domingo, 1 de mayo de 2011

Religiones

Las tres Revelaciones



   Religión es un sentimiento divino que aclara la senda de las almas y que cada Espíritu comprenderá, conforme a la pauta de su nivel evolutivo.

   Los hombres se han dividido en muchas religiones, como si la Fe pudiera tener también fronteras,  al modo de las patrias materiales, tantas veces sumergida en el egoísmo y la ambición de sus hijos.

   De          De esa falsa interpretación nacieron en el mundo las luchas anti fraternales y las  divergencias religiosas
            de todos los tiempos.
          
           Todas las ideas religiosas han servido para preparar al hombre para recibir y aceptar el Cordero de Dios, con     su mensaje permanente de amor y de reforma espiritual definitiva.

E         El Cristianismo  es la síntesis, en sencillez y  luz, de todos los sistemas religiosos más antiguos, los cuales eran
          expresiones fragmentarias de las verdades sublimes entregadas al mundo mediante la palabra imperecedera  
          de Jesús.


              Los hombres, a pesar de contar con esos elementos preparatorios continuaron divididos y por rebeldía
       , demoraron su edificación moral aun en las lecciones renovadoras del Evangelio.

           Todas las expresiones religiosas nacidas del cristianismo se identifican por la savia de amor del tronco que las      reúne, pese a los errores humanos de sus expositores. Ningún esfuerzo humano logró empañar la divina
          enseñanza básica de Jesucristo del “amaos los unos a los otros”.

               Al reencarnar en el planeta los Espíritus traen consigo la idea de Dios, identificándose  de una manera 
         general  con ese sagrado principio.

            La Verdad es una sola y las sectas de la Tierra son materiales de experiencia y evolución. La preferencia de 
          cada uno depende del  estado evolutivo en que se halle, su elección está siempre plenamente de acuerdo con      
           su estado intimo,  inclinándose por el culto externo, o bien por el esfuerzo sincero de evolucionar.

             Los discípulos sinceros y leales deben mantenerse en un plano superior, al de los convencionalismos 
       terrestres, obrando de acuerdo con su propia conciencia y con la mejor comprensión de su responsabilidad, sea    cual sea la parte del mundo  donde se encuentre, en cuanto desarrollen el bien por el bien y para el bien, en 
         nombre del Señor, sus actos evangélicos serán tocados por la sacrosanta  luz de las sanciones divinas.

                 Los espiritas sinceros han de comprender que el bautismo a que se elude en el Evangelio es el de la 
         invocación de las bendiciones divinas para cuantos se reúnen con ellos, en la santificada institución de la 
        familia. Apartarse de toda ceremonia de índole religiosa que pueda implicar una continuación de los fetichismos 
          de la Iglesia Romana, entendiendo el espirita que el bautismo es como un llamado de su corazón al Padre  de 
        Misericordia, a fin de que sean santificados los esfuerzos que realiza en la tarea de conducir a las almas que le hido   han sido confiadas en la institución familiar. Ha de comprender, sobre todo, que ese acto de  amor y d
     e  compromiso divino debe ser proseguido durante la vida entera, mediante el renunciamiento y el sacrificio, en 
         bien de la perfecta cristianización de los hijos y dentro de un apostolado de trabajo   y comprensión.
    
          Todos los cultos religiosos, en su aspecto dogmático son transitorios, como lo son también todas las formulas 
          de los convencionalismos sociales.
    
El es       El Espirita sincero y cristiano, ha de formalizar su compromiso conyugal de acuerdo con las leyes  de los
         hombres, honrar su promesa y su decisión santificando el matrimonio con el estricto cumplimiento de todos sus      deberes evangélicos, de conformidad con los preceptos terrestres y ante la inmutable ley divina que vibra en
           su conciencia cristianizada.
 
                El   concepto que merece la misa  en el culto externo de la Iglesia Católica, y teniéndose en cuenta el
          corazón sincero y fraternal de los creyentes, es un acto exterior que debe ser respetado por el espirita, como lo es   cualquier otra ceremonia convencional del mundo que exija la mutua consideración social dentro del
          mecanismo de las relaciones humanas de la Tierra.
                   
             La   Iglesia pretende con memorizar con ella el sacrificio del Maestro por la humanidad. Sin embargo, esa 
          ceremonia se lleva a cabo de acuerdo con la posición social y financiera del creyente.
          
              En  las apariciones  y los llamados milagros, clasificados en el dominio de lo sobrenatural, son fenómenos 
          psíquicos sobre los cuales se crearon las iglesias  conocidas. Se trata de hechos que el Espiritismo, en su 
          misión divina de Consolador, ha venido a catalogar y esclarecer.

             Cuando Jesús dijo a los judíos “Sois Dioses” les quiso decir que en todo hombre existe una partícula de la 
         divinidad del Creador, con la cual el ser terrestre puede participar de los sagrados poderes de la Creación.
   
                El Espíritu encarnado no valoró aun debidamente el conjunto de posibilidades divinas que tiene en                          
            sus   manos  esos sagrados dones que tantas veces ha convertido en elementos de ruina y destrucción.
           
                   Hay muchos que la han sabido valorar y practicar el bien creciendo para la divinidad, por medio del
           ejemplo y la enseñanza, son llamados santos  y héroes en la Tierra, por afirmar su condición espiritual y es justo    que todos los seres humanos traten de obtener esos valores, desarrollando su naturaleza divina para el bien y para     la luz.  
                Mientras el hombre se desvía, por su falta de conocimientos e iluminación, su error se justifica, en cierto  
          modo, por su ceguera o ignorancia. Pero la falta que se comete cuando ya se ha adquirido conciencia plena
         del deber, esa significa un “pecado” contra el Espíritu Santo, pues el conocimiento interior que se guarda en el  
         corazón y en la mente es una gran responsabilidad ante Dios.
 
      Todas las expresiones del Evangelio poseen un significado divino, el hombre debe vivir su existencia en el 
             mundo sabiendo que pertenece al Cielo, debido a su origen sagrado. Por eso es importante  que se des
           materialice en todo instante para desarrollarse en el amor y sabiduría, en la sacra exteriorización de la virtud  
           celestial cuyos gérmenes dormitan en su corazón.
        
            La negación de Pedro exhibe la fragilidad de las almas humanas, extraviadas por la falta de vigilancia por su de      preocupación respecto a la realidad espiritual y la indiferencia  con que se dejan arrastrar a los más
          tenebrosos torbellinos del sufrimiento, sin pensar en hacer un esfuerzo autentico y sincero en bien de las
           edificaciones definitivas de si mismas.
  
             El Evangelio es una hoja de ruta para las almas y debe ser leído con visión espiritual, porque, constituyendo la        cátedra de  Jesús, el discípulo  que a el se acerque con la intención sincera de aprender encontrará, todos los
           los  simbolismos de la letra, la palabra suave  y persuasiva, simple y enérgica de la inspiración de su inmortal
          Maestro.


Trabajo realizado por Merchita
E                  Extraído del libro el Consolador que prometió  Jesús, Chico Xavier


     ( i      ( Os recomiendo la visita al Blog:  elespiritadealbacete.blogspot.com ) 


       

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