sábado, 4 de diciembre de 2010

Dios, causa primordial del universo


Dios es una cosa palpable no por Él mismo, sino a través de Su creación, de la misma manera que átomos no son "cosas" en su forma atómica, sino un gran número de ellos colocados juntos repentinamente se hacen visibles y objeto reconocible.

En el siglo XIX Kardec indagó de los Espíritus, "¿Dónde se puede encontrar la prueba de la existencia de Dios?" La respuesta llega de forma simple y objetiva, con la profundidad característica de los Espíritus superiores: "En el axioma que aplicáis a vuestras ciencias. No hay efecto sin causa. Procurad la causa de todo lo que no es obra del hombre y vuestra razón responderá".(1) Por tanto, el conocimiento de los pensadores no puede encontrar otra conclusión, si no la de que Dios existe y es la inteligencia suprema del Universo.

La Doctrina Espiritista rechaza la fe ciega, defendiendo, con argumentos, la fe razonada, conduciendo las personas a no creer, simplemente por creer, sino a saber por qué creen en algo. Y la principal de ellas es defender la prueba de la existencia de Dios.

Tanto fue el cuidado de no personificarlo que la primera pregunta que Kardec dirigió a los Espíritus fue con la expresión "¿Qué es Dios?" En substitución a la clásica y antropomórfica indagación: "¿Quien es Dios?"

Ante la mayestática obra del Creador, el Espíritu Emmanuel explica que el hombre "observa las dimensiones diminutas del Hogar Cósmico [Tierra] en que se desarrolla. Descubre que el Sol tiene un volumen de 1.300.000 veces mayor; la Luna dista más de 380.000 kilómetros; Marte, distante de nosotros cerca de 56.000.000 de kilómetros en la época de su mayor aproximación, Capela es 5.800 veces mayor, Casopea tiene un brillo ochenta veces superior al Sol"(2). El Sistema Solar posee apenas 9 planetas con 57 satélites y en un total de 68 cuerpos celestes. Y para que tengamos noción de su insignificancia ante el resto del Universo, nuestro Sistema Solar compone un minúsculo espacio de la pequeña Vía Láctea"(3) o sea, un aglomerado de cerca de cienmil millones de estrellas, con más de  cienmil  millones de planetas y, según Carl Seagan, por lo menos cien mil de ellos con vida inteligente y mil con civilizaciones más evolucionadas que la nuestra.(4)

Además del Big Bang - Cosmología Quántica y Dios, es el libro publicado por el científico Willem B. Drees, Doctor en Física Teórica y Matemática por la Universidad Utrecht y en Teología por la Universidad de Gröningen (Holanda), que procura demostrar sobre la existencia de un interés creciente por la investigación científica basada en la certeza de la existencia de Dios. La teoría más moderna del inicio del Universo nos remite no solo al Big Bang (la gran explosión) principio de todo, sino, a la idea de varios big bangs, con Universos cíclicos a través de cuatrillones de años. Ante estos números pensaríamos haber llegado a la idea de lo que es el Universo; ledo engaño, pues estas áreas, o mejor, volúmenes, representarían apenas 3% de lo que seria la totalidad de todo dentro de lo tridimensional y espacio/tiempo como lo conocemos. Los espacios interplanetarios, interestelares e intergalácticos, obviamente, formarían la mayor parte de aquello que llamamos Universo."(5)

El gran desafío de la astrofísica, actualmente es la llamada energía oscura y las lentes del telescopio espacial Hubble flagraran el comportamiento de esa energía uno de los mayores enigmas cósmicos. "Al observar supernovas, que son explosiones de estrellas, el telescopio registró el efecto de la aceleración de la luz. El descubrimiento debe ayudar a explicar lo que es la energía oscura que cubre casi todo el cosmos, una fuerza que puede ser causante de  la continua y acelerada expansión del Universo, también llamada partícula Dios".(6)
Nuestra comprensión de Dios cambia en la misma proporción en que nuestra percepción sobre la vida se amplia. Es una tarea difícil, cuando el limitado intenta alcanzar lo Ilimitado, o lo finito entender el Infinito. Así somos nosotros ante Dios. Las opiniones científicas aún están divididas en cuanto al origen del universo, pero hay unanimidad en un punto, y es que existe orden en el universo.

Todos fuimos creados por Dios para la gloria celeste, caminando por escenarios  terrestres, donde desarrollamos potenciales interiores que  son herencias divinas esculpidas. "La deducción que se puede sacar de la certeza innata que todos los hombres traen en sí, de la existencia de Dios, es la de que Él existe; pues, ¿de dónde les vendría ese sentimiento, si no tuviese una base?"(7) Y "Siendo Dios la esencia divina por excelencia, únicamente los Espíritus que alcanzaron el más alto grado de desmaterialización lo pueden percibir".(8)

Señalamos aquí una pequeña disgresión: es interesante notar que generalmente, nos imaginamos a Dios como alguna cosa absolutamente externa. Pensamos en Dios como en un ser o algo separado de nosotros, adviniendo muchos conflictos. El Todo-Poderoso también está dentro de nosotros, y  podemos cambiar por nuestra propia voluntad. Peor  es si creemos que el Padre celestial está exclusivamente en el lado externo, entonces suponemos que sólo Él puede cambiarnos y no nos transformamos por nuestra propia voluntad. Nos encontramos entonces, constantemente, en presencia de la Divinidad; ninguna de nuestras acciones se escapan de su mirar; nuestro pensamiento está en contacto constantemente con su pensamiento, habiendo, pues, razón para decir que Dios ve los más profundos pliegues de nuestro corazón.

Albert Einstein, físico alemán de origen judío , "cuando, en 1921, le preguntó el rabino H. Goldstein, de Nueva York, si creía en Dios, respondió: "Creo en el Dios de Spinoza, que se revela por sí mismo en la armonía de todo lo que existe, y no en el Dios que se interesa por la suerte y por las acciones de los hombres"(9) . En esta misma ocasión, muchos líderes religiosos decían que la teoría de la relatividad "cubre con un manto el horrible fantasma del ateísmo, y oscurece especulaciones, produciendo una duda universal sobre Dios y su creación".(10) Tesis que discordamos integralmente , pues Einstein le confesó a un asistente que en el fondo, su único interés era descubrir si en el instante de la creación Dios tuvo la opción de hacer un universo diferente y, en el caso de que haya tenido la opción, ¿por qué es que decidió crear ese universo singular que conocemos y no otro cualquiera? Decía también, "Mi religión consiste en la humilde admiración del espíritu superior e ilimitado que se revela en los menores detalles que podemos percibir en nuestros espíritus frágiles e inciertos. Esa convicción, profundamente emocional en la presencia de un poder racionalmente superior, que se revela en el incomprensible universo, es la idea que tengo de Dios".(11)

De la mega estructura de los astros a la infraestructura subatómica, todo está sumergido en la sustancia viva de la mente de Dios. El físico americano Paul Davies en su libro titulado Dios y la Nueva Física afirma categóricamente que el universo fue diseñado por una conciencia cósmica.(12) El Universo, por tanto, constituido por esos millones de soles, regido por leyes universales, inmutables, completas, a las cuales están sujetas todas las criaturas, es la exteriorización del Pensamiento Divino.

-Jorge Hessen -

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