jueves, 19 de marzo de 2015

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO

                                           
                                     
               CREACIÓN DEL UNIVERSO

El Universo me inquieta y no puedo pensar que este reloj exista y no haya relojero (Voltaire) 

Pero, ¿qué es el Universo y qué sabemos hoy de él? Nuestro planeta, la Tierra, navega en el infinito océano del Universo. Gracias a la tecnología actual, podemos percibirla, minúscula y perdida en ese océano eterno, vortiginosa en medio de las miríadas de estrellas y galaxias. La historia del Universo, y luego la de nuestros orígenes es una larga epopeya de unos 13,7 mil millones de años. Al principio, todo era sólo energía. Al inicio, no había materia ni siquiera átomos. No había más que una “sopa” de partículas elementales energéticas, es decir de energía pura: electrones, fotones y quarks. La temperatura rondaba algunos millones de millones de grados. La densidad era enorme y reinaba allí el mayor caos. Estamos en el tiempo cero y nada existe, solamente la nada y de golpe, una formidable energía sacude la nada. Esta gran explosión es llamada comúnmente Big-bang. Se acepta entonces pensar que el Universo comenzó por un Big-bang hace alrededor de 13,7 millardos de años, un Universo contenido en el interior de una burbuja microscópica, caliente y densa. Luego, esa burbuja estalló bruscamente y nació el Universo. Con ese Big-bang, el tiempo, el espacio y la materia tomaron lugar con vertiginosa rapidez. En una fracción de segundo, toda la energía contenida en aquella burbuja, en ese punto en particular, fue liberada a través del espacio que se creaba al mismo tiempo que la materia. Desde los primeros instantes, las consecuencias de esa explosión energética se contaron en microsegundos, luego en segundos y en minutos antes de conocer una fase de reposo. A la primera cien-milésima de segundo, se forman protones y neutrones. Son los futuros constituyentes de los núcleos de átomos y de la materia ordinaria. Luego, en los minutos siguientes aparecen los primeros núcleos de átomos. Poco a poco, se van a juntar unos con otros para producir el hidrógeno pesado (deuterio) y el helio. La temperatura es de mil millones de grados. Simultáneamente han aparecido fuerzas para organizar esta materia. Cuatro interacciones elementales son responsables de todos los fenómenos físicos observados en el Universo, cada una se manifiesta por una fuerza llamada fuerza fundamental. Se trata de la interacción nuclear fuerte, la interacción electromagnética, la interacción nuclear débil y la gravitación. Luego la creación retardará su ritmo.
Y sin embargo, ya todo estaba en su lugar para que mucho más tarde apareciera la vida, pues desde su nacimiento, este embrión de Universo contiene ya la energía necesaria para construir todo lo que nos rodea. Reguladas con una infinita precisión, todas las propiedades de la arquitectura del Universo están determinadas por las constantes físicas, por los números eternos cuyo valor exacto es medido en los laboratorios pero que ninguna teoría puede explicar. Son los números de oro del Universo. 
Al alba de la creación, se conformó el decorado cosmológico. Éste se extendería sin cesar para que más tarde, mucho más tarde, ¿fue un día, una hora, una noche? actores llamados hombres representaran allí el papel de su vida.
Muchos de nosotros pensamos que una inteligencia tuvo algo que ver con la creación del Universo (Charles Townes, físico, premio Nobel). ¿Según qué programación en una fracción de segundo, el Universo, semejante a un grano de arena, se volvió más grande que una galaxia? 
Y siguió creciendo a una velocidad increíble, creciendo todavía hoy. Los átomos más ligeros se formaron 300.000 años más tarde: átomos de hidrógeno (un protón y un electrón) y átomos de helio. Las nubes frías de hidrógeno y de helio se formaron al cabo de un millón de años. Por la acción de la gravitación, esas nubes se condensaron dando nacimiento a las primeras galaxias en las cuales nacieron las primeras protoestrellas. Estamos ya 100 millones de años después del Big-bang. Las estrellas y los planetas tal y como los conocemos se formaron al cabo de 5 mil millones de años. En cuanto al planeta Tierra, existe desde cerca de 10 mil millones de años después del Big-bang.
De lo infinitamente pequeño surgió en algunos minutos lo infinitamente grande. Ese Universo, nacido de aquella formidable explosión llamada Big-bang, está poblado de soles, lunas, estrellas y galaxias, planetas, cometas, meteoritos y agujeros negros. La Tierra, cuyo Sol representa la estrella más cercana forma parte de nuestro sistema solar, compuesto de otros siete planetas que levitan en el espacio. Hace aún poco tiempo, nuestro sistema solar contaba con nueve planetas, pero en 2006, Plutón, considerado por los astrónomos como un planeta enano, perdió su status de planeta. He aquí brevemente relatado el Cómo. Pero todavía hoy numerosos científicos se niegan a investigar y a explicar el Porqué. Pues cada efecto es precedido por su Causa. Por otra parte, allí no se encuentra el sentido del comportamiento científico, un comportamiento que en dos siglos ha dado un formidable salto adelante, rompiendo con antiguas teorías, como la de Aristóteles y abordado nuevas, fruto de la observación y de sabios cálculos matemáticos. Pero, ¿qué había antes del Big-bang? Nada, se responde, pues por el momento no lo sabemos, y de la nada, de ese momento cero, se produjo una explosión venida de no se sabe dónde, dando nacimiento al Universo. Antes, se convino en hablar del muro de Planck, lo que podría significar que existe un muro para el conocimiento. El tiempo cero no es completamente igual a cero, lleva el nombre del físico alemán Max Planck, premio Nobel en 1918, y corresponde a 10 elevado a la -44 segundos después del Big-bang. Antes de ese instante, el conocimiento tropieza con un muro, llamado muro de Planck: en efecto, la física cuántica impide conocer la naturaleza de los fenómenos que precedieron a esta fracción de segundo increíblemente pequeña. Los científicos trabajan sobre este período. Se han elaborado varias teorías, pero por el momento, aún son incompletas y necesitan avanzar en los campos matemático, físico y técnico.

El Big-bang cuestionado 
El gran fresco universal ha sido descrito con asombrosa precisión por astrónomos y físicos, pero sólo el momento cero del Universo sigue siendo todavía un enigma, y eso desde hace más de 70 años. Hasta entonces se habían propuesto elaboradas teorías, que llegan hasta las más increíbles. Ninguna ha podido ser experimentada y en consecuencia demostrada. Según la teoría del Big-bang y las ecuaciones de la relatividad general de Einstein, los físicos han conseguido que en el momento cero, el Universo no tenía dimensiones, su temperatura y su densidad eran infinitas, lo cual sigue siendo difícil de admitir pues esta noción muestra el límite de su ciencia. 
Además, la visión tradicional de la relatividad general no parece compatible con la otra construcción física del siglo XX, la mecánica cuántica, para la cual la certeza se detiene en 10-43 segundos. Eso nos muestra la dificultad para determinar y definir el momento cero.
Acerca de ese momento inicial y de ese nacimiento, escuchemos a Hubert Reeves: 
—¿Se puede hablar del momento cero donde todo comenzó? —No —¿Y de antes del Big-bang? —El Big-bang, es el horizonte, es el límite, más allá del cual no hay nada.
No es que allí no había nada, es que no hay nada. No existe ninguna observación, ningún dato que nos permita decir lo que había antes de 700 millones de años. A la orilla del mar, ustedes ven el agua hasta el horizonte y no pensarían en decir que el agua se detiene allí porque no ven más allá de ese horizonte. Hoy en día, los cosmólogos se atreven a aventurarse más allá de ese horizonte pues se trata de comprender lo que pudo provocar el Big-bang. Etienne Klein, físico y filósofo: 
“Sabemos contar la historia que nos separa del muro de Planck; esta historia ha durado 13,7 millardos de años, pero más allá de ese muro, no se puede decir nada. Ante el muro de Planck, lo único que se puede hacer, es callar”.
Si para los matemáticos sigue siendo extraordinario descubrir esos instantes primeros del Universo, pregunten a cualquier perito en física cuántica, y todos les dirán que no están seguros de que el Big-bang sea el comienzo de nuestro Universo, pues la física clásica que imagina ese comienzo es incompleta.
Hasta es posible incluso que un día el Big-bang sea superado. Como lo dice Hubert Reeves, ese modelo estándar del Big-bang representa una probabilidad satisfactoria para el día de hoy, máxime cuando numerosos físicos, aun conociendo las incoherencias de este modelo, no tienen ninguna otra explicación del Universo que proponer al público.
La arquitectura del Universo “Es difícil resistirse a la impresión de que la estructura actual del Universo, que parecía tan sensible a la menor modificación de las cifras, ha sido cuidadosamente elaborada. La conjugación, aparentemente milagrosa, de los valores numéricos que la naturaleza ha asignado 
a esas constantes fundamentales sigue siendo la prueba más contundente de una forma de organización cósmica”. (Paul Davies, profesor de física teórica) 
Si el Universo no hubiera sido reglamentado por esas constantes fundamentales, infinitas y eternas, hubiera podido ser diferente sabiendo que la mínima desviación en esa mecánica celeste hubiera quitado a la humanidad toda posibilidad de existir. Ciertos cosmólogos actuales siguen quedando fascinados por los valores precisos que tomaron las diversas constantes físicas en el momento del Big-bang. 
Ya sea científico o filósofo, el hombre reflexiona, mide e investiga. ¿Qué busca? La fuente, la causa. Todo efecto tiene una causa y el Universo no puede ser comprendido sin llegar a la fuente de la creación. El Universo y la vida son el fruto de un deseo de carácter divino y la materia en la fuente de la creación es ante todo transformada por una energía cósmica de naturaleza divina. Naturaleza divina corresponde a Amor, Amor que sin embargo no se mide ni se calcula. Para los pioneros de la física moderna tales como Galileo, Kepler o Newton, la voluntad divina está en la fuente de la creación y la ciencia, al revelar el orden de las cosas, no tendría otro objetivo que vislumbrar el espíritu de Dios. La ciencia no puede admitir esta simple verdad si responde al ateísmo, pero puede considerarla en la medida en que reconozca un entorno espaciotemporal establecido en forma inteligente y amorosa. Esa es una realidad que los físicos y astrofísicos comprueban cada vez más.

Trinh Xuan Thuan, astrofísico norteamericano
“La cosmología moderna ha precisado la estrecha conexión cósmica que tenemos con el resto del Universo. Las estrellas son nuestros ancestros a causa de todas las partículas que nos constituyen. Son partículas que existen desde el comienzo del Universo y que sin duda vienen de las estrellas; somos polvo de estrellas: ese es uno de los grandes descubrimientos de la astronomía contemporánea. Otro de estos descubrimientos, igualmente muy importante, es que desde las primeras fracciones de segundo del Big-bang, todo estaba regulado de manera extremadamente precisa, no solamente para que apareciera la vida, sino también para que naciera una conciencia que permitiera conocer al Universo, apreciar su hermosura y su armonía. Uno se da cuenta de que si se modificaran en algo esas constantes (Big-bang), se llegaría a Universos estériles. Reduzcamos por ejemplo la fuerza de gravedad: el Universo está demasiado diluido, las nubes de hidrógeno y de helio no se contraen. No hay estrellas, por tanto no hay alquimia nuclear ni ascenso a la complejidad de la vida, ni inteligencia ni conciencia. Aumentemos entonces la fuerza de gravedad: el guión es diferente pero el resultado es poco convincente. La precisión de estos arreglos para que un día aparezca un ser dotado de conciencia es comparable a la de un arquero que quiera clavar su flecha en un blanco de un centímetro cuadrado situado al otro extremo del Universo, a catorce mil millones de años luz. Me parece difícil explicar el arreglo extremadamente preciso del Universo, sin invocar un «principio creador», que tiene todo regulado desde el comienzo. Entre el azar y la necesidad, elijo la necesidad.
Todos los científicos están lejos de aceptar este principio que implica, por supuesto, la noción de un principio creador. De todas maneras, añade Trinh Xuan Thuan, la única pregunta verdadera, es esta: ¿por qué hay algo en lugar de nada? Y allí la ciencia no puede decirnos absolutamente nada”. 
Nuestra ciencia es de disciplina materialista, vinculada exclusivamente a la experiencia, la observación y la teoría. Afirma que los elementos de la naturaleza y sus fenómenos se bastan a sí mismos, a sus formaciones, a sus movimientos y a sus desarrollos, pero, ¿no pueden la física o la astrofísica aliarse a la metafísica? En otras palabras y en forma más general: ¿es anticientífico creer en Dios? O aún más, ¿puede la ciencia llevar al hombre por el camino de la conciencia divina? Se puede ser científico y creyente? Dejemos la palabra a algunos eruditos: Andreï Sakharov, físico atómico ruso: “No concibo el Universo y la vida humana sin un comienzo inteligente, sin un «calor» espiritual en el origen, algo que no depende de la materia y de sus leyes”. Otra cita  de Andreï Sakharov: “Sostengo la hipótesis cosmológica según la cual el desarrollo del Universo se repite un número infinito de veces sobre las páginas «siguientes» o «precedentes» del Libro del Universo”. Alfred Kastler, premio Nobel de Física escribió en 1965: “La idea de que el mundo, el Universo material, se creó solo me parece absurda. No concibo el mundo sino con un Creador, en consecuencia, un Dios. 
Para un físico, un solo átomo es tan complejo, tan lleno de inteligencia, que el Universo materialista no tiene sentido”. 
Max Planck, fundador de la teoría de los quanta en la física moderna, premio Nobel 1918: “Entonces nada nos impide, y nuestro instinto científico lo reclama, identificar el orden universal de la ciencia y el Dios de la religión. Para el cristiano, Dios se ubica al principio, para el físico al final del pensamiento”. Pierre-Paul Grassé: zoólogo (1895-1985): “Si el Universo es comprensible, es porque está ordenado. Pero, ¿de dónde viene ese orden del Universo como las leyes físicas, las que dirigen el movimiento de los astros, las de gravedad, y todas las que descubren los físicos y los químicos? ¿Cuál llamado orden no supone una inteligencia ordenadora? Si he regresado a la fe, es por la ciencia, por una trayectoria científica. Creo que la ciencia impone el pensamiento de Dios”. 
Alexander Polyakov, físico ruso: “Sabemos que la naturaleza está descrita por el mejor de los matemáticos porque la creó Dios”. 
Arno Penzias, que, en compañía de Robert Wilson fue el primero en detectar una radiación cósmica (premio Nobel en 1965), hizo este comentario sobre la perfecta concepción que constituye nuestro Universo: “La astronomía nos conduce a un solo acontecimiento, un Universo creado a partir de la nada, un Universo con un equilibrio tan minucioso que suministra las condiciones exactas para permitir la vida y que no puede sino seguir un plan (que podría denominarse «sobrenatural»)”. Jean-Emile Charon (1920-1998), físico y filósofo francés, es autor de varios libros, ensayos y artículos científicos o de filosofía científica, (El ser y el verbo; El espíritu, ese desconocido; He vivido quince mil millones de años; Muerte, he aquí tu derrota; El Espíritu y la Ciencia; etc.). Sus últimas notas fueron publicadas después de su muerte en forma de testamento espiritual, con el título: ¿Y la Divinidad en todo esto? Entre los físicos, fue de los que no dudaban en hablar del espíritu y de la conciencia, diciendo que estamos hechos de materia y de espíritu y que por tanto, es necesario tener nociones tan científicas sobre el problema del Espíritu, como las que se tienen sobre la Materia.

Extracto de la obra ¿Y la Divinidad en todo esto? Entrevista con Erik Pigani publicada en febrero de 1998, algunos meses antes de su muerte: - Para volver a la creación del Universo, ¿entonces usted está íntimamente convencido de que no ha sido creado por azar? - Para mí, es una certeza. Hace poco tiempo eso se verificó de manera científica, y toda la prensa se hizo eco. Ello porque los astrofísicos disponen hoy de instrumentos fantásticos para verificar sus teorías, como los ordenadores que pueden recrear las condiciones iniciales del nacimiento del Universo. Entonces, ellos se entretienen mucho construyendo           “Universos de juguete”. Los cálculos son complicados, sin duda, pero el proceso es simple: se programan los parámetros físicos conocidos, y se activa la máquina. Como le decía, se trata de la velocidad de la luz, de la masa de las partículas, etc. Ahora bien, si se introducen en el ordenador los parámetros correctos, se obtiene nuestro Universo. Pero si se cambia aunque sea un solo decimal de una sola constante física, se asiste a una serie de catástrofes a cual más espantosa: el Universo se desmorona sobre sí mismo, o es demasiado caliente, o demasiado frío. ¡Por tanto la Vida no puede aparecer! 
Big-bang, ¿quién eres? Dios no es la eternidad, no es el infinito, pero es eterno e infinito. No es ni el tiempo ni el espacio, pero ha existido desde siempre y su presencia está en todas partes. (Isaac Newton)
La teoría del Big-bang nació en los años ‘30 a partir de las investigaciones de Alexander Friedmann (18881925), de George Le Maître (1884-1966) y de Georges Gamow (1904-1968), investigaciones surgidas de la observación y de las teorías de la física. La existencia del Big-bang hubiera podido ser predicha por Albert Einstein (1879-1955), pero él no creía que el Universo podía evolucionar. Esta es una teoría sobre la que está de acuerdo una gran mayoría de científicos. El término Big-bang fue inventado por el cosmólogo y astrónomo inglés Fred Hoyle. Él era el principal detractor de la teoría del Big-bang y para designarla, inventó el término BigBang que le parecía sonoro. Eso gustó al gran público de los años ’50 y desde entonces se convirtió en el término que designa esta teoría.
Hubert Reeves, astrofísico, director de investigaciones en el CNRS (*) compara el Big-bang con un guión, el del pasado: “Ciertos guiones son más creíbles, tienen a su favor más pruebas que otros. No es necesario considerar la teoría del Big-bang como la verdad. En la ciencia no hay verdad, hay una plausibilidad. (*) Centro Nacional de Investigación Científica. (N. del T.)
Esta plausibilidad es compartida por numerosos físicos, astrofísicos y científicos; sin embargo, quedan algunas «nebulosas» que, sin duda, el tiempo llegará a disipar. Por ejemplo, de la composición de este Universo nacido del Big-bang se conoce solamente el 5% (átomos, moléculas, electrones, etc.). Otra forma de materia llamada materia negra (o materia sombría) está compuesta de partículas macizas no detectadas hasta hoy, que entran en la composición total en alrededor del 25%, así como otra forma de energía cuya naturaleza es mal conocida, pero que podría ser una constante cosmológica, llamada genéricamente energía negra, y que entra en la composición del contenido material del Universo en un 70 %. Entonces, el 95% representa alguna cosa que está allí pero de cuya naturaleza no se tiene ni la menor idea”. Nuestro Universo habría nacido entonces hace 13,7 millardos de años, pero, ¿qué dice al respecto el físico Paul Langevin a título póstumo?: “No existe el comienzo del Universo, los astrofísicos establecen una génesis de lo que ellos llaman el Big-bang, haciendo creer al público que antes no existía nada. Eso es un absurdo que hay que denunciar. En efecto, el Universo no tiene ni comienzo ni fin, y eso de lo que hablan los hombres está limitado a su propia observación. El Padre es una unidad amorosa y eterna cuyo pensamiento dirige al espacio el nacimiento de los espíritus individualizados. Quien se atreva a afirmar que el Universo tiene límites reniega de la noción de infinito y, por consiguiente, no puede responder a las exigencias de la verdadera ciencia. Ser científico, es ante todo reconocer que el hombre no sabe sino pocas cosas, no en un vasto Universo, sino en un Universo sin fin. Ser científico, es admitir que aún es preciso aprender sin escuelas, sin definiciones, sin prejuicios y sin definiciones materialistas. Ser científico, es admitir que no hay límites al milagro de la vida y, por consiguiente, no anatematizar al que cree en el espíritu, al que está más cerca de la verdad porque ha superado la materia. Ser científico, en el sentido noble del término, tiende más a un estado de espíritu que al nivel de los conocimientos. El conocimiento es una herramienta, no es el saber total. El amor aliado a la inteligencia es más fuerte que todas las facultades de la tierra juntas”. (Paul Langevin - mensaje 1987) Sin duda es antinómico para un físico exponer una noción de infinito, en la medida en que no puede haber física sin medidas, es decir sin referencias concretas. Dentro de esta perspectiva, el estatuto de los Universos infinitos no se puede defender pues toda teoría física implica números como tal, forzosamente repartidos en un intervalo finito. Por consiguiente, un Universo infinito, situado fuera del dominio de las medidas, se excluye ipso facto del marco de la física. Si bien la noción de infinito tiene una utilidad en matemáticas, no tiene ninguna en física. Por el contrario, la aparición del infinito en una teoría física, determina que esta última simplemente es falsa, o al menos incapaz de manejar la situación en la cual se presente la aberración. Y sin embargo, tal como lo dice el físico Jean-Pierre Luminet: 
“Con frecuencia los físicos han tratado de eludir la cuestión del infinito, a la que consideran demasiado metafísica. Ahora bien, eliminado el infinito, éste, como la esfinge, no cesa de renacer de sus cenizas. Ha sido necesario esperar el comienzo del siglo XX para una rehabilitación parcial del infinito en la física. La teoría cuántica, la cosmología relativista o los modelos de agujeros negros han hecho surgir nuevos infinitos. Desde entonces, finito e infinito se codean en el propio seno de los modelos”.
La marcha de la ciencia, como la del progreso, debe alcanzar su emancipación, pero, ¿hacia qué? Uno acumula conocimientos a una velocidad loca, y el número de científicos no cesa de incrementarse en toda la historia de la humanidad. Pero, de ese montón de informaciones sobre asuntos cada vez más puntuales, ¿se llega a precisar una visión del mundo y del Universo, a la vez científicamente coherente, y que responde a las preguntas que cada uno se hace desde que está en edad de hacer preguntas? ¿Qué es el mundo y qué hago yo en él? ¿Antes del Big-bang, la amnesia del Universo? De la nada no puede nacer ninguna cosa y si hace 13,7 millardos de años se produjo una explosión, ¿cuál fue la fuente?
Desde hace más de medio siglo, el modelo estándar del Big-bang se ha impuesto en el mundo científico y entre el gran público informado. Pero una pregunta queda sin respuesta: “¿Qué había antes del Big-bang?” Dilucidar esta cuestión entraña ya otra: “¿Y qué pasaba antes?” La respuesta es que no hay “anterior”, ya que “antes” el tiempo no existía. Pero justamente después, súbitamente el tiempo, el espacio y la materia se decidieron a existir. No todos los físicos piensan que el tiempo comenzó con el Big-bang. Pero, ¿qué sucede con el momento cero? En efecto, todo el período en el cual el Universo tenía menos de 10-43 segundos (diez millonésimas de mil millonésima, de mil millonésima, de mil millonésima, de mil millonésima parte de segundo) siempre escapa a los cosmólogos. Estamos frente a un verdadero problema conceptual que da testimonio de nuestro fantasma de atribuir al Mundo una fecha de nacimiento: el tiempo cero es un instante dentro de un tiempo que aún no existe. Un 10-44 de segundo probablemente no existe. El momento cero sería entonces una suerte de infinito, un horizonte inaccesible. El cero, igual que el infinito, no tiene equivalente real. Son pues dos conceptos abstractos que no entran en las leyes de la física donde todo se mide. Pero, ¿qué pasa con el azar, término tan a menudo empleado por los científicos? ¿Es realmente científico proponer el azar en la fuente del universo, en la fuente de la vida? Por definición, el azar no es científico pues el azar es la ausencia de leyes. Ahora bien, la ciencia es ante todo la búsqueda de las leyes que rigen el Universo. Por consiguiente, no se puede hacer investigaciones científicas y colocarse a la vez detrás del azar. Valiente testimonio de un sabio ateo: “Dios no existe: estoy obligado a creer que existo por azar, gracias a un proceso evolutivo que, milagrosamente, partiendo de nada llega a una obra maestra, violando constantemente las leyes fundamentales de la ciencia y del simple sentido común. ¿Han comprobado ustedes que las cosas se mejoran por sí mismas cuando las dejan abandonadas? ¡Yo no!” (Jean Rostand - biólogo) 

El Big-Bang: extracto del libro de K. Chateigner De Dieu à l’Homme et aux Univers (De Dios al hombre y a los Universos)
LE JOURNAL SPIRITE N° 92 AVRIL 2013

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Subconsciente, consciente
y súper consciente

Andre Luiz, en su obra En el Mundo Mayor hace comentarios excelentes sobre laCasa Mental, diciendo que poseemos apenas un cerebro, que se divide en tres regiones distintas, que son: el subconsciente, el consciente y el súper consciente.

Compara la Casa Mental a un castillo constituido de tres pisos.
En el primer piso, está situado el subconsciente; en el segundo, el consciente; y en el tercer piso, se encuentra el súper consciente.

En el sistema nervioso, dice el querido médico espiritual, tenemos el cerebro inicial, o subconsciente. El subconsciente representa y o contiene:
· El repositorio de los movimientos instintivos;
· Lo profundo de la individualidad;
· El archivo de las experiencias;
· El registro de los pequeños hechos de la vida;
· La residencia de nuestros impulsos automáticos;
· El sumario vivo de los servicios realizados;
· El hábito y el automatismo, que viven en él;
· Representa y contiene el pasado, de ésta o de las anteriores reencarnaciones.

El consciente, prosigue explicando André Luiz, se localiza en la región del córtex motor y también en la zona intermediaria entre los lóbulos frontales y los nervios. Elconsciente identifica:
· Las energías motoras para las manifestaciones imprescindibles en el actual momento evolutivo de nuestro modo de ser;
· Representa el domicilio de las conquistas actuales;
· En él se yerguen y consolidan las cualidades nobles que estamos edificando;
· En él residen el esfuerzo y la voluntad.
· Representa el presente.

En el tercer piso de ese castillo, se localiza el súper consciente, que se encuentra en los planos de los lóbulos frontales; este superconsciente, aún silencioso para la investigación científica del mundo, que:
· Guarda materiales de orden sublime, que la criatura humana conquistará gradualmente;
· Representa la parte más noble de nuestro organismo divino
en evolución;
· Representa la casa de las nociones superiores, indicando las excelencias que nos cabe alcanzar;
· En él, permanece el ideal y la meta superior a ser lograda;
· Representa el futuro.

   Subconsciente: un archivo
Como ya hemos anotado, el subconsciente representa lo oculto de la individualidad, el archivo de las experiencias y el registro de los menores hechos de la vida. Estos aspectos son de fundamental importancia para la comprensión del temadepresión y de los motivos por los cuales muchas de las criaturas humanas, nuestras hermanas, sufren de este terrible mal.
El depresivo, en regla general, es alguien que a través del tiempo viene archivando experiencias negativas, y es oportuno decir que en ese archivo todas las informaciones son allí colocadas o sea, el subconsciente registra tanto los mayores cuantas los menores hechos de la vida, pero no sólo éstos, sino también, lasemociones sentidas cuando se vivenciaron esos hechos.
El subconsciente se puede comparar a una placa fotográfica, que registra fielmente el cuadro o también, con una cinta magnética que registra con autenticidad lo que en ella es grabado o proyectado.
Aún se puede comparar el subconsciente a un desván, muchas veces un cuarto oscuro repleto de miasmas pestíferos, de residuos de
variada condición y procedencia.
Los computadores modernos nos dan una idea excelente de cómo funciona la Casa Mental. Estos aparatos poseen la capacidad de almacenar muchos datos, almacenamiento éste que se da a través de una palabra clave, de una letra que pueda facilitar el acceso al archivo.
Nuevos archivos pueden ser introducidos, sin perjuicio de los que ya se encuentran allí, respetada la capacidad de almacenamiento
de la máquina.
Así también se da con la casa mental. A cada momento, nuevos archivos son elaborados, preservando a la criatura, los que ya fueron objeto de almacenamiento, con la diferencia fundamental de que la casa mental posee una capacidad infinitamente mayor de registro de las situaciones y emociones.

Esas informaciones o esos hechos y sentimientos archivados son, en un primer momento, registrados por el consciente; después, descienden hacia lo profundo. Los pensamientos, las ideas, los conceptos, los hechos archivados y registrados van formando el
carácter de la persona, elaborando su modo de ver, de sentir, de proceder; en una palabra, su personalidad.
Para reforzar todo cuanto estamos estudiando, y para que se tenga una idea de la impresionante capacidad de registro del subconsciente, anoto, para las reflexiones del lector, dos situaciones presentadas por el inolvidable Carlos Toledo Rizzini, una de ellas extraídas de la obra de André Luiz:
Cierta mujer no sólo sentía dolor en el curso del acto genético, sino también tenía verdadero horror al mismo; y además de eso, comúnmente se despertaba de madrugada con cólicos abdominales; síntomas, por lo tanto, físicos y psíquicos, a los cuales se debe agregar una infección vaginal crónica rebelde al tratamiento ginecológico.
La regresión de la memoria semiinconsciente, conservando el recuerdo posterior de los acontecimientos evocados, reveló que en una existencia muy anterior -en una civilización primitiva-, luego de haber practicado el adulterio, el marido mandó encerrarla en una jaula baja, donde sólo cabía agachada; tal posición le originó, entonces, fuertes y continuos dolores en el vientre. Días después, por orden de él, un médico le seccionó el clítoris, que le provocó, en esa ocasión, un dolor lacerante; era su intuición usarla sexualmente sin que ella pudiese corresponderle. Y así fue anulada la actividad erótica.
En una vida subsiguiente, se describe como una joven prostituta que atraviesa un triste episodio: enamorada de cierto hombre, éste, logrando el propio orgasmo, la deja en el momento en que ella iba alcanzando el clímax; entonces, la ofende con palabras gruesas. Confusa y frustrada, cayó de lo alto de una escalera y no fue socorrida hasta morir. De esta experiencia procede su desconfianza de los hombres y de la anterior el temor de las relaciones carnales; los dolores son
aún consecuencia de la jaula en que estuvo encerrada y de la cruenta operación. La vaginitis, resultado de la complicación del acto quirúrgico infectivo.
Observen. Á Cosas muy antiguas y aún vigentes! Á Es que detrás de ellas hay un error moral (sobre esto conversaremos en los capítulos siguientes), ya combatido en los Diez mandamientos!
Pero, mucha gente manifiesta que los tiempos han cambiado y que el mundo es diferente... Á El pasado, grabado en las profundidades del alma no sabe de eso y emerge bajo la forma de disturbios psicosomáticos y de síntomas neuróticos! Tal mujer - nuestra hermana, no más equivocada de lo que somos
en general - se curó enteramente: digamos, se cancelaron los
débitos mediante los sufrimientos que enfrentó hasta l970. Y naturalmente, cambió la condición íntima, al mismo tiempo.
Es bueno recordar que André Luiz cuenta la historia de dos espíritus bastante depurados que, no obstante, permanecían en el plano inferior. Al querer saber por qué no conseguían ascender, el análisis del pasado de ambos reveló que,cinco siglos antes, habían lanzado a dos compañeros desde lo alto de una muralla, liquidándolos sumariamente. Tuvieron que renacer, como pilotos de prueba, para dar la vida por el progreso de la aviación, y cayeron en el momento debido...

Pueden consultar Acción y Reacción, la obra en la cual el querido instructor menciona casos de débitos pendientes hace
más de 1.000 años, confirmando los encontrados en la regresión de la memoria...
De mi trabajo en la atención fraternal a depresivos, recuerdo una experiencia vivida por una cierta hermana, que ilustra bien la fiel capacidad de registro del subconsciente que, si no es atendido convenientemente, a través de los años pasa agobernar nuestra vida.
Esta hermana, informada de que podría conversar conmigo en particular, con el objetivo de buscar respuestas y posibles orientaciones para su caso, vino hasta mi gabinete de atención. Estaba con depresión y este cuadro se debía a resentimientos archivados desde hacía mucho, como posteriormente se pudo percibir.
Para mi extrañeza, en el diálogo, ella daba la impresión de que todo estaba bien en su vida, lo que tornaba inexplicable aquel estado depresivo. Indagada sobre su salud orgánica, su casamiento, sus hijos y las variadas situaciones posibles, ella informaba que todo corría bien. Intuido, comencé a insistir en el típico casamiento.
Y le pregunté, entre otras cosas: ¿usted ama a su marido?, ¿ su marido la ama? ¿ la relación entre ambos es buena? ¿ la trata con respeto y cariño? ¿.l la ofende o la agrede? A lo que ella respondía:
¡Yo amo a mi marido!,  ¡Mi marido me ama!, ¡Nuestra relación es excelente!, El me respeta y es cariñoso conmigo, y por lo general me rodea de atenciones y me convida a cenas y paseos! (¡aunque ella nunca aceptaba!), Mi marido no me ofende ni me agrede!
Como en el presente (consciente) de aquella hermana todo parecía fluir bien, necesitando ahondar un poco más para detectar la causa de aquella evidente depresión, le pregunté entonces ¿Cómo fue la relación de ambos al principio del casamiento?
La mujer, sorprendida tal vez por la pregunta, se desajustó emocionalmente aún más. Muy nerviosa y agitada, con el rostro ahora alterado, en un rictus de amargura y dolor, comenzó a decir:
 ¡Ah!, ¡Por el amor de Dios! ¡No me haga recordar de ese triste y doloroso pasado! ¡El inicio de nuestro casamiento fue terrible, muy difícil!, ¡Mi marido era muy violento y agresivo, y muchas veces me hirió moral y físicamente! ¡Sólo yo sé cuánto tuve que soportar para no ver la ruina completa de mi casamiento...!
Y por mucho tiempo, abriendo las compuertas del subconsciente, con los recuerdos emergiendo hacia el consciente, nuestra hermana se entregó a las confidencias amargas, narrando detalles que yacían en lo profundo de los recuerdos. Finalmente, ella admitió que traía amarguras no superadas hacía más de 30 años y ésta era la causa de su profunda depresión. El marido se modificó para mejor; sin embargo, ella, aún no lo perdonó por la conducta de la juventud distante, y ahora no deseaba (subconsciente o inconscientemente) concederle el perdón y la posibilidad de ser felices.
Esta hermana fue orientada cuanto a la excelencia del amor y del perdón, y se dispuso a colaborar y hoy vive realmente feliz con su marido, superadas las dificultades que yacían archivadas.

Fijación en el pasado

El depresivo, por regla general, es alguien que trae la mente fija en el pasado triste y sombrío, complaciéndose en recordar las experiencias menos felices, las situaciones que más lo afligieron.
Pero, en la hipótesis de que usted se encuentre en depresión, le pregunto: ¿por qué se fijarse solamente en el lado peor, en aquel que le trajo el descontento? ¿Por qué la elección de la amargura, en detrimento de los júbilos?
No hay nadie en el mundo que pase incólume ante las experiencias alegres o tristes.
De este modo, alma hermana, en la hipótesis de que esté enferma, procure liberarse de la amargura, de la queja, y del pesimismo, recordando las horas buenas y reviviéndolas, lo que le dará estímulo y fuerzas para proseguir.
Detenerse en el pasado, es desperdiciar la oportunidad presente, con el compromiso del futuro.
El hombre es sus memorias, la suma de las experiencias que se almacenaron en su inconsciente, estableciendo las líneas de su comportamiento moral, social, educacional.
Esas memorias constituyen para él lo que le conviene y lo que no es lícito realizar. Convergen para la liberación o la
sumisión a los códigos establecidos, que proponen lo que es correcto y lo que es equivocado, lo moral, lo legal, lo conveniente y lo perjudicial.

Consciente: comando actual
Como escribía Germano de Novais, el consciente lúcido como el cristal es una buena semilla. El subconsciente es la tierra fértil, apta para recibir la semilla. El consciente comanda. El subconsciente es como la tierra que no sabe si la simiente es de buena, mala o hasta de pésima calidad. El subconsciente tampoco distingue si el pensamiento que acoge es bueno o es malo, positivo o negativo, optimista o pesimista. La función de
la tierra es que nazca lo que en ella se deposita, como la  función del subconsciente es desarrollar los pensamientos y sentimientos que en él penetran.Si colocamos en la tierra una semilla de calabaza va a nacer una planta de calabaza. Si sembramos una pequeñita semilla de mostaza brotará una planta de mostaza. Si ponemos un grano de maíz nacerá una planta de maíz. Así sucede con la mente humana. Cuando plantamos un pensamiento de amor en el subconsciente, brotan actitudes impregnadas de amor. Cuando plantamos pensamientos de angustia y preocupación, puede hasta surgir una úlcera gástrica... La función de la mente consciente es pensar, dirigir, plantar ideas correctas en la época correcta.
 La función del subconsciente es hacer brotar o realizar lo que la mente consciente le ordene o entregue
El pensamiento es una gran energía, una semilla poderosa.
La mente consciente la emite y transmite al subconsciente, que es su receptor. Consideremos al subconsciente como parte del inconsciente, que puede aflorar a la conciencia, con sus contenidos, alterando el comportamiento del individuo. El es el archivo próximo de las experiencias, por lo tanto, automático, destituido de raciocinio, estático, que mantiene fuertes vinculaciones con la personalidad del ser.
El es quien se manifiesta en los sueños, en los disturbios neuróticos, en los lapsos orales y de la escritura de actos fallidos, tornándose, después de Freud y sus discípulos, más tarde disidentes, Jung y Adler, responsable también por la conducta moral y social.
Los pensamientos y actos - después de ser archivados en el
Subconsciente - programan las actitudes de las personas.
De este modo, cuando se toma conocimiento de tal posibilidad, se elige a cuales de aquellos deben ser accionados - en el campo moral y social - para organizar o programar la existencia.

Fijación en el presente
Son muchas las criaturas que, malbaratando el presente y no invirtiendo en el futuro, se gastan y desgastan en la postocupación.
La postocupación es la ocupación vana, porque retiene la mente fija en algo ya ocurrido en el pasado y que podría estar superado.
Es una actitud típica del depresivo que se complace, de manera enfermiza, en fijarse en las experiencias negativas pasadas, desperdiciando tiempo, energía y oportunidad.
Otras veces, el ser se desgasta en una actitud de preocupación.
Preocuparse, como indica la propia palabra, es el ocuparse antes con el hecho queimagina ocurrir. más tarde. Con eso, la persona se ocupa por lo menos dos veces, antes de que ocurra y en cuanto eso se da.
En la hipótesis de post ocuparse con el problema, la criatura se habrá ocupado tresveces, esto es, durante y después.
Pensar y reflexionar con serenidad y confianza en la problemática, es positivo y necesario. Preocuparse en exceso es inútil y nada de bueno agrega.
Lo ideal para la existencia humana, es que la criatura procure vivir sin tristeza por el pasado y sin ansiedad negativa por el futuro, en un interminable y bienaventurado presente, para vivir cada instante totalmente, no preocupándose de manera estéril con lo que vendrá, y también no post ocupándose con lo que de negativo sucedió.
La hora es ahora.
Como enseña una vieja canción, quien sabe hacer ahora, no espera que acontezca...
Emmanuel, por las manos queridas de Francisco Candido
Xavier, asevera que hoy es el día más importante de nuestras vidas; ni el ayer que ya lo vivimos con sus experiencias, ni el mañana que podrá surgir modificado...

Somos lo que pensamos ser
El subconsciente es para el alma, lo que el desván es para la dueña de casa o como las gavetas de un archivo lo son para un ejecutivo u otro profesional.
Nuestro pasado, de ésta o de otras encarnaciones, todas nuestras conquistas, experiencias y emociones están archivados en ese subconsciente, ese archivo, interfiriendo de manera decisiva en lo que somos en el presente.
Por lo tanto, somos hoy, en el momento en que nos ocupamos con la lectura de esta obra, lo que hicimos de nosotros en los siglos pasados y en la existencia actual. Yo soy lo que hice de mí, a través de múltiples encarnaciones, experiencias, vivencias y emociones. Y el pensamiento, como artífice, está en la base de esa larga realización.
La materia inerte, las plantas, los insectos, las aves y los animales están sometidos a un determinismo absoluto. Los últimos, no mantienen un pensamientocontinuo, no deliberan conscientemente, y es necesario que las leyes de la naturaleza y otras inteligencias se ocupen de ellos, de modo de tener provistas sus necesidades.
Los insectos, las aves y los animales, pueden, por medio del automatismo de la especie, realizar determinadas cosas, pero dentro de límites extremadamente estrechos. Consiguen movilizarse de un lugar hacia otro, cazar, procrear, y hasta por el condicionamiento, construir su hábitat.
Sin embargo, es el hombre y solamente el hombre, el ser que tiene capacidad para realizarse a sí mismo. Consecuentemente, hoy somos lo que hicimos de nosotros. Elhoy representa el futuro de un pasado próximo o remoto ya vivido por nosotros, cuando idealizamos y realizamos lo que somos.
En el mañana del alma, seremos lo que nos dispusimos ser, conquista ésta que se inicia en el pensamiento. En ese día, nos enfrentaremos con nuestra propia realidad. Y esto se da, porque ya estamos en el estadio del pensamiento continuo, una conquista del espíritu inmortal.
Los insectos, las aves y los animales piensan, pero de manera discontinua o intermitente, lo que no les permite grandes realizaciones.
El hombre piensa siempre, salvo en los casos de psicopatologías graves en las que, por la perturbación del cerebro o del
espíritu encarnado, no consiga mantener un pensamiento continuo.
Pero, hecha la reserva de las psicopatologías graves, el hombre
común, aunque sea el ignorante, el inculto, el salvaje, el bárbaro, así como los hombres más cultos y civilizados están siempre pensando.
Con el Espiritismo tenemos condiciones de comprender bien eso, porque el alma es un ser distinto del cuerpo, que sobrevive a la muerte. Aun cuando se da el sueño fisiológico, el alma, que vive siempre, se emancipa del cuerpo y continua pensando y realizando.
Oportunamente, alguien escribió: hay una tendencia muy grande de materializar aquello en que la persona piensa continuamente...
Otro dice: imaginar es crear, aunque sea una creación fugaz, momentánea.
Considerando que nadie vive sin pensar, se concluye que el pensamiento, por su capacidad creadora, ha sido el responsable por nuestra desgracia, así como también, por nuestra ventura.
Podríamos hacer una proyección hacia el exterior y culpar a las circunstancias, personas o acontecimientos, no obstante, en el pensamiento está la base de la felicidad o de la infelicidad individual o colectiva, porque los hechos de afuera podrán encontrar la defensa del pensamiento correcto, del pensamiento saludable, del pensamiento positivo, y la persona permanece relativamente bien íntimamente a pesar de las adversidades exteriores.
El depresivo es alguien que, insistentemente y de manera enfermiza, se complace en pensar en lo que es negativo, perjudicial.
El pensamiento negativo, largamente abrigado, termina por conducirlo a la tristeza profunda...

  Tomado del libro “Depresión” de Izaias Claro
Traducción: Juan Antonio Durante

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DEL LIBRO DE LOS MÉDIUMS


El Espiritismo debería ser un escudo contra el espíritu de discordia y desunión, pero este espíritu en todo tiempo sacude su ponzoña sobre los humanos, porque está celoso de la felicidad que procura la paz y la unión. ¡Espiritistas! Él podrá, pues, penetrar en vuestras asambleas y no lo dudéis, procurará sembrar en ellas la enemistad, pero será impotente contra los que están animados de la verdadera caridad. Estad preparados y velad sin cesar en la puerta de vuestro corazón, así como en la de vuestras reuniones, para no dejar penetrar el enemigo. Si vuestros esfuerzos son impotentes contra el de fuera, siempre dependerá de vosotros impedirle el acceso de vuestra alma.
Si nacen disensiones entre vosotros, sólo pueden ser suscitadas por los malos espíritus.
Que los que tengan, pues, en más alto grado el sentimiento de los deberes que les impone la urbanidad, lo mismo que el Espiritismo verdadero, se manifiesten lo más pacientes, los más dignos y los más cariñosos. Algunas veces los buenos espíritus pueden permitir estas luchas para proporcionar tanto a los buenos como a los malos sentimientos, la ocasión de descubrirse, a fin de separar el mal grano de la cizaña y estarán siempre del lado que haya más humildad y verdadera caridad.
El libro de los médiums 
San Vicente de Paúl.

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