: la raza humana.
Respuestas
1. ¿Existen en el Universo muchos planetas habitados como la Tierra?
R: Si. Según el espiritismo, existen muchos otros mundos que abrigan humanidades semejantes a la nuestra, no siendo el hombre terrenal el único ser corpóreo dotado de inteligencia, racionalidad y sentido moral en el inmenso Universo
2. ¿Las emigraciones e inmigraciones de Espíritus pueden ocurrir en que situaciones?
R: Hay Espíritus que emigran por la fuerza del progreso realizado, que los habilita para ingresar en un mundo más adelantado, lo que es un premio para ellos; otros, al contrario, son desterrados del mundo al que pertenecen, por no haber acompañado al progreso moral alcanzado por la humanidad de ese mundo. El exilio que les es impuesto constituye, entonces, un verdadero castigo, que la ley de justicia impone a los recalcitrantes en el mal, esclavizados por el orgullo y el egoísmo.
3. ¿Los ascendientes de la etnia blanca que existen en la Tierra, de donde vinieron?
R: Ella fue constituida, inicialmente, por espíritus emigrantes de un planeta perteneciente al sistema de Capela, una estrella millares de veces mayor que el Sol.
4. ¿Qué significa la expresión raza adámica?
R: De acuerdo con las enseñanza de los Espíritus, fue una de esas grandes inmigraciones de Espíritus, venidos de otra esfera, lo que dio origen a la raza simbolizada en la persona de Adán y, por esa razón misma, llamada raza adámica. Cuando llego aquí ella, la Tierra ya estaba poblada desde tiempos inmemoriales, como América, cuando llegaron los europeos. Más adelantada que los pueblos que la habían precedido en este planeta, la raza adámica fue, con efecto, la más inteligente y la que empujo al progreso a todas las otras. La Génesis nos la muestra desde sus orígenes industriosos, aptos para las artes y para las ciencias, lo que muestra que ella no pasó en la Tierra por la infancia espiritual, diferentemente de lo que ocurrió con los demás pueblos que habitaban, entonces, el planeta.
5. ¿En que época, según la Génesis y el Espiritismo vivió Adán?
R: Según las enseñanzas espiritas, Adán vivió cerca de 4.000 años antes de Cristo, un dato que es compatible con la narrativa contenida en el Cáp. 4 de la Génesis porque solamente en el periodo neolítico – entre los años 5.000 a C. y 2500 a.C. – es que surgió en la tierra el pastoreo, seguido del cultivo de la tierra, y el hombre pasó de cazador a pastor, lo que prueba que la fecha indicada por los Espíritus al respecto de la época en que vivió Adán es perfectamente compatible con los registros históricos.
-Merche-
Bibliografia:
El Libro de los Espíritus, de Allan kardec, ítems 50 y 53.
La Génesis, de Allan Kardec, ítems 37, 38, 39, y 56.
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LA RIQUEZA MATERIAL
La riqueza, aunque todos la quisiéramos, es una prueba difícil para el caminar evolutivo del Ser, y por esta prueba espiritual y humana todos tendremos que pasar alguna vez, o tal vez ya la hemos pasado anteriormente. La cuestión es si la hemos aprovechado correctamente desde un punto de vista espiritual, o más bien nos ha servido para contraer nuevas deudas para el futuro.
Su gran peligro reside en que suele hacer que el Ser humano se incline hacia el materialismo, la holgazanería, la pereza espiritual y sobre todo ese gran monstruo moral que es el egoísmo. Todas estas posiciones equivocadas nos atan a las cosas materiales de este mundo con tan fuertes lazos que ni siquiera la muerte nos libera de ellas
Es de tener en cuenta que, como cualquier herramienta o utensilio material, la riqueza por si misma no es mala ni buena, por lo que también tiene su aspecto positivo, y este es que también es un medio que facilita el estudio, la investigación y la cultura, que son factores positivos para la evolución del Ser. La riqueza es un instrumento que se puede considerar como una herramienta para la evolución, difícil de manejar pero que empleada en aliviar las carencias y necesidades de lo esencial en los demás, puede resultar por ello un poderoso medio para la evolución espiritual.
La riqueza viene a ser como un arma de doble hoja, porque si facilita la vida, por otra parte también es una carga que la oprime cuando en determinados momentos de la vida llama a la conciencia alertando de su responsabilidad y quita el sosiego al alma.
Deberíamos comprender todos, que los bienes materiales y las riquezas que poseemos, vienen a ser solamente una apariencia, una sombra que se diluye con la muerte. Antes de existir nosotros en este mundo, muchos otros también creyeron entonces ser dueños de las mismas, y sin embargo las tuvieron que abandonar un día con la muerte, tal y como antes o después nos sucederá también a todos nosotros.
Hay que comprender que las únicas adquisiciones verdaderas que nos llevaremos de esta vida y que valoraremos realmente después de la muerte, serán las buenas obras y lo que hayamos desarrollado a nivel intelectual y moral.
Para triunfar en la prueba de la riqueza es necesario saber liberarse de la esclavitud que causa el dinero, considerando que este es solamente un medio y nunca un fin en sí mismo.
Una vez meditado y comprendido este asunto, tal vez debiéramos comenzar por querer liberarnos de las cosas materiales que tenemos y son superfluas, de modo gradual, como solo de modo gradual se puede conquistar la perfección, por lo que al mismo tiempo debiéramos auto examinarnos con frecuencia para detectar nuestros defectos y fallos morales, y así poder ir gradualmente liberándonos de ellos; al tiempo podemos adoptar algún ideal para llevar a cabo o participar en una noble causa, en pro de los demás; siempre de modo altruista y desinteresado. Así nos liberaríamos de la esclavitud de lo superfluo y de la vida frenética que suelen llevar las personas que viven con esta prueba.
La felicidad no reside en la riqueza, aunque a veces aparente lo contrario, ni en los medios materiales y físicos, que pueden aparentar que otorgan felicidad, pero una felicidad falsa porque resulta hueca y efímera. La felicidad verdadera cada uno puede hallarla, experimentarla y gozarla según la cantidad de Amor que damos y recibimos, porque para ser realmente felices solamente lo podemos ser en la medida en que sepamos hacer felices a los demás.
Los ricos suelen tener mucho apego a sus bienes materiales, y de este apego nacen las envidias, los celos y la prepotencia del orgullo que roban la paz y la tranquilidad a quien los padece.
La riqueza en sí misma, como se dijo al principio, no es ni mala ni buena; eso depende del uso y empleo que se le otorgue y precisamente ahí está el peligro, en que la riqueza puede motivar fácilmente el orgullo , el egoísmo y la dureza de corazón. El mayor peligro que ofrece esta situación humana es que la persona rica, por el hecho de serlo, se convierta en un Ser egoísta y orgulloso.
El rico que vive solo, puede ser un egoísta, pensando solamente en sí mismo y en sus riquezas. En realidad, muchas veces bajo la apariencia de riqueza y poder humano, se suele ocultar un Ser moralmente muy pobre, porque vive internamente aislado como un enfermo psíquico o un psicópata inconsciente de su propia condición, por lo que en el fondo, difícilmente estas personas son felices en lo más profundo de su alma, debido a su permanente estado de egoísmo que los mantiene en continua desarmonía, siendo esta situación fruto de una gran pobreza psíquica y moral.
Una cosa es ser dueño de bienes materiales sin permitir que su posesión suponga una exacerbación del egoísmo, de la vanidad y del orgullo, y otra bien distinta es ser esclavo de los mismos, por eso el rico en el más amplio sentido de la palabra , debiera estar por encima de su fortuna y bienes materiales, siendo generoso y altruista con los demás, sin posturas absurdas de orgullo y sin faltar a la dignidad de cualquier semejante menos favorecido por la fortuna. Si la persona rica sabe invertir su fortuna para hacer bien a otros menos favorecidos, creando puestos de trabajo para que otros puedan ganarse el pan de cada día y vivir dignamente, o bien poner su fortuna al servicio de entidades benéficas para auxiliar a los que nada tienen, entonces sí que se puede decir que esa riqueza en sus manos ha sido una bendición de Dios para él y para los demás, por lo que la prueba de la riqueza aunque difícil, para él supondrá un gran paso en su evolución espiritual, pues de sus bienes materiales nada se llevará al más allá, pero las acciones de bien que haya hecho con ellos en su vida y las bendiciones de aquellos que favoreció, serán entonces su mayor riqueza con la que contará después de esta vida y que nadie le arrebatará.
No olvidemos que como espíritus que somos todos, no somos dueños de nada material; si acaso solamente meros administradores de lo que Dios confió a nuestras manos, y de cuyo uso tendremos que responder después de esta vida.
-Jose Luis Martin-
“Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero estos duran a lo sumo una sola vida, y por tanto son irreales .Hay bienes más grandes que esos, que son más grandes y perdurables; y una vez descubiertos, se extingue para siempre el deseo por los otros”
-Krishnamurti-
La riqueza, aunque todos la quisiéramos, es una prueba difícil para el caminar evolutivo del Ser, y por esta prueba espiritual y humana todos tendremos que pasar alguna vez, o tal vez ya la hemos pasado anteriormente. La cuestión es si la hemos aprovechado correctamente desde un punto de vista espiritual, o más bien nos ha servido para contraer nuevas deudas para el futuro.
Su gran peligro reside en que suele hacer que el Ser humano se incline hacia el materialismo, la holgazanería, la pereza espiritual y sobre todo ese gran monstruo moral que es el egoísmo. Todas estas posiciones equivocadas nos atan a las cosas materiales de este mundo con tan fuertes lazos que ni siquiera la muerte nos libera de ellas
Es de tener en cuenta que, como cualquier herramienta o utensilio material, la riqueza por si misma no es mala ni buena, por lo que también tiene su aspecto positivo, y este es que también es un medio que facilita el estudio, la investigación y la cultura, que son factores positivos para la evolución del Ser. La riqueza es un instrumento que se puede considerar como una herramienta para la evolución, difícil de manejar pero que empleada en aliviar las carencias y necesidades de lo esencial en los demás, puede resultar por ello un poderoso medio para la evolución espiritual.
La riqueza viene a ser como un arma de doble hoja, porque si facilita la vida, por otra parte también es una carga que la oprime cuando en determinados momentos de la vida llama a la conciencia alertando de su responsabilidad y quita el sosiego al alma.
Deberíamos comprender todos, que los bienes materiales y las riquezas que poseemos, vienen a ser solamente una apariencia, una sombra que se diluye con la muerte. Antes de existir nosotros en este mundo, muchos otros también creyeron entonces ser dueños de las mismas, y sin embargo las tuvieron que abandonar un día con la muerte, tal y como antes o después nos sucederá también a todos nosotros.
Hay que comprender que las únicas adquisiciones verdaderas que nos llevaremos de esta vida y que valoraremos realmente después de la muerte, serán las buenas obras y lo que hayamos desarrollado a nivel intelectual y moral.
Para triunfar en la prueba de la riqueza es necesario saber liberarse de la esclavitud que causa el dinero, considerando que este es solamente un medio y nunca un fin en sí mismo.
Una vez meditado y comprendido este asunto, tal vez debiéramos comenzar por querer liberarnos de las cosas materiales que tenemos y son superfluas, de modo gradual, como solo de modo gradual se puede conquistar la perfección, por lo que al mismo tiempo debiéramos auto examinarnos con frecuencia para detectar nuestros defectos y fallos morales, y así poder ir gradualmente liberándonos de ellos; al tiempo podemos adoptar algún ideal para llevar a cabo o participar en una noble causa, en pro de los demás; siempre de modo altruista y desinteresado. Así nos liberaríamos de la esclavitud de lo superfluo y de la vida frenética que suelen llevar las personas que viven con esta prueba.
La felicidad no reside en la riqueza, aunque a veces aparente lo contrario, ni en los medios materiales y físicos, que pueden aparentar que otorgan felicidad, pero una felicidad falsa porque resulta hueca y efímera. La felicidad verdadera cada uno puede hallarla, experimentarla y gozarla según la cantidad de Amor que damos y recibimos, porque para ser realmente felices solamente lo podemos ser en la medida en que sepamos hacer felices a los demás.
Los ricos suelen tener mucho apego a sus bienes materiales, y de este apego nacen las envidias, los celos y la prepotencia del orgullo que roban la paz y la tranquilidad a quien los padece.
La riqueza en sí misma, como se dijo al principio, no es ni mala ni buena; eso depende del uso y empleo que se le otorgue y precisamente ahí está el peligro, en que la riqueza puede motivar fácilmente el orgullo , el egoísmo y la dureza de corazón. El mayor peligro que ofrece esta situación humana es que la persona rica, por el hecho de serlo, se convierta en un Ser egoísta y orgulloso.
El rico que vive solo, puede ser un egoísta, pensando solamente en sí mismo y en sus riquezas. En realidad, muchas veces bajo la apariencia de riqueza y poder humano, se suele ocultar un Ser moralmente muy pobre, porque vive internamente aislado como un enfermo psíquico o un psicópata inconsciente de su propia condición, por lo que en el fondo, difícilmente estas personas son felices en lo más profundo de su alma, debido a su permanente estado de egoísmo que los mantiene en continua desarmonía, siendo esta situación fruto de una gran pobreza psíquica y moral.
Una cosa es ser dueño de bienes materiales sin permitir que su posesión suponga una exacerbación del egoísmo, de la vanidad y del orgullo, y otra bien distinta es ser esclavo de los mismos, por eso el rico en el más amplio sentido de la palabra , debiera estar por encima de su fortuna y bienes materiales, siendo generoso y altruista con los demás, sin posturas absurdas de orgullo y sin faltar a la dignidad de cualquier semejante menos favorecido por la fortuna. Si la persona rica sabe invertir su fortuna para hacer bien a otros menos favorecidos, creando puestos de trabajo para que otros puedan ganarse el pan de cada día y vivir dignamente, o bien poner su fortuna al servicio de entidades benéficas para auxiliar a los que nada tienen, entonces sí que se puede decir que esa riqueza en sus manos ha sido una bendición de Dios para él y para los demás, por lo que la prueba de la riqueza aunque difícil, para él supondrá un gran paso en su evolución espiritual, pues de sus bienes materiales nada se llevará al más allá, pero las acciones de bien que haya hecho con ellos en su vida y las bendiciones de aquellos que favoreció, serán entonces su mayor riqueza con la que contará después de esta vida y que nadie le arrebatará.
No olvidemos que como espíritus que somos todos, no somos dueños de nada material; si acaso solamente meros administradores de lo que Dios confió a nuestras manos, y de cuyo uso tendremos que responder después de esta vida.
-Jose Luis Martin-
“Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero estos duran a lo sumo una sola vida, y por tanto son irreales .Hay bienes más grandes que esos, que son más grandes y perdurables; y una vez descubiertos, se extingue para siempre el deseo por los otros”
-Krishnamurti-
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DISERTACIONES ESPÍRITAS SOBRE LOS ESPÍRITUS QUE AÚN SE CREEN VIVOS
Ya os hablamos muchas veces de las diversas pruebas y expiaciones; pero, ¿no descubrís nuevas diariamente? Son infinitas, como lo son los vicios de la Humanidad, y os cabe a vosotros establecer su nomenclatura. Pero como nos reclamáis un hecho, voy a intentar instruiros. Todo no son pruebas en la existencia. La vida del Espíritu continúa, como ya se os ha dicho, desde que nace hasta el infinito; para algunos la muerte no pasa de simple accidente, que en nada influye sobre el destino de aquel que muere. Un azulejo que cae, un ataque de apoplejía, una muerte violenta, muchas veces apenas separan al Espíritu de su envoltorio material; pero el envoltorio periespiritual conserva, al menos en parte, las propiedades del cuerpo que acaba de sucumbir. Si yo pudiera, en un día de batalla, abrir los ojos que poseéis, pero de los cuales no podéis hacer uso, veríais muchas luchas continuando, muchos soldados lanzándose al ataque, defendiendo y atacando los reductos, escucharíais sus húrras y gritos de guerra, en medio del silencioso y triste velo que sigue a un día de matanza. Terminado el combate vuelven a sus hogares para abrazar a sus viejos padres y a sus ancianas madres que los esperan. Para algunos ese estado a veces dura mucho, es una continuidad de la vida terrestre, un estado mixto entre la vida corporal y la vida espiritual. ¿Por qué, si fueron simples y honestos, sentirían el frio de la tumba? ¿Por qué pasarían bruscamente de la vida a la muerte, de la claridad del día a la noche? Dios no es injusto y deja a los pobres de espíritu ese placer, esperando que vean su estado por el desarrollo de sus propias facultades, y que puedan pasar tranquilamente de la vida material a la vida real del Espíritu. Consolaos pues, vosotros, que tenéis padres, madres, hermanos o hijos que se extinguieron sin lucha. Tal vez se les permita aproximar sus labios a vuestras frentes. Enjugad las lágrimas: el llanto es doloroso para vosotros y ellos se admiran viendo que lloráis; os rodean el cuello con sus brazos y os piden sonreír. Sonreíd pues a estos invisibles y orad para que cambien el papel de compañeros por el de guías; para que abran sus alas espirituales que les permitan volar hacia el infinito y traeros sus suaves emanaciones. Yo no digo, observen bien, que todas las muertes repentinas lleven al Espíritu a caer en ese estado. No, pero no hay uno solo cuya materia no tenga que luchar con el Espíritu que vuelve en sí. Tras el duelo la carne se rasga, el Espíritu se oscurece en el instante de la separación, y en la erraticidad reconoce la verdadera vida. Voy a contaros, en pocas palabras, sobre aquellos para los cuales este estado es una prueba. ¡Oh! ¡es doloroso! ellos se creen vivos y bien vivos, con un cuerpo capaz de sentir y disfrutar de los placeres de la tierra, y cuando sus manos quieren tocar se desvanecen, y cuando acercan sus labios a un vaso o una fruta esos labios se aniquilan; ven, quieren tocar, pero no pueden sentir ni tocar. El paganismo ofrece una bella imagen de ese suplicio al presentar a Tántalo con sed y con hambre y jamás podía tocar con sus labios la fuente de agua, que susurraba a sus oídos, o la fruta que parecía madura para él. ¡Hay maldiciones y anatemas en los gritos de esos desgraciados! ¿Qué han hecho para soportar este sufrimiento? Preguntad a Dios: es la ley que fue escrita por él. Quien mata por la espada morirá por la espada; quien profanó al prójimo, a su vez será profanado. La gran ley del talión estaba escrita en el libro de Moisés y aún está en el gran libro de la expiación. Orad pues incesantemente por los que llegan a la hora final; sus ojos se cerrarán, dormirán en el espacio como duermen en la Tierra y, al despertar, encontrarán no un juez severo sino un padre compasivo, que les señalará nuevas obras y nuevos destinos. San Agustín (Sociedad de Paris, 21 de julio de 1864 – Médium: Sr. Vézy)
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ESPÍRITUS SUPERIORES
Consideramos en este grupo, a seres de gran elevación que, sin estar ya obligados a encarnar en mundos moralmente atrasados como el nuestro, lo hacen por amor a la humanidad, para trabajar en su progreso, escogiendo con preferencia una existencia laboriosa, una vida de lucha y abnegación. Saben que, gracias a ella, su propio progreso será más rápido; y confiando también en la asistencia y ayuda que sus compañeros espirituales les darán desde el espacio.
En estos casos, planifican con gran antelación su misión a realizar, y generalmente son escogidos los futuros padres ya en el mismo plano espiritual, dentro de su mismo grupo de afines, que encarnan primero, especialmente para recibirles como humanos y facilitarles el cumplimiento de su misión.
Para estos seres, la encarnación es como la muerte, aunque para renacer un tiempo después, despertando gradualmente en un cuerpo joven; y el proceso encarnatorio varía mucho de los anteriores.
De esa vida de libertad y armonía en los claros espacios del Universo, donde esos seres superiores se trasladan de uno a otro mundo con la fuerza motora de la mente, por estar ya libres de la atracción magnética del planeta, de los mundos físicos; bajan a la prisión oscura del cuerpo carnal, penetran en el calabozo de la carne donde tendrán que estar expuestos a privaciones mil, siendo la primera, la falta de la luz y conciencia de su pasado y objeto de su existencia carnal. Luego, las luchas constantes con las tentaciones, acechanzas, y a veces, burlas de los necios y persecuciones de los convencionalismos; con el control continuo de su conciencia desprovista de la memoria de las vidas pasadas.
Mientras que, para el alma que ha sido perversa, criminal, la reencarnación es un refugio, un alivio a su sufrimiento, una oportunidad para redimir sus deudas; para el espíritu elevado, que no tiene deudas pendientes, pero que viene en misión superior de amor, la encarnación es un sufrimiento, y los días y horas antes de la encarnación, son de angustia mayor que la de la muerte física.
Como fácilmente puede apreciarse, para los espíritus superiores, el nacimiento en la carne es la muerte, y la muerte es el nacimiento. Porque, para ellos es más difícil, es más doloroso renacer, que morir; ya que, al morir se liberan de la prisión de la carne, de los sufrimientos físicos y morales, propios de nuestro mundo, y pasan a la vida de libertad, a la felicidad que les pertenece; mientras que, al nacer en la carne mueren a esa vida de libertad maravillosa y de bellezas inenarrables, dejando la luz que inunda las regiones siderales, para bajar a las tinieblas de la materia, a sepultarse en el abismo de las pasiones inherentes a nuestro mundo, a las exigencias del cuerpo carnal regido por otras leyes.
En cambio, para los seres inferiores, en sufrimiento, la vuelta a la vida física, es un refugio, una bendición; es una oportunidad más que le brinda la misericordia infinita del Creador.
En los casos de seres muy evolucionados, una luz clara, una luminosidad radiante, envuelve a la madre hasta el momento de nacer la criatura. Luego, esa claridad envuelve a la criatura que ya reposa en la cuna. Ambos casos, pueden ser apreciados por ciertas personas sensitivas, con la facultad de clarividencia desarrollada (P.E.S.).
En todos los casos, el feto en el vientre materno y el niño ya en los primeros siete años de nacido, goza de la protección de uno o más seres espirituales superiores, que luego continuarán protegiéndole y guiándole para la realización de su destino.
Debido a la gran influencia que ejerce en el nuevo ser, el estado afectivo y mental de los padres, especialmente de la madre, ambos deben hacer cuanto sea posible para que, durante el embarazo (desarrollo del feto), la madre no reciba nunca emociones desagradables, y sí debe tener siempre un ambiente armónico y agradable; porque, los pensamientos, emociones y actitudes de orden psíquico, se graban en torno del campo mental del reencarnante, que dirige la configuración del cuerpo físico en gestación.
El período de preconcepción es la más delicada y sensible manifestación de las fuerzas de los reinos imponderables.
Los padres que deseen tener hijos intelectual y moralmente superiores, pueden atraer seres espirituales más evolucionados para encarnar como sus hijos; mediante pensamientos elevados y acciones honestas, así como manteniendo un ambiente de armonía en el hogar, muy especialmente antes de la concepción.
Por desventura, la falta de armonía y frivolidad en qué viven de ordinario los matrimonios, son un impedimento para que estos seres superiores encarnen en mayor número, dado su gran sensibilidad.
Queda pues, demostrado que, NO ES UN CUERPO CON UN ALMA, SINO UN ALMA CON UN CUERPO... Dicho de Otro modo. Es el Espíritu que se envuelve en la carne, ES UN SER QUE RENACE DE NUEVO, Y QUE VIENE DE REMOTAS EDADES FORMANDO SU CONCIENCIA, PROGRESANDO, SUBIENDO POCO A POCO LA ESCALA QUE LE CONDUCIRÁ A LAS EXCELSITUDES DE LA VIDA SUPERIOR.
Sebastián de Arauco.
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