Para leer, estudiar o meditar:
- La verdad siempre predomina
- Origen del Espiritismo
-Reflexión sobre las creencias
- Mundos de Regeneración
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La verdad siempre predomina
El culto a la mentira es de los comportamientos más dañinos a los que el hombre se somete. Ilusión del ego, que después se diluye ante el lenguaje espontáneo de los hechos. Es responsable por una expresiva parte, de los sufrimientos humanos; fomenta la calumnia que es su manifestación más grave y destructora- la infamia, la crueldad...
La maledicencia es su hija predilecta, por expresarle los contenidos perturbadores a los que la imaginación irrefrenable y los sentimientos infelices dan curso.
Además de esos aspectos morales, la mentira no resiste el transcurso del tiempo. Sin fundamento que la sustente, altera su forma ante cada evento nuevo, y de tal manera se modifica, que se desvela. Por ser insostenible, quien se apoya en su estructura frágil, padece una inseguridad contínua.
Porque es exacta en su forma de presentarse, la verdad es el enemigo normal de la mentira. En cuanto la primera se expone al sol de los acontecimientos y los exterioriza sin ninguna exageración, la segunda es manipulada, prefiere las sombras y se comunica con sordidez. La una es fruto de la realidad; la otra, de la fantasía, que no medita las consecuencias de que se reviste.
La mentira teme al confrontamiento con la verdad. Se aloja en las sombras, espía a escondidas, e infelizmente encuentra guarida.
La verdad jamás se camufla; surge con fuerza y se hace externa con dignidad. No tiene alteración íntima, permaneciendo la misma en todas las épocas. Nadie consigue ocultarla, porque semejante luz, se irradia naturalmente. NO siempre es aceptada, porque invita a la responsabilidad. Amiga del discernimiento, es la piedra angular de la conciencia de sí mismo, factor ético-moral de conducta saludable.
En cuanto la mentira esté vigente, la acomodación, el crimen afrentoso o bajo disfraz, el abuso de poder y la miseria de todo tipo, predominarán sobre la Tierra, exaltando a los débiles, que así se harán fuertes, los cobardes, que tornarán estóicos, los astutos, que triunfarán en detrimento de los sabios, de los nobles y de los buenos...
Hace tales logros, que propicia, aunque sean efímeros, sus seguidores y sus cultivadores, detestan y persiguen la verdad. No miden esfuerzos para impedirle la propagación, porque saben los resultados que llegarán con su establecimiento entre las criaturas.
Son en balde, por tanto, tan insanas actitudes.
La verdad espera... Sus opositores enferman, envejecen y mueren, mientras ella permanece.
La mentira es de breve existencia. Predomina por poco tiempo y después se esfuma y pasa...
(...) Jesús, en propuesta admirable, afirmó: " Busca la verdad y la verdad te libertará".
Nadie tiene el derecho de ocultar la verdad, como si fuese una luz que debiese quedar escondida. Donde se encuentre, irradia claridad y calor.
Su conocimiento induce al portador a presentarla en donde esté, divulgándola siempre. Por los beneficios que proporciona, estimula la participación, la solidaridad, difundiéndola,(...)
Autor: Joanna de Ângelis
Psicografia de Divaldo Franco. Libro: Bajo la Protección de Dios
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Origen del Espiritismo
El Espiritismo tuvo numerosos antecedentes. El más celebre de éstos lo constituyen denominados hechos de Haydesville sucedidos el 31 de marzo de 1848 en la aldea de Haydesville, en el Condado de Wayne, cerca de Nueva York.
A través de las facultades mediúmnicas de las hermanas Fox, residentes en esa localidad se obtuvieron las primeras comunicaciones comprobadas mediante el sistema del código de golpes que permitía el diálogo con las inteligencias desencarnadas o espíritus.
A partir de estos hechos, rigurosamente verificados, se originó en Norteamérica un movimiento denominado espiritualismo moderno al cual se vincularían notables personalidades de la religión, la ciencia y la política.
También se hicieron celebres los fenómenos de mesas danzantes y parlantes, que tendrían amplias repercusiones en Europa, especialmente en Francia, Inglaterra, Italia, Alemania y España.
Históricamente se ubica el nacimiento del Espiritismo como doctrina propiamente dicha, de carácter científico, filosófico y moral, a partir del 18 de abril de 1857 con la publicación de la obra El Libro de los Espíritus, codificada por el pedagogo francés Hippolyte Léon Denizard Rivail(Allan Kardec).
Este libro se constituyó en la base fundamental a partir de la cual se desarrollaría la elaboración teórica e investigativa que conformaría el cuerpo doctrinario conocido como la Codificación Kardeciana integrada por cinco libros fundamentales y otras tantas obras introductorias y complementarias.
Los libros básicos de la Codificación Kardeciana son: “El Libro de los Espíritus”, (1857); “El Libro de los Médiums”, (1861); “El Evangelio según el Espiritismo”, (1864); “El Cielo y el Infierno”, (1865) y “La Génesis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo”, (1869).
Allan Kardec, pedagogo francés de formación pestalozziana y de gran estructura científica y cultural, (1804-1869), fue el codificador del Espiritismo. Durante 15 años de rigurosa labor investigativa y experimental, se dedicó a recopilar, analizar, seleccionar y sintetizar las enseñanzas transmitidas por muchos espíritus de reconocida superioridad moral e intelectual, a través de numerosos mediums de Francia y otros países de Europa. De la organización temática de las extensas informaciones transmitidas por los espíritus, fueron surgiendo los libros de la codificación Kardeciana, en los que se desarrollan temas de ciencia, filosofía, ética, religión, derecho, antropología, psicología, sociología, astronomía, medicina, arte, etc. Las enseñanzas transmitidas por los espíritus fueron ampliadas por Allan Kardec a través de sus propios comentarios, opiniones y observaciones.
- Dr. Fabio Alberto Navas- ( Parte de un art. del blog Zona Espírita)
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REFLEXIÓN SOBRE LAS CREENCIAS
Un día, leyendo un poema, al terminar alguien me dijo:
-Eres muy creyente.
-Sí –le contesté-, mas creo a mi manera. No soy practicante de ninguna religión; creo en la bondad; creo en la sinceridad, en la tolerancia, en la comprensión; en la verdadera caridad y en el Amor con mayúscula, verdadero.
Para mí eso es ser creyente, porque en todos esos valores es donde está el verdadero Dios.
Es triste reconocer que nos hemos olvidado de algunos de esos valores, abriendo inmenso abismo entre unos y otros.
Estamos empeñados en querer demostrar que somos distintos: -Yo soy mejor que tú! -Mi raza es mejor que la tuya. –Mi sangre es azul… Cuando el ser que se cree distinto sangra, ¿acaso su sangre no es roja, como roja es en todos los demás?
Nadie es distinto. Todos nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Y todos nacemos de la misma forma; crecemos igual; igual nos reproducimos y, variando las causas, la muerte nos sobreviene a todos. Somos distintos porque nos hemos empeñado en serlo.
Nos hemos separado; hemos abierto ese abismo por medio de la raza, la religión, la política…
Ahora, cuando el hombre ha conquistado grandes cotas de ciencia, de tecnología, etc., ha abierto aún más la brecha con las lenguas. Ha creado una nueva Babel en la que, poco a poco, vamos perdiendo la capacidad del diálogo, porque no nos entendemos. ¡Los idiomas! Ya no hay solo los idiomas que podríamos llamar naturales. Son los idiomas que queremos imponer en nuestra propia casa, esa casa que compartimos unos cuantos millones de seres, ubicada en un rinconcito de la casa común que es el planeta Tierra.
Nunca seremos libres mientras seamos esclavos de nuestros propios errores; porque un error es pensar que podemos crear algo grande por separado, desunidos y atendiendo solo a nuestro egoísmo.
Las grandes metas se alcanzan con el esfuerzo de todos; todos saldremos a flote si nos entendemos; de otra forma, nos precipitaremos más y más en el abismo.
Nos cansamos de decir: Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Acaso dijo: -¿Menos a estos o aquellos? No, Él no lo dijo; y nosotros, inconscientes, le estamos enmendando la plana; nos empeñamos en querer ser distintos, pero ¿en qué? Orgullo y soberbia.
Reflexionemos, pues. Mientras no erradiquemos esos terribles “pecados” –orgullo y soberbia- jamás seremos libres y seguiremos siendo esclavos de nosotros mismos.
Dios nos creó a todos iguales, y Dios no se equivoca nunca
Mª Luisa Escrich ( de la Revista Amor,Paz y Caridad)
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