martes, 9 de agosto de 2022

Visión médico-Espírita del Aborto

    INQUIETUDES

1,. Visión médico-Espírita del Aborto

2.-Obsesión, flagelo social

3.-Hacer Caridad

4.-Suicidio


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   LA VISIÓN MÉDICO-ESPIRITA DEL                                         ABORTO

                                    


por Erika Silveira

Debido a la complejidad del tema del aborto, es fundamental combinar un enfoque científico y espiritual. Para ello, entrevistamos al Dr. Marlene Nobre, ginecóloga, presidenta del Grupo Espírita Cairbar Schutel y de la AME (Asociación Médica Espírita) en Brasil e internacionalmente. También es autora de los libros: Lecciones de sabiduría, La obsesión y sus máscaras, Nuestra vida en el más allá, El alma de la materia y El clamor de la vida. Este último fue escrito con el propósito de resaltar los argumentos científicos contra el aborto y ofrecer al público la comprensión de que la vida se extiende más allá de la formación de un feto.



¿Cómo ves la medicina aliada a la espiritualidad y el

 tema del aborto?

Como es lógico, los fundamentos de la medicina espiritual son los mismos que el espiritismo, por ello, la pregunta 358 de El Libro de los Espíritus aclara la cuestión del aborto: es un crimen contra la vida.

Este fue uno de los temas tratados en MEDINESP 2003, incluyendo una carta publicada. ¿Qué decía esa carta?

La Carta de São Paulo expresa los compromisos bioéticos de los miembros de las Asociaciones Médico-Espíritas de Brasil y fue elaborada por los participantes de la Asamblea General, realizada durante MEDINESP. Entre los diversos compromisos que se han establecido, los médicos de la AME se comprometen a luchar en el terreno contra la eutanasia y el aborto, así como contra la administración de la llamada “Pildora del día después”, que es abortiva. Por ejemplo, cuando está obligado a prescribir la "píldora del día siguiente", en las clínicas públicas, el médico espírita no hace uso para ello de un derecho legítimo, reconocido por el Código de Ética Médica, que debe ser fiel a su propia conciencia. Del mismo modo, el anestesiólogo espírita hace uso de este mismo derecho para no participar en los equipos de aborto legal que ya existen en algunos hospitales del país.

¿Existen campañas contra el aborto promovidas por la AME?

AME-Paraná, bajo la fraterna e idealista presidencia del Dr. Laércio Furlan, tiene una campaña permanente: ¡Vida, sí! Mientras tanto, todos los miembros están involucrados y el objetivo es, principalmente, el esclarecimiento de adolescentes y jóvenes, y el apoyo a la mujer embarazada para llevar el embarazo hasta el final y el asesoramiento está siempre disponible, basado en la fraternidad. AME-São Paulo participó activamente en la campaña contra el aborto, que afortunadamente no se concretó. En definitiva, todas las AME están comprometidas con esta lucha, que tiene sus propias características en cada estado.


¿Qué países están más preocupados por el aborto y qué países tienen el mayor número de abortos?

Hay muy pocos países en el mundo donde el aborto no es legal. Estados Unidos y Rusia tienen el mayor número de abortos en el mundo.

En relación a Brasil, ¿hay estadísticas sobre abortos cometidos?

Ninguna estadística brasileña, en este sentido, es confiable. Lo que se está haciendo aquí en Brasil es manipular esos números dudosos para legalizar el aborto, alegando que las mujeres tienen derecho a hacerlo en condiciones técnicas adecuadas. Quienes hacen esto quieren que el Estado esté bien equipado para institucionalizar la pena de muerte para los inocentes.

Explicar en términos generales cuáles son las consecuencias del aborto.

El aborto tiene consecuencias orgánicas, psicológicas y espirituales, en esta vida y en la próxima, para la mujer que lo provoca, para la pareja que no soporta la vergüenza y para el equipo de salud que lo realiza. No se puede negar, sin embargo, que las consecuencias son más graves para la mujer, que desde tiempo inmemorial trae en su psiquis el compromiso con los pequeños que necesitan venir al mundo para progresar. Estas consecuencias llevan al nombre a la obsesión, depresión, disfunciones y enfermedades orgánicas del aparato genital, etc.

¿Por qué decidió publicar un libro sobre el aborto?

La lucha contra el aborto está íntimamente ligada a mi convicción como espíritu inmortal y a mi tarea como médico.

Cuando escribí el libro, me confirmaron que tenía toda la razón, cuando me encontré con las estadísticas de uno de los más grandes genetistas del mundo, Steve Jones, hay 90 millones de recién nacidos, por año, en el mundo, contra 60 millones de abortos, en el mismo período, es decir, en cinco años, el número de muertes por aborto es mayor que el número de muertes que ocurrieron en los seis años de la Segunda Guerra Mundial.


¿Qué cubre el libro?

El Grito de la Vida es un libro y un libro de conceptos. Por lo tanto, pretendemos, sobre todo, discutir los fundamentos de la Bioética Espírita. Cuando emitimos, por ejemplo, el concepto y sentido de la vida misma, buscamos arrojar luz sobre lo que es lícito y lo que no es lícito en el acto bioético. Con ello demostramos el valor de la persona humana y el intento subrepticio de quienes quieren reducirla al estado de cosas, con la consiguiente pérdida de su dignidad. Con estos conceptos, fácilmente llegamos a la conclusión de que la vida es algo bueno y que ninguna mujer, ningún hombre, ningún Estado tiene derecho a estar en contra de ella.

En su opinión, si el movimiento espírita debe enfatizar más en el tema del aborto, ¿quiere promover una campaña fuerte y masiva?

Creo que esta campaña fuerte y masiva debe darse cada vez que exista una amenaza real de legalizar el aborto en nuestro país. Aunque no suceda, y esperemos que no suceda, debemos seguir manifestándonos en contra del aborto, como lo hemos hecho en nuestras actividades normales, como necesario, sobre todo, como acción preventiva.

¿Te gustaría dejar un mensaje para reflexionar sobre el tema?

Creemos firmemente que el ser humano eliminará definitivamente del mundo el infanticidio y el aborto, porque la evolución espiritual es inevitable. Bajo los aires benévolos del progreso, el ser humano elevará el estandarte de la conducta moral, a fin de desterrar toda forma de violencia, incluida ésta, que es una de las más crueles -la del aborto- para vivir, en plenitud, el sublime. sentimiento de Amor, en todas las latitudes del Planeta.

(Extraído de Revista Cristiana de Espiritismo, nº 26, páginas 06-11

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         OBSESIÓN: FLAGELO SOCIAL

" Los malos Espíritus pululan en torno a la Tierra como consecuencia de la inferioridad moral de sus habitantes. 

La acción maléfica de esos Espíritus es parte integrante de los flagelos con los que la Humanidad se ve abrazada en este mundo. La obsesión, que es uno de los efectos de semejante acción, así como las enfermedades y todas las tribulaciones de la vida, debe pues, ser considerada como una prueba o expiación, y aceptada como tal".

- Psicografía de Divaldo Pereira Franco

La obsesión, aun en los días actuales, constituye un tormentoso delito social. Está presente en todas partes, incitando al hombre a estudios serios, pero las grandes conquistas modernas no consiguieron aún erradicarla.

Ignorada a propósito por la llamada Ciencia Oficial, prosigue atrapando en sus redes, diariamente, a verdaderas multitudes de incautos que se dejan arrastrar a los profundos abismos sombríos y truhanescos, en los que se  padece irremisiblemente, hasta la desencarnación lamentable, continuando algunas veces, incluso, hasta más allá de la tumba....

Esto sucede porque la muerte continúa triunfando, ignorada, como un punto de interrogación cruel para muchas muertes e incontables corazones.

Las Disciplinas y Doctrinas resultantes de la Psicología Experimental, en sus diversos sectores, prefieren continuar obstinadamente, recogiendo teorías que no corresponden a los resultados de la observación detenida y de constataciones de laboratorio, como si la Inmortalidad solo mereciese una irritada lucha y no una investigación imparcial, capaz de proporcionar esperanzas y consuelos, cuando todo parece conspirar contra su paz y felicidad.

Desde las honestísimas investigaciones del Barón Von de Gundelstubbé en 1855, y las del Profesor Roberto Hare, fidedigno Catedrático de Química, de la Universidad de Pensilvania, en 1856, que llegaron a la conclusión de la realidad del Espíritu preexistente a la cuna y sobreviviente al túmulo, los científicos, conscientes de sus responsabilidades se entregaron con afán a la verificación de la Inmortalidad. Y todos aquellos que se dedicaron a la observación y al estudio, a la experimentación y al fenómeno, concuerdan en la comprobación de la continuidad de la vida después de la muerte...

En los EE.UU se hicieron famosas las experiencias psiquiátricas realizadas por el Dr. Carlos Wickland que, valiéndose de la argumentación espírita, consiguió desobsesar a numerosos pacientes que llegaban, atormentados, a su consultorio.

Simultáneamente, en sus trabajos especializados se valía de una médium clarividente- su propia esposa-, que lo ayudaba en la técnica de la desobsesión. Ante Alcina, incorporada por el Espíritu de Galeno, en plena sesión de la Salpetriere, Charcot respondió a los interesados en el fenómeno que lo interrogaban, que no les convenía adelantarse a la época en que vivían... Les sugirió que no se buscaran razonamientos que  aclararan los resultados de las investigaciones, debiendo contentarse solamente con aquella "observación experimental" que todos habían presenciado.

Tal actitud anticientífica ha sido mantenida por respetables investigadores, ante el temor de la realidad de la vida imperecedera.

Con Allan Kardec, no obstante, tuvieron inicio los elocuentes testimonios de la inmortalidad, de la comunicabilidad de los Espíritus, de la reencarnación y de las obsesiones, correspondiéndole al insigne maestro de Lyón la honrosa tarea de presentar conveniente una terapia para ser aplicada a los obsesados y obsesores.

A partir de la publicación de El Libro de los Médiums, en enero de 1861, en París, se presenta todo un conjunto de normas, con un notable esquema de facultades mediúmnicas y un seguro estudio del Espíritu en sus diversas facetas, concluyendo con el examen de las manifestaciones espíritas de la organización en sociedades y conferencias de los Espíritus Elevados, que trazaron rutas de seguridad para los que ingresasen en la investigación racional de los fenómenos mediúmnicos. A través de esta obra magistral fue presentada la brújula orientadora para el sano ejercicio de la mediumnidad.

Mientras tanto, ante los dolorosos problemas de la obsesión en la actualidad, se tiene la impresión de que hasta el momento no se ha hecho nada para modificar este estado de cosas.

¡ Sin embargo, desde Kardec a nuestros días, cuantas edificantes realizaciones y preciosos estudios, acerca de los médiums, de la mediumnidad, de las obsesiones y de las desobsesiones han sido presentados!

Este capítulo de los problemas psíquicos, el de las obsesiones, ha merecido de los nuevos cristianos el más vivo interés.

A pesar de eso, se mantiene avasalladoramente en carácter epidémico, cual morbo virulento que se esparce por toda la Tierra, hoy más que en cualquier otra época...

La "señal de los tiempos" a que se refieren las Escrituras, preanuncia ese dolor generalizado, la era del Espíritu inmortal. No obstante millones de criaturas duermen el sueño de la indiferencia, entregados a los anestésicos del placer y al opio de la ilusión.

Por todas partes se manifiestan los Espíritus, advirtiendo, esclareciendo y despertando..... Entre tanto, el carro desenfrenado de la juventud corre hacia abismos insondables.

Los hombres alcanzan la madurez, vencidos por los desgastes causados en la época juvenil, y la vejez sin sosiego padece el abandono.

Los elevados índices de criminalidad de todos los matices y las calamidades sociales esparcidas por la Tierra, son sin embargo, alguno de los factores predisponentes y preponderantes para las obsesiones...

Los crímenes ocultos, los desastres de la emoción, los abusos de todo orden de una vida, resurgen después, en otra vida, con carácter coercitivo, obsesivo. Es lo que ocurre hoy, como consecuencia del pasado.

La Doctrina Espírita, sin embargo, posee los antídotos, las terapias especiales, para tan calamitoso mal.

Repitiendo las enseñanzas de Jesús, amplía lecciones y rumbos para los que se aproximan a sus  fuentes vitales.

- Manuel Filomeno de Miranda- ( Fin de la Psicografía)

( Publicado en el libro : "Entretelones de la Obsesión")

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                                                  HACER CARIDAD

Entre las escenas ridículas a que dan lugar la práctica de algunas mediumnidades, existe una que se llama "hacer caridad", y consiste, como saben los espiritistas, en evocar Espíritus en sufrimiento.

Estos vienen destrozando a los médiums con sus violentas contorsiones, su llanto desesperado, sus grandes alaridos, diciendo   que no ven, que no saben lo que les pasa, y el que dirige la sesión trata de calmarlos, y les habla de Dios, y a este nombre, el médium se estremece, el director le enseña a rezar el Padre Nuestro, y el Espíritu se resiste a rezar; pero al fin cede, reza, y enseguida asegura que ya está mejor, que ve la luz; le dicen que vaya tras aquella luz que es un reflejo del Padre, puesto que lo que él ve es la irradiación de su guía, que se eleve, y se va el Espíritu, y vienen otros en parecidas condiciones, y así entretienen el tiempo "haciendo caridad".

Y nosotros siempre que hemos asistido a esas sesiones, hemos sentido un profundo sentimiento, lamentando amargamente que tan mal se comprendiera la Doctrina Espírita.

En nuestra humilde opinión creemos que el hacer caridad de esa manera es una burla a la verdadera caridad, es perder un tiempo preciosísimo, porque caminamos completamente a ciegas; lo que sabemos de modo positivo es que el Espíritu sobrevive a su desintegrada materia, desde que la comunicación es un hecho irrefutable; pero después de esto y de nociones generales que, a fuerza de decir muchos Espíritus lo mismo, sabemos que en la luz están fotografiadas todas las acciones de nuestras existencias; aparte de esto, no sabemos nada, todo lo que se dice es aventurado porque no lo hemos visto.

¿Qué nos sucede en la Tierra?. Muchos viajeros han escrito la relación de sus viajes. Hay personas que, leyendo, le han dado veinte veces vuelta al globo terráqueo, pero ¡ cuan distinta impresión se recibe cuando se llega a ver algún monumento de los que uno conoce por las descripciones que ha leído!. No tienen punto de comparación. Pues si esto sucede en nuestro planeta, si la mitad de sus habitantes ignora cómo vive la otra mitad, si no conocemos el mundo que habitamos, ¿ Cómo somos tan audaces que queremos conocer lo que nuestra imaginación no acierta a concebir?.

Sabemos poositivamente que las almas viven, que la comunicación de los muertos con los vivos es una verdad, porque lo tocamos, porque lo vemos, porque nos es imposible negarlo, porque hay pruebas irrefutables; pero después de esto, todo es confuso.

Podrá convencerse a un Espíritu que en su turbación se cree que aún vive, por lo adherido que se encuentra a su materia, por lo rnlazado que se halla a su organismo, podrá hacérsele comprender que su cuerpo ya no le pertenece, podrá conseguirse que se dé cuenta de su verdadero estado; todo esto es racional y lógico, entra de lleno en las leyes naturales; pero marcarle luego un derrotero por mares que nos son desconocidos, es tan absurdo, revelamos en esos actos tanta necedad y estupidez, y hemos visto escenas tan profundamente ilógicas por sus procedimientos que llegaban al extremo del ridículo, que de ninguna manera podemos estar conformes con ciertas prácticas mal llamadas espiritistas.

Nosotros conceptuamos el advenimiento del Espiritismo como el descubrimiento más útil de la Humanidad, porque saber con certeza que hemos de vivir eternamente, abre al hombre nuevos horizontes, le marca múltiples senderos, le hace ser bueno a la fuerza, lo anima para el trabajo, porque sabe que cuanto haga, todo servirá para engrandecer su propiedad.

El hombre necesita de un estímulo para trabajar y el Espiritismo nos impulsa, no solo al trabajo, sino a la abnegación, al sacrificio, a la heroicidad, porque vemos que si queremos podemos engrandecernos, y el Espíritu a no ser muy degradado, siempre aspira a su regeneración, al convencerse de que puede llegar a ser grande, trabaja con noble empeño y el Espiritismo considerado como auxiliar poderosísimo del progreso, es sin duda alguna, base fortísima del adelanto intelectual y moral de la raza humana.

Ya nos dice la Doctrina Espírita que hagamos caridad, puesto que nos aconseja la práctica constante de todas las virtudes y sabido es que la caridad es la primera y principal que debemos ejercer. Pero, ¿quizá no hay en la Tierra con quien ejercerla, que necesitamos buscar a los Espíritus para hacer buenas obras imaginarias?. ¿Por que hemos de ir en pos de lo desconocido cuando tenemos a nuestro lado a tantos que sufren en todas las esferas sociales, desde el que habita un palacio hasta el mendigo sin hogar?.

¡ Se puede hacer el bien de tantos modos!... ¡ Se puede prestar tanto consuelo!... sin necesidad de recurrir a los Espíritus.

Tenemos urgente obligación de hacer la caridad comenzando por nosotros mismos, Compadezcamos ante todo nuestra ignorancia, nuestro íntimo egoísmo, nuestra refinada hipocresía, y tratando de corregir nuestros defectos, no solamente hacemos caridad a nosotros mismos sino que la hacemos extensiva a los demás, pues si conseguimos ser un modelo de virtud, servimos de útil ejemplo a nuestros semejantes.

Hagamos caridad, sí, comencemos por elevar nuestros sentimientos, compadezcamos sinceramente las debilidades ajenas, perdonemos a cuantos nos injurian, que son más los que nos critican que los que nos ensalzan, y cuando tengamos cierta ilustración, cuando nuestra conciencia de nada malo nos acuse; cuando nuestras faltas sean leves, en buena hora entonces, tratemos de dar enseñanza a los Espíritus ignorantes que vengan a nuestra llamada; pero ahora... hay que reír con amargura al ver ciertas escenas espíritas. Ciegos que guían ciegos, todos tendrán que caer.

" La caridad hecha a los Espíritus en puro formalismo", esto decía un Espíritu, y decía muy bien, porque esa caridad a los directores de los Centros les costaba muy poco, pues utilizaban a los infelices médiums que sufrían fatales influencias, y debían comenzar por tener caridad con aquellos pobres seres que convertidos en dóciles instrumentos, se entregaban con la mayor buena fe, siendo a veces víctimas de la mala intención de los Espíritus y de la ignorancia de los directores, que debían de buscar y aceptar la comunicación siempre que el médium no sufriera trastorno alguno, siempre que la comunicación fuese racional aunque emitida en lenguaje sencillo, pero dentro de la lógica y el buen sentido"

De este modo nuestras relaciones con los Espíritus serían útiles a encarnados y desencarnados: a estos porque propagaban la buena nueva de la vida eterna y a los primeros porque se harían eco de aquellas voces proféticas y enseñarían a las multitudes la verdad del progreso indefinido.

De este modo queremos nosotros la comunicación ultra-terrena, tranquila, racional, persuasiva por medio de razonamientos lógicos que llevan al convencimiento a los más exigentes.

Hacer caridad con palabras rutinarias, dando instrucciones a ciegas, lo encontramos ilógico; creemos que el Espiritismo es una Filosofía digna de más respeto, más y más detenido y profundo estudio.

No es para entretener los ocios ni para satisfacer necesidades impertinentes: Su destino es más alto y su misión en la Tierra más grande.

El Espiritismo ha venido a hacer caridad porque ha demostrado a los hombres las verdades eternas que hasta ahora habían estado envueltas en el tupido velo del misterio. Él nos impulsa a ejercer la caridad, pero no a ciegas ni con vano formulismo, sino con hechos reales y positivos. Nos dice que visitemos y consolemos al enfermo, al preso y al afligido. Nos dice que aborrezcamos el delito y compadezcamos sinceramente al delincuente. Nos induce a amar incondicionalmente a toda la Humanidad y a que hagamos el bien por el bien mismo, mostrándonos con pruebas innegables que la caridad y la ciencia son enviadas de Dios.

Cuando  los que hoy se llaman espiritistas comprendan lo que es el Espiritismo racional, no harán la caridad del modo que pretenden hacerla hoy, porque se convencerán de que con perjuicio de terceros nadie tiene derecho a dar un paso.

Todo individuo es sagrado y pesan graves responsabilidades sobre los que no respetan la salud de los médiums.

- Amalia Domingo y Soler-

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SUICIDIO 

 UN HUNDIMIENTO  EN LA OSCURIDAD  SOBRE UN PRECIPICIO DE BRASAS




                                                                  
Bajo el punto de vista sociológico, el suicidio es un acto que se  produce en el marco  de situaciones anémicas,  en que los individuos se ven forzados a quitar la propia vida  para evitar conflictos o tensiones inter-humanas, para ellos insoportables.  Émile Durkheim registra que la causa del suicidio es  casi siempre de matriz social, absorbido por los valores  (sin valor), como el consumismo, a la búsqueda del placer inmediato, la competitividad, la necesidad  de no ser un perdedor, de ser el mejor, de no hablar, el hombre se aparta de si mismo y de su naturaleza. Sobrevive de “apariencias”, para representar un “papel social” como protagonista del medio. En esa vivencia neurotizante, el deja de desenvolver  sus potencialidades, no se abre, ni expone sus emociones y se restringe en su intimidad solitaria.

La simple idea, y cuando se hace continuada, lleva al individuo a la fascinación, a la subyugación, y, por fin, al suicidio. Emmanuel  enseña  que el suicidio es como alguien que vela en la oscuridad sobre un precipicio de brasas. Después del hecho, le sobrevienen al infeliz la sed, el hambre, el frio, el cansancio, el insomnio, los irresistibles deseos carnales, la promiscuidad y las tempestades con las constantes  inundaciones de llamas fétidas.

Reflexionando sobre la cuestión 945 de “El Libro de los Espíritus”,  ¿qué pensar del suicidio que tiene por causa el hastío de la vida? Los Espíritus respondieron:  “¡Insensatos! ¿Por qué no trabajan? ¡La existencia no les seria una carga!”.

Sabemos que el suicida, más allá de sufrir en el mundo espiritual las dolorosas consecuencias de su gesto impensado, en rebeldía  frente a las leyes de la vida, aun renacerá con todas las secuelas físicas de ahí resultantes, y tendrá que arrastrar, nuevamente, la misma situación de pruebas  que su flácida fe y distanciamiento de Dios  no le permitieron el éxito existencial.

Es preciso tener calma para vivir, hasta porque, no hay tormentos y problemas que duren para siempre. Recordemos que Jesús nos aseguro que “El Padre no da fardos más pesados que pueden soportar los hombros”.

El suicidio es la más desastrosa manera de huir de las pruebas o expiaciones por las cuales debemos pasar. Es una puerta falsa en que el individuo, juzgando liberarse de sus males, se precipita en una situación mucho peor. Arrojado violentamente  para más allá del túmulo, en plena vitalidad física, revive, intermitentemente, por mucho tiempo, los acicates de conciencia y  sensaciones de los postreros  instantes, más allá de quedar inmerso en regiones de penumbras, donde sus tormentos  serán importantes para el sacrosanto aprendizaje, flexibilizándole y asegurándolo a respetar la vida con más empeño.

La religión, la moral, todas las filosofías, condenan el suicidio como contrario a las leyes de la Naturaleza.  Todas aseveran, de primero, que nadie tiene el derecho de abreviar, voluntariamente, la vida. ¿Entretanto, por qué  no se tiene ese derecho? ¿Por qué no es libre el hombre de poner termino a sus sufrimientos?  Al Espiritismo le estaba reservado demostrar, por el ejemplo de los que sucumbieron, que el suicidio no es una falta solamente por constituir una infracción de una ley moral, consideración de poco peso para ciertos individuaos, más, también, un acto estúpido, puesto que nada gana quien lo practica, antes al contrario, es lo que se da, como nos lo enseñan, en la teoría, sin embargo los hechos que el nos pone bajo la vista.

El sociólogo Emile Durkheim, afirmó que existen hombres  capaces de resistir las desgracias horribles mientras que otros se suicidan después de  aborrecimientos ligeros. Sería importante investigar la causa de esta resistencia diversa  y que contribuye para esa estructura mayor o menor.  Es interesante  anotar que es en las épocas en que la vida es menos dura cuando las personas la abandonan con más facilidad. 

Considerada la dolencia del siglo, responsable por muchos suicidios, la depresión tiene muy preocupados a los especialistas. Los psiquiatras estiman que de cada grupo de 100 personas, 15 tienen la probabilidad de desarrollar la depresión, y que es un disturbio que ocurre por causa de la alteración de sustancias como la serotonina y la noradrenalina. El cuadro depresivo es generado por cambios en la producción y utilización de los neurotransmisores cerebrales (noradrelanina, interferón, serotonina  dopamina – actualmente, ya son conocidas 64 substancias del cerebro). Cuando su producción o forma de producción se altera, puede generar  depresión y, de ahí para el suicidio es una puerta abierta.

El suicida es, antes que nada, un deprimido, y la depresión es la dolencia de la modernidad. El suicida no se quiere matar   a si mismo, sino alguna cosa que carga dentro de si y que sintéticamente puede ser nominado como sentimiento de culpa y voluntad de querer matar a alguien con quien se identifica. Como las restricciones morales lo impiden, acaba autodestruyéndose a sí mismo.  O sea, que “el suicida mata a otra persona que vive dentro de el y que lo incomoda profundamente. La obsesión podría ser definida como un constreñimiento que un individuo, suicida en potencia o no, siente, gracias a la presencia perturbadora de un ser espiritual. Vale la pena  leer la descripción hecha por Allan Kardec. 

Diversas son las obras que comentan el asunto. Tenemos por ejemplo: “El Martirio de los Suicidas”, de  Almerindo Martins de Castro, y “Memorias de un Suicida” de Ivonne. A. Pereira. Por otro lado, no podemos olvidar que Allan Kardec, en el libro el “Cielo y el Infierno” o La Justicia Divina según el Espiritismo”, deja enorme contribución en examen comparado  de las doctrinas sobre  el paso de la vida corporal  a la vida espiritual y, específicamente, en el capitulo V, de la Segunda parte, donde aborda la cuestión de los suicidas.

Es verdad que después de la desencarnación no hay tribunal ni  Jueces para condenar al espíritu, aunque sea el más culpable. Este queda simplemente, ante la propia conciencia, ante si mismo y todos los demás, pues nada puede ser escondido en el mundo espiritual, teniendo que enfrentar sus propias creaciones mentales.  

- Jorge Hessen-

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