sábado, 20 de enero de 2018

Expiación




Buenos días amigos; hoy podemos ver aquí :

- Pensar y obrar en positivo
-Mediumnidad y desarrollo moral
-Así, de momento.
-Verdadera identidad
-Opinión de André Luiz sobre el carnaval
-Expiación




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                          PENSAR Y OBRAR EN POSITIVO
Este artículo surge hoy por una reflexión sobre las cosas más importantes de nuestras vidas y de nuestra postura ante las dificultades y problemas. Reflexionando sobre nuestras actitudes.
La Doctrina Espírita nos ha dado y nos da mucho para caminar hacia la evolución, dando pasos en el día a día, para mejorar por dentro, aunque lo de fuera se deteriore. Nos ofrece un conocimiento tan valioso que, de ponerlo en práctica, todo resultaría más fácil para nosotros.
La mente, que exterioriza el pensamiento, no tiene forma, ni medida, ni peso, ni límites. La ciencia ya ha demostrado, en general, que no es el cerebro quien piensa; el cerebro es un instrumento de exteriorización de la mente. Sí, es una exteriorización, manda ondas que, por afinidad, se unen a otros pensamientos de la misma calidad. Es así de simple y sin embargo ¿cómo manejar esos pensamientos, para que sean positivos?
Dejemos de pensar en nosotros, desde el punto de vista negativo, como: yo no puedo, yo estoy muy ocupado, casi no veo a mi familia por cuestiones laborales, hay que vivir la vida a “tope”, no consigo avanzar, me siento frustrado, llenándose de deseos que desarmonizan interiormente. Pasarlo bien y vivir la vida a tope, no es nuestro humano objetivo. No vinimos a reencarnar para eso, sino todo lo contrario. ¿Qué trae esa forma de pensar? Desequilibrio y perder la oportunidad de disfrutar de las cosas bonitas, bellas, relajantes, que nos satisfacen interiormente.
Hay tanto que dar y tanto que recibir; necesitamos AMOR. El amor auténtico todo lo supera, todo lo enfrenta, todo lo puede, da fuerzas positivas para envolver a muchas personas que también están intentando exteriorizar el mismo sentimiento: el AMOR. Por él fuimos engendrados, por él amamos a nuestros hijos, pese a las dificultades que nos traen, por su rebeldía o sus inclinaciones materialistas. Por amor es que nos sacrificamos y cedemos…
A través del pensamiento, sacándole el mayor beneficio, podemos envolver a otras personas que están en una situación negativa y necesitan ayuda. Son personas “enfermas del alma”. No importa la distancia: el pensamiento positivo y utilizado con nuestra voluntad y sentimientos, llegan al último rincón de la Tierra y más allá. Si todos nos concienciáramos de este hecho, cierto y probado; si elevásemos ese pensamiento, unido a muchos otros pensamientos, el objetivo sería maravilloso y por tanto, muy positivo. Alguien que piensa y siente en positivo, está protegida de las críticas, de la envidia, de los pensamientos pesimistas y enfermos. De las influencias deletéreas de desencarnados infelices. Quien así piensa, será una persona que se sentirá libre interiormente, con fuerza y serenidad; enfrentará los problemas de la vida, que son pruebas por las que tenemos que pasar para evolucionar, de forma equilibrada, dando prioridad a lo más importante de nuestra vida: el crecimiento interior con la reforma moral.
Una pregunta: Tú, sí tú, que estás leyendo esto, ¿Qué elección tomarías si tuvieras que elegir tener una vida sana y con fuerza para luchar, con fe sin caer en el pesimismo; o bien si decidieras una vida llena de confort, de caprichos, de idas y venidas, materialista, trayendo desequilibrio, causando Estrés mental, qué decidirías? Pensar y obrar en positivo Si eres sensato, obviamente, elegirás la primera opción. Pero para obtener una vida así; digna y satisfactoria, hay que trabajar en ese proyecto. ¿Y cómo hacerlo? Pues poniendo en acción la voluntad, los buenos sentimientos, dejando de pensar negativamente, dejando de decir: Yo no sé hacerlo o yo no puedo hacerlo. Invirtamos el pensamiento: yo voy a hacerlo, yo voy a intentar hacerlo; ¡yo puedo si quiero! Y queriendo, otros pensamientos se unirán a nosotros para sentirnos más fuertes. No queramos imponer nuestros pensamientos a los demás. No queramos aparentar lo que no somos. No nos dejemos guiar por las modas e ideas, que nos puedan perjudicar. Tenemos que ser auténticos.
Una vida sana es disfrutarla momento a momento. Muchas veces la felicidad esta en los pequeños detalles: un amanecer, un atardecer, la vista del mar, de las montañas; vistas que nuestras retinas las retendrán, fijándose en nuestra mente. Un abrazo, una conversación agradable. Una vida digna no es sacrificarse en todo, vivir con carencias innecesarias, alejándonos de la sociedad para vivir una vida contemplativa. Así no se puede progresar, porque es un acto de egoísmo. Tenemos el deber de participar de nuestra sociedad, aportando lo mejor de nosotros mismos. Implicándonos en todo lo que sea útil para los que componemos esta sociedad. Cuantas más personas quieran cambiarla, más impulso positivo tendremos para conseguirlo. No olvidemos que no estamos solos; estamos siempre amparados por la Infinita Misericordia de Dios, manifestada en sus Mensajeros, como es el principal: Jesús.
Una vida plena, es aquella que nos hace sentir que somos felices, teniendo mucho o poco, que somos personas alegres, transmitiendo esa alegría a los que nos rodean. Sabiendo compartir, tanto en el ámbito material, como en el anímico. Aprendiendo poco a poco a poner en práctica la tan sonada “caridad”, de la que hablamos mucho, pero luego muchas intenciones buenas se quedan en nada.
No hay nada mejor que ver una sonrisa en la cara de otra persona, oyéndola decir alguna palabra edificante y sincera. Una mirada limpia que demuestra un corazón dispuesto a compartir sus sentimientos y ayudar. No olvidemos que vivir pobremente, no nos va a traer felicidad, porque es una imposición nuestra sin sentido; en eso no hay mérito. Se puede ser feliz y vivir en paz, teniendo dinero, una casa cómoda, bienestar para nuestros hijos, pero sabiendo siempre, que esas cosas no nos van a esclavizar ni hacernos personas indiferentes al dolor ajeno, que son transitorias. Que somos hermanos por tener el mismo Padre.
Reconocer que necesitamos, a veces, mucho esfuerzo para tolerar a una persona o ensayar el respeto a nuestro semejante. Elevar nuestro pensamiento a Dios y no dejar de pedirle que nos ayude a amar a quienes no nos aman, a pedir perdón y a saber perdonar. Él siempre nos ayuda, siempre se apiada de nosotros, pero la poca fe o la falta de fe, no nos deja confiar en Sus designios que siempre serán para nuestro beneficio, aunque a veces ese beneficio llegue con dolor. Y, por último, todo aquello de malo o de bueno que hagamos por los demás, de vuelta vendrá para nosotros.
¡Yo apuesto por una vida sana, digna, en paz, viviendo con serenidad los problemas que nos surjan, con la fuerza que nos da nuestra mente libre de pensamientos negativos, enfermos y pesimistas! Apuesto por una existencia útil, por un cambio interior que nos haga mejores personas. Apuesto por vibrar por la Paz, uniéndonos todos en el mismo deseo. Con la Doctrina Espírita por guía segura. Pero no debemos dejar que todo se quede en palabras, en buenas intenciones. Vayamos más lejos, practiquemos lo pensado, sentido y hablado, para adquirir el sano hábito de obrar bien. Nuestros hechos son consecuencia de nuestros pensamientos que les han dado fuerza, que esa fuerza sea siempre positiva, porque al final debemos aceptar que somos lo que pensamos.
Nos dice Emmanuel, en el libro Pan Nuestro:
“Todas las obras humanas constituyen la resultante del pensamiento de las criaturas. El mal y el bien, lo feo y lo bello vivieron, ante todo, en la fuente mental que los produjo, en los movimientos incesantes de la vida”.
Isabel Porras
Extraído de la revista “El Ángel del bien”


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 MEDIUMNIDAD Y DESARROLLO MORAL DE LOS MÉDIUMS

¿El desarrollo de la mediumnidad tiene relación con el desarrollo moral de los médiums? 
No. La facultad propiamente dicha radica en el organismo, es independiente de lo moral. Pero esto no sucede con su aplicación, que puede ser buena o mala según las cualidades del médium. 

Allan Kardec. El Libro de los Médiums. Capítulo XX. Ítem 226 1ª. Pregunta.


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                ASÍ DE MOMENTO 

Así de momento, usted, de hecho: 
no puede esconder la molestia persistente o irreversible que le promueve el 
perfeccionamiento espiritual; 
no puede librarse del defecto físico irremovible; 
no dispone de recursos para desconocer el pariente difícil; 
no consigue librarse de los conflictos íntimos con que haya renacido, 
atendiendo a fines determinados; 
no liquidará, de una vez, todas las deudas que habrá asumido delante de los 
demás; 
no se librará de la influencia de los adversarios gratuitos; 
no estará sin las ironías e incomprensiones que se le esparcen en el camino; 
no vivirá sin problemas educativos. . . 
Pero usted puede aceptar todo eso, y, de la aceptación constructiva de 
todos los percances que por ventura le señalen la existencia, usted puede 
comenzar el esfuerzo de trabajar, mejorándose usted mismo a fin de rendir, 
tanto cuanto pueda, en el bien de todos, una vez que, colaborar en el bien 
de todos, es el camino para la verdadera felicidad. 
Albino Teixeira 


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VERDADERA IDENTIDAD
¿Cuál es su identidad?
Cuando alguien le hace esa pregunta, es natural que usted busque un documento  de identificació n y lo presente a quien lo solicita, o, entonces, recite el número que  tiene guardado en la memoria.
¿Más usted se dio ya cuenta de que ese documento de identidad es solamente valido para el mundo físico?
Cuando usted haga el gran viaje de retorno al mundo espiritual, dejará todo  lo que dice  respecto  a este mundo en la aduana del túmulo y seguirá apenas solo con sus recursos personales.
Sus obras serán su identificación, ellas hablaran a favor o en contra de usted.
Por esa razón, vale la pena pensar en todo lo que diga respecto a los verdaderos valores de la vida.
Aunque usted tenga un valioso reloj de oro, lo que hablará a su favor será lo que haya hecho de sus horas.
 Aunque ocupe un cargo importante junto a los hombres, lo que hablará de usted será su autoridad moral.
Puede poseer ropa de marca y esmerarse en la apariencia, manteniéndose siempre impecable, su testimonio de defensa será el sentimiento con el que revistió sus acciones.
Aun mismo que posea los calzados más caros y finos del mundo, su identidad serán sus pasos.
Aunque  se adorne  con las más bellas joyas y adornos raros, solamente las acciones en el bien le garantizaran la belleza del alma.
Por más que posea títulos y honras, la honradez será la virtud que le abrirá las puertas de la felicidad.
Entendemos así que no serán las cosas que poseemos las que construirán nuestra identidad en el mundo espiritual, más si lo que efectivamente hayamos realizado.
En verdad, los bienes materiales no son obstáculos para la conquista de las virtudes, más no pueden ser confundidos con estas.
Pensemos en la grandeza de las  credenciales de la madre Teresa de Calcuta, hermana dulce, del Dr. Bezerra de Menezes  y de tantos anónimos que dejaron la tierra en silencio y fueron recibidos con todas las honras en el Más Allá.
La Madre Teresa, en su simplicidad y humildad, jamás dejo de hablar con firmeza de los ideales nobles que defendió  delante de quien quiera que fuese.
Las autoridades mundiales se callaban ante aquellos dos ojos menudos que traían un brillo singular. Más parecían dos estrellas incrustadas en un rostro marcado por las agruras de la vida.
Hermana Dulce, una criaturita delgada y de salud frágil, era poseedora de una fortaleza impar. Su simple presencia ya daba noticias de su grandeza moral.
Dr. Bezerra de Menezes, conocido como médico de los pobres, fue reconocido político de nuestros padres, y jamás se dejó enredar en las mallas de la indignidad y de la insensatez. Se dedicó con amor a los sufridores de todo orden e hizo de su vida un ejemplo de dulzura.
¿De vuelta al mundo espiritual, acaso estas personas precisarán presentar su identidad, o sus obras hablaran en su favor?
Considerando que todos tenemos que hacer el viaje de vuelta, más temprano o más tarde, sería oportuno que hiciésemos un pequeño balance en nuestro viaje para verificar cuantos bienes eternos ya hemos guardado.
Es más importante recordar que solamente podremos llevar con nosotros las adquisiciones  que tengan el sello de los bienes eternos.
¡Piense en eso!
Los bienes materiales son excelentes medios de evolución para los hombres, sin son usados con sabiduría y justicia.
Pero siempre vale la pena recordar  las sabias palabras del Maestro de Nazaret: ¿”que adelanta  al hombre el ganar el mundo y perder su alma?”
¡Piense en eso!
 Redacción de Momento Espírita

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OPINIÓN DE ANDRÉ LUIZ SOBRE EL CARNAVAL


 "El espírita debe apartarse de fiestas lamentables, como aquellas que señalan el paso del carnaval, incluidas las que se caracterizan por los excesos de gula, libertinaje, o manifestaciones exteriores espectaculares".

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                                        EXPIACIÓN

El problema de la expiación no es privativo de los hermanos encarcelados en los calabozos
del mundo.

La justicia humana, en verdad, apenas corrige al compañero infeliz que cayó, desprevenido,
en las mallas del delito espectacular.

Entretanto, en las concavidades de cada instituto doméstico, la crueldad oculta yergue
trincheras de odio y separación, tanto como desabotona tormentas de sangre y lágrimas,
generando las garras de la enfermedad, tantas veces mensajeras de la muerte.

Aquí es la ingratitud para con los entes más queridos, allí, es la calumnia retajando la
esperanza ajena.

Más allá, es la deserción del deber, haciendo que los hombros del prójimo sangren, heridos,
al peso de cargas acumuladas; más allá, es la actitud agresiva sustentada con dureza y pasión, exterminando la sementera de paz en aquellos que a veces nos piden únicamente una sonrisa de bondad o un gesto de perdón para que se renueven ante Dios.

Es ahí, en esos reductos silenciosos de la batalla de cada día, que, muchas veces engañamos y traemos, indiferentes al dolor que implantamos en aquellos que nos comparten la marcha,
ayuntando hiel e inquietud, mezcladas con las bendiciones de amor y trabajo que procuramos atesorar.

No obstante, la Justicia Divina sabe encaminar nuestros actos. Y, nosotros mismos, aunque el cariño de los bienhechores abnegados que nos acogen, en el Más Allá, sin recursos para
disculparnos, en la intimidad de la conciencia, suplicamos volver a comenzar, renaciendo en
la Tierra, junto a aquellos que se nos hacen acreedores en los caminos de la vida.

Sean cuales fueren nuestras dificultades en el campo íntimo, sepamos aceptarlas con el ánimo firme, incinerando en el crematorio de la renuncia nuestros propios deseos para que la felicidad de los demás nos asegure nuestra propia felicidad, por cuanto, al ser conducidos por la muerte al imperio de la Gran Luz, nos reconocemos, tal cual somos, aplicando a nosotros mismos la ley del equilibrio que determina a quien debe el reajuste preciso en la base recta del centavo por centavo.

- Emmanuel ( Espíritu)-
Del libro Nacer y Renacer

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