viernes, 20 de marzo de 2015

COMPLEJOS PSÍQUICOS

AMOR A DIOS
 ¿Tú amas a Dios? ¿O tienes miedo de Dios?
 Aún en nuestros días oímos la expresión: "¡Cuidado, Dios castiga!"
 O entonces: "Él es un hombre temedor de Dios". Temedor significa que teme, que tiene miedo.
 Las frases son muy infelices y no son verdaderas.
 ¿Por qué temer a Dios?
 Si aceptamos el concepto de Moisés, el gran legislador del pueblo Hebreo, seguramente tendremos miedo de la Divinidad.
 Porque, al presentar la idea de Dios a los hombres de aquella época, hace más o menos cuatro mil años, Moisés lo presentó como celoso, vengativo. Un Dios injusto pues castigaba a un pueblo entero por la falta de su jefe.
 Era el Dios de los ejércitos que presidía los combates contra el dios de los otros pueblos.
 Un Dios que recompensaba y punía sólo por los bienes de la Tierra. Que hacía que se creyera que había felicidad en la esclavitud de los otros pueblos.
 Pero, después de Moisés vino Jesús. Y una de las partes más importantes de la revelación del Cristo es el punto de vista por el cual Él nos presentó a Dios.
 El Padre que ama a sus hijos. Soberanamente Justo y Bueno. Lleno de mansedumbre y de misericordia. Padre que perdona las faltas de sus hijos y le da a cada uno según sus obras. El Padre de todas las criaturas, que extiende su protección sobre todos sus hijos.
 Dios grande que ve el menor pensamiento de sus hijos y que no da importancia a la forma con que esos hijos lo honran.
 No es un Dios para temer. Es un Dios para amar.
 Todo en la creación revela el amor de Dios por sus hijos. El Universo es un poema de belleza y perfección.
 La Tierra preparada hasta en los mínimos detalles para que el hombre pueda en ella vivir y progresar.
 Las semillas que se reproducen según su especie y sacian el hambre.
 Los ríos, lagos y vertientes que proporcionan el líquido precioso.
 Las estaciones con sus características. Las variedades infinitas de plantas, de animales.
 Dios que crea Espíritus simples e ignorantes y los coloca en sus viviendas, los mundos, para que progresen y conquisten sabiduría hasta alcanzar la perfección.
 Dios que ama.
 ¡Piense en ello!
 Dios quiere su progreso. Dios quiere su bienestar, que sea el fruto de una vida saludable, que resulta de un perfeccionamiento moral.
 Dios quiere su paz legítima, después de tranquilizar la ansiedad de su corazón y regularizar las deudas de su conciencia.
 Dios quiere su amor, superadas las inestabilidades de su emoción.
 Dios quiere lo mejor para ti.
 Si tú aún no has descubierto cómo, ten la seguridad que Él concede todos los días los medios para conseguir todo esto, definitivamente, sin posibilidad de perder.
 Redacción del Momento Espírita

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          COMPLEJOS PSÍQUICOS 

El mundo espiritual es complejo, las leyes que lo rigen  y las formas operativas del mismo son muy elásticas, a la vez que delicadas, estando lejos de nuestro alcance el poder conocerlas en su verdadera esencia como para poder osar hacer una critica  a la manera de actuar de los protectores invisibles.

La caridad es el mismo amor de Dios  irradiando virtudes sobre sus criaturas inspirándolas a la  práctica del bien, lo que harán según la capacidad de asimilación y la fuerza para realizar, conforme a la marcha de su evolución.

La caridad es amor y el amor es infinito e indefinible.

Muchas veces los desencarnados que sirven al bien, se valen de farsas para impedir que el mal se prodigue provocando crisis  imprevisibles y para provocar  que el foco  de amor resplandezca y la verdad se manifieste en su plenitud, reeducando al ignorante.

Nunca estamos dejados de la mano de Dios, en ambos planos de la vida, la caridad se apiada de las criaturas, y lo observamos claramente en el caso que se narra a continuación:

Por el año 1958 un espíritu que identificaremos con la inicial C… enfermó de gravedad, con una ulcera en el duodeno, este hermano además de la enfermedad física, muy bien diagnosticada por los médicos, sufría la influencia psíquicas  deletéreas de dos entidades desencarnadas sufrientes, que agravaron su mal y se alojaban con preferencia en el aposento particular de C…

Una de ella permanecía echada en el suelo sobre una vieja estera y una almohada rota, sucia y sin funda y cubierta con unos miserables restos de  una colcha. La otra Entidad era  el espíritu suicida de un primo de C… llamado Adán, el cual había injerido dos años antes hormiguicida y pese a no ser muy querido por C… ahora estaba en su domicilio como Espíritu, transmitiéndole fluìdicamente los complejos que el experimento en su macabra acción, vómitos, sofocación,  tos, asfixia, aflicciones,  a C… quien presentaba los mismos síntomas y sufría idénticos malestares.

Ivonne Pereira una gran médium nos cuenta que esta entidad  (Adán) fue retirado por la acción de la caridad del Mundo Espiritual.

Mientras tanto, la primera entidad no había sido retirada aun, por lo que continuaba siendo vista  por la médium Ivonne  en distintas oportunidades  y presentando singulares características.  Se trataba del fantasma de un hombre de color negro que representaba la edad de 40 años, alto, corpulento y obeso, mostrándose como afectado por una grave enfermedad, se le veía como sufriendo una hinchazón general,  similar a las que padecen un grave mal renal. Los pies descalzos y muy hinchados, muy pobremente vestido.

C… pariente de la médium residía en una casa  recién adquirida en Rió de Janeiro, reformada y de un aspecto sumamente agradable. Esa casa, no obstante había sido edificada en un terreno en el que existía un caserón que fue demolido para erigir esa nueva construcción.

Cuando Ivonne llegaba a la residencia de C… para ejercer su labor psicográfica siempre oraba antes  de empezar, a veces  de forma inesperada  durante sus ocupaciones en el hogar, la médium veía en el lugar de la casa un antiguo caserón, y en vez de jardín con hermosos árboles y el piso embaldosado, veía un pobre terreno en ruinas, abandonado, algunas pocas gallinas en mal estado de alimentación, además de utensilios inservibles esparcidos por todas partes.

Ella cuenta, que cierto día, durante un trance de desdoblamiento con su cuerpo espiritual, le fue dada a conocer todo el panorama  psíquico  que allí se desarrollaba, gracias al espíritu de Charles, un dedicado  amigo espiritual de ella. Esta Entidad siempre le confiaba tareas muy difíciles y hasta penosas, las cuales exigían de Ivonne el máximo de sus fuerzas mediumnicas.

En el caso de este espíritu, en 1958, era uno de los más difíciles a realizar, ya que debía ser ejercido en estado de trance mediúmnico, en el plano espiritual y no en la tierra. Ella lo describe muy bien, porque considera  importante para aquellos que se inclinan por los estudios, y observaciones transcendentales del espiritismo.

Ella fue llevada al estado de Espíritu semi liberado, y vio que la casa había desaparecido apareciendo la antigua heredad, el caserón de adobe cubierto de tejas viejas, con ventanas sin cristales, las gallinas  y el piso totalmente de tierra. Divisaba también algunas plantaciones  de hortalizas completamente arruinadas, en estado total de abandono. Un negro aun joven, o su espíritu, corpulento y simpático, cuidaba con mucha atención las pequeñas plantas las que sujetaba a las estacas con fibra vegetal. Usaba una camisa blanca, pantalones oscuros  muy usados y sucios de tierra, un sombrero de fieltro viejo y andrajoso, ofreciendo un aspecto de extremada pobreza. Tenía sus pies hinchados y descalzos, su cuerpo se mostraba deformado por la hinchazón, como si estuviese atacado de elefantiasis.

Ivonne continuó por muchas noches sucesivas, orientada por el Espíritu de Charles realizando este trabajo, este guía espiritual  la informo de que esta entidad se llamaba Pedro cuando estuvo encarnado y había residido en el caserón, y que ahora, desencarnado, permanecía  en el mismo lugar fijando su pensamiento en el escenario del pasado, construyendo por eso, alrededor suyo, para su goce o infortunio, un tipo de creación mental con la cual el continuaba en el ambiente que mantuvo encarnado.

Charles le dijo a Ivonne: “Te entrego a este pobre hermano para que lo consueles por sus infortunios, lo instruyas en los principios de la renuncia a los bienes de la Tierra, que todavía lo atan, y se esfuerce por la adquisición de los bienes del Espíritu. Puedes hacerlo, hazlo y serás auxiliada.

Ella comprendió que ese pobre espíritu  era portador de una gran confusión. La verdad era que tales debían de haber sido los sufrimientos físicos soportados por Pedro, que su mente estaba traumatizada con sus correspondientes vibraciones, el trasladó a su periespiritu los complejos de su estado de encarnación, conservando, por tal motivo, las apariencias de su antigua enfermedad y los sufrimientos experimentados  en el pasado.
Pedro subsistió pobremente con el producto de su pequeña quinta, y más tarde, al sobrevenirle la terrible enfermedad, su situación lo sumió  en la ruina, muriendo carente de recursos. Se trataba como se ve, de un ser ignorante en gran medida, pero no propiamente malo, más difícil de convencerlo respecto al estado anormal en el que vivía, justamente, por su escasa capacidad de comprensión de las cosas  y Charles agregaba:

Será necesario socorrerlo, no solo por el bien de el, sino por el bien de todos vosotros.

Lo que a Ivonne se le pedía era que instruyese  y adoctrinase a aquel espíritu sin organizar ninguna sesión mediumnica. Tendría que aleccionarlo con la más elemental moral de Cristo en el propio hogar. Ese servicio debería ser realizado con el cuerpo periespiritual durante los trances de desdoblamiento, como es corriente  en lo invisible donde el esclarecimiento individual es hecho por medio  de conversaciones amistosas o en clases destinadas a los mismos fines, y no con recursos transcendentes como en las mayorías de las sesiones mediumnicas terrenales.

Ivonne  en la madrugada cuando dormía profundamente y su cerebro permanecía libre y descansando de las labores del día, se sentía como iluminada por la claridad  de la luna llena, la cual le hacia suponer que debía tratarse de la luz propia del Mundo Invisible. Ella actuaba con normalidad y cumplimentaba  el ambiente del Más Allá, con un muy humano buenos días a Pedro.

La entidad al verla sonrió satisfecho suponiéndola  como una nueva vecina, de aquellas que solían ayudarle y que le compraban hortalizas y le llevaban pequeñas dadivas. Ella se ofreció a ayudarle en sus tareas, lo cual el acepto haciéndose grandes amigos.

Pedro un día que estaba llorando se quejaba amargamente de una persona, un hombre que lo había perjudicado mucho llamándolo frecuentemente por el nombre  de su Romano, al cual responsabilizaba de la miseria  en la que se encontraba. Ivonne lo dejaba hablar escuchándolo y después aprovechaba para hablarle  de la instrucción evangélica  y los rudimentos de la Doctrina Espirita sobre la vida en el Más Allá. Era lo que Charles  le ofrecía a Ivonne para aliviar  sus amarguras.

Le hablaba de Dios, de su misericordia. Pedrito que era como un niño, disponía de muy poca capacidad de comprender y no podía brindarle enseñanzas más profundas. Le hablaba de las curas realizadas por Jesús a los ciegos, paralíticos,  los leprosos y le hablaba de las parábolas más sencillas, y fáciles de comprender, de la resurrección de Lázaro y de la hija de Jairo procurando acentuar, expresamente, la atención dispensada por el Maestro a los niños,  a los pecadores y a los enfermos.

El un día dijo. ¡Ah! ¡Señora! ¿Si yo hubiese vivido en ese tiempo, verdad que Jesús me curaría a mi también? Ella le dijo que su cura ya había comenzado, y que muy pronto se vería sano y feliz para conquistar  el futuro. Poco a poco ella se gano su confianza y su cariño por el trato afectuoso que ella le dispensaba a el.

El seguía trabajando plantando plantitas y como sus dolencias no cesaban, Ivonne, le sugirió que debía acudir a un hospital, para procurar un tratamiento adecuado para sus dolencias y enfermedad, ella se ofreció a cuidar de sus plantas.

La intención de la médium era, apartarlo del ambiente, y al mismo tiempo proporcionarle enseñanzas que lo mejoraran espiritualmente. El alego, que no podía ir, porque por encima de todo necesitaba trabajar para ganar algo de dinero, ya que no quería continuar en esa miseria…

Ella llevaba dos meses tratando de persuadirlo, mientras su pariente C… era sometido a un tratamiento riguroso de pases con el fin de desentoxicar  su organismo de las irradiaciones deletéreas de la entidad invisible, fortaleciéndolo física y mentalmente, con el fin de aliviar su delicado complejo. Ivonne tenia un trabajo laborioso y de mucha responsabilidad, dado que este trabajo le había sido confiado por un Espíritu muy elevado, al que ella respetaba mucho y amaba por lo mucho que la había amado y servido.

Charles le decía que amase a Pedro y lo tratase con mucho cariño, para prepararlo en todo lo posible a la vida espiritual. Cierta noche, ella fue sorprendida con la presencia de Pedrito. Ella estaba tocando el piano cuando lo vio sentado en una silla como si fuese un ser humano, con la vestimenta rota y manchada de tierra y el rostro apoyado sobre su mano, mientras oía la música que ella entonaba, con enternecimiento y lloraba, diciendo que jamás había escuchado una música tan linda.

Un día un espíritu elevado llamado José Evangelista se presento a Ivonne  diciéndole, que había recibido órdenes para que la auxiliara a retirar a Pedro de allí. Estaba bastante mejorado del desequilibrio y ya estaba apto para comprender algunas cosas  pues estaba más sereno  y libre su corazón  de las amarguras que lo oprimían. De otra modo el seguiría perjudicando a C… con su presencia.

Por la noche, al retirarse del cuerpo carnal, Ivonne  fue a ayudar a Pedro como siempre, a cuidar de sus plantas y vio que la fatiga se iba  adueñando de el, lo que le hacia desinteresarse de la quinta. Lloraba Pedro desconsolado y ella le animaba a que no lo hiciera, que si no tenia fe en Dios. El le contesto que si la tenia y que el le agradecía la ayuda  que había recibido con su amistad. El le explico que el causante de su sufrimiento fue su Romano, que si ella lo conocía y ella le contesto que no, el le dijo que era un almacenero de la otra calle, más arriba, un italiano, muy exigente  y ambicioso… El dijo que tenia unos negocios con el, le compraba en el almacén  de mantenimientos, el maíz para las gallinas, el combustible para la lámpara, el carbón para cocinar, y el jabón para lavar la ropa, los platos y las cacerolas. Pero cuando enfermó y se quedo en la ruina, continuó comprándole  y como estuvo en cama tres meses parado sin trabajar no tuvo con que pagarle.

El Romano, le hizo una traición muy grande,  y lo dejo en la miseria. Sin piedad se llevo todas sus cosas, y los vecinos que le pedían piedad para el enfermo el les respondió que se iba a morir y todo aquello le pertenecía, por las deudas contraídas en su tienda.

Ivonne le aconsejó que no pensase más en eso, pues solo conseguiría martirizarse y empeorar, pidiéndole que pensase en Dios y en el futuro  y que pidiese fuerzas para olvidar el mal pasado.

El insistía, como liberándose de un peso de su corazón.

El decía que estaba muy aliviado de sus dolores pero que la traición fue tan grande, que el deseaba contárselo todo.

El Romano llego a su casa cuando el estaba acostado en su cama titiritando de frió, por la fiebre, lo tiro de la cama haciéndolo echar sobre una estera vieja, diciéndole que era más fresca y buena para la salud cargo su cama y el colchón, sus colchas, su mesa, su armario, sus sillas  y sus  bancos pues el tenia la casa muy arregladita ya que hacia poco tiempo que se había quedado viudo. Llevándose todo para cobrarse de su deuda acusando de ladrón a su Romano, los vecinos le pidieron que  o hiciera eso que Pedro le pagaría, pero el Romano amenazó diciéndoles  que iba a llamar a la policía, pues Pedro iba a morir y antes que otra persona se llevase lo que era d el, se lo llevaba el  pues Pedro le debía mucho. El disgusto fue muy grande y si no hubiese sido por la bondad de los vecinos el decía que habría muerto de hambre.

Ivonne le decía que entregase su pena a Dios y que no pensase más en eso. Dios tenia mucho más para darle y su Romano al practicar tal acción y no observar los deberes de la fraternidad para con el prójimo, no podría estar en gracia de Dios.

Pedro ya no lo odiaba tanto, y en un momento la figura amable de José Evangelista, mostrándose como si fuera un hombre declarándose  comprador de inmuebles.  Se acerco a Pedro, lo saludo con atención, apretándole su mano y expresándole que estaba informado de que el, Pedro, deseaba vender su propiedad.  El le dijo que no, quien lo viese conversar, creería que se trataba de dos ciudadanos terrenales entregados a sus negocios, y no dos Seres espirituales a quienes solo cuestiones espirituales podían interesarles.  En medio de la conversación José saco de su bolsillo una billetera y conservándola en la mano dijo: a usted le vendrá muy bien vender, está enfermo, y no apto para trabajar,  no tiene recursos ni salud, véndame, pues, el terreno, yo se lo compro y se lo pago a la vista… el redijo que era su amigo, que ambos eran del mismo color y de la misma raza y que tendría siempre en el a un hermano leal y sincero para ayudarle.

 El se puso a reír, contento con el amigo que el cielo le había enviado. Pidió su opinión a Ivonne para vender su propiedad. Aprovechando esta la oportunidad para impulsarlo a hacerlo pues era un bien para todos la tentativa de José Evangelista.


Pedro acepto la propuesta y José retiro el dinero de la cartera y se lo entregó a Pedro, quien lo tomó emocionado guardándolo en su bolsillo. Ivonne lo ayudo a ultimar los detalles, para dirigirlo al hospital, manifestando José su disposición para acompañarlo hasta allá.

Cogio su maleta y como si hablara para si, Pedro pensaba que Dios era muy bueno. Solo era malo su Romano pues lo que le había hecho con el, no se hacia  ni a las bestias.
José Evangelista era un profundo psicólogo; el comprendía que hasta incluso una Entidad desencarnada y según sea la inercia moral-espiritual en lo que se encuentre, se dejará convencer por la idea del lucro, pues esta es una preocupación absorbente del genero humano…

Pedro fue entregado a Entidades Espirituales en el Mundo espiritual que son equivalentes a los hospitales  terrenales, donde seria esclarecido, reconfortado y preparado para de nuevo reencarnar lo que encararía una nueva e indispensable fase de su progreso espiritual.

Con el retiro de Pedro, (inquilino invisible) el enfermo C… fue mejorando paulatinamente, llegando a restablecerse.
Ivonne dos mese después, tuvo la oportunidad de hablar  con el amigo espiritual José Evangelista en una memorable sesión intima donde el le explicaba que todas los experimentadores  espiritas,  tienen el deber  de instruir e instruirse con los Espíritus que honran  con su atención, dado que la Doctrina espirita faculta  para ello, quitando las  dudas que nublan el raciocinio.

Esclareciendo que Pedro, realmente no tenia nada, todo era en su imaginación que le hacia revivir el pasado… La farsa de la compra fue un acto de caridad para con pedro y para con el amigo C… padre de familia cargado de responsabilidades, necesitaba trabajar para mantener a los suyos. También fue un acto de caridad al liberar a Pedro de la fijación mental de ese cancer que lo hizo desencarnar cuyo recuerdo lo afligía, conservándolo imaginariamente  enfermo. Fue caridad también  con la familia de C… que sufría al verlo retorcerse lleno de dolor y por ultimo también fue caridad para Ivonne que pasaba las noches en el penoso contacto con una Entidad ensimismada en sus propias opiniones y enredada  en disturbios mentales producidos por la amargura, el odio y su sujeción a la materia. Caridad también fue su labor desinteresada a Pedro pues Ivonne se porto como una madre dedicada.

Muchas veces los servidores desencarnados se ven obligados a valerse de farsas de ese tipo para impedir que el mal se prolongue, provocando crisis imprevisibles, y para provocar que el foco del amor resplandezca y la verdad se manifieste en su plenitud, reeducando al ignorante.

Pedro no se sentirá engañado, cuando despierte y comprenda, pues su justo razonar le ara estar agradecido a quienes le ayudaron en su desgracia.

Muchas veces de un gran mal, como hemos visto, resulta un gran bien. Gracias a la enfermedad de C… un desdichado suicida consiguió alivio inmediato para sus desgracias,  y una pobre alma sufridora, detenida en su propia evolución espiritual por su odio y egoísmo, se liberó de los terribles complejos vibratorios que lo envolvían. En realidad, si no hubiera sido por la dolencia de C… y el humilde concurso de la médium, esas dos entidades hubieran sido socorridas en el momento preciso por las vías naturales de la le de Dios. Los hombres somos los colaboradores  del Señor para auxiliarse unos a otros, como también los Espíritus desencarnados más necesitados. De cualquier forma, ambos  habrían sido ayudados, si no por los hombres, al menos por servidores espirituales  dedicados a la siembra del bien.

 Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro “recuerdo de la Mediumnidad” de Ivonne Pereira

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           Reflexion.

El mas alla no tiene porque ser peor que nuestra estancia en la tierra, depende del grado de evolucion de cada persona.
Hay que tener en cuenta que en el mundo espiritual no se tienen las necedidades ni vicisitudes que tenemos aqui; alimentarnos, tener de lo necesario para subsistir por medio del trabajo, enfermedades, etc.
La persona de bien no tiene de que temer, en muchas ocasiones la vida en el mundo espiritual es mejor que en este.
Como dije todo depende de nuestra PUREZA DE ESPIRITU y de nuestra EVOLUCION.
Naturalmente el cielo y el infierno como tal no existen, los llevamos cada uno de nosotros en nuestra conciencia.
En el mundo espiritual no hay cielo o infierno, cada cual esta en el nivel evolutivo que tiene su espiritu.
Alli los sufrimientos son morales, acordes a las faltas cometidas y a nuestro progreso espiritual.
A.C.M.

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    REFLEXIONES DE MERCHITA

El hombre quiere saber de dónde viene y a dónde va. Si se le señala un fin que no corresponda ni a sus aspiraciones ni a la idea que se forma de Dios, ni a los datos positivos que le suministre la ciencia; si además se le imponen para alcanzarlo condiciones cuya utilidad no admite su razón, todo lo rechaza.
El Espiritismo es acogido fervorosamente por todos aquellos a quienes atormenta la punzante incertidumbre de la duda, y que no encuentran ni en las creencias ni en las filosofías vulgares lo que buscan. Tiene a su favor la lógica del raciocinio y la sanción de los hechos, y por esto se le ha combatido inútilmente.
El hombre tiene instintivamente la creencia en el porvenir. Pero no teniendo hasta hoy ninguna base cierta para definirlo, su imaginación ha forjado sistemas que han traído la diversidad de creencias. No siendo la doctrina espiritista sobre el porvenir una obra de imaginación más o menos ingeniosamente expresada, y sí el resultado de la observación de hechos materiales que se desarrollan hoy a nuestra vista, reunirá, como lo hace ya actualmente, las opiniones divergentes o flotantes, y traerá poco a poco y por la fuerza natural de las cosas la unidad de creencias sobre este punto, creencia que no tendrá por base una hipótesis, sino una certeza.
El hombre, interesándose por lo exterior, no ve la vida más que en el cuerpo, mientras que la vida real está en el alma. Estando el cuerpo privado de vida, cree que todo está perdido, y se desespera. Si en lugar de concentrar su pensamiento sobre el vestido exterior lo fijase en el origen de la vida, en el alma, que es el ser real que sobrevive a todo, se dolería menos de su cuerpo, origen de tantas miserias y dolores. Pero para esto se necesita una fuerza que el espíritu sólo adquiere con la madurez.
La doctrina espiritista varía completamente el modo de mirar el porvenir. La vida futura no es ya una hipótesis y sí una realidad. Es estado de las almas después de la muerte no es ya un sistema, sino un resultado de la observación. El velo se ha descorrido, el mundo espiritual se nos manifiesta en toda su realidad práctica. No son los hombres los que lo han descubierto por el esfuerzo de una imaginación ingeniosa, sino los habitantes mismos de esos mundos que vienen a descubrirnos su situación. Los vemos allí en todos los grados de la escala espiritual, en todas las fases de la dicha y de la desgracia. Presenciamos todas las peripecias de la vida de ultratumba. Ésta es para los espiritistas la causa de la serenidad con que miran la muerte, y de la calma de sus últimos instantes sobre la Tierra.
Lo que les sostiene no es solamente la esperanza, sino la certidumbre. Saben que la vida futura no es más que la continuación de la vida presente en mejores condiciones, y la esperan con la misma confianza con que esperan la salida del sol después de una noche tempestuosa. Los movimientos de esta confianza están en los hechos de los que son testigos, y en la concordancia de estos con la lógica, la justicia y la bondad de Dios, y las aspiraciones íntimas del hombre.
Para los espíritus el alma no es ya una abstracción. Tiene un cuerpo etéreo que hace de ella un ser definido, que el pensamiento abarca y comprende. Esto es ya mucho para fijar las ideas sobre su individualidad, sus aptitudes y sus percepciones. El recuerdo de aquellos seres queridos descansa sobre algo real y positivo. No nos los representamos ya como llamas fugitivas que nada  recuerdan al pensamiento, sino bajo una forma concreta que nos los manifiesta mejor como seres vivos. Además, en lugar de estar perdidos en las profundidades del espacio, están a nuestro alrededor. El mundo corporal y el mundo espiritual están en perpetuas relaciones, y se asisten mutuamente. No cabiendo ya duda sobre el porvenir, el temor a la muerte no tiene razón de ser. Se la ve venir con serenidad, como a una libertadora, como la puerta de la vida y no como la de la nada.
Amigos estudiemos la Doctrina Espirita, es un bálsamo reparador para nuestras heridas, y una luz que nos acompañará durante toda la vida esclareciéndonos todos los enigmas que puedan aparecer en nuestro horizonte, definiendo a Dios ya su obra bajo el tamiz de la razón y la lógica de las cosas. Sin milagros, sin tapujos, es un farol que iluminara el mundo y a todos sus habitantes mostrándoles el mejor camino a seguir.

Trabajo  de Merchita extraído del libro de la codificación espirita “El Cielo y el Infierno” de Allan Kardec 

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