INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Nuevo Pentecostés
2.-Prefacio del Espíritu de Verdad en El Evangelio según el Espiritismo
3.- La Conciencia
4.- Trece pasos para desarrollar una personalidad espiritual saludable
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NUEVO PENTECOSTÉS
"... y el gran problema quedaría sin solución, si el Espiritismo no viniese en auxilio de los investigadores, demostrándoles las relaciones que existen entre el cuedrpo y el alma,,," ( El Evangelio según el Espiritismo", Cap. XVII. Sed perfectos)
EL ESPÍRITU DE VERDAD
ALLAN KARDEC
Domingo 13 de marzo del 2022
Queridos amigos, hola buenos días, todos tenemos en nuestro interior la conciencia, ella es un marcador que conforme vamos despertando a la luz, se hace más sonoro. La conciencia es el conocimiento de lo que es bueno y lo que es malo.
La conciencia es un dato positivo, una realidad antropológica y social que nadie puede animarse a negar. Ella influye sobre nuestra vida, sobre nuestro comportamiento en las relaciones humanas y, por eso, se proyecta de una manera innegable en el plano de lo sensible.
Sabemos que la conciencia varia de grados en lo relacionado con su estructura y su coherencia. Y sabemos también cuales son los peligros concretos de una conciencia inmadura, aun no suficientemente definida, y, por tanto, indolente o incoherente, contradictoria, que puede producir catástrofes en el ámbito de su influencia o de su dominio.
Las variaciones de la moral entre los grupos humanos y las mismas civilizaciones devienen más del grado evolutivo de la conciencia dominante en la sociedad que de los factores meso lógicos y sus consecuencias económicas. En el plano religioso, la conciencia es un factor determinante de la realidad religiosa. La conciencia judaica de Saulo de Tarso hizo de él un perseguidor sanguinario de los cristianos primitivos, el lapidador cruel de Esteban. Más, al reaccionar su conciencia ante los principios cristianos, él se transformó en el Apóstol de los Gentiles y en el mayor propagador del Cristianismo.
Las exigencias de la conciencia son siempre las mismas en todos los hombres. Las variaciones de grados y de coherencia son consecuencia del proceso de maduración y de las condiciones del medio y de la educación. La conciencia madura en la proporción en que las experiencias van revelando al Espíritu su ansia latente de trascendencia. La voluntad de poder -de Nietzsche-, es el primer impulso que lleva al hombre, todavía en la selva, a querer sobrepujar a los demás, elevándose por encima de las condiciones generales del medio. Ese impulso se prolongará en el proceso evolutivo. El hombre se envanece de su capacidad de subyugar a su prójimo, de mandar, de imponer miedo, respeto, sometiéndolo todo a su voluntad. Su conciencia se abre en el plano individual, más, encerrándose en si misma. Es el reconocimiento de su poder que, naturalmente, lo embriaga y lo conduce hacia excesos peligrosos. Pero en la proporción en que las ligaciones del clan se desarrollan, el parentesco, la simpatía y las afinidades se manifiestan, la embriaguez del poder va siendo atenuada, contenida por el influjo de los límites inevitables. Luego, el agotamiento progresivo de las fuerzas físicas y el peligro a las enfermedades, a la competición con iguales o más fuertes que él, y, por fin, a la certeza de la muerte irán abatiendo su arrogancia. En las reencarnaciones sucesivas esas experiencias se renuevan, pero el impulso de trascendencia se acentúa, llevándolo a procurar otros medios de superación: El poder social, la hipocresía, la estrategia de las posesiones materiales y de las posiciones de mando. Sólo lentamente, durante el transcurso del tiempo, aprisionado por las reacciones que lo enredan en situaciones difíciles, muchas veces torturantes, nuestra conciencia comienza a abrirse hacia el respeto de los derechos de los demás. La interacción social, en la reciprocidad de las obligaciones y de las necesidades, en la transformación de los instintos en sentimientos, irá poco a poco despertándonos hacia nuevas dimensiones de consciencia.
La manera de conseguir actuar correctamente, es, pues, educar nuestra razón en los principios de la moral cristiana para que no valoremos incorrectamente sobre la bondad o maldad de las cosas y de las acciones.
La conciencia moral se adquiere. La tomamos del entorno en el que nos hemos desarrollado. los valores dominantes en los grupos sociales que nos movemos afectan nuestro modo de ver las cosas y las acciones. A lo largo de nuestra vida, vamos desarrollando y variando la conciencia, aunque lo fundamental de la misma se adquiere en la infancia y adolescencia.
El discernimiento moral no es posible sin un corazón convertido que busca ante todo y sobre todo el bien.
La conciencia es una realidad inseparable de la persona, pues afecta a toda la realidad humana; tiene que ver con los criterios, las sensibilidades, las implicaciones y las decisiones.
La formación de la conciencia moral tiene como meta la formación de personas autónomas que, al tiempo, sean profundamente solidarias. Esto supone una educación moral para lo positivo y desde lo positivo que parte de la confianza en el niño y el adolescente para que se sienten incondicionalmente queridos y aceptados.
Amigos os deseo una linda jornada con mucho amor y cariño de Merchita
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TRECE PASOS PARA DESARROLLAR UNA PERSONALIDAD ESPIRITUAL SALUDABLE
1. Decida, firmemente, traer a la conciencia el mayor número posible de los aspectos oscuros de su personalidad que se relacionen a las varias dimensiones de la Vida;
2. Sepa aceptar el dolor y el desconsuelo material, buscando los medios de revertir las situaciones adversas;
3. Renuncie al perfeccionismo y a las exigencias de la vanidad frívola;
4. Desarrolle una personalidad agradable y generosa, aunque le falten recursos materiales;
5. Comprenda su singularidad, aceptando sus limitaciones y respetando a los demás como son;
6. Elimine los disgustos familiares, acercándose a aquellos que todavía no lo entienden;
7. Reconozca su yo externo, su personalidad, como agente de su desarrollo personal;
8. Identifíquese con su esencia divina, aproximándose de la espiritualidad;
9. Confíe para alguien los aspectos visibles de su sombra, solicitando la luz en aquellos no percibidos;
10. Aprenda a perdonar sinceramente, comprendiendo los actos humanos, los cuales también usted podría haber cometido;
11. Asuma total responsabilidad por todas sus acciones y las consecuencias que sobrevengan;
12. Evite escapar del mundo y de sus complejas relaciones, asumiendo su identidad social;
13. Use siempre su creatividad como instrumento de crecimiento personal.
Por Adenáuer Novaes. Publicado en su libro “Felicidad sin culpa”.
( Tomado de Zona Espírita )
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