jueves, 5 de marzo de 2015

Fe y fanatismo

                                    

                               
                             La ciencia

 La Ciencia nunca se detiene; observa, estudia  y analiza sin cesar todo lo que está a su alcance, y de tanto esforzarse alcanza a vislumbrar y sospechar la existencia de una realidad espiritual, que es otro estado de la materia, que aun no comprende ni acepta, pero solo porque los instrumentos que dispone no le sirven para investigarla. El gran acelerador de partículas (LHC) en el CERN, es la punta de lanza de esas investigaciones, un esfuerzo titánico para arrancarle sus secretos más íntimos a la materia. Los nuevos hallazgos que se esperan pueden confirmar las teorías aceptadas hasta ahora, o pueden obligar a realizar un replanteamiento de lo que creemos que es el Universo. Y lo más curioso es que todo depende de encontrar y demostrar la existencia de una minúscula partícula subatómica: el bosón de Higgs. En el campo de la bioquímica celular la situación es análoga, la investigación de los cromosomas proporciona grandes sorpresas. Steven Pinker, psicólogo estadounidense, ante los resultados obtenidos por los avances en la investigación de los telómeros de los cromosomas humanos plantea la siguiente reflexión: “Las cosas vivas albergan cierta sustancia oculta que determina sus poderes” Los espiritistas no somos científicos, según la acepción comúnmente usada, pero aceptamos la realidad del elemento espiritual, su existencia en una dimensión paralela del universo, y lo investigamos bajo criterios científicos establecidos por Allan Kardec, gracias a su experiencia de largos años de estudio, con las herramientas y los métodos más adecuados a las posibilidades que este “nuevo mundo” nos ofrece. Allan Kardec, desde el rigor científico que le animó a estudiar el fenómeno de “las mesas danzantes”, partió de premisas fuera de toda duda: los fenómenos espirituales existen, y por eso se pueden y se deben investigar. Estas investigaciones se centran en el aspecto psicológico de las manifestaciones, en la autenticidad de sus afirmaciones, en su estado moral, sus sentimientos, sus necesidades, sus anhelos, cuando según la idea más generalizada “han muerto”, pero que, en realidad, ellos se sienten más vivos que nunca y quieren comunicarse con nosotros. Este hecho debería sorprender hoy a pocas personas, porque las facultades intelectuales y morales no son de la materia, lo son del espíritu, y él nunca muere. Es el principio espiritual, que unido a la materia le da vida e inteligencia, es la parte oculta a nuestros sentidos materiales que realiza todas las funciones necesarias para que se manifieste la vida orgánica. Sólo cuando la maquinaria física se desgasta o se rompe, se muestra incapaz de albergar al principio espiritual, quedando libre de nuevo, ahora con más experiencia y conocimientos, dispuesto a seguir su camino evolutivo. Joanna de Ángelis, nuestra guía espiritual, nos viene aportando conocimientos cada vez más amplios para comprender la psicología transpersonal de los in
dividuos, que se elabora mediante las múltiples existencias en la vida física de los espíritus, gracias a las leyes de la reencarnación, que son obra Divina. Ella nos presentó con bellos conceptos, dentro de un amplio programa de psicología profunda, la importancia que juega el periespíritu, también conocido como “modelo organizador biológico”, que sirve de lazo de unión para que el espíritu pueda vivir en la carne, y que es la base sobre la que se construye el cuerpo físico, obedeciendo leyes magnéticas y de causa y efecto, ya desde el momento de la concepción. La ciencia, elemento noble de la sociedad, investiga el elemento material; el Espiritismo, avanzadilla del progreso moral, estudia el elemento espiritual. Progreso intelectual y progreso moral, que caminan hacia el mismo objetivo, conocer la verdad, desvelar los secretos que están en la Naturaleza. Desde la humildad, reconociendo nuestra ignorancia ante la suprema sabiduría que creó el Universo, en cada nuevo hallazgo, en cada una de las pequeñas revelaciones estaremos descubriendo algo de nosotros mismos y una prueba más de la  justicia y armonía que ordena y gobierna en todas partes, desde lo infinitesimal hasta las estrellas, desde el mineral hasta el ser humano, desde lo que podemos comprobar con nuestros toscos sentidos hasta lo que comenzamos a intuir con la mente y el corazón. ¿Será quizás el amor el sexto sentido que nos falta?

Revista  Actualidad Espíritista-

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FE Y FANATISMO

Dentro del movimiento espirita, tenemos muchas nociones de cómo  marcha la asimilación  de la doctrina espirita, también como es la forma  de cómo las personas procuran las casas espiritas, con sus conceptos inmediatistas.
Otro punto importante es la visión  que algunos “espiritas” tienen de l doctrina y la forma  de transmitirla, en la doctrina  o en los grupos de estudio.
Muchos tienen una visión bastante destorsionada  de lo que es realmente la doctrina espirita, en su esencia y en lo que ella puede promover cuando nos predisponemos a seguirla.
Sabemos que el aprimoramiento intelectual nos lleva  a una mejor conducta moral, ampliando las posibilidades de mejoría en las virtudes y una mejor visión acerca de nuestros deberes, inicialmente para con nosotros mismos y después para  con nuestro prójimo.
Hacer que seamos los primeros beneficiados o es una actitud egoísta, más sí  de una preparación para una conducta más sensata, sedimentando los conocimientos, operando las transformaciones intimas necesarias y no olvidando  nunca  que estamos en constante evolución, liberándonos de nuestras imperfecciones.
¿Partiendo de ese punto, como debemos entender lo que es la Fe religiosa y lo que es Creer?
La espiritualidad nos relata lo que es la fe y lo que es creer. Definiciones importantes para que seamos claros en la forma de conocernos a nosotros mismos, y de asumir estos conceptos:
“La fe más allá de una virtud espontanea, también es una conquista intelectual. Nos referimos a la fe religiosa,  por cuanto creer es una cualidad inherente al ser.
No es raro, creer por hábito, por acomodación, y no, por el fenómeno de la razón.
La fe religiosa, sin embargo, y gracias, a las enseñanzas del Espiritismo y las realidades mediúmnicas, provienes del examen racional de los hechos, en perfecta consonancia  con las leyes que rigen la vida.
La fe tiene, la función esencial de ofrecer fuerzas para solucionar problemas en vez de apartarlos o  liberar al creyente de los testimonios necesarios  para su evolución. Jesús nos enseño que la fe es un puente divino, por donde transitamos  desde nuestra pequeñez en dirección de la total y grandiosa libertad.”
Más  no es eso lo que encontramos dentro del movimiento espirita. La falta  de entendimiento de lo que es verdaderamente es el Espiritismo, ha conducido a muchos  de los que están con el compromiso de transmitir y divulgar la doctrina (sean conferenciantes; médiums; dirigentes; y trabajadores de la siembra espirita) a enseñarlo como si apenas fuese  un conocimiento intelectual.  Almacenan conceptos de las enseñanzas más sin la comprensión ideal de los mismos; utilizándolos  de diversos modos, como si los transformasen en dogmas.
Cuando procuramos aplicar las enseñanzas de la doctrina espirita, en nuestras vidas, sin comprenderla, y por consiguiente no operándose la transformación en nosotros mismos, pasamos de la fe al fanatismo, como, infelizmente, en realidad, dentro del movimiento espirita, nos lo muestra.
El conocimiento recogido apenas intelectualmente, es un conocimiento desperdiciado. Por lo menos, momentáneamente. Pues no  resulta la sabiduría, si no se pone en acción productiva, y las palabras suenan de forma fría y calculadoras.
Cuando cultivamos, de verdad, las enseñanzas, espiritas,  no nos obtenemos de nuestra responsabilidad, ni tampoco dejamos  de asumir posiciones.
Si realmente supiéramos colocarnos dentro de la doctrina, sin olvidar que el ejercicio  de lo que aprendemos comienza en nuestro interior y se amplía en nuestro hogar, entre nuestros amigos y por fin dentro de las casas espiritas, estaremos realmente envueltos en la fe religiosa y no en el fanatismo de “predicar” un conocimiento adquirido, sin el valioso testimonio de la fe viva, aquella  que está animada  por la acción.
Portado por Marco Aurelio Rocha

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RELACIONES DE ULTRATUMBA.

274 – Los diferentes órdenes de Espíritus, ¿establecen entre sí jerarquías de poderes? ¿Existe entre ellos subordinaciones y autoridad?
– Sí, y muy grande. Unos Espíritus tienen sobre otros una autoridad relativa a su superioridad, la cual ejercen por un ascendiente moral irresistible.
– Los Espíritus inferiores, ¿pueden substraerse a la autoridad de los que le son superiores?
– Hemos dicho: irresistible.

275 – El poder y la consideración del que disfrutó un hombre en la Tierra, ¿le dan supremacía en el mundo de los Espíritus?
– No; porque los pequeños serán ensalzados y los grandes humillados. Lee los salmos.
– ¿Cómo debemos entender esa elevación y humillación?
– ¿No sabes que los Espíritus pertenecen a diferentes órdenes según sus méritos? ¡Pues bien! El potentado de la Tierra puede ocupar la última categoría entre los Espíritus, mientras que su servidor puede estar en la primera. ¿Comprendes esto? ¿No dijo Jesús: “Todo el que se humille será elevado y todo el que se eleve será humillado?”

276 – El que era grande en la Tierra y se encuentra en situación de inferioridad entre los Espíritus, ¿siente por ello alguna humillación?
– Con frecuencia, muy grande, sobre todo si era orgulloso y envidioso.

277 – El soldado que después de la batalla encuentra a su general en el mundo de los Espíritus, ¿le reconoce aún como su superior?
– El título nada significa; la superioridad real lo es todo.

278 – ¿Están mezclados los Espíritus de diferentes órdenes?
– Sí y no, es decir, se ven, pero se distinguen los unos de los otros. Se evitan o se aproximan según la analogía o la antipatía de sus sentimientos, como sucede entre vosotros. Forman un mundo del cual el vuestro es apenas un reflejo obscurecido. Los Espíritus de la misma categoría se reúnen por una especie de afinidad y forman grupos o familias de Espíritus unidos por la simpatía y por el objetivo que se han propuesto: los buenos por el deseo de hacer el bien, los malos por el deseo de hacer el mal, por la vergüenza de sus faltas y por la necesidad de encontrarse entre seres semejantes a ellos.

Tal como en una gran ciudad donde los hombres de todas las categorías y de todas las condiciones se ven y se encuentran sin confundirse; donde las sociedades se forman por analogía de gustos; donde el vicio y la virtud conviven sin relacionarse.

279 – ¿Tienen todos los Espíritus acceso recíproco, pudiendo ir unos con otros donde quieran?
– Los buenos van a todas partes, y preciso es que así sea, para que puedan ejercer su influencia en los malos. Pero las regiones habitadas por los buenos están vedadas a los Espíritus imperfectos, con el fin de que no puedan llevar a ellas la perturbación de sus
malas pasiones.

280 – ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones entre los Espíritus buenos y los malos?
– Los buenos se empeñan en combatir las malas inclinaciones de los otros, con el fin de ayudarles a ascender. Es una misión.

281 – ¿Por qué se complacen los Espíritus inferiores en inducirnos al mal?
– Por envidia de no tener méritos de estar entre los buenos. Su deseo no es otro que impedir, tanto como puedan, a los Espíritus inexpertos el llegar al bien supremo. Quieren que los otros sufran lo mismo que ellos. ¿No observáis lo mismo entre vosotros?

282 – ¿Cómo se comunican entre sí los Espíritus?
– Se ven y se comprenden. La palabra, reflejo del Espíritu, es material. El fluido universal establece una comunicación constante entre ellos, pues aquél es el vehículo de la 
transmisión del pensamiento, como para vosotros el aire es el vehículo del sonido;una especie de telégrafo universal que enlaza a todos los mundos y permite a los Espíritus la mutua correspondencia de un mundo a otro.

283 – ¿Pueden los Espíritus simularse mutuamente sus pensamientos y ocultarse unos de los otros?
– No, para ellos todo está al descubierto, sobre todo a los que son perfectos. Pueden alejarse, pero siempre se ven. Sin embargo,esta no es una regla absoluta, pues ciertos Espíritus pueden perfectamente hacerse invisibles a otros Espíritus, si consideran útil
hacerlo así.

284 – ¿Cómo los Espíritus, no teniendo cuerpos, pueden evidenciar su individualidad y distinguirse de los otros seres espirituales que los rodean?
– Constatan su individualidad por medio del periespíritu que los constituye en seres distintos unos de otros, como el cuerpo entre los hombres.

285 – ¿Se conocen los Espíritus por haber vivido juntos en la Tierra? ¿Reconoce el hijo al padre y el amigo a su amigo?
– Sí, y así de generación en generación.
– ¿Cómo se reconocen en el mundo de los Espíritus los hombres que se conocieron en la Tierra?
– Vemos nuestra vida pasada y leemos en ella como en un libro, y viendo el pasado de nuestros amigos y de nuestros enemigos, vemos su paso de la vida a la muerte.

286 – Dejando el alma sus despojos mortales, ¿ve inmediatamente a sus parientes y amigos que la precedieron en el mundo de los Espíritus?
– Inmediatamente no es siempre la palabra; pues como os dijimos, necesita cierto tiempo para reconocerse y sacudir el velo material.

287 – ¿Cómo es acogida el alma a su regreso al mundo de los Espíritus?
– La del justo, como a un hermano muy amado, a quien de mucho tiempo se esperaba; la del perverso, como un ser que se equivocó.

288 – ¿Qué sentimiento experimenta un Espíritu impuro cuando llega otro Espíritu malo?
– Los perversos quedan satisfechos en ver seres semejantes privados de la dicha infinita; como sobre la Tierra, un bellaco entre sus iguales.

289 – ¿Salen a veces a nuestro encuentro nuestros parientes y amigos, cuando dejamos la Tierra?
– Sí, salen al encuentro del alma que estiman; la felicitan como al regreso de un viaje, si se libró de los peligros del camino, y la ayudan a desprenderse de los lazos corporales. Es un privilegio para los buenos Espíritus cuando los que estiman vienen a su encuentro, al paso que es un castigo para el impuro el que permanezca en el aislamiento, o rodeado únicamente por los que le son semejantes.

290 – ¿Los parientes y amigos se reúnen siempre después de la muerte?
– Esto depende de su elevación y del camino que siguen para su progreso. Si uno está más adelantado y camina más aprisa que el otro, no podrán estar juntos; podrán verse a veces, pero sólo podrán estar reunidos para siempre cuando puedan alcanzar la igualdad en la perfección. Así la privación de ver a sus parientes y amigos es a veces un castigo.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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