Programado en este blog para hoy :
- Buscando el Cielo
- Pensar
-Libertando los afectos
-¿Planificamos en el Más Allá como será nuestra muerte?
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BUSCANDO EL CIELO
Queridos amigos, hola buenos días, son muchos los hermanos que tienen la preocupación de qué será de su espíritu cuando “mueran” , los hay que por no comportarse bien, escuchan a su conciencia, delatarles por sus malas acciones, y creyéndose merecedores de un infierno, lo dan todo por perdido, y siguen cometiendo más malas acciones, quizás aun peores.
Muchos van y las confiesan rezando penitencias y engañados se creen que ya pagaron el mal que hicieron, y aunque piensan en el purgatorio, no se suponen en el “infierno” esto para los espiritas, nos suena a cuento, porque ya tenemos las ideas más o menos esclarecidas, y sabemos que el cielo y el infierno lo llevamos dentro de nosotros, que la felicidad es posible lograrla, pero que para ello, debemos esforzarnos en el bien, y ser buenas personas.
Nada hay más satisfactorio que una conciencia tranquila y en paz, el que no hace mal, no tiene nada que temer, ni incluso a la muerte, porque siempre está preparado, para ella, y comunicando con los buenos espíritus a través de sus buenas obras, estos lo reciben con los brazos abiertos, y esclarecen siempre su nuevo estado, merecedor de ese trato, no es raro que sus seres queridos si están a disposición para hacerlo, si no han reencarnado de nuevo, tambien le reciben, incluso afectos que desconocemos en el mundo material, pero que una vez, despertamos en la otra vida, enseguida reconocemos y nos llena de satisfacción el poder verlos de nuevo, después de nuestro viaje por la tierra.
Nadie puede decir que no le es posible creer en estas cosas, la vida si no la miramos desde la óptica de la reencarnación, nos parece una injusticia, nadie que sufre sin haber hecho nada malo, se cree merecedor de tal sufrimiento, y acordándose de Dios como autor de todo en la vida, hasta incluso de su alma, lo tacha de injusto, y esto no hay que tomárselo en cuenta, ellos carecen de información, son ciegos que aun no despertaron, nosotros sabemos que la vida continua después de la vida, que el presente es fruto del pasado y que de lo que hagamos dependerá nuestro futuro, por la ley de causa y efecto, por eso mirando por el porvenir, y pasándolo mal en esta vida, vamos procurando merecer en el futuro una mejor calidad de vida, lejos de afanarnos en el mal, nos preocupe el hacer el bien, aprendemos a comulgar con mejores espíritus y a través de ellos, de su inspiración, vamos sacudiendo nuestras conciencias y vamos limpiándola, procurando instalar en ella, el amor para todos nuestros hermanos y las buenas obras que establecen en nosotros otro tipo de vida, cambiamos en nuestras actitudes y formas de pensar, somos mensajeros del bien y procuramos pasar desapercibidos, por las calles de la vulgaridad y de las malas compañías, que pudieran hacernos perder el trocito de cielo que vamos construyendo en nuestro interior, la paz y el sosiego nos parece un oasis del cual no queremos partir, hemos sentido el regocijo de nuestras buenas obras, y no queremos volver al infierno que nos produjo nuestra desconsideración en la forma de actuar y comportarnos, como seres que estamos intentando civilizarnos, nos duele caer de nuevo, y enfrentar el peso de nuestras conciencias, y volver de nuevo a la iniquidad y al desespero, al lamento de nuestras conciencias, pesarosas por el mal practicado.
Por eso amigos, no esperemos a la Navidad y a sus momentos mágicos para ser buenas personas, todos los días es Navidad porque nuestras almas al despertar y se reafirman en Jesús siguiendo sus pasos, desde que amanece hasta que el día termina, todos intentamos hacer nacer en nosotros Sus enseñanzas, hoy unas mañanas otras, vamos exigiéndonos cada día un poco más, nos vamos apretando las tuercas, vamos navegando con más seguridad en esta vida, con el fin de encontrarnos un día, al fin con El, que nos espera desde hace mucho tiempo, para al fin poder llevarnos ante el Padre, y podamos gozar de Su gloria.
Hemos de ser buenos, todos los días, amar a nuestros hermanos cada día con más intensidad, ejercer la caridad para con ellos, procurando ser mejores con ellos, no a través de la limosna solo, sino tambien en nuestra actitud hacia hechos, en el amor y cariño que le demostremos cada día procurando sea de mayor calidad, hay amores que matan, exigentes, posesivos, irrespetuosos, descarados, el amor puro es desinteresado, paciente, tolerante, ameno, dulce, glorioso, siempre busca el hacer el bien en todas las cosas para beneficio de los demás, es hora de decirnos la verdades, de conocernos a nosotros mismos, y ver con claridad de lo que padecemos y de que carecemos, para encontrar el remedio para nuestros males y el decirnos la verdad para ir en busca de aquello que nos falta por conquistar.
El libro de la Codificación espirita el Cielo y el Infierno, es una aclaración de lo que nos espera al otro lado de la vida, todos los que están angustiados y pesarosos deben procurar leerlo, para que puedan conquistarse a sí mismos, y conseguir la paz en la tierra, aquí todos tenemos el cielo y el infierno, según nos comportemos, la muerte es una continuidad de la vida, si aquí sufres y padeces, por tu malestar, allí seguirás sufriendo, si no trataste ese malestar e intentaste curarte, si te marchas enfermo, por el odio , el resentimiento, etc., allí seguirás lo mismo, venimos a conquistar la gloria de la iluminación de nuestro espíritu, y si no lo conseguimos haciendo el bien, y siendo mejores personas, volvemos fracasados y cansados, sin fuerzas, es la misma sensación de angustia aquí que allí, por eso esforcémonos por vencer todas nuestras malas inclinaciones ahora que aún estamos a tiempo. Aprovechemos las horas que nos quedan, cabalgamos en la caravana de los últimos tiempos y el arborecer está por llegar, hagamos lo posible por despertar en esa nueva era que está por venir y en la cual nos encontraremos más felices, con mejor calidad de vida, no perdamos la esperanza, intentemos cada minuto ser mejores. Al final lo conseguiremos.
Amigos algunas veces me permito, escribir mi propio sentir, mi inspiración, como es el caso de este saludo matinal, os deseo lo mejor del mundo, y deseo como todos los días que Dios nos bendiga a todos y que todos al término del día, seamos agradecidos y no nos olvidemos de darle las gracias.
Merchita.
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PENSAR
El pensamiento es nuestra capacidad creativa en acción.- En cualquier tiempo, es muy importante no olvidarnos de eso.
La idea forma la condición; la condición produce el efecto; el efecto crea el destino.
Su vida será siempre lo que usted esté pensando constantemente.
En razón de eso, cualquier cambio real en sus caminos, vendrá únicamente del cambio de sus pensamientos.
Imagine su existencia como desea que deba ser y, trabajando en esa línea de ideas, observará que el tiempo le traerá las realizaciones esperadas.
Las leyes del destino le traerán de vuelta todo aquello que usted piense. En esta verdad, encontramos todo lo que se relacione con nosotros, tanto en lo que se refiere al bien como al mal.
Observe y verificará que usted mismo atrajo hacia su campo de influencia todo lo que usted posee y todo aquello que hace parte de su cotidianidad.
Dios es Amor y no castiga criatura alguna. La misma criatura es la que se culpa y se corrige, ante los falsos conceptos que alimenta con relación a Dios.
En nuestro íntimo, la libertad de escoger es absoluta; después de la creación mental que nos pertenece, es que nos reconocemos sujetos a ella.
El Bien Eterno es la Ley Suprema; manténgase en el bien a todo y a todos y la vida se le convertirá en fuente de bendiciones.
A través de los principios mentales que nos rigen, de todo aquello que damos de nosotros a los demás recibimos de los demás el céntuplo.
Por el espíritu André Luiz
Psicografía Francisco Cândido Xavier
Psicografía Francisco Cândido Xavier
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LIBERTANDO LOS AFECTOS
Al final del invierno, cierto día, cuando las flores de la primavera comenzaban su sublime trabajo de recubrir los campos resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
La despedida fue dolorosa. Las manos calientes de los que quedaron deseaban retener aquel cuerpo inerte, sin vida, sin movimiento.
Inconformes preguntaban: ¿por qué justo él, que era tan gentil y cariñoso con todos?
¿Por qué justamente el, que sabía hablar y callar, consolar y distribuir entusiasmo tuvo que volver?
¿Por qué él, que era un buen hijo, buen hermano, buen esposo y buen padre?
¿Por qué se lo llevó Dios?
¿Porqué no se llevó a los criminales renitentes, a los corruptos inveterados, a los infieles, en fin, porque no se llevó a los hombres que degradan la sociedad ?.
La respuesta para todos esos cuestionamientos es muy simple.
Consideramos que la vida en la Tierra es una oportunidad de crecimiento para el espíritu inmortal.
La existencia, en el cuerpo físico, es una experiencia necesaria para que el espíritu progrese en la conquista de su felicidad.
Seria, por así decir, un tipo de prisión, donde el puede quitar sus deudas para con las leyes divinas y conquistar nuevas virtudes.
Siendo así, quien tiene pocos débitos se libera antes. Quien tiene menos compromisos se libera de ellos en menor tiempo.
¿De esa forma, por qué queremos que nuestro ser querido permanezca en la cárcel si ya recibió el edicto de soltura?
No seria justo, ni desde el punto de vista ético ni desde el racional.
No queremos decir con esto que todos los que se liberan antes son menos deudores, pues esa no es la realidad.
Como sabemos, muchos parten antes de tiempo por imprevisión o por los abusos de todo orden.
Lo que nos gustaría enfatizar es que aquellos que parten naturalmente, por los medios establecidos por la divinidad, sin la intervención egoísta del hombre, pueden estar recibiendo su carta de emancipación, y por esa razón alzan el vuelo antes que nosotros.
Morir, para el justo, es libertarse. Es matar el pesar de los afectos que lo antecedieron en el viaje de vuelta. Es recibir las glorias de la victoria por haber vencido más de una etapa en el mundo físico.
Y morir para el injusto, es depararse con el tribunal de la propia conciencia al acusarlo por no haber sido lo bastante tenaz para vencerse a si mismo, y por no haber logrado conquistar más virtudes.
Es por esa razón que no debemos lamentar la muerte de los justos, más si la de aquellos que desperdician la existencia buscando el gozo exclusivo del cuerpo, sin pensar en el espíritu, único que sobrevive más allá de la aduana del túmulo.
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Cierto día, al final del invierno, cuando las flores de la primavera comenzaban su sublime trabajo de recubrir los campos resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
¿Sería esto el fin?
No. Es apenas el crepúsculo de una existencia que se cierra, y la aurora de una nueva etapa que se inicia, en la Vida que nunca cesa.
Redacción del Momento Espirita
Publicado por Mercedes Cruz
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¿ Planificamos en el Más Allá, cómo será nuestra muerte ?
Las cuestiones generales de la vida son planificadas como aspectos fundamentales de la próxima reencarnación, con arreglo a nuestra "deuda kármica" y a lo que debemos experimentar para el necesario y adecuado progreso espiritual. Esto se hace con la ayuda y asesoramiento de los Guías Espirituales; no así los detalles y circunstancias menos transcendentes, que no entorpecen ni desvían la programación vital del destino de cada persona, que serán resueltos cuando surjan, según el libre albedrío de cada uno.
El momento de la muerte, que pone punto y final a las experiencias que cada espíritu debe experimentar en la vida física, si que forma parte de la planificación general de su inmediata vida humana, y la forma en cómo será, tiene que ver directamente con la ley de Consecuencias en cuanto a lo que haya pendiente de saldar de vidas anteriores, en cumplimiento de la Justicia Divina, o de la experiencia que se deba vivir para aprender algo que necesitemos, pues hasta la propia muerte supone una vivencia necesaria que forma parte de la experiencia de la Vida. Como indicio de que esto es así, sabemos que hay ciertas personas que, a veces inconscientemente, intuyen la cercanía de su muerte.
La muerte del cuerpo es la única fatalidad real que afecta al Ser humano, porque de ella nadie nos libraremos. De esta idea se podría deducir que si es algo seguro, es inútil esforzarse por evitarla y sin embargo las precauciones y decisiones tomadas a veces en puntuales momentos para conservar la vida, además de obedecer a un instinto de conservación que tenemos por nuestra parte material que tenemos en común con las demás especies animales, frecuentemente nos son sugeridas desde el plano espiritual y son necesarias para evitar el adelanto del momento final previsto.
Las circunstancias que rodearán la muerte de cada persona, están previstas con arreglo a lo que determine el cumplimiento de las consecuencias pendientes de recoger procedentes de su vida o de otras anteriores, pero en cualquier caso siempre serán las más convenientes para la evolución de cada uno. No obstante este final de cada vida humana también está sujeto al libre albedrío de cada persona, o sea, que es modificable, según la conducta y las decisiones de cada uno. Así, por ejemplo, hay quien puede poner fin a su vida voluntariamente, o bien cuando por cumplir determinada misión en este mundo, de lo Alto se les conceda una prorroga, recuperando la salud en casos extremos de enfermos terminales, o en caso de personas que cambian de proyecto y después se encuentran que gracias a ese cambio salvaron la vida;( accidentes, etc).
Como ya hemos dicho, en el Más Allá, está previsto el día y la hora en que cada espíritu debe regresar al mundo espiritual de donde procede o al que le corresponda, sin embargo hay casos en que al Ser se le concede como una pequeña prórroga en el mundo material para dar tiempo a finalizar algo que estaba a falta de concluir y que era muy importante para su realización espiritual.
No obstante se tendrá en cuenta de que los designios originados según la ley de Consecuencias, son designios Divinos, o sea que no son caprichosos ni aleatorios, sino que conllevan una perfecta justicia, aunque no son inamovibles e invariables, pues siempre con nuestro cambio de hábitos y actitudes tenemos la posibilidad de poder modificar esta y otras cuestiones que llamamos a veces “fatalidad” o destino.
- Jose Luis Martín-
“Sabed que aquellos que ignoran, por ignorar han cubierto la muerte de velos y han dormido al resto de sus hermanos en la superstición y el miedo”
- Cayetano Arroyo-(Diálogos con Abul Beka)
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