domingo, 12 de febrero de 2023

Lugares más frecuentados por los Espíritus

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- De los lugares frecuentados por los Espíritus

2.- Síntomas de la Mediumnidad

3.-La Concepción: el momento de la Reencarnación

4.- Las herencias espirituales

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De los lugares frecuentados por los espíritus
Allan Kardec


132. Las manifestaciones espontáneas que se han producido en todos los tiempos, y la persistencia de algunos Espíritus en dar señales ostensibles de su presencia en algunas localidades, son el origen de la creencia en los lugares frecuentados por aquéllos. A las preguntas dirigidas con este objeto se nos ha contestado del modo siguiente:

1. ¿Los Espíritus sólo se apasionan de las personas o se aficionan también a las cosas?
Esto depende de su elevación. Ciertos Espíritus pueden aficionarse a los objetos terrestres; los avaros, por ejemplo, que ocultaron sus tesoros y que nos están bastante desmaterializados, puede aún vigilarlos y guardarlos.

2. ¿Los Espíritus errantes tienen lugares de predilección?
Esto reconoce el mismo principio. Los Espíritus que no tienen apego a la Tierra van a donde encuentran simpatías; vienen aquí atraídos más bien por las personas que por las cosas materiales; sin embargo los hay que, momentáneamente, pueden tener una preferencia por ciertos lugares, pero estos son generalmente Espíritus inferiores.

3. Una vez que el apego de los Espíritus por una localidad, es una señal de inferioridad ¿es igualmente una prueba de que son malos Espíritus?
Seguramente que no; un Espíritu puede estar poco adelantado sin ser malo. ¿No sucede lo mismo entre los hombres?

4. La creencia de que los Espíritus frecuentan con preferencia las ruinas, ¿tiene algún fundamento?

No; los Espíritus van a estos parajes como a todas partes; pero la imaginación, afectada por el aspecto lúgubre de ciertos lugares, atribuye a su presencia lo que muchas veces sólo es un efecto muy natural. ¡Cuántas veces el miedo ha hecho tomar la sombra de un árbol por un fantasma, el grito de un animal o el soplo del viento por alma en pena! Los Espíritus quieren la presencia de los hombres; por esta razón buscan con preferencia los parajes habitados que los lugares aislados.

– Sin embargo, según lo que sabemos de la diversidad de caracteres de los Espíritus, debe haber entre ellos misántropos que deben preferir la soledad.
Por eso no he contestado de una manera absoluta a la pregunta; he dicho que pueden ir a los lugares desiertos lo mismo que por todas partes, y es muy evidente que los que quieren estar retirados es porque les gusta; pero esto no es una razón para que las ruinas sean forzosamente sus lugares predilectos; porque ciertamente hay muchos más en las ciudades y palacios que en el fondo de los bosques.

5. Las creencias populares tienen en general un fondo de verdad, ¿ cual puede ser el origen de los lugares frecuentados por los Espíritus?
El fondo de verdad es la manifestación de los Espíritus, en la cual el hombre ha creído en todo tiempo por instinto, pero, como he dicho, el aspecto de los lugares lúgubres afecta su imaginación, y, naturalmente, coloca en ellos los seres que mira como sobrenaturales. Esta creencia, que mira como supersticiosa, se conserva por las narraciones de los poetas y los cuentos fantásticos que se oyen desde la infancia.

6. ¿Los Espíritus que se reúnen tienen para esto días y horas de predilección?

No; los días y las horas son los registros del tiempo para uso de los hombres y para la vida corporal, pero para nada sirven a los Espíritus; no lo necesitan ni le hacen caso.

7. ¿Cuál es el origen de la idea que los Espíritus vienen con preferencia durante la noche?

La impresión producida sobre la imaginación por el silencio y la obscuridad. Todas estas creencias son supersticiones que el conocimiento razonado del Espiritismo debe destruir. Lo mismo sucede con respecto a los días y las horas que se cree serles más propicias; creedlo, a no dudar, que la influencia de media noche sólo ha existido en los cuentos.

–Siendo así, ¿por qué ciertos Espíritus anuncian su venida y sus manifestaciones para dicha hora y para días determinados, como por ejemplo del viernes?
Estos son Espíritus que se aprovechan de la credulidad y se divierten. Por la misma razón los hay de ellos que dicen ser el diablo o se dan nombres infernales. Mostradles que no sois un juguete y no volverán.

8. ¿Los Espíritus vienen con preferencia a la tumba en que descansa su cuerpo?
El cuerpo sólo fue un vestido; no piensan ya en la envoltura que les hizo sufrir como al prisionero sus cadenas. Sólo dan importancia a las personas que les son queridas.

–¿Las oraciones que se hacen sobre sus tumbas, le son, acaso, más agradables, y les traen allí con preferencia a otra parte?

La oración es una evocación que atrae a los Espíritus, bien lo sabéis. La oración tiene tanta más acción cuanto más ferviente y más sincera es; pero ante una tumba venerada se está más recogido, y la conservación de las reliquias piadosas es un testimonio de afección para el Espíritu, y al cual es siempre sensible. El pensamiento es el que obra siempre sobre el Espíritu y no los objetos materiales; estos objetos tienen más influencia sobre aquel que ruega fijando en ellos su atención, que sobre el Espíritu.

9. Según eso, ¿la creencia en los lugares frecuentados por los Espíritus no parece absolutamente falsa?

Hemos dicho que ciertos Espíritus pueden ser atraídos por las cosas materiales; pueden serlo por ciertos lugares que parece eligen para domicilio, hasta que cesan las circunstancias que les conducían a ellos.

–¿Cuáles son las circunstancias que pueden conducirles allí?

Su simpatía por algunas de las personas que los frecuentan o el deseo de comunicarse con ellas. Sin embargo, sus intenciones no son siempre tan laudables; cuando son Espíritus malos pueden querer ejercer una venganza sobre ciertas personas de las que tienen quejas. La permanencia en un lugar determinado puede ser también, para algunos, un castigo que se les ha impuesto, sobre todo si han cometido en él algún crimen, a fin de que tengan constantemente este crimen ante los ojos. (1)

(1)Véase la Revista Espírita, febrero de 1860: “Historia de un condenado”.


10. Los lugares frecuentados por los Espíritus ¿lo son siempre por los antiguos habitantes de estas moradas?

Algunas veces, pero no siempre, porque si el antiguo habitante es un Espíritu elevado, no se acordará ya de su habitación terrestre, como tampoco de su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares no tienen muchas veces otros motivo que el del capricho, a menos que no sean atraídos a ellos por su simpatía hacia ciertas personas.

– ¿Pueden fijarse en ellos con la mira de proteger a una persona o a su familia?

Seguramente, si son buenos Espíritus; pero en este caso nunca manifiestan su presencia por cosas desagradables.

11. ¿Hay algo de real en la historia de la dama Blanca?
Es un cuento formado de mil hechos que son verdaderos.

12. ¿Es racional el temer los lugares frecuentadores por los Espíritus?
No; los Espíritus que visitan ciertos lugares y arman en ellos ruido; más bien procuran divertirse a costa de la credulidad y del miedo que hacer mal. Por lo demás figuraos que hay Espíritus en todas partes, y que donde estéis lo tenéis sin cesar a vuestro lado, aun en las casas más pacíficas. Frecuentan muchas veces ciertas habitaciones, porque encuentran en ellas ocasiones de manifestar su presencia.

13. ¿Hay algún medio de expulsarlo?
Sí, y lo más a menudo lo que se hace para esto, los atrae en lugar de alejarlos. El mejor medio de echar a los Espíritus malos es el atraer a los buenos. Atraed, pues, a los buenos Espíritus haciendo el mayor bien posible, y los malos se irán; porque el bien y el mal son incompatibles. Sed siempre buenos, y no tendréis más que buenos Espíritus a vuestro lado.

–¿Hay, sin embargo, personas muy buenas que son el blanco de los enredos de los Espíritus malos?

Si estas personas son realmente buenas, puede ser que esto sea una prueba par ejercitar su paciencia y excitarles a ser todavía mejores; pero creed bien que no son los más virtuosos los que más hablan de la virtud. El que posee cualidades reales las ignora muchas veces él mismo o no habla de ellas.

14. ¿Qué creeremos en cuanto a la eficacia del exorcismo para echar los Espíritus malos de los lugares que frecuentan?

¿Habéis visto muchas veces que este medio haya tenido resultados? Por el contrario, ¿no habéis visto redoblar la zambra y el ruido después de las ceremonias del exorcismo? Es que se divierten cuando se les toma por el diablo. Los Espíritus que no vienen con mala intención pueden también manifestar su presencia por el ruido y aun haciéndose visibles, pero nunca hacen ruido que incomode. Estos son muchas veces Espíritus que sufren y que podéis aliviar rogando por ellos; otras veces son Espíritus benévolos que quieren probaros que están cerca de vosotros, o en fin Espíritus ligeros que juguetean. Como los que turban el reposo por el rugido, son casi siempre Espíritus que se divierten, lo que mejor puede hacerse es reírse; ellos se cansarán si ven que no consiguen asustar ni impacientar. (Véase el capítulo V “Manifestaciones físicas espontáneas”).

Resulta de las referidas explicaciones que hay Espíritus que se aficionan a ciertas localidades y dan a ellas la preferencia, pero que no tienen por esto necesidad de manifestar su presencia por efectos sensibles. Un lugar cualquier puede ser la morada forzada o predilecta de un Espíritu, aún malo, sin que se haya producido en él ninguna manifestación. Los Espíritus que se aficionan a las localidades o a las cosas materiales, no son jamás Espíritus superiores, pero sin ser superiores pueden no ser malos y no tener ninguna mala intención; algunas veces son comensales más útiles que dañosos, porque si se interesan por las personas, pueden protegerlas.

Allan Kardec


Extraído del libro "El libro de los médiums"

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SINTOMAS DE LA MEDIUMNIDAD

     La mediumnidad es una facultad inherente a todos los seres humanos, que algún día aparecerá de forma más ostensiva de la que ocurre en el presente momento histórico.
     Sutiles o vigorosos, algunos de esos síntomas permanecen en determinadas ocasiones generando mal estar y sinsabor, inquietud y trastorno depresivo, en cuanto que, en otros momentos surgen en forma de exaltación de la personalidad, sensaciones desagradables en el organismo, o antipatías injustificables, animosidades mal disfrazadas, como consecuencia de la asistencia espiritual de que se es objeto.

     Muchas enfermedades de difícil diagnóstico, por la variedad de síntomas, tienen sus raíces en los disturbios de la mediumnidad de prueba, esto es, aquélla que se manifiesta con la finalidad de invitar al espíritu a rescates aflictivos de comportamientos perversos o daños realizados en existencias anteriores. Por ejemplo, en el área física: dolores en el cuerpo, sin causa orgánica; cefalalgia periódica, sin razón biológica; problemas de sueño –insomnio, pesadillas, pavores nocturnos con sudor-; taquicardias, sin motivo justo; colapso periférico sin ninguna disfunción circulatoria, constituyendo todos ellos o apenas algunos de ellos, perturbaciones que derivan de la mediumnidad en surgimiento o con sintonía desequilibrada.

     La mediumnidad es una facultad inherente a todos los seres humanos, que algún día aparecerá de forma más ostensiva de la que ocurre en el presente momento histórico.

    A medida que se perfeccionan los sentidos sensoriales, favoreciendo con más amplio caudal de comprensión del mundo objetivo, se amplía la embrionaria percepción extrafísica, motivando el surgimiento natural de la mediumnidad.

     No pocas veces, es detectada por características especiales que pueden ser confundidas con síndromes de algunas psicopatologías que, en el pasado, eran utilizadas para combatir su existencia.

     No obstante, gracias a los notables esfuerzos y estudios de Allan Kardec, así como de una pléyade de investigadores de los fenómenos paranormales, la mediumnidad viene siendo observada y perfectamente aceptada con respeto, con respecto a benditas contribuciones que faculta al pensamiento y al comportamiento moral, social y espiritual de las criaturas.
     Sutiles o vigorosos, algunos de esos síntomas permanecen en determinadas ocasiones generando mal estar y sinsabor, inquietud y trastorno depresivo, en cuanto que, en otros momentos surgen en forma de exaltación de la personalidad, sensaciones desagradables en el organismo, o antipatías injustificables, animosidades mal disfrazadas, como consecuencia de la asistencia espiritual de que se es objeto.

     Muchas enfermedades de difícil diagnóstico, por la variedad de síntomas, tienen sus raíces en los disturbios de la mediumnidad de prueba, esto es, aquélla que se manifiesta con la finalidad de invitar al espíritu a rescates aflictivos de comportamientos perversos o daños realizados en existencias anteriores. Por ejemplo, en el área física: dolores en el cuerpo, sin causa orgánica; cefalalgia periódica, sin razón biológica; problemas de sueño –insomnio, pesadillas, pavores nocturnos con sudor-; taquicardias, sin motivo justo; colapso periférico sin ninguna disfunción circulatoria, constituyendo todos ellos o apenas algunos de ellos, perturbaciones que derivan de la mediumnidad en surgimiento o con sintonía desequilibrada.
     En el comportamiento psicológico, aún se presentan: ansiedad, fobias variadas, perturbaciones emocionales, inquietud íntima, pesimismo, desconfianzas generalizadas, sensaciones de presencias inmateriales –sombras y bultos, voces y tocamientos- que surgen inesperadamente, en tanto que desaparecen sin ninguna medicación, representando disturbios mediúmnicos inconscientes, que son provocados por la captación de ondas mentales y vibraciones que sintonizan con el periespíritu del enfermo, procedentes de entidades sufridoras o vengadoras, atraídas por la necesidad de rehacer los conflictos en que ambos –encarnado y desencarnado- se ven envueltos.

     Esos síntomas, generalmente pertenecientes a los capítulos de obsesiones simples, revelan la presencia de facultad mediúmnica en desarrollo, requiriendo los cuidados pertinentes a su educación y práctica.

     Sin embargo, no todos los individuos en los que se presentan síntomas de tal porte, necesitan ejercitar la facultad de que son portadores. Después de la conveniente terapia que es enseñada por el estudio del Espiritismo y por la transformación moral del paciente, que se hacen indispensables al equilibrio personal, recuperan la harmonía física, emocional y psíquica, prosiguiendo, sin embargo, con otra visión de la vida y diferente comportamiento, para que no le acontezca nada peor, conforme elucidaba Jesús después del atendimiento y la recuperación de aquéllos que Lo buscaban y tenían el cuadro de sufrimientos anterior.

     Sin embargo, gran número de portadores de mediumnidad, tienen un compromiso con la tarea específica, que le exige conocimiento, ejercicio, abnegación, sentimiento de amor y caridad, a fin de atraer a los espíritus nobles, que se encargarán de auxiliar a cada uno de en el trabajo del ministerio iluminativo.

     Trabajadores de última hora, nuevos profetas, transformándose en los modernos obreros del Señor, están comprometidos con el programa espiritual de modificación personal, así como de la sociedad, con vistas a la Era del Espíritu inmortal que ya se encuentra en sus cimientos afincados en la corteza terrestre.
     Cuando sin embargo, los disturbios permanecen durante el tratamiento espiritual, conviene que sea tenida en consideración la psicoterapia consciente, a través de especialistas propios, con el fin de auxiliar al paciente-médium a realizar el autodescubrimiento, liberándose de los conflictos y complejas perturbaciones, que son consecuencia de experiencias infelices tanto del ayer como del hoy.

     El esfuerzo por el perfeccionamiento interior aliado a la práctica del bien, abre los espacios mentales a la renovación psíquica, que se enriquece de valores optimistas y positivos que se encuentran en el Espiritismo, favoreciendo a la criatura humana con la alegría de vivir y de servir, al tiempo que la misma adquiere seguridad personal y confianza irrestricta en Dios, avanzando sin cualquier impedimento rumbo de la propia armonía.

     Naturalmente, en cuando se está encarnado, el proceso de crecimiento espiritual ocurre por medio de factores que constituyen el tejido celular, que siempre puede padecer enfermedades, desconciertos, problemas que forman parte de la psicoesfera terrestre, dentro de la condición evolutiva de cada uno.

     La mediumnidad, sin embargo, ejercida noblemente, se transforma en bandera cristiana y humanitaria, conduciendo mentes y corazones al puerto de la seguridad y de la paz.

     La mediumnidad, por tanto, no es un trastorno del organismo. Su desconocimiento, la falta de atendimiento a sus impositivos, generan disturbios que pueden ser evitados, o cuando se presentan, reciben la conveniente orientación para que sean corregidos.
     Tratándose de una facultad que permite el intercambio entre los dos mundos –el físico y el espiritual- proporciona la captación de energías cuyo tenor vibratorio corresponde a la calidad moral de aquéllos que la emiten, así como de aquellos otros que las captan y transforman en mensajes significativos.

     En este capítulo, no pocas enfermedades se originan de este intercambio, cuando proceden de las vibraciones de entidades enfermas o perversas, que perturban el sistema nervioso de los médiums incipientes, produciendo disturbios en el sistema glandular e incluso afectando el inmunológico, facultando el campo para la instalación de bacterias y virus destructivos.
     La correcta educación de fuerzas mediúmnicas proporciona equilibrio emocional y fisiológico, aportando salud integral a su portador.
     Es obvio que no impedirá la manifestación de los fenómenos consecuentes de la Ley de Causa y Efecto, de los que necesita el espíritu en su proceso evolutivo, pero facultará la tranquila conducción de los mismos sin daños para la existencia, que proseguirá en clima de harmonía y salud, a pesar de los acontecimientos impuestos por la necesidad de evolución personal.
     Cuidadosamente atendida, la mediumnidad proporciona bienestar físico y emocional, contribuyendo para mayor captación de energías revitalizantes, que elevan la mente a las regiones felices y nobles, de donde se pueden obtener conocimientos y sentimientos inhabituales que embellecen el espíritu y lo enriquecen de belleza y de paz.
     Superados, por tanto, los síntomas de inicio de la mediumnidad, surgen las responsabilidades ante los deberes que irán a constituir el clima psíquico dichoso del individuo que, comprendiendo la magnitud de la situación, crecerá interiormente rumbo del Bien y de Dios.


Mensaje de Manuel Philomeno de Miranda, psicografiado por el médium Divaldo P. Franco, en la reunión mediúmnica realizada en el Centro Espírita en la ciudad de Paramirim (BA), Brasil, el 10 de julio de 2000.

Extraído del libro "Reencontro com a vida".
Traducido por Xavier Llobet

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LA CONCEPCIÓN: EL MOMENTO DE LA REENCARNACIÓN      

     Si el óvulo en general, es un solitario en busca de un compañero ideal, los pretendientes a su posesión definitiva y a la unión, son muchos.

     Doscientos o trescientos millones de espermatozoides, una población igual a la de muchos países sumados, se empujarán en la búsqueda desenfrenada de un solo trofeo. Dice la Biología que el más apto vence en la carrera y fecunda el óvulo. Pero, ¿ cómo el más apto?, ¿ Por qué a veces, un espermatozoide portador de las más profundas anomalías genéticas supera a todos los demás?. Estudiando la ciencia espírita encontramos la respuesta satisfactoria para este capricho del acaso.

     Cada espermatozoide trae en su barriga los cromosomas que contienen los genes para todas las características físicas del nuevo cuerpo a ser formado. Los genes, moléculas de ADN, son partículas de altísima complejidad. Los espermatozoides, según los genes que transportan, tienen una vibración energética peculiar. Conforme al patrón genético que lleven, emiten la frecuencia de onda correspondiente. Decimos que poseen un aura energética peculiar con lo que cargan.

     El óvulo, que irradia las vibraciones del Espíritu, al cual su fluído vital estaba preso, pasa a atraer por sintonía de onda a aquel espermatozoide que contiene los genes que él necesita, o sea, que él merece.

     Conforme el Karma de la Entidad espiritual, expresado por sus matrices periespirituales y reflejadas en el óvulo, son atraídos por los genes que se afinizan con el mensaje cifrado, transmitido inconscientemente por las unidades energéticas del periespíritu, y recibidas por las moléculas de ADN (ácido desoxiribonucleico) del espermatozoide correspondiente.

     Son casi 300 millones de opciones diferentes de organismo bilógico, presentado por los espermatozoides. Razón de por qué somos todos tan especiales o diferentes unos de otros. Este aparente desperdicio es una sabia ley de la Naturaleza, ofreciendo múltiples opciones para que la justicia divina se cumpla a través de las leyes biológicas. 

     Inconscientemente, el Espíritu reencarnante que sembró libremente en sus vidas pasadas, y grabó los registros de esa siembra en su periespíritu, y ahora impregna el óvulo materno por las vibraciones de su merecimiento, recibiendo en el espermatozoide la cosecha obligatoria. El gameto masculino, adecuado a sus necesidades kármicas, es rápidamente como empujado, por sintonía magnética, para el óvulo, y ocurre la fecundación o concepción. No es pues el acaso biológico el que determina que un espermatozoide fecunde el óvulo, sino la ley del retorno, de la cosecha obligatoria, de la acción y la reacción.

     Por tanto, el espermatozoide más apto es aquel que más sintoniza con las vibraciones de nuestro personaje; el Espíritu reencarnante ya imantado al óvulo

     Mientras tanto, hasta ese momento, no hubo reencarnación propiamente dicha. La unión del Espíritu reencarnante ligándose directamente a las moléculas físicas, se da en el instante en que ocurre el gran choque biológico: el espermatozoide penetra en el interior del óvulo.

     En el momento de la fecundación, millones de átomos y moléculas de las dos células, entran en ferviente actividad organizada. Esta actividad, verdadera explosión de fenómenos, ocurre en una maravillosa orquestación regida por la sabiduría universal. En este instante solemne, de la concepción, las moléculas del cuerpo espiritual del Espíritu reencarnante entran, por así decir, en la intimidad de la célula-huevo. Se inicia en ese instante la reencarnación, propiamente dicha, en términos físicos. La gran explosión de reacciones entre el espermatozoide y el óvulo, y la interacción entre sus campos aúricos, es lo que propició la apertura energética para la fijación de los fluídos periespirituales de nuestro personaje a las moléculas orgánicas. Fue necesario un momento específico, para dar oportunidad a la apertura del campo para la otra dimensión de interpenetrar la materia.

- Ricardo di Bernardi - ( de su obra Gestación: Sublime intercambio)

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 LAS HERENCIAS ESPIRITUALES

  Una cuestión que deja mucha gente intrigada es la semejanza psicológica que existe entre los miembros de la misma familia.

 Los parecidos físicos están bien explicados por la genética. ¿Mas, acaso el espíritu hereda también, de sus padres, las características morales?

  En el dialogo de Jesús con Nicodemo, vamos a encontrar la respuesta clara para esas cuestiones.

    Jesús, respondió al doctor  de la ley diciendo: “lo que nació  de la carne es carne, y lo que nació del espíritu es espíritu. No te maravilles  de que yo te diga que es preciso nacer de nuevo. El espíritu sopla donde quiere, y tu oyes su voz, mas no sabes de donde viene, ni para donde va. Así es aquel que es nacido del espíritu.” (Juan.3.8)

   Queda bien claro la distinción que Jesús hace entre el cuerpo y el Espíritu. La carne procede de la carne, pero el espíritu no sabemos de dónde viene.

  ¿Pero entonces, como puede un hijo, por ejemplo, parecerse tanto, moralmente, a su padre?

   Existen leyes que rigen la vida, de las cuales aun no tenemos el entendimiento completo. Una de ellas es la ley de afinidad. Las personas se unen o se reúnen por afinidad de tendencias, de gustos, de objetivos.

   Por eso es que, solo acuden a un estadio aquellos que les gustan el futbol, y  en los bares, solo encontraremos a los que gusta beber.

  Eso se da también con los pueblos. La ley de afinidad los reúne en determinada región, considerando la predominancia de sus características.

  De esa forma es por lo que podemos percibir claramente las tendencias de algunos pueblos, para la violencia  o para la paz, por ejemplo.

   Por ser el espíritu un ser individual e indivisible es que todas las tentativas de producir un ser igual al otro serán frustradas. Podemos reproducir la materia, pero el espíritu que la animará, tendrá sus características particulares.

   No es otro el motivo por el cual, hijos de genios nacen con una inteligencia limitada y personas de mediana inteligencia pueden tener hijos prodigios.

Siendo así, si los genetistas tomasen en cuenta las enseñanzas del Maestro Nazareno, tendrían respuestas para muchas de las cuestiones que no se explican por las leyes de la genética. Si tomasen en cuenta  que cada cuerpo que nace es animado  por un espíritu inmortal, que trae consigo experiencias milenarias, resolverían muchas dudas al respecto de las enfermedades, de la genialidad, de la idiotez, de la precocidad, y de tantas otras particularidades de las criaturas.

  Hay criaturas, que en los primeros meses de vida, leen, escriben, hacen cuentas, recuerdan nombres de países y sus capitales etc.; sin que hayan heredado esas capacidades de sus padres.

   En suma, importa que sepamos que el cuerpo procede del cuerpo, pero el espíritu no procede del espíritu.

  Importa también, saber que, si el cuerpo generado tuviera vida, es porque hay un espíritu para animarlo, que tendrá sus propias características, independientes de las de sus padres.

   Lo que si puede ocurrir, sin embargo, es que el mismo espíritu que animó el cuerpo del abuelo ya desencarnado, por ejemplo, vuelva a renacer  y a animar el cuerpo del nieto. En ese caso, el nieto se parecería mucho al abuelo por ser el propio abuelo el que volvería.

   ¿Usted sabia que el espíritu se liga al cuerpo en el momento de la concepción? ¿Y que las necesidades del espíritu que va a reencarnar  es lo que, por ley  de afinidad, impulsa al ovulo y al espermatozoide  que contengan la carga genética propicia para su experiencias en el cuerpo físico?

   Así, si tuviera que desarrollar un cáncer, por ejemplo, el ovulo será penetrado por el espermatozoide con las informaciones genéticas  capaces de formar un cuerpo predispuesto a la enfermedad. Eso no quiere decir que desarrollará el cáncer, pero si que tendrá un organismo propenso para tal.

Redacción de Momento Espirita 

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