lunes, 9 de mayo de 2011

El problema de los cadáveres




BREVES COMENTARIOS, SOBRE MÉTODOS DE 
“ENTERRAR A LOS MUERTOS”.
  
 Leí, recientemente, una revista de curiosidades, notificando que hay personas, notificando  que ya hay personas, planeando formulas de “embarcar, de esta, para otra mejor”, sin dejar el mundo contaminado, cara a la putrefacción de los restos mortales. Para el método de “enterrar a los muertos”, aun  no hay consenso sobre cuál sería la alternativa más, ecológicamente correcta,  ya que todas tienen  algún impacto ambiental: cremación libera CO2 a la atmósfera (1) y las soluciones, cómo convertir las cenizas del cadáver en un diamante o juego en el espacio, lo que obviamente, consumen mucha energía. Algunos especialistas apuntan  el método congelación-seco, hasta ahora disponible sólo en Suecia.la técnica consiste en congelar el cuerpo, junto con nitrógeno liquido,  a una temperatura  de 96 grados negativos. Congelados, son colocados para vibrar en una poderosa estera y, en pocos minutos, todos es destrozado, convirtiéndose en "polvo", en cantidades de 20 kg, de un cuerpo de 70 kg. El "polvo" es colocado en una caja de patata o el maíz, y enterrado. Un árbol es plantado encima de la caja para aprovechar los nutrientes. Entre  6 y un año, todo desaparece. Incluso parece ciencia ficción.
    Para el biólogo, Billy Campbell, fundador del primer cementerio verde de los  EE.UU., Ramsey Creek, en funcionamiento desde 1996, "el funeral más" verde "es lo que impide el desperdicio de recursos, no utiliza materiales tóxicos y elige materiales biodegradable, sin riesgo de extinción, y proteger las zonas amenazadas. "(2) La compañía Eternal Reefs transforma las cenizas de la cremación en una placa  que se coloca en el fondo del mar y sirve de base a los corales. "En Suiza, una empresa se convierte en el producto de los diamantes de la cremación. Para hacer la pieza, se utilizan 500 gramos de cenizas y el  precio varía,  desde 2800 a 10.600 euros. (3) El proceso dispensa almacenamiento de residuos y no ocupa terreno. “Una personas  con 70 kilos de masa se transforma  en 1 o 2 kilos de cenizas, mientras, bajo tierra, la descomposición puede durar hasta dos años y dejar cerca de 13 kilos de huesos para la posteridad” argumenta  el geólogo Leziro Marques. (4)
    El problema de los cementerios tradicionales (destino final del 80% de los brasileños, por ejemplo) es que, el 75% de ellos,  no respetan determinaciones técnicas y acaban contaminando el medio ambiente con Necrochorume (sustancia tóxica producida por el cadáver de la descomposición). Para el geólogo y profesor de la Universidad de São Judas Tadeu, Leziro Marques Silva, "un cuerpo de 70 libras genera 30 libras de Necrochorume, por ejemplo. "Los microorganismos son llevados por el agua, fuera del cementerio, por kilómetros de distancia, causando enfermedades como el tétanos, la hepatitis, la fiebre tifoidea y la disentería." (5)
     De acuerdo  con la tesis de la investigación sobre el tema, cada 70 años, el planeta tendrá el número  de enterrados en la misma cantidad de encarnados actuales, o sea: de aquí a siete décadas, tendrá 6 billones de cadáveres sepultados.  mientras los profesantes   del entierro tradicional (inhumación) lo defienden, por  aguardar el juicio final y la resurrección del cuerpo físico, los que aprueban la cremación afirman  que el enterramiento tiene consecuencias sanitarias y económicas, y, en ese raciocinio, explican que los cementerios  estarán causando serios daños al medio ambiente y a la calidad de vida de la población en general. Los informes técnicos demuestran que los cementerios contaminan el agua potable que pasa a través de ellos y conduce serio  de riesgo grave para la salud humana a las residencias cercanas, más allá de las aguas de los manantiales, pudiendo, también, contaminar a quien reside lejos de los cementerios.
    El planeta tiene sus límites de espacio, lo que quiere decir que miles de millones y miles de millones de cuerpos enterrados se empape el suelo, invaden las aguas con Necrochorume (líquido formado por las por la descomposición de los cuerpos que atacan a la naturaleza,  los cuales provocarían enfermedades), diseminando dolencias y otros riesgos con los cuales los sanitarios e investigadores se han preocupado. "Todavía hay suficiente tierra en Brasil y se admite, por lo tanto, no necesitamos copiar, apresuradamente,  costumbres en pleno desacuerdo con nuestra función espiritual.” (6)
    Kardec nada dijo a respecto de la cremación. Razón por la cual, el problema de la incineración del cuerpo merece más demorado estudio entre nosotros. Si, para unos, el proceso crematorio no repercute en el alma, para muchos otros, por tras de un cadáver, se esconde el alma inquieta y sufrida, cuya cremación inmediata de los restos mortales será pesadilla  terrible y dolorosa. Existen tesis  adversas a la cremación, sea por orden del forense;  o movida por razón de orden afectivo; y, aun,  la impulsada por la lógica  de orden religiosos, principalmente, porque la iglesia de Roma está en contra, y, hasta niega el sacramento a las personas incineradas. (7) También hemos añadido otra excepción - quizá la más grave: el desconocimiento de las cosas del Espíritu, que persiste, en gran parte, por el miedo infundido, preconcepto arraigado  y falta de información.
     El asunto es complejo,  principalmente, cuando consideramos que, muchas veces,  “el Espíritu no comprende su situación; no cree estar muerto, se siente vivo. Ese estado perdura, por todo el tiempo, mientras que haya un vínculo entre el cuerpo y el periespiritu. (8) El periespiritu, desligado del cuerpo, sentir la prueba, pero como este no llegó a través de un canal limitado, se convierte en generalizada. Podríamos decir que las vibraciones moleculares se hacen sentir en todo su ser, llegando, así, a su sensorio común (9) qué es el Espíritu mismo, pero de una manera diferente. Kardec enfatizó: "En los primeros momentos después de la muerte, la visión de él Espíritu es siempre nublada y oscura, esclareciéndose  a medida que él se libera y pudiendo adquirir la misma claridad que tuvo  cuando estaba  con vida, más allá de la posibilidad de penetrar en los cuerpos opacos”. (10)
    Chico Xavier, al ser cuestionado, en el programa “"Pinga Fogo", la desaparecida TV Tupi en São Paulo, por el periodista Almir Guimaraes, como la cremación de los cuerpos que sería implantado en Brasil,   explico: “Ya oímos a Emmanuel a ese respecto; y el dijo que la cremación es legítima para todos aquellos que la deseen, desde que haya un periodo de, por lo menos,  72  horas de expectación para el hecho en cualquier horno crematorio, lo que podrá verificarse con el depósito de los despojos humanos en ambiente frio”. (11)
     Richard Simonetti, en su libro, “Quien tiene Miedo a la Muerte”, lamenta que “en nuestros hornos crematorios de San Paulo, se espera el plazo legal de 24 horas, no obstante el reglamento permitir que el cadáver permanezca en la cámara frigorífica por el tiempo que la familia desee”. (12)
    Para con  los cadáveres, creo que el Espiritismo no recomienda ni condena la cremación o el método liofilizar. Pero, se hace necesario ejercer la piedad  con los cadáveres, protegiendo, por más tiempo, el destino de los despojos (13), pues existen, siempre, muchas repercusiones de sensibilidad entre el Espíritu desencarnado  y el cuerpo donde se esfumo  el “fluido vital” durante las primeras horas siguientes al desenlace, en vista a los fluidos orgánicos que, aun, solicitan  al alma para las sensaciones de la existencia material. La impresión de la desencarnación es percibida, habiendo posibilidades  de que surjan traumas psíquicos.  Por lo tanto, se recomienda a los seguidores del Espiritismo, que deseen optar por el proceso del crematorio [o método liofilizar], prolongar la operación por un plazo, mínimo de 72 horas después del desenlace.
 Jorge Hessen


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