viernes, 20 de abril de 2018

La Gallina afectuosa




Hoy, abordamos los siguientes temas:

- ¿Reencarnamos siempre bajo el mismo sexo?
- La Gallina afectuosa
-En las reuniones mediúmnicas....
-Transición Planetaria
-El martirio de los médiums



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¿ Reencarnamos siempre  bajo el mismo sexo? 

     Si consideramos que el motivo básico de la Reencarnación es el aprendizaje espiritual mediante la adquisición de experiencias vividas en los planos físicos, es lógico pensar que este aprendizaje necesite hacerlo el Ser desde las mas variadas posiciones y situaciones humanas, que puede encontrar tanto como hombre como mujer; todas son necesarias porque desde cada vida con uno u otro sexo, encuentra el Ser experiencias diferentes  que le ayudan en el objetivo de su evolución espiritual.
            Las reencarnaciones de cada Espíritu se agrupan en Ciclos de un número determinado de reencarnaciones, con unos objetivos a alcanzar, comunes y concretos, y en estas series de existencias que forman cada ciclo, el Ser humano además de conservar en muchos casos  un cierto parecido en rasgos físicos con el que tuvo en su anterior existencia, también lo hace en todas ellas generalmente bajo el mismo sexo, pero  en otro ciclo reencarnatorio siguiente puede  experimentar las vidas humanas que comprende, con el sexo contrario al que tuvo anteriormente.  
            El motivo de cambiar de sexo de unas vidas a otras, es debido a que el Ser debe conquistar una evolución completa y equilibrada, con los atributos y capacidades  propios de ambos sexos, del mismo modo que debe pasar por toda clase de experiencias sociales y humanas que le aporten los valores que necesita conquistar e incorporar a su crecimiento como Espíritu.
         El  Ser  espiritual en sí mismo es asexuado porque es Esencia divina, energía pura,  pero sin embargo en su perispíritu no lo es. Como ya sabemos este solo es un cuerpo o campo de energía que contiene al Espíritu, es como un molde semejante al cuerpo material, y presenta en sí mismo la característica sexual de la última existencia terrestre, de la que ha asumido al cabo de una serie de vidas condicionadas bajo el mismo sexo, todos los atributos y caracteres psíquicos  propios del mismo.
       En su andadura evolutiva, el Ser porta en Sí mismo aunque de modo latente, todas las cualidades espirituales que solo podrá desarrollar como ser humano durante muchas vidas, pasando por muy diversas situaciones sociales y humanas, entre las que se encuentran las que puede lograr bajo una educación y un psiquísmo tanto masculino como femenino en muy diversas clases de ambientes  sociales y de vicisitudes humanas, unas veces como hombre y otras como mujer..
Aceptando la bipolaridad sexual del Espíritu humano, se  puede comprender  mejor el por que el Ser humano tiende naturalmente a igualarse socialmente  en cuanto a derechos  entre los dos sexos.
También  entonces se comprende   lo injusto que es la desigualdad en inferioridad social, tal como aún se ve en la actualidad en muchos casos  en nuestras sociedades,  a  las mujeres con respecto a los  hombres.
Hay que entender que tras la muerte  del ser humano, lo único que queda del sexo en su Espíritu es la apariencia  de la personalidad  sexual que acabamos de dejar reflejadas en el Perispíritu,  junto a las características y  tendencias psíquicas que nos proporcionó nuestra anterior condición masculina o femenina, pero fundamentalmente lo que tenemos que entender y asumir, es que todos, absolutamente todos, hombres y mujeres, somos Espíritus inmortales, absolutamente iguales en atribuciones, hijos de un mismo Padre: Dios, al cual nos vamos aproximando por el proceso evolutivo en el que todos estamos inmersos por igual.
    Así  la  injusticia de la desigualdad  humana por razón de sexo, procede  entre otras muchas barbaridades , de la desigualdad social por otras excusas en general, pero en origen, solo fruto de la fuerza bruta del varón  con respecto a la mujer.  Una  desigualdad que como Seres espirituales que somos, es solo aparente y en cualquier caso solo transitoria, pues todos hemos sido y seremos indistintamente hombres y mujeres, habiendo partido todos del mismo origen y  teniendo todos la misma meta a alcanzar a través de la evolución pasando por tantas y tantas existencias, y como tales Seres en proceso evolutivo  necesitamos experimentar en ambos sexos para continuar  evolucionando  juntos a través de nuestras   diferentes  vidas humanas.
- Jose Luis Martín-


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“ Las almas son hogueras cuyas cenizas son los cuerpos”
                           -  Khalil Gibran –


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         LA GALLINA AFECTUOSA 

Una gentil gallina, llena de instintos maternales, encontró un huevo de regular tamaño y abrió sus alas sobre él, calentándolo cariñosamente.- De cuando en cuando, lo besaba enternecida. Si salía a buscar alimento, volvía apresurada, para que no le faltase el calor vitalizante. Y pensaba, garbosa: – ¡Será mi pollito! ¡Será mi hijo! 

En hermosa mañana de cielo claro, notó que el hijito nacía, robusto. 
Lo crió, con todos los cuidados. No obstante, en un dorado crepúsculo de verano, lo vio huir por las aguas de un lago, sobre las cuales se deslizaba contento. Lo llamó como loca, pero no obtuvo respuesta. El bichito era un pato arisco y fugado. 

La gallina, desalentada, por haber abrigado a un huevo que no pertenecía a su familia, volvió muy triste, al viejo gallinero, sin embargo, transcurrido algún tiempo y encontrando otro huevo, repitió la experiencia. 

Una nueva criaturita frágil vino a la luz. La protegió, con ternura, se dedicó al hijo con todas sus fuerzas, pero en breve, reparó en que no era un pollito como fue ella, en la infancia. Se trataba de un cuervo experto que la dejo en doloroso abatimiento, volando a pleno cielo, para unirse a los oscuros bandos de aves iguales a él. 

La desventurada madre sufrió muchísimo. Entre tanto, aunque resuelta a vivir sola, fue sorprendida, cierto día, por otro huevo de delicada apariencia. Recapituló las esperanzas maternas y lo incubó. Dentro de poco surgió el hijito. La gallina lo acarició, feliz, pero en el trascurso de algunas semanas, observó que el hijo ya crecido perseguía ratones a la sombra. 
Durante el día, daba muestras de estar perturbado y ciego; no obstante, cuando se iban haciendo las sombras exhibía ojos brillantes que la amedrentaban. 
En noche más oscura, huyó para una torre muy alta y no volvió más. Era una lechuza nueva, sedienta de aventuras. 

La abnegada madre lloró amargamente, sin embargo, encontrando otro huevo, buscó ampararlo. Se anido, lo calentó, y pasados treinta días, vino a la luz un hijo corpulento. La gallina lo ayudó como pudo, pero en breve tiempo, el hijo reveló un crecimiento descomunal. Pasó a mirarla de arriba abajo. Se hizo mayor que ella y la desconoció. Era un pavito orgulloso que llegó hasta a maltratarla. 

La cariñosa ave, en esta ocasión, se desesperó definitivamente. Salió del gallinero gritando y se disponía a lanzarse a las aguas del río próximo, en señal de protesta contra el destino, cuando una gran gallina más vieja la abordó, curiosa por conocer los motivos que la segregaban en un dolor tan grande. 
La miserable respondió, contando su propio caso. 

La hermana con más experiencia mostró en la mirada una linda expresión de complacencia y consideró, cacareando: 
–¿Qué es esto amiga? No desesperes. La obra del mundo es de Dios, nuestro Padre. Hay huevos de gansos, de pavos, de patos, de golondrinas y hasta de sapos y serpientes, tanto como existen nuestros propios huevos. 
Continúe incubando y ayudando en nombre del Padre Creador; entre tanto, no te apegues a los resultados del servicio que pertenecen a Él y no a nosotros, porque la escalera para el Cielo es infinita y los peldaños son diferentes. 

No podemos obligar a los otros que sean iguales a nosotros, pero es posible auxiliar a todos de acuerdo a nuestras posibilidades. ¿Entendió? 
La gallina sufrida aceptó el argumento, se resignó y volvió, más calmada, al gran parque avícola al que se afiliaba. 

El camino humano se extiende, repleto de dramas iguales a éste. Tenemos hijos, hermanos y diferentes parientes, que de ningún modo sienten afinidad con nuestras tendencias y sentimientos. Traen consigo inhibiciones y particularidades de otras vidas, que no podemos eliminar de inmediato. 

Quisiéramos que nos diesen compresión y cariño, pero permanecen imantados a otras personas y situaciones, con las cuales asumieron ineludibles compromisos. En otras veces, respiran nuestros climas evolutivos. 
Pero no nos aflijamos. 

A cada criatura le pertenece la claridad o la sombra, la alegría o la tristeza del grado en que se colocó.. 

Amemos sin el egoísmo de la posesión y sin ningún propósito de recompensa, convencidos de que Dios hará el resto. 

FRANCISCO CANDIDO XAVIER 
POR EL ESPIRITU NEIO LUCIO 

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                EN LAS REUNIONES MEDIÚMNICAS

“El nombre de Dios sólo ejerce influencia sobre los Espíritus imperfectos cuando aquel que lo pronuncia puede valerse de ese nombre con autoridad, en función de las virtudes que posee. 
Cuando lo pronuncia alguien que no tiene ninguna superioridad moral, es una palabra como cualquier otra. Lo mismo sucede con las cosas sagradas, con las que se trata de dominar a esos Espíritus. 
El arma más poderosa se vuelve inofensiva en manos inexpertas o incapaces de manejarla.” 


EL LIBRO DE LOS MEDIUMS 
ALLAN KARDEC 



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 TRANSICIÓN PLANETARIA 





Se vive en la Tierra, el momento de la gran transición de mundo de pruebas y expiaciones a mundo de regeneración. 
Las alteraciones que se observan son de naturaleza moral, invitando al ser humano a la mudanza de comportamiento para mejor, alterando los hábitos viciosos, a fin de que se instalen los paradigmas de la justicia, del deber, del orden y del amor. 
Ya fue anunciada esta transformación, que es inherente al proceso de la evolución, desde el Sermón profético anotado por el evangelista Marcos, en el capítulo XIII de su libro, cuando el Divino Maestro presentó las señales de los tiempos futuros tras los acontecimientos dolorosos que señalarían los diferentes períodos de la evolución. 
Siendo el ser humano un Espíritu en proceso de crecimiento intelecto-moral, atraviesa diferentes niveles con los que va madurando, a fin de desarrollar el instinto, después la inteligencia, la conciencia, en dirección a la intuición, que será alcanzada mediante la superación de experiencias primarias, que lo señalan profundamente, atándolo, no es raro, a su naturaleza animal en detrimento de aquella espiritual, que es su realidad. 
Mediante las reencarnaciones, etapa tras etapa, se le ofrece el proceso de eliminación de las imperfecciones morales, que se transforman en valores relevantes, impulsándolo en la dirección de la plenitud que le está destinada. 
Errando o corrigiéndose, realizando intentos de progreso y cayendo, para luego levantarse, ese es el método de desarrollo que a todos impulsa en dirección a su felicidad plena. 
Heredero de los conflictos en que se retorcía en las fases iniciales, debe afrontar los condicionamientos enfermizos, trabajando para la adquisición de nuevas experiencias que le constituyan directrices de seguridad para su avance. 

Ante las situaciones críticas por la ruta carnal, generando complicaciones afectivas, porque lejos de las emociones sublimes de amor y actuando más por los instintos, especialmente aquellos que se refieren a la preservación de la vida, a su reproducción, a la violencia para la defensa sistemática de la existencia corporal, agrede, cuando debería dialogar, acusa, en el momento en que le sería lícito silenciar la ofensa o la agresión, dando lugar a los enfrentamientos infelices generadores de resentimiento, de odio, de deseo de venganza, esos hijos inconsecuentes del ego dominador. 
El impositivo del progreso, sin embargo, es inamovible, presentándose como necesidad de liberación de las amarras vigorosas que lo retienen en la retaguardia, ante el deotropismo2 que lo fascina y termina por arrebatarlo. 
Situado, por la fuerza del determinismo, en la coyuntura del libre albedrío, no siempre lógico, sólo al impacto del sufrimiento despierta para comprender cuán indispensable le resulta la adquisición de la paz, la conquista del bienestar… 
En ese momento, se da cuenta de los males practicados, de los perjuicios causados a otros, naciéndole el anhelo de recuperarse, auxiliando a aquellos que fueron perjudicados por su ineptitud o primitivismo en relación a los deberes que forman parte de los códigos soberanos de la ética de la vida. 
Retrasándose o avanzando por las sendas libertadoras, desarrolla los tesoros dormidos en la mente y en el sentimiento, que aprende a situar al servicio del progreso, avanzando consciente de sus propias responsabilidades. 
Infelizmente, ese despertar de la conciencia se realiza muy lentamente, dando lugar a las indisciplinas que se repiten a cada momento, a las luchas sangrientas terribles. 
Predominan, de ese modo, las conductas arbitrarias y perversas en la sociedad actual, en contraste ofensivo con las adquisiciones tecnológicas y científicas logradas a lo largo de los tiempos. 
Se observan a menudo los síntomas de los buenos sentimientos, cuando alguien es víctima de una circunstancia aciaga, moviendo grupos de socorro, al tiempo que otras criaturas se transforman en seres-bomba, asesinando fanática y cobardemente a otros que nada tienen que ver con las tragedias que pretenden remediar a través de medios más funestos e inadecuados que aquellas que pretenden combatir… 
Movimientos de protección a los animales sensibilizan a muchos segmentos de la sociedad; sin embargo, incontables personas permanecen indiferentes a millones de niños, ancianos y enfermos que mueren de hambre cada año, no por falta de alimento que el planeta proporciona, sino por ausencia total de compasión y de solidaridad… 
Fenómenos sísmicos aterradores sacuden el orbe terrestre con frecuencia, despertando la solidaridad de otras naciones, en relación a aquellas que fueron víctimas, mientras, simultáneamente, armas llamadas inteligentes siegan otras centenas y millares de vidas, al servicio de la guerra, o de revoluciones interminables, o de crímenes perpetrados por organizaciones dedicadas al mal… 
Son esas paradojas de la vida en sociedad que la gran transición que ahora tiene lugar en el planeta modificará. 
Las criaturas que persistan en la acomodación perversa de la indiferencia ante el dolor de su hermano, que marquen la existencia a través de la criminalidad, conocida o ignorada, que firmen un pacto de adhesión a la extorsión, al soborno, a los diversos comportamientos delictivos del denominado cuello blanco, manteniendo una conducta egoísta, burlándose de las aflicciones del prójimo, complaciéndose en la lujuria y en la drogadicción, en la explotación indebida de otras vidas, durante un largo período no dispondrán de medios para permanecer en la Tierra, siendo exiliadas hacia mundos inferiores, donde serán útiles limando las aristas de las imperfecciones morales, a fin de retornar, más tarde, al seno generoso de la madre-Tierra, que hoy no quisieron respetar. 
El egregio codificador del Espiritismo, asesorado por las Voces del Cielo, se detuvo, más de una vez, en el análisis de los trágicos acontecimientos que sacudirían a la Tierra y a sus habitantes, a fin de despertar a estos últimos a las responsabilidades para consigo mismos y en relación a la primera. 
En El Libro de los Espíritus, en el capítulo dedicado a la Ley de destrucción, el insigne maestro de Lyon estudia las causas y razones de los desequilibrios que se producen con frecuencia en el planeta, ocasionando tanto las tragedias colectivas como las producidas por el ser humano, y constata que es necesario que todo se destruya, a fin de poder renovarse. La destrucción, por lo tanto, simplemente se produce para la transformación molecular de la materia, nunca alcanza al Espíritu, que es inmortal. 
De este modo, las grandes calamidades de una u otra procedencia tienen como finalidad invitar a la criatura humana a reflexionar en torno a la transitoriedad de la jornada carnal en relación a su inmortalidad. 
Los dolores que fluyen de esos fenómenos denominados flagelos destructores, objetivan hacer que la «Humanidad progrese más deprisa. ¿No dijimos ya que la destrucción es una necesidad para la regeneración moral de los Espíritus, que, en cada nueva existencia, suben un grado en la escala de su perfeccionamiento? Es necesario que se vea el objetivo, para que los resultados puedan ser apreciados. Solamente desde vuestro punto de vista personal los apreciáis; de ahí viene que los califiquéis de flagelos, por efecto del perjuicio que os causan. Estas subversiones, sin embargo, son frecuentemente necesarias para que se dé más pronto el advenimiento de un mejor orden de cosas y para que se realice en algunos años lo que exigiría muchos siglos». 
Esto es, por lo tanto, lo que ocurre en los días actuales. 
Los dolores alcanzan niveles casi insoportables y la locura que se apodera de los campamentos terrestres tiene carácter pandémico, junto a los trastornos depresivos, a la drogadicción, al sexo descontrolado, a las fugas psicológicas espectaculares, a los crímenes estremecedores, a la ausencia de respeto a las leyes y a la ética, a la desconsideración de los derechos humanos, de los animales y de la Naturaleza... Se llega al máximo desequilibrio, permitiendo la interferencia divina, a fin de que se opere la gran transformación que todos necesitamos urgentemente. 
Contribuyendo en la gran obra de regeneración de la Humanidad, Espíritus de otra dimensión están inmersos en las sombras terrestres, a fin de que, junto a los nobles misioneros del amor y de la caridad, de la inteligencia y del sentimiento, que protegen a los seres terrestres, puedan modificar los paisajes aflictivos, facultando el establecimiento del Reino de Dios en los corazones. 
Reconocemos que esta información nuestra podrá causar extrañeza en algunos estudiosos del Espiritismo, e incluso reacciones más severas en otros… No obstante, nos permitimos la licencia de presentar nuestro pensamiento tras la convivencia con nobles mentores que trabajan en el elevado programa de la gran transición… 
Equipos de apóstoles de la caridad en el plano espiritual también descienden al planeta sufrido, a fin de contribuir en favor de los cambios que deben operarse -atendiendo a aquellos que se encuentran atormentados por la desencarnación violenta, inesperada, o padeciendo el yugo de obsesores crueles o fijados en una rebeldía injustificable, considerándose adversarios de la Luz, miembros de la saña del Mal- a fin de mejorar la psicoesfera vigente, facilitando de ese modo el trabajo de los Mensajeros de Jesús. 
En la presente obra, presentamos tres fases distintas, pero que se complementan, en torno al trabajo al que fuimos convocado, merced a la compasión de Amor, con el fin de acompañar a las acciones de ennoblecimiento de dignos y valerosos Benefactores, vinculados al programa en desarrollo referido a la transición planetaria que se viene operando desde hace ya algún tiempo… 
No tenemos otro objetivo sino estimular a los servidores del Bien a proseguir en el ministerio, a cualquier coste, sin desánimo ni contrariedad, permaneciendo convencidos de que se encuentran amparados en todas las situaciones, por más dolorosas que se les presenten. Procuramos sintetizar las operaciones de socorro a los desencarnados víctimas del tsunami ocurrido en el Océano Índico, devastador y de consecuencias graves, que permanece todavía generando sufrimiento y desánimo, especialmente porque es seguido de otros tantos que continúan ocurriendo con frecuencia asustadora… 
Seguidamente, nos referimos a la contribución especial de los Espíritus dedicados a las tareas de reencarnación de nuevos obreros, terrestres o voluntarios de otra dimensión cósmica, pasando al análisis de los tormentos que invaden la Tierra, así como de la interferencia de los Espíritus infelices, que se complacen en mantener el terrible estado actual de aturdimiento. 
No obstante, en todos los momentos, procuramos demostrar la providencial misericordia de Jesús, siempre atento con Sus mensajeros a todos los acontecimientos planetarios, minimizando las aflicciones humanas y abriendo espacio al día radiante de mañana, que se aproxima, rico en bendiciones y en plenitud. 
Agradeciendo al Señor por nuestras vidas y a los Espíritus superiores investidos de la sublime tarea de la gran transición planetaria, por habernos concedido la honra del trabajo a su lado, soy el servidor dedicado de siempre. 
Salvador, 09 de abril de 2010 

Por eíritu Manoel Philomeno de Miranda, médium Divaldo Pereira Franco. 

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EL MARTIRIO DE LOS MÉDIUMS

                    

Familia Fox

Ya hemos dicho que el médium es con frecuencia una víctima, y esta víctima es casi siempre una mujer. La Edad Media la habia convertido en una bruja y la quemaba viva. La ciencia actual, menos bárbara, se contenta con llamarla despreciativamente histérica o charlatana.
En los orígenes del espiritualismo moderno, las dos hermans Catalina y Margarita Fox son las primeramente llamadas a recibir las manifestaciones y a recoger el mensaje de la inmortalidad. Sus testimonios de la otra vida fueron como la señal de una persecución tremenda de que se les hizo objeto. Produjéronse escenas de verdadero salvajismo y una horrible tempestad de injurias y de amenazas estalló en torno de la familia Fox, lo cual no les impidió sin embargo, proseguir su misión y afrontar hasta los medios que les eran más hostiles.
Cuando hacen falta sacrificios para señalar a la Humanidad los buenos caminos, en la mujer con mayor facilidad se encuentran.
Lo que decimos de la hermanas Fox podría también decirse de los más grandes médiums. Juana de Arco fue quemada viva por no haber querido renegar de sus apariciones y de las voces que había oído; y no acabó ciertamente con ella el martirologio de la mujer médium.
Al lado de algunas que se han dejado seducir por las ventajas materiales alcanzadas a costa de fraudes y engaños, ¡cuántas otras no han sacrificado su salud y comprometido su existencia por la causa de la verdad!
León Denis
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