viernes, 10 de febrero de 2023

¿ Existen los Espíritus?

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- ¿Existen los Espíritus? 

2.- Responsabilidad 

3.-La Caridad material y la Caridad moral.

4.- Conocerse a sí mismo

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              ¿Existen los espíritus?

                                                                


                         RESPONSABILIDAD
Miramez.

     EL Espíritu, al reencarnar, olvida el pasado por bendición de Dios. Traería gran confusión para el alma el recordar, cuando en la carne, recordara sus innumerables existencias, de antaño. El Espíritu olvida para que pueda, en la nueva existencia, crear condiciones  para restablecer sus fuerzas espirituales. No en tanto, la conciencia profunda le va avisando, a través de la intuición,  todo  lo que pasó en los variados caminos recorridos. Son recuerdos suaves, más ciertos, en el sentido de que el alma no  pierda el posicionamiento de su conducta. Eso acontece, también, a quienes siguen religiones que niegan la reencarnación, pues la ley de Dios es universal.

     Aunque se esté negando la existencia de Dios, El, el Magnánimo Señor, no deja de amparar a Su hijo.  Todos tenemos intuiciones acerca de todas las leyes espirituales. El mundo consciente es demasiado pequeño para acumular tantos recuerdos  del pasado, más eso se hace presente cuando es necesario. La voluntad de Dios es siempre  hecha en toda Su casa.

    Los recuerdos asoman a nuestra mente constantemente, en variadas formas, dándonos seguridad de lo que pasamos. ¿Cuántas veces  podemos observar  hermanos que se dicen materialistas, tumbados en una cama,  sufriendo grandes pruebas  pacientemente, sin blasfemar, sin reclamar, recibiendo las lecciones del dolor con provecho? Eso es prueba de la conciencia, de que está registrado en el pasado. Es la intuición de el escribiendo en su libro interno las verdades espirituales. Muchos otros, aun mismo en el lecho del dolor,  comienzan a reconocer la continuación  de la vivida y la existencia de Dios.

    La justicia no nos deja de responder por aquello que hicimos. Por la vida que se lleva en la Tierra, se tiene una vaga recordación de lo que se fue en el pasado; por los sentimientos del presente, se adivina lo que fue hecho de las oportunidades que fueron ofrecidas. En esas meditaciones, se puede evaluar los reparos que deben ser hechos en el presente, los cuales  no se deben retardar, por ser llamado de la espiritualidad mayor,  por los canales de la conciencia en Cristo. Esperar más es permitir  el atraso de la felicidad en nuestra vida.

     Todos conocen el bien y el mal. Incluso antes de usar el primer cuerpo, en la Tierra o en otros mundos, el Espíritu es adiestrado teóricamente en todas las leyes para, después, como encarnado, pasar  a vivir; por todo lo que pasamos, somos los responsables, y son procesos de evolución  el despertar del alma. No hay lecciones sin provecho.

     Ciertamente que no habría mérito alguno si nos acordásemos de todos los hechos del pasado, de todas las causas que nos colocaron en el estado en el que nos encontramos  actualmente, o entonces, si tuviésemos a nuestra disposición un guía  espiritual que nos dijese: “Haga eso o aquello”  y nos impidiese usar la cierta libertad que tenemos.   Los guías espirituales existen e influencian en nuestra vida más de lo que pensamos, sin embargo ellos no   obstaculizan la libertad del aprendiz; nos rodean de todos los cuidados posibles, mas dejándole  lo que él mismo debe hacer en su propio beneficio.  Alguien  puede traer un vaso de agua hasta nuestra boca, mas nosotros somos los que hemos de beberla; pueden darnos comida, pero nosotros  somos quienes  tendremos que masticarla y engullirla. Ciertas  decisiones  siguen el mismo orden antes referido; es  nuestro  campo de conquista  individual.

     Estamos rodeados de toda asistencia, en todo lo que el  Señor halló conveniente ampararnos, no obstante  nuestra parte hemos de hacerla nosotros. Cuando estamos en la carne no tenemos recuerdos exactos de lo  que hicimos en el pasado, mas en el silencio vibracional, ellos están presentes para  decirnos lo que hicimos. Aunque no queramos oírlos, esos recuerdos nos invaden y nos hablan de una  manera que todos entendemos, reconociendo la verdad. Todos somos responsables, de lo que hacemos, y de lo que debemos hacer de ahora en adelante. Veamos lo que debe ser hecho de ahora en adelante.

Libro: Filosofía Espírita – Volumen VIII
Miramez / João Nunes Maia.

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  LA CARIDAD MATERIAL Y LA CARIDAD MORAL                 


( Comunicado mediúmnico )

"Amémonos unos a otros y hagamos a los demás lo que quisiéramos que hicieran por nosotros". Toda religión, toda la moral, se encuentran encerradas en estos dos preceptos; si se siguieran en la Tierra seríais perfectos; ya no habría odios ni distensiones; diré más: ya no habría pobreza, porque de lo superfluo de las mesas de los ricos se alimentarían muchos pobres y no veríais ya en los sombríos barrios donde yo habitaba, en mi última encarnación, a esas pobres mujeres, llevando consigo a sus desfallecidos hijos, faltos de todo.

¡ Ricos!, Pensad un poco en esto; ayudad en cuanto podáis al desgraciado; dad para que Dios os devuelva un día el bien que habréis hecho, para que encontréis al salir de vuestra envoltura terrestre, un acompañamiento de espíritus reconocidos que os recibirán en el umbral de un Mundo más feliz,

   ¡ Si pudieseis saber la alegría que tuve, volviendo a encontrar allí a los que yo pude favorecer en mi última vida...!.

   Amad pues, a vuestro prójimo; amadle como a vosotros mismos, porque ahora ya lo sabéis: ese desgraciado que rechazáis, quizás es un hermano, un padre, un amigo, que rechazáis lejos de vosotros, y entonces, ¡ cual será vuestra desesperación al reconocerle en el Mundo de los Espíritus !. Deseo que comprendáis bien lo que puede ser la "Caridad Moral", la que todos pueden practicar, lo que "no cuesta nada" material, y sin embargo, la más difícil de poner en práctica.

   La Caridad Moral consiste en sobrellevarnos unos a otros, y es lo que menos hacéis en este Mundo en donde estáis encarnados por el momento. Creedme, hay un gran mérito en saber callar para dejar hablar a otro más ignorante, y esto es también una especie de Caridad. Saber ser sordo cuando una palabra burlona se escapa de una boca acostumbrada a ridiculizar; no ver la sonrisa desdeñosa con que os reciben ciertas personas, que mucha veces, sin razón, se creen superiores a vosotros, mientras que en la Vida Espiritista, "la verdadera", les falta quizás mucho para alcanzaros; aquí tenéis un mérito, no de humildad, sino de Caridad, porque el dejar de notar las faltas de otro, es Caridad Moral.

   Sin embargo, esta caridad no debe impedir la otra, pero sobre todo, pensad en no despreciar a vuestro semejante, acordaos de lo que ya os he dicho; preciso es tener presente que, en el pobre desdichado, quizás despreciáis a un Espíritu que os ha sido querido y que se encuentra momentáneamente en una posición inferior a la vuestra.

   Yo he vuelto a ver a uno de los pobres de nuestra Tierra, a quien para mi dicha, había podido favorecer algunas veces, y al que a mi vez, "imploro ahora". acordaos que Jesús dijo que somos hermanos y pensad siempre en ello antes de rechazar al leproso o al mendigo.

   Adiós, pensad en los que sufren y rogad por ellos.

  Sor Rosalía. Espíritu

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CONOCERSE A SÍ MISMO

El que se opone, frecuentemente, a que os corrijáis de un defecto, de un vicio, seguramente, es porque no os dais cuenta de que lo tenéis.
Al paso que veis los menores defectos de vuestro vecino, de vuestro hermano, no desconfiáis mismo que tenéis los mismos defectos, tal vez cien veces mayores de lo que los de ellos.
Esto no es sino una consecuencia del orgullo que os lleva, como a todos los seres imperfectos, a no encontrar nada de bien sino en vosotros.
Deberíais consideraros un poco como si eso no fuese vosotros.
Figuraos, por ejemplo, que lo que hicisteis a vuestro hermano, fue vuestro hermano quien os lo hizo; colocaos en su lugar, ¿ qué haríais?
Responded sin disimulo, porque creo que queréis la verdad.
Haciendo esto, estoy seguro que encontraréis, frecuentemente, los defectos que no os los percibisteis antes.
Sed francos con vosotros mismos; dad un poco de conocimiento a vuestro carácter, pero no lo malogréis, porque las criaturas que se malogran se tornan, frecuentemente, mucho peores, y aquellos que las malograron son los primeros a sentirles el efecto.
Retornad un poco a la alforja donde están colocados vuestros defectos y los de los otros; colocad vuestro adelante y los de los otros para atrás, y mirad bien si eso no os hace bajar la cabeza, cuando tuviereis esa carga al frente.
LA FONTAINE
(Sociedad Espiritista de Sens, 9 de marzo de 1863.)
Revista Espiritista nº 6 – Año VI
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