miércoles, 18 de marzo de 2015

EL PASE MAGNÉTICO


Los obreros de la última hora

Instrucciones de los espíritus: Los últimos serán los primeros.-Misión de los espiritistas. - Los obreros del Señor.

1. Semejante es el reino de los cielos a un hombre padre de familia que salió muy de mañana a ajustar trabajadores para su viña. - Y habiendo concertado con los trabajadores darles un denario por día, les envió a su viña. - Y saliendo cerca de la hora de tercia, vió otros en la plaza, que estaban ociosos. - Y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que fuere justo. - Y ellos fueron. Volvió a salir cerca de la hora de sexta y de nona, e hizo lo mismo. Y salió cerca de la hora de vísperas, y halló otros, que se estaban allí, y les dijo: ¿Qué hacéis aquí todo el día ociosos? - Y ellos le respondieron: Porque ninguno nos ha llamado a jornal. Díceles: Id también vosotros a mi viña.

Y al venir la noche, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: Llama a los trabajadores, y págales su jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. - Cuando vinieron los que habían ido cerca de la hora de vísperas, recibió cada uno su denario. - Y cuando llegaron los primeros, creyeron que les daría más; pero no recibió sino un denario cada uno. -Y tomándole, murmuraban contra el padre de familias, diciendo: Estos postreros sólo una hora han trabajado, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos llevado el peso del día y del calor.

Mas él respondió a uno de ellos, y le dijo: Amigo, no te hago agravio: ¿no te concertaste conmigo por un denario? - Toma lo que es tuyo y vete, pues yo quiero dar a este postrero tanto como a tí. - ¿No me es lícito hacer lo que quiero? ¿Acaso tu ojo es malo porque yo soy bueno? 

Así "serán los postreros, primeros: y los primeros, postreros; Porque muchos son los llamados, mas pocos los escogidos". (San Mateo, cap. XX, v. de 1 a 16. Véase también: Parábola del festín de las bodas, cap. XVIII, núm. 1. )


INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS Los últimos serán los primeros


2. El obrero de la última hora tiene derecho al sa lario; pero es menester que su buena voluntad le haya tenido a disposición del Señor que debía emplearle, y que este retraso no sea fruto de su pereza o de su mala voluntad. Tiene derecho al salario, porque desdeelalba,esperabaimpacientementealquelellamasealaobra;era trabajador, sólo le faltaba trabajo.

Pero si hubiese rehusado el trabajo todas las horas del día, si hubiese dicho: "Tomemos paciencia, el reposo me es agradable; cuando suene la última hora, será tiempo de pensar en el salario del día: ¿por qué tengo necesidad de molestarme por un amo que no co nozco, a quien no quiero? cuanto más tarde, será mejor". Este, amigos míos, no hubiera encontrado el salario del obrero, sino el de la pereza.

¡Qué será,pues,deaquelque,enlugardepermane cer simplementeenla inacción, hayaempleadolashorasdestinadasaltrabajodeldíaencometeractos culpables, que haya blasfemado de Dios, vertido la sangre de sus hermanos, puesto la turbaciónenlasfamilias,arruinadoaloshombresdebuenafe,abusa dodelainocencia, que se haya, en fin, arrastrado en todas las ignominias de la humanidad!; ¿que será, pues, de aquél? ¿Le bastará decir en la última hora: Señor, yo he empleado mal el tiempo; tomadme hasta concluir el día, aun cuando haga poco, muy poco de mi tarea, y dadme el salario del trabajador de buena voluntad? No, no; le dirá el Señor: no tengo trabajo para tí por ahora, tú has malgastado el tiempo; has olvidado lo que has aprendido; no sabes trabajar en mi viña. Empieza otra vez a aprender, y cuando estés mejor dispuesto, vendrás a mí, te abriré mi vasto campo y podrás tra bajar en él todas las horas del día.

Buenos espiritistas, queridos míos, vosotros sois to dos trabajadores de la última hora. Muy orgalloso fuera el que dijese: He empezado la obra a la aurora y no la concluiré hasta el anochecer. Todos vosotros habéis venido cuando se os ha llamado, un poco más temprano o un poco más tarde para la encarnación cuya cadena lleváis; ¡pero cuántos siglos han pasado desde que el Señor os ha llamado a su viña sin que hayáis querido entrar en ella! Este es el momento de tomar el salario; emplead bien esta hora que os queda, y no olvidéis que vuestra existencia, tan larga como os parece, sólo es un momento fugitivoenlainmensidaddelostiemposqueformanparavosotrosla eternidad. (Constantino, espíritu protector. Bordeaux, 1863).

3. Jesús era aficionado a la sencillez de los símbolos, y en su varonil lenguaje, los obreros llegados a la primera hora son los profetas, Moisés, y todos los iniciadores que marcaron las etapas del progreso continuadas a través de los siglos por los apóstoles, los mártires,losPadresdelaIglesia,lossabios,losfiló sofos,enfin,losespiritistas.Estos, llegados los últi mos, han sido anunciados y predkhos desde la aurora del Mesías, y recibirán la misma recompensa; ¿qué digo?, más alta recompensa. Ultimos venidos, los espiritistas aprovechan los trabajos intelectuales de sus an tecesores, porque el hombre debe heredar del hombre, pues sus trabajos y sus resultados son colectivos: Dios bendice la solidaridad. Muchos de ellos vuelven a vivir hoy, o volverán a vivir mañana para acabar la obra que empezaron en otro tiempo; más de un patriarca, más de un profeta, más de un discipulo de Cristo , más de un propagador de la fe cristiana, se encuentran entre ellos, pero más esclarecidos, más adelantados, trabajando no ya a la base sino al coronamiento del edificio; su salario será, pues, proporcionado al mérito de la obra.

La reencarnación, este hermoso dogma, eterniza y precisa la filiación espiritual. El espíritu llamado a dar cuenta de su mandato terrestre, comprende la con tinuidad de la tarea interrumpida, pero siempre vuelta a tomar; ve, siente que ha cogido al vuelo el pensamiento de sus antecesores; vuelve a entrar en la lid, maduro por la experiencia, para adelantar otra vez, y todos los obreros de la primera y de la última hora, fijos los ojos en la profunda justicia de Dios, ya no murmuran, sólo le adoran.

Tal es uno de los verdaderos sentidos de esta pa rábola que encierra, como todas las que Jesús dirigió al pueblo, el germen del porvenir; y también bajo todas las formas, bajo todas las imágenes, encierra la reve lación de esa magnífica unidad que armoniza todas las cosas en el universo, de esa solidaridad que reune a todos los seres del presente, del pasado y del porvenir. (Henri Heine. París, 1863).

Misión de los espiritistas

4. ¿Oís ya rugir la tempestad que debe acabar con el viejo mundo y sumergir en la nada las iniquidades terrestres? ¡Ah! bendecid al Señor, vosotros que ha béis puesto vuestra fe en su soberana justicia y como nuevos apóstoles de la creencia revelada por las voces proféticas superiores, id a predicar el dogma nuevo de la reencarnación y de la elevación de los espíritus, se gún cumplieron bien o mal su misión y soportado sus pruebas terrestres.

¡No tembléis ya! Las lenguas de fuego están sobre vuestras cabezas. ¡Verdaderos adeptos del Espiritismo, vosotros sois los elegidos del Señor! Id y predi cad la palabra divina. Ha llegado la hora en que de béis sacrificar, para su propagación, vuestras costum bres, vuestros trabajos y vuestras ocupaciones fútiles. Id y predicad. Los espíritus de lo alto, están con vos otros. Ciertamente hablaréis a personas que no que rrán escuchar la voz de Dios, porque esta voz les re cuerda sin cesar la abnegación; vosotros predicaréis el desinterés a los avaros, la abstinencia a los viciosos y la mansedumbre a los tiranos domésticos y a los dés potas, palabras perdidas, ya lo sé; pero ¡qué importa! es preciso rociar con vuestros sudores el terreno que debéis sembrar, porque no fructificará y no producirá sino con los esfuerzos reiterados del azadón y del ara do evangélico. Id y predicad.

Sí, todos vosotros, hombres de buena fe, que creéis en vuestra inferioridad mirando los mundos disemina dos por el infinito, marchad en cruzada contra la in justicia y la iniquidad. Id y destruid ese culto del be cerro de oro que cada día se hace más invasor. Marchad, Dios os conduce. Hombres sencillos e ignoran tes, vuestras lenguas se desatarán y hablaréis como no habla ningún orador. Id y predicad, y las poblaciones atentas recogerán felices vuestras palabras de consue lo, de fraternidad, de esperanza y de paz.

¡Qué importan los tropiezos que se opondrán a vues tro paso! Sólo los lobos caerán en la trampa del lobo, porque el pastor sabrá defender sus ovejas contra los carniceros sacrificadores.

Id, hombres grandes ante Dios, que más felices que Santo Tomás, creéis s in poder ver y aceptáis los hechos de la mediumnidad, aun cuando vosotros no la hayáis podido obtener de vosotros mismos; id, el espíritu de Dios os conduce.

Marcha, pues, adelante, falange impotente por tu fe, y los numerosos batallones de incrédulos desaparecerán ante ti como la niebla de la mañana a los primeros rayos del sol naciente.

La fe es la virtud que levantará las montañas, os dijo Jesús, pero más pesadas que las más escarpa das montañas están en el corazón de los hombres la impureza y todos los vicios de ella. Marchad, pues, con valor para levantar esa montaña de iniquidades que las generaciones futuras no deben conocer sino por la leyenda, como vosotros no conocéis tampoco sino muy imperfectamente el período de los tiempos anteriores a la civilización pagana.

Sí, los cataclismos morales y filosóficos van a esta llar en todas las partes del globo; la hora se acerca y la luz divina aparecerá sobre los dos mundos.

Id, pues, y llevad la palabra divina: a los grandes que la desdeñarán, a los sabios que pedirán pruebas, a los pequeños y a los sencillos que la aceptarán, porque sobre todo entre estos mártires del trabajo, en esta expiación terrestre, encontraréis el favor y la fe. Id, éstos recibirán con cánticos de acción de gracias, can tando las alabanzas de Dios, el consuelo santo que les llevaréis, y se inclinarán dándole gracias por la parte que les corresponde de sus miserias terrestres.

¡Que vuestra falange se arme, pues, de resolución y de valor! ¡A la obra! El arado está preparado; la tierra espera, es preciso trabajar.

Id y dad gracias a Dios por la tarea gloriosa que os ha confiado, pero pensad que entre los llamados al Espiritismo, muchos se han estacionado; mirad, pues, vuestro camino, y seguid la senda de la verdad.

P. SimuchosdelosllamadosalEspiritismosehanestacionado,¿cómo conoceremos a los que están en el buen camino? - R. Los reconoceréis en los prin cipios de verdadera caridad que profesarán y prac ticarán: los reconoceréis en el número de afligidos que habrán consolado; los reconoceréis en su amor hacia el prójimo, por su abnegación, por su desinterés per sonal; los reconoceréis, en fin, en el triunfo de sus principios, porque Dios quiere el triunfo de su ley; los que siguen su ley son sus elegidos y él les dará la victoria, pero destruirá a los que falsean el espíritu de esa ley y hacen de ella su comodín para satisfacer su vanidad y su ambición. ( Erasto, ángel guardián del médium. París, 1863).

Los obreros del Señor

5. Tocáis el tiempo del cumplimiento de las cosas anunciadas para la transformación de la humanidad; ¡felices serán los que hayan trabajado en el campo del Señor con desinterés y sin otro móvil que la caridad! Los jornales de trabajo serán pagados al céntuplo de lo que hayan esperado. ¡Felices los que habrán dicho a sus hermanos: "Hermanos, trabajemos juntos y unamos nuestros esfuerzos, a fin de que el Señor, cuando llegue, encuentre la obra concluida", porque el Señor Les dirá: "Venid a mí, vosotros que sois buenos servidores, vosotros que habéis hecho callar vuestros celos y vuestras discordias para no dejar la obra en sufrimiento!" Pero desgraciados aquellos que por sus disensiones habrán retardado la obra de segar, por que el huracán vendrá y serán arrebatados por el tor bellino. Entonces exclamarán: "¡Gracia! ¡gracia!". Pero el Señor les dirá: "¿Por qué pedís gracia, vos-otros que no habéis tenido piead de vuestros hermanos, y que habéis rehusado tenderles la mano, vos otros que habéis abatido al débil en vez de sostenerle? ¿Por qué pedís gracia, vosotros que habéis buscado vuestra recompensa en los goces de la tierra y en las satisfacciones de vuestro orgullo? Vosotros habéis recibido yavuestrarecompensatalcomolaquisísteis;nopidáismás:las recompensas celestes son, para los que no hayan pedido las recompensas de la tierra.

Dios hace en este momento la enumeración de sus fieles servidores, ha señalado con su dedo a aquellos que sólo tienen la apariencia de la abnegación, a fin de que no usurpen el salario de los servidores valero sos, porque a los que no retrocederán ante su tarea les va a confiar los puestos más difíciles en la grande obra de la regeneración por el Espiritismo, y estas palabras se cumplirán: "Los primeros serán los últimos, y los últimos serán los primeros en el reino de los cielos" ( El Espíritu de Verdad. París, 1862).

EL EVANGELIO SEGUN EL ESPIRITISMO
POR ALLAN KARDEC
CAPÍTULO XX


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POESIA ESPIRITA

Ese reloj que transporta las horas

Ese reloj que transporta las horas y va des­gastando el tiempo, no vuelve a punto de partida para poner otra carta en el juego que fuese más acertada, en aquella multitud que anda, se observa una sonrisa que se mantiene como tesis de una ilusión, no saborean ese placer que nace o se justifica por estar conven­cidos, todo oculta algo que oprime o amarga como un silencioso duelo ocasionado por el re­sultado de unos u otros problemas, así an­dan aquellos, que mas que caminar convenci­dos, gritan y corren cargados de preocupacio­nes, y se oye alguna que otra voz que dice: silencio, pero tras de estas voces, otras carca­jadas, cuando abro los ojos, no tengo por me­nos que ponerme las manos en la frente y después de pensar y pensar, saco esta conclusión  :

Es cierto que despertamos
mejor dicho, que nacemos
venimos, nos hospedamos
y un poco después crecemos

Pero en esa jaula nueva
viene su pájaro dentro
empieza a cantar, se eleva
y en su canto, el argumento.

No sabe de dónde viene
ni lo llegará a entender
pero sí tiene presente
que se marchará otra vez.

Buscamos un agujero
y en éste nos cobijamos
encontramos el granero
y allí nos alimentamos.

Tal creencia o religión
que nos hace comprender
que hay volcán en erupción
y de no saber volar
puedes desaparecer.

Pero volamos, volamos
y más cuanto más sabemos
y lo que importa lo olvidarnos
y de lo que no, aprendemos.

Pero viene a suceder
algo que es muy natural
que si empieza a anochecer
ya no vuelves a volar.

Manuel Robles. ( Grupo "Los Pastoreros" de Granada)Extraído de su libro "Quien son los muertos, ¿Los que se fueron o los que se quedaron?"

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              EL PASE MAGNETICO

El Mundo Espiritual Superior en consonancia con las leyes de Dios, actúa constantemente en nuestro mundo ayudando tanto a los espíritus encarnados como a los desencarnados vinculados al planeta, en un acto de caridad, amor y solidaridad constante.

Ellos utilizan todas las capacidades a su alcance, las que les otorga nuestro Padre para desarrollar su trabajo con eficacia y perfección. En función de su grado de adelanto y especialización desarrollan unas funciones u otras. Siempre bajo el amparo y la supervisión del Maestro Jesús que dirige los destinos y la evolución de este planeta.

Si tenemos en cuenta el nivel espiritual de nuestro mundo, y que se encuentra en la última fase de “Mundo de Expiación y Prueba”, nos daremos cuenta que los espíritus que estamos encarnados en él, salvo raras excepciones, no poseemos todavía esas aptitudes superiores ni el nivel espiritual que nos permita desarrollar un trabajo conjunto, cien por cien en consonancia con los hermanos espirituales superiores del “otro lado”. Bastante tenemos con atender a nuestras deficiencias morales, superando imperfecciones que retardan nuestra elevación, e ir aprendiendo y superando las pruebas que la vida nos tenga preparadas.

La mediumnidad viene en nuestro auxilio, es una concesión provisoria, acordada antes de encarnar para que esos hermanos superiores hagan un trabajo a través nuestro, ellos progresan y nosotros rescatamos con esas obras de caridad y amor deudas del pasado. Empero no significa que ellos no puedan hacer su trabajo sin el concurso material de los mediums. Lo han hecho siempre, pero la misericordia divina permite una pequeña e

imperfecta colaboración de los espíritus encarnados muy endeudados.

El pase magnético es uno de los métodos de auxilio espiritual que se desarrollan en la actualidad. Respetando a aquellas personas que lo practican y sin dudar un instante de su buena voluntad y predisposición, quizás deberíamos plantearnos si hoy día cumple con la función deseada y si los resultados avalan su práctica.

Hemos comentado anteriormente que los Planos Superiores hacen su trabajo, ellos saben de las necesidades reales de las personas y aquello que es más necesario en cada momento, nosotros no, puesto que desconocemos la naturaleza y el fin último de las vicisitudes y pruebas de la vida. Tan sólo nos queda rogar y pedir a lo Alto ayuda espiritual para quien lo necesita. En ese aspecto sí que podemos ser de gran ayuda, pero el resto, el trabajo verdaderamente importante lo hacen los Seres Superiores.

Por desgracia, y por herencia de costumbres del pasado, muchas veces el pase se trivializa y se convierte en una práctica muy asidua. Se dan pases a personas que realmente no lo necesitan. Frases como: “Cómo no cuesta nada”, “Es un momento”, “Siempre viene bien”.

Nos olvidamos que el mejor pase magnético proviene del ambiente espiritual que sepamos crear en nuestro centro espirita; es un trabajo de todos. Con una actitud positiva, armónica, solidaria, de oración, de vigilancia interior, etc., podemos contribuir para que atraigamos a la parte espiritual positiva y que ellos hagan su trabajo de limpieza energética con aquellos rezagados (desequilibrados) o que se encuentren desarmonizados porque, por ejemplo, hayan tenido un mal día.

Hemos de alejarnos de la cultura del intervencionismo, nadie está capacitado para limpiar energéticamente a nadie, ni tampoco para fluidificar agua para ayudar a alguien. Siempre son los Hermanos Superiores los que hacen ese trabajo. Quien diga lo contrario está engañando a otros y se está engañando a sí mismo.

 
En la obra “LA OBSESION – EL PASE – EL ADOCTRINAMIENTO" del autor espirita J. Herculano Pires se encuentran reflexiones como las que a continuación reproducimos:


– ”Nos juzgamos capaces de hacer aquello que no nos corresponde hacer. Queremos dirigir, orientar los fluidos espirituales como si fuesen corrientes eléctricas y manipularlos como si su aplicación dependiese de nosotros.”
– ”Se ruega la asistencia de los Espíritus ¿con qué derecho se pone después en el lugar de ellos?”
– “La técnica del pase no nos pertenece a nosotros sino exclusivamente a los Espíritus Superiores. Sólo ellos conocen la situación real del paciente. Las posibilidades de ayudarle a la vista de sus compromisos y pruebas, la naturaleza de los fluidos que el paciente necesita y así sucesivamente.”
– “Las experiencias espiritas sensatas y lógicas, en todo el mundo, desde los días de Kardec hasta hoy, han demostrado que más vale una oración silenciosa, a veces en ausencia y sin conocimiento del paciente....”
– “Los espíritus realmente elevados no aprueban ni enseñan esas cosas, sino la plegaria y la imposición de manos.”

Es loable la predisposición a ayudar al semejante sin olvidar que cada cual ha de aprender también a ayudarse a si mismo. En la mayoría de los casos, es desde la insatisfacción interior donde nos podemos dar cuenta en qué podemos estar fallando, y no utilizando el recurso fácil de que otros “nos armonicen” y nos ayuden sin poner nada de nuestra parte. Esto es algo que desde lo Alto perciben con total claridad.

En definitiva y como conclusión; es un acto de caridad ayudar al semejante, pero teniendo muy clara la posición y las capacidades reales que poseemos, bien sea la oración, la imposición de manos, etc.; el resto lo hace de forma magistral y perfecta el Mundo Espiritual Superior. ¡No intentemos suplantarlos!

J.M.M.C


© Grupo Villena 2012

“Kardec agrega un tercer nivel de energía que es el Espiritual por excelencia. En este caso, no existirá ninguna necesidad de un instrumento físico. Los Espíritus proyectan directamente las energías sobre los necesitados”
Directrices de Seguridad
Divaldo Franco&Raul Teixeira

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