miércoles, 18 de mayo de 2011

Espiritismo y política

















NO HAY REPRESENTANTES OFICIALES DEL ESPIRITISMO EN SECTOR ALGUNO DE LA  POLÍTICA HUMANA


  El trabajador de la casa espírita, sea  actuando en el área mediúmnica, doctrinaria o administrativa, sabe perfectamente que el centro espírita no es lugar de hacer campañas políticas, en cualquier época, sobre todo cuando son próximas las elecciones. El espírita, definitivamente, no puede confundir las cosas. Si estuviese vinculado a algún partido político, si desea concurrir como candidato a un cargo electivo, que lo haga lejos de las huestes espíritas para que todo lo que haga o diga, dentro de la casa espírita, no tenga una connotación de actitiud  de disfrazada intención, viniendo a conquistar los votos de sus cofrades.

   Es necesario diferenciar entre la política terrena y la política de Cristo. Cada situación en su dimensión correcta. Política partidaria a los políticos pertenece, en cuanto que religión es actividad para los religiosos. El argumento del que se sirven los parlamentarios con el pretexto de "defender" los postulados de la Doctrina, o ensalzar el prestigio social para las huestes espíritas, o incluso ser una "luz" entre los legisladores, es argumentación falsa e increible.

  A título de tolerancia, muchas veces cerramos los ojos para esas cuestiones, pero la experiencia demuestra que a veces, es conveniente cerrar un ojo, pero nunca los dos.

Considerando que nuestro mundo es una morada de opinión, es normal que tengamos divergencias sobre ese asunto.Es inaceptable, a la vista de la orientación que tenemos de la Doctrina Espírita, el clima de imposiciones que se establece frecuentemente, envolviendo a comapañeros que confunden con vehemencia y agresividad, la defensa de la verdad con hostilidad.
Es inadmisible la utilización de la tribuna espírita como palanca de propaganda política. El Espiritismo no pacta con irrelevantes y transitorios intereses mundanos. Por eso, no puede nadie esclavizarse por conseguir favores de parlamentarios, al punto de ejercer una influencia negativa en los conceptos espíritas. No tiene cabida un líder de partido en el púlpito de la casa espírita, conferenciando y dirigiendo el culto místico de una fe. Por otro lado tampoco tiene menos sentido un espírita en las calles y en las plazas, implorando votos, cual mendigo, con sofismas y simulaciones de modestia, de pobreza, de humildad, de desprendimiento, de tolerancia, etc. con finalidades demagógicas, exlatando sus propias "virtudes" y sus obras benefactoras.

   Puede esa advertencia caracterizarse en una anotación al dorso de sutiles cánticos de sirena que arrastran algunos desatentos líderes para la militancia política partidaria, pueden, ser una alerta oportuna. !!! OPORTUNÍSIMA, DIRÍA YO ¡¡¡.

    Bueno sería si esos "espíritas" que mendigan votos, optasen por otro credo, para que sea asegurada la no contaminación de ese politiquismo en nuestras huestes, porque "EN RIGOR NO HAY REPRESENTANTES OFICIALES DEL ESPIRITISMO EN SECTOR  ALGUNO DE LA POLÍTICA HUMANA 

   Nada impide repeler las actitudes extremas. No podemos abrir la mano en la vigilancia exigida por la pureza de los postulados espíritas, y no olvidemos, cuando la situación se impone, la alerta sobre la fidelidad que debemos a Jesús y a Kardec. Es importante acordarnos de que con las pequeñas concesiones, vamos desvirtuando el proyecto de la Tercera Revelación.

   Urge que hagamos una profunda distinción entre Espiritismo y Política. Somos políticos desde que nacemos y vivimos en sociedad,sí, de ahí que la Doctrina Espírita no podrá jamás ser vehículo de especulación de las ambiciones personales en ese campo. Si el mundo gira en función de políticas económicas, administrativas y sociales, no hay como tolerar la militancia política dentro de la religión. No se sustentan las tesis simplistas de que con solo con nuestra participación efectiva en los procesos políticos a nuestro alcance, ayudaremos a mejorar el mundo .

   Recordemos que Jesús contribuyó mucho en la mejora de la criatura en sí. No nos consta que Él estuviese abierto a cualquier proceso político partidario contra el poder constituido en la época.Nuestra conducta apolítica no debe ser encarada como conformismo. Por el contrario esa actitud es sinónimo de paciencia,que trabaja siempre para mejorar las situaciones es cooperar con aquellos que reciben la responsabilidad de administrar nuestros intereses públicos. "De nada nos sirve dilapidar el trabajo de un hombre público, cuando nuestro deber es prestigiarlo y respetarlo tanto en cuanto sea posible y también colaborar con él, para que su misión sea cumplida. Porque es siempre muy fácil cambiar las situaciones y establecer críticas violentas, o no, en torno a las personas.(...)
   "No es que estemos batiendo palmas para ese o aquél, pero debemos reverenciar el principio de autoridad."
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     Estamos investidos de compromiso más inmediato  en vez de malhumorarnos con el mundo de la política saturada por equívocos lamentables. Por eso, no debemos buscar una posición de destaque para nosotros mismos, en las administraciones transitorias de la Tierra. Si fuéramos convocados por las circunstancias, deberemos aceptarlo , no por honrar la Doctrina que profesamos, sino como experiencia compleja, en donde todo lo que ocurre es siempre muy difícil . El espírita sincero debe comprender que la iluminación de una consciencia es como si fuese la iluminación del mundo, sabiendo que la tarea del Evangelio, junto a las almas encarnadas en la Tierra, es la más  importante de todas las tareas, por constituir una realización definitiva y real. La misión de la doctrina es consolar e instruir, en Jesús, para que todos movilicen sus posibilidades divinas en el  camino de la vida. Cambiarla por un lugar en el banquete de los Estados e invertir el valor de las enseñanzas, porque todas las organizaciones humanas son pasajeras por la necesidad de renovación de todas las fórmulas del hombre en la ley del progreso universal".  


   El Espiritismo nos trae una nueva orden religiosa que precisa ser reservada. En ella Cristo se destaca como un excelso y generoso conductor de corazones y el Evangelio brilla como el Sol con su grandeza mágica. Una doctrina que creció  tanto en los últimos  lustros, de sus huestes surgieron buenos líderes al mismo tiempo que también aparecieron imprudentes innovadores, pregonando sus ideas de militancia política.

   Si abrazamos el Espiritismo como ideal cristiano, no podemos negarle fidelidad. El legado de tolerancia no se deberá confundir  con la omisión de la advertencia verbal ante las divergencias conceptuales y las prácticas anormales que algunos compañeros intentan imponer en el seno del Movimiento Espírita. Mantengamos el espíritu de paz, preservando los objetivos abrazados y si hubiere necesidad de sellar nuestro compromiso como testamento, no titubeemos y no nos olvidemos jamás.

   . Jorge Hessen


( Ver el Blog  "elespiritadealbacete.blogspot.com "

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