domingo, 16 de abril de 2017

Fenómenos espiritistas simulados



Contenido  de este blog en el día de hoy:

- El Coraje
- Los Problemas de la Existencia
- Fenómenos Espiritistas simulados.
- En la culpa está el castigo


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                         EL  CORAJE

Es conveniente tener en cuenta que el desarrollo del coraje está relacionado con el tratamiento prestado a cada caso en especial, atentos a que algunas personas tienen mucho coraje para ciertas cosas y se muestran frágiles en otras. Sin embargo, la única seguridad eficaz en todos los casos nace en nuestro corazón y no fuera de él. El rey Midas, por ejemplo, depositaba su seguridad en el dinero; Damocles en su espada. Se trata de los equívocos prácticos que tienen que ver con los condicionamientos de la vida.

   Cuando el indivíduo da comienzo al desarrollo de las virtudes, en el proceso está incluida la seguridad, que fluye de las profundidades de la conciencia. La purificación de la conciencia elimina las impurezas emocionales del miedo y aporta estabilidad al indivíduo. Cuanto más bondadoso consigue ser, mayor es su conquista de paz duradera y de seguridad interior, que se traducen en una impregnación de coraje que atenúa sus temores. Las emociones negativas son el fruto de los paradigmas inferiores que todavía gravitan en la psiquis humana.
En esa psiquis en proceso de mejoramiento persisten los perjuicios de las experiencias negativas del pasado, junto con una gama de emociones y sentimientos primitivos.Tan solo la educación de los sentimientos ofrecerá estructuras sólidas al alma, así como la suprema seguridad espiritual, así como la fe robustecida por el amor al semejante. En la sublimación de los sentimientos reside el coraje de los espíritus elevados, apuntalado por los supremos valores del espíritu.

   Cuentan que cierta vez una pareja de ancianos que llevaban más de cincuenta años casados, fueron a comprar una tumba en el cementerio. Después de haber cerrado la operación, el marido le dijo a la esposa:
- Vida mía, si yo me muriera primero¿podrías ponerme del lado derecho de la tumba?.
  La esposa respondió:
- ¿Por qué? ¿Acaso te gustaría dormir del lado derecho de la cama?
Él le contestó que sí, pero que no había tenido el coraje de decírselo antes.

  El coraje cedía, pues, lugar al respeto a su esposa, a la que tanto amaba.

  Si somos conscientes de nuestros actos y simultáneamente ejercitamos el coraje a cada instante, seguramente estaremos reduciendo a la mínima expresión los miedos extemporáneos de la vida cotidiana. Recurre al coraje en las situaciones en que  sientas miedo, ya sea ante un jefe severo, a causa de una enfermedad (grave o no), cuando vayas a salir de tu casa, si tienes que pasar una prueba o examen, ante las dificultades financieras; cuando enfrentes las tareas dela vida diaria con más coraje, serás más félíz. Verificarás que el miedo es, por lo general, nada más que un enfoque al que la mente está condicionada a causa de sucesos del pasado, e incluso, del presente. En la mayoría de las ocasiones, tenemos condiciones para desempeñarnos con más coraje, en remplazo del hábito arraigado del miedo. Si ya nos hemos graduado en miedo, es hora de aprobar el curso del coraje, porque nos hará más felices.

    No nos proponemos desechar la prudencia, que es otra cosa. Cristo recomendaba que fuésemos inofensivos, como las palomas y prudentes como las serpientes. Cuando el coraje está aliado a la prudencia, habrá de llevarnos lejos. En muchas situaciones la prudencia es una consejera; será bueno aprender a escucharla. Con esto no hacemos más que destacar que el miedo y la prudencia son cosas diferentes. El miedo, como hemos dicho, proviene del instinto de conservación; la intelectualización del instinto es un proceso natural del crecimiento de las personas y no es conveniente permanecer en el sufrimiento que proviene del abuso de esa emoción. El coraje es un avance espiritual, constituye la salida gradual del miedo en dirección a valores más sustanciales para el espíritu en proceso evolutivo. Cuanto más puro el corazón, mayor coraje habrá en él.

En resumen:

- Cuando aumenta el coraje disminuye el miedo.
- La única seguridad eficaz nace en nuestro corazón y no fuera de él.
- Ejercita el coraje a cada instante.
- Sé consciente de todo lo que haces y deposita coraje en tus pensamientos y actos.
- Si avanzaras en un rumbo equivocado, debes detenerte y tener el coraje de rectificarlo.

Jason de Camargo-(Educación de los sentimientos)

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LOS PROBLEMAS DE LA EXISTENCIA 
    Lo que le es importante al hombre saber por encima de todo, que es, de donde viene, 
donde va, cual es su destino. Las ideas que nos hacemos del Universo y de sus leyes, del 
papel que cada uno de nosotros debe jugar sobre este teatro vasto, son de una importancia capital. Es según ellas que dirigimos nuestros actos. Es consultándolas que fijamos un fin en nuestra vida y marchamos hacia ese fin. Allí está la base, el verdadero móvil de toda civilización. Tanto vale el ideal, tanto vale al hombre. Tanto para las colectividades, como para el individuo, es la concepción del mundo y de la vida que determina los deberes; fija la vía que hay que seguir; las resoluciones que hay que adoptar. 
    Pero, así como lo dijimos, la dificultad en resolver estos problemas nos los hace rechazar demasiado a menudo. La opinión de la mayoría es inestable, indecisa; los actos, los caracteres se resienten de eso. Ahí está el mal de la época, la causa de la confusión en 
la cual está presa. Tenemos el instinto del progreso; queremos marchar, pero, ¿para ir a 
dónde? Es con lo qué no se sueña bastante. El hombre, ignorante de su destino, es como 
un viajero que recorre automáticamente un camino, sin conocer ni el punto de partida ni el 
punto de destino, y no sabe por qué viaja; que, como consecuencia, siempre está dispuesto a fijarse en el menor obstáculo, y pierde su tiempo descuidando el fin que hay que alcanzar. 
    La insuficiencia, la oscuridad de las doctrinas religiosas y los abusos que engendraron 
llevaron a buen número de espíritus al materialismo. Creemos de buena gana que todo 
acaba con la muerte, que el hombre no tiene otro destino que desvanecerse en la nada. 
Demostraremos cuánto esta manera de ver está en oposición flagrante con la experiencia y la razón. Digamos desde ahora que destruye toda noción de justicia y de progreso. 
    Si la vida está circunscrita entre la cuna y la tumba, si las perspectivas de la inmortalidad no vienen para alumbrar nuestra existencia, el hombre no tiene ya otra ley que la de sus instintos, la de sus apetitos, la de sus goces. Poca importancia tiene que le gusten el bien y la equidad. Si sólo aparece y sólo desaparece de este mundo, si se lleva con él, en el olvido, sus esperanzas y sus afectos, sufrirá tanto más cuanto más elevadas sean sus 
aspiraciones; amando la justicia, el soldado del derecho, se considera condenado por no ver casi nunca su consecución; apasionado por el progreso, sensible a los dolores de sus 
semejantes, se imagina que se apagará antes de haber visto triunfar sus principios. 
Con la perspectiva de la nada, cuanto más habrá practicado la devoción y la justicia, 
más caerá su vida fértil en amarguras y en decepciones. El egoísmo bien comprendido sería la sabiduría suprema; la existencia perdería toda grandeza, toda dignidad. Las facultades más nobles, las tendencias más generosas del espíritu humano acabarían por marchitarse, por apagarse totalmente. 
    La negación de la vida futura suprime también toda sanción moral. Con ella, que sean 
buenos o malos, criminales o sublimes, todos los actos acaban con el mismo resultado. No 
hay compensaciones a las existencias miserables, a la oscuridad, a la opresión, al dolor; no hay más consuelo en la prueba, más esperanza para los afligidos. Ninguna diferencia espera, en el futuro, al egoísta que sólo vivió y a menudo a costa de sus semejantes, y el 
mártir o el apóstol que habrá sufrido, habrá sucumbido combatiendo por la emancipación y 
el progreso de la raza humana. La misma sombra servirá para ellos de mortaja. 
    Si todo acaba con la muerte, el ser no tiene ninguna razón para esforzarse, para contener sus instintos, sus gustos. Aparte de las leyes terrestres, nada puede retenerlo. El bien y el mal, el justo y el injusto también se confunden y se unen en la nada. Y el suicidio será siempre un medio de escapar de los rigores de las leyes humanas. 
    La creencia en la nada, al mismo tiempo que arruina toda sanción moral, deja irresoluto 
el problema de la desigualdad de las existencias, en lo que toca a la diversidad de facultades, de aptitudes, de situaciones, de méritos. En efecto, ¿por qué a unos todos los 
dones del espíritu y del corazón, los favores de la fortuna, mientras que tantos otros, tienen 
en reparto sólo pobreza intelectual, vicios y miseria? ¿Por qué, en la misma familia, los 
padres y los hermanos, nacidos de la misma carne y de la misma sangre, difieren en tantos puntos? Muchas cuestiones insolubles para los materialistas, así como para muchos 
creyentes. Estas cuestiones, vamos a examinarlas brevemente a la luz de la razón. 

El porqué de la Vida. Léon Denis

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  Fenómenos espiritistas simulados 


V. -¿No se ha probado que sin el Espiritismo podían producirse esos  fenómenos, de donde puede deducirse que no tienen el origen que les atribuyen los 
espiritistas? 
ALLan Kardec. –Por el hecho de que se puede imitar una cosa, ¿Hemos de creer que no exista? ¿Qué diría usted de la lógica, del que pretendiese que, porque no se hace vino de champagne con agua de seltz, todo el vino de champagne no es más que agua de seltz? Es privilegio de todas las cosas notables el originar falsificaciones. Algunos prestidigitadores han creído que la palabra Espiritismo, a causa de su popularidad y de las controversias de que era objeto, podía apropiarse a la explotación, y para llamar al público, han simulado más o menos groseramente algunos fenómenos de mediumnidad, como simularon en otro tiempo la clarividencia sonambúlica, viendo lo cual aplauden los burlones, 
exclamando: ¡Ahí tenemos el Espiritismo! Cuando apareció en la escena la ingeniosa producción de los espectros, ¿No decían en todas partes que era el golpe de gracia del Espiritismo? Antes de pronunciar un fallo tan decisivo, hubieran debido reflexionar que las aseveraciones de un escamoteador no son el Evangelio y asegurarse de si existía identidad real entre la imitación y la cosa imitada. Nadie compra un brillante antes cerciorarse de que no es falso. Un estudio algo detenido les hubiese convencido de que los fenómenos espiritistas se presentan en muy distintas condiciones, y hubieran sabido, además, que los espiritistas no se ocupan en hacer aparecer espectros, ni en decir la 
buenaventura. 
     La malevolencia y una insigne mala fe podían sólo asimilar el Espiritismo a la magia y a la hechicería, porque él repudia los objetos, las prácticas, las fórmulas y las palabras místicas de éstas. Otros no vacilan en comparar las reuniones espiritistas a las asambleas del sábado, en que se espera la hora fatal de medianoche para hacer aparecer los fantasmas. 
     Un amigo mío, espiritista, se encontraba un día viendo el Macbeth al lado de 
un periodista a quien no conocía. Llegada la escena de las brujas, oyó que éste último decía a su amigo: “¡Bueno! Ahora vamos a asistir a una reunión de espiritista; precisamente me falta tema para mi próximo artículo y ahora voy a saber cómo se verifica esas cosas. Si hubiese por aquí uno de esos locos, le preguntaría si se reconoce en ese cuadro”. “Yo soy uno de ellos –le contestó el espiritista-, y puedo asegurarle que estoy muy lejos de reconocerme en él, porque, aunque he asistido a centenares de reuniones espiritistas, jamás he visto en las mismas nada semejante, y si es aquí donde viene usted a buscar los datos para su artículo, no brillará éste por la veracidad”. 
     Muchos críticos no cuentan con base más segura. ¿Y sobre quién, sino sobre los que se lanzan sin fundamento, cae el ridículo? En cuanto al Espiritismo, su crédito, lejos de resentirse, ha aumentado por la boga en que lo han puesto todas esas maquinaciones, llamando la atención de las personas que no lo conocían. Así han inducido al examen del  mismo y aumentado el número de los adeptos, porque se ha reconocido que, en vez de ser un pasatiempo, es un asunto serio.

ALLAN KARDEC


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EN LA CULPA ESTÁ EL CASTIGO
Amalia Domingo Soler
El padre German solía escribir en su manuscrito querido, todas las experiencias que vivía en su aldea. Yo particularmente me sentí inclinada por la que voy a relatar, muchas personas que le he recomendado la lectura de este libro, me lo han agradecido, además de sorprenderme, mucho de ellos, con alguna lagrima que dejaban escapar al leer algún capitulo que de entre todos les toco el corazón.
En este capítulo el padre German, expresa su gran amor por los niños, huérfano desde bien pequeño, y con la nostalgia de su madre, hizo todo lo posible para ayudar a los niños huérfanos, que como el nunca habían sentido el amor de sus madres, también ayudaba a los que malvivían , que sufrían la agresividad de sus progenitores, que eran abandonados y que sufrían hambre y necesidad, el los rodeo de cariño y atenciones y en la aldea todos los niños lo amaban y respetaban.
En la tarde aquella el oraba fervorosamente por los habitantes de la aldea, una tormenta tremenda, destrozaba todo lo que pillaba a su paso, la lluvia desenfrenada, el aire huracanado, y los grandes truenos y descargas eléctricas, hacían estremecer a todos, y todos oraban pidiendo ayuda a lo alto.
Los niños entraron eufóricos, gritando: ¡Padre German venid, hay un anciana que necesita de vos, ella esta blasfemando, dice que Dios no existe. ¡Que mala debe ser esa mujer! Decían los niños espantados.
El sintió que las acusaciones de los niños le hacían daño, y les dijo cariñoso: Que nadie tenía derecho a juzgar a nadie.
Cuando llegaron, otros niños estaban con ella, estaba medio desnuda, sucia, con los cabellos sueltos, los ojos hundidos pero abiertos, y tenían una fijación aterradora.
El sintió una voz en su interior, que le decía, que la mirara bien y que retrocediera en el tiempo, repitiéndole más a tras, mas, mucho más... hasta que llego a su niñez, y al sentir despotricar a aquella mujer el en sus palabras reconocía las de su madre, cuando presa de la bebida lo maltrataba, un temblor lo domino y lagrimas de fuego le fluían de los ojos partiéndole el corazón. Llorando de pena y de vergüenza.
¿Los niños le preguntaron que aria el si esa fuera su madre? Amarla, respondió el, pues siempre debemos mirar como a un ser sagrado, a la mujer que nos llevo en su seno.
¿Y si blasfemase como esta? Del mismo modo debemos amarla, y más aun, mucho más, porque los enfermos son los que necesitan de médicos.
El se acerco a ella, y la acarició con ternura, le dijo que no temiese nada, que el la cuidaría, mandando a los niños a buscar ayuda. En seguida vinieron varios hombres, y la transportaron a la aldea, allí la rehabilitaron y en menos de un mes, era otra persona.
Pero volviendo a las andadas, llego a ser un escándalo publico, todos se quejaban de su conducta, pues llego a hacer proposiciones deshonesta a los niños y jóvenes, ella seguía sintiendo a sus otros nueve hijos que abandono, ellos habían muerto, pero ella los veía enroscarse a su cuello e intentar de ahogarla, era un proceso de locura que a ella le hacia odiar la vida, querer morirse, maldecir, blasfemar y hasta incluso odiar a todos.
Todos los de la aldea no creían lo que veían, no comprendían como el padre German tan recto y disciplinado, podía admitir a una persona así, entre ellos, llegando hasta incluso a pensar mal de el.
Las cosas llegaron hasta tal punto, que analizando la situación, el padre German comprendió que se debía a sus semejantes, no a sus afecciones exclusivas. Sintiendo que los habitantes de la aldea era su familia espiritual, y que su deber era velar por su reposo, que si la mano derecha es motivo de escándalo debía cortársela, porque el bienestar de uno no debía sacrificar la tranquilidad de muchos.
Sintiéndose débil para corregir a su madre, y no teniendo más remedio que hacerlo, pidió ayuda a un sacerdote gran amigo suyo, que tenia una asociación religiosa, hospital y asilo, para que en calidad de enferma, fuese admitida, y la sometiesen a un régimen curativo, único medio de dominar sus vicios. Al saberlo ella se exaspero, el la llegó a calmar, hablándole de su hijo German, era el único que ella no veía a su lado, junto a los otros. El muchas veces estuvo tentado de revelarle que el era su hijo, pero algo le detenía para hacerlo.
Una mañana, acompañada de seis hombres salio de la aldea, montada en una yegua pacifica. El quedo sufriendo, una determinación así, era muy dura para el, si hubiera estado libre, el la habría ayudado, pero el no era libre, lloro y recordó todos los detalles desde su niñez hasta aquella tarde, cuando de pronto sintió que los hombres volvían, ellos expusieron que al reposar en lo alto de un desfiladero, la yegua que era mansa como un cordero, se encabrito, rompió las riendas y se lanzo al galope, saltando zanjas y precipicios y la ciega agarrada a las crinas la azuzaba a su cabalgadura para que corriera más, desapareciendo. Cuatro dais estuvieron buscándola, pero imposibilitados para descender al abismo, no encontraron sus restos.
El dolor y el remordimiento hicieron enmudecer al sacerdote, dejándose caer en su lecho estuvo muchos días entre la vida y la muerte.
El quería huir de su culpa, porque en ella estaba el castigo. Pero sentía el regocijo de que Gracias a Dios, su familia universal no había tenido que avergonzarse de su padre, había sufrido, luchado, había hecho pedazos su corazón, pero había vencido dominando sus pasiones, que es lo que el hombre debe dominar primero.
Es un trabajo extraordinario el realizado por el padre German, os recomiendo leer el libro, el sensibilizara vuestros corazones, y os invitara a reflexionar sobre la vida que os rodea, y aplicar en ella, su gran enseñanza, porque está llena de moral y sentimiento, cosas que nos benefician mucho en los tiempos actuales.

DEL LIBRO DE AMALIA DOMINGO SOLER(MEMORIAS DEL PADRE GERMAN)

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