martes, 21 de mayo de 2019

Psicografía

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-El Espiritismo como Ciencia
2.- Código penal de la vida futura
3.-Sobre la Verdad
4.- Psicografía
5.- El Inconsciente




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El Espiritismo como Ciencia


El periespíritu y los miembros fantasmasEn el medio espírita es muy común la utilización de la palabra “ciencia” para dar una definición de la doctrina espírita. Incluso Allan Kardec, al dar una definición del espiritismo, usa la palabra ciencia, es más, dice textualmente: “El espiritismo es la ciencia que estudia la naturaleza, el origen y el destino de los espíritus, y las relaciones que hay entre el mundo espiritual y el mundo corporal”.  El uso de esta palabra es uno de los temas que más puede sorprender a aquellas personas que no conocen el espiritismo, ya que les extraña que el concepto de ciencia vaya unido a una idea que se encarga de cuestiones como la comunicabilidad con los espíritus, la reencarnación, la existencia de Dios, la inmortalidad del alma, las enseñanzas morales de Jesús etc.
Otro de los argumentos de aquellos que no conocen el espiritismo, es que la ciencia no considera los fenómenos espíritas dentro de sus objetivos de estudio. En esta cuestión, tenemos que considerar que la “ciencia” es un medio de conocer la realidad, siguiendo un determinado método, que se designa con el nombre del “método científico”.
Teniendo en cuenta esta premisa, todo medio de aproximación a la realidad que tenga en cuenta este método, será, por consecuencia, una ciencia, independientemente que sea o no considerada “oficial”. Dentro de este orden de ideas, debemos reconocer, también, que cada ciencia se especializa en un determinado contexto, por ejemplo, la Biología, en el estudio de la vida en sus múltiples aspectos, la física de las propiedades íntimas de la materia, la química de las interacciones de estas propiedades, y así cada una de las ciencias, se dedica a una rama del conocimiento, teniendo su especialización.
Por ello, que la medicina, la biología, la física… no se ocupen de las cuestiones espirituales no significa que estas no sean verdad, solo que por el momento, no son el objetivo de sus investigaciones. Por otra parte, existe también un proceso sociológico estudiado perfectamente por las ciencias de la educación. Es el de las “creencias”, y cuando hablamos de creencias, no nos referimos solo a las creencias religiosas. Y entre las creencias “erróneas” que hacen parte de nuestra sociedad, es la de atribuir un carácter de infalibilidad a la denominada ciencia oficial y a los científicos que se encargan de ella. Esto es una realidad, y la podemos observar a diario, sobre todo nosotros.
Hemos oído decir en más de una ocasión, cuando le planteamos a alguien la idea de la doctrina espírita: “si fuera verdad, la ciencia lo diría”. Desde el punto de vista científico, esto es un absurdo, ya que la propia ciencia demuestra su progreso constante, y afirma que para nada está en posesión absoluta de la verdad, sino todo lo contrario.
Precisamente una de las ideas más interesantes de la ciencia, es que no tiene principios o teorías absolutas, ya que nuevos métodos de investigación podrían hacernos observar mejor los fenómenos y descubrir cosas que no sabemos, u otras que creemos que son de una manera, que sean de otras. En definitiva, si el espiritismo es una ciencia o no, no será porque lo confirmen las llamadas ciencias oficiales, sino porque en realidad siga o no el método científico. Pero antes de pasar a verificar si el espiritismo sigue o no el método científico, vamos a explicar rápidamente en qué consiste el método científico.
Se considera método científico a una serie de pasos, que tienen por objetivo el estudio de un fenómeno. La característica fundamental del método científico, es que estudie fenómenos naturales, y que de alguna manera, puedan ser percibidos por los sentidos, o bien por medio de instrumentos capaces de percibirlos. Todo lo que no sea natural, no sería característico de la ciencia. El primer paso del método científico, es la observación. Ella consiste en el proceso de observar un determinado fenómeno que existe en la naturaleza. La observación exige de un conocimiento, ya que los fenómenos naturales existen en la naturaleza y son observados generalmente por las personas, más no todas los observan desde una visión científica. La observación del fenómeno, no implica simplemente verlo, sino preguntarse los porqués. El porqué ocurre, cual es la causa que lo provoca, cuales son sus consecuencias, etc.
El segundo paso del método científico, es la formulación de hipótesis. Una hipótesis, es una suposición que pretende explicar el fenómeno observado. La hipótesis debe ser racional, que explique de forma lógica el fenómeno, y que pueda responder a las diversas formas en las que el fenómeno pueda presentarse. Además, algo muy importante, es que la hipótesis pueda ponerse a prueba, y demostrarse si es cierta o no lo es. Sin esta última característica, no estaríamos hablando de una ciencia, sino de una filosofía, que puede demostrar de forma lógica un determinado fenómeno, más no puede hacerlo de forma empírica, es decir, demostrando las hipótesis.
El tercer paso, sería la experimentación. Es un paso muy importante, cuyo objetivo es la verificación de la hipótesis planteada. En este paso se pueden usar dos o varias variables, dependiendo del objeto de estudio. Además, esas variables pueden ser modificadas por el experimentador, o bien pueden no ser modificadas, dependiendo de la naturaleza de esas variables.
Lo importante, es que el objetivo sea cumplido, es decir, que la hipótesis sea demostrada empíricamente o bien no se pueda demostrar, lo que llevaría a formular nuevas hipótesis y repetir el proceso. Y el cuarto paso, es la formulación de leyes y teorías, que constituye la parte definitiva.
En relación a las investigaciones hechas, los datos obtenidos, se elaboran las leyes o teorías, dependiendo de los resultados obtenidos. Es un paso que requiere mucho estudio para no equivocarse en la formulación de esas conclusiones, que nunca serán definitivas, sino provisionales, a la espera de que nuevos conocimientos puedan ampliarlas, refutarlas o validarlas. De forma muy rápida y concisa, hemos visto los pasos del método científico.
Ahora, nos toca determinar si el espiritismo ha seguido esos pasos o no, lo que haremos también de forma muy rápida, ya que existen diversas obras donde se explican con más detalle estos pasos, obras a las cuales remitimos al lector para un mayor conocimiento del tema. Como dijimos, el primer paso del método científico, es la observación racional, es decir, empleando la razón en aquello que se observa, intentando preguntarnos los porqués de lo que pasa. Si estudiamos con detenimiento la historia del espiritismo, veremos como ese primer paso fue perfectamente realizado.
Desde los fenómenos en Hydesville, a través de las hermanas Fox, se han venido observando una serie de fenómenos que entraba a formar parte de lo que hoy se conoce con el nombre de “paranormales”. Esos fenómenos, que sucedían espontáneamente, fueron al comienzo objeto de diversión de multitud de personas, empero, otras, al observar estos fenómenos, comenzaron, lo que podríamos denominar: “la era científica de los fenómenos paranormales” ya que al observarlos, se preguntaban cuales eran las causas que los producían.
Entre estas personas hubo muchos que también eran destacados en las diversas ciencias oficiales, y que delante del nuevo campo de investigación, usaron la misma rigidez, (o incluso más), que la empleada para la investigación de sus campos profesionales de estudio. Entre ellos, en esa época, podemos citar a: (poner nombres de los científicos referidos). (Ver el libro: “Historia del Espiritismo” de Arthur Conan Doyle) Siguiendo con el método científico, el segundo paso es el de elaborar hipótesis que explicasen esos fenómenos. Así, paralelamente al interés suscitado por ese orden de fenómenos, comenzaron a surgir diversas hipótesis, que intentaban explicar los fenómenos.
Las hipótesis que surgieron fueron muchas y muy diversas, sobre todo, por tratarse de un campo de estudio totalmente nuevo. El lector podrá encontrar una relación de algunas de ellas en el capítulo 3 del libro de los médiums de Allan Kardec, titulado: “Sistemas”.
A pesar de las muchas hipótesis que surgieron, muchas de ellas fueron descartadas en breve, por no poder explicar sino una parte muy concreta de los fenómenos y no los fenómenos en todas sus modalidades. Otras prevalecieron más tiempo, y entre ellas, podemos destacar cuatro grupos generales. El primer grupo, sería el de ver una causa energética absolutamente mecánica en los fenómenos.
Otro grupo de hipótesis, pretendía explicar los fenómenos, como resultado de una manifestación inconsciente y mecánica de la inteligencia de los asistentes a las reuniones. Otro grupo de ideas al respecto de esos fenómenos, afirmaba que todo se trataba de un fraude muy bien elaborado. Y el último, que las manifestaciones eran resultado de inteligencias extracorpóreas, a las que se designaba con el nombre de espíritus.
El desafío siguiente, sería intentar ver cual de esas hipótesis podía explicar mejor los hechos. Llegamos así, al tercer punto del método científico, la experimentación: Dentro de este aspecto, las investigaciones partieron de lo conocido a lo desconocido, e intentaron responder en primer lugar, a aquellas hipótesis que eran más conocidas, para pasar a las más desconocidas. Por ello, lo primero que se intentó verificar, era si los fenómenos eran o no reales. Es decir, si la hipótesis de fraude los podía explicar.
Después de someter a los médiums a investigaciones cuidadosas, se pudo concluir con que había, efectivamente, una serie de fenómenos que eran fraudulentos, sobre todo se podía ver esto en personas que los realizaban de forma profesional, y tenían un rendimiento económico, sin embargo, también se observaron muchos fenómenos que eran reales, y en los que era imposible ver un fraude. Sobre todo, en los fenómenos espontáneos.
También existía otro factor a tener en cuenta, y era que entre los médiums, los había que no ganaban nada, que todo lo hacían de forma desinteresada y que solían sacar más perjuicio que beneficio de los fenómenos. Fue especialmente entre estos médiums, donde se encontraron más pruebas evidentes de la realidad del fenómeno. Una vez descartada la idea de fraude, se investigó en torno de la posibilidad que una fuerza mecánica actuase en los fenómenos. Sin embargo, los fenómenos presentaban inteligencia, y podían contestar de forma racional a las preguntas hechas por los investigadores. Por ello, se descartó la idea de que la causa fuese únicamente mecánica, ya que debía, para contestar de forma inteligente, ser inteligente. Así, se llegó a la conclusión de que los fenómenos eran una manifestación inconsciente de los manifestantes. Esta idea hubiera sido muy buena si no hubiera una serie de hechos que la desmentían. Era que a veces, las ideas expuestas por el fenómeno, eran contrarias a las que los asistentes tenían. Otras veces, el fenómeno se manifestaba mostrando características sumamente personales, como una individualidad, una personalidad, unos gustos, unos conocimientos, etc. Que no eran los de los allí presentes. Otras veces, se manifestaba en un idioma que ninguno conocía, otras veces por medio de la pintura. En definitiva, mostrando una individualidad y unos conocimientos propios, por lo que esa hipótesis no parecía explicar todos los fenómenos.
Por último, la idea espiritista, es decir, que eran los espíritus los que producían todos esos fenómenos. Como vemos, el tercer punto del método científico, está presente en el espiritismo, pues ha habido una investigación para intentar explicar las diversas hipótesis que surgieron para explicar un determinado orden de hechos. Incluso los datos obtenidos, pueden ser catalogados como empíricos. Pues se pudo tener constancia material de los fenómenos producidos, y las dos o más variables con las que se trabajaba, eran perfectamente empíricas.
Remitimos al lector a la obra ya mencionada, “Historia del espiritismo”, donde encontrará un resumen de las diversas investigaciones que se llevaron a cabo. De la misma forma, podrá el lector encontrar en la lectura de dicho libro, otras fuentes donde ampliar sus conocimientos sobre el proceso de investigación frente a los fenómenos mediúmicos. Como resultado de esa investigación, surgieron unas conclusiones que fueron perfectamente catalogadas, y que serían la elaboración de las diversas leyes y teorías, como conclusión de los estudios realizados.
“El Libro de los Médiums” de Allan Kardec, por ejemplo, es un compendio de las conclusiones a que se llegaron después de largos estudios. Quizás, quien lea el Libro de los Médiums, pueda pensar que las conclusiones a las que llegó Kardec, en su investigación de la mediúmnidad, puedan haber sido un tanto precipitadas. La verdad es que Kardec establece en el libro los resultados, pero no repite las investigaciones que le llevaron a esos resultados, por la razón de que ya están sumamente explicadas en otras obras que tratan sobre el asunto.
Lo realmente admirable, es que hoy, después de 150 años, las conclusiones a las que llegó Kardec siguen siendo válidas dentro de la ciencia espírita, que por supuesto, continúa progresando y actualizándose, condición precisa para que sea ciencia. Lamentablemente, es un campo de investigación “no oficial” y por lo tanto, las posibilidades son escasas, ya que no se tienen los suficientes recursos como para poder realizar una investigación aún mayor.
Trabajos como los del ingeniero Hernani Guimaraes Andrade, o el Doctor Felipe Sergio de Oliveira, son ejemplos admirables de investigaciones actuales en el campo de la mediúmnidad. Una de las críticas más comunes al respecto del espiritismo como ciencia, es que no aborda fenómenos naturales. A mi, personalmente, me parece una crítica absurda, porque no creo que nadie tenga el control sobre lo que es o no es natural. El espiritismo es muy claro a este respecto, y afirma que los fenómenos mediúmnicos son perfectamente naturales.
El problema, es que se considera natural, solo lo que la ciencia oficial puede estudiar, en una postura estrecha de miras, ya que según eso, estamos limitando la naturaleza a la ciencia, lo que debería ser al contrario, pues es la ciencia la que estudia en la naturaleza y no ésta la que actúa según la ciencia.
Por lo tanto, establecer que los fenómenos mediúmnicos no son naturales, es demostrar escasa inteligencia y pretender que las cosas giran en torno de nuestras ideas. Otra de las críticas que se oponen al concepto del espiritismo como ciencia, es que las variables no pueden ser modificadas a gusto del experimentador. Esto es cierto, pero hoy se conocen muchas ciencias cuyas variables no pueden ser modificadas por el experimentador, ya que el campo de estudio está dentro de una serie de fenómenos que no son modificables por el hombre, y que solo se producen en determinadas circunstancias. Incluso muchos de estos fenómenos, para ser correctamente estudiados, necesitan de esta característica, pues si el hombre los modifica, los resultados no serían iguales. Por ejemplo, si deseamos estudiar el comportamiento de los animales dentro de su hábitat natural, no podremos cambiar variables de estudio, ya que al hacerlo, estaríamos modificando los posibles resultados. El espiritismo estudia los seres espirituales y sus relaciones con el hombre, por lo que el estudio deberá ser observarlos en su campo de acción, lo que no implica que sea una ciencia. Llegamos al final del artículo, sin la pretensión de haber agotado el tema. Hay mucho que hablar sobre el mismo, sin embargo, lo que pretendíamos, era intentar explicar que el espiritismo es realmente una ciencia.
Juan José Torres

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          Código penal de la vida futura 

Impreso en la conciencia del ser llevamos la noción del bien y del mal, así como la existencia de un Dios creador y dador de vida. Siendo el hombre un ser trascendente, desde la aceptación de una vida futura se planteó cómo sería la vida después del túmulo. El destino, más allá de la tumba, ¿sería igual para el justo que para el que no se ajustó a las leyes divinas? 
El sentido común y la intuición de las leyes divinas llevaban a considerar que la situación sería muy diferente y así, en función de la evolución que en cada momento presentaban las sociedades, se intentó dar explicación a esta cuestión. Con diversas interpretaciones de acuerdo a las diferentes filosofías, religiones y según también el grado de adelanto de las sociedades, se daba una coincidencia en una suerte de “paraíso” de paz y felicidad para el justo y un sufrimiento para aquellos que faltaron a la ley divina, a los que se les suponía una localización física. 
Las visiones de los místicos, extáticos, sensitivos, médiums en definitiva, fueron interpretadas ajustándolas a sus preconceptos religiosos (Dante Alighieri, Santa Teresa, Swedenborg …) Allan Kardec en el capítulo VII del libro El Cielo y el Infierno nos habla del código de las penas futuras en la interpretación del espiritismo. Explica que –al igual que con el resto de las obras espíritas- siguió un método de observación y análisis, sin preconceptos previos, fruto de la observación, a través de numerosas comunicaciones recibidas por una cantidad ingente de médiums, en lugares diversos: «No se trata aquí de la relación de un solo espíritu, que podría ver los acontecimientos desde su punto de vista, bajo un solo aspecto, o estar todavía dominado por las preocupaciones terrestres, ni de una revelación hecha a un solo individuo que podría dejarse engañar por las apariencias, ni de una visión extática, que se presta a las ilusiones y muchas veces no es más que resultado de una imaginación exaltada, sino de innumerables ejemplos suministrados por toda categoría de espíritus, desde lo más alto hasta lo más bajo de la escala, con ayuda de innumerables intermediarios diseminados sobre todos los puntos del globo, de tal modo que la revelación no es privilegio de nadie, sino que cada uno está en disposición de ver y de observar, y nadie está obligado a creer en la palabra de otro». 
Establecida una gradación en los “goces” y en las “penas”, según se deduce de las manifestaciones de los espíritus (recomendamos al lector la lectura de la Parte II de El Cielo y el Infierno, donde se recogen, a modo de ejemplo, algunas comunicaciones), surge la cuestión de si esa situación es puntual, eventual o será ya permanente, para el resto de la eternidad, como preconizan ciertas religiones. A través de un análisis racional y lógico, Kardec demuestra que un Dios bueno, justo, misericordioso no casa con la idea de un Dios vengativo, incapaz de sentir misericordia por sus hijos extraviados; que ante una caída condena para siempre cuando Él pide el ejercicio del perdón a todos sus hijos. 
Por otro lado, el Divino Pastor nos dijo que no se perdería ni una sola de sus ovejas. Si se admitiera la teoría de las penas eternas estaríamos ante una discriminación, por cuanto si el hombre se arrepiente durante su vida aún puede aspirar a la dicha eterna, pero si el arrepentimiento le llega después de la muerte ya todo para él está determinado y no hay nada que hacer. ¿Por qué el arrepentimiento no ha de tener eficacia sino durante la vida, que no es más que un instante, y no lo ha de tener durante la eternidad que no tiene fin? En estas circunstancias, estaríamos ante un Dios inclemente, menos misericordioso que el propio hombre que permite la rehabilitación y la reinserción del delincuente en la sociedad. 
Del análisis de todas las comunicaciones se llega a una serie de conclusiones en las que nos parece importante señalar cuanto sigue: La dicha y el sufrimiento de los espíritus son directamente proporcionales al grado de perfección e imperfección que presentan. Esta situación es eventual, pues sometido el espíritu a la Ley del progreso, y con destino final la Felicidad, irá progresando, deshaciéndose de sus imperfecciones para alcanzar la dicha que a todos nos está reservada. «Ninguna oveja se perderá» nos dijo el Divino Pastor. 
Las penas y sufrimientos inherentes a las imperfecciones, entre las que se incluye la falta de práctica del bien cuando se tuvo ocasión y no se hizo, se pueden padecer tanto en el mundo físico –en la misma encarnación o en sucesivas reencarnaciones– como en el mundo espiritual. El arrepentimiento supone el punto de inflexión para cambiar el estado de “penalidad”, ya que la ayuda se manifiesta de forma más activa y se modifica la situación en que está el espíritu. Puede darse tanto durante la vida material como en la espiritual. Cuanto antes se dé el arrepentimiento antes se acortará el tiempo del sufrimiento del culpable. Además del arrepentimiento, son necesarios la expiación y la reparación para que la falta y sus consecuencias queden totalmente “borradas”, superadas más bien, porque todo formará parte de nuestros archivos personales. 
Si a cada cualidad corresponde una dicha y a cada falta una pena, la determinación de ésta no es automática, rígida, por cuanto entran en juego los agravantes o atenuantes aplicables al caso, entre los que se contempla el grado de responsabilidad, de madurez intelecto-moral del espíritu, así como la propia actitud, ya que las situaciones, en función de la ley de causa y efecto, se están modificando a cada momento. Recordemos las palabras de Jesús: «El amor cubre la multitud de pecados». Y no olvidemos que la duración también se podrá acortar con un arrepentimiento temprano. 
Las penas no se imponen como medio vengativo, sino que tienen una finalidad, como no podría ser de otra manera ante un Dios infinitamente justo y misericordioso: hacer reflexionar al espíritu para que se produzca un cambio de actitud; por eso son temporales. La dicha y el sufrimiento son inherentes al espíritu, no hay localizados geográficamente un “cielo” o un “infierno”, aunque existan diversos mundos con diferente grado de adelanto en donde concurren espíritus con el mismo grado de evolución. El mensaje que nos trae el espiritismo, desde el razonamiento lógico y la experimentación –que se ha seguido manteniendo vigente a lo largo de las comunicaciones y revelaciones en obras mediúmnicas– es esperanzador. 
Sin ocultar las consecuencias que alcanzan a los espíritus infractores, nos muestra una limitación en la duración de las penas, duración que depende únicamente de nosotros, pues somos los arquitectos de nuestro futuro. La ayuda divina nunca falta. En cuanto el espíritu se muestra arrepentido y decidido a cambiar, la ayuda se le muestra más activamente, permitiendo una reparación, una superación mediante la vuelta al bien, “al camino recto”: es el regreso del hijo pródigo. 
Día a día, momento a momento con nuestros pensamientos, nuestras acciones así como con las omisiones en la práctica del bien, estamos creando nuestro futuro, preparando “la morada” en la que habitaremos al desencarnar. Afanémonos, pues, para encontrarnos plenos y dichosos por la labor bien hecha y agradezcamos a Dios Padre su misericordia infinita, que nos ofrece infinitas oportunidades, tiempo ilimitado para que podamos rectificar, volver al camino y avanzar hacia su encuentro, lo que nos llevará a estar liberados de toda penalidad y sufrimiento. ¡Bendito destino el que Dios preparó a todos sus hijos! «Tal es la ley de la justicia divina: A cada uno según sus obras, así en el cielo como en la tierra» 

Belén Peytaví 
Revista Espírita de la FEE




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SOBRE LA VERDAD


No ha transcurrido época alguna, en la vida de la Humanidad terrena, en la que el hombre no se haya sentido impulsado a investigar y conocer la Verdad. Y este impulso, que en la más expresa acepción ha constituido, en su esencia, el afán de conocimiento de qué es la Vida y cuál es el destino de los seres en el Más Allá, ha alcanzado, en cada una de aquellas épocas, el premio a los afanes del hombre mediante el conocimiento de la verdad buscada, en relación siempre con el adelanto adquirido y con el medio ambiente en que las humanidades se han desenvuelto, con arreglo a las prescripciones de la Ley Universal.
Por lo mismo, el afán de ascender hacia la Verdad única ha de ser eterna aspiración de la vida humana, es por lo que la relatividad de su conocimiento y de los esfuerzos que los seres han de realizar para irse acercando a aquella Verdad, han de ser también eternos.
¿Dedúcese de esto que nosotros, los hombres de hoy, porque en nuestro medio de adelanto individual hemos conseguido analizar, científica y experimentalmente, la Verdad actual, hemos de dar al desprecio y al vituperio aquellas verdades de los tiempos pasados?
No, en manera alguna; no, porque aquellas verdades fueron nuestra Verdad en anteriores existencias; no, porque en ellas y por ellas laboramos para nuestro propio adelanto; no, porque ellas nos prepararon para llegar al conocimiento de la que hoy proclamamos y, sobre todo, porque ellas eran, y así debemos considerarlas, la Verdad absoluta infiltrándose gradualmente en nuestras almas para traernos al estado presente.
Es pues la Verdad, estudio e investigación constantes para los seres inteligentes; estudio e investigación a que se sienten obligados por imposiciones de la Verdad misma, y estudio e investigación a los cuales les obliga más y más el conocimiento que respecto a Ella hayan alcanzado.
En ninguna de las manifestaciones de la intelectualidad y del adelanto moral del hombre, se ha dicho hasta este instante, ni se dirá en los momentos venideros, la última palabra, porque esta frase envuelve la idea de lo infinito y la Vida, y las verdades que en Ella se alcanzan son y serán infinitas e inacabables.
El no creerlo así, el aferrarse a los conocimientos adquiridos y a las conclusiones de las verdades de ellos deducidas, con todas las aberraciones de la vanidad y del amor propio, que se resisten a la confesión de que hay algo en lo que no se ha profundizado bastante, de que hay algo que se ha escapado a la investigación, revela un craso error y un mediano adelanto moral.
La Verdad es la eternidad, y por esto, es de todos los tiempos y está al alcance de todos los que con buena voluntad y de buena fe la buscan: que cada uno la encuentre y la conozca , según sus alcances y su anhelo, es tan seguro como lógico y equitativo.
Por eso es por lo que, cuando cualquiera pretende circunscribir los conocimientos y las creencias de los hombres a sus propios conocimientos y creencias, tratan de oscurecer la Verdad de su tiempo y dan muestras de un atraso moral incalificable por la escasa armonía que guarda con su desarrollada mentalidad.
Por eso es preciso que los sabios se den cuenta de cuanto al comienzo de este trabajo queda asentado y proclamen que para conocer la Verdad, que para sostenerla sin error y sin miras pasionales o egoístas, es preciso investigar constantemente, rectificar a cada momento y declarar ingenua y paladinamente “que no se sabe nada dentro de lo absoluto, porque el Progreso es Eterno, constante y siempre relativo, y porque la Verdad de ese hoy que sólo existe en nuestro convencionalismo, es siempre la mentira de mañana en la eternidad del tiempo y del espacio”.

Sobre la verdad por: Augusto Ferrer
(Tomado de Amor,Paz y Caridad Dic/2008)

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PSICOGRAFÍA

MESAS GIRATORIAS

La Ciencia Espírita en sus actividades iniciales hizo uso de aquellas que fueron las primeras manifestaciones inteligentes, mesas que se movían y "golpeaban de pie", 
respondiendo a las preguntas que se le hacían, mediante un convenido "si" o "no"; estas fueron conocidas como mesas parlantes, utilizadas para comunicarse con los Espíritus.(1)



Figura 1: Mesa parlante



Figura 2: Primeras manifestaciones inteligentes del siglo. XIX.

PSICOGRAFIA

Estos fueron los términos en que fue dado en París, el 10 de julio de 1853, a uno de los más fervorosos adeptos de la doctrina, que desde hacía muchos años, desde 1849, se ocupaba con la evocación de los Espíritus: "Busca en el cuarto de al lado una cestita; sujeta en ella un lápiz, lo pones sobre el papel y colocas tus dedos en el borde". Hecho eso, tras algunos instantes, la cesta se puso en movimiento y el lápiz escribió legiblemente esta frase: " Esto que yo os dije, os prohibo expresamente decirlo a nadie; después de la primera vez que escribo, escribiré mejor".(2)
El objeto que se adapta al lápiz por ser solo un instrumento no tiene necesidad de una naturaleza o forma específica, de esta forma, poco a poco, medios mejores para estas comunicaciones fueron surgiendo, más cómodos, en especial para la escritura.

PSICOGRAFIA (del gr. psyché, mariposa, alma, e grafo, o escribo) – transmisión del
pensamiento de los Espíritus por medio de la escritura, por la mano de un médium. En el médium escribiente, la mano es el instrumento, pero su alma, o el espíritu en él encarnado, es el intermediario o intérprete del Espíritu extraño que se comunica.
Psicografía mediata o indirecta-  cuando el lápiz es adaptado a un objeto cualquiera que sirve, en cierto modo, de apéndice de la mano, como una cesta o una plancheta.etc.

Psicografia inmediata o directa-   cuando el propio médium escribe  cogiendo el lapicero como en la escritura ordinaria.



PSICOGRAFIA INDIRECTA: CESTAS Y PLANCHETAS



Figura 3

Tomemos, por ejemplo, uma cestita de 15 a 20 centímetros de diámetro que puede ser de madeira o de junco, la sustancia es indiferente (ver figura 3). Entonces, a través del fondo de esa cesta se hace pasar un lapicero fijado sólidamente con la punta hacia fuera y hacia abajo, manteniéndose todo en equilibrio sobre la punta del lapicero colocado sobre una hoja de papel, aplicando los dedos sobre la cesta, si los Espíritus desean comunicarse, esta se moverá naturalmente, formando trazos, diseñando o escribiendo palabras, frases o mensajes completos. Pero la escritura así obtenida, no siempre es legible.

En esta fase, se puede utilizar también la pizarra con un lapicero apropiado, también designada como cesta piao. Después, otras disposiciones fueron imaginadas para alcanzar el mismo fin. La más cómoda es la denominada "cesta de bico", que consistía en adaptar sobre la cesta un asta de madera inclinada, con unos 10 o 15 centímetros de saliente, como si fuese la posición del mastil  de un barco.


Figura 4:
Cesta de bico - Consiste en la adaptación en la cesta de un asta de madera en posición inclinada, saliendo diez a quince centímetros fuera de la cesta, como el mastil de la extremidad de la proa de un navío (gurupés).

Innumerables dispositivos fueron imaginados para alcanzar el mismo fin. Algunas personas sustituirían la cesta por una especie de mesa en miniatura, hecha especialmente, de doce a quince centímetros de longitud por cinco o seis de altura, y tres pies, a uno de los cuales adaptó un lapicero. Los otros dos son  redondeados o terminados en una bolita de marfil, para deslizarse fácilmente sobre el papel. Otras personas se sirvieron de una tablita de quince a veinte centímetros cuadrados, en forma triangular, oval o rectangular, teniendo en los bordes un agujero oblícuo para enfilar el lápiz. Colocándose un papel para escribir, ella queda apoyada en uno de los lados. El lado que apoya en el papel se apoya a veces sobre dos bolitas rodantes para facilitar el movimiento.




Figura 5

Otros, en vez de la cesta- piao, utilizaron un embudo con un lápiz en el cuello. Lo que importa conocer no es el instrumento, sino la manera como se obtenían las comunicaciones. Si se obtienen mediante la escritura, sea cual fuere el soporte del lápiz, se trata de psicografía.
Esos dispositivos no tienen nada de absoluto, sino que fueron usados  conforme a la comodidad del médium y, cuando ese proceso fue usado en tiempos de la codificación espírita, fue denominado psicografía indirecta. En el uso de esos aparatos eran empleados dos operadores, no siendo necesario que ambos fuesen médiums, sino que uno de ellos servía solo para ayudar al equilibrio del aparato y así disminuir la fatiga del médium.

En la psicografía indirecta el Espíritu comunicante actúa sobre el médium; este, influenciado, mueve maquinalmente el brazo y la mano para escribir, en donde generalmente, el médium no tiene la menor consciencia de lo que escribe. Su mano actúa sobre la cesta y esta mueve el lápiz.

PSICOGRAFIA DIRECTA O MANUAL

No es la cesta que se torna inteligente, sino que esta apenas sirve de instrumento a una inteligencia. La cesta no es nada más que, prácticamente, un instrumento de la mano o un intermediario entre la mano y el lápiz. Las mesas, las planchetas y las cestas no son instrumentos inteligentes, sino que están momentáneamente animados de una vida ficticia. Estos instrumentos no se mueven ni se comunican por sí mismos. Suprimiéndolos como intermediarios y poniendo el lápiz directamente en la mano del médium, tenemos el mismo resultado con un mecanismo mucho más sencillo, y el médium pasa a escribir como si lo hiciese en condiciones normales, y así tenemos la psicografía directa (3). En esta es la propia mano del médium la que impulsada de manera involuntaria, escribe bajo la influencia de un Espíritu. Este nuevo proceso de psicografía sustituyó de manera definitiva todos los dispositivos, pues fueron considerados innecesarios para esta práctica mediúmnica.


Figura 6: Psicografia directa

El Espíritu  que se desea comunicar, actúa sobre un cuerpo vivo con ayuda de su periespíritu, de la misma forma que con el mismo fluido actúa sobre la materia inerte, moviendo mesas y objetos y haciendo ruidos. Como él no tiene un cuerpo tangible para actuar de forma ostensiva cuando lo desea, acaba sirviéndose del cuerpo de un médium, del que  toma prestado los órganos necesarios para su manifestación, haciéndolos actuar como si fuesen su propio cuerpo. Esto es debido a la emanación fluídica que vierte sobre él.
Es preciso imaginar al Espíritu comunicante no en el médium, sino al lado de este, dirigiendo su mano o transmitiéndole su pensamiento por una emanación fluídica.




 Figura 7

Muchas veces el médium puede escribir en otras lenguas que desconoce, hablar de asuntos más allá de su instrucción, escribir muchas veces cuando no saben escribir; otras veces puede reproducir la escritura del Espíritu cuando este esta encarnado, aunque no lo conociese. Este fenómeno es similar al que ocurre cuando vemos un niño escribir con su mano guiada. Pero esta aptitud del médium para cosas que le son extrañas, está siempre ligada al conocimiento que él ya adquirió en otras encarnaciones y teniendo este conocimiento que ha sido adquirido por el espíritu, este lo guarda en la intuición.
De entre todas las formas de comunicación mediúmnica, la psicografía es la más simple, cómoda y la más completa. Kardec en El Libro de los Médiums, incentiva que todos los esfuerzos deben ser hechos para su desarrollo, en vista de que es más fácil de desarrollar por el ejercicio, porque con ella, es posible establecer relaciones permanentes y regulares con los Espíritus, de la misma forma que las mantenemos entre nosotros. A través de ella, los Espíritus revelan mejor su naturaleza y su grado de perfección o de inferioridad, transmiten sus pensamientos más íntimos, lo que nos permite apreciarlos y juzgarlos en su justo valor.

NOTAS:

(1) El progreso acentuado por Kardec fue realmente rápido. Pero después se verificó un retraso. En la Introducción al Estudio de la Doctrina Espírita, que abre El Libro de los Espíritus, Kardec apunta "la liviandad del Espíritu humano" como causa del desinterés y hasta de la reacción contra los estudios espíritas. "La danza de las mesas" fue considerada indigna de atención de los hombres que se juzgaban sabios, y lo mismo aconteció con la mediumnidad escribiente. La tonta vanidad humana y también los intereses heridos, las tradiciones amenazadas, la fascinación del mediumnismo impidieron que la Ciencia Espírita prosiguiese en su desarrollo rápido. Pero el propio desarrollo de las Ciencias materiales está hoy forzando a los hombres a reencontrarse con la verdad espírita. (Nota de J.Herculano Pires)

(2) El Libro de los Espíritus, Introducción al Estudio de la Doctrina Espírita, IV – Manifestaciones Inteligentes.

(3) La insistencia de Kardec en esta explicación tiene una razón especial, y es que había surgido en París y era ampliamente divulgada en la imprenta, la extraña teoría de los médiums inertes, según la cual, los objetos eran médiums. Ver este curioso episodio en la Revista Espirita. La psicografía directa fue estudiada en Psicología como escritura automática, y las interpretaciones anímicas que Pierre Janet y otros le dieron, no invalidan la realidad del fenómeno. En Parapsicología, como en la Metapsíquica, ha sido utilizada para experiencias telepáticas eficaces. (Nota de J.Herculano Pires)

FUENTES:
Allan Kardec, El libro de los Médiuns
__________, Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espíritas
__________, Revista Espírita, agosto de 1859
__________, El Libro de los Espíritus
__________, La Gênesis

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EL INCONSCIENTE

Es la zona espiritual responsable del archivo de las experiencias humanas. Lo compone una rica gama de energías procedentes de las experiencias vividas por el espíritu en el transcurso de sus reencarnaciones. Se encuentran dentro de él todos los aprendizajes, incluso los de épocas más remotas, que dan origen a centros energéticos vinculados con el tipo de experiencia vivida. Ese archivo es el equivalente al "sótano de la psiquis" de Freud. Desde el punto de vista espírita, ese sótano contiene no solo las reminiscencias de la vida presente, sino también las de todas sus  experiencias reencarnatorias. Es mucho más que un archivo.
    El Dr. Jorge Andrés dos Santos subdivide el inconsciente en tres zonas: inconsciente puro, inconsciente pasado e inconsciente actual. Presentamos a continuación una pequeña síntesis de sus observaciones:

a) Inconsciente puro.- Es la zona más desarrollada del inconsciente por contener energías de excelsa pureza. En ella se refugian los impulsos divinos de la evolución, que iluminan el instinto y distancian al ser humano de la animalidad. Desde ese centro fluyen energías desconocidas rumbo a las demás zonas de la psiquis, que se van condensando a medida que se aproximan a las zonas periféricas, como las capas energéticas del inconsciente.

b) Inconsciente pasado.- En esta zona se encuentra el archivo de las experiencias adquiridas por el indivíduo en sus sucesivas encarnaciones. Estas experiencias son archivadas en forma de centros energéticos o núcleos de potenciación, que podrán contener experiencias sanas o disgustos, según la clase de vivencia archivada. Jung denominó a esta zona inconsciente colectivo.

c) Inconsciente actual.-  Esta zona de la psiquis se circunscribe a la zona consciente; contiene los registros de la encarnación presente. En esta zona toman forma la mayoría de los conflictos y problemas provenientes  del exterior (consciente), que en el futuro puedan llegar a regresar con el aspecto de neurosis y enfermedades psicosomáticas. Probablemente el inconsciente actual es una zona reguladora del intercambio entre el exterior y el interior.

- Jasón de Camargo- (Educación de los Sentimientos)



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