martes, 29 de mayo de 2018

El aborto a la luz de la Doctrina Espírita




        

Buenas tardes amigos;

esta tarde os presento:

´ El aborto a la luz de la Doctrina Espírita
- A la búsqueda de la perfección espiritual
-  DOCTRINA ESPIRITA COMO MEDIO DE ELEVACIÓN MORAL. Reflexión.
- La ceguera humana ante el fenómeno de la muerte



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 EL ABORTO A LA LUZ DE LA                     DOCTRINA  ESPÍRITA





                                           PARTE I
El primer derecho del ser humano es el derecho a la vida, como vemos en la cuestión 880 del Libro de los Espíritus:

880 – Pregunta: ¿Cual es el primero de todos los derechos naturales del hombre?.
          Respuesta:"El de vivir. Por eso es que nadie puede atentar contra la vida de su semejante, ni hacer o querer nada que comprometa su existencia corporal."

Sobre la unión del alma con el cuerpo, la cuestión 344 es bien clara:

344- Pregunta: ¿ En qué momento se une el alma al cuerpo?
         Respuesta: "La unión comienza en la concepción pero no se completa hasta el nacimiento.Desde el instante de la concepción el Espíritu designado para habitar cierto cuerpo, se liga a este por un lazo fluídico que se va apretando cada vez más, hasta el instante en que el niño ve la luz. El grito que el recién nacido suelta, anuncia que ya se cuenta entre el número de los siervos de Dios".

La cuestión del aborto es tratada objetivamente, en la cuestión 358 del Libro de los Espíritus, que dice lo siguiente:

358-  Pregunta:¿Es un crimen provocar el aborto en cualquier periodo de gestación?
          Respuesta: Hay crimen siempre que se transgrede la ley de Dios. Una madre o quien quiera que sea, cometerá un crimen siempre que quite la vida de un niño antes de su nacimiento, porque eso impide a un alma el pasar por las pruebas para las que serviría de instrumento el cuerpo que se estaba formando".

     Ahora, la Doctrina Espírita nos da la certeza de que la vida pre-existe a la concepción y continúa después de la muerte del cuerpo.

     Inclusive, los avances científicos, principalmente de la parapsicología, la psicología, la psiquiatría y más recientemente, los de física cuántica, cada vez más están confirmando la afirmación de Kardec que ya cuenta con más de 150 años y constituye la síntesis filosófica de la Doctrina Espírita:

"Nacer, morir, renacer aún y progresar siempre, tal es la ley".

     Esta máxima, a pesar de la resistencia de los medios científicos y religiosos, viene siendo más aceptada cada día, porque se reviste de una lógica y de una simplicidad tan admirables que tiende a ser adoptada universalmente a partir del momento en que se analizan los casos bajo un prisma cada vez más racional y menos dogmático.

 Lógicamente esto no sucederá del día a la noche, pero llegará el tiempo en que la teoría de la reencarnación prevalecerá para toda la humanidad.

     Ante esto, es aún más evidente que el hombre no tiene el derecho y mucho menos. condiciones para ponerse en un pedestal, erigido sobre el orgullo y vanidad, de erigirse en juez con poderes de vida o muerte sobre un ser que inicia un proceso reencarnatorio, proceso que, como veremos, exige una gran preparación en el plano espiritual.

     Solo existe un caso en que el aborto es admitido por la Doctrina Espírita y es cuando el avance de la gestación supone riesgos para la vida de la madre.

En esta hipótesis, conforme nos aclara la cuestión nº 359 del Libro de los Espíritus, "es preferible que se sacrifique al ser que aun no existe, ante que sacrificar lo que ya existe". Lógicamente, se trata del ser encarnado, después del nacimiento.

     Aun en este caso se hace presente el dolor educativo, tanto para los padres como para los hijos, proporcionando para ambos una reparación y un aprendizaje necesarios, pues, como nada sucede por casualidad, ciertamente ese hecho tendrá también deudas pretéritas.

Veamos ahora algunos otros casos en los que el aborto es aconsejado o permitido al amparo de la ley:

Aborto por estupro:

En este caso, cabe una pregunta:  ¿ fué el niño quien cometió el crimen?. Es evidente que no. Por tanto la sociedad, en vez de permitir el aborto, en los casos en que la madre no se siente preparada para criar al hijo, debería facilitar y estimular la adopción del bebé, en vez de legalizar su muerte.

Aborto eugenésico o piadoso:

Es el practicado por una malformación fetal, por el diagóstico de que la criatura nacerá con problemas mentales o físicos.

     En cuanto a esto, la cuestión 372 del Libro de los Espíritus nos aclara que aquellos que encarnan en cuerpos deformes,o con deficiencias mentales, son espíritus muy endeudados, que están sufriendo un castigo, en forma del impedimento que experimentan y de la imposibilidad que tiene de manifestarse a través del cuerpo físico.

    Entonces, abortar en estas condiciones sería negar al Espíritu la oportunidad de expiar faltas graves, pues solamente reencarnando tendría la oportunidad de reorganizar su estructura, ciertamente desequilibrada por actos practicados contra la ley Divina.

    En este punto, surge una cuestión inevitable: ¿ Y los anencéfalos?. La cuestión es que todo cuerpo humano nacido vivo, incluidos los anencéfalos, tienen ligado un espíritu. En estos casos, lo que acontece es un rescate de los más dolorosos, pues el cerebro es el órgano físico que permite la manifestación de la inteligencia, y el espíritu que tiene negado ese derecho, ciertamente hizo un uso de los más indebidos de su capacidad intelectual en existencias pasadas, y precisa a través de esta breve y penosa prueba, expiar sus errores. Por tanto, queda claro que también en este caso el aborto es contrario a la Ley Divina porque el nacimiento le es necesario.
 Aborto económico:

Por último, veremos el llamado aborto económico, o sea,aquel que es defendido para evitar el aumento desenfrenado de la población, principalmente entre las clases más pobres, pues de lo contrario, se afirma que en breve la producción de alimentos en la tierra no sería suficiente para alimentar su población.
La cuestión 687 del Libro de los Espíritus nos recuerda que Dios no hace nada inútil y aclara de forma objetiva, que en cuanto al exceso de población, la óptica humana es la de quien solo ve un lado de un cuadro llamado naturaleza, y por tanto no tiene la menor condición para abarcar su conjunto.

 El Evangelio según el Espiritismo nos aclara que la tierra producirá lo suficiente para alimentar a todos sus habitantes, en el momento en que los hombres se sepan administrar según las leyes de justicia, de caridad y de amor al prójimo, de los bienes que ella da.

  Entonces, es fácil concluir que, si hoy millones de personas pasan hambre en este mundo, no es por el exceso de población sino porque el hombre no tiene para con su hermano la preocupación que debería tener, de no dejarlo desamparado, de repartir con él el pan que muchas veces le sobra. Porque el alimento que produce la tierra es suficiente para sustentar a toda la humanidad, cuando sea distribuido de forma equitativa.

 Con todo, para eso será necesario aún un gran perfeccionamiento moral de toda la raza humana, que, por cierto, ya está en marcha, aunque muchas veces sea dificilmente percibido. Pero sí hacemos una  comparación entre la preocupación social con los destinos de la humanidad de hoy, con lo que había hace unas décadas atrás, vamos a constatar que estamos caminando hacia  adelante. 

Lentamente, bien es cierto, pero adelante.

-Organización Espírita Encuentros porAmor-



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             A LA BÚSQUEDA  DE LA                     
           PERFECCIÓN ESPIRITUAL
Podríamos proponer algunas pautas importantes para seguir transitando por ese difícil camino que es el de la evolución y progreso espiritual. Veamos algunas de ellas:

Cuando estemos solos, debemos cuidar nuestros pensamientos pues estos muchas veces tienden a vagar por donde quieren, según sus preocupaciones, sus gustos o sus querencias, no siempre positivos  y como ya sabemos, la mente puesta en acción es el motor generador de nuestras ideas y de nuestros actos, buenos o malos,  de los cuales somos responsables ante nuestra conciencia y ante el Universo entero (Dios).

 Asimismo, cuando estamos con amigos, tendemos muchas veces a acoplar nuestra personalidad, nuestro carácter y hasta nuestros conocimientos a los de ellos, aunque veamos y comprendamos un nivel más pobre  de educación, de formas de comportamiento, o de conceptos, todo con el fin de seguir granjeándonos su amistad y confianza, o  su admiración, dejando tantas veces de obrar como nosotros mismos. Cuando actuamos así  nos colocamos una máscara en la personalidad, que da una imagen distorsionada de nuestra realidad personal y espiritual. Por ello, debiéramos comenzar por cuidar nuestro lenguaje, de modo que este sea siempre  correcto y educado;  un lenguaje que inspire confianza, paz, armonía y seguridad, pues de ese modo, el afecto y el grado de amistad al que aspiramos, llega por sí mismo, sin dejar de mostrarnos tal como somos, dando un ejemplo constante de moderación, de nobleza y de lealtad, que suele ser motivo de admiración y atracción por parte de los amigos y ante cualquier circunstancia.

Los espíritas, en el fondo,  solemos ser modelo de perfección sin ser perfectos y sin pretenderlo, ni mucho menos, entonces por ello, quien sabe de nuestra “etiqueta espírita” o de nuestras afirmaciones y creencias, nos examina permanentemente, decepcionándose o alegrándose- según la clase de amigos que sean-,  cuando encuentran “un fallo”, pues eso echa por tierra nuestra imagen y la imagen que tienen del Espiritismo, y ello  muchas veces justifica el que muchas veces no quieran compartir o ni tan siquiera respetar, nuestros conocimientos e ideas.

Por las mismas razones expuestas, cuando estemos enojados, cuidemos y controlemos  particularmente nuestro  temperamento, pues en esas situaciones humanas, este tiende a desbocarse y a dejar de nosotros una imagen penosa, difícil de recomponer ante los demás y ante nosotros mismos después de un episodio de esa clase. No permitamos que el dichoso temperamento, fuerte, o el mal humor  nos desborde y aunque sea por momentos, y  haga de nosotros lo que no queremos ser.

Como vemos, el comportamiento en grupo, es muy importante, pues es la piedra de toque en donde demostramos  a los demás y a nosotros mismos, lo que de verdad somos o lo que de verdad queremos llegar a ser. Otra pauta a señalar, sería el esforzarnos por cuidar las emociones negativas ante los demás, cuando estemos con problemas.  El tener problemas , es muy normal y muy humano;¿Quién no los tiene o los ha tenido?; pero no debemos perder de vista su razón de ser y su utilidad espiritual, pues en primer lugar, sabemos que cada cual ha generado y genera los suyos, a los cuales se tiene que enfrentar después para superarlos, rectificar  y crecer con ellos. Por tanto, cuidemos junto al temperamento esas emociones que a veces nos pueden traicionar.

Encima de todo esto, a veces descargamos el mal humor con alguna crítica ácida sobre alguien que no suele estar presente para defenderse.  De este modo empeoramos  con  ella una situación, queriendo justificar lo que moralmente es injustificable y presentándonos como  llenos de razón en nuestros juicios y críticas. ¡ Cuidado con las críticas!; ¡Suelen reflejar aquellos defectos que portamos nosotros mismos, aun cuando nos pasen desapercibidos !.

  Tengamos siempre valor para superar los  problemas y resignación para sufrirlos, sabiendo que nada acontece por casualidad.
   ¡ Seamos justos y comedidos con los demás, del mismo modo que quisiéramos que los demás lo sean con nosotros !

Por último, cuando  nos vayan bien las cosas; cuando por cualquier motivo sintamos la bendición de Dios, no nos enorgullezcamos  por ello  demasiado; no lo atribuyas a tus méritos por tus mejoras. Estamos aún muy lejos de ser modelo de nada.  Más bien, agradece a la Misericordia Divina todo lo bueno que te llegue, pues en medio de tantos errores espirituales y de tantas deficiencias morales que llevamos en el alma, aún estamos lejos de merecer  bendiciones ni favores  de lo Alto. Pensemos que Dios muchas veces nos hace estos regalos sin merecerlos, como una demostración de SU bondad  y de Su Amor,  y se podría decir que como “pago adelantado” y acicate, para que sigamos esforzándonos en avanzar por el arduo camino de la perfección espiritual en medio de este mundo de expiaciones y de pruebas. Tengamos siempre la humildad de reconocerlo y aceptarlo así, mostrando nuestro íntimo agradecimiento por ello.

-Jose Luis Martín -

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   DOCTRINA ESPIRITA COMO MEDIO DE ELEVACIÓN MORAL. Reflexión. 

Muchas personas que empiezan a conocer la Doctrina Espirita, se sienten mas atraídos por el fenómeno de la mediumnidad que por el estudio de la Doctrina Espirita . 
No hace falta ser médium para ser Espirita, la mediumnidad no se tiene que desarrollar para obtenerla, se nace con ella, la mediumnidad es una parte de la Doctrina Espirita, pero lo realmente importante, no es ser o no ser médium, lo realmente importante es el estudio de la Doctrina Espirita, hacer el mayor esfuerzo por ser un buen ser humano y aplicar esta doctrina de amor y caridad en el diario vivir, lo cual es difícil en ocasiones. 
Sin necesidad de ser algo más. 
El conocimiento de la Doctrina Espirita es un excelente medio para progresar y evolucionar espiritualmente. 
La comunicacion con los espiritus es es un complemento del espiritismo, pero no lo mas esencial. 
La parte mas esencial es tener conocimiento del mundo espiritual, comprenderlo y por medio de ese conocimiento y comprensión progresar, evolucionar espiritualmente, desprendiéndonos de nuestras imperfecciones: la vanidad, los celos, el egoísmo, etc. 
La finalidad de comunicarnos con los espíritus no es para adivinar el futuro y ningún absurdo de este tipo. 
Principalmente es para saber en que situación se encuentran nuestros seres queridos o para instruirnos con los consejos de nuestros guías espirituales. 

Angeles Calatayud-                                                                                                                                                                                                                                                                                                       **************************************************
                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 
                                                                                 LA CEGUERA  HUMANA ANTE EL                      FENÓMENO DE LA MUERTE                    Voy a acostarme para dormir. Mas puedo morir durante el sueño.  Estoy bien, no tengo ningún motivo especial para pensar en la muerte en este momento. Ni para desearla.  Pero la muerte no es una opción, ni una posibilidad. Es una certeza.                                         Cuando el Jurado de Atenas condenó a Sócrates a la muerte al contrario de premiarlo, su mujer corrió afligida hacia la prisión, gritándole: “Sócrates, los jueces te condenaron a la muerte”. El filósofo respondió calmadamente: “Ellos también ya están condenados”. La mujer insistió en su desespero: “¡ Mas es una sentencia injusta !” Y él le preguntó: “Preferirías que fuese justa?” La serenidad de Sócrates era el producto de un proceso educacional: la Educación para la Muerte. Es curioso señalar que en nuestro tiempo solo nos preocupamos de la Educación para la Vida. Nos olvidamos de que vivimos para morir. La muerte es nuestro fin inevitable. Mientras tanto, llegamos generalmente a ella sin la menor preparación. Las religiones nos preparan, bien o mal, para la otra vida. Y después que morimos encomiendan nuestro cadáver a los dioses, como si él no fuese precisamente aquello que dejamos en la Tierra al morir, el fardo inútil que no sirve para más nada.                                                                                                                                                              Quien primero se preocupo por la Psicología de la Muerte y de la Educación para la Muerte, en nuestro tiempo, fue Allan Kardec.                                                                                 El realizó una pesquisa psicológica ejemplar sobre el fenómeno de la muerte. Por años consecutivos habló al respecto con los espíritus de los muertos. Y, considerando al sueño como hermano o primo de la muerte, investigó también a los espíritus de personas vivas durante el sueño. Esto porque, según verificara, los que duermen salen del cuerpo durante el sueño. Algunos salen y no vuelven: mueren. Llegó, con anticipación de más de un siglo, a esta conclusión a que las ciencias actuales también llegaran, con la misma tranquilidad de Sócrates, a la conclusión de Victor Hugo: “Morir no es morir, sino solo mudarse”.                                                                                                                                                   Las religiones podrían haber prestado un gran servicio a la Humanidad si hubiesen colocado el problema de la muerte en términos naturales. Mas, nacidas de la magia amamantadas por la mitología, solo hicieran complicar las cosas. La mudanza simple de que habló Victor Hugo se transformó, en las manos de los clérigos y teólogos, en un pasaje dantesco por la selva sel-vaggia de la Divina Comedia. En las civilizaciones agrarias y pastorales, gracias a su contacto permanente con los procesos naturales, la muerte era encarada sin complicaciones. Los rituales suntuosos, los ceremoniales y sacramentos surgieran con el desenvolvimiento de la civilización, en el zarpe de la imaginación creadora. La mudanza se revistió de exigencias antinaturales, complicándose con la burocracia de los pasaportes, las recomendaciones, el tránsito sombrío en la barca de Caronte, los procesos de juicios seguidos de condenaciones tenebrosas y así por delante. Más tarde, para satisfacer el deseo de sobre vivencia, surgió la monstruosa arquitectura de la muerte, con mausoleos, pirámides, momificaciones, que permitían la ilusión del cuerpo conservado y de la permanencia ficticia del muerto sobre la tierra y de los gusanos. Morir, ya no era morir, sino metamorfosearse, volverse momia en los sarcófagos o terror maléfico en los misterios de la noche.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     Herculano Pires.                                                                                                                                                                                                                                             **********************                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                

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