LAS INQUIETUDES DE SANGUIAO
1.-El Espiritismo es auténtico Cristianismo
2.- El fundamento de la moral
3.- La Comprensión y la Tolerancia
4.- Sobre el por qué de la esquizofrenia
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EL ESPIRITISMO ES AUTÉNTICO CRISTIANISMO
El Espiritismo tomando su punto de partida en las mismas palabras de Cristo, como Cristo tomó el suyo en las de Moisés, es una consecuencia directa de la Doctrina.
A la vaga idea de la vida futura, añade la Revelación de la existencia del mundo invisible que nos rodea y puebla el espacio, y precisando así la creencia, le da un cuerpo, una consistencia, una realidad en el pensamiento.
Él define los lazos que unen el alma al cuerpo, y levanta el velo que ocultaba a los hombres los misterios del nacimiento y de la muerte.
Por el Espiritismo, el hombre sabe de dónde viene, a donde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre en ella temporalmente, y ve en todas partes la justicia de Dios.
Sabe que el alma progresa sin cesar a través de una serie de existencias sucesivas, hasta alcanzar el grado de perfección que pueda aproximarla a Dios.
Con la ´Reencarnación se destruyen las preocupaciones de raza o de casta, puesto que el mismo Espíritu puede renacer rico o pobre, gran señor, o proletario, o dependiente, libre o esclavo, hombre o mujer. De todos los argumentos que se han invocado contra la justicia de la servidumbre y de la esclavitud contra la sujeción de la mujer a la ley del más fuerte, no hay ninguno tan lógico como el hecho material de la reencarnación.
Si pues la reencarnación funda sobre una ley de la Naturaleza el principio de la fraternidad universal, funda también en la misma ley el de la igualdad de los derechos sociales y por consiguiente el de la libertad.
Los hombres no nacen inferiores y subordinados sino por el cuerpo; por el espíritu son iguales y libres. De aquí el deber de tratar a los inferiores con bondad, benevolencia y humildad, porque el que hoy es nuestro subordinado, puede haber sido igual o superior nuestro, o quizá un pariente o un amigo, como nosotros, a nuestra vez, también podremos ser subordinados de quienes hoy mandamos.
Quitad al hombre el espíritu libre, independiente y sobreviviente al cuerpo, y haréis de él una máquina organizada, sin objeto, sin responsabilidad, sin otro freno que la ley civil, capaz de ser explotado, como un animal inteligente. No esperando nada después de la muerte; si sufre, no tiene en perspectiva más que la desesperación y la nada por refugio. Con la certeza del porvenir, con la de volver a encontrar a los que ha amado, con el temor de hallar otra vez a los que ha ofendido, cambian completamente todas sus ideas. Si el Espiritismo no hubiese hecho otra cosa que sacar al hombre de la duda respecto a la vida futura, ya habría hecho para su mejoramiento moral, más que todas las leyes disciplinarias que le detienen algunas veces, pero que no le modifican o transforman.
Haciendo caso omiso a la preexistencia del alma, la doctrina del pecado original, no solamente no es conciliable con la justicia de Dios, que haría responsables a todos los hombres por la falta de uno solo, sino que sería un contrasentido, y tanto menos justificable, cuanto que el alma no existía en la época donde se le remonta su responsabilidad. Con la preexistencia del alma y su reencarnación, el hombre trae el germen de sus pasadas imperfecciones y de los defectos que aún no corrigió, los cuales se traducen en sus instintos nativos y en sus propensiones para tal o cual vicio. Aquí está su verdadero pecado original, cuyas consecuencias sufre naturalmente, pero con la diferencia capital de que lleva la pena de sus propias faltas y no de la falta cometida por otro; además, hay otra diferencia a la vez consoladora, animadora y soberanamente equitativa, que consiste en que cada existencia ofrece los medios para redimirse por la reparación, y de progresar, ya sea despojándose de alguna imperfección, ya sea adquiriendo nuevos conocimientos, y esto hasta que estando ya suficientemente purificado, no tenga necesidad de la vida corporal, pudiendo vivir exclusivamente en la vida espiritual, eterna y bienaventurada.
Por la misma razón el que ha progresado moralmente, tras el renacer, las cualidades nativas, del mismo modo del que ha progresado intelectualmente tras las ideas innatas de aquellos conocimientos, tras identificarse con el bien, lo practica sin esfuerzo, sin cálculo y por decirlo así sin pensarlo. El que está obligado a combatir sus malas tendencias, aún está en la lucha; el primero ha triunfado ya; el segundo está en camino de hacerlo... Hay pues virtud original, como hay saber original y pecado, o mejor dicho, vicio original, es decir, inclinación, disposición, tendencia natural.
Creemos que estas consideraciones son dignas de ser estudiadas, y en nuestra humilde opinión, nos parece que los hombres deberían de fiarse más de estudiar el presente, que no en averiguar quienes fueron sus antecesores.
Que venimos de Dios no cabe duda, ¿ Si Dios no fuera Dios, quien Dios sería?. La clara prueba de que Dios existe; es que hay algunos hombres que lo niegan. Y en cuanto al sistema de las causas finales, estamos conformes hasta cierto punto nada más.
El hombre, podrá ser rey de la Tierra, causa final de las especies orgánicas de este planeta, pero no la última creación del Eterno.
Esos mundos que en las noches silenciosas contemplamos en el espacio inmenso, y que parecen que nos hablan de Dios por medio de figuras cabalísticas, tienen necesariamente que estar habitados, y muchos de ellos por humanidades mucho más adelantadas que la terrena, porque el hombre de la Tierra no puede ser la última palabra de Dios; es totalmente imposible; somos un compuesto de necio orgullo, de ridícula vanidad; no sabemos definir a Dios y le damos nuestras pasiones; no nos conocemos a nosotros mismos y queremos conocer a la Causa creadora; no en balde dice una antigua sentencia, que no hay nada tan atrevido como la ignorancia.
- Amalia Domingo Soler -
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Krishna
EL FUNDAMENTO DE LA MORAL
" Los males con que afligimos al prójimo,
nos persiguen, así como la sombra sigue al cuerpo."
-Krishna-
"Un
ser no se vuelve verdaderamente moral, hasta que se despierta en él la
sensibilidad hacia todo lo que es colectivo, universal, Cósmico.
Esta
facultad le permite, no sólo entrar en el alma y en el corazón de los demás,
sino también, si les hace sufrir, sentir él mismo, los dolores que les ha
infringido y tratar de repararlos.
Un
día, los humanos deberán comprender que todo lo que hacen a los demás, tanto el
bien como el mal, se lo hacen también a ellos mismos.
Aparentemente,
cada ser está aislado, separado de los demás; pero en realidad, en el plano
espiritual, algo de él vive en todas las criaturas, en todo el universo.
Si
esta conciencia universal está despierta en vosotros, en el momento que
perjudicáis a los demás, sentís que también vosotros sois lesionados. Y lo
mismo ocurre cuando les aportáis vuestra ayuda y vuestro amor.
He ahí
el fundamento de la moral: cuando el hombre comienza a sentir en sí mismo el
mal y el bien que hace a los demás. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
LA COMPRENSIÓN Y LA TOLERANCIA
La comprensión y la tolerancia para con
los demás, acredita unas conquistas superiores logradas por el Espíritu en esta
vida y en las anteriores, en las que en cada una de ellas encontró la valiosa
oportunidad de superarse, corregirse y transformarse.
En la propia vida física presente,
cuando se adquiere un adecuado conocimiento espiritual, también es posible
adquirir estos valores en el espacio de no muchos años de existencia, pues la
comprensión de muchos de los por qués de la vida nos lleva consecuentemente a
un aumento de nuestra capacidad de tolerancia ante problemas sobre los que
teníamos una posición rígida, insegura o intolerante, rompiendo con preconceptos
y desviaciones del alma, procedentes muchas veces de una deficiente educación y
formación social de base desde la época de la infancia. Al mismo tiempo esta
comprensión derriba muchas veces barreras de fanatismo instaladas en nuestra
alma con prejuicios erróneos y dañinos.
No obstante lo anterior, he de decir que la
predisposición a evolucionar volviéndonos más tolerantes en el corto espacio de
unos años, la traen a esta vida las personas que ya han alcanzado el nivel
suficiente como para desear en lo más íntimo alcanzar la verdad que existe en
muchas cuestiones importantes de la vida, y esta búsqueda de la verdad que nos
libera de los anclajes de la incomprensión dogmática y del fanatismo, nos lleva
a su vez a una predisposición para ser más comprensivos y tolerantes con los
demás, venciendo al fanatismo y a la intolerancia.
Hay que reseñar que estos defectos
morales tan relacionados entre ellos, a quienes en primer lugar perjudican es a
quienes los mantienen en esta vida, pues les apartan de los demás, que no están
dispuestos a soportar en absoluto esta clase de defectos, que les impide la
aproximación con quien los tiene.
La persona comprensiva no acusa ni recrimina
señalando los errores de sus semejantes, y en cualquier caso siempre prima ante
todo, el sentimiento de la piedad y de la comprensión ante los errores ajenos o
ante lo que no nos gusta de los demás. Ser comprensivo no supone el hacer causa
común con los defectos de otros, ni secundar sus actos negativos, sino el estar
dispuesto a perdonarlos y a disculparlos sin tenerlos en cuenta, sabiendo que
uno mismo los ha tenido o los tiene también, iguales o peores.
La comprensión y la tolerancia son virtudes
que no son incompatibles con el poder manifestar respetuosamente los desacuerdos
o las diferentes opiniones y criterios. Actuar así supone un deber y un derecho
al rechazar determinadas actitudes negativas de los demás. La tolerancia se da
como resultado del equilibrio espiritual que nos proporciona el Amor.
Todos debemos ser comprensivos y tolerantes,
porque todos necesitamos que nos comprendan, nos toleren y nos perdonen; para
llegar a lograrlo deberemos serenar nuestros pensamientos y sentimientos, procurando
medir el efecto de nuestras palabras antes de decirlas, y el sentimiento que
nos impulsa a ello.
La virtud y la práctica cotidiana de la
humildad es la mejor postura que debemos mantener cuando miramos como son o
cómo actúan nuestros semejantes. Mediante ella, llegaremos a ser más piadosos,
firmes y honestos, y sobre todo más leales a los compromisos espirituales que
tengamos desde antes de nacer, aunque no siempre seamos conscientes de ello. La
humildad se asocia con la comprensión y con la tolerancia porque todas estas
cualidades morales nacen en el alma y nutren nuestra conciencia de calma y serenidad interior.
Por último, he de señalar que las
religiones dogmáticas pueden llevar a la incomprensión y sobre todo a la
intolerancia hacia las personas que no mantienen y aceptan ciegamente las ideas
religiosas o sociales que ellas sustentan, pero para los que nos consideramos
en mayor o menor medida, espíritas, que es lo mismo que decir cristianos en el
más amplio sentido de la palabra, esto no debe ser así, pues el Espiritismo es
esencialmente librepensador, no sujeto a dogmas y tan solo sujeto a la razón y
a lo que los avances de la Ciencia vayan demostrando como verdades empíricas,
haciendo de las virtudes de la tolerancia, la comprensión y la humildad, su
bandera constante de ejemplo para todo el mundo.
- Jose Luis Martín.
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Sin embargo, vamos a ver que opinó en el año 2003 la Dra. en Psicología y Médium argentina Helen Kenshi López, colaboradora con seudónimo, en revistas y periódicos espíritas, y a la cual tuve el placer de conocer en Buenos Aires.
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