domingo, 22 de febrero de 2015

Mediumnidad: Relaciones verticales y horizontales


¿ Los animales , los niños y los enfermos psíquicos, están sometidos a la Ley de Causa y Efecto?.-

La Ley de Consecuencias, como todas las leyes cósmicas, es una ley perfecta, por lo que necesariamente es una ley justa. Actúa rectificando los errores cometidos libre y voluntariamente, en plena conciencia de los actos, por tanto a los seres no racionales no les afecta, pues aunque han tenido voluntad o decisión en sus acciones, no han tenido libre albedrío al no haber tenido una mente racional con conciencia.
Los animales a diferencia de los seres humanos no tienen libre albedrío en la comisión de sus actos, así como no lo tienen los humanos que permanecen bajo el efecto de una obsesión espiritual o de una enfermedad psíquica o de locura; por tanto sus actos irracionales quedan fuera de la acción de la Ley de Consecuencias. Sin embargo, los casos de obsesiones que actúan bajo el aspecto de la locura, o cuando niños pequeños que son la imagen de la inocencia, sufren enfermedades o accidentes, está claro que no son fruto de actos irresponsables de su corta vida actual, sino que se remontan a su pasado espiritual y son el resultado de la aplicación de esta Ley natural rectificadora y moldeadora de la conducta humana.
Los animales, por carecer de los atributos del alma humana que les puedan responsabilizar por sus actos, tampoco están sujetos a esta ley de Causa y Efecto, y esto viene a ser la norma para todas las especies animales que solo obedecen a un instinto irracional por el que se mueven y actúan. Sin embargo vemos casos de ciertos ejemplares que desde su nacimiento, aparecen enfermos, disminuidos o cautivos, por lo que parecen sufrir karma. Pero es de comprender que esto es solo una apariencia, pues en justicia no pueden sufrir por algo que hayan podido hacer anteriormente fuera de su razón y de su voluntad. Sin embargo, el sufrimiento siempre actúa como acicate impulsor en la evolución y desarrollo del alma. Esta circunstancia que parece contradecir el justo y equilibrado funcionamiento de las leyes divinas, la atraviesan muchas almas animales, siempre inocentes, precisamente para impulsar sus evoluciones individuales mediante la experiencia de existencias difíciles o dolorosas , como consecuencia de circunstancias anómalas dentro de la naturaleza de su especie y que finalmente les llevan a adquirir sentido del bien y del mal.
En cualquier caso, aunque a veces cueste comprender la Luz de la Verdad en cuanto nos rodea, lo que tendremos siempre claro es que todo cuanto existe y acontece, tiene su razón justa de ser así y de existir, y que nada absolutamente escapa a la Perfecta Voluntad del Creador que mueve y sustenta cada detalle del Universo.
El caso de los niños o los dementes, es semejante al de los demás seres irracionales, pues ellos no generan karma con sus actos irresponsables durante una etapa en que no tienen conciencia del bien y del mal, sin embargo si vemos como muchas veces en la infancia se manifiestan en ocasiones enfermedades o calamidades, que en una gran parte de los casos se deben a consecuencias del pasado.
Se podría sintetizar que están libres de generar karma, pero como espíritus que tienen un pasado en el que han podido actuar libremente haciendo mal con plena conciencia y voluntad, en el momento de su vida presente, bajo un aspecto físico de inocencia, no están libres en absoluto de poder recoger los efectos de causas anteriores, pues si como humanos y menos aún irracionales, no comprenden las causas de sus dolores o sufrimientos, mas tarde cuando despierten de nuevo como espíritus libres, si que estarán en condiciones de evaluar aquello por lo que han pasado en su vida terrenal, y de ello sacarán sus lecciones aprendidas y las consecuencias provechosas para su marcha evolutiva en general.
No podría poner final a esta cuestión, sin antes volver a recordar que respetar y proteger a los animales, así como a los niños y los dementes, aunque en este último caso a veces resulta especialmente duro o difícil, es siempre un deber humano y cristiano.

- Jose Luis Martín-

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Aunque el acto instintivo no tenga el carácter de inteligente, revela una causa inteligente esencialmente previsora”.


- Allán Kardec- ( El Génesis-cap.3-12)-

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  JUSTICIA DE LA            REENCARNACIÓN.

171 – ¿Sobre qué está basado el dogma de la reencarnación?
– En la justicia de Dios y en la revelación; porque como lo repetimos siempre: Un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta al arrepentimiento. ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna, a todos aquellos cuyo progreso no dependió de ellos mismos? ¿No son todos los hombres hijos de  Dios? Solo entre los egoístas impera la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Todos los Espíritus tienden a la perfección y Dios les proporciona losmedios por las pruebas de la vida corporal; pero, en su justicia, les permite realizar,en nuevas existencias, lo que no pudieron hacer o terminar en la prueba anterior.
No estaría conforme ni con la equidad ni con la bondad de Dios el castigar para siempre a los que han podido encontrar obstáculos al progreso ajenos a su voluntad, en el mismo medio donde fueron colocados. Si el destino del hombre quedase irrevocablemente decidido después de su muerte, Dios no habría pesado las acciones de todos los hombres con la misma balanza, ni los habría tratado con imparcialidad.
La doctrina de la reencarnación, que admite muchas existencias sucesivas para el hombre, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios con relación a los hombres, colocados en una condición moral inferior, la única que nos explica el futuro y sustenta nuestras esperanzas, pues nos ofrece medios de rescatar nuestros errores por nuevas pruebas. La razón indica esta doctrina y así nos lo enseñan los Espíritus.
El hombre que tiene conciencia de su inferioridad halla en la doctrina de la reencarnación una consoladora esperanza. Si cree en la justicia de Dios, no puede esperar que será eternamente igual a los que actuaron mejor que él. El pensamiento de que esa inferioridad no lo desheredará para siempre del bien supremo y que podrá lograrlo con nuevos esfuerzos, le sostiene y le reanima el valor. ¿Quién es el que al final de su camino, no lamenta haber adquirido muy tarde una experiencia que no puede aprovechar? Pues, esa experiencia tardía no se pierde; será aprovechada en una nueva existencia.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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                      MENSAJE: Responsabilidad


… es indispensable mantener el Espiritismo como fue entregado por los Mensajeros Divinos a Allan Kardec, sin compromisos políticos, sin profesionalismo religioso, sin personalismos deprimentes, sin anhelos de conquista a poderes terrestres transitorios.

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MEDIÚMNIDAD
 RELACIONES HORIZONTALES Y VERTICALES

La mediúmnidad es una abertura en la percepción de nosotros mismos y del otro. Bien cultivada, asentada sobre el desenvolvimiento de valores morales sólidos, ella nos pone en estado de lucidez permanente. Es posible captar mejor  quien somos, por las intuiciones más o menos claras de nuestro pasado espiritual, por las ideas  de nuestro yo integral. Se sabe que la conciencia del Espíritu fuera del cuerpo es siempre mayor que la conciencia sumergida en la materia. Más allá  de la posibilidad de comunicarnos con otras mentes, la mediúmnidad no es la abertura  para si, el acceso al propio yo. Dice J. Herculano Pires: “La mediúmnidad no es apenas una comunicación con los Espíritus. Ella es la comunicación plena, abierta para las relaciones sociales y para las relaciones espirituales. En estos capítulos, figura en destaque, por la importancia que asume en nuestro comportamiento individual y social, la actividad mediúmnica interior, en la que la esencia divina del hombre se comunica con su esencia humana. Es ese el más bello acto mediúmnico, el fenómeno más significativo de la mediúmnidad, aquel que más distintamente nos  revela nuestra inmortalidad personal.” (Pires. J. Herculano. Mediúmnidad, Vida y Comunicación, San Pablo: Paideia, 2004, p121.)
Ese tipo de percepción más lúcida de la existencia y de la posibilidad de acceso - incluso en la forma de la intuición - el bagaje de todo nuestro ser, puede ser cultivada, por la elevación de pensamiento, por la oración y por un estado mental de alerta y observación. Vivir mediúmnicamente, así, es estar más cuerdo, menos condicionado a las limitaciones de la materia.
Y ese sentido, de percepción no aumenta apenas en relación  a nosotros mismos, más también a los otros, a las relaciones humanas, a las circunstancias  de la vida. La mediúmnidad es también  la capacidad de captar con mayor precisión  o tenor vibratorio que los que nos rodean (encarnados y desencarnados), conocer sus situaciones, con cierto grado de certeza, y ver el estado espiritual del ser, tras las mascaras sociales.
El médium bien  afinado puede percibir las fuerzas positivas y negativas de un dado ambiente e identificarlas después de cierto análisis. De ese modo, puede situarse mejor en el laberinto  de las situaciones y de las personas y disponer de más elementos para actuar correctamente.
Hasta ahora,  nos estamos refiriendo al plano de la intuición y de la percepción extra-sensorial, ósea, a la mediúmnidad usada por el propio dueño, como instrumento de captación de lo real. Más también debemos recordar la mediúmnidad activa, en la que Espíritus desencarnados usan al médium, para comunicarse con los vivos. Entonces, las relaciones humanas se extienden más claramente más allá de las barreras de la carne. El médium es vehículo – nunca pasivo – del dialogo entre los dos mundos.
En esa ocasión, se le presenta una oportunidad estimulante de entrar en una mente ajena. El acto mediúmnico, principalmente el de la psicografia  o el de la psicofonía, es siempre una unión telepática, una sintonía momentánea de dos inteligencias. Al recibir, por tanto,  a un Espíritu, obsesor o iluminado, un sufridor o un maestro de la Espiritualidad, la mente  del médium como se ve  apropiada  por la mente  del desencarnado. Al final de años de mediúmnidad  activa, el médium guardará un archivo mental fascinante de personalidades – que conoció más íntimamente.  Cada ser es único en el universo y la singularidad humana es una de las facetas más  ricas de la Creación. Y el médium tiene el privilegio de vivenciar  telepáticamente otras singularidades (que están por encima o por debajo de su grado evolutivo), más todas ellas portadoras de experiencias  y únicos sentimientos.
Si él supiera aprovechar bien ese manantial de estudios psicológicos, el aumentará su capacidad de comprender al ser humano y aun mismo su capacidad de amarlo – pues siempre podrá constatar, aun mismo en las conciencias más criminales, la centella divina, el germen del amor universal, el ansia de la perfección, que están latentes en todos los seres.
Condiciones éticas de la mediúmnidad
Kardec dedico un capítulo entero del Libro de los Mediums a la cuestión de la “Influencia moral del médium”, (Cap. XX), estudiando las condiciones éticas, necesarias para la práctica mediúmnica. Es bien verdad que la capacidad mediúmnica es independiente del grado de moralidad del médium. Más no se da lo mismo  en cuanto a los resultados  y en cuanto al uso de esa capacidad.
Dividamos esa cuestión en tres partes:
1)  El compromiso serio del auto-perfeccionamiento del médium y la posesión de ciertos valores morales básicos facilitan  la comunicación con los Espíritus Superiores y garantizan su protección constante, no por una cuestión de privilegios, más si por una afinidad vibratoria natural entre los que hacen el Bien y el médium que está procurando el Bien. De hecho, la propia lucidez para discernir a los Espíritus y las situaciones dependen de una sintonía fina, que solo se alcanza mediante la elevación de sentimientos y la serenidad existencial. Quien se rinde al orgullo, es fácilmente mistificado por los Espíritus calculadores y dominadores. Quien se rinde a la sensualidad desenfrenada procura comparsas en el plano espiritual, que le acompañen las preferencias. Estamos, por todas partes, buscando las compañías que deseamos, de acuerdo con nuestras actitudes, palabras y pensamientos. Por eso, la moralización del médium es el mejor camino para que sus acompañantes espirituales -  o la nube de testigos, a la que se refería Pablo- sean también moralizados. Es evidente  que esa moralización está lejos de significar la adopción de actitudes de fachada, de voz mansa, humildad pretensiosa y santidad forzada.  El médium es un ser humano normal y debe actuar con naturalidad y buen sentido. Actitud ética es firmeza de principios y aplicación en la propia mejoría y no  pretensión a la santidad.
2) Sin embargo no basta la intención seria. Es preciso cierto equilibrio emocional, para que la mediúmnidad fluya como debe, en su ejercicio existencial. El médium es invadido  diariamente por avalanchas  de emociones inesperadas, venidas de todas partes. Puede captar  la depresión de alguien, la irritación de otros, la obsesión de terceros… más allá del ataque de sus propios enemigos espirituales, ligados a su pasado o adversarios gratuitos de su tarea. Si el mismo no estuviera centrado en sí, si no poseyera  un reducto íntimo de serenidad  y usar a cada instante las armas de la oración y de la vigilancia, acabará siendo llevado al ruedo. Por eso, al mismo tiempo que la mediúmnidad propicia el auto-conocimiento, es preciso que el médium esté constantemente analizándose a sí mismo, para lo que  es suyo y lo que viene de fuera y saber edificar una fortaleza interior.      

   Por Dora Incontri   

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