1.- Doctrina Espiritista (Síntesis)
2.- Comunicado espiritual: "La grandeza de Dios".
3.- Lo inverosimil
4.- La alegría
5.- El Suicidio (1 )
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DOCTRINA ESPIRITISTA
(Síntesis )
-El principio inteligente es independiente de la materia.
-El alma individual preexiste y sobrevive al cuerpo.Idéntico punto de partida para todas las almas;todas son creadas simples e ignorantes y están sujetas al progreso infinito.
-No existen criaturas mas favorecidas que otras;los ángeles son Seres que ya han alcanzado la perfección,después de haber pasado,como las demás criaturas,por todos los grados inferiores.las almas o Espíritus progresas mas o menos rápidamente,en virtud de su libre albedrío,mediante le trabajo y la buena voluntad.La vida espiritual es la vida normal;la vida corporal es una etapa temporaria en la vida del Espíritu,durante la cual reviste,,momentáneamente,una envoltura material,de la cual se despoja al morir.
-El Espíritu progresa en el estado corporal y en el estado espiritual.el estado corporal le es necesario al Espíritu hasta que alcanza un cierto estado de perfeccionamiento:debido a as necesidades que rodean a ese estado se ve obligado a trabajar y,de esa forma,adquiere conocimientos prácticos especiales.en razón de que una sola existencia corporal es insuficiente para lograr todas las perfecciones,el Espíritu toma un cuerpo con la frecuencia que le es necesaria,y cada vez que reencarna trae consigo la suma de progresos obtenidos en las existencias anteriores y en la vida espiritual.
-Cuando ha adquirido en un mundo la totalidad del progreso posible en él,lo deja para ir a otros mundos más avanzados,intelectual y moralmente,y menos materiales,y así sucesivamente hasta alcanzar la perfección que puede lograr la criatura.
-El estado feliz o desdichado de los Espíritus es inherente a su progreso moral.El castigo es consecuencia de su persistencia en el mal,de manera que perseverando en él se castigan ellos mismos, pero el perdón siempre los está esperando y pueden,cuando así lo desearen,retomar la senda del bien y alcanzar con el tiempo todas las perfecciones.
-Los niños que mueren en la infancia pueden tener un grado de adelanto muy variado,ya que han vivido otras existencias anteriores en las que han realizado actos buenos o malos. La muerte no los libera de las pruebas que deben pasar y ,de acuerdo a su grado de elevación recomenzarán una nueva existencia en éste mundo o en otras esferas superiores.
-El alma de los cretinos o idiotas es de la misma naturaleza que la de los demás encarnados;su inteligencia es a menudo superior y sufren por la insuficiencia de los medios para relacionarse con sus compañeros de existencia,como los mudos sufren por no poder hablar.Han abusado de su inteligencia en otras vidas,por lo que han aceptado por su propia voluntad verse reducidos a la impotencia para expiar el mal cometido.
OBRAS PÓSTUMAS
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LA GRANDEZA DE DIOS
( Médium A.M.)
En todo resplandece la grandeza de Dios, así se ve en las cosas más grandes como en las más pequeñas.
Observad el insecto microscópico que se ensaya a la vida; ser nacido de la descomposición de sustancias orgánicas, que llevan en sí los gérmenes necesarios para que la vida animal se presente, y notaréis con asombro que aquél diminuto ser que apenas puede apreciar la simple vista, está dotado de órganos múltiples que le sirven para el desempeño de sus funciones en la vida animal.
Si tan delicado es el conjunto, ¿ cuanto no lo será en sí cada parte de su organismo?. ¡ Qué vasos tan ténues, tan delicados, serán aquellos que sirven para la nutrición y circulación en aquel cuerpo infinitamente pequeño !.
En él hay un sistema completo de vida; organización sencilla, es verdad, si la comparaís con la de un mamífero, pero muy complicada si la consideráis en sí misma.
Aparatos de nutrición, de circulación, de locomoción, de reproducción, ¿No es esto maravilloso?, ¿No se ve aquí una obra perfecta en su pequeñez infinita?.
Elevaos ahora en el espacio.
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LO INVEROSIMIL
Es costumbre muy añeja en este mundo, creer que no es verdad todo aquello que se separa de nuestro modo de ser, y así cuando se lee la descripción de un crimen horrible, se dice: ¡ Jesús me valga !; ¡ Parece mentira que haya seres tan miserables !.... de igual manera cuando leemos relatos de acciones generosas, decimos moviendo la cabeza en señal de incredulidad: ¡ Qué increíble ! Esto es pintar como querer; no hay seres en este mundo tan fuertes y tan virtuosos, ¡ es imposible !.
Estas o parecidas frases hemos oído repetidas veces después de haber leído en las sesiones espiritistas artículos referentes a las memorias del Padre Germán, o haberse comunicado este por conducto de un médium parlante.
Ultimamente se comunicó dicho espíritu y después se promovió discusión entre varios espiritistas, reconociendo que sus principios eran inmejorables, su moral sublime, tan sublime que rayaba en lo inverosimil.
Sin duda el espíritu estaba escuchando las opiniones de todos, transcurrieron algunos días y volvió a comunicarse el Padre Germán y de su magnífica comunicación, vamos a copiar la última parte, porque esta responde a las dudas que despiertan sus relatos negándoles la veracidad que legítimamente les corresponde, dijo así:
¿ Creeis amigos mios que un hombre no puede resistir a la tentación de la carne, que no puede luchar con sus propios defectos venciéndolos en la batalla?, escasos conocimientos tenéis de la vida, cuando negáis hechos naturales que se desenvuelven dentro de la sana lógica y en el tereno firme de la razón.
¿ No sabéis que cada espíritu se enamora de una virtud, mejor dicho, de una buena cualidad, porque la virtud se puede decir que es el conjunto de los buenos sentimientos del hombre?.
Todo ser, tenedlo entendido, le rinde culto a un ideal y llega a engrandecerse en el sentido de que su aspiración, que su deseo dominante le conduce. ¿ Creeis que no puede ser cierto que un alma encarnada en la Tierra tenga valor y poder para luchar con todas las seducciones que nos ofrece la vanidad y los falsos halagos del mundo?. Pues, ¿ qué diréis entonces de los hombres que sacrifican su vida en aras de un ideal político o religioso?, y recordad que son muchos los mártires que ha tenido la humanidad.
Antes de Cristo, en la época prehistórica, cuando aún vuestros historiadores no habían recopilado las memorias de las generaciones, un sin número de hombres inmolaron su vida en bien de su patria; en épocas posteriores, antes de la era cristiana, filósofos y guerreros murieron creyendo firmemente que con su sacrificio creaban una nueva civilización. Cristo, bien sabida es su historia, murió en el profundo convencimiento de que con su muerte haría una verdadera revolución en el orden moral y religioso de la Sociedad; y después de tantas heroicidades como han hecho los pueblos en el pasado, ¿ por qué ponéis en duda la firme voluntad de un hombre empleado en su progreso y el de los demás?.
¿Sabéis por qué dudais de la verdad de mis hechos?, porque os han sido referidos sencillamente, porque no he mezclado ninguno de mis actos ni el milagro ni el privilegio, como se ha supuesto en la historia de los reformadores de la humanidad, que la mayor parte de ellos, el vulgo los ha convertido en enviados de Dios, en profetas inspirados por el Espíritu Santo, llegando a tanto la aberración humana, que deificó a Cristo, cuando la vida de este estuvo dentro de todas las Leyes Naturales, muchas de ellas desconocidas entonces, combatidas ahora, pero que no por esto, ni la ignorancia de ayer, ni la incredulidad y petulancia de hoy, le quitan ni un ápice a la eterna verdad de la naturaleza que invariablemente armónica, desenvuelve la vida de los espíritus dentro de los límites proscritos por su adelanto moral e intelectual.
Leed la historia de todos los reformadores, y al leerla, descartad de ella todo lo fabuloso, milagroso y maravilloso; que como apéndice necesario lo ha aumentado la tradición y la leyenda, y despojados de los accesorios que les ha dado la ignorancia de los pueblos, los profetas, los mesías, los redentores de todas las épocas quedarán reducidos a simples hombres imperfectos, aunque si perfectibles.
Partís de un principio falso, muy falso, habéis divinizado a un reducido número de hombres, y habéis infamado al resto de la humanidad, negándole virtudes que quizá la mayoría posee; que están en germen, y espera el momento propicio para dejar la estrecha célula en que viven, y de larvas informes, convertirse en pintadas mariposas.
Entre los grandes perjuicios que han causado las religiones, sin negarles por esto los beneficios que han reportado a las civilizaciones, el mayor sin duda ha sido darle un tinte milagroso a los efectos naturales de las causas motoras de la vida, el sustituir los dioses del Paganismo con los santos del Catolicismo; ha sido la perdición de la humanidad porque lo justo y lo razonable ha perdido su veracidad, y lo absurdo, lo erróneo, lo que está desprovisto de sentido común, ha tomado carta de naturaleza en una sociedad que se cree inferior a su origen divino.
Ya os lo he dicho muchas veces y os lo repetiré siempre que tenga ocasión, cuando la mediumnidad esté más extendida, caerán todos los castillos de naipes que ha levantado la superstición y el fanatismo, y se verán los santos tal cual son. Por santo fuí yo aclamado en mi última encarnación; aún hay altares en la Tierra, con mi estatua, aún la fuente de la salud mana entre ruinas y sencillos pastores que al conducir su ganado, se sientan en las peñas, que según la tradición me sirvieron de asiento, y al sentarse hacen la señal de la cruz invocando mi ayuda para que su rebaño, bebiendo el agua milagrosa se salve de toda enfermedad.
Yo en tanto, aprovechando la combinación de múltiples circunstancias he podido deciros en el error que vive la grey romana, creyendo en mi santidad, y lo mismo que yo he conseguido, conseguirán mañana otros espíritus, y el clero católico con sus serafines y legiones, quedará reducido a la nada, completamente a la nada, y muchos de sus santos os inspirarán profunda compasión, porque los veis desposeídos no solo de sus celestes vestiduras, sino errantes, frenéticos, sin brújula, sin estrella polar que les guíe al puerto de la vida; y en cambio muchos seres que han pasado desapercibidos en el mundo, viviendo en la mayor miseria, muriendo en un completo abandono, vendrán a daros lecciones de moral, de resignación, de esperanza, de fe cristiana; serán vuestros mentores, vuestros amigos, vuestros guías o espíritus protectores, que con sus paternales consejos os ayudarán a sostener el peso de vuestra cruz, como hoy felizmente, me sucede respecto a vosotros. No fui santo, estuve muy lejos de la santidad, pero tuve afán de progresar y la moral que veis en mis acciones no es inventada por mí, es la moral universal, es la ley del progreso. ¿ Por qué encontráis inverosimilitud en mis actos, cuando entre vosotros hay espíritus capaces de hacer mucho más de lo que yo hice?; y no por virtud, precisamente, sino por egoísmo, como en gran parte lo hice yo; pero egoísmo noble, no el egoísmo mezquino de la tierra, de atesorar riquezas o alcanzar honores. No, egoísmo de mayor progreso, de mejor vida en mundos regenerados. ¡ Vivir !; ¡ amar !; ¡ sentir !; ¡ comprender !; ¡ penetrar en los santuarios de la ciencia !..... Todo esto y mucho más ambiciona el espíritu cuando se propone dar comienzo a su regeneración. En tales circunstancias me hallaba yo; había vivido muchos siglos rodando por las bibliotecas, había pasado muchas noches en los observatorios astronómicos pidiéndole a los astros noticias de Dios; había preguntado a las capas geológicas cómo se hizo habitable el planeta, había pedido a los fósiles el árbol genealógico de mis mayores; llegué a ser sabio, como se dice en la Tierra y mientras más sabía, más ignorante me encontraba, y llegué a comprender que debía emplear mi sabiduría, no en enriquecer museos ni en hacer prosélitos para esta o aquella escuela filosófica, pronunciando elocuentes discursos en Academias científicas; sino que debía empezar por educarme, moralizarme, refrenar mis pasiones, por saber cuales eran mis deberes y mis derechos que de muy antiguo me creía con derecho para juzgar sin imponerme el deber de juzgarme a mí mismo.
He aquí el secreto de mi última existencia.
- Padre Germán-(espíritu)-
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LA ALEGRÍA
La alegría es una sensación agradable que envuelve el cuerpo con bienestar. Muy diferentes son las causas que dan alegría a las personas, desde las circunstancias más simples que satisfacen un estado de necesidad momentánea del individuo (salud que mejora, situación financiera resuelta, recomposición de vínculos importantes, aprobación de exámenes, etc), hasta las más complejas y profundas, que involucran los hechos más íntimos del espíritu. Un niño se pone alegre al recibir un juguete nuevo, pero cuando crezca y se convierta en adulto, habrá de tener otro nivel de exigencias en términos de alegría.
Siempre que existe armonía entre el interior y el exterior, el resultado es una satisfacción más plena para el individuo. De esta manera establecemos una conexión entre la alegría y la satisfacción producida por un estado mental que da contentamiento; cuanto mayor es el contentamiento, mayor será la felicidad. En realidad, el verdadero contentamiento de las personas se debe al estado de pureza espiritual. Solamente la pureza de la mente es capaz de generar buenos niveles de contentamiento, de modo que un individuo que albergara las impurezas de las preocupaciones y los sentimientos inferiores, jamás habrá de conocer lo que en realidad es la alegría.
Una persona puede experimentar momentos de alegría al degustar una golosina, cuando conquista una posición social, o porque su hijo marcha muy bien por la vida. Pero la alegría que nace de la pureza del alma elevada, obtenida por los valores del perdón, de la bondad, del respeto mutuo, en síntesis, de la conciencia tranquila; esa es la auténtica y perenne alegría del espíritu.
La alegría espiritual es el sello de un nuevo paradigma que prioriza el amor al prójimo. Límpiese la mente de tormentos; construyanse otros patrones de comportamiento espiritual sobre nuevas bases, y entonces, seremos más felices.
Pureza>>>>>>> Contentamiento>>>>>>>> Felicidad
- Jasón de Camargo-
(Educación de los sentimientos)
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El Suicidio (1)
Este es un tema
duro y tal vez desagradable de abordar para algunas personas pero en el que se
puede entrar a analizar bajo un enfoque de conocimiento espiritual,
que nos facilita una honda enseñanza que puede servir para mejorar la vida
íntima de muchas personas que alguna vez se dejaron tentar para tomar tan
desdichado camino.
A muchas
personas les desagradan estos temas relacionados con la muerte o con el más allá, y los
evitan, pero sin embargo, estos son una realidad a la que no podemos dar siempre la espalda;
quien así lo pretenda, posiblemente no sea nada mas que por una cobardía y una
inmadurez espiritual y humana.
No cabe duda de que, en principio, el suicidio
siempre supone una gran transgresión de las Leyes Divinas. Este acto viene a
ser algo así como el arrojar a Dios a la cara el regalo de la vida. Sin duda
que es el mayor error que una persona puede cometer, pues nunca tiene la
suficiente justificación, ni una vez cumplido tiene ya marcha atrás; no hay en
esta existencia otra oportunidad de rectificarlo.
En cualquier
caso, al abordar el análisis de este tema, no debemos perder de vista que Dios
es mucho mas justo, clemente y comprensivo de lo que el Ser humano es capaz de
comprender, por lo que estas situaciones espirituales humanas, El las
aborda conforme a su infinito Amor y
Sabiduría.
El suicida
humanamente se mata, pero solo mata su cuerpo, el Ser espiritual que en él vive
no muere; solamente rompe el contrato y el compromiso que tiene con la Vida,
por lo que al seguir existiendo como Espíritu, se ve sumido en un estado de
fracaso y sufrimiento moral, lleno de remordimientos por el gran error de su
irremediable acto suicida. Y así permanece hasta que su conciencia se
reconcilia consigo misma y con las motivaciones que le empujaron a tomar esa
grave decisión.
Viene a ser como
un ente clandestino en el mundo espiritual, pues las leyes que regulan la
armonía en ese mundo invisible, se ven contrariadas por su presencia antes del tiempo previsto para su
regreso a ese plano de existencia, y estas leyes establecen que sean
incesantemente renovadas las oportunidades de corrección y de rehabilitación de
los espíritus que cometen ese grave error.
El suicida
cuando vuelva a reencarnar, se encontrará de nuevo con las pruebas y situaciones
de las que pretendió escapar con su acto, incluida la tentación de volver a
practicarlo, pero con mucha más fuerza y lucidez para resistirlo, debido al
adoctrinamiento recibido antes de su regreso.
Durante la nueva vida que repetirá tras su acto, estos espíritus, ya
como humanos, suelen presentar un estado
indefinible de angustia, tristeza, inquietud e insatisfacción permanentes que
atormentan su alma, su mente y su vida. De este estado retornará a la normalidad
cuando finalicen las causas que lo provocaron, y esto veces es tras algunas penosas existencias en
donde sus valores morales son comprobados mediante duras y penosas pruebas.
Debemos partir
de la premisa de que no se puede saber lo que pasa por la mente del suicida en
el instante supremo en que toma la definitiva decisión de ejecutar su propia
muerte, por lo que nunca debemos juzgar o condenar un acto cuya causa quedó en
lo más íntimo de su conciencia y por ello solo Dios puede juzgarlo.
Sabemos que el
Ser humano es un Espíritu reencarnado,inmerso en un proceso evolutivo que se
lleva a cabo mediante las pruebas que encuentra en cada vida física, y con las
que se comprometió cuando planificó su vida humana Ante las dificultades de la vida, por graves
que crea que sean, se pueden tomar dos caminos: o afrontarlas tratando de superarlas con fe y coraje, o desesperarse acobardándose y claudicar rindiéndose ante la lucha de estas pruebas.
En este último caso el suicida toma la equivocada y grave decisión de pretender
escapar por la puerta falsa de su último acto humano, de una forma desesperada
y ciega, o lo que es peor, de modo frío y calculado creyendo que con su acto
entra en un no existir y por tanto se cree en su cobardía e ignorancia, que
también dejarán de existir los problemas o situaciones que le han hecho
sufrir en esta vida..
(Continúa en la siguiente publicación)
- Jose Luis Martín-
“... el que se
quita la vida para evitar la vergüenza de una mala acción, tiene mas en estima
la opinión de los hombres que la de Dios que le dio la vida y con ello no solo
no borra una mala acción, sino que con esto, a esa añade otra.”
Allan
Kardec -
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