sábado, 23 de junio de 2018

Lo importante es aprender


HOY TENEMOS:

- La turbación de la muerte
- Los tres Reinos de la Naturaleza
- Alguien dijo....
- Lo importante es aprender








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       LA TURBACIÓN  DE LA MUERTE       
            
                              

En el tránsito de la vida corporal a la vida espiritual se produce también otro fenómeno de 
una importancia capital: es el de la turbación. En este momento, el alma experimenta un sopor que paraliza momentáneamente sus facultades y neutraliza, en parte al menos, las sensaciones. Está, por expresarlo así, cataleptizada, de modo que casi nunca es testigo consciente del último suspiro. 

Decimos casi nunca, porque hay un caso en que puede tener conciencia de ello, como veremos después. La turbación puede, pues, considerarse como el estado normal en el instante de la muerte. 

Su duración es indeterminada, varía de algunas horas a algunos años. A medida que se disipa, el alma está en la situación de un hombre que sale de un sueño profundo. Las ideas son confusas, vagas e inciertas. Se ve como al través de una niebla, poco a poco la vista se aclara, la memoria vuelve, y se reconoce. 

Pero este despertar varía según los individuos. En unos es tranquilo y experimentan una 
sensación deliciosa, mientras que en otros está lleno de terror, de ansiedad, y produce el efecto de una terrible pesadilla. 

7. El momento del último suspiro no es, pues, el más penoso, porque, ordinariamente, el 
alma no tiene conciencia de sí misma. Pero antes sufre por la disgregación de la materia durante las convulsiones de la agonía, y después, por las angustias de la turbación. 

Apresurémonos a declarar que este estado no es general. La intensidad y la duración de este sufrimiento están, como hemos dicho, en razón de la afinidad que existe entre el cuerpo y el periespíritu. Cuanto más grande es esta afinidad, mayor es y más penosos son los esfuerzos del espíritu para separarse de sus lazos. 

Pero hay personas en las cuales la cohesión es tan débil, que la separación se opera por sí misma y naturalmente. El espíritu se separa del cuerpo como un fruto maduro cae de su tallo. Esto sucede con las muertes tranquilas y de apacible despertar en la otra vida. 

8. El estado moral del alma es la causa principal que influye sobre la mayor o menor 
facilidad de la separación. La afinidad entre el cuerpo y el periespíritu está en razón de la adhesión del espíritu a la materia. Está en su máximum en el hombre cuyas preocupaciones se encuentran todas en la vida y goces materiales, y es casi nula en aquel cuya alma purificada se ha identificado con anticipación con la vida espiritual. Puesto que la lentitud y la dificultad de la separación están en razón del grado de depuración y desmaterialización del alma, depende de cada uno hacer el tránsito más o menos fácil o penoso, agradable o doloroso. 

Sentado esto, a la vez como teoría y como resultado de la observación, nos queda por 
examinar la influencia de la clase de muerte sobre las sensaciones del alma en el último momento. 

9. En la muerte natural, la que resulta de la extinción de las fuerzas vitales por la edad o la 
enfermedad, la separación se opera gradualmente. En el hombre cuya alma está desmaterializada y cuyos pensamientos se han desprendido de las preocupaciones terrestres, la separación es casi completa antes de la muerte real. El cuerpo vive todavía con vida orgánica cuando el alma ha entrado ya en la vida espiritual, y no está ligada al cuerpo sino por un lazo tan débil. que rompe a la última palpitación del corazón. En este estado, el espíritu puede haber recobrado ya su lucidez y ser testigo consciente de la extinción de la vida de su cuerpo, considerándose feliz por haberse librado de él. Para él la turbación es casi nula. Esto no es más que un momento de sueño pacífico, de donde 
sale con una indecible impresión de dicha y de esperanza. 

En el hombre material y sensual, aquel que ha vivido más para el cuerpo que para el espíritu, para quien la vida espiritual es nada, ni siquiera una realidad en su pensamiento, todo ha contribuido a aflojarlos durante la vida. Al aproximarse la muerte, la separación se hace también por grados continuos. Las convulsiones de la agonía son indicio de la lucha que sostiene el espíritu que, a veces, quiere romper los lazos que le retienen, otras se aferra a su cuerpo, del cual una fuerza irresistible le arranca violentamente, como si dijéramos a pedazos. 

10. El espíritu se adhiere tanto más a la vida corporal cuanto no ve nada más allá. Siente que se le escapa y quiere retenerla. En lugar de abandonarse al movimiento que le arrastra, resiste con todas sus fuerzas, pudiendo así prolongar la lucha durante días, semanas y meses enteros. Sin duda en este momento el espíritu no tiene toda su lucidez. La turbación ha comenzado mucho tiempo antes de su muerte, pero por esto no sufre menos, y la vaguedad en que se encuentra, la incertidumbre de lo que vendrá a ser de él, aumentan sus angustias. Llega la muerte, y no se ha acabado todo. La turbación continúa, siente que vive, pero no sabe si es de la vida material o de la vida espiritual. Lucha todavía hasta que las últimas ligaduras del periespíritu se rompen. La muerte ha puesto término a la enfermedad efectiva, pero no ha tenido sus consecuencias. Mientras existen puntos de contacto entre el cuerpo y el periespíritu, el espíritu siente los achaques de aquél, y sufre. 

Allan Kardec.

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  LOS TRES REINOS DE LA NATURALEZA

I.- Los minerales y las plantas 
585. ¿Qué pensáis de la división de la Naturaleza en tres reinos, o bien en dos clases: los seres orgánicos y los seres inorgánicos? Algunos conceptúan que la especie humana es una cuarta clase. ¿Cuál de tales divisiones es la correcta? 
- Todas son buenas. Depende del punto de vista adoptado. En su aspecto material sólo hay seres orgánicos e inorgánicos. Desde el punto de vista moral, en cambio, existen evidentemente cuatro grados. 
Esos cuatros grados poseen, en efecto, caracteres bien definidos, aun cuando sus límites parezcan confundirse. La materia inerte, que integra el reino mineral, no posee en sí más que energía mecánica. Las plantas, compuestas de materia inerte, se hallan dotadas de vitalidad. Los animales, formados asimismo de materia inerte y provistos de vitalidad, poseen además una especie de inteligencia instintiva, limitada, pero sin conciencia de su existencia y de su individualidad. Por su parte, el hombre, que tiene cuanto hay en plantas y animales, domina a las otras clases por medio de una inteligencia especial, ilimitada, que le da la conciencia de su porvenir, la percepción de las cosas extra-materiales y el conocimiento de Dios. 

586. ¿Tienen las plantas conciencia de su existir? 
- No, pues no piensan. Sólo poseen vida orgánica. 

587. Las plantas ¿experimentan sensaciones? ¿Sufren cuando se las mutila? 
- Las plantas perciben impresiones físicas que actúan sobre la materia, pero no tienen percepciones. En consecuencia, no experimentan la sensación del dolor. 

588. La fuerza que atrae a las plantas unas hacia otras ¿es independiente de su voluntad? 
- Sí, visto que no piensan. Se trata de una fuerza mecánica de la materia que obra sobre la materia. Las plantas no podrían oponerse a ella. 

589. Ciertas plantas, tales como la sensitiva y la dionea, por ejemplo, tienen movimientos que denotan gran sensibilidad, y en ciertos casos una especie de voluntad, como sucede con la segunda de las nombradas, cuyas hojas aprisionan al insecto que acude a posarse en ellas para libar su zumo, y al cual la dionea parece tender una trampa para después matarlo. Esas plantas ¿están dotadas de la facultad de pensar? ¿Poseen voluntad? ¿Constituyen una clase intermedia entre los reinos vegetal y animal? ¿Son una transición de uno a otro de esos reinos? 
- En la Naturaleza todo es transición, por el hecho mismo de que nada es semejante y, sin embargo, todo se relaciona. Las plantas no piensan y, por consiguiente, carecen de voluntad. La ostra que se abre, así como todos los zoófitos, están desprovistos de pensamiento. Sólo hay en ellos un instinto ciego y natural. 
El organismo humano nos provee ejemplos de movimientos análogos sin participación de la voluntad, como en las funciones digestivas y circulatorias. El píloro se contrae al contacto de ciertos cuerpos para impedir su paso. Lo propio tiene que suceder con la sensitiva, cuyos movimientos no implican en manera alguna la necesidad de una percepción, y menos todavía de una voluntad. 

590. ¿No hay en las plantas, como en los animales, un instinto de conservación que las mueva a buscar lo que pueda serles útil y a sustraerse de lo que sea capaz de dañarlas? 
- Es, si así se quiere, una especie de instinto. Depende de la extensión que se conceda a este vocablo. Pero es puramente mecánico. Cuando en las operaciones químicas veis unirse dos cuerpos, es porque son compatibles, vale decir que hay entre ellos afinidad. Pero no denomináis instinto a esto. 

591.* En los mundos superiores ¿son las plantas, así como los demás seres, de una naturaleza más perfecta? 
Todo es más perfecto allí, pero las plantas son siempre plantas, como los animales siempre son animales y los hombres son siempre hombres. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. 
ALLAN KARDEC. 

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                        ALGUIEN DIJO: 
Por. Rey Formoso. 


“NO JUZGAR AL HERMANO, RECUERDA: CON LA MISMA VARA QUE MIDAS VAS A SER MEDIDO”. 

Creo que esta misma “persona”, agregó después: ¿Por qué miras la paja en el ojo del hermano y no ves la viga que está en el tuyo? 

¿Por qué he recordado estas frases de Jesús, nuestro Guía y Maestro? Por una simple razón: para recordarnos lo difícil que resulta andar, por el “estrecho camino” que nos conducirá a la GRAN LIBERACION DEL ALMA. ¡A nuestro acercamiento con la DIVINIDAD, con la CAUSA PRIMERA E INTELIGENTE, con DIOS! 

Sabemos que hablar es fácil: Repetir y memorizar lo que otros enseñan es también bastante fácil, copiar y pegar de libros y escritos, hasta yo lo hago: Pero, vivir el mensaje, vivir la enseñanza, ese CONOCIMIENTO y hacerlo parte natural de nuestra vida…YA ESO ES MÁS DIFÍCIL. 

Tenemos que ser IMITADORES DEL MAESTRO y no solo lectores u oidores. Esa es la clave de la evolución, de la transformación, el haber ascendido ese escaloncito que nos permitirá pasar de esta región de prueba, sufrimiento, enfermedad y muerte, a un mundo mas avanzado, un mundo y una civilización donde la palabra AMOR, haya sido ya entendida en toda la extensión de su esencia, y sea parte de cada corazón que en ese lugar viva.

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Lo Importante es Aprender


                                                                        

Después de algún tiempo, usted aprende la diferencia, la sutil diferencia entre dar la mano y ponerle grilletes al alma. Usted aprende que amar no significa apoyarse. Que compañía no siempre significa seguridad, Y comienza a aprender que los besos no son contratos y que presentes no son promesas.
Comienza a aceptar sus derrotas con la cabeza erguida, con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un niño
Tras un tiempo, usted aprende que el sol quema si usted queda expuesto mucho tiempo. Y acepta que no importa cuan buena sea una persona, un día ella podrá herirlo. Y si eso sucede, usted precisa perdonarla.
Descubre que se llevan años para construir la confianza y apenas unos segundos para destruirla. Que usted puede hacer cosas en un instante, de las cuales se arrepentirá durante el resto de su vida.
Aprende que las verdaderas amistades continúan creciendo aun a largas distancias. Que lo que importa no es lo que usted tiene en la vida, sino a quien usted tiene en la vida.
Aprende que no tiene que cambiar de amigos si comprende que los amigos cambian. Percibe que su mejor amigo y usted pueden hacer cualquier cosa, o nada, y tener buenos momentos juntos.
Descubre que las personas a quienes a usted más le importan en la vida, son tomadas por usted muy deprisa. Por eso, siempre debemos dejar a las personas que amamos con palabras amorosas. Puede ser la última vez que las veamos.
Descubre que se lleva mucho tiempo el llegar a ser la persona que se quiere ser, y que el tiempo es corto.
Aprende que, o usted controla sus actos, o estos le controlarán a usted. Que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, pues no importa cuan delicada y frágil sea una situación, siempre existen dos caras.
Aprende que la paciencia requiere mucha práctica. Descubre que algunas veces, la persona que usted espera que  despida, cuando usted cae, es una de las pocas que lo ayudan a levantarse.
Aprende que la madurez tiene más que ver con los tipos de experiencia que se tuvo y lo que usted aprendió con ellas, de la cantidad de aniversarios que usted celebró.
Aprende que cuando está con rabia, tiene el derecho a estar con rabia, pero eso no le da el derecho de ser cruel.
Descubre que solo porque alguien no lo ama de la forma que a usted le gustaría, eso no significa que ese alguien no lo ama intensamente, pues existen personas que nos aman, pero simplemente no saben como demostrar o vivir eso,
Aprende que no siempre es suficiente el ser perdonado por alguien. Algunas veces usted tiene que aprender a perdonase a sí mismo.
Aprende que no importa en cuantos pedazos fue roto su corazón, El mundo no se parará esperando a que usted lo repare.
Aprende que el tiempo no es algo que se pueda volver atrás. Por tanto, plante su jardín y decore su alma, en vez de esperar que alguien le traiga flores.
Y usted aprende que puede soportar, que realmente es fuerte y que puede ir mucho más lejos, después de pensar que no puede más.
Y, finalmente, que la vida tiene valor y que usted tiene valor ante la vida.
* * *
La vida está constituida por desafíos constantes. Siempre hay que comenzar  a vivir de nuevo.
A cada momento usted puede  recomenzar una tarea edificante que quedó interrumpida.
Nunca es tarde para hacerlo.
Nunca desista de luchar. Refugiese en la oración, a fin de ganar fuerza e inspiración Divina.
Recuerde: lo importante es aprender!
Redacción de Momento Espírita, con base en un texto de William
Shakespeare y en el cap. 12, del libro Hijo de Dios, por el Espíritu Joanna de Ângelis, psicografia de Divaldo Pereira Franco, ed. Leal

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