miércoles, 24 de agosto de 2016

LA CULTURA DEL EROTISMO


Ciencia y espiritualidad en 
las curas de Jesús 

1. Para muchos, las curas de Jesús son consideradas como milagros. Pero si las leyes naturales las explican, entonces ellas dejan de ser milagrosas, ¿no es verdad? 


A La luz de la doctrina espírita el milagro se transforma en ciencia. Desvelando la comprensión de las leyes naturales, el espiritismo, como ciencia del espíritu, nos explica los mecanismos de acción del magnetismo y del amor crístico, en la realización de autocuras de los enfermos de su época. Con el estudio de la fluidoterapia, de la fuerza de la mente y del sentimiento, educados para el amor, comprendemos cómo y porqué Jesús curaba, lo que no quita el carácter maravilloso de sus acciones, sólo lo sobrenatural. Sus curaciones recaen siempre dentro de las leyes naturales, y Jesús nos enseña lo que es posible para el corazón que ama, hecho confirmado por las curas realizadas por los apóstoles, más tarde, como un símbolo para la humanidad entera. 

2. El Espiritismo nos dice que un día la Ciencia explicará todo el proceso por el cual se dieron esas curas de Jesús, ¿por qué eso es importante? 
Porque nos hace comprender más perfectamente la sabiduría de Dios y el papel que nos compete en la co-creación, por la utilización del manantial gigantesco de recursos que la divinidad nos dotó y a la naturaleza, para la plena ejecución de la voluntad del Padre. Cuando Jesús dijo, Vosotros sois dioses, reafirmando la ley antigua, y añadió: “podéis hacer lo que hago y mucho más”, estaba colocándonos en contacto con nuestra naturaleza divina, de espíritus perfectibles, creados a la imagen y semejanza de la sabiduría suprema del universo, fuente de toda bondad y perfección. Con eso, Jesús nos inducía a desarrollar los dones del espíritu en la conquista de las potencialidades infinitas de cura y autocura. 

3. ¿Qué es lo que el médico espírita ya conoce sobre eso en los días de hoy? 
El médico espirita está consciente de la ley de los fluidos y de la fuerza de la mente, del pensamiento y del sentimiento en la manipulación de los fluidos ambientes y el organismo humano. Sabe que el espíritu, manifestándose por medio del pensamiento, controla el cosmos orgánico por su fuerza mental y direcciona su funcionamiento físico, tanto en cuánto su comportamiento moral califica y determina el equilibrio o desequilibrio fisiopsíquico. Sabe que tanto la enfermedad como la cura es patrimonio del enfermo y que Jesús solamente curó aquellos que se erigieron a un nivel superior por el buen aprovechamiento de su sufrimiento. Eso queda explícito en la cura del paralítico de la piscina de Betesda, cuando Jesús ordena al recién curado que tome su cama y camine, o sea, que lleve su equipaje, su historia y biografía, avanzando más allá porque había alcanzado un nuevo nivel de experiencia y ahora le cabía aprovechar al máximo su momento evolutivo por la madurez conquistada. Y cuando lo encuentra en el templo, local de adoración a Dios, Jesús le recuerda que no camine por las mismas elecciones y no errase nuevamente el blanco (sentido original de la palabra pecado– hamartia, del griego), tomando un rumbo superior para el caminar de sus piernas rehabilitadas hacia la cuesta de las lágrimas y la renuncia, gracias a la misericordia divina. 

4. ¿Y la ciencia ortodoxa tiene algún interés sobre este asunto? ¿Tiene alguna explicación? 
La ciencia camina a pasos lentos en la comprensión de esas cuestiones pues no admite la existencia del espíritu como principio inteligente viajero de la eternidad. Sin embargo, muchas investigaciones ha sido hechas en el sentido de revelar el beneficio o no de la espiritualidad hacia la salud, siendo que la mayoría de las investigaciones hasta el momento, presentan datos positivos, llamando la atención de las empresas patrocinadoras de las investigaciones demostrandose la necesidad de invertir en ese sentido. 

5. Por qué es importante para el médico espírita estudiar y conocer las curas de Jesús? 
Por qué Jesús es el paradigma de la medicina espiritual, el médico por excelencia. Cuando Allan Kardec preguntó a los espíritus codificadores acerca de cuál había sido el mejor y mayor modelo dado por Dios a los hombres, la respuesta fue categórica: “Ved a Jesús”. Si observáramos la práctica del maestro veríamos que él individualizaba al enfermo, teniendo una postura terapéutica con cada uno diferente. A unos él los buscó, a otros los mandó venir. A aquel preguntó ¿qué quieres que te haga? a otro indagó ¿quieres quedar sano? A todos Jesús indujo a una autoanálisis y respuesta frente a la vida, y como pedagogo divino ejercitó a todos en el arte de pensar y llegar a sus propias conclusiones, sedimentando su cura en el movimiento interior de liberación y madurez espiritual. No curó a todos, supo evaluar el momento de cada uno. Suplió las deficiencias personales y ofreció la misericordia divina cuando faltaron fuerzas para el movimiento final de rehabilitación, pero no violentó ninguna conciencia y respetó el momento evolutivo de cada hijo de Dios, despertando la conciencia divina del hermano en camino. Por todo eso y sobre todo por la calidad del amor ofertado, de la renuncia y sacrificio, Jesús es el paradigma de la medicina espiritual que todos soñamos practicar y reproducir, aunque en escala infinitamente más pequeña, para la cura de nuestros hermanos y de nosotros mismos, en nuestra práctica profesional. 

6. ¿Cómo el médico espírita debe desarrollar sus calidades de cura espiritual? ¿Cúal es la mejor manera de emplear el fluido magnético en favor de los pacientes? 
Desarrollaremos la cualidad de cura espiritual en la misma medida en que aprendamos a amar con desinterés y abnegación. Mientras más tomemos conciencia que nuestros pacientes son nuestros médicos, ofreciéndonos la divina oportunidad de sensibilización, trabajo y aprendizaje, más nos esforzaremos por poseer virtudes que nos posibiliten ofrecer más y mejor para cada uno de ellos. A medida que mejoremos como seres humanos y pasemos a expresar más intensamente la buena voluntad, cariño, a escucha atenta e inclusiva, con disponibilidad de tiempo y corazón, más nos habilitaremos a vibrar el amor, medicamento por excelencia, que podrá tocar el alma de nuestros hermanos incentivándoles a la autocura. El centro espírita es el lugar más adecuado para realizar las prácticas magnéticas, pero no debemos olvidarnos que por la mirada, el toque, las palabras e intenciones, estamos magnetizando diariamente a todos los que crucen por nuestro camino. Si utilizamos todo ese potencial con conciencia y compromiso por el bien, podremos auxiliar mucho, conforme nos enseñó Jesús, que curaba 24h por día. Debemos acordarnos que el médico (así como cualquier otro profesional de salud) es el primer medicamento ofertado al enfermo y muchas veces el único necesario para el estímulo curativo. 
Andrei Moreira 
Médico de familia, especializado en homeopatía y presidente de la Asociación Médico Espírita de Minas Gerais (Brasil) 
Revista espirita “El ángel del bien”

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          ATRIBUTOS DE LA DIVINIDAD

¿Puede el hombre comprender la naturaleza íntima de Dios?
«No, no puede; y este es uno de los sentidos que le falta aún».
. ¿Será dado al hombre algún día comprender el misterio de la Divinidad?
«Cuando su espíritu no esté ya ofuscado por la materia y cuando, por medio de la perfección se haya aproximado a ella, la verá y la comprenderá».
ALLAN KARDEC

La inferioridad de las facultades del hombre no le permite comprender la naturaleza intima de Dios.
En la infancia de la humanidad, confúndelo a menudo el hombre con la criatura cuyas imperfecciones le atribuye; pero a medida que en él se desarrolla el sentido moral, su pensamiento penetra mejor el fondo de las cosas, y se forma de ellas una idea más exacta y más conforme con la sana razón, aunque  incompleta siempre.
Ya que no podemos comprender la naturaleza íntima de Dios, ¿podremos tener idea de algunas de sus perfecciones?
«De algunas si, y el hombre las comprende mejor a medida que se sobrepone a la materia; porque las entrevé con el pensamiento».

13. Cuando decimos que Dios es eterno, infinito, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno, ¿tenemos idea, perfecta de sus atributos? 
«Desde vuestro punto de vista, si porque creéis abarcarlo todo; pero sabed que hay cosas superiores a la inteligencia del hombre más inteligente, y para las cuales carece de expresiones vuestro lenguaje, limitado a vuestras ideas y sensaciones. La razón os dice, en efecto, que Dios debe tener esas perfecciones en grado supremo; porque, si careciese de una sola de ellas, o si no las poseyese en grado infinito, no sería superior a todo, ni Dios, por lo tanto. Para ser superior a todas las cosas, Dios no ha de experimentar vicisitud alguna, ni  tener ninguna de las imperfecciones que puede concebir la imaginación. »
Dios es eterno; porque, si hubiese tenido principio, hubiera salido de la nada, o hubiese sido creado por un ser anterior. Así es como, de grado en grado, nos remontamos al infinito y a la eternidad.
Es inmutable; porque, si estuviese sujeto a cambios, ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo.
Es inmaterial; es decir, que su naturaleza difiere de lo que llamamos materia, pues de otro modo no sería inmutable; porque estaría sujeto a las transformaciones de la materia.
Es único; porque, si hubiese muchos dioses, no habría ni unidad de miras, ni unidad de poder en el gobierno del universo.
Es omnipotente; porque es único. Si no tuviese el poder soberano, habría algo más poderoso que él o tan poderoso como él; no habría hecho todas las cosas, y las que no hubiese hecho, serían obra de otro Dios.
Es soberanamente justo y bueno. La sabiduría providencial de las leyes divinas se reveía así en las más pequeñas, como en las más grandes cosas; y esa sabiduría no nos permite dudar ni de su justicia, ni de su bondad.
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                     PERIESPÍRITU
Es sabido que las moléculas de nuestro cuerpo físico están sometidas a constantes mutaciones. Todos los días nuestro envoltorio carnal elimina y asimila un cierto número de elementos.
El cuerpo, desde las partes blandas del cerebro hasta las más duras parcelas de la carcasa ósea, se renueva íntegramente en un cierto número de años. 
En medio de esas corrientes incesantes, subsiste en nosotros una forma fluídica original, compresible y expansible, que se mantiene y es perpetua. Es en ella, en el diseño invisible que presenta, que se vienen a incorporar, fijar, las moléculas de la materia grosera. El perispíritu es como el molde, el esbozo fluídico del ser humano. Es por eso que, cuando con la muerte se efectúa la separación, el cuerpo material cae inmediatamente y se desorganiza y descompone.
El perispíritu es el envoltorio permanente del Espíritu, mientras que el cuerpo físico no pasa de envoltorio temporal, vestido prestado, que tomamos para realizar la peregrinación terrestre. El perispíritu existía antes del nacimiento y sobrevive a la muerte. El constituye, en su íntima ligazón con el Espíritu, es  el elemento esencial y persistente de nuestra individualidad, a través de las múltiples existencias que nos es dado recorrer. 
Es por la existencia de ese cuerpo fluídico, por su desprendimiento durante el sueño, ya sea natural, o provocado, por lo que se explican las apariciones de los fantasmas de los vivos y, por extensión, las de los Espíritus de los muertos.
LEÓN DENIS
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                      LA CULTURA DEL EROTISMO
Joanna de Ángelis.
En una cultura dedicada casi exclusivamente al erotismo es natural que el hedonismo predomine en  las mentes  y en los corazones.
Como proveniente de  las calamidades producidas por las guerras continuas de devastación con sus armas inteligentes y destrucción en masa  o desespero substituye la confianza que había entre las criaturas, dando lugar al desvarió de todo porte  que ahora toma cuenta de la sociedad.
Sin duda, ha habido un gran desenvolvimiento científico-tecnológico, antes jamás soñado, no en tanto, no acompañado por los valores ético-morales. Cada día más negligenciados y poco respetados  por los individuos así como por  las naciones.
La globalización, que se anunciaba en trompetas, como solución  para los magnos problemas socioeconómicos del mundo, experimenta la gran crisis, hija ilegítima de la bancarrota moral de muchos hombres y mujeres ubicados  en la condición de ejecutivos supremos, que regulan las finanzas y los recursos de   todos, naufragados por falta de dignidad, ahora en cárceles expugnando sus excesos, pero dejando a cientos de instituciones de diferente extensión en error irrecuperable.
Como  efecto, el sexo se tornó el nuevo dios de la cultura moderna, exaltado en todas partes  y elemento de destaque en todas las situaciones.
 Mientras enjambran las tragedias, los crímenes en serie, como el suicido inmediato de sus autores, los multiplicadores de opinión se sirven de  la prensa alucinada para la saturación de las mentes con las noticias perversas, que estimulan psicópatas  para la práctica de hediondez que nos les había alcanzado la mente.
Personas dichas famosas, en el arte, en el cine, en la televisión, exhiben, sin pudor, sus llagas morales, narrando los abortos que practicaron, la autorización  para la eutanasia en seres queridos que los obstaculizaban el gozo juvenil, la multiplicación de parejas sexuales, los adulterios por venganza o simplemente por vulgaridad,  los procesos  a que se entregan, a las perversiones que los caracterizan, vilipendiando los sentimientos de aquellos que los ven o leen aterrorizados unos, con envidia otros, en lamentable comercio de degradación.
Jóvenes, masculinos y femeninos, se exhiben en el circo de los placeres, en la condición   de esclavos burlescos en revistas de sexo explicito o en filmes de baja calidad, tornándose ídolos de la pornografía y de la sensualidad enfermiza.
La pedofilia alcanza niveles nunca antes imaginados, gracias a la Internet que le abre puertas al infinito,  cuando padres  insensatos venden a los hijos para el vil comercio del sexo infanto-juvenil, despedazándoles su infancia que se ve cruelmente asesinada.
Por otro lado, la prostitución de menores es cada vez mayor, porque el cansancio de los viciados exige carnes nuevas para los apetitos salvajes que los consumen.
Y, porque viven siempre aburridos y sin nuevos estímulos, el alcoholismo, el tabaquismo, la drogadicción,  constituyen el nuevo paso rumbo a la violencia, de la depresión, del autocidio.
Se vive, es este momento, la tiranía del sexo  en exaltación.
Las dolorosas lecciones del pasado, de religiosos que no se supieron comportar, no respetando los votos formulados, que desmoralizaran las propuestas doctrinarias de las creencias  que abrazaban, el disfraz,  la hipocresía, ocultando las conductas reprochables, generaron  tal animosidad de las formulaciones espiritualistas, con las excepciones comprensibles, que los jóvenes no soportan, siquiera, referencias de los valores del Espíritu inmortal.
Solamente hay interés por los deportes, particularmente  por aquellos de naturaleza física, en el culto apasionado por la belleza y por la estética de que se tornan esclavos por libre opción.
En un periodo, sin embargo, en que una muñeca sirve de modelo, en lugar de haber copiado un ser humano, exigiendo que cirugías correctoras modifiquen la apariencia de algunas mujeres, a fin de quedar con las medidas del juguete erótico, es casi normal que haya un verdadero ultraje en lo que dice respecto a los valores reales de la vida.
Las desconsideraciones de muchos gobernantes en relación al pueblo que es maltratado por la  miseria, hacen que las favelas y morros vomiten sus enojados  habitantes para las periódicas ondas de arrastre que aterran.
Sucede que el bien no yendo a su encuentro, tiene que enfrentar el mal que prolifera  y que desciende del lugar en que se refugia  buscando solución, manteniendo comportamientos salvajes.
Las ciudades, grandes y pequeñas, se tornan plazas de guerras no declaradas, porque las necesidades de los sufridores no son atendidas y algunos poderosos que gobiernan, se complacen con los valores  que deberían ser destinados a la educación , a la salud, al trabajo, al recreo de los ciudadanos.
Es comprensible que aumenten las estadísticas de las enfermedades dilaceradas como el cáncer, la tuberculosis, las cardiovasculares, la AIDS, otras sexualmente transmisibles, las infecciones hospitalarias, entre otras diversas, acompañadas por los trastornos psicológicos y psiquiátricos que demuestran el atraso en el que aún permanecen las conquistas en el área de la salud, pese a sus indescriptibles realizaciones.
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El ser humano agoniza…
En razón de la falta de orientación sexual, en estos días de disparates, la gravidez entre niñas desprevenidas aumenta  de  forma chocante, como fruto de experiencias  estimuladas por la vulgaridad, sin cualquier preparación  para la maternidad, jugando en las calles diariamente    creciente número de abandonados…
Faltan programas de orientación moral, porque el momento es de placer y de gozo, condenando a la mayoría de los incautos al desespero y  a la  ilusión.

Aun se prolongará el reinado erótico por algún tiempo, hasta el momento cuando las Divinas Leyes conviden a los responsables por el  abuso al  comedimiento, a la reparación, encaminándolos para mundos inferiores, donde se encontrarán bajo la situación de acerbas aflicciones, recordando al  paraíso que perdieran, más que pueden alcanzarlo nuevamente después de las luchas redentoras.
Especialmente en esta hora llegó a la Tierra el Espiritismo, a fin de convidar a las criaturas des norteadas a encontrar el  rumbo en los deberes éticos, restaurando la paz y  la alegría real en los corazones, sin la música mentirosa de las sirenas  mitológicas...
Restaurando la palabra de Jesús, propone una revisión ética de los postulados del  Cristianismo también ultrajado, a fin de que se revivan los comportamientos de Jesús y  de Sus primeros discípulos, dando lugar à la legítima  fraternidad, a la iluminación  de las consciencias, al servicio de la caridad.
Mantente vigilante, a fin de que no te eludas ni engañes a nadie, contribuyendo con tu parte, por más modesta que sea, de modo que pueda instalarse la era del amor la cual todos anhelan.

Mensaje psicografiado por el médium Divaldo Pereira Franco, en la mañana del 19 de mayo  de 2009, en la residencia  de Josef Jackulak, e Viena Austria.
Traducido por: M. C. R

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              EL JARDIN DE LA VIDA
    La vida humana puede ser comparada a una rosa en el jardín del mundo. El bebe es el botón que despunta, delicadamente.
    A la medida que se va abriendo, va descubriendo y extasiándose con el rocio del relente en la madrugada de luz, el brillo del cristal al toque del sol en las primeras horas de la mañana, el calor del astro rey en la tarde caliente.
   Cuanto más se abre para la vida, mas descubrimientos realiza. Valiente,la criatura no lee obstáculos en las líneas de la vida.
   Ella intenta, experimenta, palpa y lo siente todo. Confiada, ella extiende los brazos a quien le ofrece el cuello.
     Perseverante, ella insiste en las tentativas sin considerarse derrotada por la latilla que no abre, por el juego que no rueda, el muñeco que toma y no queda de pie.
    Ningún obstáculo la detiene: es una escalera que parece no tener fin, una puerta cerrada, un portón trancado.
   Extrañadamente, a la proporción que crece, parece olvidarse de su lado brillante.
 En los primeros años escolares, se puede mostrar cerrada a las novedades y hasta presentar bajo aprovechamiento escolar.
  Más tarde, ya madura, exactamente con el botón totalmente abierto, los bloqueos se hacen mayores. Los percances son considerados intranspasables.
   Cuando envejece gradualmente, más obstáculos adquiere: mi memoria no es buena. Olvido todo. Me estoy quedando viejo.
   Deja de actuar de aprender algo nuevo. Exactamente en el periodo en que, de un modo general, pasa a tener más tiempo libre.
   La aposentaduría llegó, los hijos se casan, las obligaciones disminuyen.
   Todo lo que se piensa en tener durante los años de la juventud, en la madurez se encuentra a disposición: más tiempo.
   No en tanto, ese tiempo es gastado en la ociosidad. Y si hay algo que realmente hace a la persona envejecer es la ociosidad y la inactividad, el no hacer nada.
   Cuando la rosa en el jardín va perdiendo el brillo, marchitándose y sin hojas, el hombre también se permite fenecer.
    Mas todo puede ser diferente. Nunca es tarde para aprender.
    Envejecimiento nada tiene que ver con la perdida de la memoria.
    A no ser que la persona sea portadora de alguna enfermedad, que perjudique las funciones mentales, las intelectuales, siempre es tiempo de aprender.
   Absorber sabiduría de los libros, aprender a tocar un instrumento, ejercitarse en una nueva lengua. Hacer todo aquello que no se tuvo tiempo o posibilidad de hacer antes, es una cosa maravillosa.
   Oscar Niemeyer, conocido arquitecto brasileño, cuando alguien le preguntó cierta vez sobre lo que hallaría en la vejez, afirmó: “No veo problema alguno con mi edad. Nací en 1907. Desde temprano me dediqué a ver la poesía que vibra en las curvas de las imágenes, y no solo en las líneas rectas y tensas.
   Prosigo con ahínco y dedicación, en la búsqueda de mi crecimiento y hoy, con más de 90 años, puedo afirmar que soy una persona feliz.
Ayudo a las personas cuanto puedo y aprendí a contemplar la naturaleza, de modo que todas esas cosas sumadas, y muchas otras más, me aportan la convicción de la serenidad.”
  Un conocido locutor de la televisión afirmó recientemente, a los 70 años de edad: “tengo un proyecto aun para realizar antes de morir. Ese proyecto deberá llevar 14 años para su concretación. Es un proyecto osado, en que estaré utilizando mi voz, que hoy se encuentra más consistente, más sonora de lo que jamás fue. Yo espero que el buen Padre no me lleve antes. Yo deseo concluir ese proyecto antes de partir.”
Esto es vejez bendecida. Esto es no marchitarse, aunque el tiempo ya tenga diseñado su mapa en las fases de quien aun sabe sonreír para la vida, a cada amanecer.
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¿Usted sabe que fue a los 66 años que Michel-Angelo concluyó el fresco “El juicio Final”, en la capilla Sextina, en Roma?
¿Y que a los 77 años el astronauta John Glenn volvió al espacio, para un viaje más?
¿Y usted sabia que envejecer con dignidad es tener siempre en mente un proyecto de vida para el día que aun no nació?

Trabajo aportado por Mercedes Cruz

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