viernes, 20 de febrero de 2015

Las Madres


ABUSOS EN LA MEDIUMNIDAD



El fraude y la superchería es uno de los primeros a señalar.
Los fraudes pueden ser conscientes o inconscientes; en este último caso, son provocados o por la acción de espíritus malos o por sugestiones que ejercen sobre el médium los experimentadores o algunos de los presentes en la reunión. Los fraudes conscientes provienen, o bien de falsos médiums, o de médiums verdaderos, pero desleales, que han convertido sus facultades en fuente de provecho material.
Desconociendo la nobleza y la importancia de su misión y de sus preciosas cualidades, los convierten en un medio de explotación, y cuando el fenómeno no se presenta, no dudan en simularlos por medio de toda clase de artificios.
Esos médiums los hay también en todas partes, son sujetos burlones a quienes no les importa divertirse a costa del vulgo ignorante, pero que más tarde o más temprano se descubren así mismos.
Hay otros para quien el Espiritismo no es más que un simple comercio, y se las ingenian para imitar las manifestaciones que les pueden dar mayor ganancia. Algunos han sido descubiertos en plena sesión, y no pocos han sido motivo de procesos famosos, que burlándose de la buena fe de quienes los consultaban, no vacilaron en profanar los sentimientos más sagrados, lanzando sospechas e incertidumbres sobre una ciencia y una doctrina que pueden ser un medio de regeneración.
Perdieron con frecuencia el sentimiento de su responsabilidad; pero la vida de ultratumba les reserva sorpresas nada agradables. El mal que estos embaucadores han hecho a la verdad es verdaderamente incalculable.
Sus groseras maquinaciones han alejado a no pocos sabios del estudio serio del Espiritismo. Así, el deber de todo hombre honrado es desenmascararles y condenarles. El desprecio en este mundo, el remordimiento y la vergüenza en el otro, he aquí lo que les espera. Ya sabemos que todo se paga, y que el mal acaba por caer siempre sobre el mismo que lo ha causado. No hay nada más vil y miserable que negociar con lo dolores del prójimo, fingiendo por dinero a los amigos, a los seres queridos y que lloramos porque se fueron de este mundo, haciendo de la misma muerte un objeto de falsificaciones y de la más vergonzosa especulación.

Más no se puede hacer al espiritismo responsable de tales procedimientos. El abuso o la falsificación de una cosa no prejuzgan contra la cosa misma.
Los fraudes inconscientes tienen su explicación por la sugestión y los médiums son muy sensibles a la acción sugestiva, lo mismo de los vivos que de los difuntos. Los espíritus cuando se manifiestan influencian con su estado de ánimo al médium y a veces de una forma considerable. El buen médium a veces siente la sugestión de mentir, pero la rechazan otros en cambio caen en un momento de debilidad y ya nadie cree en ellos.
Es importante examinar y analizar todas las cosas con el más frió juicio, con gran circunspección y admitir únicamente aquello que se presenta con el más absoluto carácter de autenticidad.
Por su propia naturaleza la mediúmnidad es una cosa variable, móvil, intermitente. No estando los espíritus bajo las ordenes de nadie, jamás se puede saber por adelantado el éxito de las sesiones. El médium puede sentirse enfermo, o indispuesto: también hallarse mal constituida la asistencia desde el punto de vista psíquico. Por otro lado, la asistencia de los espíritus elevados, siempre se avendrá mal con la imposición de tarifas en la práctica del espiritismo.
La mejor garantía de sinceridad que puede presentar un médium es el desinterés, como es también el medio más seguro para obtener protección de lo alto.
Comerciar con la mediúmnidad es disponer de una cosa de la cual no se es dueño; es abusar de la buena voluntad de los muertos, sujetarles a una empresa que no es digna de ellos, es desviar el espiritismo de su fin providencial.
El ejercicio de la mediúmnidad ha de ser en todo tiempo y ocasión un acto grave y religioso, despojado de todo carácter mercantil y de todo aquello que lo puede rebajar o desmerecer.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro de León Denis (En lo invisible)

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¿ Por qué existen las catástrofes naturales?



Las catástrofes naturales que vemos en forma de maremotos, inundaciones, terremotos, huracanes, incendios, lluvias ácidas, cambios climáticos, etc, que afectan frecuentemente al Ser humano, siempre vienen a ser un acicate y un motivo para que los afectados, a causa del sufrimiento común, se vean abocados a desarrollar la inteligencia, la paciencia, el altruismo, la abnegación, la ayuda mutua, la piedad, la solidaridad, la fraternidad, y en definitiva, toda una serie de aptitudes positivas necesarias para superar estas situaciones y salir adelante.
A veces estas catástrofes naturales que afectan dolorosamente a pueblos o colectivos, tienen como causa oculta alguna deuda colectiva desde anteriores existencias, tal vez, desde épocas remotas, que afecta a las poblaciones que las sufren, pero desde luego estas “desgracias” naturales nunca suceden por azar o por casualidad, sino que aunque comúnmente no se conozcan los por qués, y la única explicación que se les dé sea la de la casualidad o la mala suerte, el caso es que bajo el punto de vista de un conocimiento espiritual, podremos comprender que con frecuencia son necesarias para la continuidad del proceso evolutivo espiritual en los Seres humanos afectados.
Otras muchas veces, estos fenómenos que suponen las catástrofes naturales y que alteran por sí mismos la fisiología y la ecología de nuestro planeta o de una zona del mismo, tienen que ver con la polución ambiental y con el desvarío humano del cual son su efecto. Asimismo es de señalar que el cambio climático que estamos generando entre todos, aun sabiéndolo pero creyendo que la naturaleza de la Tierra tiene una capacidad casi infinita de regeneración por si sola, por lo que llevados por nuestra ansia de excesivo bienestar material o por intereses económicos o políticos, y sin tener en cuenta el futuro ambiental que tendrán que afrontar nuestros hijos y nietos, ignorando que podemos ser nosotros mismos en otra nueva vida futura quienes nos encontramos de cara con este mundo difícil que ahora generamos de modo tan egoísta e inconsciente, , sin importarnos otra cosa que la vida o el momento presente, negándonos que pueda haber un futuro y que ese futuro no es que vaya a afectar solamente a otras generaciones venideras, extrañas, no; es que esas generaciones de un futuro que ahora no consideramos, precisamente estarán formadas por muchos de los que ahora cerramos los ojos a esta realidad cuyas consecuencias algún día recibiremos plenamente. La degradación ambiental con un aumento progresivo y acelerado, viene generada por causas que actualmente estamos poniendo en marcha los humanos sin importarnos las consecuencias, y esto está creándonos un karma colectivo a nivel planetario, que algún día deberemos afrontar cuando, tal vez en otra generación, seamos los protagonistas del sufrimiento de catástrofes que ahora estamos preparando para el futuro , de un modo absurdo e inconsciente.

Jose Luis Martín -

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“Pero el Karma no olvida jamás, ni toma en cuenta el hecho de que los hombres olviden. Si quieres entrar en el Sendero, debes reflexionar en las consecuencias de aquello que haces, para no ser culpable de crueldad inconsciente”
-Krishnamurti-

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MADRES



¿Te gustan los niños?
¿Eres madre?

Es verdad que la mujer se siente totalmente realizada cuando es madre, cuantas mujeres desean obtener esa ventura, y la vida no se lo permite, y cuantas son aquellas que enredadas en los torbellinos terrenales se ven sorprendidas con ese evento y se convierten en asesinas de su propia sangre.

Un niño es la alegría de una casa, nunca en un hogar debería faltar un niño, hay tantas historias de los niños, que podríamos pasar aquí muchos años contándolas y nunca terminaríamos.

Es muy triste ver a los padres el quejarse por los hijos ingratos, siempre dicen que no se lo merecen, que a un buen padre no corresponde un mal hijo.

Pero los espiritas sabemos muy bien que nada sucede porque si, que la vida, nos devuelve aquello que sembramos, quizás en otra existencia fuimos un mal hijo, y ahora venimos a sufrir en la propia familia la ingratitudes que nosotros les ofrecimos a nuestros padres.

Por eso en los casos de los hijos difíciles, la madre debe intentar llegar al corazón de su hijo, hacerle razonar, y no cansarse, porque el hijo rebelde no se cambia de la noche a la mañana, diremos que es algo difícil, de hecho lo es, pero no imposible.

Solo una madre con amor en el corazón, está capacitada para llevar tareas tan difíciles, y meritorias, porque en su sacrificio y en su amor, recibe en la generalidad ingratitudes, y solo un amor como es el de una buena madre es capaz de olvidar y perdonar, sin rencor en su corazón, solo con su sacrificio y abnegación es que ella llevara adelante su trabajo de educarle.

¿Cuidas tu de tus hijos’

¿Qué tiempo les dedicas?

¿Hablas con ellos?

¿Trabajas, y por eso lo llevas a las guarderías o al jardín de infancia?

¿Realmente te justifica la necesidad?

¿O lo haces porque te ahogas en el hogar, y deseas huir de el?

¿Has meditado en tu responsabilidad como madre?

Un hijo no es un ser , al que debemos alimentar, hacerlo estudiar, y darle un techo, no es un animalito como los que tenemos en casa, al cual con alimentarle, llevarle al veterinario, para que le ponga las vacunas, tenerle la casita donde duerme limpia, y poco más.

Un hijo es alguien que necesita de nuestros cuidados, de nuestro tiempo, de nuestra educación, de nuestra amistad, de nuestra renuncia a veces, de nuestro sacrificio, es una misión tan importante la de una madre, para con sus hijos, que no debe pasar por alto, la mujer debe reflexionar, ante este evento, pues es una falta grave, abandonar nuestro compromisos para con nuestros hijos.

Aquí quizás logremos callar la boca a quien se atreve a amonestarnos, por nuestro desinterés, por nuestro alejamiento intencionado, con el pretexto de que necesitamos dinero, pero allí no, allí veremos reflejado en nuestra conciencia la verdad, y nos sentiremos muy mal, porque la mayoría de las madres han olvidado esa misión, porque en realidad no la desean.

Luego cuando los hijos crecen, se quejan, de que no los conocen, que parecen extraños, reclaman algo a lo que no tienen derecho, puesto que nada sembraron, no dedicaron tiempo a conocer a sus hijos, a ver que clase de almas son, y procurar en sus deficiencias, sembrar con su gracia y amor, la rectificación de las cosas imperfectas que el hijo porta.

Más tarde cuando alcanzan la edad de 17 años quizás más temprano, asoma en su totalidad el espíritu que es, y ella se asusta, no comprende realmente lo que tienen ante si, descubren raíces muy profundas que derivan en maldades que las impresionan, escandalizándose por un comportamiento antinatural, a todos hecha la culpa, pero ya es demasiado tarde, el hijo se hizo hombre, y lo que no ha tenido en la niñez lo detesta, de ahí que muchas veces las madres se sientan rechazadas,

Son mucho los padres infelices, porque ignoran las deficiencias del hijo y por eso no las combatieron desde el principio. Por dejadez y debilidad dejaron que en ellos se desarrollará los gérmenes del orgullo, del egoísmo, y de la vanidad, que produjeron la sequedad de su corazón.

Más tarde cuando recogen lo que sembraron, se asombran y lloran desconsolados, porque ven en realidad que no los conocen, que han perdido la oportunidad de enderezar el árbol, ya torcido y duro, cuando sienten su rechazo, sienten a la vez su fracaso, tienen de todo, gozan de dinero, de comodidades, pero carecen de lo esencial de la paz en el hogar , pues los hijos se han convertido en una pesadilla, ellos, día si y día no, traen al hogar problemas, y bastantes serios, de difícil solución , y lo mismo que antes pasaban por su trabajo, y nada las amonestaba, ahora son ellos, los que a base de reproches e ingratitudes les pasa la factura.

¿Eres joven?

¿Quieres disfrutar de la vida?

¿Realmente no deseas atarte a nada?

Entonces amiga, procura defender tu estado de soltera, llena tú tiempo con deportes, trabajo, emprendimientos sanos, pero no te encierres en tu propia cárcel, en un matrimonio donde adquieres unos compromisos que siempre tendrás que rendir cuentas de ellos.

La vida y Dios nos pasa factura, como vemos no podemos pasar por alto, con los tiempos modernos, compromisos tan graves para el espíritu.

“En el ambiente doméstico, el corazón maternal debe ser el exponente divino de toda la comprensión espiritual y de todos los sacrificios por la paz de la familia. Dentro de esa esfera de trabajo, en la más santificada tarea de renuncia personal, la mujer cristiana enciende la verdadera luz para el camino de los hijos a través de la vida.”

Una madre es como una brújula guiando a sus hijos, ella debe siempre marcar el norte, para que ellos sepan dirigir sus pasos por el buen camino.

¿Qué punto marcas tú?

¿Crees que lo estás haciendo bien?

¿Realmente te lo has preguntado a ti misma alguna vez?

¿Piénsalo, eres merecedora de ser realmente llamada madre?

¿Sientes el regocijo y la alegría cuando tus hijos se acercan a ti, te importunan sus cosas?

¿Conoces sus sueños, te has convertido en niña, al jugar con él, le has tocado el corazón, conoces su punto débil ?

¿Te sientes madre, en realidad?

¡Madres, haceros merecedoras de los gozos divinos que Dios conjugó a la maternidad, enseñando a vuestros hijos que están en la Tierra a perfeccionarse, a amar y bendecir.

Tenéis la misión de eliminar por medio de la educación los malos principios innatos de otras existencias anteriores, por ello, no debéis relegarlos al olvido, es vuestra función, vuestra tarea, y si no la cumplís, habréis fracasado.

Trabajo realizado por Merchita




“El trabajo de la mujer es siempre la misión de amor, extendiéndose hasta el infinito.”

(Waldo Vieira)


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