jueves, 2 de febrero de 2023

¿Eutanasia?. ¡ No por favor !.

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Ante la Mediumnidad

2.- Espiritismo, Ciencia y Religión

3.- El progreso del Espiritismo frente al materialismo

4.- ¿Eutanasia?. ¡ No por favor !.

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            ANTE LA MEDIUMNIDAD                            


  La energía, de la clase que sea, ya sea estática o dinámica, supone una vibración  a nivel atómico, ya sea acompañando a los cuerpos sólidos o  en otro estado de condensación de la materia que se puede llegar a sutilizar hasta el extremo de presentarse como una vibración  atómica o energía, pues todo en el vasto Universo que nos rodea es energía, y por tanto desde los cuerpos sólidos hasta las energías mentales y otras más sutíles, todas ellas se manifiestan en un estado de vibración continuos .

      Como todo en la Naturaleza, este océano inmenso de vibraciones, aun las más sutiles, , está regulado por una ley natural llamada Ley de Vibración. Esta Ley  rige la manifestación  y el efecto de las energías irradiadas por todo cuanto existe en el Universo.

      Vemos como toda la materia está constituida por átomos que a su vez  contienen  partículas  de energía ( protones, electrones y neutrones),  que se manifiestan en un movimiento giratorio  constante, alrededor de un núcleo, a modo semejante a como en el Universo los planetas lo hacen también alrededor de los astros:   En su veloz y constante  movimiento vibratorio, dichas partículas provocan una vibración permanente, casi siempre imperceptible para nuestros sentidos, y que  parte desde lo más íntimo de la materia. Esto  constituye  todo un  microcosmos atómico.

      Por  esta ley cósmica,  a modo semejante a como lo hacen las ondas hertzianas, todo vibra en diversos grados o bandas de frecuencia, desde la energía del átomo material hasta la energía psíquica de la mente.

      La  vibración  de ondas mentales se expanden   buscando el objetivo al que se dirigen o  hacia el que son atraídas porque sintonizan por afinidad  con  las semejantes, y  afectan positiva o negativamente, y una vez alcanzado su objetivo regresan luego  al punto de partida con sus mismos efectos de salida. El Espíritu humano, igualmente  vibra continuamente en la persona  y se manifiesta a través de  su  actividad cerebral;  es lo que conocemos como  mente humana,  y lo hace  creando bandas de frecuencia diferentes entre sí en amplitud y longitud de onda, según la clase de pensamientos y de sentimientos que generan y transmiten.

       Todo pensamiento y sentimiento vibra a través de todas las células del organismo, a las que transmite  la misma tónica vibratoria y por eso les puede afectar para bien o para mal .  Es por ello que  esta clase de vibración  puede llegar a afectar  también al propio cuerpo físico tal y como se comprueba en el caso de las enfermedades psicosomáticas, entre las que se cuentan muchas úlceras de estómago, mareos, taquicardias, sudoraciones y hasta infartos de corazón a causa de emociones fuertes.

      Estas energías mentales también pueden actuar como una energía psicocinética que afecta a otros elementos materiales  sobre los que actúan, llegando a ocasionar alteraciones físicas,  o también sobre otros seres a los que puede afectar en sentido positivo o negativo, según  que la  energía generada  y transmitida desde  la mente sea positiva o negativa , pero es de tener muy en cuenta que estas ondas  generadas por el pensamiento o por los sentimientos, como ya señalamos  antes, siempre regresan al punto de partida como un boomerang, después de alcanzar su objetivo. Precisamente es por ello que siempre se recoge y viene a nosotros, de aquello mismo que antes hemos sembrado.

      Hablamos de energías positivas o negativas, ¿pero cual es la diferencia que las  convierte en un signo o en su contrario?. La gran diferencia está en la clase de sentimientos: cuando son de Amor y de buenos deseos e intenciones, constituyen  energías benéficas, pero cuando es el rencor , el odio, la envidia o la maldad las que las generan, entonces resultan vibraciones  negativas por su carácter deletéreo, dañando antes o después al propio  Ser que las generó.

      La Ley de Afinidad determina que una vibración  psíquica del carácter que sea, siempre atrae a otra u otras vibraciones semejantes o afines con las que sintoniza , al modo como lo hacen las diversas emisiones de radio al llegar a  los receptores que las sintonizan.;  Por esa razón también se l conoce como Ley de Sintonía o Ley de Afinidad. ( Recordemos al respecto, como funcionan las ondas Hertzianas o las electromagnéticas ).

      Mediante estas dos leyes tan íntimamente relacionadas regulan la  atracción  o el rechazo por  igualdad o diferencia de sintonía vibratoria,   los seres humanos nos atraemos y agrupamos según los diversos niveles evolutivos que marcan la sintonización y armonía dentro de los grupos, y así, la humanidad en general, va avanzando poco a poco a través de los tiempos, de grado en grado , mas o menos lentamente, al tiempo que impiden  el mecanismo de una involución  ( ahí ya entra el mecanismo de otra Ley cósmica, la de Evolución universal). como la imposibilidad de un estancamiento evolutivo indefinido..

       Estas dos leyes que conforman una realidad universal y muy evidente,  vienen a ser algo así como el engranaje que permite funcionar a  todas las demás leyes Universales.

- JOSE LUIS MARTÍN-




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