1.- Navidad: Fiesta real de Jesús
2.- Naturaleza moral del hombre
3.- Así de momento
4.- Espíritus negativos y sus comunicaciones
La dinámica de la mente
5.- Oración de la esperanza
**************************************
NAVIDAD – FIESTA REAL DE JESÚS
Por Suely Caldas Schubert / Carlos Augusto Abranches
¡Feliz Navidad! La Navidad se aproxima. Antes de tiempo las vitrinas infestadas invitan a las personas a acordarse de la época de los presentes.
En esta fase aguda de crisis es preciso recordar más vivamente que el tiempo de la Navidad está llegando y es necesario probar a los parientes y amigos que pensamos en ellos.
¡Feliz Navidad! Para muchos, esta pequeña frase no se realiza tan fácilmente como es pronunciada.
Rodeados de presentes, ante las delicias, el ser humano no es feliz.
En ella, ve una emoción incompleta, como si algo o alguien estuviesen faltando.
Allá fuera, en otras casas donde la luz escasea y la mesa es pobre también se oye: ¡Feliz navidad!
Aquí y allá para Noche Feliz parece no significar casi cualquier cosa, excepto la extraña paradoja de tener que fingir felicidad porque así es establecido. ¿Al final que se está conmemorando? Un reportero, en ajetreada avenida, preguntando a los transeúntes, que salen de las lonjas con paquetes y bolsas, lo que se conmemora el día 25 de diciembre, posiblemente obtuviese variadas respuestas entre estas quizás alguien recordase y dijese que es el día del nacimiento de Jesús.
Pero, por más que se busque en el cumpleaños,Jesús no es encontrado. No hay ninguna señal en las calles y en las tiendas.
La exacta comprensión de la Navidad sugiere una averiguación histórica de cuando data del nacimiento de Jesús. Los investigadores no son unánimes en afirmar que ocurrió en diciembre, porque, en la historia del Cristianismo primitivo, los primeros cristianos no tenían el hábito de celebrar la Navidad, por considerar la conmemoración una costumbre pagana.
Las primeras observaciones acerca del nacimiento aparecen alrededor del año 200. El día 25 de diciembre fue mencionado en el 336, lo que no impedía que en otras fechas también ocurriesen los festejos, como, por ejemplo, en el día 06 de enero, y hasta hoy es mantenido por las iglesias ortodoxas Orientales.
Con el pasar de los siglos, la Navidad fue dejando de ser una fiesta de cuño religioso y pasó a ganar nuevas costumbres, originarias de culturas anteriores al Cristianismo. En Inglaterra, durante la Edad Media, la Navidad se transformó en el día más alegre del año, más como ese estado del alma no era muy compatible con el “espíritu sombrío” de la época, los puritanos que encaraban la fiesta como pagana, la prohibieron en el país.
En occidente, la celebración de la Navidad, anteriormente ligada al nacimiento de Jesús, al poco tiempo fue modificada. La figura del Papa Noel, el buen viejito, se tornó un atractivo mayor para los niños, luego también para los adultos. Las fiestas navideñas asumieron un carácter notadamente comercial, donde se estimula el consumismo desenfrenado bajo el pretexto de que esta es época de regalar a los parientes y amigos.
Con todo eso, Jesús fue siendo gradualmente sustituido, como motivo central de la festividad a ser un elemento secundario en la preferencia popular, que decidió homenajear a otros ídolos.
El sin embargo, dijo con convicción – “En la casa de mi padre hay muchas moradas. Si así no fuese, yo os lo habría dicho. “Voy a prepararos un lugar”. Al hacer tal afirmación, Cristo garantizó que hay un lugar para todos, que a Él cabe preparar.
¿Pero, y El? ¿Qué lugar ocupa en el mundo actual? ¿Será un lugar específico? ¿En una escala de valores, está en primer lugar? En la civilización occidental rotulada como cristiana, todavía, es muy difícil encontrarnos al Cristo en el Cristianismo presente. Parece que los hombres lo desterraron, sustituyéndolos por otros modelos de héroes, que en verdad, no expresan ninguno de los valores cristianos.
Se dan culto a ídolos que sobresalen por la fuerza de sus músculos, por la facilidad en mantener a gran número de personas, por las conquistas amorosas, por la donación deliberada de extravagantes actitudes eróticas para la venta milenaria de discos y libros.
Lejos está el modelo de héroe cristiano, que trae a la memoria las figuras de Gandhi, Albert Schweitzer, Madre Teresa de Calcuta y algunos pocos más. Por eso la Navidad se distancia cada vez más de su real significado. Al anfitrión, por cierto, no le importaría de ser presentado. Un día una mujer pecadora le rindió homenaje perfumando en sus pies con esencia de Nardo, el Maestro aceptó la ofrenda porque sabía de la actitud que la impulsaba. ¡Sin embargo, hasta qué punto este gesto de humildad, respeto y amor justifica la comercialización desenfrenada que ocurre en nuestros días!¿Donde está Jesús en esta Navidad? Él nos prepara el lugar. ¿Y qué lugar le damos nosotros en nuestra vida?
En el momento que nuestra cultura conmemora esta fecha, vale la pena guardar en la memoria y en el pensamiento una certeza: esa región, que el Maestro prepara para nosotros, comienza en el terreno del corazón, y solo con mucho trabajo y comprometimiento con el amor genuino es que ampliamos los horizontes seguros de nuestra paz. Esto equivale a decir que el hombre reconocerá, entonces, el lugar de Cristo como el legítimo Gobernador espiritual de la Tierra.
En el momento que nuestra cultura conmemora esta fecha, vale la pena guardar en la memoria y en el pensamiento una certeza: esa región, que el Maestro prepara para nosotros, comienza en el terreno del corazón, y solo con mucho trabajo y comprometimiento con el amor genuino es que ampliamos los horizontes seguros de nuestra paz. Esto equivale a decir que el hombre reconocerá, entonces, el lugar de Cristo como el legítimo Gobernador espiritual de la Tierra.
En verdad, la Navidad no significa solamente el nacimiento de Jesús, en un día especifico, según las fechas del mundo, sino también el nacimiento de Cristo en la conciencia renovada del Hombre Integral, en cualquier día, a cualquier hora.
Y con esa visión Carmen Cinira traduce, en poesía, la fiesta real de Jesús:
“Navidad!... El mundo es todo un hogar festivo…
Claros campanadas vibran en el aire en bando…
Y Jesús continua procurando….
El humilde pesebre de amor vivo.
¡Navidad! Es la Divina Redención…
Regocíjate y canta, renovado,
Mas no niegues al Maestro despreciado.
Instálalo en el propio corazón.
Revista O Reformador Ano 110, Diciembre, 1992, Nº 1965.
**********************************
NATURALEZA MORAL DEL HOMBRE
APARICIÓN DE LA CONCIENCIA MORAL
“La Conciencia es la luz de la inteligencia para distinguir el bien y el mal” (Confucio)
Como es lógico suponer, la conciencia moral del individuo se forja, crece y desarrolla al mismo tiempo que su espíritu trascendente va ampliando sus cualidades intelectuales y espirituales. En la aparición del ser humano, el espíritu que lo vitaliza y le permite sus primeras reencarnaciones bajo la impronta de esta chispa divina se presenta como un ser sencillo. Es como una tabla rasa, sin conciencia moral alguna, donde no hay registros que le permitan distinguir el bien del mal, sino simplemente diferenciar el bienestar del malestar que le generan las percepciones y las sensaciones que recibe del mundo exterior. En estos primeros niveles de evolución, la psiquis humana, ya plenamente desarrollada en su parte animal, se guía por el instinto casi al cien por cien, y la inteligencia y la conciencia del bien y del mal no existe salvo para aquello que le genera cumplir con sus expectativas primarias de vida: alimentación, reproducción y supervivencia.
Hay dos hechos fundamentales que le permitieron salir de esta etapa rumbo a la etapa hominal donde ya se encuentra. El primero de ellos es la toma de conciencia de las emociones primarias, y el segundo la socialización y el mimetismo con el reino animal. En la etapa anterior ha experimentado emociones de todo tipo, ha sufrido, ha gozado, ha sentido placer y tristeza. Era la etapa prehumana, pero la diferencia con la de ahora es muy importante, pues aunque siga experimentando las mismas emociones que antaño, lo que ahora le acontece es que se ha vuelto consciente de esas emociones. Esto significa la aparición de los sentimientos (emociones conscientes).
Esta diferencia es sustancial, pues con la incorporación de las facultades superiores del espíritu en el homínido comienza la etapa humana, caracterizada sobre todo por “la toma de conciencia de uno mismo”, y con ello no sólo se vuelve consciente de las emociones que experimenta, sino que su mente comienza a saber que puede pensar acerca de lo que él mismo piensa. Se vuelve capaz de razonar sobre lo que acontece, se comienza a identificar él mismo como un ente independiente, con libre arbitrio y voluntad propia para modificarse a sí mismo y a su entorno. La llegada del lenguaje y la verbalización de los pensamientos en el grupo social al que pertenece dará lugar a la etapa de socialización que le ayudará a imitar comportamientos, respetar las primeras normas de convivencia, y con ello comienza a instalarse una “conciencia moral primitiva para distinguir el bien del mal”, o lo que es lo mismo, sobre lo que es correcto o incorrecto según lo que el grupo tribal determina.
Al comenzar la etapa de humanidad, el espíritu humano va reencarnando y comenzando a ampliar su mente y su conciencia. Las costumbres y tradiciones van cimentando sus acciones y sus pensamientos, y no sólo el grupo social marca sus normas, sino que él mismo, en el grupo familiar que forma, se atiene a unas condiciones que entre sus miembros establecen tácitamente para mejorar su vida y las condiciones de los suyos. El instinto y la emoción le hacen copiar el comportamiento animal del que procede, y si el primero va dejando paso poco a poco a la inteligencia mediante los retos que la vida le presenta y que le obligan a pensar y ejercer la cognición, la segunda (emoción) va transformándose en algo nuevo, alcanzando lo que llamamos el sentimiento.
La diferencia entre emoción y sentimiento es que la primera aflora sin experiencia consciente, y el sentimiento es la transmutación de la emoción mediante una experiencia subjetiva o consciente que humaniza a aquel que la experimenta. Por ejemplo, la experiencia materna en algunos animales existe únicamente como emoción, sin sentimiento, pues abandonan a sus crías tan pronto las traen al mundo; sin embargo, en los animales superiores y el hombre ocurre algo diferente: en estas primeras etapas, el afecto y cuidados de la madre animal por los recién nacidos se transforma en un primitivo sentimiento amoroso que no sólo provee a sus crías de seguridad y alimento. Así también comienza el desarrollo emocional y mental del ser humano en sus primeras etapas, y con ello también se desarrolla el sentido moral de “bueno y malo”, que comienza en “bienestar o malestar”, ”seguridad o peligro”, “lucha o huida”. Es la conducta, pues, la que inicia el sentido moral del hombre y con ello aparece lo que será, con el transcurso de las experiencias y vidas sucesivas, el desarrollo de la conciencia moral del ser humano.
Analizando los niveles de conciencia actuales del hombre lo comprendemos mejor. Esta primera etapa se asimila a la primera etapa de la “conciencia dormida”, aquella en la que el hombre es apenas un ser animal racional únicamente preocupado por alimentarse, reproducirse y sobrevivir. Es el hombre fisiológico, sin vida interior, al que no le interesan las experiencias elevadas (aprender, reflexionar, admirar la belleza, los valores superiores del ser humano, arte, literatura, solidaridad, fraternidad, etc.). ¿Cuántas personas conocemos que se rigen bajo este principio del egoísmo y materialismo exacerbado? Es la primera etapa de la conciencia dormida que se asimila a la etapa de algunos animales superiores que hemos explicado arriba.
En la segunda etapa el desarrollo moral es mayor, el ser humano toma conciencia del bien y del mal, procura adaptarse a las normas ético-morales de las sociedades donde vive. Es la etapa de los “momentos de conciencia”, y aunque trasgrede con frecuencia los códigos sociales a los que se somete (ej.: justicia humana), sabe que debe atenerse a la moral social y las normas tácitamente aceptadas por la sociedad o país donde vive; de lo contrario, la ley cae sobre él y le obliga a cumplirlas, castigándole si es preciso para preservar el orden social. Es la etapa en la que nos encontramos desde hace milenios, y donde la conciencia humana apenas se desarrolla por no atender a su auténtico cometido, el de los valores superiores del espíritu inmortal que le lleva en volandas hacia la tercera etapa, tan pronto como presta atención a su desarrollo espiritual.
Esta etapa es la de la “Conciencia despierta”. Aquí, el hombre no sólo sabe que debe actuar bien en todo momento y lugar para con él mismo, con su prójimo y con la vida, sino que comienza a desarrollar el autocontrol sobre sus propias emociones, pensamientos y acciones. Esto le permite un nivel de conciencia superior, donde dirige libremente su vida hacia donde él quiere y no hacia donde le marcan las convenciones sociales, modas o tendencias materiales que imponen morales sociales frívolas, y a veces contrarias, a un sentido ético-moral superior procedente de los auténticos valores superiores de la vida.
Por último, existe una etapa de “Conciencia Trascendente” a la que se llega después de milenios de trabajo y evolución en el bien. Es la de aquellos que son uno con la Conciencia Universal o Mente Divina. Algunos espíritus superiores y perfectos que han venido a la Tierra han demostrado este nivel de Conciencia Moral, muy superior a los estándares que podemos encontrar en el ser humano actual. Son personajes de la talla de Buda, Krisna, Sócrates, San Agustín, Francisco de Asís, destacando especialmente Jesús de Nazaret, como referente occidental de la máxima expresión moral que podamos encontrar, reflejado de forma sublime en su mensaje de amor y enseñanzas superiores de moral divina. Como vemos, la conciencia moral se desarrolla en paralelo a la evolución y progreso del alma inmortal, y no procede ni de la herencia biológica ni del azar ciego o aleatorio. Prueba de ello, por ejemplo, es la diferencia de conciencia moral existente entre dos gemelos univitelinos que poseen la misma carga genética, que son educados en las mismas escuelas, con los mismos condicionamientos socio-económicos y familiares y que, sin embargo, uno resulta una persona malvada, egoísta o viciosa mientras que el otro posee una conciencia moral elevada digna de destaque, que le lleva a la excelencia de sacrificar su vida en acciones de bien. Es la prueba de la inmortalidad, de la herencia espiritual que todos traemos en nuestra alma milenaria llena de experiencias subjetivas, aciertos y errores, méritos y deméritos.
Sin duda, es tan importante la actitud ético-moral ante la vida, que el desarrollo de nuestra conciencia moral depende de cómo nos comportamos y adoptamos las decisiones acertadas hacia el bien o hacia el mal. Estas decisiones marcarán nuestro futuro de forma inapelable, pues nadie puede escapar ni a su conciencia ni a sus acciones a través de las futuras apariciones en la Tierra mediante la reencarnación.
Antonio Lledó Flor - Amor, Paz y Caridad
“El anhelo de los seres humanos yace en la alegría permanente, en la vida inmortal, en la paz permanente, en la riqueza del espíritu y de la conciencia, la cual nunca acaba y dura eternamente.” (Anónimo)
**************************************
Así de momento, usted, de hecho:
no puede esconder la molestia persistente o irreversible que le promueve el
perfeccionamiento espiritual;
no puede librarse del defecto físico irremovible;
no consigue librarse de los conflictos íntimos con los que haya renacido,
atendiendo a fines determinados;
no liquidará, de una vez, todas las deudas que habrá asumido delante de los
demás;
no se librará de la influencia de los adversarios gratuitos;
no estará sin las ironías e incomprensiones que se le presenten en el camino;
no vivirá sin problemas educativos. . .
Pero usted puede aceptar todo eso, y, de la aceptación constructiva de
todos los percances que por ventura le señalen la existencia, usted puede
comenzar el esfuerzo de trabajar, mejorándose usted mismo a fin de rendir,
tanto cuanto pueda, en el bien de todos, toda vez que, colaborar en el bien
de todos, es el camino para la verdadera felicidad..
Albino Teixeira
*************************************
ESPÍRITUS NEGATIVOS Y SUS COMUNICACIONES
16... ¿Por qué permite Dios que los Espíritus malos se comuniquen con los hombres y digan cosas perjudiciales?
“Hasta en lo que es más perjudicial hay una enseñanza. Corresponde a vosotros saber aprovecharla. Es preciso que haya comunicaciones de toda índole, para que aprendáis a distinguir a los Espíritus buenos de los malos, y para que ellos os sirvan de espejo a vosotros mismos.”
Identidad de los Espíritus 367
EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC
*******************
LA DINÁMICA DE LA MENTE
Mantén tus pensamientos en sintonía de salud y optimismo. La mente es una dínamo poderosa. Según como pienses, así atraerás respuestas vibratorias equivalentes. Quien cultiva dolencias siempre padece dolencias. Quien preserva la salud, siempre supera las enfermedades. Piensa correctamente y serás inspirado por Dios para encontrar las mejores soluciones. El pensamiento edificante y bueno, es también una oración sin palabras que será siempre oída.
Joanna de Ângelis-(Espíritu)
********************************
ORACIÓN DE LA ESPERANZA
( Este nombre se lo he dado yo, pues no se su procedencia, pero a mí me emocionó y sentí que me infundía una gran esperanza para mis anhelos)
Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. En este instante quiero darte gracias por todo aquello que recibo de TI. Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este día, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir. Te presento a las personas que a lo largo de estas horas amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que están más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también Señor, hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo. También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte.
Por todos mis olvidos, descuidos y silencios nuevamente te pido perdón.
Pronto iniciaré un nuevo día y detengo mi vida ante los próximos días que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos. Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad, llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz. Cierra TÚ mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas,mordaces o hirientes. Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno,
que mi espíritu se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi paso. Cólmame de bondad y de alegría para que cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.
Danos un día lleno de felicidad y enséñanos a repartirla.
Amén.
TODO LO BUENO QUE NECESITAS DE LA VIDA LO LLEVAS DENTRO DE TI
No te quedes en el medio del camino porque allá, adelante...algo bueno te espera
*******************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario