INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Pedagogía espírita
2.- La intuición
3.- Exorcismos
4.- El ser inter existente
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PEDAGOGÍA ESPÍRITA
En la foto: Eurípides Barsanulfo Ante la inmensa responsabilidad que nos corresponde como educadores, algunos aspectos de la Pedagogía Espírita deben ser bien aclarados, para evitar las confusiones que aún ocurren. No se trata simplemente de una pedagogía (1) espiritualista, pues el propio Kardec creó los términos espírita y espiritismo, para diferenciarlos de espiritualismo, pues son muchas las corrientes espiritualistas existentes. “Para las cosas nuevas necesitamos de nuevas palabras”. Allan Kardec deja eso muy claro, en la Introducción de El libro de los Espíritus.
La Pedagogía Espírita se basa esencialmente en la Doctrina Espírita, en su triple aspecto: filosófico, científico y moral o religioso. Los tres aspectos están intrínsecamente unidos y cualquier tentativa de separarlos causaría mutilación en el cuerpo doctrinario. Tampoco resta ninguna duda de que el aspecto moral o religioso está íntimamente vinculado al Evangelio de Jesús. No obstante, como bien afirmó Kardec: “Muchos puntos del Evangelio, de La Biblia y de los autores sagrados en general, son inteligibles, muchos, incluso, no parecen racionales por la falta de una llave para comprender su verdadero sentido; esta llave está enteramente en el Espiritismo, como ya se convencieron aquellos que lo estudiaron con seriedad (…)”.
La Doctrina Espírita, en su triple aspecto, ofrece, pues, la llave que faltaba, y va más allá, ofreciendo también un derrotero fantástico que abarca la razón, el sentimiento y la voluntad. Con el lema: fuera de la caridad no hay salvación y con las recomendaciones de los Espíritus superiores “amaos e instruíos”, el Espiritismo revela el camino del progreso individual y social. La caridad, como ejercicio del amor universal, aliada a los conocimientos de la inmortalidad del alma, de la naturaleza de los Espíritus, de la comunicación de los Espíritus, de la reencarnación, de la Ley de Causa y Efecto, de las Leyes Morales y del futuro de la Humanidad en constante proceso evolutivo, representa la Verdad Universal, necesaria al conocimiento de sí mismo y al progreso individual y colectivo del planeta. Por el amor, se combate el egoísmo y el orgullo y, por la sabiduría, se combate la ignorancia y el fanatismo. No obstante, aún se levantan voces presentando propuestas dudosas y lanzando recelos injustificables en cuanto a la enseñanza de esa verdad Universal, presente en la Doctrina Espírita.
Enseñar una verdad Universal no es imponer una religión, ni un dogma, no es hacer “proselitismo” ni “catequesis”. Es presentar al mundo la realidad de la vida espiritual que los Espíritus Superiores, trabajadores de Jesús, luchan, desde hace siglos, por implantar en el corazón del hombre. Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres (Juan, 8: 32). La frase de Jesús resuena aún y su eco atraviesa siglos de luchas en defensa de esa misma verdad. Solo existe libertad en el conocimiento de la verdad. Sin ese conocimiento, lo que resta es la ignorancia que aprisiona y se sujeta a dogmas, prejuicios y fanatismo. La autonomía intelectual y moral pregonada por tantos pensadores modernos solamente se consigue con la práctica del amor y el conocimiento de la verdad. La ignorancia de sí mismo genera dependencia y esclavitud intelecto-moral. De esta forma, todo el contenido de la Doctrina Espírita debe formar parte de la Pedagogía Espírita, tanto en su cuerpo teórico como en todo lo que es aplicado y practicado en las instituciones que se denominan Espíritas.
De ninguna manera se trata de hacer proselitismo, como aún insisten en afirmar algunos, sino de presentar una verdad de carácter universal, conocimiento indispensable para conducir el Espíritu inmortal que somos todos nosotros, al conocimiento de sí mismo y de las Leyes Divinas que rigen los mundos y los seres. De la misma forma, la Doctrina Espírita no vino solo para los espíritas, es un patrimonio de la Humanidad. Como verdad de carácter universal que debe ser enseñada a todos cuantos se puedan interesar por ella. Sin ninguna imposición, la Doctrina Espírita “habla” a la razón y al buen sentido, respondiendo de forma clara a las preguntas que tanto han atormentado a los estudiosos en general; ¿quién soy yo, de dónde vengo, hacia dónde voy, y qué hago aquí?
El conocimiento que la Doctrina Espírita nos ofrece, causará alteraciones profundas en todas las ramas del conocimiento humano: en la Pedagogía, en la Psicología, en el Derecho y la Justicia, en la Medicina y, en especial, en el corazón del hombre. Si alguna duda pueda restar aún, basta verificar el precioso ejemplo de Eurípedes Barsanulfo, uno de los baluartes de la Pedagogía Espírita, en nuestro planeta. Eurípedes Barsanulfo, valientemente, incluyó el estudio de la Doctrina Espírita, en el programa del Liceo Sacramentano, en la ciudad de Sacramento, en Minas Gerais, Brasil. Y ante la amenaza de los padres de retirar a los hijos del Liceo, Eurípedes afirmó:
“–Que retiren a sus hijos, pero la finalidad salvadora del aprendizaje espírita será mantenida”.
Ante la tristeza de Eurípedes que se hallaba casi abandonado, María, la madre de Jesús, le envió un mensaje sugiriéndole cambiar el nombre de la escuela y ponerle Colegio Allan Kardec, lo que lo caracterizaba como una escuela espírita.
“No cierre las puertas de la escuela. Borre la denominación Liceo Sacramentano, que es un resquicio del orgullo humano. En sustitución, coloque el nombre: Colegio Allan Kardec. Enseñe el Evangelio de mi Hijo los miércoles e instituya un curso de Astronomía. Cubriré al Colegio Allan Kardec con el manto de mi Amor. María, Sierva del Señor”. Eurípedes siguió al pie de la letra las Instrucciones espirituales de María (Eurípedes – el hombre y la misión – Corina Novelino, Edición IDE).
Así nacía el Colegio Allan Kardec, bajo la égida de María, la primera escuela Espírita, con un carácter de estudios eminentemente espírita. Sin prejuicios, Eurípedes enseñaba el Espiritismo, como verdad esclarecedora que ilumina la razón y eleva el corazón. Comprendió que la Doctrina Espírita es obra de Jesús, parte integrante de su Evangelio, currículo de una nueva etapa evolutiva de todo el planeta Tierra. Los antiguos alumnos del Liceo Sacramentano retornaron, y otros doscientos alumnos más fueron recibidos en el Colegio Allan Kardec, surgiendo también nuevos profesores, como colaboradores de Eurípedes.
Los miércoles estaban enteramente consagrados al estudio de El Evangelio según el Espiritismo y El libro de los Espíritus, de Allan Kardec. Asistían a las clases los alumnos del Colegio y numerosos visitantes. Al final de la clase, en el instante de la oración de cierre, a veces, la voz de Eurípedes cambiaba de tono. Celina venía a traer unas palabras de estímulo de la propia madre de Jesús. Otras veces, comparecían Juana de Arco, Pablo de Tarso, Pedro, Felipe y otros discípulos del Cristo. El aspecto espiritual de la vida estaba siempre presente en la vivencia diaria de la escuela y en las clases específicas. Además de incluir la enseñanza de la Doctrina Espírita en el programa de estudios de la escuela, percibimos que no se trataba apenas de una enseñanza teórica, sino de una vivencia constante. Los alumnos, además de estudiar El Evangelio según el Espiritismo y El libro de los Espíritus, de Allan Kardec, iniciaban las clases de los miércoles con una oración, finalizándolas con la plegaria final y con la recepción de mensajes de Espíritus Superiores, todo eso estaba abierto a todos cuantos quisiesen participar de esas reuniones.
Según Corina, “esas clases despertaban tanto interés, que los alumnos del curso superior no se perdían las sesiones mediúmnicas, buscando enriquecer sus investigaciones con los conceptos emitidos por los Espíritus Benefactores”.
Ocurrían fenómenos mediúmnicos dentro del mismo salón de clases, cuando el profesor “se desprendía del cuerpo físico, transportándose en Espíritu hacia otros lugares, muchas veces distantes”. Corina también nos cuenta que Eurípedes desarrolló un amplio estudio sobre la evolución de la idea religiosa, a través de las civilizaciones… “desde el horizonte tribal con su mediumnismo primitivo hasta el horizonte espiritual con la mediumnidad positiva, abarcando el escenario del siglo XVI”. En estas clases, los alumnos “ansiaban por llegar a la época del Espiritismo”, a lo que Eurípedes respondía: “-Ya llegaremos, pero necesitaremos de un espacio de tiempo muy extenso para dedicarlo a los estudios de los principios fundamentales del Espiritismo”.
Ese estudio, muy a propósito, demostraba la evolución del pensamiento religioso del hombre, culminando con el Espiritismo que representa el retorno del Evangelio de Jesús al escenario pedagógico del Planeta, así como el currículo de una nueva etapa evolutiva de los seres humanos reencarnados aquí.
Entonces, ¿ qué es Pedagogía Espírita?
–Es la ciencia y el arte de la educación, el proceso a través del cual se desarrolla el “germen” de la perfección, en lo íntimo de cada uno, como Espíritus inmortales que somos, hijos y herederos de Dios. Es el desenvolvimiento gradual y progresivo de las potencias del alma, a través del ejercicio del amor y del “conocimiento de sí mismo”, que hace germinar esa esencia Divina y dar los frutos del amor y de la sabiduría.
–Es el retorno del amor y de la verdad universal al escenario pedagógico de la humanidad a través del valor de expresar esa verdad sin prejuicios, sin medias verdades, como lo hizo Eurípedes Barsanulfo.
El conocimiento de la verdad universal es indispensable para el conocimiento de sí mismo y, por tanto, para el desarrollo de las cualidades interiores del alma, de las potencialidades del Espíritu.
En verdad, no existen dos pedagogías. Lo que llamamos Pedagogía Espírita, representa pues, la Pedagogía por excelencia, iluminada por los conocimientos que la Doctrina Espírita nos ofrece hoy. Sus raíces se remontan a los principios de la Humanidad y posee, en su retaguardia, millares de Espíritus, trabajadores del Cristo, en la iluminación intelectual y moral del Planeta.
La Pedagogía Espírita está presente hoy en la mente y en el corazón de los educadores que enfrentan todos los prejuicios por amor a la verdad, independiente del título de profesor, maestro o doctor, que son resquicios de la vanidad humana. Está presente en los jóvenes y adultos que trabajan en la evangelización infantil y juvenil, que dan charlas en las casa Espíritas, que participan en los grupos de estudios, en las actividades asistenciales, ejercitando y ejemplificando el amor al prójimo. Está presente en el joven que actúa en el teatro, que canta y baila, haciendo del sublime arte, la escalera para su elevación como Espíritu.
La Casa Espírita representa hoy la Escuela Espírita en toda su sencillez, belleza y dinamismo espiritual, viviendo el amor, iluminando el corazón y la mente de los niños, de los jóvenes, de los adultos e incluso del Espíritu desencarnado, pues somos todos en esencia, Espíritus en evolución. No existe educación en su significado profundo, sin el ejercicio del amor y sin el conocimiento de sí mismo, o sea, sin que el educando se reconozca como un Espíritu inmortal, hijo de Dios, dotado del germen de la perfección, sujeto a las leyes de causa y efecto y, por tanto, responsable por sus pensamientos y actos, a nacer y renacer en un perfeccionamiento gradual, pero continuo, rumbo a la perfección. No existe educación espírita, si no se incluye en su currículo ese conocimiento libertador de la verdad espiritual de nuestras vidas, de esa verdad universal contenida en la Doctrina Espírita, como lo hizo Eurípedes Barsanulfo.
Auxiliar al Espíritu con la verdad absoluta de nuestra existencia espiritual es nuestra tarea prioritaria. Es nuestro compromiso con Jesús, con Kardec, con Eurípedes y con nuestra propia conciencia.
Walter Oliveira Alves
(1) Pedagogía es la “ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza” y “en general, lo que enseña y educa por doctrina o ejemplos”. (Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, Real Academia Española, 2001, p. 1160). Anuario Espirita 2015.
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LA INTUICIÓN
"Porque la profecía jamás fue producida por voluntad de hombre alguno, mas los hombres santos de Dios hablaron inspirados por el Espíritu Santo." - (II Pedro 1:21.)
Todos los hombres participan de los poderes de la intuición, en
el divino tabernáculo de la conciencia, y todos pueden desenvolver sus
posibilidades en ese sentido, en el dominio de elevación espiritual. No son
fundamentalmente necesarias las grandes manifestaciones fenoménicas de la
mediumnidad para que se establezcan movimientos de intercambio entre los pianos
visibles e invisibles.
Todas las nociones que dignifican la vida humana vinieron de la esfera superior. Y esas ideas ennoblecedoras no se produjeron por voluntad de hombre alguno, porque los razonamientos propiamente terrestres siempre se inclinan hacia lo material en su arraigado egoísmo.
La revelación divina, significando lo que la
Humanidad posee de mejor, es cooperaci6n de la espiritualidad sublime, traída a
las criaturas por los colaboradores de Jesús, a través de la ejemplificación,
de los hechos y de las palabras de los hombres rectos que, a golpes de esfuerzo
propio, quiebran el circulo de vulgaridades que los rodea, tornándose
instrumentos de renovación necesaria.
La facultad intuitiva es institución universal. A través de sus recursos, recibe el hombre terrestre las vibraciones de la vida más altas, en contribuciones religiosas, filosóficas, artísticas y científicas, ampliando conquistas sentimentales y culturales, colaboración esa que se verifica siempre, no por la voluntad de la criatura, sino por la concesión de Dios.
La intuición viene a ser la conexión permanente que casi todos los mortales, en mayor o menor medida, mantenemos con el plano espiritual, ya sea de modo consciente o inconsciente.
Es una puerta que Dios nos ha dejado permanentemente abierta, para que podamos recibir los consejos en forma de intuiciones, desde el plano espiritual, con el fin de guiarnos en nuestro progreso y llevarnos a recapacitar que el ser humano en general, no está solo, sino secundado por esa fuerza inteligente y sutil que llamamos intuición.
Todos los adelantos culturales, científicos y morales de la humanidad han tenido que ver con esta facultad, que por ser tan común, viene a ser poco considerada por no ser de carácter extraordinario, pero sin embargo, si no fuese por esa conexión común que se mantiene entre el plano espiritual y el terrenal, el ser humano posiblemente aún permanecería muy cerca del estadio de la animalidad, influenciado solamente por la materialidad del cuerpo carnal y el medio físico.
No imaginamos hasta que punto, el plano espiritual se ha mantenido y se mantiene expectante a la evolución del ser humano , que en toda época ha contado con las ideas que proceden del mismo, y que se han atribuido a la brillantez mental, a la suerte o a las musas.
Pero los Espíritus que siempre han colaborado con la evolución humana, lo han hecho solamente dentro de lo que las eternas leyes cósmicas de vibración y afinidad les han permitido. Esto significa que para que haya comunicación intuitiva, que al fin y a la postre es una modalidad mediúmnica, es necesario que se establezca una conexión previa, y esta es la semejanza y disponibilidad en el pensar y en el sentir de los seres humanos con respecto a los espíritus comunicadores.
El ser humano en su orgullo, muchas veces cree que
todo lo debe a sí mismo, a su genialidad, a su valor o a su solo
esfuerzo, y sin embargo, ignora que sin ese enlace psíquico permanente que es
la intuición, apenas sería poco mas de lo que son nuestros hermanos inferiores
del reino animal.
Hemos de tener claro, que por ser Hijos de Dios, este jamás nos ha abandonado, lo cual significa que nunca hemos estado solos en medio de nuestras vidas y tribulaciones, sino que de un modo imperceptible, siempre nos han llevado de la mano hacia la meta a alcanzar desde que entramos en la etapa humana: El estado de angelitud y proximidad al Padre, mediante nuestro esfuerzo, guiados por esa intuición que como un maná llovido del cielo, nos es regalada desde la Patria Espiritual, y en uso de nuestro libre albedrío que nuestro amado Padre nos otorgó desde siempre.
Demos gracias por esa tutela a Él y a todos nuestros hermanos, Espíritus desencarnados, que nos tutelan y guían cada día.
José Luis Martín
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EXORCISMOS
El casi total desconocimiento de la vida espiritual o la ignorancia al respecto, son responsables de las extrañas prácticas de exorcismo desde épocas... remotas. La presunción y falso conocimiento de las personas que se creen capacitadas para imponer su falsa autoridad sobre otro, hacen que transfieran el mismo sentimiento a los espíritus sufrientes o perversos que embisten contra aquellos a quienes afligen con insistente crueldad.
La obsesión es el resultado del intercambio psíquico, emocional o físico, entre dos seres que se aman o se detestan. La raíz del fenómeno se encuentra, en la identificación vibratoria que facilita el proceso perturbador. Aquel que se sintió engañado o traicionado por su opositor, busca retribuir el mal que sufrió, imponiéndole la crueldad de la persecución sin cuartel, desde el mundo espiritual donde hoy se encuentra.
Disponiendo de mayor campo de comprensión mental y de técnicas sofisticadas para imponer su voluntad, sobre aquel a quien detesta y desea martirizar, establece el intercambio nefasto, que culmina con la instalación de disturbios, que se convierten en sufrimiento de corto o largo curso, siempre dolorosos. Otras veces, son vinculaciones amorosas de calidad inferior, en las cuales ambos intercambian sentimientos vulgares, que los llevan a una convivencia mental de torpes satisfacciones o de deseos inconfesables, que la muerte de uno de ellos no permite realizar más.
La obsesión solamente se instala, porque la receptividad del paciente, lo envuelve en mallas constrictoras. Cualquier tentativa de tratamiento, deberá iniciarse con el conocimiento de las razones que desencadenaron el acontecimiento infeliz. No hay razón para que alguien imponga su voluntad sobre la de otra, y especialmente en lo que respecta a las ingratas obsesiones, así como tampoco a nadie se le ha dado el derecho de afligir a su prójimo sin incurrir en la auto punición, de cara a las soberanas leyes que se establecen en la vida de todos.
La imprudencia y las pasiones que predominan en la naturaleza humana, lo llevan a desviarse en el cumplimiento de sus deberes, transformándose en insensato enemigo de su compañero de jornada, quien entonces, sufre la crueldad o persecución sistemática, afligiéndolo, y generándole situaciones embarazosas mediante las cuales se siente feliz…
Esa conducta nefasta, que muchas veces pasa inadvertida para la víctima, luego de su desencarnación pasa a entender lo que le ocurrió, y mediante procesos de sintonía y afinidad, se vincula a su verdugo, y al no poseer valores ético-morales para comprender el perdón, toma la maza de la justicia en sus manos y se cree con el derecho de desquitarse de aquel que tanto daño le hizo. Si tuviese otro conocimiento de la vida, de sus leyes y de la Justicia Divina, que jamás engaña o desvía, y se apoyara en el olvido del mal para tornarse feliz, se liberaría mentalmente de quien lo ha atormentado y ha sido responsable por su desdicha.
Sin embargo, la inferioridad moral de la víctima, cualidad peculiar en la mayoría de los temperamentos humanos, impone la venganza como el mejor mecanismo para cobrar el mal que padeció, tornándose, a su vez, en perseguidor, cuando podría continuar siendo creadora del respeto, en su condición de acreedor compasivo. Siendo así, la práctica del exorcismo resulta inútil, particularmente en lo atinente a los llamados gestos sacramentales y las palabras cabalísticas, que producen risa en los Espíritus perseguidores, más aún cuando los Espíritus burlones, se complacen acompañando al ridículo de aquellos que pretenden expulsarlos con comportamientos extraños, sin ningún requisito moral que los acredite en la terapéutica curativa.
Cuando ocurren resultados positivos en el tratamiento de la obsesión por medio de ese recurso, se debe a las cualidades espirituales del terapeuta y no a los rituales extraños que realiza, por cuanto, solamente las energías elevadas, que devienen de una conducta moral y mental, pueden apartar a los Espíritus infelices de aquellos que padecen la imposición penosa. A pesar de eso, para que el proceso curativo se de correctamente, son indispensables la transformación ética del paciente, en sus actividades de beneficencia y de fraternidad y en el compromiso con el amor y la oración, a fin de revestirse de valores elevados que le permitan la sintonía con otras fajas vibratorias, evitando la influencia de nuevas perturbaciones.
Es por eso que, en el tratamiento de las obsesiones, el diálogo con el enfermo espiritual se torna esencial, a fin de esclarecerlo en cuanto al mal que ejecuta, cuando podría ser feliz liberando a su opositor y entregarlo a su propia conciencia y a la Conciencia Divina. Prosiguiendo en la obstinación de hacer el mal a quien lo perjudicó, permanece sufriendo, afligiéndose sin cesar, cuando tiene el derecho de disfrutar de paz y renovación, ya que todos nos dirigimos hacia la felicidad a la que estamos destinados.
El proceso de iluminación interior es la meta fundamental de todas las experiencias espirituales, por proporcionar direccionamiento saludable y equilibrado a quien experimenta el infortunio, resbalando por las rampas del odio y de las pasiones más primitivas.
Cuando Jesús, exhortaba a los Espíritus inmundos y a la Legión a que abandonasen a aquellos a quienes atormentaban, había en el Maestro la energía liberadora que interrumpía el flujo de la obsesión. Además, el Señor sabia cuando terminaba la deuda del antiguo verdugo, liberándolo del dolor. A su vez, las Entidades infelices lo veían aureolado de luz y se conmovían ante su irradiación, alterando su conducta y descubriendo la necesidad de cambio en su comportamiento.
A través de los tiempos, algunos seguidores de la doctrina cristiana,
enfrentando a los Espíritus enfermos y vengativos, intentaron repetir las hazañas
del Nazareno, muy distantes sin embargo, de las cualidades vibratorias
indispensables para el acometimiento superior, fracasando de inmediato en sus
objetivos. Y cuando eso acontecía sin poseer resistencias psíquicas propias, se
irritaban, pasando a exigencias descabelladas, cuando no se entregaban a
griterías y pugnas verbales injustificables con los obsesores, que se
fortalecían en dichos combates.
Con el conocimiento del Espiritismo, gracias a las seguras informaciones
ofrecidas por los mismos desencarnados, se pueden descubrir las saludables
terapias para atender las obsesiones y sus víctimas, atendiendo no sólo al
encarnado, sino también al hermano que sufre más allá de la cortina carnal,
quien sufre la influencia perversa y continua, experimentando sinsabores y
amarguras.
La criatura humana, sedienta siempre de novedades, y sufriendo las
consecuencias de su conducta arbitraria, resbala en los profundos fosos de las
obsesiones, pero deseando recibir ayuda sin el menor esfuerzo, se adhiere a los
procesos de exorcismo, en escenas grotescas de debates entre los presuntuosos
terapeutas y los Espíritus, provocando admiración y creciente fascinación.
Sucede que, en muchos casos, aquellos que aturden a los negligentes, a fin de
volver a la carga posteriormente, fingen estar arrepentidos del mal que están
practicando, y abandonan a su compañero espiritual, sólo por algún tiempo,
volviendo después con mayor carga de aflicción y rebeldía.
En cualquier situación de enfermedad espiritual, las conductas terapéuticas a
adoptar son la compasión y la caridad, el amor y el perdón en relación a la
víctima, así como a su perseguidor, ambos incursos en los soberanos códigos de
la Vida de los cuales ninguno consigue huir.
Espíritu: Manoel Philomeno de Miranda
Médium: Divado Franco
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EL SER INTER EXISTENTE
¡El médium es un ser inter existente.... !
Para explicar este concepto, yo voy a contar una historia:
En cierta ocasión Chico Xavier nos comentó que un día en el que estaba él psicografiando una carta para unos padres, en el Grupo Espírita de la Prece, en Uberaba. en determinado momento de la reunión Emmanuel se presentó y comenzó a tener conversación mental con él, en paralelo a la psicografía, sin dejar de escribir, y le dijo:
. Chico, ahora nosotros estamos precisando su presencia aquí, en el mundo espiritual. Entonces Chico mentalmente le respondió:
¿Pero cómo?, estoy en la tarea de la psicografía, a lo que Emmanuel le dijo:
- No hay problema Chico; usted va a continuar psicografiando. Mire, deje que le explique :
- Es que aquí en el Grupo Espírita de la Prece, del Mundo Espiritual, hay una madre desesperada, que se cree viva; que está solicitando la carta de un hijo también desencarnado, pero el hijo se encuentra domiciliado en una dimensión superior. pero ella solo acepta la comunicación si viene por intermedio de Chico Xavier; entonces usted tiene que venir a este lado de la vida para psicografiar.
Ahí entonces Chico se desdobla, sale de su cuerpo físico y va a psicografiar al Grupo Espírita de la Prece en el Mundo Espiritual. Él nos contó que al llegar al Grupo Espírita de la Prece espiritual, percibió que era mucho más grande que el de la Tierra y que había más gente y que quien dirigía los trabajos de la reunión era el profesor Herculano Pires.
Por eso el médium es un ser jnter-existente, porque existe en los lados de la vida al mismo tiempo.
- Dr. Carlos A, Baccelli-
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