Lecturas en este blog:
- El Tiempo: ¿Una ilusión?
-André Luiz nos pone a pensar
-Ocupaciones de los Espíritus según sus cualidades y evolución
- Los Pensamientos que nos rodean
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EL TIEMPO, ¿UNA ILUSIÓN ?
¿Serán nuevos los años que pasan, los siglos y los milenios que se suceden en el reloj de arena del tiempo?
No son. El tiempo, como lo imaginamos, no pasa de una ilusión. No hay tiempos nuevos, ni tiempos viejos. El tiempo es siempre el mismo, porque el tiempo es la eternidad. Todos los cambios que constatamos en nosotros y en el entorno de nosotros son productos de la transformación de la materia. Esta, realmente, pasa por constantes modificaciones.
La mutabilidad es inherente a la materia y no al tiempo. La materia es voluble como las ondas e inestable como las nubes que se desplazan en el espacio, asumiendo variadas conformaciones que se suceden en una inestabilidad constante. Nuestro envejecimiento no es obra del tiempo como acostumbramos a decir. Es la materia que se va transformando desde que entramos en el escenario terreno.
Nacemos, crecemos, alcanzamos las cimas del desarrollo compatible con la naturaleza de nuestro cuerpo. Después de ese ciclo, los cambios son menos rápidos. Hay como un ligero reposo. Después, continúa la involución, esto es, el curso descendiente que nos lleva a la vejez, a la decrepitud y a la muerte, cuando esta no interviene accidentalmente, por las molestias, cortando el hilo de la existencia en cualquiera de sus fases.
Todos esos acontecimientos nada tienen que ver con el tiempo. Se trata de manifestaciones de la evolución de la materia organizada, vitalizada y accionada por la influencia del Espíritu. El Espíritu es todo. Por él, y para él, que las moléculas se agrupan, se asocian, tomando forma, en este o en aquel medio, en la Tierra o en otras infinitas moradas de la casa del Padre, que es el Universo.
En la eternidad y en la inmensidad inconmensurable del espacio, el Espíritu se agita procurando realizar el sentido de la Vida, que es la evolución. Para consumarla, recorre las incontables tierras del Cielo. Vestir y desvestir centenas de indumentarias, asumiendo millares de formas y aspectos.
La materia es su instrumento, y el medio a través del cual consigue su ascensión ininterrumpida. Nada significan, por tanto, los años que pasan y los años que despuntan en los calendarios humanos. Lo importante en la vida del Espíritu son las arrancadas para adelante, son las etapas vencidas, el saber adquirido a través de las experiencias, y las virtudes conquistadas, por el dolor y por el amor.
Lo que denominamos – pasado- es apenas el recuerdo de condiciones inferiores por donde ya transitamos. De otra suerte, el futuro no es más que la esperanza que nutrimos para alcanzar un estado mejor. El presente eterno, he aquí la realidad. Encaremos así el tiempo y, particularmente, el año nuevo que ahora se inicia. Hagamos el propósito de alcanzar en su transcurso la mayor suma posible de perfeccionamiento. Es lo que, de corazón, deseamos a nuestros lectores.
Revista ”Reformador” Enero 2013.
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ANDRÉ LUIZ NOS PONE A PENSAR
No te conturbes. Para comprender lo espiritual es preciso tener paz en el alma.-
Nadie vive simultáneamente dos estados anímicos distintos. Ya sea en la alegría o en las dificultades dolorosas, el hombre afronta la existencia viviendo hora a hora, minuto tras minuto.
El tiempo es imperturbable en su ritmo. Su concesión es igual para todos. En nada beneficia afligirnos por lo que sucederá: para el sentimiento no hay dos crisis a un mismo tiempo.
De nada sirve llorar por lo que ha acontecido: no podemos volver para retomar la oportunidad perdida. El pasado enseña y el futuro promete en función del presente.
Nadie confunda precipitación con diligencia. Precipitación es apresuramiento irreflexivo.
Diligencia es cuidado y actividad. De nada vale acelerar imprudentemente la ejecución de tal o cual cosa: toda realización digna es conseguida en forma paulatinamente progresiva.
Por otro lado, tampoco es provechoso dejar caer y enervar nuestro ánimo. Lo importante es combatir la negligencia con la actividad, sobreponiendo el valor al desaliento.
El peor pasaje lleva consigo instrucciones preciosas, tanto como el fruto más pútrido contiene semillas de gran valor. Tócanos, pues, descubrirlas y utilizarlas.
Lo mejor no se lo realiza en un estado de vertiginoso aturdimiento. La propia Naturaleza nos ofrece el ejemplo para discernir sobre esto. Ninguna planta es favorecida con una primavera que se anticipa, prolongándose en su plazo. El viento que encorva al rosal es el mismo que fustiga al álamo.
Las grandes edificaciones son construidas mediante un trabajo regular y uniforme, a la vez que con intervalos para que el sueño restaure las energías mentales de los trabajadores y lapsos de recreamiento para reponer las fuerzas del corazón.
Toda idea benéfica necesita de la meditación para engrandecerse. Todo temperamento es susceptible de poder ser corregido conforme a las reglas que nos señala la educación.
Reflexionemos en la justicia de las horas. El tiempo es un valor divino en la experiencia humana.
Cada conciencia plasma con él su propio destino.
El tiempo que Cristo empleó en difundir la luz era exactamente igual al que Barrabás utilizó en su dedicación al crimen.. La única diferencia entre ellos es que Jesús usó el tiempo ejemplificando el bien, en cambio Barrabás lo empleo generando el mal. Entre la luz de uno y las tinieblas del otro, el provecho del tiempo se mide por medio de una escala infinita de valores. Que mejoremos o nos agravemos dentro de ella es el resultado de una determinación exclusivamente nuestra.
Espíritu André Luiz
Medium Waldo Vieira.
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LOS PENSAMIENTOS QUE NOS RODEAN
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