lunes, 7 de mayo de 2018

¿Quien decide cómo y cuando reencarnamos?


Trabajos que se ofrecen en este día:

- Destinos
-Frase de Vera Jakubowski-
- Fe inavalable
-¿Quien decide  cómo y cuando reencarnamos?
- Penas temporales



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                                                   DESTINOS 

Vislumbramos una continuidad causal y consecuencial en el devenir de nuestras vidas. Dicho de otro modo, somos los forjadores de nuestro propio destino; pues, en las actuaciones de cada día, con nuestros pensamientos y sentimientos, estamos creando fuerzas mentales y anímicas que actuarán en nuestro favor o contra nosotros, para un futuro de dicha o desdicha . 
     Basados en la lógica de los fundamentos expuestos y en la diversidad de aspectos y condiciones humanas, podemos afirmar que, todos los humanos venimos al mundo ya con nuestro destino. No obstante, el destino por adverso que sea, puede ser modificado mediante el propio esfuerzo; pues, DESTINO NO ES FATALISMO CIEGO, SINO UN DETERMINISMO DE LAS CAUSAS. Sin embargo, hay ciertos aspectos del determinismo de la Ley de Consecuencias, que fatalmente han de suceder, siempre y cuando el individuo no restablezca voluntariamente el equilibrio violado o alterado con sus acciones contrarias a la Ley, conscientemente en el pasado. 
     La Ley ofrece al ser espiritual, el tiempo necesario para su reajuste voluntario; pero, llegado al límite marcado por la Ley, ésta actúa, produciendo el reajuste indispensable para mantener el equilibrio psicocósmico (del propio ser), lo cual se efectúa por medio del dolor purificador. 
     Así vemos en los tiempos actuales esos cambios bruscos de fortuna, como el caso de Cuba y otros; personas, familias a quienes todo les sonreía, viéndose desposeídos de sus bienes con los cuales contaban para su vejez. 
     Muchos otros aspectos de desmoronamiento económico-social, así como enfermedades incurables y hasta accidentes fatales; que nos llevan a la conclusión de que los afectados llegaron al límite marcado por la Ley. 
    Cada uno de nosotros es el heredero forzoso de sus propias conquistas en el pasado, así como de sus errores. Con nuestra actuación en el pasado, hemos creado las vicisitudes que componen nuestro actual destino. Y con nuestra actuación presente, crearemos nuestro destino o predestinación futura. Los que ahora se encuentran ocupando altas posiciones, pueden descender a bajas condiciones sociales en su próxima vida o vidas futuras. Así, el déspota renacerá esclavo o para ser un inválido u otras modalidades dolorosas; la mujer altanera y envanecida por su belleza, renacerá en un cuerpo feo, y hasta deforme y achacoso (según las causas), a fin de superar su vanidad y soberbia; el ocioso, renacerá en los ambientes de vida dura y difícil, a fin de despertar su Espíritu y sacudir la molicie, que es un impedimento de progreso. Quien haya hecho padecer, vendrá a una vida de dolor, consecuencial con sus propias acciones en el pasado; porque, el porvenir es la consecuencia del presente y del pasado. 
     La riqueza ociosa conducirá a una vida futura de pobreza; mientras que el trabajador industrioso y esforzado en la vida presente, está creando las bases para una vida futura de grandeza. El estudio y el trabajo desarrollan las facultades mentales y capacitan para mayores realizaciones en el futuro, y aún en la vida humana actual. 
     Las vidas difíciles que no encuentran calma y de las que parece huir toda felicidad, son reajustes, son las que van pagando las maldades cometidas en ésta o en otras existencias; porque las diversas vidas humanas de cada ser espiritual, son solidariamente responsables entre sí. Pues, si bien las personalidades pasadas o cuerpos carnales fueron diferentes, el Espíritu es el mismo y por ende responsable. 
     ¡Cuántos de los ricos inescrupulosos, insensibles al sufrimiento y a las miserias humanas en sus pasadas vidas, les vemos hoy en cuerpos lastimosos mendigando la caridad pública! Y, ¡ay, de los grandes de hoy que abusen de su autoridad o superioridad circunstancial, porque renacerán pequeños!; cerca de los mismos con quienes han abusado, engañado o despojado, renacerán para reparar sus errores. 
     Tenemos, por ejemplo, el caso de antiguos burgueses egoístas que, condenados a renacer en la misma condición de aquellos a quienes antaño explotaban, les vemos hoy convertidos en esos obreros inconformistas, factores de huelgas, subversiones y desórdenes, porque un vago instinto les hace insoportable su nueva situación. 
     Los ociosos y maleantes; los embaucadores; los abogados que, por medio de triquiñuelas de procedimiento jurídico despojan a otros; aquellos médicos que, mirando tan sólo su conveniencia, desatienden y hasta abandonan a pobres criaturas porque no pueden pagar; aquellos médicos funcionarios, que insensibles al dolor humano descuidan al enfermo por no molestarse; profesores, que no cumplen con la responsabilidad asumida al aceptar la alta misión del magisterio, en cualesquier de sus grados; pseudo apóstoles del cristianismo y practicantes de simonía; etc., etc. ¡Qué dolorosas expiaciones están generando! 
     Muchas inteligencias son veladas por la expiación. Bajo mezquinas y penosas apariencias, y aún en los idiotas y en los locos, grandes seres ocultos en la carne, expían un pasado de errores y a veces temible. 
     El ciego de nacimiento o a temprana edad por accidente, nos indica que encarna un espíritu arrepentido y decidido a sufrir en sí mismo el daño de haber privado de la vista a otro (como en los casos de la antigua inquisición o venganzas ruines, por ejemplo) u otra falta grave que da motivo a esa expiación; a fin de limpiar su alma, por el dolor, de ese magnetismo deletéreo que no le permite avanzar en su ascensión espiritual. 
     El mudo, que encarna al que usó la palabra para calumniar o traicionar, con lo cual hizo sufrir. El manco, el cojo, el paralítico, etc., son demostraciones visibles y elocuentes de sus faltas anteriores. Ciertas enfermedades congénitas y falta de salud desde la infancia, suelen ser consecuencias de vidas anteriores de desorden y despilfarro de energías. 
SON DESTINOS DOLOROSOS, CONSECUENCIAS DEL MAL USO DE SU LIBRE ALBEDRIO.

Sebastián de Arauco.

                                           





                                                                       

" Todos  nosotros heredamos de Dios la Vida eterna, en Espíritu inmortal....
    Una existencia es como un soplo, comparado a menos de un segundo en la Eternidad Universal"

- Vera Jakubowski-

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Fe inavalable


La fe es el mayor tesoro del alma.
Es la gran luz que ilumina nuestros destinos, enriquece nuestra inteligencia y exalta nuestro corazón.
La fe es el emblema de la perfección y la insignia del poder.
Por eso, Jesús dice a sus dicípulos: Si tuvieseis fe del tamaño de una simiente de mostaza, diréis a esta morera: transplántate en el mar y ella os obedecería.
La fe es un tesoro que valora al alma, tal como el oro en el mundo valora al hombre.
En la esfera material el hombre ha sido considerado por lo que tiene,
En la esfera espiritual cada uno vale por la fe que posee.
Para poseer legalmente bienes materiales en la Tierra, es necesario trabajo, razocinio y esfuerzo.
Para adquirir la verdadera fe también es indispensable el trabajo, el razocinio, el estudio y el esfuerzo.
La prosperidad material es producto del trabajo.
La prosperidad espiritual es una conquista del Espíritu.
El dinero facilita el bienestar físico.
La fe, por su vez, felicita al hombre, no solo espiritualmente, sino también alcanza a su físico.
Ña fe no se c ompra en los templos de los mercaderes, ni en las ferias. no se da como limosna ni se adquiere por herencia.
La fe se adquiere especialmente por la adquisición de conocimiento.
Sobre ese asunto, Allan Kardec nos dejó la siguiente enseñanza: Fe verdadera, es la que puede encarar la razón cara a cara, en cualquier época de la Humanidad.
Dios tiene concedidas a los hombres las más variadas bendiciones, menos la fe.
Por esa razón se ve en todas las religiones a personas capaces de cautivar por la bondad, maravillarnos por su paciencia y atraernos por su caridad.
Entretanto, fácilmente notamos también en ellas la ausencia de la verdadera fe. 
¿Por qué? 
Porque la fe no se adquiere sin estudio, sin trabajo, sin el ejercicio del libre albedrío.
                                                                            
Muchos hombres aun se encuentran ciegos de cara a la luz. y sordos en relación a los sonidos. Son todavía, personas sin fe.
Tienen el entendimiento ocultado por los velos de los dogmas y de los preconceptos.
La fe verdadera es poderosa, pero no se impone por la fuerza.
A cada uno de nosotros se nos dio la libertad para buscar la verdad y abandonar el engaño.
La fe es el alimento que sustenta al Espíritu. 
Es el agua que sacia al alma. 
Y así como el comer y el beber exigen un esfuerzo dirigido de la voluntad, también la fe no se conquista sin la aplicación de los medios adecuados para su obtención.
La fe es sabiduría consustanciada en el amor que nos conduce a Dios.
Esta sí, la fe razonada, es la fe que efectivamente nos ha de salvar.
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No es la repetición automática de palabras decoradas que nos aproximen a Dios.
No es la oferta de valores y de bienes lo que nos concederá la paz que tanto deseamos.
No serán los rituales ni los trajes específicos lo que garantizarán a nuestra almas el consuelo y la orientación que necesitamos.
Dios nos dispensa de fórmulas para extender sus brazos amorosos en nuestra dirección.
Solamente la fe verdadera, es la que debe ser conquistada por cada uno de nosotros, individualmente y a costa de esfuerzo y dedicación. es como nos ofrecerá tantas bendiciones de forma efectiva y permanente.
Somente a fé verdadeira, que deve ser conquistada por cada um de nós, individualmente e à custa de esforço e dedicação, é que nos oferecerá tais bênçãos de forma efetiva e permanente.
¡ Pensemos en eso!
Redacción de Momento Espírita

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¿Quien decide cómo y cuando reencarnamos ?    Esto depende del grado de adelanto evolutivo del Ser reencarnante, pero en cualquier caso  en el plano espiritual rige la Voluntad Divina y solamente Dios por medio de  sus fieles servidores, elevados Espíritus encargados de aplicar y realizar  las leyes espirituales de la reencarnación y la de Causa y Efecto,  es  quien  para cada Ser  se prevé  y  se permite su reencarnación en las circunstancias  que justamente necesita en particular, para seguir su normal proceso evolutivo.

     En el caso de Espíritus primitivos o escasamente evolucionados, son guiados inconscientemente a modo de  lo que sucede con las almas de los animales, de forma  bastante frecuente y casi  inmediata, pero cuando más adelante  ya alcanzan cierto grado de evolución y de consciencia,  como en general sucede  ya en nuestra Humanidad actual, se respeta el libre albedrío y entonces el propio Ser es el  que decide  responsablemente por sí mismo, el donde, como y cuando desea  renacer. Esto lo hacen siempre asesorados por los Espíritus Guías y Maestros Espirituales, que son Espíritus  Superiores, especializados en planificar las vidas humanas y guiar adecuadamente la reencarnación de los Seres espirituales “jóvenes” y atrasados, con arreglo a las circunstancias particulares de cada uno y con respecto a la Ley de Consecuencias.
  Esta planificación realizada antes de sumergirse en una nueva vida humana, se basa primeramente en la necesidad evolutiva del Ser  espiritual, así como en los méritos o deméritos de sus vidas anteriores, de acuerdo siempre con lo que en cada caso determine el equilibrio que impone la ley del Karma  que está subordinada a la Ley de leyes: La del Amor.
   En el caso de Seres más evolucionados, estos sí gozan de una mayor libertad para elegir, lo cual  les  supone una mayor responsabilidad, y les viene dado por su mayor grado de lucidez y desarrollo de la conciencia , lo que  les capacita para poder elegir la clase de vida y el ambiente familiar y social que más les conviene , aunque nunca prescinden del asesoramiento y consejo de los Espíritus Guías, dentro de lo que les señale y permita  para  cada caso particular  la ley de Causa y Efecto, escogiendo las pruebas que afrontarán en esa vida, como  acontecimientos generales, que a grandes rasgos constituyen el destino de cada persona , pero no así en los pequeños detalles que acompañen y se deriven de esos acontecimientos, pues estos dependerán del libre albedrío de cada uno en cada momento y circunstancia.
   En estos casos  la reencarnación es casi siempre aceptada y hasta solicitada voluntariamente por el Ser, porque a partir de cierto grado evolutivo, es condición indispensable que exista un acto previo de su voluntad que le impulse a afrontar una nueva existencia humana.
    A veces sucede que algún Espíritu que se encuentra realizando alguna labor en el plano astral,  comienza a sentir  como  su actividad  va  estando  cada vez más entorpecida a causa de su falta de madurez en algún aspecto, por lo que comprende que tiene aspectos que le son necesario modificar y corregir en la vida humana,  para poder proseguir  después correctamente su  actividad en el mundo espiritual en que habita o en el que aspira poder habitar. Este impulso evolutivo es la principal razón que le induce al deseo de volver al plano físico  para corregir o aprender las nuevas lecciones que le hacen falta.

-Jose Luis Martín-

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“Los padres que deseen tener hijos intelectual y moralmente superiores,pueden atraer seres espirituales más evolucionados para encarnar como sus hijos, mediante pensamientos elevados y acciones honestas, así como manteniendo un ambiente de armonía en el hogar, especialmente antes de la concepción”
               - Sebastián de Arauco (Tres enfoques...)-


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                            PENAS TEMPORALES 

– El Espíritu que expía sus faltas en una nueva existencia, ¿no experimenta sufrimientos materiales, y si esto es así, es exacto decir que después de la muerte, sólo sufrimientos morales experimenta el alma? 
– Es muy cierto que, cuando el alma está reencarnada, las tribulaciones de la vida son para ella, un sufrimiento; pero ella no tiene sino el cuerpo que sufre materialmente. 
Con frecuencia decís del que ha muerto que ya no sufre, y esto no siempre es cierto. Como Espíritu, no experimenta dolores físicos; pero, según las faltas que haya cometido, puede sentir dolores morales más agudos, y en una nueva existencia puede ser más infeliz aún. El mal rico pedirá limosna y será víctima de todas las privaciones de la miseria; el orgulloso de todas las humillaciones, y el que abusa de la autoridad y trata a sus subordinados con desprecio y dureza, se verá obligado a obedecer a un señor más duro aún de lo que él fue. Todas 
las penas y tribulaciones de la vida son expiación de faltas de otra existencia, cuando no son consecuencia de las de la actual. Cuando hayáis salido de aquí lo comprenderéis. (273,393, 399). 
El hombre que se cree feliz en la tierra, porque puede satisfacer sus pasiones, es el que menos esfuerzos hace para mejorarse. Con frecuencia expía desde esta vida su felicidad efímera, pero, ciertamente, la expiará en otra existencia 
de todo punto material. 

984 – Las vicisitudes de la vida, ¿son siempre castigo de faltas actuales? 
– No; ya lo dijimos: son pruebas impuestas por Dios, o escogidas por vosotros mismos en estado de Espíritu y antes de vuestra reencarnación, para expiar las faltas cometidas en otra existencia, porque nunca las infracciones a las leyes de Dios, y sobre todo a la  ley de justicia, quedan impunes. Si no es en esta vida necesariamente será en otra y por esta razón el que para vosotros es justo, con 
frecuencia está marcado por su pasado. (393). 

985 – La reencarnación del alma en un mundo menos grosero, ¿es una recompensa? 
– Es consecuencia de su depuración, porque a medida que los Espíritus se depuran, se reencarnan en mundos cada vez más perfectos, hasta que se hayan despojado de toda la materia y lavado de todas sus manchas, para gozar eternamente de la felicidad de los Espíritus puros en el seno de Dios. 
En los mundos donde la existencia es menos material que en éste, las   necesidades son menos groseras y todos los sufrimientos físicos menos vivos. 
Los hombres no sienten las malas pasiones que en los mundos inferiores, siembran la enemistad entre ellos. Careciendo de objeto el odio y los celos, viven todos en paz, porque practican la ley de justicia, de amor y de caridad. No conocen los disgustos y las inquietudes que nacen de la envidia, el orgullo y el egoísmo, que atormentan nuestra existencia terrestre. (172 – 182). 

986 – El Espíritu que ha progresado en su existencia terrestre, ¿puede reencarnarse, a veces, en el mismo mundo? 
– Sí, si no ha podido cumplir su misión, y él mismo puede pedir terminarla en una nueva existencia; pero entonces no es una expiación. (173) 
987 – ¿Qué se hace del hombre que, sin hacer mal, tampoco hace nada para sacudir la influencia de la materia? 
– Puesto que ningún paso ha dado en dirección a la perfección, debe empezar una existencia de misma naturaleza de la que dejó; permanece estacionario, y es así como puede prolongar los sufrimientos de la expiación. 
988 – Hay personas cuya vida corre en completa calma y que no teniendo nada que hacer por sí mismas, están exentas de cuidados. Esa existencia feliz, ¿prueba que nada tienen que expiar de otra anterior? 
– ¿Las conoces bien? Si lo crees, te engañas. Pues, con frecuencia, la calma es sólo aparente. Pueden haber escogido semejante existencia, pero, cuando la dejan, perciben que no les sirvió para progresar, y entonces, como el perezoso sienten el tiempo que han perdido. Sabed bien, que el Espíritu no puede adquirir conocimientos y elevarse sino por la actividad; si se duerme en la 
negligencia no avanza. Se asemeja al que necesita trabajar (según vuestras costumbres) y que se pone a pasear o se acuesta con la intención de no hacer nada. Sabed también que cada uno habrá de dar cuenta de la inutilidad voluntaria de su existencia. Esa inutilidad es siempre fatal para la felicidad futura. La suma de la felicidad futura está en razón de la suma del bien que se ha hecho, y la de la desdicha está en razón del mal y de los infelices que ha hecho. 

989 – Hay personas que sin ser positivamente malas, hacen infelices a todos los que las rodean, por su carácter. ¿Qué consecuencias les acarrea esto? 
– Seguramente, esas personas, no son buenas y expiarán con el espectáculo de aquellos a quienes han hecho infelices, lo que será para ellos reprochable. Después, en otra existencia, sufrirán lo que hicieron sufrir. 
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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