1.- Polémica espírita
2.-La familia, como instrumento de redención espiritual
3.-¿ El instinto de conservación es una ley natural?
- Frase de Chico Xavier.
4.- Ley de Igualdad
5.- Aprender y rectificar
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Polémica Espírita
Se nos ha preguntado varias veces porqué no respondemos, en nuestro periódico, a los ataques de ciertas publicaciones dirigidas contra el Espiritismo en general, contra sus partidarios, y de alguna forma incluso contra nosotros. Nosotros creemos que, en ciertos casos, el silencio es la mejor respuesta.
Es por otra parte un género de polémica que nosotros hemos tomado la decisión de abstenernos, pues puede degenerar en personalismos; no solamente nos repugna, sino que nos tomaría un tiempo que podríamos emplearlo útilmente, y sería poco interesante para nuestros lectores, que se asocian para instruirse y no para oír diatribas más o menos espirituales; una vez asumido en este camino, sería difícil de salir, es por lo que nosotros preferimos no entrar, y pensamos que el Espiritismo sólo ganará en dignidad.
Nosotros no tenemos hasta el presente más que aplaudir nuestra moderación; no nos desbiaremos, y no daremos jamás satisfacción a los amantes del escándalo.
Pero hay polémica y polémica; hay una de la cuál no recusaremos nunca: es la discusión seria de los principios que profesamos. De todas formas, es aquí incluso donde hay una distinción que hacer; se trata apenas de ataques generales, dirigidos contra la doctrina, sin ningún objetivo determinado que el de criticar, y por parte de personas que toman una postura de rechazar todo lo que no comprenden, no merecen mayor atención; el terreno que gana cada día el Espiritismo es una respuesta suficientemente perentoria y que les debe probar que sus sarcasmos no producen un gran efecto; también resaltamos que las burlas interminables de que hasta poco tiempo eran víctimas los simpatizantes de la doctrina espírita se extinguen poco a poco.
Preguntamos si existen motivos para reír cuando vemos las ideas nuevas adoptadas por tantas personas eminentes; algunos no ríen más que al principio y por costumbre, mientras otros, absolutamente no ríen más y esperan.
Observamos todavía que, entre los críticos, hay muchas personas que hablan sin conocer el asunto, sin importarles profundizar; para responderles es necesario recomenzar sin cesar las explicaciones más elementales y repetir lo que hemos escrito, algo que nosotros creemos inútil.
"Lo mismo no ocurre con aquellos que han estudiado y que no han comprendido todo, aquellos que quieren seriamente esclarecerse, que levantan objeciones conociendo la causa y de buena fe; sobre este terreno nosotros aceptamos la controversia, sin adularnos por resolver todas las dificultades, lo que sería demasiado presuntuoso."
La ciencia espírita se encuentra en su comienzo, y no nos han dicho aún sus secretos, por mayores que sean algunas maravillas que nos han desvelado. ¿Qué ciencia no tiene hechos aún misteriosos e inexplicados? Nosotros confesaremos sin vergüenza nuestra insuficiencia sobre todos los puntos a los cuales no nos sea posible responder. Así, lejos de rechazar las objeciones y las preguntas, nosotros las solicitamos, con tal que no sean inútiles y no nos hagan perder nuestro tiempo en futilidades, porque es un medio de esclarecer.
"Es ahí a lo que nosotros llamamos una polémica útil, y lo será siempre que tenga lugar entre personas serias que se respeten bastante para no apartarse de conveniencias".
Se puede pensar diferentemente y no por ello estimarse menos. ¿Qué buscamos todos, en definitiva, en esta cuestión tan palpitante y tan fecunda del Espiritismo? Para esclarecernos: nosotros, desde el primero al último, buscamos la luz, algo de ella, y, si nosotros emitimos nuestra manera de ver, no es más que una opinión individual que no pretendemos imponer a nadie; nosotros la entregaremos a la discusión, y estamos todos dispuestos a renunciar si se nos demuestra que estamos en el error.
Esta polémica nos la hacemos todos los días en nuestra Revista {se refiere a la Revue Spirite} por las respuestas o las refutaciones colectivas que nos embarga en el deber de hacer un propósito en tal o cuál artículo, y aquellos que nos hacen el honor de escribirnos trayéndonos siempre la respuesta a lo que nosotros pedimos, a pesar de no poder darla individualmente por escrito, pues el tiempo material no nos lo permite siempre.
Sus preguntas y sus objeciones están sujetas al estudio que aprovechamos para nosotros mismos y que estamos felices de aprovecharlo con nuestros lectores tratándolos a medida que las circunstancias conducen los hechos que puedan tener provecho.
Es un placer para nosotros igualmente dar verbalmente las explicaciones que nos puedan ser pedidas por las personas que nos honran con su visita, y en las conferencias imprimen una benevolencia recíproca en las cuales nos esclarecemos mutuamente.
Revue Spirite – Noviembre de 1858. Por Allan Kardec
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LA FAMILIA COMO INSTRUMENTO DE REDENCIÓN ESPIRITUAL
Por Deolindo Amorim y Hermínio C. Miranda.
“Reconcíliate con tu adversario – advirtió Cristo – mientras estas en el camino con él.”
¿Y no es precisamente en el círculo acongojante de la familia donde estamos en el camino con aquel que nuestra insensatez convirtió en adversario?
El Espiritismo coloca, pues, bajo perspectivas enteramente renovada y hasta inesperada, más allá de creativa y realista, la difícil y hasta ahora inexplicable problemática del inter-relacionamiento familiar. Si un miembro de nuestra familia tiene dificultad en aceptarnos, en entendernos, en amarnos, podemos estar seguros de que tales dificultades fueron creadas por nosotros mismos en un relacionamiento anterior en el que nuestras pasiones ignoraron el buen sentido.
-¿Y la repulsión instintiva que se experimenta por algunas personas, donde se origina? Preguntó Kardec a sus instructores (LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, pregunta 389)
- Son espíritus antipáticos que se adivina y reconocen, sin hablarse.
El punto de encuentro de muchas de esas antipatías, que necesitan del toque mágico del amor y del entendimiento, es la familia consanguínea, célula de un organismo más amplio que es la familia espiritual, que a su vez, es la célula de la institución infinitamente más vasta que es la familia mundial, y finalmente, universal.
La Doctrina considera la institución del casamiento como instrumento del “progreso en la marcha de la humanidad” y, reversamente, la abolición del casamiento como “una regresión a la vida de los animales”. (cuestiones 695 y 696, del LIBRO DE LOS ESPÍRITUS)
Al las cuestiones indicadas, Kardec acrecentó que – “El estado de naturaleza es el de la unión libre y fortuita de los sexos. El casamiento constituye uno de los primeros actos de progreso en las sociedades humanas, porque establece la solidaridad fraterna y se observa entre todos los pueblos, si bien que en condiciones diversas”.
En lo que, una vez más, están de acuerdo los estudiosos del problema y los divulgadores de la Doctrina Espirita.
Esto nos lleva a la delicada cuestión del divorcio, reconocido como una de las principales causas disgregadoras del casamiento, y, por extensión, de la familia.
El problema de la indisolubilidad del casamiento fue abordado por los Espíritus, de manera bastante resumida, en la Cuestión 697. Preguntados sobre si “Está en la ley de la Naturaleza, o solamente en la ley humana la indisolubilidad absoluta del casamiento”, respondieron de la siguiente forma:
- Es una ley contraria a la Naturaleza. Pero los hombres pueden modificar sus leyes; solo las de la Naturaleza son inmutables.
¿Qué quiso decir exactamente con eso?
En primer lugar, conviene llamar la atención por el hecho de que la respuesta fue dada en el contexto de una pregunta específica sobre la indisolubilidad absoluta. Realmente, la ley natural o divina no impone inapelablemente un tipo rígido de unión, ni siquiera porque el libre albedrío es un principio fundamental, derecho inalienable del ser humano. “Sin el libre albedrio – se afirma enfáticamente en la Cuestión (843 de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS – el hombre seria una maquina”.
La ley natural, por consiguiente, no iría a trazar limites arbitrarios a las opciones humanas, encadenando hombre y mujeres a un severo régimen de esclavitud, que podría conducir a situaciones calamitosas en términos evolutivos, resultando en agravamiento de los conflictos, en lugar de resolverlos, o por lo menos atenuarlos.
Además, como venimos recordando repetidamente, el Espiritismo no se propone dictar reglas de procedimiento específico para cada situación de la vida. lo que ofrece son principios generales, es una estructura básica, montada sobre la permanencia y estabilidad de verdades testadas y aprobadas por la experiencia de muchos milenios .
Que dentro de ese espacio se esmere la criatura humana en el ejercicio pleno de su libre albedrio y decida lo que mejor le conviene, ante el conjunto de circunstancias en que se encuentre.
El casamiento es un compromiso espiritual previamente negociado y aceptado, aunque no siempre aceptado de buen agrado por las partes que lo componen. Son muchos, o la mayoría, los que se unen con la expectativa de muchos años de turbulencia y malentendidos porque están en débito con el compañero que acogen, precisamente para que se concilien y se ajusten, se pacifiquen y se amen o, por lo menos, se respeten y estimen.
Sumergidos, sin embargo, en la carne, los buenos propósitos del deudor, que programó para si mismo un régimen de tolerancia y autocontrol, pueden fallar. Como también puede exorbitar de su deseable moderación el compañero que viene para recibir la reparación, y en lugar de recoger con serenidad lo que le es debido (y antaño le fue negado) en atención, apoyo, seguridad y afecto, asume la actitud del tirano arbitrario que, más allá de exigir con intransigencia lo debido, humilla, oprime y odia al compañero que, al fin de cuentas, está haciendo lo posible, dentro de sus limitaciones, para cumplir su compromiso. En esos casos, el proceso de ajuste – que será siempre algo difícil pero podrá desarrollarse en un clima de mutua comprensión – se convierte en venganza irracional.
En una situación de esas, más frecuentes de lo que podríamos suponer, la indisolubilidad absoluta a que se refiere la Codificación sería, de hecho, una ley antinatural. Si uno de los compañeros de la unión, programada con el objetivo de promover una rectificación de comportamiento, se sirvió insensatamente de su facultad de libre elección, optando por el odio y la venganza, cuando podría simplemente recoger lo que le es debido por un deudor dispuesto a pagar, sería injusto que la ley recusase este derecho de rechazar el compromiso asumido, modificar sus términos, o aplazar la ejecución, asumiendo, es claro, todas las responsabilidades provenientes de sus actos, como siempre, de hecho.
La ley divina no tolera la violencia que un compañero se disponga a practicar sobre el otro. Por otra parte, la deuda no es tanta con el individuo perjudicado como con la propia ley divina no respetada. En el momento en que arruinamos o asesinamos a alguien, cometemos, evidentemente, un delito personal de mayor gravedad. Es preciso recordar, con todo, que la victima también se encuentra envuelta con la ley, que, paradójicamente, irá a exhibir la reparación de la falta cometida, no para vengarla, sino para desalentar al culpable, mostrándole que cada gesto negativo crea su matriz de reparación. Cristo fue enfático y preciso al ligar siempre el error al dolor del rescate. “Ve y no peques más, para que no te acontezca cosa peor”, dijo él.
No hay sufrimiento inocente, ni cobranza injusta o indebida. El que debe paga y el que está siendo cobrado es porque debe. Así la propia víctima de un acto criminal es también un ser endeudado ante la ley, por alguna razón concreta anterior, aunque ignorada. Si, en lugar de reconciliarse, ella se venga, estará reabriendo su cuenta con nuevo débito, en vez de saldarla.
La ley natural, no prescribe la indisolubilidad mandataria y absoluta del casamiento, como caracterizó Kardec en su pregunta. Consecuentemente, la ley humana no debe ser más realista de lo que otra que le es superior; debe ser flexible, abriendo espacio para las opciones individuales del libre albedrio.
Eso, con todo, está lejos de significar una actitud de complacencia o de estimulo a la separación de los casados con dificultad. El divorcio es admisible, en situaciones de grave conflicto, en los cuales la separación legal asume la condición de mal menor, en comparación con otras opciones potencialmente más graves que proyectan amenazadoras tragedias y aflicciones imprevisibles: suicidios, asesinatos, y otros conflictos que destruyen familia y acarrean nuevos y pesados compromisos, en vez de resolver los que ya trajeron del pasado por auto-herencia.
Conviene, por tanto, atentar para todos los aspectos de la cuestión y no ceder precipitadamente al primer impulso pasional o solicitud del comodismo o del egoísmo. Dificultades de relacionamientos son de esperarse en la gran mayoría de las uniones que se procesan en nuestro mundo aun muy imperfecto. No debe ser despreciado el importante aspecto de que el casamiento fue combinado y aceptado con la necesaria anticipación, precisamente para neutralizar diferencias y dificultades que persisten entre dos o más Espíritus.
Lo que la ley divina prescribe para el casamiento es el amor, en su más amplia y completa connotación, en el cual el sexo es apenas la expresión física de una profunda y serena sintonía espiritual. Estas uniones, con todo, son aun la excepción y no la norma. Ocurre entre aquellos, que, en la expresión de Jesús, lo que Dios juntó, en la inmutable perfección de sus leyes, que nadie lo separe, porque, llegados a esa fase de sabiduría, entendimiento y serenidad, los Espíritus poco se preocupan de que los vínculos matrimoniales sean indisolubles o no en términos humanos, dado que, para ellos rige la ley divina que ya los unió por el vínculo supremo del amor.
En suma, rehusar ante una situación de desarmonía en el casamiento, de un conyuge difícil o de problemas aparentemente insolubles es gesto de flaqueza y cobardía de graves implicaciones. Somos colocados en situaciones de esas precisamente para resolver conflictos emocionales que nos interceptan el paso en los caminos evolutivos. Estaremos rechazando exactamente el remedio prescrito para curar malezas persistentes que se arrastran, algunas veces, por siglos o milenios adheridos a nuestra estructura espiritual.
La separación y el divorcio constituyen, así, actitudes que no deben ser asumidas antes de un profundo análisis y de demorada meditación, que nos lleven a la plena conciencia de las responsabilidades asumidas.
Como escribió Pablo con admirable lucidez y poder de síntesis :
-“Todo me es licito, mas no todo me conviene”.
El espiritismo no es la doctrina del no sino de la responsabilidad. Vivir es escoger, es optar, es decidir. Y la elección es siempre libre dentro de un rango relativamente amplia de alternativas. La siembra, acostumbramos a decir, es libre; la cosecha es la que es siempre obligatoria
Es en el contexto de la familia donde viene a desaguar un volumen incalculable de consecuencias más o menos penosas resultantes de desaciertos anteriores, de decisiones tomadas en contra de las leyes flexibles y, al mismo tiempo, severas, que regulan el universo ético en el que nos desenvolvemos.
Para que un día podamos disfrutar el privilegio de vivir en comunidades felices y armoniosas, aquí en el mundo póstumo, hemos de aceptar, aunque a regañadientes, las reglas del yugo de la vida. el trabajo de la reconciliación con espíritus que perjudicamos con el descontrol de nuestras pasiones, nunca es fácil y, por eso, el comodismo nos entorpece para el adelantamiento en las luchas y renuncias por donde pasa el camino de la victoria
Como foro natural de complejos problemas humanos y núcleo inevitable de las experiencias rectificadoras que nos incumbe llevar a buen término, la familia es instrumento de redención individual y, por extensión, del equilibrio social.
No precisaría de ninguna otra razón para ser estudiada con seriedad y preservada con firmeza en sus estructuras y en sus propósitos educativos.
Traducido por M.C.R
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¿El Instinto de Conservación es una
Ley Natural?
La ley de Conservación se manifiesta
como una fuerza psíquica inconsciente que nos empuja siempre a preservar
la vida y atender las necesidades físicas para que podamos conservar las
fuerzas, la salud y la vida, de modo
que físicamente podamos cumplir las demandas de las demás leyes naturales.
Esta ley de la Naturaleza se
manifiesta como un poderoso instinto que tenemos en común con
todas las especies animales siendo este
independiente de la inteligencia o de la voluntad, o sea que aun en el
Ser humano es algo totalmente irracional y funciona automático e instantáneo
con el fin de preservar la vida ante cualquier peligro o amenaza..
El Ser humano cuenta con dos herramientas importantes para la
supervivencia y la conservación, cual son su inteligencia y sus manos. Su
inteligencia, propia del Ser espiritual que es él mismo en esencia, le lleva a discernir de modo racional, sobre
donde está el peligro, o sobre como protegerse o como conseguir alimentación,
pero para ello es indispensable el uso
de esa poderosa herramienta casi
perfecta que llega a ser la mano humana.
Las manos del Ser humano son un
delicado instrumento al servicio de su
inteligencia, y mediante la
evolución, estas se adaptaron para
trabajar y desarrollar múltiples artes y actividades. Sin la herramienta manual
hubiese sido impensable desarrollar y alcanzar las cotas de tecnología y de
ciencia que ha desarrollado y alcanzado, dándoles un uso particular muy variado y complejo. El hombre no es el único
animal que posee esta herramienta, pero por su espíritu ha desarrollado el cerebro
pensante y las demás herramientas físicas corporales, como las manos capaces de
elaborar toda clase de herramientas y de desarrollar técnicas necesarias para obtener su abrigo, su
alimento y su protección. A diferencia de los demás primates, parientes en la
Naturaleza terrestre, el ser humano ha llegado a desarrollar una gran habilidad manual y
a plasmar con sus manos el arte en
sus diferentes variantes.
En los animales, incluido el mono , que también posee manos parecidas,
al no haber alcanzado aún la etapa humana,con
un espíritu inteligente y creador, sus manos no evolucionaron como en el
hombre, quedando su uso restringido casi exclusivamente para coger comida, o para agarrarse con ellas en el medio
arborícola donde habita, pero no se han desarrollado evolucionando hacia un uso
inteligente tal como sucede en el Ser humano. Sin embargo en la época actual
podemos ver alguna especie de simios usando las manos para trabajar de modo
hasta cierto grado inteligente, tal como
es el caso de los chimpancés, que ya han adquirido un grado de inteligencia que
se plasma en el desarrollo de algunas
habilidades manuales, tal como se aprecia cuando se les ve emplear y
manipular herramientas elementales,(palos y piedras) con sus manos a fin de obtener comida, que de otra forma
les sería muy difícil lograr.
Junto a la inteligencia y a la habilidad desarrollada para la
defensa de su vida, también mantuvo los
reflejos y agilidad necesaria para reaccionar casi instantáneamente ante
cualquier amenaza que pusiera en riesgo su vida. Estos reflejos son
precisamente la respuesta fundamental del instinto de conservación que así le
protege en el mundo físico.
- Jose Luis Martín-
- Jose Luis Martín-
“Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el
jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo”.
-Armando Palacio
Valdés-
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FRASE DE CHICO XAVIER
"El Centro Espírita tiene el objetivo original de difundir el Evangelio de Jesús de la manera más sencilla posible"
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Ley de Igualdad
Por esta ley todos aspiramos a sentirnos
en una igualdad social que de sentido a
la Ley de Justicia.
A simple vista no parece que
exista esta ley en nuestro mundo, tan lleno de desigualdades humanas y de
injusticias.
Sin embargo la ley de Igualdad
existe, y se manifiesta en cada persona como un sentimiento de unidad en lo
común, como partes de un todo común y social que nos engloba a todos, ya sea
familia, pueblo, nación, etc. del mismo modo que son iguales o semejantes todas
las hojas de un mismo árbol al que pertenecen las mismas, aunque nuestras
imperfecciones humanas muchas veces llegan a eclipsar esos sentimientos de
igualdad y de unidad.
Dios nos creó a todos iguales y
nuestro comienzo en el caminar evolutivo fue igual y semejante para todos,
aunque la andadura evolutiva de cada uno comenzó en diferente momento o época y
el libre albedrío que Dios nos otorgó nos permitió seguir muy diversas sendas
de los unos con respecto a los otros. Esto explica las diferencias espirituales
y morales humanas, teniendo en cuenta además el hecho de que no todos hemos
sido creados al mismo tiempo, unos han vivido más que otros, del mismo modo en
que el anciano sabe de la vida más que el niño por la experiencia de los años
vividos.
Vemos desigualdades en las
condiciones humanas, intelectuales, morales, así como de aptitudes entre las
personas; sin embargo la mezcolanza de todas las aptitudes, condiciones y
desigualdades, en su diversidad y en su conjunto, es necesaria para el progreso
social del conjunto.
Otra cosa bien distinta es el
caso de las desigualdades sociales, que son a veces producto y resultado global del orgullo,del
egoísmo y de la falta de caridad de los humanos, pero también lo son muchas
veces por el diferente mérito y el diferente nivel de esfuerzo y de trabajo de
unos con respecto a otros.Es lógico que un hombre por un trabajo de mucha
repercusión social, que le ha costado muchos años de esfuerzo y preparación
poder estar capacitado para hacerlo bien, sea remunerado por él, en un nivel mucho
más alto que el que su trabajo no le ha supuesto un esfuerzo tan largo o
intenso, por tanto los niveles sociales entre ambos vendrán dados por los
niveles económicos respectivos, que nunca podrán ser iguales.
Por esta Ley de Igualdad, todos
aspiramos a ver algún día superados en nuestro mundo las injusticias y las
discriminaciones tanto individuales como colectivas o sociales, que permanecen
aún como un viejo atavismo cada vez con menos sentido, por injusto y fuera de
lugar.
El conocimiento y aceptación de
la Reencarnación, nos ayudará a respetar y amar a nuestros semejantes,
reconociéndolos como iguales a nosotros, aunque socialmente en la vida actual
no seamos iguales, del mismo modo que admitimos o respetamos que haya
prototipos físicos de muchos tipos: altos, bajos, gorditos, delgados, morenos,
rubios, etc. En realidad, lo único que nos diferencia a unos de otros, es el
diferente escalón que ocupamos en la larga escalera de la evolución espiritual.
- Jose Luis Martín-
“Las ideas morales están en nuestro espíritu; en la voluntad
que las ama, en el corazón que las siente”
-Jaime
Balmes -
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APRENDER Y RECTIFICAR
No hay experiencia sin precio.
Todo en la vida corresponde a cierto resultado.
Por eso mismo, conocemos en el mundo el verbo aprender y el verbo rectificar.
La elección determina el trabajo.
El trabajo mide las cualidades del espíritu.
Un hombre demandará un diploma universitario que le confiera el derecho al ejercicio en esa o en aquella profesión liberal.
Con semejante designio, sin embargo, no alcanza la meta a costa de expectación y de votos ardientes.
El programa a realizar requiere estudio, con grandes gastos de actividad y atención.
Años al hilo, son gastados naturalmente, sin disciplina, hasta que el láureo le consagre la tarea.
Eso es, verdaderamente, aprender.
Pero si el profesional abusa del título conquistado para herir a los demás, es justo que asuma compromisos ante la vida, que solamente en la labor de expiación conseguirá redimir.
Tenemos aquí el reajuste en acción,obligando a la criatura a una genuina rectificación.
Delante del sufrimiento es urgente olvidar la antigua noción del crimen y el castigo, porque la evolución no aparece en el canal de la gratuidad.
Rehacimiento es equilibrio.
Toda educación pide renuncia y todo perfeccionamiento ruega servicio.
La paz verdadera nunca fue premio a la ociosidad.
Todas las grandes realizaciones claman por grandes luchas.
En razón de eso, si es cierto que resarciremos con más trabajo los beneficios de la vida de los que estemos abusando, es necesario que sepamos escoger con determinación y firmeza, el camino del esfuerzo máximo en la exaltación del bien, a fin de que seamos considerados, ante la Ley, en la condición de operarios fieles al salario de la Eterna Luz.
- Emmanuel-
APRENDER Y RECTIFICAR
No hay experiencia sin precio.
Todo en la vida corresponde a cierto resultado.
Por eso mismo, conocemos en el mundo el verbo aprender y el verbo rectificar.
La elección determina el trabajo.
El trabajo mide las cualidades del espíritu.
Un hombre demandará un diploma universitario que le confiera el derecho al ejercicio en esa o en aquella profesión liberal.
Con semejante designio, sin embargo, no alcanza la meta a costa de expectación y de votos ardientes.
El programa a realizar requiere estudio, con grandes gastos de actividad y atención.
Años al hilo, son gastados naturalmente, sin disciplina, hasta que el láureo le consagre la tarea.
Eso es, verdaderamente, aprender.
Pero si el profesional abusa del título conquistado para herir a los demás, es justo que asuma compromisos ante la vida, que solamente en la labor de expiación conseguirá redimir.
Tenemos aquí el reajuste en acción,obligando a la criatura a una genuina rectificación.
Delante del sufrimiento es urgente olvidar la antigua noción del crimen y el castigo, porque la evolución no aparece en el canal de la gratuidad.
Rehacimiento es equilibrio.
Toda educación pide renuncia y todo perfeccionamiento ruega servicio.
La paz verdadera nunca fue premio a la ociosidad.
Todas las grandes realizaciones claman por grandes luchas.
En razón de eso, si es cierto que resarciremos con más trabajo los beneficios de la vida de los que estemos abusando, es necesario que sepamos escoger con determinación y firmeza, el camino del esfuerzo máximo en la exaltación del bien, a fin de que seamos considerados, ante la Ley, en la condición de operarios fieles al salario de la Eterna Luz.
- Emmanuel-
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