martes, 17 de septiembre de 2019

Convivencia

     INQUIETUDES ESPIRITAS

1.- La Soledad del  Espírita
2.- El Aborto
3.- La mejor Caridad ( Psicografía)
4.- El Coraje del Perdón
5.- Convivencia






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      La Soledad del Espírita



Cuando te pregunten qué ideas profesas, no tengas miedo en responder: soy espírita. Porque el espiritismo es la filosofía espiritual más completa y sencilla a un mismo tiempo.
Hablamos del mundo espiritual con naturalidad, los seres de luz no son ángeles sino solo nuestros hermanos espirituales que han avanzado más que nosotros y que nos orientan.
Los médiums no son personas con un don, sino con una facultad para el trabajo de esclarecimiento de quienes no lo tienen tan desarrollado, y no les hace ser seres especiales, sino seres sensibles al mundo espiritual: humanos, de carne y hueso, como todos.
El espiritismo cree en la ciencia y con ella va de la mano, más no se autocomplace en el materialismo imperante que niega toda existencia espiritual; sabe que el paradigma imperante es ese, y que todo lo que no cuadre bajo esa óptica sencillamente es descartado, dejando por tanto sin explicar mucha varizana de esa muestra. Por lo que estamos abiertos a todas las investigaciones serias que tengan en cuenta la existencia del espíritu.
Tampoco somos fanáticos de la religión, pues respetándolas todas, no concebimos ese camino sino como vía hacia Dios, sin dogmas, ni catecismos, ni jerarquía de deidades o santos. Somos seres divinos y hacia ese Ser evolucionamos sin llegar todavía a comprenderlo, pues nos falta un sentido.
Por eso, a veces el espírita, parece un ser solitario en medio de tantas tendencias, pero no lo es, porque es un ser en búsqueda constante de sí mismo; abierto a todas las ideas, pero sin realizar mezclas innecesarias que tienen más de corteza que de auténtica y espontánea naturalidad.
«Conocerás al verdadero espírita por su renovación moral cada día».
Por Jesús Gutierrez Lucas - Art. de .ZonaEspirita
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                                El  Aborto

                                

Antes de abordar en profundidad este tema, es de señalar que el embrión humano y el feto,  desde el punto de vista que nos da el conocimiento espiritual, no son simplemente un trozo de carne como si se tratase un  tumor que se desarrolla en el vientre de la mujer gestante, sino que se trata del cuerpo en desarrollo de un Ser espiritual que lo necesita para la reencarnación, o sea para su evolución como Ser espiritual; se mata un cuerpo humano; ¡DE UN SER HUMANO !; un cuerpecito perfecto que comienza su desarrollo a partir de  la unión de dos células y a partir de ahí, ya tiene existencia y vida propia, aunque para mantener esta durante el transcurso de su desarrollo dentro de la madre, dependa por entero de la vida de esta, por el aporte de alimento, de oxígeno, de calor y de vida que ella le transmite a través de la placenta, por medio del cordón umbilical. 
Por eso el embrión o el feto,  debe ser considerado como un proyecto de vida humana de un Ser espiritual que ya existía  antes de que comenzase el proceso del embarazo materno y   que tal vez viene a este mundo con una misión importante y en cualquier caso, siempre necesaria.
Si existe  un  cuerpo carnal en proceso  de  formación  y desarrollo  y  sabemos que existe un Ser Espiritual ligado al mismo, cuya existencia es imprescindible para que ese cuerpo humano se forme y desarrolle. Se puede afirmar que este cuerpo  intrauterino que se está formando y aun no  ha nacido a este mundo, ya es  un Ser humano completo, aun en proceso de gestación, que además durante ese periodo está totalmente indefenso ante cualquier posible agresión exterior que se realice contra él. Y sin embargo las leyes que se vienen barajando al respecto, conductoras, en unos casos de salvaguardar al feto y otras veces a la mujer que una vez embarazada renuncia a ser madre para darle el derecho de convertirse en una homicida de su propio hijo, al que no reconocen ningún derecho  porque no es considerado como un ser humano. Desde luego, no se trata de un forúnculo, ni de un tumor, sino de un ser humano vivo, tal como  desde la propia Ciencia se ha tenido que reconocer.
A quien se empeñe en negar esta evidencia, se le puede plantear sencillamente: "Entonces si el embrión o el feto es reconocido como un ser vivo que existe independiente de su madre y lo quieren matar alegando que no es un ser de la especie humana, entonces, ¿de qué especie es?. ¿ Por qué cuando aún está dentro de su madre, no es nada que se haya de respetar y cuando al final de la gestación sale  al exterior con el nacimiento, ya es un  Ser humano reconocido, con derecho a  respeto y protección, que hay que respetar y cuidar, de modo que cualquier forma de atentado contra él es un crimen infanticidio? ".
Existen dos clases de aborto: el espontáneo, por causas accidentales siempre ajenas a la voluntad de la madre,  y  el provocado  voluntariamente que es el que nos  sume en el aspecto mas grave y delicado a la hora de analizarlo.
        El aborto espontáneo es involuntario por parte de los padres, y sucede de forma imprevista o accidental, bien sea por causas orgánicas o  psicológicas, tal como pueden ser disturbios mentales y emocionales, deseo de gravidez que puede ocasionar una gestación de un embrión sin ninguna presencia de un Espíritu reencarnante, lo cual supone una falta de directriz en la formación y desarrollo del cuerpo fetal que queda sin posibilidades de vivir porque le falta lo indispensable para su normal desarrollo, que es el Espíritu inmortal que existe antes que ese cuerpo que se debe formar bajo su influencia fluídica. 
    El Espíritu necesita del cuerpo para seguir evolucionando en un nuevo proceso reencarnatorio, pero en un falso embarazo, si no hay espíritu.... no hay ser humano, y en ese caso ese cuerpo no podría vivir ni desarrollarse, porque no sería nada, sino materia carnal. Un embarazo así no termina el desarrollo hasta el final, como lo haría si hubiese un Ser espiritual reencarnante ligado a su formación.  Este supuesto es realmente poco frecuente pues, repito, para que haya formación y desarrollo del cuerpo, es necesario que lo haga bajo el molde periespiritual, y si no hay Espíritu no hay tal molde.
   El aborto espontáneo también puede deberse a problemas espirituales por débitos con la Ley de Consecuencias por parte de uno de los implicados (feto y madre), o por parte de ambos. También puede ser causado debido a un proceso obsesivos de la madre o del Ser que pretende reencarnar, llegando a interrumpir el proceso gestante, o bien por existir intensas colisiones mentales entre la madre y el Espíritu reencarnante que sucumbe ante unos fuertes sentimientos de desarmonía.      
   En todos estos casos independientemente de las causas físicas, psíquicas o espirituales  que los provocan, intervienen  siempre  unas causas de tipo espiritual o kármico para el Ser  reencarnante o para sus padres, como por ejemplo en el caso de padres que alguna vez, en esta vida o en otras anteriores, han impedido voluntariamente por razones egoístas, el nacimiento de sus hijos, o  que los han abortado voluntariamente, o han ayudado a abortar a otros, etc.
       Otro motivo  por el que se puede producir el aborto espontáneo, podría ser  a causa del temor que puede invadir al Ser reencarnante ante la perspectiva de volver a nacer en este mundo y tener que afrontar las pruebas ,tal vez difíciles, que sabe o intuye que le aguardan, y a pesar del apoyo, consuelos y consejos que recibe en el plano espiritual, finalmente el temor al fracaso le resulta insuperable y retrocede ante el proyecto de  nacer, resistiéndose a llevar a término o de completar su proceso reencarnatorio por lo cual, en principio, le es respetado por ser siempre respetado el libre albedrío, desde el plano espiritual al que por sintonía evolutiva pertenece.

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      En el tema del aborto provocado, hay que diferenciar entre los casos en donde el embarazo o el parto se complican gravemente, poniendo en peligro real la vida de la mujer embarazada.  Entonces puede llegar el extremo de tener  que decidir a quien salvar, si a la mujer gestante o el feto, que si se salva es a costa de la vida de su madre. En este caso, lo mas ético  y correcto, según señalan los Espíritus de la Codificación Espírita, es  la decisión de salvar antes la vida de quien ya está en este mundo, que es la madre, antes que la del Ser que todavía no se ha incorporado a este mundo y que por otra parte, sabemos que no es casual que se vea protagonista en esa tesitura.

Otro asunto mas problemático y delicado que queda en la conciencia de quien se ve implicado, es la responsabilidad por los abortos ejecutados voluntariamente, sin una necesidad  ética real y con un claro motivo o trasfondo egoísta mas o menos declarado, al amparo de unas leyes humanas materialistas, vigentes, que suelen estar hechas a medida del sentido ético de los políticos y legisladores que con sus decisiones contentan a la multitud que, engañada por los discursos materialistas de algunos sectores de la ciencia, luego premia con votos  su trabajo de  defender oscuros intereses  humanos en vez de defender la vida, y careciendo absolutamente de ningún sentido ético, moral  y espiritual.

Con el aborto, el lazo fluídico que une al Ser con su cuerpo en formación, es roto violentamente, lo cual produce una enorme perturbación al Espíritu  reencarnante que si no es de cierto nivel elevado de  evolución moral, puede verse de este modo incitado a promover un proceso obsesivo y persecutorio, por rencor y venganza, contra quienes le dañaron.
        El aborto  provocado  amparándose en otras excusas, siempre es un crimen contra la Humanidad, que se concreta contra  un Ser humano vivo, pequeño e indefenso. El hecho de  que su cuerpo sea todavía  un embrión no disminuye la gravedad  y responsabilidad del acto; no deja de ser un Ser humano. A veces la excusa que se emplea incluso  para hacerlo legal y tranquilizar conciencias, es el de alegar que el motivo es que el feto o el niño viene mal o con alguna enfermedad o deformidad. En este caso habría que señalar que ningún espíritu viene a este mundo enfermo o deforme por casualidad, sino como resultado de la Ley de Consecuencias, y esa vida humana le es necesaria a él o a sus  familiares para su progreso espiritual.  Otras veces la “excusa” que se lleva hasta la legalidad para permitirlo, es el caso de  violación. En este caso , reconociendo la dificultad natural para aceptarlo humanamente, desde un enfoque espiritual  esta circunstancia puede ser una prueba y la criatura que está siendo generada es un  Ser humano que no tiene culpa de aquella violación y al que se le debe dar una oportunidad de vida.


    Este crimen supone la interrupción del proceso de la necesaria reencarnación de un Ser Espiritual humano, o sea, hablando  claro :  es el crimen más abyecto y horrible que se puede cometer, porque se atenta contra un ser humano inocente porque no tiene ninguna culpa de venir al mundo bajo esas circunstancias y además está absolutamente indefenso.
Este acto es siempre un acto absolutamente violento y contrario a la Ley Divina pues le impide al Ser  espiritual  una existencia humana que le es necesaria, porque, recordemos, que todos hemos nacido en este mundo para cubrir una necesidad, y esa necesidad se llama evolución espiritual.
Las  leyes  que legalizan este crimen amparándose en supuestos que no sean los de un serio peligro para  la vida de la madre, son injustificables  desde un enfoque espiritual, moral y humano.  
La legalización del aborto no exime a nadie de lo  que  todos llevamos impreso en lo más íntimo de la conciencia y sin duda, el aborto provocado jamás debe ser una alternativa para solucionar un problema humano, sino que es fuente de mayores problemas agravando una situación humana que de por sí  suele ser grave. El aborto provocado sin una justificación médica  real, que lo sea  solamente ante un alto riesgo de la vida de la madre, siempre supone la destrucción innecesaria de un proyecto de vida humana que se había planificado minuciosamente desde el mundo espiritual, entorpeciendo y perjudicando el proceso evolutivo del Ser reencarnante, al impedirle acceder a una vida programada en el plano físico. Y a veces también el proceso evolutivo de la propia madre, que en muchos casos, ella misma, antes de venir al mundo, se comprometió con ese Ser que ahora rechaza y asesina.
     
   Hay quienes justifican el aborto como si se tratara de un simple método anticonceptivo más, porque quieren ignorar la realidad existencial del espíritu como Ser inmaterial y quieren creer que el feto solo es un trozo de carne que no tiene conciencia ni siente por el hecho de estar en una primera etapa de formación en la que aún no hay un cerebro formado, cosa que ya se ha experimentado que desde luego no es así.  Quieren creer que el embrión o feto es apenas un trozo de carne  que  se ha formado en el cuerpo de la madre, y que se puede eliminar tranquilamente, sobre todo durante las primeras semanas de gestación, en las que todavía no tiene una figura humana completa o el cerebro que creen  imprescindible para que un Ser humano tenga existencia y consciencia, pero sin tener en cuenta que el motor de ese proyecto de vida humana es un Ser espiritual existente y real que no necesita del cerebro físico para sentir y que necesita de la reencarnación en una nueva vida humana a la que debiera acceder con el mismo derecho que accedimos todos.
 Con este credo materialista y sin alma, amparado por las leyes humanas, si no interesa que nazca otro niño, se  quita o se mata “esa cosa”, y  ¡ya está¡, ¡así de fácil !....
Esta forma de pensar y de actuar sobre este tema, con independencia de cómo se quiera considerar o tratar,  es  un gran crimen y un terrible error, porque demostrado está,  que el niño tiene identidad y vida propia cuando está aún dentro de la madre en una  primera etapa embrionaria, aunque dependa de ella para alimentarse, vivir y recibir impulsos emotivos. Quieren creer que solamente puede haber algo de consciencia a partir de  los tres primeros meses de embarazo en adelante; ello lo justifica  la creencia de que al no haber cerebro anteriormente, no puede haber consciencia, y sin embargo el cerebro y la consciencia son dos cosas diferentes e independientes. La mente no necesita obligadamente del cerebro, pues como se ha comprobado en las plantas, estas no tienen cerebro, y sin embargo tienen una percepción o conciencia primaria.

Muchos casos de abortos cometidos al amparo de estas leyes por motivos egoístas y de ignorancia espiritual,suelen generar posteriormente venganzas de los Seres que así fueron matados , y que pueden llegar a atormentar gravemente a los responsables que destruyeron su cuerpo impidiéndoles nacer.  Esta  venganza se manifiesta en forma de casos de obsesión o subyugación espiritual,  que se suelen tomar como casos de locura por la Psiquiatría, o por intervenciones demoniacas de Posesión según las Iglesias Cristianas.
Como dato preocupante sobre este tema, es de señalar que la práctica abortiva aumenta cada año  en todo el mundo.
Cualquiera que sean las causas por las que el aborto se pretenda justificar, este es un asunto que queda en la conciencia de quienes se ven implicados en ello, pero en cualquier caso no hay que olvidar que  siempre supone la muerte de un Ser humano , por muy en formación que se encuentre su cuerpo. Por tanto, se juzgue o se disimule en argumentos como se quiera, este aborto criminal siempre es un asesinato  por el que alguna vez tendrán que pagar sus autores ante las Leyes Divinas de las que somos individualmente  responsables cuando las violentamos.
La mujer que alguna vez ha cometido esta grave acción no solo comete un crimen contra el su hijo, sino contra ella misma, pues desde antes de nacer programó su vida en la que iba a ser madre  de ese Ser y con este acto traiciona su proyecto.  Asimismo hiere su cuerpo periespiritual y esta lesión puede hacer que ya no pueda gestar más ni ahora, ni más adelante, aunque su cuerpo físico esté sano.  Todos estos argumentos los debieran conocer  todas las personas en general, en particular las mujeres, que aun ignoran la realidad de la reencarnación y que este Ser que pretenden destruir con su acto egoísta, cobarde y criminal, en una vida anterior pudo ser un Ser querido  al que se comprometió para recibirlo como su madre en esta vida.
La persona que cometió ese error se puede redimir cuando arrepentida pide perdón al Espíritu víctima del aborto y a Dios, comenzando por el autoperdón consigo misma y que apague este remordimiento con el trabajo por los demás, especialmente niños y personas desamparadas.

- Jose Luis Martín-


“Los padres no son los que deciden tener o no tener hijos.  Los padres son los instrumentos que los Seres de Luz, responsables de las programaciones encarnatorias, que son la realidad de nuestra vida física, utilizarán para cumplir una parte del proyecto evolutivo en el campo material”
                    -Centro de Estudios de Ciencias Universales-


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LA MEJOR CARIDAD 

( Psicografia de Chico Xavier)

Usa la moneda sobrante que no te sirve. ¡Dar siempre es ejemplificar la caridad perfecta!
La caridad siempre se está haciendo la más pequeña.
La mejor caridad es a la luz de la humildad.
La caridad es perdonar a quienes te causan dolor. Es convertir todas las espinas en un puñado de flores.
La caridad, finalmente, en la tierra es buscar la perfección, la perfección de uno mismo en el templo del corazón ".

(Casimiro Cunha, psicografiado por Chico Xavier en 1938)
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                            El coraje del perdón




                             
En la jornada de conquista de la plenitud, tenemos el desafío de aprender a lidiar con las emociones, cuyo ejercicio principal es hecho a través de las relaciones. De la convivencia surgen las desavenencias naturales, devenidos de nuestras diferencias en la forma de ver la vida, de los intereses contradictorios, además de las limitaciones que tipifican el estado actual de la consciencia humana, marcada por el egoísmo.

 En las relaciones, también creamos expectativas en cuanto a las actitudes del otro que no siempre se cumplen, así como nos sentimos heridos en nuestras emociones, defraudados en las aspiraciones que discutimos y heridos por no tener los deseos atendidos. Cuando no poseemos estructura psicológica para lidiar con todo eso, el resentimiento surge como consecuencia. El problema es que el primer perjudicado es aquel que guarda la emoción perturbadora.

En ese contexto, el perdón es un gesto de auto-amor, pues, al liberarnos del contenido conflictivo, a disposición de la consciencia, energías preciosas, antes aprisionadas en la cuestión no resuelta. No siempre es un camino simple, por lo tanto a veces envuelve dolores profundos vinculados a seres muy próximos a nosotros. 

El impulso direcciona a la reacción, pero el ser consciente no debe ser esclavo de sus impulsos. Por eso mismo, el perdón, al contrario de la cobardía, es un acto de valor, pues es preciso construir resistencias para trabar el embate con emociones profundas, sin igualarse al agresor en la actitud. 

No se trata solo de una cuestión de memoria, de recordar o no el evento que nos trae dolor, sino de cuidar de la emoción vinculada al hecho. Y para sanar el contenido emocional es preciso recordar nuestra propia condición humana. Así como los otros cometen equivocaciones que nos afectan de alguna manera, también hemos afectado y herimos los otros y, a veces, no nos damos cuenta de eso.

 Este punto se amplía cuando agregamos, a nuestra historia, la trayectoria del espíritu, pues ¿quién puede lanzar la primera piedra y decir que nunca cometió errores? Perdonar es un ejercicio importante para aquel que desea alcanzar la plenitud. 
Iris Sinoti
Terapeuta Junguiano 

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                           *CONVIVENCIA* 

La vida viene de Dios, la convivencia viene de nosotros. Aquellos compañeros que comparten con nosotros la experiencia de lo cotidiano, son los mejores que la Divina Sabiduría nos concede, en favor de nosotros mismos. Si usted encuentra a una persona difícil en su intimidad, esa es la criatura exacta que las leyes de la reencarnación le traen al trabajo de perfeccionamiento propio. Las personas que nos comprenden son bendiciones que nos alimentan el ánimo de trabajar, entretanto, aquellas otras que aún no nos entienden son pruebas que la vida igualmente nos ofrece, a fin de que aprendamos a comprender. Recordemos: en los campos de la convivencia es necesario saber soportar a los demás para que seamos soportados. Si alguien surge como siendo un enigma en su camino, eso quiere decir que usted igualmente es un enigma para ese alguien. Nunca diga que la amistad no existe; como nos acontece, cada amigo nuestro tiene sus limitaciones y si algo conseguimos hacer en auxilio del prójimo, no siempre logramos hacer el máximo, una vez que sólo Dios consigue todo en todos. Si usted realmente ama a aquellos que le comparten el camino, ayúdelos a ser libres para encontrarse a sí mismos, así como usted desea la independencia propia para ser usted, en cualquier lugar. Quien valoriza la estima ajena, procura igualmente estimar. Si usted cree que la franqueza ruda puede ayudar a alguien, observe lo que pasa con la planta a la que usted eche agua hirviente. Bendigamos si queremos ser bendecidos. 

Tomado del libro "Respuestas de la vida", autores, Chico Xavier - André Luiz.

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