lunes, 16 de mayo de 2022

El obrero de la última hora

 INQUIETUDES

1.- El fundamento de la moral

2.-¿Qué Leyes Cósmicas afectan al ser humano?

3.- Algunas conclusiones sobre el tema extraterrestre

4.- El obrero de la última hora



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          EL FUNDAMENTO DE LA MORAL      


" Los males con que afligimos al prójimo, nos persiguen, así como la sombra sigue al cuerpo."

-Krishna-

 

"Un ser no se vuelve verdaderamente moral, hasta que se despierta en él la sensibilidad hacia todo lo que es colectivo, universal,  Cósmico.

Esta facultad le permite, no sólo entrar en el alma y en el corazón de los demás, sino también, si les hace sufrir, sentir él mismo, los dolores que les ha infringido y tratar de repararlos.

 Un día, los humanos deberán comprender que todo lo que hacen a los demás, tanto el bien como el mal, se lo hacen también a ellos mismos.

Aparentemente, cada ser está aislado, separado de los demás; pero en realidad, en el plano espiritual, algo de él vive en todas las criaturas, en todo el universo.

Si esta conciencia universal está despierta en vosotros, en el momento que perjudicáis a los demás, sentís que también vosotros sois lesionados. Y lo mismo ocurre cuando les aportáis vuestra ayuda y vuestro amor.

He ahí el fundamento de la moral: cuando el hombre comienza a sentir en sí mismo el mal y el bien que hace a los demás. "

 Omraam Mikhaël Aïvanhov

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  ¿Qué Leyes  Cósmicas afectan al Ser humano?

       Al igual que todo lo que nos rodea en la Naturaleza se rige en su existencia por unas leyes físicas naturales, nosotros que también formamos parte del Universo, igualmente estamos afectados, además de por esas leyes físicas, por otras Leyes Cósmicas  de carácter espiritual o moral, comunes a todos los Espíritus del Universo infinito, y de las cuales no nos podemos sustraer nosotros, porque antes que nada, esencialmente somos Espíritus inmortales.

      Hay dos grandes grupos de leyes naturales : las físicas que rigen la materia en donde se desenvuelve el Ser humano y los movimientos del Cosmos, siendo particulares de cada mundo físico, y las leyes morales que afectan a todos los Seres espirituales del Cosmos, entre los que nos contamos los seres humanos de la Tierra,  y señalan el camino para  su relación con Dios y con los demás seres.

     Las leyes  Morales, conforman juntas la Ley Natural  creada por Dios, o sea, que son leyes Divinas. ( El Libro de los Espíritus- Verlas en el cuadro).

                                                                  


Si mediante las leyes físicas y de la Naturaleza, la Causa Primera de Todo, o Dios, cuida del entorno físico del Ser humano, del mismo modo  las leyes morales  son leyes naturales  tendentes a su conducción moral en el camino de su evolución.

Todo el conjunto de leyes naturales forman las unas con las otras, un engranaje perfecto que las relaciona, y que señala el funcionamiento de todos los Seres existentes e inmersos en un proceso continuo de progreso hacia una  perfección cada vez mayor:  Estas leyes reflejan  el modo como Dios actúa y se manifiesta, deduciendo de ellas la propia existencia de su Creador; estas Leyes realmente son  sabias y justas en un grado infinito, tal como lo es el Origen de donde proceden. Todo en la Naturaleza se rige por ellas, incluido el ser humano, con  su salud y su enfermedad.

 Las leyes naturales comprenden todas las circunstancias de nuestras vidas y desde la eternidad funcionan siempre de igual modo, debido a que son  eternas e inmutables, porque son Divinas y se encuentran en el fondo de la conciencia de cada uno, aunque no se sea siempre consciente de su realidad  y de su  influencia determinante sobre todos los seres.

- Jose L. Martín-

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Algunas conclusiones sobre el tema extraterrestre

                                         

    La temática Ovni-Extraterrestre es de gran importancia para todos aquellos que buscan respuestas en la comprensión de nuestra realidad física, pero sobre todo espiritual.
     El tema extraterrestre es muy sugerente y se presta a infinidad de especulaciones. Si no se está atento y muy centrado, con una mente analítica y racional es muy fácil caer en derivas que no conducen a nada positivo. Es, por lo tanto, muy necesario establecer unas sólidas bases espirituales generales, respecto a las leyes universales que nos rigen, el por qué y para qué estamos aquí, de forma que cuando tengamos que afrontar un tema como el que nos ocupa, podamos establecer una correspondencia con lo que ya sabemos encajándolo adecuadamente. Es obvio que no lo sabemos todo, pero la vida no se contradice, no existen picos de irrealidad o de cosas extrañas que puedan poner en jaque la armonía del Universo. Es pues, una necesidad encontrar el equilibrio en las ideas, rechazando aquellas que sean contrarias a la razón o que no nos aporten nada sustancial.
 

    Resulta paradójico comprobar hoy en día que cuando hablamos de extraterrestres, vida en otros planetas, así como el fenómeno OVNI,  en muchos casos se produzca una bifurcación de caminos. Es decir, por un lado, personas con un conocimiento espiritual pero en el que no se plantean encajar el fenómeno Ovni-Extraterrestres en sus esquemas al considerarlo anecdótico e irrelevante. Por otro lado, existen aquellos que recopilan cientos o miles de casos, acuden a los lugares, investigan, escriben libros, imparten conferencias, se prodigan en los medios de comunicación, sin embargo no son capaces de ofrecer explicaciones claras, sencillas y con un contenido convincente. Esto puede tener diferentes causas. La divulgación sin ningún interés o afán espiritual, buscando el beneficio material y las oportunidades comerciales que el tema ofrece, eso sí, aportando estudios y  abundante documentación pero sin llegar a ninguna conclusión final… Quizás porque no interesa, porque sería como desvelar algo que está mejor en el apartado de lo  misterioso, y por el desprestigio que podría suponer manifestar abiertamente una postura que pudiera significar  una etiqueta de algo aparentemente poco riguroso y científico; con lo cual, la cuota de seguidores podría reducirse de una manera importante. Basta con mirar hacia estas últimas décadas y veremos que los best-sellers y obras publicadas al respecto han mantenido vivo el interés por estas cuestiones, pero no han aportado avances significativos. Para muchos investigadores estamos igual que al principio de la eclosión del fenómeno. Sin embargo, algunos de ellos sí que tienen bastante claro el tema pero no lo manifiestan abiertamente por los prejuicios que comentábamos, aunque a nivel particular sí que lo admiten sin problemas.                                                                                                                   En otros casos, el análisis ha sido exageradamente místico convirtiéndolo en casi una religión y una forma de culto. Sobre todo en los años 70 y 80 del siglo pasado proliferaron grupos en casi todo el mundo que se reunían buscando avistamientos, señales en el cielo, mensajes de una forma u otra que les pudieran marcar unas directrices y toda una nueva filosofía de vida. Por desgracia, la mayoría de estos grupos fueron presa del fanatismo y de la fantasía por la falta de análisis y de raciocinio,  desapareciendo y haciendo un flaco favor a la verdadera realidad extraterrena.

    Es pues muy necesario establecer desde el principio unas bases adecuadas y sólidas. La temática extraterrestre así como otras paralelas exige partir desde la búsqueda interior, desde dentro y no quedarse con lo superficial, tratando de ver el sentido trascendente que tiene la vida. Nada es fruto del azar, no existen las casualidades pero si las causalidades. Todo bajo el amparo de unas leyes universales que armonizan y equilibran todo. Aquello que se salga de estos parámetros hay que afrontarlo con mucha cautela, pues todo tiene un significado y un sentido. Hemos de respetar todas las posturas y formas de entender la vida y los fenómenos, pero sobre todo, debemos razonar por nosotros mismos, si algo no lo vemos claro, apartarlo o aparcarlo hasta que podamos encontrar una explicación coherente que nos satisfaga.
 
   Cómo decíamos  al principio aquellos que poseemos un conocimiento espiritual, como es el caso de los espíritas, tenemos una mayor responsabilidad puesto que no podemos alegar ignorancia, ya que uno de los postulados de la doctrina de kardec es la “Pluralidad de Mundos Habitados”. Necesitamos armonizar el tema con los conocimientos adquiridos para dar las respuestas adecuadas a todas aquellas personas que van buscando información, pero que se han encontrado con pocas explicaciones convincentes que les aclare e ilumine.
 
   Los visitantes de otros planetas vienen con una misión concreta y clara. Necesitan de nuestra colaboración pues están al servicio del Maestro Jesús, gobernador y responsable de esta humanidad con el objetivo de complementar el trabajo del Mundo Espiritual Superior con una aportación también física.
 
   El mensaje de ellos lo debemos de hacer nuestro. Con su presencia y testimonio nos indican que no estamos solos en el Universo material, están para apoyarnos y sobre todo para infundirnos una bocanada de esperanza e ilusión en estos tiempos de transición que estamos viviendo, en un ambiente, el nuestro,  muy denso por el psiquismo mórbido saturado que hemos ido acumulando en este planeta a lo largo del tiempo. Para ellos es un sacrificio grande, renunciando temporalmente a sus mundos de armonía, equilibrio y de paz para sumergirse en nuestro planeta, pero lo hacen a gusto porque su trabajo lo desarrollan con verdadero amor, sentido y realizado. Esa es su premisa fundamental. Hoy día hablar de extraterrestres y hablar de solidaridad, amor y abnegación puede parecer una simbiosis extraña pero es su base fundamental.
 
Por todo ello, prestemos la atención necesaria, démosle el relieve y la importancia que merece. El maestro Kardec ya hizo en su época varias alusiones al tema como hemos comentado aquí en otros artículos. Hoy día nos hace falta más que nunca. Sepamos separar la paja del grano para ofrecerle a la sociedad aquello que necesita y merece,  pues los tiempos se precipitan y hacen falta muchas explicaciones y aclaraciones que pongan el punto de luz que ilumine el camino, demostrando que todas las piezas encajan perfectamente y transmitiéndole a la sociedad esa alegría y esperanza en un futuro mejor, pero acompañados por esos hermanos mayores que algún día vendrán a compartir de una manera más directa y generalizada sus conocimientos y su sabiduría, pero esto sólo ocurrirá cuando la humanidad haya sido depurada y se encuentre en las condiciones necesarias para tal fin. Ellos con sus testimonios y su trabajo sutil nos recuerdan y nos avisan de que algún día se cumplirán todas las promesas que nuestro amado Maestro Jesús nos dejó.

  Amor, Paz y Caridad

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   EL OBRERO DE LA ÚLTIMA HORA

(*) “El obrero de la última hora tiene derecho al salario, pero es menester que su voluntad haya estado a disposición del señor que debía emplearlo, y que este retraso no sea fruto de su pereza o de su mala voluntad. Tiene derecho al salario, porque desde el alba, esperaba impacientemente a que, al fin, lo llamarían al trabajo; era trabajador, sólo le faltaba trabajo.”

La parábola del obrero de la última hora posee toda la vigencia hoy en día. Es el cambio, el paso definitivo a través de las buenas obras, es un cambio de actitud frente a la vida, de percepción sobre las personas, viéndolas como verdaderos hermanos en proceso de evolución, formando parte de un mismo rebaño que algún día abra de reunirlos a todos en torno al ideal superior propuesto por el Maestro Jesús.

La convocatoria no es nueva, se ha ido sucediendo a través de los siglos. Muchos la rechazaron en otras épocas, otros aprovecharon la llamada para transformar sus vidas, cambiar su paisaje interior, a través de la renovación de sus principios fundamentales, anteponiendo los valores espirituales sobre los materiales. En un esfuerzo continuo de ascensión y caídas, de luchas, de trabajo interior por superar sus malas inclinaciones, aceptando las pruebas y las vicisitudes de la vida como peaje necesario para el rescate de las deudas del pasado y como aprendizaje de capacitación para otras realizaciones más nobles, más elevadas.

Por tanto, el pasado y el presente se funden, se entrelazan. La evolución a través de las distintas encarnaciones nos traslada a un escenario, este, el que nos ha tocado vivir actualmente. Vivimos el final de un ciclo, es la noche que precede a la nueva aurora. El dueño de la viña continúa buscando obreros para las tareas finales. Sigue convocando a aquellos que lo rechazaron o no lo quisieron ver en el pasado, en anteriores convocatorias. Empero, espíritus muy preparados, trabajadores del ayer retornan a la materia física para continuar su trabajo, aunque la sociedad no sea capaz de identificarlos todavía. A ellos se unen otros trabajadores también que proceden de otras viñas, de otros mundos más evolucionados que vienen a trabajar, a colaborar, convocados por el mismo dueño.

A simple vista, la percepción que nos puede llegar es que dichos trabajadores pueden estar pasivos pero, como concluye el párrafo de cabecera: “…Era trabajador, sólo le faltaba trabajo.” Lo cual significa que muchos de ellos, sobre todo jóvenes, aguardan su oportunidad. Viven lo que la sociedad les transmite, aunque en muchas ocasiones no se identifiquen con aquello que les ofrece. Otros discretamente aguardan, porque no les gusta lo que ven en su entorno, un materialismo que no les atrae; es como una espera, no se sabe muy bien a qué. Sin embargo, algunos canalizan sus inquietudes, su bagaje espiritual en actuaciones sociales, en trabajos anónimos, sin notoriedad social, ofreciendo sus buenas cualidades a la sociedad, aunque su preparación en realidad esté diseñada para tareas mucho más trascendentales, de mucha más envergadura. Son también los considerados niños y jóvenes Índigo y Cristal, de lo que tanto se habla hoy día, se caracterizan por una sensibilidad y una inteligencia fuera de lo común.

Tanto los ya preparados como los rezagados, aquellos que han despertado a través de nobles filosofías, como pueda ser la doctrina espirita, tienen derecho a un salario justo, que no se puede medir desde la óptica de una sola vida puesto que desconocemos el pasado.
El premio será el adecuado a los merecimientos de cada quien. Por lo tanto, no nos podemos dejar engañar creyendo en una superioridad espiritual de aquellos que, por ejemplo, poseen hermosas facultades mediúmnicas, o de aquellos que imparten conferencias o escriben artículos o libros. Todo ello tiene su valor, pero otros que quizás no forman parte de dichos círculos, pueden traer, como comentábamos anteriormente, el trabajo hecho del pasado. Ellos aprovecharon en su día las oportunidades que les proporcionaron y los trabajadores actuales quizás no. “… ¡pero cuantos siglos hace desde que el Señor os llamó a su viña sin que hayáis querido entrar en ella!..”
Los obreros de la primera hora fueron aquellos avatares como Moisés, Buda, Juan el Bautista, Jesús, etc., que vinieron a sembrar en un terreno todavía improductivo, no obstante, dejaron su huella. Con el paso de los siglos otros sabios y filósofos continuaron sembrando y el ser humano se fue aprovechando de su trabajo. Los últimos en llegar fueron los espiritas con su doctrina renovadora, el Consolador prometido por Jesús, enriquecido por nuevas ideas que aclaraban lo que había quedado incompleto u obscuro. Es la solidaridad de un trabajo de crecimiento constante, en consonancia a la evolución del pensamiento humano y su capacitación para nuevas adquisiciones.

A veces, son esos mismos espíritus notables que iniciaron su trabajo en el pasado y vienen ahora a concluirlo. Es la solidaridad universal, el aprovechamiento del esfuerzo humano de todas las épocas por el progreso en todos los ámbitos, en una línea siempre ascendente.
Otros, no obstante, y siguiendo con la parábola del Maestro se hacen la siguiente reflexión: (*) “Tengamos paciencia, el reposo me es agradable; cuando suene la última hora, será tiempo de pensar en el salario de la jornada: ¿por qué tengo necesidad de molestarme por un patrón que no conozco, a quien no quiero? Cuanto más tarde, será mejor…”

Muchas veces, cuando se trata el tema del Cambio de Ciclo, la Transición Planetaria, o el Final de los Tiempos, se topan con un debate sobre fechas y tiempos, sobre todo a nivel global, de toda la humanidad. Preguntas como ¿Cuánto tiempo puede quedar para el cambio? ¿Será traumático? ¿Afectará a toda la humanidad? ¿Quiénes se salvaran?, etc., se prestan a numerosas especulaciones.

En este punto es donde debemos tener en cuenta los comentarios del párrafo anterior, es decir, aquellos que no tienen prisa, que relativizan y hacen caso omiso a las frecuentes llamadas. ¡No es un problema de tiempo sino de predisposición al trabajo, de fuerza de voluntad! Cuando nos hablan de alcanzar un nivel moral y espiritual para poder formar parte de esa nueva humanidad anunciada desde hace siglos y refrendada por distintas fuentes espirituales y religiosas, requiere de un tiempo de preparación, de plasmar unos resultados producto de un esfuerzo moral. Para ello se requiere tiempo para dominar las malas inclinaciones. Si ese proceso de preparación no se afronta con determinación, ocurrirá lo que concluye el mensaje en boca del patrón: (*) “…no tengo trabajo para ti por ahora, tú has malgastado el tiempo; has olvidado lo que has aprendido; ya no sabes trabajar en mi viña. Empieza otra vez a aprender, y cuando estés mejor dispuesto, vendrás a mí y te abriré mi vasto campo y podrás trabajar en él todas las horas del día.”
Pero ese trabajo de re-aprendizaje se tendrá que efectuar en un mundo inferior, en otras condiciones no tan ventajosas, hasta alcanzar el mérito que le permitirá retornar al mundo de donde procede.

Como podemos comprobar, el mensaje del Maestro pervive con toda intensidad. Su contenido, a través de aquellas parábolas sencillas, contienen las claves del proceso en el que estamos incursos hoy día.
Oportunidades no nos van a faltar, no obstante el tiempo se agota, porque la vida pasa muy deprisa, es un instante en la evolución pese a que nuestra percepción pueda ser otra. Las sugestiones de la materia y el materialismo que impera actualmente entorpecen la llamada, ese reclamo del Gran Patrón para trabajar en su basto campo ¡No lo desaprovechemos más porque mañana puede ser tarde!

José Manuel Meseguer
 Amor Paz y caridad

(*) El Evangelio según el Espiritismo; Capítulo XX. Instrucciones de los espíritus; Los últimos serán los primeros.- 2

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