Para la lectura de hoy :
- Los ángeles, según el Espiritismo
- Las tormentas pasan
- La chispa y el incendio
-La actitud y la decisión
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Los Ángeles según el Espiritismo
No puede dudarse de que hay seres dotados de todas las cualidades atribuidas a los
ángeles. La revelación espiritista confirma sobre este punto la creencia de todos los pueblos. Pero además nos hace conocer la naturaleza y origen de esos seres.
Las almas o espíritus son creados sencillos e ignorantes, esto es, sin conocimiento y sin
conciencia del bien y del mal, pero aptos para adquirir todo lo que les falta, y lo adquieren por el trabajo. El fin, que es la perfección, es el mismo para todos: llegan a él más o menos pronto en virtud de su libre albedrío y en razón a sus esfuerzos. Todos tienen grados que recorrer, el mismo trabajo que realizar. Dios no señala una parte ni mayor ni más fácil a los unos que a los otros, porque todos son sus hijos, y siendo justo, no tiene preferencia por ninguno.
Él les asegura: “He aquí la ley que debe ser vuestra regla de conducta. Ella sola puede
conduciros al fin. Todo lo que está conforme a esta ley, es el bien. Todo lo que es contrario a ella, es el mal. Sois libres de observarla o de infringirla, y así seréis los árbitros de vuestra propia suerte.”
Dios no ha creado, pues, el mal. Todas sus leyes son para el bien. El mismo hombre es quien crea el mal, infringiendo las leyes de Dios. Si las observase escrupulosamente, no se apartaría jamás del buen camino.
13. Pero el alma, en las primeras fases de su existencia, lo mismo que el niño, tiene falta de experiencia, por esto es falible. Dios no le da la experiencia, pero le da los medios de adquirirla.
Cada paso en falso en el camino del mal es un atraso, sufre las consecuencias, y aprende a su costa lo que debe evitar. Así es como poco a poco se desenvuelve, se perfecciona y adelanta en la jerarquía espiritual, hasta que haya llegado al estado de puro espíritu o de ángel. Los ángeles son, pues, las almas de los hombres que han alcanzado el grado de perfección concedida a la criatura, y gozan de la plenitud de la felicidad prometida. Antes de haber conseguido el grado supremo, gozan de una dicha relativa a su adelanto. Pero esta dicha no consiste en la ociosidad, sino en las funciones que Dios tiene a bien confiarles, y que se tienen por dichosos en cumplir, porque sus ocupaciones son un medio de progreso.
Allan Kardec.
LAS TORMENTAS PASAN
Queridos amigos, la vida continúa y siempre nos da alguna sorpresa. Cuando la sorpresa es de alegría, nos ponemos muy contentos, en cambio cuando es alguna desgracia, o algún problema importante, muchas veces asumirlo es un verdadero calvario del cual nos es difícil salir airosos de el.
Ante todo tenemos que tener mucha calma ante la tempestad, y procurar canalizar las cosas, por caminos menos duros, restando la importancia a los acontecimientos, aunque estos sean muy duros.
La desesperación no es buena consejera, y las tormentas pasan, aunque sea despacio, poco a poco va esclareciendo y las cosas van perdiendo intensidad. ́
Muchas criaturas sienten la desesperación debido a que se ilusionan con una chica, o un chico y este los deja, o la deja porque otra persona ocupa su lugar, no aceptan que hayan dejado de quererles de amarles, y dan cabida a estados patológicos difíciles de superar.
Generalmente se encierran en el pensamiento de que no es posible seguir adelante, que el camino es demasiado difícil, que no hay remedio.
Siempre el cariño a ciertas personas nos hace pensar que nos pertenecen que ellas tienen que querernos como nosotros las queremos y desplazamos a Dios de nuestro lado, Falta la confianza en que Dios de verdad nos ama y nos sostiene a pesar de cualquier prueba. Por eso nos sentimos sin fuerza ante situaciones que creemos no poder superar.
La desesperación nos paraliza porque nos aparta de los auxilios que Jesús nos ofrece. Entonces nos dejamos llevar por la corriente de los instintos bajos y no luchamos contra ellos con suficiente fortaleza. Nos apartamos del camino de la virtud y de la lucha de cada día.
Quien desespera puede echarse la culpa de su mal o culpar a otro. Pero no ve cómo resolver la culpa, no cree tener perdón o no cree poder vivir la cruz que lleva. La desesperación si tiene remedio. Jesús vino para liberarnos, para sanarnos. Solo El puede penetrar hasta el interior de nuestro corazón y sanar las culpas, perdonarnos y darnos la gracia de perdonar.
Sepamos afrontar los impedimentos de la vida, sin recelarlos. Cada uno de ellos es portador de mensaje determinado. Es un desafío para que seamos pacientes, otro nos impulsa a la sublimación de la capacidad de amar en el crisol de la prueba.
Las ansiedades arman muchos crímenes y jamás edifican algo útil en la Tierra.
Invariablemente, el hombre precipitado cuenta con todas las probabilidades en contra.
Oponiéndose a las inquietudes angustiosas, hablan las lecciones de paciencia de la Naturaleza, en todos los sectores del camino humano.
Si el hombre naciese para andar ansioso, sería como decir que vino al mundo, no en la categoría de trabajador en la tarea santificante, sino como desesperado sin remisión.
Si la criatura reflexionase más sensatamente reconocería el contenido de servicio que los momentos de cada día le pueden ofrecer y sabría vigilar, con acentuado valor, sus propios patrimonios.
Es indudable que los paisajes se modificaran incesantemente, compeliéndonos a enfrentar sorpresas desagradables, consecuencia de nuestra actitud inadecuada, en la alegría, o en el dolor, con todo, representa impositivo de la ley nuestra obligación de proseguir diariamente en dirección al bien.
La ansiedad intentará violentar corazones generosos, porque los caminos terrenales desdoblan muchos ángulos oscuros y problemas de difícil solución, entretanto, no nos olvidemos de la receta de Pedro.
Lancemos las inquietudes sobre nuestras esperanzas en Nuestro Padre Celestial, porque el Divino Amor cuida del bienestar de todos nosotros.
Es justo desear firmemente la victoria de la luz, buscar la paz con perseverancia, disciplinarse para la unión con los planos superiores, insistir por sintonizar con las esferas más altas. Pero no olvidemos que la ansiedad o desesperación precede siempre a la acción de caer.
Aprendamos, sobre todo, a descifrar los enigmas de la existencia, en el taller del Bien Eterno.
Siempre entra en mis deseos que Dios siempre se apiade de nosotros en esos momentos en los que creemos no resistir, siempre El está por detrás de todas las cosas y sabe muy bien qué hacer con Sus criaturas, por eso no “desesperar” y sí confiar en El que todo lo puede.
Merchita
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LA CHISPA Y EL INCENDIO
Ningún Espíritu hoy encarnado en la Tierra salió recientemente de las manos del Creador.
Todos trillaron un largo camino para construir tal cual son en la actualidad.
Todo Espíritu es creado simple e ignorante y crece gradualmente en inteligencia y en moral.
En el curso de su camino, yerra y acierta, vivencia posiciones y desarrolla virtudes.
El progreso es una ley de la vida e implica la imposibilidad de un Espíritu para retroceder en su evolución.
Todo Espíritu se encuentra en el ápice de sus virtudes y de su inteligencia.
Con todo, algunas veces impresiona la derrotada moral de algunas personas.
Ellas parecen llevar una vida honrada y, de repente, se permiten actos vergonzosos.
¿Si un Espíritu no puede retroceder, como se explica eso?
En verdad, a pesar del equilibrio aparente, cada hombre trae en si las marcas de su pasado.
Pasiones y vicios del pretérito duermen en lo íntimo de la criatura.
Porque no fueron definitivamente superados, no se puede afirmar que la evolución en cuanto a ellos se consolidó.
Cada cual sabe lo que constituye una tentación para sí.
Algunos identifican, en su propio interior, la tendencia a la deshonestidad material.
Otros tienen inclinación hacia las liviandades sexuales.
Hay quien siente un cierto regocijo con la humillación ajena.
Esas son áreas críticas del proceso evolutivo de la criatura.
En relación a ellas, urge ejercitar la vigilancia.
El mayor incendio comienza por una simple chispa.
Cara a la tentación, es importante evitar el primer paso rumbo al vicio.
Después de comenzar a trillar el antiguo camino, las tendencias escondidas pueden resurgir fuertes y dominadoras.
Es raro que una persona de vida recta decida repentinamente cometer una gran locura.
Ella da pequeños pasos en esa dirección y poco a poco su camino gana velocidad.
Los escándalos más vergonzosos son el desdoblamiento de pequeños deslices que la persona imagina relevantes.
Lo que parece chocante a los ojos ajenos es apenas el resultado de un largo proceso.
Una vez despertadas las sombras intimas, dominarlas puede revelarse una tarea ardua.
Todo Espíritu tiene sus grandezas y sus miserias.
En áreas determinadas, su potencial en el bien es poco común y su fuerza es manifiesta.
En otras, posee una flagrante fragilidad moral.
Consciente de eso, preste atención en su mundo intimo.
Enfatice su potencial en el bien, para desarrollarlo, centre en él su emoción y sus actos.
En cuanto a sus fisuras morales, cuide de hacerlas desaparecer, por la falta de alimento.
No se permita la chispa que da inicio al incendio.
No imagine que su felicidad dependa de vivenciar pasiones y tendencias inferiores.
La genuina felicidad es hecha de paz, honradez y plenitud.
Piense en eso.
Redacción de Momento Espirita.
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La actitud y la Decisión
"Todo es cuestión de actitud y decisión.
Es lo que se experimenta oro y plata.
Es la prueba que identifica el verdadero cristiano.
La superación es la lección para superar las dificultades, con valor y perseverancia la victoria siempre será, de conciencia y más fe en el futuro ".
Vera Jacubowski
Vera Jacubowski
La diferencia entre los pobres y los ricos no es la edad del país. Esto se puede demostrar por los países que tienen más de dos mil años y son pobres.
No reside en los recursos naturales disponibles.
Japón tiene un territorio limitado, el ochenta por ciento montañoso, inadecuado para la agricultura y la ganadería. Pero es la segunda economía mundial.
Otro ejemplo es Suiza, que no tiene una planta de cacao , pero tiene el mejor chocolate del mundo.
En su pequeño territorio, criar animales y sembrar el suelo durante cuatro meses en el año. Sin embargo, fabrica los productos lácteos de calidad más altos.
Los ejecutivos de los países ricos que se comunican con sus colegas en los países pobres muestran que no hay diferencia intelectual significativa.
También la raza o el color de la piel no son importantes. ¿Cuál es entonces la diferencia?
Es la actitud de la gente, enmarcada a lo largo de los años por la educación y la cultura.
Al analizar el comportamiento de las personas en los países ricos y desarrollados, nos encontramos con que la gran mayoría sigue los siguientes principios de la vida: la ética, como principio básico. Integridad. Responsabilidad. El respeto de las leyes y reglamentos. El respeto a los derechos de otros ciudadanos. El amor al trabajo. Luchar por el ahorro y la inversión. El deseo de superar. Puntualidad.
En los países pobres, sólo una minoría sigue estos principios básicos en su vida diaria.
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Está en nuestras manos para hacer de nuestro país un lugar mejor para vivir.
Dios nos ha dado un clima templado, belleza natural en abundancia, tierra rica e inmensa creatividad.
Sólo falta que accionemos nuestros esfuerzos para poner en práctica la ética, la moral, la honestidad, el trabajo.
Por lo tanto, vamos a empezar a cumplir con todas nuestras obligaciones con puntualidad y celo.
Trabajemos con entusiasmo, ganando el tiempo.
Sepamos y sigamos las leyes, no usarlas para disfrutar de beneficios personales.
Vamos a cuidar de la propiedad pública, sabiendo que es lo que mantiene a la ciudad, al estado y al país que somos.
Cuando destruyen los bus, cuando ensucian de graffitis monumentos públicos, cuando roban libros en las bibliotecas públicas, recuerden que somos nosotros los que pagamos la factura.
Son nuestros impuestos los que mantienen limpia la ciudad, las plazas que puedan ser disfrutadas por nuestros hijos, escuelas y hospitales que funcionan y trabajan.
Asimismo, no hay que olvidar que los hombres públicos, desde Concejales de nuestra ciudad hasta el Presidente están a nuestro servicio.
Sin embargo, y muy importante, recordemos que estamos exactamente aquellos que deberíamos tener los ojos y los oídos abiertos a la administración pública, exigir resultados, pero colaborando con eficacia. Porque nadie puede hacer nada solo.
Una nación unida gana el hambre, la guerra, las condiciones adversas.
Hay que superar el descuido e invertir en la educación individual, con las miras de un ciudadano consciente y activo. Y la educación comienza en principio en nosotros mismos.
Esta es la forma como podemos mejorar nuestra nación, que es la casa común: ¡ cuando queramos!
Momento Espírita equipo, basado en el texto de Riqueza y Pobreza de las Naciones, de Avaniel- Recogido de Internet por Marino.
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