martes, 29 de mayo de 2018

Mensaje psicografiado de Chico Xavier


Temas de hoy:

- Amor filial y Amor paterno
- La moral cristiana del Espiritismo
-La Luz que nos guía
- Mensaje psicografiado de Chico Xavier
-¿ Qué conclusiones se pueden deducir de la Reencarnación?





                AMOR FILIAL Y AMOR PATERNO
                                                                           
           
La ley natural - ¿ impone a los hijos la obligación de trabajar para sus padres? 
- Ciertamente, del mismo modo que los padres deben trabajar para sus hijos. Por eso Dios ha hecho del amor filial y del amor paterno un sentimiento natural, a fin de que, mediante este mutuo afecto, los miembros de una misma familia sean inducidos a ayudarse recíprocamente. Es lo que con sobrada frecuencia se olvida en vuestra sociedad actual. 
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC 


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               LA MORAL CRISTIANA DEL                                     ESPIRITISMO


El Espiritismo tomando su punto de partida en las mismas palabras de Cristo, como Cristo tomó el suyo en las de Moisés, es una consecuencia directa de su doctrina. 
A la vaga idea de la vida futura, añade la revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y precisando así la creencia, le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento. Él define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte. Por el Espiritismo el hombre sabe de donde viene, a donde va, porqué está en la Tierra, porqué sufre en ella temporalmente, y ve en todas partes la justicia de Dios. Sabe que el alma progresa sin cesar a través de una serie de existencias sucesivas, hasta adquirir el grado de perfección que pueda aproximarle a Dios.
Con la reencarnación se destruyen las preocupaciones de razas y castas, puesto que el mismo Espíritu puede renacer rico o pobre, gran señor o proletariado, libre o esclavo, hombre o mujer. De todos los argumentos que se han invocado contra la justicia de la servidumbre y de la esclavitud y contra la sujeción de la mujer a la ley del más fuerte, no hay ninguno tan lógico como el hecho material de la reencarnación. Si, pues, la reencarnación funda sobre una ley de la naturaleza el principio de la fraternidad universal, funda también en la misma ley el de la igualdad de derechos sociales y por consiguiente el de la libertad.
 Los hombres no nacen inferiores y subordinados sino por el cuerpo; por el Espíritu son iguales y libres. De aquí el deber de tratar a los inferiores con bondad, benevolencia y humildad, porque el que hoy es nuestro subordinado, puede haber sido igual o superior nuestro, o quizá un pariente o un amigo, como también nosotros a la vez podemos venir a ser subordinados de aquel que nosotros mandamos.
 Quitad al hombre el Espíritu libre, independiente y sobreviviente al cuerpo, y haréis de él una máquina organizada, sin objeto, sin responsabilidad, sin otro freno que la ley civil, capaz de ser explotado, como un animal inteligente. No esperando nada después de la muerte; si sufre, no tiene en perspectiva más que la desesperación y la nada por refugio. Con la certeza del porvenir, con la de volver a encontrar a los que ha amado, con el temor de hallar otra vez a los que han ofendido, cambian completamente todas sus ideas. Si el Espiritismo no hubiese hecho otra cosa que sacar al hombre de la duda sobre la vida futura, ya habría hecho para su mejoramiento moral más que todas las leyes disciplinarias que le detienen algunas veces, pero que no le modifican o transforman.
 Haciendo caso omiso de la preexistencia del alma, la doctrina del pecado original no solamente es inrreconciliable con la justicia de Dios, que haría responsables a todos los hombres de la falta de uno solo; sino que sería un contrasentido, y tanto menos justificable cuanto que el alma no existía en la época a que se pretende hacer remontar su responsabilidad. Con la preexistencia y la reencarnación, el hombre al renacer trae el germen de las pasadas imperfecciones y de los defectos que aún no ha corregido, los cuales se traducen por sus instintos nativos, y por sus propensiones para tal o cual vicio. Aquí está su verdadero pecado original, cuyas consecuencias sufre naturalmente, pero con la diferencia capital de que lleva la pena de sus propias faltas y no de la falta cometida por otro; además, otra diferencia hay a la vez consoladora, animadora y soberanamente equitativa, que consiste en que cada existencia le ofrece los medios para redimirse por la reparación, y de progresar ya sea despojándose de alguna imperfección, ya sea adquiriendo nuevos conocimientos, y esto hasta que estando suficientemente purificado no tenga ya necesidad de la vida corporal, pudiendo vivir exclusivamente de la vida espiritual, eterna y bienaventurada.
 Por la misma razón el que ha progresado moralmente, trae al renacer, las cualidades nativas, del mismo modo el que ha progresado intelectualmente tras las ideas innatas de aquellos conocimientos; se identifica con el bien, lo practica sin esfuerzo, sin cálculo y por decirlo así sin pensarlo. El que está obligado a combatir sus malas tendencias, aún está en la lucha; el primero ha triunfado ya; el segundo está en camino de hacerlo. Hay pues virtudes originales, como hay saber original y pecado, o mejor, vicio original, es decir, inclinación, disposición, tendencia natural.
 Creemos que estas consideraciones son dignas de ser estudiadas, y en nuestra humilde opinión, nos parece que los hombres deberían fijarse más en estudiar su presente, que no en averiguar quienes fueron sus antecesores.
 Que venimos de Dios no cabe duda, ¿Si Dios no fuera Dios, quién sería? La clara prueba de que Dios existe; es que hay algunos hombres que lo niegan. En cuanto al sistema de las causas finales, estamos conformes hasta cierto punto nada más.
 El hombre, podrá ser el rey de la Tierra, la causa final de las especies orgánicas de este planeta, pero no la última creación del Eterno.
Esos mundos que en la noche silenciosa contemplamos en el espacio inmenso, y que parece que nos hablan de Dios por medio de figuras cabalísticas, tienen necesariamente que estar habitados, y muchos de ellos por humanidades más adelantadas que la terrena, porque el hombre de la Tierra no puede ser la última palabra de Dios, es completamente imposible: somos un compuesto de necio orgullo, de ridícula vanidad, no sabemos definir a Dios y le damos nuestras pasiones; no nos conocemos a nosotros mismos, y queremos conocer la causa creadora; no en balde dice una antigua sentencia, que no hay nada tan atrevido como la ignorancia.
Memorias por Amalia Domingo Soler
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               LA LUZ QUE NOS GUÍA

¿A dónde vamos ? “Cada desencarnación en nuestro mundo representa, digámoslo así, un nacimiento en el espacio. Allí vuelve el Espíritu después de librada su batalla aquí bajo; allí vive contento e individualizado con su periespíritu o cuerpo espiritual que afecta precisamente la forma de su última encarnación, cuyo periespíritu le permite relacionarse con los demás seres espirituales que le rodean. Al llegar al espacio, al desprenderse de su cuerpo material, al reconocerse el Espíritu, se cumple en él una de las leyes admirables que rigen el mundo espiritual. Procede por sí mismo al reconocimiento del valor moral de los hechos que ha realizado en la vida que acaba de dejar, se erige en su propio juez; los actos, las palabras, los propios pensamientos que como hombre efectuó, pronunció o tuvo; se presentan ante él como cuadros disolventes, y acata algunos, y reprueba terminantemente los demás, es la conciencia desnuda y libre de la hipocresía humana que se juzga a sí misma y falla contra su propio ser”. “Allí, en la vida errática, en el espacio, el Espíritu reconoce sus yerros mejor que en la Tierra, y toma resoluciones, adopta determinaciones que comprende son necesarias para su purificación y progreso. Al verse detenido en su vuelo hacia las alturas luminosas del espacio, por el peso de su periespíritu, aún demasiado denso, demasiado grosero, para permitir su elevación, se hace cargo de esa densidad, adquiere el convencimiento de que su detención en los planos inferiores de la atmósfera terrestre, es debida a las muchas manchas que afean su cuerpo espiritual, y entonces, indaga, busca, pregunta cómo ha de conquistar ese estado especial, que le dejará elevarse como los demás seres que cruzan veloces el espacio infinito, dejando tras ellos un reguero de luz. La misericordia de Dios, auxilia al cumplimiento de la ley de justicia en aquel pobre ser,permitiendo que la contestación le sea dada por sus protectores espirituales, y al oírla se convence de que, efectivamente, sólo las luchas y los dolores de la vida material pueden obrar como reactivo purificador sobre él, transformando su periespíritu pesado, grosero, denso, incapaz de elevarse en un organismo fluídico de blancura inmaculada y de resplandeciente luz”. 

 Extractos del Libro La Luz que nos guía. 
-Amalia Domingo Soler-


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MENSAJE PSICOGRAFIADO 


Mis queridos amigos de nuestra amada  Doctrina Espírita, que Jesús esté con vosotros y que su paz nos envuelva a todos.
Vengo a hablaros en este día de las bellezas que encontrñe en el mundo de los espíritus del lado de allá, como se dice ahí, en la Tierra.
Al retornar a la vida espiritual encontré muchos amigos que me esperaban, lo que me causó tamaña conmoción, la felicidad tan soñada existe cuando tenemos amigos queridos y familiares que velan por nosotros aquí en la Tierra y también en el plano espiritual.
La sensación que viví, no podría explicarla, porque faltarían palabras adecuadas para definir la amplitud que el momento me proporcionó y la alegría al despertar con amigos queridos; fueron muchas alegrías juntas que mi corazón conmovido se encontró, lleno de gratitud a Dios.
Para mi no fueron un sacrificio las horas de dedicación al bien, porque me sentí realizado y contento con el cumplimiento de la misión tan pequeñita de mi última reencarnación en la Tierra.
Deseo en este momento deciros que hacer el bien en favor de nuestro prójimo, es una de las causas más nobles que el ser humano pueda realizar, y que la gratitud de Dios siempre nos alcanzará en sus manos, a través de nuestros sinceros intereses en realizar el bien en cualquier parte, tiempo y situación.
Amense mucho; convivan entre sí las alegrías y no se dejen dominar por pensamientos de desánimo, mis queridos, vuelvanse la fuerza que impulsa la esperanza, la fe y el amor.
Recuerden siempre, mis queridos amigos, que Jesús continúa en el timón y que el barco precisa navegar en las aguas para llegar al margen del océano del amor incondicional.
Que Dios les bendiga a todos, mis queridos amigos de mi corazón. Mucha paz, mucho amor y mucha luz en el camino de todos vosotros.
Que el gran Señor del Universo nos ilumine, dejo mi abrazo para todos.

Chico Cisco de Dios


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    ¿ Qué  conclusiones se  pueden 
        deducir de la  reencarnación?








           La primera es la  existencia del  Espíritu  humano, como Ente real,  y de su inmortalidad, puesto que sigue existiendo y vuelve para  reencarnar.  La vida prosigue y no cesa, dentro de un constante proceso evolutivo de transformación continua,  y  la parte  mental o psíquica del Ser humano, también prosigue en su camino después del efímero paso que tenemos  por  este mundo.

      En  segundo lugar, de la existencia del Espíritu, se deduce invariablemente  la existencia  real de un Principio ,Origen y Causa  del mismo y  de todo lo que existe, que llamamos Dios, en un concepto más amplio aunque el Ser humano lo intuya solamente, pero no lo comprenda porque sea incapaz de abarcar la idea de lo Absoluto. 

        En tercer lugar, por esta Ley cósmica  de la Reencarnación, que se liga a la de Causa y Efecto, podemos comprender   de forma clara y evidente las causas de las desigualdades humanas,   de cuyo origen  somos responsables y autores nosotros mismos.

     En cuarto lugar,  por la Ley de la Reencarnación,  comprendemos como se engrana el mecanismo de la evolución progresiva del Ser mediante su propio  esfuerzo durante su paso a través de  las diversas existencias humanas en mundos físicos. Esta evolución supone un  perfeccionamiento  progresivo,  y su resultado  es la consecución de la felicidad  según avanza en su caminar evolutivo hacia  la comprensión o  participación cerca de su  Creador o Fuente de Origen, como meta ideal  de Suprema Perfección.

          También nos lleva  a comprender el mecanismo de actuación de la Ley  de Consecuencias  al considerar  que las misiones y deudas que cada uno traemos a este mundo, son el  lógico resultado de nuestras experiencias de vidas anteriores. Tengamos claro que nuestro presente es el resultado de nuestros actos en el pasado, así como que nuestro futuro depende de nuestros actos en el presente. Por tanto también se desprende de aquí, que la felicidad a que todo el mundo aspiramos depende  solamente de nuestra capacidad de hacer el bien.

     Asimismo  la reencarnación ilumina y amplía el concepto de la Justicia Divina, porque por la Ley  de Consecuencias  que la acompaña,  a cada cual se le da según sus obras. Podemos por lo tanto, llegar a  comprender y a sentir  como realmente existe una Justicia inmanente en toda la Creación, que es Absoluta y Perfecta, de modo que a cada uno se nos va a dar a cada paso aquello que necesitemos para evolucionar, que  a su vez será  lo que merezcamos según nuestros actos.  

     Por esta Ley Natural, podemos  llegar a comprender  cómo actúa esta Justicia Divina, comprendiendo  todos los sucesos que acontecen en la vida y sus porqués, pues funciona  junto a la de Causa y Efecto  reajustando los actos del pasado que no se han borrado del alma y se hallan ocultos en el subconsciente.  Esto nos  lleva así a comprender el por qué el Ser humano tiene un sentido inmanente  de la Justicia, lo cual demuestra que la Justicia existe.  En relación con lo dicho, se puede deducir que por la  Ley de la Reencarnación y la ley  de Consecuencias que la regula, todo se paga y todo se redime antes o después por lo que ningún acto bueno o malo queda sin sanción.

   Asimismo  es de subrayar que también ofrece una explicación racional sobre los sufrimientos y miserias de esta vida cuando los padecen personas que, aparentemente, no los merecen porque en esta vida no han hecho nada para merecerlos.

- Jose Luis Martín-



                                                    
“La sabiduría que capacita para ayudar; la voluntad que dirige a la sabiduría y el amor que inspira a la voluntad; estas son las cualidades que hay que adquirir” 
Krishnamurti-


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