jueves, 17 de julio de 2025

Devolver bien por mal

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-Ûn extracto de mis conceptos doctrinarios

2.- Firmeza en el ideal

3.- El verdadero recogimiento

4.- Devolver bien por mal

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  UN EXTRACTO DE MIS CONCEPTOS DOCTRINARIOS

Queridos amigos, hola buenos días, repasando un poco todos nuestros conocimientos, llegamos a la conclusión de que el Espiritismo es la doctrina más apropiada  para la mente moderna, porque no contiene adornos inútiles, complejidades  doctrinarias, “tabúes” religiosos. Sus enseñanzas son simples  y directas, no cansan, y les permite a sus discípulos  utilizar su tiempo en la búsqueda de la Verdad. Sus fundamentos doctrinarios  se basan en la creencia en Dios, la Reencarnación  y la Ley del Karma, estos procesos, señalan el camino del perfeccionamiento del espíritu inmortal.

La mediúmnidad nunca debe encararse como un motivo de entretenimiento o una especie de literatura atrayente, ni tampoco debe estar enclavada en los cánones académicos de nuestro mundo.

Antiguamente  el intercambio con los espíritus desencarnados, solo era permitido a unos pocos adeptos, entrenados en las iniciaciones secretas.  Con el advenimiento del Espiritismo  se abrieron las puertas  de los templos secretos, con la divulgación de la Ley del Karma y la Reencarnación, demostraron a los hombres su responsabilidad  personal en la cosecha de los frutos, buenos o malos, según sembraron.  Eliminó la idea del Cielo y el Infierno, aclarando al hombre que más se salva con las buenas obras, que por la creencia adquirida. Aclaro, que ninguno consigue abolir sus pecados en la hora extrema de la muerte, que el Cielo o el Infierno son estados  inherentes al espíritu, consecuencia  de su mal o buen vivir sobre la tierra. En verdad, el hombre  es el único responsable por su gloria o desdicha.

El hombre en el siglo XX evolucionó por las pruebas iniciáticas que se le presentan a cada instante en  la vida cotidiana, sin necesidad de recogerse en instituciones, conventos o fraternidades iniciáticas. El entrenamiento del Espíritu  debe ejercerse conviviendo  en medio de todo el mundo, a través de los sufrimientos, de los fracasos,  vicisitudes o miserias  que se le presenten, que son lecciones  severas y pedagógicas presentadas por lo Alto, y que lo gradúan  conforme sea su comportamiento. No es necesario que el hombre se aislé del mundo, haciendo una vida completamente contemplativa, para poder alcanzar la sabiduría espiritual, que el mundo ofrece por demás  en el trato cotidiano. El discípulo diligente y disciplinado, trabajando espiritualmente en la vida moderna, se promueve a un nivel superior, si sabe aprovechar  cada minuto de su vida, si es obediente a los postulados espiritas y sumiso a los preceptos  evangélicos de Jesús.

El perfeccionamiento del hombre no se procesa por la adoración de sus ídolos, meditaciones exotéricas,  interpretaciones iniciáticas, reuniones doctrinarias, o cansadas ceremonias.  Lo mejor son las practicas  a la “ luz del día” de forma improvista,  ejercidas con espontaneidad en la vida común.  Ya que mientras realizamos las tareas habituales, hemos de enfrentar  graves problemas,  teniendo que ejercer la paciencia, la bondad, la tolerancia, la humildad, la renuncia y la generosidad.  Y nos duele  la calumnia del vecino malintencionado, el mal trato del patrón, del jefe o  somos explotados  por el mejor de los amigos. El Espiritismo con su doctrina racional y electiva a la mentalidad moderna, nos enseña la mejor compostura  espiritual en los momentos de esas pruebas iniciáticas a la “luz del día”, sin complejidades, misterios o secretos. El Espiritismo es tan simple como la vida misma.

Allan Kardec, fundamento la codificación espirita  en la moral evangélica, pues estaba seguro que los resultados científicos pueden convencer al hombre de su inmortalidad, pero el Evangelio es el único capaz de convertirlo en las condiciones  favorables  para su ascensión. La misión del Espiritismo no consiste solo  en comprobar la vida inmortal, también le cabe consolar al espíritu, dándole luz a su conciencia, para después seguir iluminando al mundo.

El Espiritismo filosófico y científico puede satisfacer la exigencia especulativa del intelecto, pero el Evangelio es el único que ilumina el corazón de los hombres.

El espiritismo popularizó en una forma disciplinada  y bastante fácil para la mente moderna, los conocimientos que anteriormente se elucidaban en la intimidad de los templos fraternistas y velados por una dificultosa terminología iniciática. Pero, también demostró aquello que era superfluo e incoherente, además de complejo para interpretar algunos pasajes, que esas corrientes orientalistas poseían en sus enseñanzas iniciáticas. La codificación espirita  se transformó en una copa de agua cristalina, sin ningún colorante particular que la pueda confundir, perfectamente accesible a la mentalidad occidental y adversa a los adornos y supersticiones, muy del agrado oriental.

Allan Kardec adoptó el método lógico para sus experimentaciones y su doctrina brotó directamente de la observación de los hechos. El codificador  no aceptó  ninguna afirmación que no fuera la propia, para definir positivamente sus principios doctrinarios. Un dogma que rechazo es el de la teoría de la “metempsicosis” que los egipcios  e hindúes admitían, Allan Kardec rechazó ese postulado,  explicando que el espíritu no retrograda, , como tampoco admitió  la concepción reencarnacionista  del Brahmanismo, con su orgullosa división de castas aristocráticas y sacerdotales. Kardec, solo aceptaba las enseñanzas o postulados después de someterlos  a la unánime  y rectora opinión de los espíritus, que estaban al servicio de la doctrina.

Estudiemos la codificación, adentrémonos en ese infinito, patrimonio espiritual, a través del cual nuestro espíritu puede evolucionar,  y así podremos alcanzar las alturas por el real conocimiento de todas las cosas. 
- Merchita -
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Firmeza en el ideal

Permanecer  en los ideales superiores es muy difícil para la persona de bien, porque cuando termina una etapa de su vida aparece otra, cuando supera una dificultad le surge otra.

Y cada suceso es un aprendizaje a conquistar para que, con esa experiencia, enfrente la siguiente, que es más fuerte que la anterior.

Y lo que en un momento le pareció imposible, pero lo supero producto de su actitud de trabajo honesto y valiente, ahora lo capacita para enfrentar situaciones más complejas que las vencerá equilibrando la moral y la experiencia, sin ello las dificultades se multiplicaran.

Si se multiplican tus problemas no podrás trabajar bien, las necesidades son grandes y los servidores del bien son escasos.

Notas en todo lugar el sufrimiento y desesperación, alucinaciones y amargura que debes ayudar a superar en favor de todos.

Si no te aceptan, ten calma y prosigue, si te pagan con ingratitud, apiádate de ellos y prosigue.

Recuerda que los exitosos en el arte o deporte, trabajaron y renunciaron mucho, antes de obtener su premio a pesar de no siempre conseguir sus deseos.

Olvida tropiezos, dificultades y a quienes no estuvieron a tu lado.

Recuerda que el imperio romano, desdeñando a Jesús, desapareció, los fariseos sucumbieron y su recuerdo es negativo.

Desapareció el concilio de Constanza, que llevo a la hoguera a Juan Huss, como el obispo que condujo a Juana de Arco al martirio.

Quienes intentaron impedir el progreso de la ciencia, filosofía y artes están en la sepultura y la humanidad sigue progresando.

Hay días de sombras y perturbaciones, incluso para los servidores del bien, pero solo son el amanecer de tiempos dichosos que anuncian la luz y paz.

Afírmate en los ideales de la belleza y amor olvidándote de la moda en boga, asume la actitud de fe y ora frente a conflictos, sigue adelante sin temor con la seguridad de que conseguirás la victoria incuestionable.

 (Adaptación)

  Divaldo Pereira Franco

Por el espirita  Juana de  Angelis

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EL VERDADERO RECOGIMIENTO


     Si pudieseis ver el recogimiento de los Espíritus de todos los órdenes que asisten a vuestras sesiones, durante la lectura de vuestras oraciones, no solo quedaríais tocados, sino avergonzados de ver que vuestro recogimiento, que apenas califico de silencio, está muy lejos de aproximarse al de los Espíritus, un buen número de los cuales os son inferiores. Lo que llamais vosotros recogimiento durante la lectura de vuestras bellas preces, es observar un silencio que nadie perturba; pero si vuestros labios no se mueven, si vuestro cuerpo está inmóvil, vuestro Espíritu vaga y deja de lado las sublimes palabras que deberíais pronunciar desde lo más profundo de vuestro corazón, a ellas asimilando por el pensamiento.
Vuestra materia observa silencio; cierto, decir lo contrario sería injuriaros; pero vuestro Espíritu charlatán no lo observa y perturba en ese instante, por vuestros pensamientos diversos, el recogimiento de los Espíritus que os rodean. ¡ Ah, si os vieseis posternados ante el Eterno, pidiendo la realización de cada una de las palabras que leeis, vuestra alma quedaría conmovida y lamentando su poca atención  pasada; daría una vuelta sobre sí misma y pediría a Dios, de todo corazón, la realización de esas mismas palabras que solo pronunciaba con los labios. Pediríais a los Espíritus que os volviesen dóciles a sus consejos. Y yo, el Espíritu que os habla, después de la lectura de vuestras preces y de las palabras que acabo de repetir, podría señalar más de uno que de aquí saldrá muy poco dócil a los consejos que acabo de dar y con sentimientos muy poco caritativos para con el pròjimo.
    Sin duda soy un poco duro; pero creo no serlo para con aquellos que lo merecen y cuyos pensamientos más secretos no pueden ser escondidos a los Espíritus. NO me dirijo pues, a los que aquí vienen pensando en cualquier otra cosa sino en las lecciones que aquí deben buscar y en los sentimientos que aquí deben traer. Pero los que oran desde el fondo del alma, orarán también después de la lectura de mi comunicación, por aquellos que vienen aquí y de aquí se van sin haber orado.
     Sea como fuere, pido a los que tuvieran la bondad de escucharme, que continúen poniendo en práctica las enseñanzas y los consejos de los Espíritus; a esto los invito en su interés, pues no saben todo cuanto pueden perder no haciéndolo.
(Espíritu de Courson – Revista Espírita de 1868).

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            DEVOLVER BIEN POR MAL

"SI ALGUNO TE GOLPEA EN LA MEJILLA DERECHA

OFRÉCELE TAMBIÉN LA OTRA"

7. Habéis aprendido que fue dicho: ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo que no os resistáis al mal que os quieran hacer; mas, si alguno os golpea en la mejilla derecha, ofrecedle también la izquierda; y si alguno quiere pelear con vosotros para tomar vuestra túnica, dejadle también la capa; y si alguno os obligare a marchar mil pasos con él, haced aun dos mil. Dad al que os pidiere y no rechacéis al que los quiere pedir prestado                  ( Evangelio de San Mateo )    

Al iniciar este pasaje evangélico lo primero que me viene a la mente es la famosa frase de Gandhi: “ Ojo por ojo, y todos acabaremos ciegos”. O sea, que la venganza del ojo por ojo, no solo no soluciona nada, sino que empeora más aún las situaciones desarmonicas  creadas entre ofensores y ofendidos.

 Y es que es cierto que la venganza solo genera más venganza y más odio, lo cual es acceder a una espiral de horror  del que después cuesta mucho salir.

     Parece como si  por este pasaje  Jesús nos estuviese indicando que debemos dejarnos matar o avasallar sin poner en acción el derecho natural de la autodefensa o a  la autoprotección de la vida propia o la de otros a quienes tenemos obligación de  defender en un momento dado. Creo que Jesús más bien indicaba la necesidad de ser tolerantes y de estar dispuestos a perdonar siempre y a tolerar cualquier abuso hasta los límites de lo tolerable, estando dispuestos siempre a dar una nueva oportunidad a quien pretende ser nuestro enemigo o a querer dañarnos n algún modo. En cualquier caso, es un acto de caridad el  tratar de defenderse de las agresiones y abusos , sin herir , o hiriendo lo menos posible al ofensor. No olvidemos que tenemos el derecho y la obligación moral de defendernos y protegernos,  así como de defender y proteger a los desvalidos que estén a merced  de los abusos o de la fuerza de otros.

    En la autodefensa se debe tratar de guardar el equilibrio y la proporción, de modo que si el  hecho de defendernos puede ocasionar algún  daño al ofensor, que este daño sea el  menor posible, pues tengamos en cuenta que un mal no quita  otro mal, como un fuego no apaga otro fuego, ni lo puede justificar sino en raros casos.

     Jesús no prohibió la defensa, sino que condenó la venganza posterior que nos lleva al horror del odio y hasta de la violencia a cambio del placer efímero que puede ocasionar esa venganza, pero que al final desaparece y deja solamente un gran vacío.

     A veces la venganza se puede confundir con la justicia, de modo que mientras que la venganza es siempre un acto de revancha posterior en el que se busca un perjuicio o daño al rival o enemigo para compensar otro daño recibido de él, la justicia supone el equilibrio del alma ante un acto en el que el perdón y la magnanimidad pueden ser el auténtico gran premio de la experiencia que se puede lograr de ese acto de generosidad que es capaz de devolver bien por mal. 

    Aunque es muy humano en nuestro nivel evolutivo, el ansia de venganza tras recibir un mal o una ofensa, cuando el nivel espiritual del ofendido o de la víctima, o bien cuando se posee el conocimiento espiritual correcto, bien sabemos que existe siempre por encima de los humanos, la Justicia Divina, y esta nunca deja de actuar a través de la Ley de Causa y Efecto. No significa esto que en el fondo nos debamos alegrar porque nos sabemos “vengados” por esa justicia divina, pues a pesar de conocer de su existencia, no olvidemos que Dios es infinitamente bueno, y que ama a todos sus hijos por igual, de modo que Su justicia siempre va encaminada a corregirnos y encauzarnos por el camino del bien, y nunca supone un castigo sin otro fin que el del castigo en sí. Dios es Fuente y Origen de todo bien, por tanto ningún mal procede de Él, sino de nuestros propios errores.

Deducimos aquí que para ser capaces de devolver bien por mal, antes es absolutamente necesario el haber perdonado de corazón, de modo que el instinto de devolver mal por mal quede superado previamente.  Realmente a veces hay que ser interiormente mucho más fuertes para poder aguantar y perdonar una ofensa sin sentimientos de  rencor, que para responder con la misma moneda al ofensor. Podemos creer a veces que en realidad no seríamos capaces de perdonar, que es lo que viene a significar lo de poner la otra mejilla, y en realidad el  alma no preparada para realizar este acto de valor moral que es el perdón, no lo puede lograr plenamente de un día para otro, pero sin embargo sí podemos todos comenzar por el propósito de perdonar totalmente, sin rencores, venganzas ni resentimientos a pesar del dolor recibido, o de poner la otra mejilla al ofensor, lo cual significa  lo mismo. En la medida que lo vayamos logrando en pequeñas cosas notaremos que vamos estando más fuertes, maduros y capaces para lograr el perdón de las ofensas  ante cuestiones más graves, lo cual ya es un verdadero progreso en el camino evolutivo de nuestro espíritu, que es la conquista de  un  mayor grado de perfección espiritual y por tanto el camino hacia la auténtica felicidad.

-          José  Luis Martín -

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