jueves, 9 de febrero de 2023

Vida y sexo

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-Sintonía del Ser reencarnante con el Periespiritu materno

2.- El Kardecismo, hoy .

3.- Religiones con Reencarnación o sin ella

4.- Vida y Sexo

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SINTONÍA DEL SER REENCARNANTE CON EL PERIESPÍRITU MATERNO

         
     A medida que el Espíritu se conciencia de la necesidad de renacer en el escenario físico, se inicia todo un proceso de acompañamiento y orientación especializado en el evento. Como tenemos en el planeta Tierra las Maternidades con una amplia estructura para acoger al recién llegado, en el plano espiritual existe el correspondiente equipo especializado que acompaña a aquel que parte.

     En su obra, André Luiz se refiere a la existencia en la colonia Nuestro Hogar, del Ministerio de la Reencarnación, que coordinaría estos equipos.

     En los Espíritus reluctantes, que se niegan a renacer y a recibir la preparación necesaria, la intensificación del desgaste de sus unidades energéticas y el sopor consecuente los compele compulsoriamente al retorno. Algo como si se debilitasen, muriesen para la vida espiritual...

     El organismo femenino es el privilegiado nido que recibirá al Espíritu reencarnante. Los lazos afectivos o los desafectos del pasado, presos emocionalmente por los vehículos energéticos, atraen a la entidad al campo vibratorio de su afinidad.

     Más allá de la ligación espontánea que se verifica, los equipos especializados pasan a dar asistencia y a promover la progresiva ligación fluídica del Espíritu con los fluidos periespirituales de la futura madre.

     De esta aproximación vibratoria del Espíritu a la candidata a recibirlo, se origina una creciente interpenetración fluídica entre ambos. Se establece un intercambio energético en dos direcciones con efectos bilaterales. El Espíritu se ve envuelto en la malla energética que lo prende suavemente, como expresando una invitación al regazo materno.

     Del lado materno surge muchas veces el deseo progresivo de quedar embarazada, en función del estímulo psíquico generado por la presencia del futuro hijo, ya ligado espiritualmente a su aura periespiritual.

     Emmanuel, en el libro Vida y Sexo, hace alusión al deseo de quedar embarazada, motivado por las ligaciones de la Entidad al campo fluídico de la futura madre. Sugerimos su lectura.

     En el periespíritu materno o psicosoma, la región que se especializa en este proceso es el Centro de Fuerza Genésico, también conocido como chacra genésico ya hace millares de años por los espiritualistas orientales.

     A pesar de que el término Centro de Fuerza Genésico sea el referido por los orientadores espirituales, utilizaremos la expresión Chacra Genésico, por lo práctico del mismo y porque históricamente fue el primero en ser creado.

     El Chacra Genésico es el Centro de distribución de fluídos espirituales y energía vital del plano extra-físico para todo el aparato reproductor. Controla, no solo el mecanismo de la Reencarnación, sino también el aparato sexual del cuerpo físico. Es uno de los 7 chacras principales del cuerpo espiritual, de todo ser humano encarnado.

     Los lazos energéticos del Espíritu en vías de reencarnar, que estaban ligados superficial y globalmente al periespíritu materno, pasan en un segundo estado a estrecharse progresivamente, dirigiéndose a la región del aparato reproductor femenino, estableciendo lazos más fuertes con el chacra genésico especializado en esta función. A estas alturas el envolvimiento aún no se efectúa a nivel del cuerpo biológico materno, pero los fluídos del perispiritu ya buscan adentrarse en la materia, irradiando sobre las células físicas con su simple presencia.

     En el momento siguiente, la ligación de la Entidad reencarnante se hará mediante sus expansiones energéticas al fluído vital del óvulo materno.

     Como sabemos, todas las células vivas irradian un campo energético, consecuente a la energía vital en ellas existente, Esta energía vital es la que confiere el principio vital o principio de vida a todos los seres biológicamente estructurados.

     La semejanza semi-material o energética entre el fluído vital del óvulo y los fluídos periespirituales de la Entidad reencarnante, es lo que permite el puente necesario para establecer la conexión indispensable a ala imantación del óvulo.

     Ya observamos ahora, al óvulo aún no fecundado, magnetizado por el envolvimiento de fluídos periespirituales de nuestro personaje principal: el Espíritu reencarnante.

     El óvulo así magnetizado, permanece irradiando, reflejando las energías del Espíritu. Conforme a su adelantamiento moral e intelectual, expresará una determinada frecuencia de onda en sus vibraciones, que se reflejarán en las energías que el óvulo irradiará envuelto por esta influencia.

- Ricardo di Bernardi- ( de su obra "Reencarnación: Sublime intercambio")-

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                     EL KARDECISMO HOY

                                                          


“El espiritismo está lejos de haber dicho su última palabra en cuanto a sus consecuencias, pero es inquebrantable en su base, porque esta base está asentada sobre los hechos”. “Marchando con el progreso, el espiritismo jamás será superado, porque, si nuevos descubrimientos le demostraran que está equivocado sobre un punto, se modificaría en ese punto; y si una nueva verdad se revela, la acepta”. (La Génesis, carácter de la revelación espírita, N° 55) 

     Con estas palabras, Allan Kardec insiste en los principios fundamentales que ha puesto en evidencia y que constituyen las bases del espiritismo experimental y filosófico. Además, expresa claramente que el espiritismo nunca será dogmático y por tanto, si fuera necesario, deberá plegarse a los cuestionamientos en función de nuevos descubrimientos que vengan a contradecir uno u otro de sus principios. Se encuentra allí el sentido de una postura intelectual lógica y rigurosa, que ha permitido la eclosión de un cuerpo de doctrina meticulosamente elaborado a partir de la experiencia y la reflexión, dentro de un espíritu de análisis y síntesis donde nada fue dejado al azar. Sin duda alguna fue necesario todo el rigor del pedagogo Rivail convertido en Allan Kardec, para descifrar el sentido de las manifestaciones póstumas a fin de extraer de ellas un conjunto de leyes naturales. Las informaciones recibidas fueron analizadas y organizadas por un trabajo metódico y razonado, con la participación de algunos médiums de confianza, para permitir la realización de la obra fundamental El Libro de los Espíritus.

     Ninguna otra gran obra, ni antes ni después de Allan Kardec, ha dado cuenta de los grandes principios metafísicos del universo a partir de la comunicación con los espíritus. Hubo pues, un antes y un después de Allan Kardec; antes, existía aún la gran nebulosa de teorías diversas, mal definidas e influenciadas por las religiones, aunque ya personajes brillantes como Emmanuel Swedenborg (1688-1772) o Jean Reynaud (1806-1863) habían sido, de alguna manera, precursores del espiritismo. 

    En primerísimo lugar, se debe a Allan Kardec el hecho de haber introducido la comunicación espírita en los campos de la ciencia y la filosofía, a partir de un estudio que recurre a la lógica y la razón, dentro de una reflexión intelectual y moral. Aún aquellos que se han alejado de su pensamiento, como Charles Richet y otros metapsiquistas, han reconocido en él al precursor de una conducta nueva e inédita, la de un hombre riguroso que se ha colocado sobre un terreno experimental e intelectual, con una grandeza de miras que ya no tenía nada en común con las concepciones habituales del esoterismo y del misticismo religioso. Adoptó la palabra espiritismo para desmarcarse del espiritualismo anglosajón; hizo entrar los fenómenos en una nueva era, la de la experiencia y la reflexión intelectual. Y, contrariamente a las posiciones dogmáticas tomadas en su nombre, él mismo se cuidó mucho de todo dogmatismo, ubicando al pensamiento espírita dentro de una perspectiva evolutiva, donde el espiritismo nunca debería ser sobrepasado por el progreso. Y es esta noción la que, todavía hoy, genera debates: ¿sería el kardecismo una doctrina detenida en el más allá, en la no habría más nada que descubrir? El propio Allan Kardec deseaba que su doctrina no se convirtiera en un dogma inmutable, lo que expresó con “El espiritismo, marchando con el progreso, nunca será rebasado…” Si bien el kardecismo es y sigue siendo un aporte considerable en sus bases esenciales, ha sido necesario, sin embargo, afinar ciertas nociones, lo que a menudo hemos tenido oportunidad de hacer en esta revista, como por ejemplo todo lo que se refiere a los términos de expiación, prueba y resignación (Editorial - Journal Spirite N° 82). Sin desnaturalizar el conjunto de principios puestos de relieve por Allan Kardec, los progresos y transformaciones de nuestras sociedades han impuesto reajustes en cierto número de puntos y precisiones complementarias sobre temas sociales como el suicidio, la eutanasia, el aborto o la homosexualidad. ¿Es eso injuriar al fundador del espiritismo? Ciertos espíritas lo creen, encerrándose en un dogmatismo neo-religioso que se aleja del fondo mismo de un pensamiento abierto y progresista que siempre debe ser capaz de interrogarse acerca de lo que ya no estaría de acuerdo con los progresos científicos, intelectuales y sociales de nuestras civilizaciones. Así, aún hoy, subsisten querellas escolares entre los dogmáticos y los progresistas, por el hecho de que el ser humano a menudo necesita marcos muy establecidos y referencias inmutables y definitivas. Por el contrario, es preciso interrogarse permanentemente sobre conocimientos, a veces mal meditados, que pueden convertirse en lecciones recitadas de memoria. La evolución de los conceptos respecto a la cuestión de las pruebas y expiaciones, volvamos sobre el tema con algunos argumentos complementarios. Para comprender estas nociones, es preciso en primer lugar situarse en el contexto histórico de la época de Allan Kardec: el espiritismo nacía en un universo judeo-cristiano bajo el Segundo Imperio en Francia. ¿No hacía falta entonces una necesaria transición para pasar de una espiritualidad a otra, del catolicismo al espiritismo? La idea podría afinarse en tiempos futuros más favorables, y por otra parte, eso es lo que ha venido ocurriendo progresivamente en la historia espírita después de Allan Kardec. Al leer la obra del fundador, se experimenta cierta dificultad en conciliar la resignación ante la prueba y la responsabilidad activa del libre albedrío. Es como si hubiera hecho falta encontrar un término medio en una transición entre la religión y el espiritismo, como si hubiera hecho falta adaptar progresivamente al Dios de la religión a otra concepción de la divinidad. Y ya en la época, la contradicción fue ruda; nada le fue escatimado a Allan Kardec que había franqueado una frontera inaceptable para la religión. Es sobre esto que hay que reflexionar cuando la noción de expiación, heredada de la religión, ya no conviene a nuestro pensamiento espírita de hoy. La simple relación de causa a efecto es una noción mejor adaptada, noción ya desarrollada por Allan Kardec y que de hecho se basta a sí misma. Hay otro elemento de importancia a hacer entrar en juego, y es que la comunicación espírita se ha perpetuado en el tiempo y a través de testimonios individuales de espíritus, hemos podido discernir mejor este principio natural de la relación de causa - efecto. Un espíritu que hace su balance en el más allá y que viene a participar en sesión espírita, se convierte en un elemento determinante de comprensión. Cuando, por ejemplo, un espíritu mide sus fracasos o sus inconsecuencias, si se arrepiente amargamente de ellos, no siente por ello la capa de plomo de un juicio divino y de un castigo. Siente ante todo lo que él es, lo que no ha hecho y debía haber hecho; es confrontado a su propia naturaleza, a su libre albedrío y a sus debilidades, pero no está sujeto a un juicio de los espíritus superiores o de Dios. Sólo tiene en sí mismo la respuesta a su propia naturaleza que ha incumplido y que deberá superar, no por expiación, sino tomando por sí mismo nuevas resoluciones para una nueva encarnación. En sí, la divinidad es la ley de la naturaleza que se impone de entrada al espíritu que se encuentra frente a su propia verdad. He aquí lo que hace la diferencia, y no es inconveniente revisar en la obra inicial un vocabulario que deja entrever un severo juicio divino. Precisar y afinar ciertas nociones no es injuriar a Allan Kardec, puesto que él mismo había anticipado esta eventualidad. Las conclusiones del congreso de Santos En el mismo orden de ideas, la Confederación Espírita Panamericana - CEPA - siempre ha militado por una reflexión actualizada de los conceptos espíritas y en el congreso de Santos, Brasil (del 5 al 9 de septiembre de 2012), se realizó sobre el tema: Las perspectivas contemporáneas de la teoría espírita de la reencarnación. Resalta de ese congreso, dentro de la síntesis de reflexiones comunes y compartidas, un cierto número de conclusiones aquí resumidas: 

“- Las estadísticas muestran que la creencia en la reencarnación y su aceptación como hipótesis científica y filosófica, se expande en todos los continentes, independientemente de las tradiciones culturales y religiosas de sus respectivos pueblos y naciones. 

- Episodios cada vez más frecuentes de recuerdos espontáneos de probables vidas pasadas, en particular entre los niños, así como la hipnosis regresiva y las experiencias mediúmnicas que acceden a presuntas vidas anteriores, ofrecen hoy una rica fuente de estudios que refuerza la teoría reencarnacionista. 

- La aceptación de la hipótesis palingenésica, en particular a partir de un enfoque racional y filosófico, apoyado por indicios o evidencias que se verifican en el campo de la ciencia experimental, vienen a confirmar las propuestas fundamentales del espiritismo, enunciadas en las obras de Allan Kardec y en las obras complementarias de filósofos, científicos, escritores y pensadores que, después de él, han desarrollado una filosofía espírita dentro de una perspectiva progresista, laica y de libre pensamiento.

- Estamos ante un nuevo paradigma filosófico y científico que merece el estudio, la profundización de la investigación y la aplicación práctica en todos los campos del conocimiento del ser humano. 

- La reencarnación no es para considerarla como un dogma religioso, sino como un conocimiento capaz de dotar al individuo y la sociedad de una responsabilidad personal y colectiva respecto al progreso individual y social. 

- A la luz de la filosofía espírita, la reencarnación puede ser vista como un poderoso instrumento para buscar la justicia social, reduciendo progresivamente las desigualdades y las injusticias. Éstas jamás deben ser interpretadas como consecuencia de una presunta justicia divina, sino como el resultado del orgullo, el egoísmo y el desprecio por las leyes naturales. La propuesta ética espírita combate estos tropiezos humanos y contribuye a la construcción de una sociedad más justa y solidaria. 

- A diferencia de las antiguas creencias como la metempsicosis o de concepciones reencarnacionistas inspiradas en el cristianismo, el hinduísmo u otros, la palingenesia espírita indica que el espíritu reencarna para progresar y no para pagar sus faltas. Así, la visión espírita es esencialmente pedagógica, ejerciendo un rol importante en la educación progresiva del espíritu inmortal, contribuyendo igualmente a la toma de conciencia de la humanidad en el sentido de evitarle el consumismo excesivo y la falsa prosperidad. 

- La palingenesia espírita es un instrumento de conocimiento de sí, de educación y progreso ético individual y colectivo. De acuerdo con las leyes naturales, especialmente con los valores de justicia, amor y caridad, la reencarnación según el espiritismo, contiene elementos de convicción científicos, filosóficos y éticos de carácter universal. La evolución consistirá en un acercamiento de los pueblos y las culturas en favor del progreso, la paz y la fraternidad”.

Nuestra asociación suscribe totalmente esta visión reactualizada de la reencarnación, a partir de reflexiones sobre la aplicación de una moral espírita que esté conforme con los principios fundamentales del kardecismo, y que, al mismo tiempo, esté en concordancia con los progresos científicos y las evoluciones sociales de nuestro tiempo.

 por JACQUES PECCATTE

LE JOURNAL SPIRITE N° 91 JANVIER 2013

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"El Espiritismo proclama la libertad de conciencia como un derecho natural y la reclama para los suyos como para todo el mundo. Respeta todas las convicciones sinceras, pidiendo para sí la reciprocidad.",
Allan Kardec, Obras Póstumas

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RELIGIONES CON REENCARNACIÓN Y  SIN ELLA

“¿Qué religión tienes tú?- ¿Yo? Ninguna; ¿Y  por qué ninguna?- Pues....por religión

                  -Friedich Von Séller -

 

Religiones reencarnacionistas

No todas las religiones contemplan la reencarnación, pues algunas sostienen que se vive en la Tierra una sola vez y que al final de la vida,  se nos plantea un juicio para fijar nuestra suerte permanente y definitiva por toda la eternidad, según hayan sido nuestros pensamientos, sentimientos y actuaciones en una sola existencia humana, sin considerar lo larga o corta que esta haya podido ser.

No obstante, es de señalar que entre lo promulgado por las religiones de Oriente y las Escuelas Filosóficas y Espiritualistas de todo el mundo, hay, en la actualidad aproximadamente  más de dos mil millones de adeptos a la idea de la reencarnación.

Históricamente, la idea de la reencarnación siempre ha apoyado y no ha desmentido nunca los conceptos básicos de todas las religiones, tal como la existencia de Dios, la existencia del alma y el reconocimiento de la Ley Universal de Consecuencias, por tanto la necesidad de hacer el bien, porque siempre recogeremos lo que hayamos sembrado antes;  la reencarnación bajo estos conceptos generales, ofrece una sólida fe religiosa, un conocimiento de lo moral y un estímulo para el desarrollo de las virtudes humanas.

Son muchas las religiones que aceptan y promulgan  el concepto de las vidas múltiples, aunque con muchas diferencias y matices en las diversas  concepciones particulares de cada una.

El concepto fundamental de la reencarnación, siempre ha formado parte de la “doctrina secreta” formada desde la más remota antigüedad. Los primeros y más antiguos libros en donde aparece reflejado este concepto es en “Los Vedas”, que fue el molde que formó la primitiva religión patriarcal de la India. De este molde se derivan entre otros conceptos fundamentales, la idea  monoteísta de Dios como  un Ser Supremo que se inmola a sí mismo  y se divide para producir la Vida Universal; por eso los seres proceden de Dios y vuelven a El por una evolución constante. De aquí nace la idea de la caída y re-ascensión de las almas, procedente de Egipto y Grecia, y transmitida después hasta el Cristianismo que la adoptó bajo otros matices teológicos. Desde  lo más remoto de los tiempos védicos, ya existieron anacoretas y ascetas que pasaron sus vidas en las selvas y desiertos, interpretando la ciencia oculta, doctrina secreta de los Vedas. De ellos nació más tarde  el Brahmanismo.

      La más numerosa de las religiones Védicas, es la  Induista, que es la más antigua de las grandes religiones del mundo, que se remonta a 4.000 a.a.C. Formada a partir de las enseñanzas de Krishna, que fue el primero de los reformadores religiosos de la Historia conocida; este  renovó las doctrinas védicas apoyándolas en la idea de la Trinidad Divina y en la del alma inmortal con sus renacimientos sucesivos.  La religión Induista en realidad está formada por  varias religiones que conviven juntas, cada una con sus  dioses, pero con uno solo común y principal : El Brahmán, “El Absoluto”, que es impersonal e intemporal. Esta religión milenaria  se encuentra  repartida en  diversas ramas y castas, y  reconoce en los seres humanos un YO individual y eterno.  Su obra clásica principal es “El Vedanta” que trata del culto a las diosas Siva y Visnhu,  y se agrupa  en dos sectas correspondientes que engloban las  tres  cuartas partes de la población india, que pertenece a una de las dos diosas: Los Visnuitas (adoran a la diosa Visnhu) y los Sivaitas(adoran a la diosa Siva); también es muy importante la secta de los Ramaitas, (adoradores de Rama).

El antíguo Egipto  también nos legó su doctrina de la época de los Vedas, reflejada en los papiros y en los jeroglíficos. Esta  es la del “Verbo-Luz, una divinidad de triple naturaleza: inteligencia ,fuerza y materia a la vez, o sea espíritu, alma y cuerpo, lo que ofrece una analogía perfecta con la filosofía de la India. Estos y otros  conocimientos humanos de la época quedaron reflejados en los libros sagrados de Hermes Trimegisto.

En el Budismo, con más de trescientos millones de adeptos distribuidos por todo el mundo, se niega el concepto de Dios como Entidad individual, concreta y delimitada, pero no el de la reencarnación del alma. Su Enviado fue un príncipe llamado  Sidarta Gautama, “el Buda”( que significa “el Puro” o “el Perfecto”), y más tarde se transformó en un anacoreta, predicando su filosofía y conceptos.  Para esta religión solo hay un Ego ilusorio en continuo proceso de cambio, que se encarna repetidamente por sus deseos y apegos. Al periplo de las vidas múltiples, y a la serie de renacimientos  le  llaman “ Rueda de  Renacimientos” o “Samsara”.

 .El propósito del budista  es escapar finalmente del Samsara  extinguiendo el deseo, la ignorancia y la mala voluntad. Al Alma la consideran como una  especie de conciencia o Ego ilusorio en un continuo proceso de cambio, que arrastra algún karma ( deuda moral) y finalmente su meta es llegar a alcanzar el  Nirvana que significa desaparecer en la nada,  fundiéndose  con el “ Todo”.      

          El Jainismo es otra religión ancestral, con una antigüedad de 600 a.a.C,  derivada  del  Hinduismo. Su concepto del alma es el de que esta se trata de  una individualidad inmortal, inicialmente pura, que va reencarnando repetidamente para desarrollar su naturaleza hasta llegar a alcanzar la Perfección. No tienen un Dios reconocido, y creen que los Seres humanos, los animales y las plantas, tienen muchas almas. Actualmente apenas  tienen unos tres millones de adeptos.

El Taoismo, otra antiquísima religión que se remonta al siglo IV a.C. . “Tao” significa camino y tiene un significado  equivalente a “Dios.”  Esta religión supone un sistema filosófico y religioso en el que están comprendidos el Confucionismo y  el  Budismo chinos.

El Confucionismo  fue la religión oficial  de China, que comenzó a regir  en el siglo III a.d.C., y  perduró  hasta el año 1.912 cuando fueron abolidas todas las religiones en China.

El Budismo chino cuenta con unos ciento cincuenta millones de adeptos, y a diferencia del Budismo Tibetano, para estas religiones la reencarnación tiene un sentido positivo.

El Sintoísmo, es la religión oficial de Japón y cuenta con unos cien millones de seguidores. Adoran a miles de dioses de la Naturaleza y a los espíritus de sus antepasados. Su figura Sagrada es el Emperador, que viene a ser para ellos como su “dios viviente”.

Los Zoroastrianos conforman un grupo de religiones que  no derivan de las enseñanzas de un solo profeta, sino de una serie de Maestros; el último  de ellos fue Zoroastro o Zaratustra,  con una antigüedad de 7.000 a..C. Estas religiones son aceptadas por más de cuatrocientos millones de Seres humanos, entre Budistas, Hinduístas, Jainistas y Sikhs.

Además de estas religiones oficiales, existen por todo el mundo muchos grupos o movimientos de los llamados esotéricos y de desarrollo espiritual que comúnmente admiten la idea de la reencarnación. En Occidente, particularmente en  Europa y en América latinas, ha sido sobre todo el Espiritismo de Allan Kardec  la principal doctrina filosófica de consecuencias morales, que sin ser una religión propiamente dicha, reconoce, fundamenta y actualiza el concepto de la reencarnación, siendo el número de espíritas indeterminado en todo el mundo, tal como también lo es el número de TeósofosRosacruces y  Gnósticos que no son religiones propiamente dichas, pero también  sostienen la idea de las vidas múltiples.

En  Brasil, nación donde  se encuentra muy mezclado, en partes aproximadamente iguales, el Catolicismo  con el  Espiritismo, también existe  la Umbanda que viene a ser una religión mezcla de los anteriores, mezclado a su vez con rituales y conceptos religiosos ancestrales africanos, que les legaron sus antepasados los esclavos negros procedentes de África; estas religiones africanas están englobadas bajo el nombre genérico de “religiones animistas africanas”, que todavía se profesan en el África Tropical, y que  reunían unos doscientos millones de seguidores, aunque en la actualidad la religión musulmana ha desplazado, sobre todo por la fuerza, a las aquí mencionadas.

También los conceptos sobre  reencarnación son sostenidos en las Islas de los océanos Pacífico e Indico; en Australia, Nueva Zelanda e Indonesia, así como  en los pueblos y culturas primitivas.

 - Religiones  no reencarnacionistas

“Dios genera Seres y por lo tanto ellos regresan una y otra vez hasta que todos   regresen a Él. -El Corán -

     A pesar de lo escrito en el Corán, la religión musulmana no la admite oficialmente. Más bien se podría afirmar que está prohibido admitir este concepto; ni tan siquiera hablar de él, porque es considerado herético para los musulmanes,  pero sin embargo en su libro Sagrado, El Corán, cáp. 24, se puede leer: “ los que dudan de la inmortalidad están muertos y no saben cuando renacerán”.  En los primeros tiempos del Islám,  la idea de la reencarnación fue enseñada en los libros sagrados que sucedieron al Profeta Mahoma. Según estos la reencarnación podía ser de tres formas: Hulul, que es la reencarnación de un Ser perfecto;  Rij´at, es el regreso de un Imán o líder espiritual; Tanasukh, es la  reencarnación de un personaje ordinario. Esta doctrina fue preservada por los Sufíes, los Bohras y los Shiks, cuyo fundador fué Nanak (1466-1539); este personaje llegó a afirmar que había nacido antes muchas veces.

El Judaísmo  es la religión oficial judía que procede de la enseñanzas dadas por Moisés. Actualmente, su libro  sagrado es  “La Torá”, y  no contempla tampoco este concepto, pero sin embargo sí que lo admitía en la época de Jesús-Cristo. Según el historiador judío  Flavio Josefo, la admitían los Esenios y los Fariseos desde 200 a.a.C. También aparece en el Talmud que data de la misma época, y en la Cábala ,( libros sagrados de los judíos de 1000 a.a.C).  Asimismo también aparece reflejada en el libro del Rabí  Isaac Luria ,titulado “Transmigración del alma”. 

Tampoco es contemplada la reencarnación por las religiones cristianas oficialmente establecidas, ni tampoco la contempla  la religión más moderna de todas: La Fé Bahái”. Esta religión se formó en la antígua Persia en el año 1.844 con las enseñanzas de su  Profeta fundador  Bahau-llá,  que al igual que Cristo  tuvo un precursor en Juan el Bautista, este profeta persa, también tuvo su  precursor en El Bab”; ambos terminaron siendo  martirizados y muertos por los musulmanes, por lo que muchos de sus seguidores y fieles, fueron  perseguidos, muertos, o disgregados por todo el mundo.

La gran diferencia entre  las enseñanzas de Jesús y Baháulla, fue que, según se refleja en más de un pasaje evangélico, Jesús habló y enseñó sobre reencarnación, aunque entonces se le llamaba "Renacimiento"; mientras Baháu-llá, en sus diversos escritos personales hechos en circunstancias que revelan claramente  una mediumnidad psicográfica muy desarrollada, no mencionó nunca esta importante realidad del Ser espiritual ( en realidad ni afirmó, ni negó).

       El Cristianismo dividido actualmente en varias sectas o Iglesias que se formaron a partir del desmembramiento del propio Cristianismo primitivo formado por los discípulos y los primeros seguidores de las enseñanzas de Jesús, también rechazaron este concepto a partir del Concilio de Constantinopla en el siglo tercero,  en el que el Papa  Virgilio la prohibió por orden del Emperador  Constantino, a pesar de que la idea de la reencarnación fue claramente enseñada por el Maestro Jesús. 

     Tales sectas derivadas del Cristianismo primitivo,  son la Católica, la Ortodoxa y la Luterana o Protestante, la Evangélica. etc. Y de estas religiones a su vez, se forjaron después otras sectas menores  y también  ignorantes por completo de la Reencarnación.

        Desde el principio, la Iglesia Cristiana, que aún no se había desmembrado en otras ramas, temió que la divulgación y aceptación de esta idea, pusiese en peligro sus propios dogmas y afirmaciones porque su aceptación los pondría en contradicción, tal como las penas eternas, la naturaleza de los ángeles, los sacramentos que vienen a ser peajes obligatorios sin los que no se puede acceder a la Gloria, etc.  Por todo eso  es que la Reencarnación ponía en peligro la veracidad y la autoridad  religiosa, política y social, ante el pueblo sometido por las iglesias,  de modo que obligadamente tenían que aceptar sus dogmas sin ponerlos en tela de juicio.

         Los clérigos y pastores de estas Iglesias cristianas se arrogan el poder de perdonar los pecados en el nombre de Dios, proclamándose como sus intermediarios o ministros; y claro está, que si de la idea de la reencarnación se desprende que cada uno es responsable personal de sus actos ante Dios, así como que  entre Dios y nosotros no hay intermediarios porque todos por igual hemos sido creados por Él, y todos y cada uno somos nuestro propio intermediario con Dios; siendo así ¿ cual sería la razón de existir de Sacramentos, como el de la Penitencia, así como de tal idea  de las vidas sucesivas?. Era algo incompatible con las teologías eclesiales.  Jesús sin embargo, dijo  que buscásemos el Reino de Dios y su Justicia y el resto se nos daría por añadidura, o sea, que el escondernos detrás de la mentira y las medias verdades,  ocultando la Verdad, no es el camino correcto para encontrar el Reino de Dios y su Justicia.  Jesús dijo también: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie va al Padre si no es por el Hijo”, lo cual no tiene otra interpretación que el camino hacia Dios  es la enseñanza y ejemplo de Jesús, que es la única  cierta y la senda segura  que conduce a la Vida, o sea, a Dios

    Cuando se profundiza en el conocimiento filosófico de la idea de la reencarnación se encuentran en ella todas las respuestas trascendentes que los humanos podemos encontrar cuando aspiramos a ese Reino de Dios, que es un estado espiritual pleno  de Felicidad y Luz,  Verdad y Sabiduría.

 - José Luis Martín-

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                                Vida y sexo 

Que los problemas del sexo agitan actualmente varios sectores de la vida humana es incontestable. 

¿De que forma, pues, las tesis del sexo son tratadas del plano espiritual para el plano terrestre? 

Semejante pregunta, repetidamente dirigida a nosotros, pequeños servidores desencarnados, motivó a escribir este modesto artículo que ofrecemos aquí a los lectores. 

Con él, no disputamos cualquier nueva posición, ante los dedicados trabajadores de la psicología moderna que hoy analizan los enredos del alma humana, para beneficio de la salud mental de la comunidad. 

Con nuestra ligera página, solamente desarrollamos conceptos formulados en la codificación kardequiana, para demostrar que las proposiciones alrededor del sexo apasionadamente focalizadas, en la actualidad de la tierra, fueron objeto de criteriosas anotaciones del mundo espiritual, en el siglo pasado, en la previsión de choques de opinión, en materia afectiva, que la humanidad de ahora enfrenta. 

Nada más realizamos que reformular el pensamiento y la definición de los mensajeros benevolentes y sabios que orientaron a Allan Kardec, en los comienzos de la doctrina espirita, en su función de consolador prometido al mundo por el Cristo de Dios. Y para no extendernos en consideraciones innecesarias. Concluiremos que, en torno del sexo, será justo sintetizar todos los desvíos en las normas siguientes: 

No prohibición, sino educación. 

No abstinencia impuesta, sino empleo digno, con el debido respeto a los otros y a si mismo. 

No indisciplina, sino control. 

No impulso libre, sino responsabilidad. 

Fuera de eso, es teorizar simplemente, para después aprender o reaprender con la experiencia. Sin eso, será engañarnos, luchar sin provecho, sufrir y recomenzar la obra de la sublimación personal tantas veces como se hagan necesarias, por los mecanismos de la reencarnación, porque la aplicación del sexo, ante la luz del amor y de la vida, es asunto pertinente a la consciencia de cada uno. 

Emmanuel 
Del libro “Paz y liberación” 
Medium Francisco Cándido Xavier. 

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