sábado, 29 de abril de 2017

NATURALEZA DEL AMOR: ABUSO GENÉSICO


Contenido de este blog en la publicación de hoy:

- El Milagro del perdón
- Naturaleza del Amor. Abuso Genésico
- Entrevista a Divaldo
- Mensaje de este día: Autorealización
- ¡ Antes morir que matar !



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El milagro del perdón

      
Todo iba muy bien hasta aquel día. Ella era una mujer casada. Y muy bien casada. Era feliz. Su marido, un alto ejecutivo, a pesar de los constantes viajes que lo retenía fuera del hogar a periodos regulares, ere un hombre atento.      
Nada había que ella desease que él no desease satisfacer. Una casa confortable, seguridad, cariño.      
 Hasta aquel día, cuando la noticia llegó de repente: él sufrió un infarto. Ni una última palabra, un último abrazo. Nada.       
 El entierro fue triste y silencioso. Después sólo quedó una inmensa nostalgia.Todo era motivo de recuerdo.       
  Los libros de él, el jardín donde paseaban juntos. En todo la presencia-ausencia de él. Los días eran amargos.       
 Entonces, ella recibio una carta. Venía de otro Estado y era firmada por una mujer. En pocas líneas, la desconocida le hacía saber que el hombre por el cual lloraba había sido también su amor.       
Y, como fruto de su relación de algunos años, ella tenía dos niñas pequeñas. Describía su drama. Las dificultades profesionales, las facturas que se amontonaban, las necesidades que crecían.       
  Rogaba disculpas por atormentarla, pero pedía auxilio para sus dos niñas.
     
      La primera reacción fue de rebeldía, de rabia. Se sintió traicionada, amargada. Con el paso de los días, aquello fue arreciando y dando lugar a otro sentimiento.       
Pensó en el amor que su marido debería tener por sus hijas. Ahora estaban huérfanas.     
 Por amarlo mucho, tomó una decisión. Respondió a la carta diciendo que se quedaría con las dos hijas. Asumiría su educación. Con una condición: la madre debería entregarlas a su cuidado indefinidamente.       
 Ajustaron detalles y decidieron un encuentro. Ella quería a las niñas. Pedazos de su amor que se fue. Habría de tratarlas como sus hijas. Eran amores de su marido.
       
  En el aeropuerto se encontraron. De lejos, ella vio a la otra: joven, bonita. Era una silfide. Sintió celos. Las niñas eran bonitas.     
 La joven, con lágrimas en los ojos, se despidió de ellas, les hizo recomendaciones y se dispuso a partir.    
 Las niñas se fueron a ella, sollozando. La escena era conmovedora. Entonces, la mujer sintió una onda de cariño invadirla y llamó a la joven madre.     
 Vamos a ser una única y gran familiaQuédese con nosotros también. Seremos amigas y madres de las dos niñas sin padre.       
  Era el ‘milagro’ del perdón.
      
 No del perdón de los labios, sino el perdón del corazón. El verdadero. El que coloca un velo sobre el pasado.        
  El único que es tenido en cuenta, pues Dios no se satisface con las apariencias. Él sonda la intimidad y conoce los más secretos pensamientos de los hombres.
      
      El olvido completo y absoluto de las ofensas es propio de las grandes almas.    
Perdonar es pedir perdón para sí mismo. Al final, ¿quién de nosotros no necesita de el? ¿Quién de nosotros puede decir, en sana conciencia, que no comete equívocos?      
  Si alguien nos perjudicó, es un motivo más para el ejercicio del perdón, pues el mérito es proporcionado a la gravedad del mal.       
Olvidar el mal. Pensamos en el bien que se puede hacer. Cuidamos de retirar del corazón todo sentimiento de rencor. Dios sabe lo que se tarda en el fondo del alma de cada uno de Sus hijos.

Redacción de Momento Espírita,

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NATURALEZA DEL AMOR. ABUSO GENÉSICO


“En ningún caso nos será lícito subestimar la importancia de la energía sexual que, en esencia, vierte de la Creación divina.. Nadie se utilizará de ella en las relaciones con otros, sin consecuencias felices o infelices, constructivas o destructivas, según la orientación que se le de.”
Emmanuel (“Sexo y vida”).


Excesos y desgaste.
El sexo es la fuerza más poderosa que existe en nosotros, después de la mente. Por esto, practicado bajo el descontrol, como todo mal uso que infrigimos a una máquina, termina por bloquear o estropear al sistema.. En esta fuerza primaria de nuestro ser, los Ingenieros espirituales de la creación concentraron cantidades de energía que, liberadas indiscriminadamente, conducen a la confusión emocional, la desilusión y el desgaste psicosomático.
Las fantasías eróticas continuas, el deseo compulsivo, etc., son descargas electromagnéticas de altísimo voltaje. Cuando la fijación sexual es demasiado prolongada, deviene en agotamiento nervioso y desorganización somática, así como incluso a la locura, cuando determinadas personas entran en obsesión o se pierden en la espiral del vicio (inducidas por malas compañías del entorno que frecuentan, o víctimas de espíritus inferiores).
El abuso del que hablamos, aparte de propio, puede ser también el que infligimos a los demás; porque si bien el amor de Dios, para engrandecernos, nos concedió el libre albedrío (permitiéndonos la debilidad y el aprendizaje), toda manipulación erótico-afectiva o desprecio que hagamos a alguien, no será pasada por alto ante la infalibilidad de la leyes espirituales (karma) que rigen el Cosmos.. Nacemos en esta vida para, entre otras cosas, adquirir un mayor equilibrio emocional y/o liberarnos de las pautas erróneas del pasado.
No existe ninguna inmundicia en el sexo, patrimonio sagrado de la vida, lo que si es necesario evitar son los excesos, la promiscuidad y la búsqueda de sensaciones viles que arrastran al ser a las zonas inferiores de la existencia. Esto, a menudo, es subliminalmente aconsejado y puesto como atractivo, por diferentes medios de comunicación y/o desafortunados shows televisivos (ignorando que, comportamientos sexualmente promiscuos, con pérdida de la capacidad de establecer vínculos afectivos duraderos, es una de las señales de la esquizofrenia).
No existen “pecados” y sí errores o abusos.
En “El Génesis” estudiamos que, son las imperfecciones, los malos instintos que aún no corregimos y la inclinación a tal o cual vicio, el verdadero pecado original...


Vampirismo energético.
“El Espíritu encarnado está bajo la influencia de la materia, y el hombre que se sobrepone a esta por la elevación y depuración de su alma, se acerca a los buenos Espíritus, a los que se unirá algún día. Pero el que se deja dominar por las malas pasiones y cifra todos sus goces en satisfacer los apetitos groseros, se acerca a los Espíritus impuros dejando que prepondere la naturaleza animal.


Este artículo proviene de Federación Espírita Española - Espiritismo.
(Conferencia ofrecida en diciembre del 2004 en el XII Congreso Espírita


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                 ENTREVISTA A DIVALDO


PREGUNTA: Asistimos hoy en día a situaciones en que la corrupción campea en diferentes grados en muchos países del llamado primer mundo, y también en diversos países en vías de desarrollo, afectando a los diversos niveles económicos, políticos y sociales. Como espiritistas, ¿qué podemos aportar con nuestro conocimiento y práctica para poder no sólo ofrecer respuesta a esa actitud, sino también para aunar esfuerzos a fin de ofrecer solución a esta plaga?
DIVALDO: En primer lugar, en lo que respecta al ámbito político, podemos influenciar en ese aspecto en cuanto elijamos personas dignas, puesto que la mayoría de nosotros sabemos dónde se aposenta la criminalidad. En determinadas ocasiones podemos escoger a los candidatos por simpatía o por determinados intereses particulares, incluso recibiendo algo a cambio como ocurre en algunos ámbitos.
Cuando somos electores en ese círculo por interés, obteniendo algo a cambio o un favoritismo, nos convertimos en cómplices de esa corrupción. El voto en este caso, debería ser nuestra “arma”, pudiendo votar a aquel que es más decente, o bien votar de la forma establecida en nuestros sistemas democráticos de cada país para demostrar nuestra protesta, como un voto nulo.
En Brasil decimos que quien no es leal en lo poco, no es leal en el mucho; y otro dicho que dice que una barca jamás conducirá un navío.
Es preciso, por tanto, que nosotros creemos una mentalidad de honestidad, y ésta se irá reflejando en el mundo. Así, nosotros debemos de pensar dos veces antes de actuar. La corrupción surge por doquier; fijémonos que incluso surge cuando se rompe la fidelidad en la pareja, y hoy día parece que este tipo de conductas estén en boga.
Aquí no importa que nadie sepa de la existencia de una infidelidad, sino que lo que importa es que cada uno sepa si es infiel, es un tema de conciencia.
Respecto al cambio, debemos decir que todo aquello que parece imposible, en realidad no lo es. Una vez yo fui a un notario para reconocer una firma y vi una frase que me quedó grabada: “Hacer fácil lo difícil, es hacer difícil; hacer difícil lo difícil, es tornar imposible.”
En una ocasión, me sentí en una reunión mediúmnica, procuré tomar el lápiz para ponerme a escribir pero me dije “hoy no puedo escribir, estoy muy cansado”. En aquel momento se me apareció Juana de Ángelis y me dijo: “¿Por qué no escribes?” y le contesté que no podía. Y volvió a preguntarme: “¿Y por qué no puedes?” y le dije que no tenía fuerzas. Ella me indicó “¿Por qué no lo intentas? Toma el lápiz”. Acto seguido, tomé el lápiz y me puse a escribir. Fue la noche que ella más escribió. Cuando terminó me dijo: “Nunca tomes una medida de resistencia en el Bien, inténtalo hasta alcanzarlo.”
También Juana de Ángelis me indicó que un antiguo pensador chino dijo: “La vida física ¿es una ilusión? Y la inmortalidad ¿una realidad?, o bien ¿será la inmortalidad un sueño y la vida física la realidad?”. Por tanto, Juana me dijo “tú debes cultivar sueños, diciéndote yo puedo, sí quiero, y por más difícil que sea tu sueño, nunca dejes de soñar y nunca desistas de tu sueño.”
Estamos construyendo un mundo nuevo, y en cierta ocasión alguien le dijo a Chico Xavier “me gustaría mucho quedarme aquí cerca en Pedro Leopoldo”. Entonces, el Espíritu de Emmanuel le indicó a Chico que si todas las luces estuvieran juntas, habría un incendio y el resto de la humanidad permanecería en la penumbra. Entonces las luces deben estar dispares, como estrellas, como puntos luminosos para haya claridad para todos y, unidas por unos hilos que son el Amor, a modo de cables eléctricos y la electricidad sería la Misericordia.
Xavier Llobet
Centre Espírita Irene Solans, Lleida
- ACTUALIDAD ESPIRITISTA-
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MENSAJE DE ESTE DIA :  AUTOREALIZACIÒN

...Si perdonas sinceramente a quienes te generan dificul­tades y se convierten en problemas para ti, estarás colaborando con el Bien, y de ese modo pasarás al nivel de servicio de solidaridad y de acción edificante, en favor de todos y del mundo terrenal donde te encuentras en proceso evolutivo.
No te eximas de amar, de perdonar y de servir, si real­mente anhelas la autorealización.
Joanna de Ângelis/Divaldo Franco
Libro Despierte y sea feliz - Editora LEAL
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               ¡ ANTES MORIR QUE MATAR !

Desde niña atraían poderosamente mi atención las grandes librerías, y entraba en ellas 
con religioso respeto. Recuerdo que hace muchos años, estando en Deva visité el palacio de don Leopoldo Augusto de Cueto, y al entrar en su magnifica biblioteca, verdadera maravilla en todos los sentidos, al ver aquellos artísticos estantes que contenían lo mejor que se ha escrito en los pueblos civilizados, confieso ingenuamente que no me postré de hinojos temiendo que se rieran de mí; pero si el alma pudiera tomar alguna postura, indudablemente que la mía se hubiera arrodillado orando fervorosamente en aquel magnifico santuario de la sabiduría humana. 

Nunca he olvidado aquel salón en el que todo hablaba; allí se respiraba una atmósfera distinta, y en ninguna de las catedrales que he visto, he sentido aquella religiosidad y 
admiración que experimenté en la biblioteca de Augusto de Cueto. 

Y refiero estos recuerdos de mi pasado, para demostrar que soy amantísima de la lectura; pero como para leer con aprovechamiento se necesita tiempo, y a mí me ha faltado siempre por diversos motivos, he aquí una de las causas por que aprovecho en muchas ocasiones las historias que vienen a contarme unos y otros, y hasta la opinión y 
el parecer de los seres más humildes y más ignorantes, siguiendo en esto el consejo amistoso que me dio en Madrid el inolvidable escritor Roque Barcia, que, con su gracejo particular, me dijo así:

-Amiga mía, le causaría a usted risa si conociera algunos censores de mis obras; no 
acostumbro consultar con mis más íntimos amigos, por dos razones muy poderosas: la 
primera, porque a los unos les ciega el cariño, y la segunda, porque a los otros el gusano 
de la envidia les roe las entrañas, y el voto de ninguno de ellos es válido para mí. 
Durante algún tiempo, observó mi mujer que cuando venía el carbonero, se paraba, al salir, delante de mi despacho y escuchaba con deleite lo que yo leía en voz alta, haciendo él signos de aprobación en los puntos más culminantes de mis escritos. Yo tengo la costumbre de escribir y leer cada párrafo que trazo en el papel. 
Una mañana, hice entrar en mi despacho al carbonero, diciéndole: 
-Vamos, hombre, dice mi mujer que eres inteligente, y te voy a leer un capítulo de una obra que estoy escribiendo, a ver qué te parece. 
El muchacho se sentó muy serio, y se volvió todo oídos para escuchar mi lectura. Cuando concluí le miré, y noté que en su semblante se retrataba el disgusto y la contrariedad. 
-¿Qué te parece? ¿No te gusta lo que te he leído? 
-No, señor -¿Por qué? 
-Porque usted se ha quedado muy satisfecho insultando, pero no lo estarán así los insultados. Usted hiere con ese escrito; pero no enseña como en otros muchos que he leído de usted. 

Se fue el carbonero, volví a leer el capítulo censurado y rasgué inmediatamente las cuartillas, porque, en realidad, en mi vida había escrito nada peor; las advertencias de aquel ser tan humilde, ya ve usted, mozo de una carbonería, las tuve muchas veces en cuenta: hubiera sido un crítico admirable.

Mas veo que, entregada a mis recuerdos, me aparto algún tanto del objeto principal de este artículo, que es tributar un homenaje de profunda admiración a dos hombres que nunca he visto, que no sé cómo se llamaron, y que, sin embargo, a serme posible, haría un viaje para dejar en su tumba unos ramos de flores.

Hablando hace algunos días con un guardia civil, espíritu muy adelantado, muy estudioso y muy observador, me dijo lo siguiente:

-Amalia, ya que tanto te fijas en las cosas, te contaré un hecho rarísimo, que lo presenció un compañero mío, el cual merece toda mi confianza, y que, además de a él, lo he oído referir a otros varios; pero mi amigo, sobre todo, es para mí la mejor garantía 
de su autenticidad, porque a formal y a verídico no hay quien le gane.

Hace bastantes años que la provincia de Extremadura se vio invadida por tantos forajidos, que la guardia civil no tenía descanso ni sosiego, siempre en persecución de 
los salteadores, que robaban, mataban, incendiaban, y eran el terror y el espanto de los pobres labradores, que perdían sus ahorros, sus casas, y hasta la vida. A tanto llegó el 
descaro y la osadía de los malhechores, que el general que mandaba entonces los tercios de la guardia civil, ordenó que sin formación de causa se fusilara a los bandidos donde 
se les encontrara, pues sólo arrancando la mala hierba de raíz podrían vivir tranquilas centenares de familias consagradas al trabajo más rudo.

Se obedeció la orden, y en los bosques de aquella pequeña India de España, pagaron con su vida sus muchas fechorías una gran parte de aquellos facinerosos sin corazón. 
Una tarde, un pelotón de guardias civiles al mando de un sargento, cogieron a nueve salteadores, los ataron fuertemente y emprendieron la marcha hasta llegar a un sitio a 
propósito para despacharlos al otro mundo.

Entre los guardias, había dos individuos que hacía poco se habían incorporado a la fuerza que perseguía sin cuartel a los bandoleros; se enteraron, como los demás, de lo 
que tenían que hacer con los amigos de lo ajeno, y se callaron, porque el que manda, manda, y no hay más.

El sargento hizo alto en un ventorro, esperando que el sol se pusiera; los presos, bien custodiados, estaban sentados al pie de unos matojos; y los guardias, unos paseaban 
esperando la orden para marchar, y otros permanecían sentados. Entre éstos estaban los dos individuos que habían llegado últimamente. Nadie estaba contento; porque eso de matar a sangre fría no es ningún plato de gusto; pero como en la milicia el que no obedece paga con su vida, nadie decía una palabra, ni mala ni buena.

Al fin, el sargento dijo: ¡marchen! y los bandidos fueron los primeros en ponerse en pie, rodeados de los guardias, emprendiendo todos el camino; mas a los pocos pasos, dijo el sargento con extrañeza: 
-Aquí falta gente. Volvió la cara y vio a dos guardias sentados, a lo lejos, al pie del ribazo. Tanto le extrañó aquella desobediencia, que él mismo retrocedió, y llegando hasta ellos, tocándole bruscamente al uno en el hombro, exclamó: ¿Hasta cuándo durará ese sueño? Al tocarle, el guardia se inclinó sobre su compañero, y los dos cayeron rodando por el suelo como masas inertes. El sargento, a pesar suyo, retrocedió asombrado; aquellos dos hombres ¡estaban muertos...! Cumplió el jefe de las fuerzas su cometido, y en dos carros fueron conducidos los cadáveres al cementerio del vecino pueblo. A los dos guardias muertos les hicieron la autopsia, y los médicos que los reconocieron, dijeron que no tenían lesión alguna; que eran, por el contrario, dos cuerpos sanos y robustos; que habían muerto de ¡angustia! Entonces, los otros guardias recordaron, incluso el sargento, el disgusto, la repugnancia, el enojo que habían mostrado al saber que tenían que matar a los malhechores; y conforme vieron que se aproximaba la hora, ¡qué sensación tan dolorosa deberían sentir, qué angustia tan extraordinaria experimentarían aquellos dos espíritus, para separarse de su organismo, fuerte, sano, vigoroso, en el pleno de su juventud! Para romper tales ligaduras, debieron de sentir todos los horrores de la más cruenta agonía, 
diciendo con la entereza de los mártires: ¡Antes morir que matar!

¡Qué dos espíritus tan elevados! ¡Qué almas tan desprendidas de las miserias terrenales! ¡He ahí dos héroes, dos redentores, que prefirieron morir antes que destruir a sangre fría la vida de los otros! ¡Cuán grato me sería recibir una comunicación de esos espíritus! ¿Quién diría, al verlos con su uniforme, que eran dos espíritus que odiaban los procedimientos de la fuerza? ¿Tomaron por expiación tan enojosa carrera, y no pudieron doblegarse a sus horribles exigencias? ¡Quién sabe...! ¡Hay tanto que estudiar en la eterna vida del espíritu..! A veces, en el fango, se encuentran perlas; y entre flores perfumadas, reptiles repugnantes que se ocultan entre sus matizadas hojas. ¡Cuántos que pasan por filántropos y por hombres de gran corazón, se encogen de hombros cuando están en la intimidad de la familia, si oyen contar el relato de una desgracia horrible; y en cambio, otros que quieren la nivelación social, cuando ven una de esas escenas dolorosas, se estremecen, y si no tienen qué dar, piden una limosna para socorrer a los que lloran!

¡Qué pocos espíritus viven en su centro! Esto ¿qué nos enseña? Que la vida de aquí es un capítulo de nuestra eterna historia; no puede ser de otra manera, tiene que admitirse la supervivencia del alma.

Mucho me ha hecho pensar la muerte de los dos guardias civiles, que vivieron tan fuera de su centro. ¿Por qué eligieron la carrera de las armas? ¿Por qué estuvieron tan en contacto con los vengadores de oficio de los atropellos?

¡Almas generosas! Yo os admiro y os consagro mi recuerdo, y creo, que al llegar al espacio, mi primera pregunta será: "¿Dónde están aquellos dos espíritus que dijeron en la Tierra: Antes morir que matar?" Y quizá una voz amiga me responda: "¿Ves aquellos 
dos soles, cuyos rayos no puedes mirar por su refulgencia deslumbrante? Pues es la nube fluídica que envuelve a esos espíritus, cuya luz aún no puedes contemplar sin cegarte con sus vívidos resplandores"

AMALIA DOMINGO SOLER.
SUS MAS HERMOSOS ESCRITOS.

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