INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-Soberbia
2.-¿ Por qué nos habrá creado Dios ?
3- Suicidio
4- Buenos sentimientos
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SOBERBIA
Todos los vicios son malos, pero es la soberbia el más temible, porque siembra tras de sí todos los demás vicios. Cuando penetra en el alma se adueña de ella, se acomoda a su gusto y se fortifica en ella hasta el punto de hacerse inexpugnable. Ella es la hiedra monstruosa siempre preñada y cuyos vástagos son monstruosos como ella. Todo el que se deja inundar por ella es un desgraciado porque no podrá liberarse de ella sino a costa de terribles luchas a consecuencia de sufrimientos dolorosos, de existencias oscuras, de todo un porvenir de envilecimiento y de humillación, pues es el único remedio para los males que engendra la soberbia, -este vicio constituye el azote más grande de la humanidad. De la soberbia proceden todos los desgarramientos de la vida social, las rivalidades de clases y de pueblos, las intrigas, el odio y la guerra. Inspirador de locas ambiciones, ha cubierto la tierra de sangre y de ruinas, y es también la soberbia quien causa nuestros sufrimientos de ultratumba, pues sus efectos se extienden hasta más allá de la tumba.
No solo nos desvía la soberbia del amor a nuestros semejantes, sino que hace imposible todo mejoramiento, abusando de nuestro valor y cegándonos con nuestros defectos. Solo un examen riguroso de nuestros actos y de nuestros pensamientos nos permite reformarnos, Y el soberbio es el que menos puede reconocerse. Engreído en su persona, nada puede desengañarle, pues aparta con cuidado todo aquello que puede esclarecerle; odia la contradicción, y solo se complace en la sociedad de los halagadores. Corrompe las obras más meritorias. A veces, incluso las torna perjudiciales para quienes las realizan.
Eñ bien, realizado con ostentación, con un secreto deseo de ser aplaudido y glorificado, se vuelve contra su autor. En la vida espirituial, las intenciones, los móviles ocultos que nos inspiran a hacer las cosas reaparecen como testigos, abruman al soberbio y reducen a la nada sus méritos ilusorios. La soberbia nos oculta toda la verdad. Para estudiar con fruto el Universo y sus leyes, se necesita, ante todo, la sencillez, la sinceridad, la rectitud de corazón , y de la inteligencia, virtudes estas desconocidas para el soberbio.
El hombre sencillo, humilde de corazón, rico en cualidades morales, llegará más `pronto a la verdad, a pesar de la inferioridad posible de sus facultades, que el presuntuoso, vano de ciencia terrestre u sublevado contra la ley que le rebaja y destruye su prestigio. La enseñanza de los Espíritus nos pone de manifiesto, bajo su verdadera luz, la situación de los soberbios en la vida de ultratumba, Los humildes y los débiles de este mundo se encuentran allí más elevados; los vanidosos y los poderosos, empequeñecidos y humillados.
Los unos llevan consigo lo que constituye la verdadera superioridad: las virtudes, las cualidades adquiridas con el sufrimiento; en tanto que los otros han de abandonar a la hora de la muerte títulos, fortuna y vano saber. Todo lo que constituye su gloria y su felicidad se desvanece como el humo. Llegan a los espacios pobres, despojados; y esa súbita desnudez, contrastando con su pasado esplendor, aviva sus preocupaciones y sus grandes pesares. Con una profunda amargura, ven por encima de ellos, en la luz, a aquellos a quienes desdeñaron y despreciaron en la Tierra.
La soberbia, la ávida ambición, no puede atenuarse y extinguirse sino mediante vidas atormentadas; vidas de trabajo y renuncia, durante el transcurso de las cuales el alma soberbia en sí misma, reconoce su debilidad y se abre a mejores sentimientos. En las horas de peligro, todas las distinciones sociales, los títulos y las ventajas de la fortuna se miden en su justo valor. Todos somos iguales ante el peligro, el sufrimiento y la muerte. Solo su valor moral los distinguirá. El más grande en la Tierra puede convertirse en uno de los últimos en el espacio, y el mendigo puede vestir un traje resplandeciente. No tengamos la vanidad de los favores y de las ventajas pasajeras. Nada sabemos de lo que nos reserva el mañana.
- León Denis-
( Extraído del libro " Después de la muerte ")
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¿ POR QUÉ NOS HABRÁ CREADO DIOS ?
En alguna ocasión, alguien me hizo tal pregunta.... incluso, yo mismo, en el fondo de mi alma, también me la hice alguna vez... La cuestión es que existimos, y si existimos, ¿Por qué?, ¿ Para qué?, ¿ Qué sentido tiene nuestra existencia ?...
Eso es algo que tal vez algún día lo
sepamos más claro o quizás se lo podamos preguntar a Dios directamente, pero
por el momento podríamos pensar que el motivo tal vez haya podido ser por la
dinámica de Su propia Esencia: Dios es una vibración permanente e infinita de Amor, o por mejor
dicho, una vibración infinita de Amor que necesita reflejarse en las criaturas creadas de Su
propia Esencia.
Siendo Amor –Energía, se comprende que esta es expansiva
y dinámica, por lo que no podría permanecer estática y
sin actividad creadora; una actividad permanente en la creación de mundos y de seres proyectando Su Amor en todo lo creado, por lo que por su propia dinámica existencial, se
realiza y se mantiene a Sí mismo cuando se irradia y
expande por todo el Universo infinito, y en otros Seres que para existir hemos tenido que ser creados
por Él. Esa Mente Infinita que llamamos Dios, condensó las energías cósmicas, creando así la
materia y los espíritus que pueblan todo el cosmos, a través de un mecanismo
evolutivo y repetitivo como lo es la reencarnación del espíritu, mediante la que adquiere
las experiencias necesarias para ir perfeccionándonos como Espíritus que somos, en contacto con
la materia.
Podemos pensar que siendo criaturas
suyas que existimos por Su Amor, nuestro objetivo existencial es el de
que aprendamos algún día a
ser plenamente felices hasta un grado supremo e inimaginable,
sintonizando con Dios y colaborando con Él en su grandiosa e incesante obra de la
Creación, dejándonos el mérito de nuestro necesario
esfuerzo para la conquista de la infinita felicidad.
Normalmente no podemos
contestar plenamente a esta pregunta porque estamos casi
infinitamente lejos de comprender lo qué es Dios en lo más profundo de Su Esencia,
pero sin embargo mi incipiente intuición humana en su
limitada capacidad me dice que esa Fuente de Perfección,
Amor y Felicidad infinitas, ha querido por alguna razón reflejar y compartir
sus atribuciones con sus criaturas, existentes por Su Amor y Su Voluntad, los
Seres humanos, en principio creados sencillos e ignorantes, pero
perfectibles en sí mismos, sometidos al engranaje del mecanismo
evolutivo y de otras Leyes que lo complementan y guían
hacia la meta de una relativa Perfección, además de una absoluta Felicidad, siendo Dios mismo
nuestra meta infinita y Absoluta. Este es el Gran
Misterio de Su Esencia, incomprensible aún para
nuestras limitadísimas mentes.
En síntesis, podríamos pensar que
Dios nos ha hecho existir para amar y para ser amados, o sea para mantener
dinámica la Esencia de Dios mismo, que es el Amor, vibración pura y sublime que
irradia todo el Universo. No somos Dios, sino Seres creados por Él y que estamos llamados a ser
como espejos que Lo reflejen, para lo cual es necesario que nos vayamos limpiando de las
suciedades espirituales que enturbien la verdadera imagen que debemos llegar a
mostrar del Gran Ser de Amor que hizo nuestra Esencia individual, a imagen y semejanza de
la Suya.
- José Luis Martín-
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Dr. Wilson Ayub Lopes
BUENOS SENTIMIENTOS
La grandísima mayoría de las personas que carecen de buenos sentimientos, es más bien por la ignorancia de las ventajas que éstos ofrecen; ventajas espirituales y humanas, que su egoísmo les impide ver. No viven la realidad de la vida, sino una deformación, y a consecuencia de esto, no pueden alcanzar esos estados de paz y dicha íntima por estar en constante desarmonía.
Mantengámonos en armonía. Tened presente que, la vida debe ser una constante conquista. Y para ello, necesario es vigilar y controlar los pensamientos y sentimientos. La mayoría de las personas que viven de amarguras, ellas mismas son quienes, inconsciente e involuntariamente con pensamientos negativos de temor, recuerdos desagradables, actitud pesimista, etc.; así como malquerencias, rencores, envidias, celos, resabios, etc.; amargan su vida tontamente; por lo que es completamente indispensable expulsar de la mente toda clase de pensamientos y sentimientos negativos, sustituyéndolos por los correspondientes positivos.
Por consiguiente, debemos mantener vigilancia sobre nuestro pensamiento y sentimiento, porque ellos nos llevan a las actuaciones, y porque van conformando nuestra vida humana de dicha o desdicha. Los sentimientos de amor, de bondad y comprensión, son los que debemos cultivar, son a los que debemos dar preferencia en nuestra vida diaria, ya que el Amor es generador de armonía y la armonía es indispensable para una vida más feliz. Y solo cuando estemos armónicos podremos sentir en nosotros ese estado de dicha inefable; indicación de que estamos en sintonía con la vibración de AMOR que emana de la DIVINIDAD, transcendente en el Universo todo.
Y a medida que vayamos desarrollando este sentimiento en nosotros, nuestro egoísmo ancestral, que es el causante de nuestras desventuras, irá perdiendo fuerza, debilitándose, a la vez que la desarmonía psíquica que hace la vida amarga; para dar cabida a la armonía que es connatural con el AMOR y generadora de felicidad. Esto no es una mística ni una ilusión, es una realidad práctica. Despertar vuestro YO superior y lo comprobaréis.
Y para concluir, debo llevar a vuestro conocimiento que, los sentimientos y pensamientos modifican la configuración del alma humana; la embellecen o afean.
Así como los sentimientos y la práctica del Amor (en sus diversas manifestaciones) embellecen el alma humana, la utilizan y capacitan para poder ascender a las moradas de felicidad, plano de dicha al pasar el umbral del Más Allá; los sentimientos negativos de egoísmo, odio, envidia, rencor, orgullo, etc., etc., la afean y hasta deforman. Y al desencarnar arrastrarán esa alma a zonas tenebrosas de sufrimientos o abismos de desesperación. Es por ello que, por vuestro propio bien os digo: no deis cabida en vosotros a sentimientos y pensamientos negativos, malsanos; porque os arrastrarán a moradas de dolor al pasar al Más Allá. Alimentar sentimientos de amor y pensamientos elevados, constructivos, que son fuerzas armonizadoras y actuarán en vuestro favor y para vuestro bien.
Sebastián de Arauco.
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