miércoles, 4 de julio de 2012

A quien hieren nuestras faltas





Los Teólogos influenciaron nuestro inconsciente coletivo 





No es Dios quien sufre con  nuestras faltas, sino las víctimas de ellas. Quien tiene que perdonarnos son las víctimas y no Dios.  El no castiga a nadie.


     Placer no es pecado y sufrimiento no es virtud.




Dios nos creo para la alegría y la felicidad, y no para la tristeza y la desventura. Pero nosotros sufrimos por causa de la ley bíblica y cósmica de causa y efecto, pues recogemos lo que sembramos.
 Transgredimos la ley divina, pero no es Dios quien sufre por nuestras faltas, sino las víctimas de esas faltas y nosotros también, como autores de ellas. Así quien tiene que perdonarnos son las víctimas y no Dios, aunque sea Él quien nos de las oportunidades de ser perdonados, dándonos, por ejemplo, las reencarnaciones. Y Dios no castiga a nadie. Solo funciona la ley de causa y efecto. Por eso, castigar ( del latín castigare), es purificar y no solo  punir. En otras palabras, quien está siendo castigado está siendo purificado y reeducado.


  


  La misericordia de Dios es infinita y Él es amor. Por eso, a través del Nazareno, Dios nos enseña que tenemos que perdonar no solo siete veces, sino 70 veces siete, o siempre. ¿Cómo entonces iba Dios a castigarnos, haciendo lo contrario de lo que enseña, y cuando Él no es alcanzado por nuestras faltas?. Perdonar (del latín perdonare), significa dar o donar plenamente.  Así el sentido de perdonar es  una donación plena del Yo Superior ( Atman, Self ) que procede  de quien está desapegado, cuyo espíritu santo ( universal) y evolucionado o que lo recibe de otro evolucionado

. De ahí que, cuando Jesus enseñó a sus  apóstoles y discípulos y, por tanto, a nosotros también, que a quien ellos perdonasen los pecados, seriam perdonados, primero El dijo: "Recibid un Espírito Santo" (Juan 20, 22 y 23). Obsérvese que yo dije "un" Espírito Santo, como está en el original griego, y no como hicieron los traductores que dicen "el Espírito Santo". En algunas traducciones, se ve  ese artículo  definido entre paréntesis, exactamente porque  no existe en el texto original griego. 




Quien perdona es discípulo real del Nazareno, pues hace lo que El  nos aconseja, o sea, que nos desapeguemos y nos donemos plenamente.  Y Dios, por ser bondad infinita, es un ser que se dona infinitamente. Y es eso lo que los textos bíblicos quieren decir con la enseñanza de que Dios perdona, con el fin de  enseñarnos que nosotros, también, tenemos que perdonar, inclusive igualmente, en el sentido de la donación plena. Del mismo modo, la Bíblia dice que Dios descansó en el séptimo día de la creación, cuando sabemos que Dios no se cansa.  Pero nosotros  debemos  aprender que tenemos que  descansar. De ahí surgió la ley universal del descanso semanal.


Dios, como vimos, además de no ser la víctima de nuestros pecados, es  inofensíble. Y jamás El nos habría creado, si fuésemos un dolor de cabeza para El.  El  clero católico del pasado entendió que competía solo a él y a Dios poder perdonar. Pero ese poder no es solo de los padres, obispos o del papa, sino de todos nosotros que fuimos ofendidos. Además, tenemos no solo el poder, sino también el deber de perdonar.  Y los pecados quedan perdonados o ligados a nuestro archivo espiritual (cielos) y no perdonados o retenidos, si no perdonamos.


Por analogía con el sufrimiento de Jesús, los teólogos del pasado entenderían  que el sufrimiento, las mortificaciones y las tristezas son  virtudes, mientras que la alegría, el placer y felicidad son algo pecaminoso, lo cual  se fue implantando en  nuestro inconsciente colectivo.  Esto dio origen a la exaltación de la castidad, que no es la principal virtud, el celibato de los padres y las exageraciones contrarios a las alegrías en general, principalmente las del Carnaval, como si a causa de estas cosas, Jesus estuviese muriendo de nuevo en la cruz. 


Si  esa teología  fuese cierta,  nuestra felicidad eterna tan grandiosa, como nadie jamás pudo imaginar, seria también una eternidad  de pecados!


JOSÉ REIS CHAVES





Página de buen ánimo


.Jesús es el Escultor Divino de nuestra individualidad eterna.
.Con el martillo de la dificultad modifica el bloque de la ignorancia, en el yacen posibilidades de sublimación; con el cincel del sufrimiento nos estructura en los más altos destinos.
.Sepamos interpretar obstáculos, inhibiciones, dolores y pruebas, sinsabores y lágrimas como benditos desafíos a nuestro propio perfeccionamiento.
.La tierra es nuestra escuela.
.La lucha es nuestro camino.
.El trabajo es nuestra lección.
.La experiencia es el valor que adquirimos.
.El amor es nuestra brújula en el campo infinito de recursos en el que se mueve nuestro aprendizaje.
.La muerte será siempre nuestro juez imperturbable.
.Y sobre todo, no nos olvidemos de que siendo el Evangelio el derrotero que abrazamos, Cristo es invariablemente nuestro Maestro.
.Aceptemos de ese modo, la obligación de hacer lo mejor que podamos cada día y procurando a Jesús en nuestros pensamientos, palabras y acciones, estemos convencidos de que Jesús nos encontrará para alcanzar juntos, finalmente, la Suprema Paz de la Suprema Alegría.


André luiz por el médium Francisco Xavier.




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