sábado, 16 de diciembre de 2017

Espiritismo: Preguntas y dudas más frecuentes




Para hoy tenemos :

-Espiritismo: Preguntas y dudas más frecuentes
- El rezo y la oración
-La Navidad para el espírita
-Gotas de luz para el Espíritu


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    Espiritismo :Preguntas Y            dudas Más Frecuentes


¿Qué es el Espiritismo? ¿Cómo pueden comunicarse los espíritus? ¿Qué es un médium? ¿No es esto superchería? ¿Qué es una obsesión espiritual? ¿Puede un espíritu hacer daño?  
dudas
“El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones.Podemos definirlo así: El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y de sus relaciones con el mundo corporal.”     
(¿Qué es el Espiritismo?  Preámbulo – A. Kardec, 1859)

Espiritismo: 1- Doctrina que supone que los espíritus de los muertos pueden invocarse para comunicarse con ellos. 2- Conjunto de prácticas que pretenden la comunicación con los muertos. (RAE, 2001).


Querido lector para comenzar este breve escrito, ponemos en su inicio dos definiciones de la materia que vamos a tratar. La primera es la dada por Allan Kardeccodificador del Espiritismo, pues él asentó el método de estudio que seguimos; y la segunda es la dada por el diccionario más autorizado en lengua castellana. Para comenzar las diferencias son claras, mientras el diccionario da una idea cercana a lo que se  piensa en la calle, la definición de Kardec parece mucho más sofisticado que una mera sesión de ouija, velas o cartomancia.
Bueno antes de continuar dejaré bien claro, que popularmente muchas personas llamadas espiritistas no son tal. El espiritismo es una doctrina racional, de mucho calado entre personas serias, y que ha tenido muchos seguidores de reconocido valor intelectual en el mundo de las ciencias y las artes. Por tanto, para verdaderamente comprenderlo es menester estudiarlo.
El Espiritismo nace concretamente en 1857 en París, con la publicación de El libro de los Espíritus, obra que consta de 1018 preguntas formuladas metódicamente por Allan Kardec (pseudónimo del pedagogo H. L. Denizard Rivail) y contestadas por diversos espíritus.
¿Qué es un espíritu? Un espíritu es el alma de una persona desprendida de su envoltura carnal. Es decir una persona que ya no está en este plano físico, sino que ahora está en un plano distinto llamado espiritual.
¿Cómo pueden comunicarse los espíritus? A través de los  médiums.
¿Qué es un médium? Un médium es una persona que posee una facultad mediante la cual los espíritus pueden entrar en contacto con el plano material. Hay diversos tipos de médiums, y de diferentes grados de manifestación.
¿No es esto superchería? Lo podría ser, si no fuera por la inmensa cantidad de gente seria que se ha molestado en investigar sus fenómenos y en la cantidad de personas anónimas que se han beneficiado de su consoladora realidad, al contactar con sus seres amados mediante irrecusables pruebas de su personalidad.
¿No existe el fraude? Por desgracia sí, muchas personas se valen de trucos y mañas para embaucar, por eso NO se cobra ni un céntimo en las reuniones serias. Podrá haber un error, pero no un engaño intencionado. Por eso siempre hay que desconfiar de quienes pongan tasas a su servicio.
¿Es malo cobrar? La mediumnidad es una facultad neutra, es decir quien la posee no es ningún iluminado, ni alma superior; el uso que de ella se hace, acerca a las entidades afines. Si se hace un negocio, los espíritus serios se apartarán pronto de tal médium dejando abierto el campo a los espíritus mentirosos y burlones.
¿Puede un espíritu hacer daño? Estamos protegidos por lo que se llamó el ángel guardián, todos poseemos espíritus amigos que nos protegen; no nos puede hacer daño un espíritu más que un vivo. Otra cuestión son los casos de obsesiones espirituales, las cuales merecen un tratamiento aparte.
¿Qué es una obsesión espiritual? Una obsesión espiritual es un contacto mental muy fuerte con una entidad que por algún motivo nos quiere mal. En la antigüedad a estos casos se les conocía como de posesión. El espiritismo desacredita la posesión pues el cuerpo sólo pertenece al espíritu que en él vive, en las obsesiones el comando es exterior a través del pensamiento.
¿Por qué nos iba a querer un espíritu mal? Por alguna acción en esta vida o en una vida anterior que le marcara negativamente.
¿Vida anterior? Sí, el espiritismo pondera la existencia de vidas pasadas. Mediante la reencarnación, es que el espíritu puede ir evolucionando de existencia en existencia venciendo sus defectos morales e instruyéndose intelectualmente.
¿Existe entonces una moral? Sí, Dios tiene sus leyes morales, las cuales las vamos comprendiendo a medida que nuestro espíritu evoluciona a través de los siglos. Toda mala acción repercute negativamente en futuras existencias, ley de causa y efecto; toda buena acción nos eleva en moral y discernimiento, purificando nuestros sentimientos.
¿Dios, reencarnación, es acaso el espiritismo una religión? Estimula todo sentimiento religioso, pero en sí no es una religión propiamente dicha, si bien entre sus filas hay partidarios de cualquier credo, ella en sí, es una filosofía moral con consecuencias religiosas; si todo lo que acerca a Dios es religión, entonces somos Religión.
No me queda claro, ¿es o no es religión? Es religión en el momento de que se pondera la unión universal por un sentimiento divino hacia Dios, no lo es, desde el momento en que esa palabra fomenta la idea de dogmas, ritos, ceremonias y demás complementos que sí poseen el catolicismo, el judaísmo, el islamismo, etc. Entre las filas del espiritismo puede haber creyentes de cualquier credo, pues éste no choca directamente con la esencia de ninguna de ellos, si bien, si difiere en el contenido. De ahí que se diga que el espiritismo viene a quitar los postizos que las religiones por razones culturales e intereses materiales fue añadiendo a sus credos.
Toda religión parte de una revelación divina, ¿qué es sino lo que hacen los espíritus ahora? Desvelar el contenido en palabras y mentalidad actual, que en el pasado ya fue revelado a civilizaciones que están superadas.
¿Por qué ciencia? ¿Se estudia en alguna universidad acaso? Es ciencia, en el sentido de que obedece a un método de observación directa, y se ha ido deduciendo a cada paso de las manifestaciones espíritas los resultados del contenido filosófico de la misma. Allan Kardec codificador de todos estos mensajes no puso más que el orden a cuestiones que hasta ese momento no se había planteado nadie. Fueron los mismos espíritus quienes presentaron la cuestión con conceptos tan nuevos y distintos como el de periespíritu, morada espiritual, evolución moral, etc.
El lugar más serio para comprender el espiritismo es en un centro espírita, a ser posible federado, o al menos que sean las obras de Kardec las seguidas, pues es el aspecto serio y de estudio el que ofrece la comprensión posterior del fenómeno espírita. Es toda una ciencia por el estudio que se la ha de dedicar, por esto los ociosos pronto se cansan y retiran, pues no es la curiosidad lo que las reuniones vienen a tratar sino una doctrina especialmente consoladora que da pruebas de la supervivencia tras la muerte.
¿Si es tan serio, por qué no es más conocido? España fue la primera potencia en espiritismo a finales del siglo XIX y principios del XX, llegándose a producir el Primer Congreso Internacional (1888) en Barcelona. No había otra nación que tuviera tantos periódicos en circulación sobre este tema. Fue tras la Guerra Civil (1936-1939) que el general Franco prohibió todo culto que no fuera el católico, teniendo que huir muchos a América y otros continuando sus actividades en el más sumo secreto. En otros países como Brasil, sí que tiene un reconocimiento social respetado.
Las obras básicas para comprenderlo son:

El Libro de los Médiums por Allan Kardec
El Libro de los Médiums por Allan Kardec

¿Qué es el espiritismo? Obra introductoria que a través de conversaciones con diversos personajes que encarnan posturas distintas (crítico, escéptico y sacerdote), va exponiendo el contenido de la doctrina. En la segunda parte hay una excelente síntesis de los fundamentos teórico-filosóficos de la doctrina.
El libro de los espíritus: obra básica donde a través de 1018 preguntas y respuestas, de toda índole, se halla la doctrina resumida.
El libro de los médiums: para comprender la mediumnidad y su buen uso.
El evangelio según el Espiritismo: las máximas de Cristo explicadas por los espíritus elevados, devolviéndoles a las mismas el sabor original que los siglos han desvirtuado.
El cielo y el infierno, o la justicia divina: obra dividida en 2 partes, la primera analizando el credo cristiano del cielo, infierno y purgatorio con lo revelado por los espíritus; la segunda, trascripción de comunicaciones de espíritus de todas clases que según su existencia así se encuentran al llegar al otro plano.
El génesis, milagros y las profecías según el Espiritismo: obra compleja donde se analizan los relatos bíblicos, así como los llamados milagros de Jesús a la luz de la enseñanza de los espíritus; además de las diferentes explicaciones de la evolución física y espiritual del planeta.Otras obras:
Después de la muerte: obra que hace un recorrido desde las civilizaciones más antiguas hasta los actuales conocimientos del espiritismo, haciendo unas interesantes comparaciones entre lo que decían los antiguos bajo la óptica espírita. Los fenómenos espiritistas han existido siempre, son leyes naturales, es el espiritismo quien actualmente nos da las claves para comprenderlos racionalmente separando toda superstición y exageración.
Cristianismo y Espiritismo: interesante comparación entre la moral cristiana original y los actuales postulados del espiritismo, así como un análisis de la mediumnidad en los tiempos de Cristo.
En lo invisible: verdadero tratado de mediumnidad, muy útil para su desarrollo. Además el autor compara múltiples investigaciones científicas de investigadores no espíritas que prueban la existencia del alma humana tras la muerte.
Memorias del Padre Germán: obra doctrinaria que cuenta las bellas acciones, vicisitudes y angustias de un sacerdote de aldea, todo un ejemplo de entrega a los demás. Es una obra psicografiada, es decir dictada directamente por el espíritu a un médium.
Nuestro Hogar: obra en primera persona del espíritu André Luiz que narra cómo fue su fallecimiento y qué se encontró al llegar al plano espiritual. Obra psicografiada por el médium Xico Xavier (el más prolífero del siglo XX con más de 400 obras psicografiadas).
     Son múltiples las obras, algunas muy instructivas, otras de verdadera belleza literaria, pero como introducción este breve panorama seguro que conlleva al interés por seguir indagando. Hemos omitido en su mayoría el nombre de los autores, pues no es nuestra función loar en exceso, el propio lector al introducirse en las obras comprenderá el calado y seriedad de cada una, a fin de cuentas son los espíritus quienes marcan el sendero de esta doctrina de amor y caridad, y el nombre no es más que una manifestación de respeto hacia la obra que realizó dicha persona durante su vida.
( Tomado de Zona Espírita )

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               El rezo y la oración


                 

            En todas las épocas el ser humano ha guardado en mayor o menor medida, un sentimiento que lo ha acercado a  Lo Superior, a veces con temor, pero siempre impulsado por el deseo de recibir protección, amparo y ayuda en el vivir cotidiano.
        La oración bien hecha se hace con el corazón y supone una energía psíquica capaz de proyectarse instantáneamente a su objetivo, aunque sea el mismo Dios, o fijando la mente y el deseo  hacia alguien en particular,  para beneficiarle  con nuestras vibraciones de Amor y buen  deseo. Por tanto suponen un ejercicio mental y psíquico, dirigida a un objetivo en concreto, que puede ser un Espíritu o una persona. Cuando se proyecta al mismo Padre Dios, se hace con la intención de alabarlo, agradecerle o pedirle algo.
          La oración es una sana y necesaria actividad espiritual, que  supone abrir el alma a la Divina Sabiduría, llenándose de entendimiento y de paz interior.
Supone  un acto de amor, cuando nos abrimos a Dios en  un estado receptivo, para poder llenarnos de las inspiraciones Superiores, alimentando el alma con las fuerzas que fluyen de Su amor. Es la mejor forma de comunicación entre el ser humano y Dios. En el acto de orar el alma se eleva más cuanto más reconoce su propia pequeñez y limitación ante la inconmensurable grandeza y perfección divina, por tanto la oración  debe ser al mismo tiempo un acto de humildad, adoración y fe.
          La oración para que sea tal, debe ser correcta, o sea, con sinceridad y con recogimiento, interviniendo más los sentimientos que la razón, y como tal es una vibración del alma que siempre alcanza sus objetivos, aunque sus resultados no sean siempre ni  inmediatos ni los deseados . Cuando así sea, sepamos dar gracias al Padre Celestial y confiemos en Él, porque no nos da lo que le pedimos tal vez porque no nos conviene, desde un aspecto espiritual,  sino que nos da  lo que realmente necesitamos, y es que muchas veces lo que  humanamente pedimos no es precisamente aquello que más nos conviene como Espíritus que somos todos.  
  Los  problemas de la vida no nos deben impedir dedicar pensamientos a Dios a cada instante, en oración y adoración, pues solo hay un Dios y solo a Él hay que adorar. Lo ideal sería saber estar permanentemente “conectados” a   Él mediante el pensamiento, permanentemente.
          Nadie estamos libres de pecado por lo que todos tenemos la necesidad de pedir al Padre de todo corazón ,el regalo de Su Amor y esto se logra a través de la oración y de  la fe y confianza de su desvelo por nosotros.
          Los deseos de bien, dirigidos hacia una meta determinada, atraen el apoyo del mundo espiritual, pudiendo ayudar moralmente y  hasta  en ciertos casos, incluso a restablecer la salud de  personas por quienes se pide o se les desea el bien o la salud física y psíquica; no obstante, como ya se ha dicho, no siempre  conseguimos de inmediato el milagro solicitado o el objetivo que deseamos, pero en cualquier caso, siempre ganamos todos en fuerza interior, resignación e ideas nuevas que nos ayudan a mejorar y a superar la prueba. No supone esto que a veces Dios no nos escuche cuando le pedimos, sino que lo que nos viene como respuesta, es precisamente lo que necesitamos  para nuestra mejora evolutiva.
          Rezar significa “recitar”, y esto solo es útil y positivo si va acompañado del sentimiento e intención positivos que por sí solos  ya son una oración. De otro modo el rezo no pasa de ser una serie de palabras vacías de contenido, rutinarias  y carentes de sentido.
          La auténtica oración  constituye tan fuerte energía psíquica y espiritual, que  tiene a veces efectos sorprendentes y casi “milagrosos”; pues es  capaz de corregir cualquier desorden moral, y hasta físico, aliviando así a Seres que se sienten desgraciados o enfermos, porque les causa una sensación  de consuelo, de alivio y  en ocasiones, hasta de curación. En este caso es de señalar que también interviene otra ley cósmica, de la que más adelante analizaremos, llamada de Causa y Efecto.  Por otra parte, el rezo y la oración condicionan  la mente  con  la intención y la fuerza como para hacer grandes obras.
 Cuando la oración se practica en grupo, por unos objetivos justos, nobles y caritativos,   no  se suman los efectos individuales sino que se multiplican.
Dios siempre responde a la auténtica oración por medio de Sus ángeles o Espíritus que le sirven haciendo los designios de Su Voluntad, o directamente por la influencia de Su Amor o Espíritu Santo que funciona dentro del alma humana.
            A veces parece que a Dios se le pretende  chantajear con oraciones o rezos, como cuando se le pide: “Si me concedes esto, te prometo lo otro...”, y parece que así le coaccionamos y casi le exigimos  que nos conceda lo que le pedimos, porque  parece que si no se le pide, Él no se acuerda de dar. ¿ No es esta  una idea injusta y absurda?. Menos aún  se debe exigir nada en la oración. Quien ora no puede exigir, sólo rogar o solicitar. Además tengamos en cuenta que Dios ayuda a quienes se ayudan a sí mismos y lo merecen por su esfuerzo.
Y es que la oración no consiste solo en pedir, sino en dar lo mejor de uno mismo a los demás, a través de pensamientos, sentimientos de gratitud y acciones positivas y aún sacrificadas,  dentro de una tónica del estado anímico  elevado.
La oración más sublime que se puede realizar es la que se hace cuando cumplimos nuestros deberes y obligaciones diarias, sin olvidarnos de Él ni por un instante.
La gente que hace oración debería tener claro que a Dios no se le puede engañar o chantajear con la exigencia de que El  haga nuestra humana voluntad por justa que la creamos, en lugar de estar en disposición de aceptar nosotros Su Voluntad, aceptando y encarando las dificultades de la vida.
La oración, no desvía la Justicia Divina, pero en cualquier caso, siempre es una vibración mental y espiritual positiva, que llega hasta el Ser por el que se  ora, y esto siempre le supone un alivio y un consuelo, porque, por ejemplo  si es un Ser desencarnado, siente el consuelo del afecto y del recuerdo de los que están orando por él.
  En cualquier caso a toda clase de Seres, encarnados o desencarnados, les llega mediante la oración,  una energía mental positiva que les alivia y fortalece.  A veces la oración no cambia las circunstancias, pero en cualquier caso siempre da visión para comprenderlas y fuerza para superarlas.
Para orar no se requieren frases hechas ni lugares ni posturas especiales, solo la sinceridad y el deseo de hacerlo elevando  el pensamiento, así como del sentimiento que se le imprima, porque nuestro corazón  cuando se cubre de humildad y emoción,  es el altar más bello para llegar a Dios.
Sin  este contacto con Dios, el hombre pierde la comprensión de sus designios, terminando por olvidarlo, y cuando alguna vez por situaciones límite de una vida dura quiere  restablecer el contacto, se siente aturdido y no sabe cómo  hacerlo.  Muchas criaturas buscan a Dios cuando están desesperadas, y como perdieron hace tiempo el contacto, apenas consiguen encontrar alivio.
        También es una forma de orar cuando  admiramos o nos quedamos absortos ante la magnífica obra del Creador en la contemplación de la Naturaleza o de sus criaturas, sintiendo una admiración, un agradecimiento y un Amor, al Autor Supremo de tanta grandeza.
La oración más eficiente es la que se hace a través del bien al prójimo en una inspiración de Amor.
A algunos Seres desencarnados , las oraciones que hacen  por ellos les llegan a conmover  y les impulsan a acelerar su arrepentimiento por los actos equivocados de su vida, lo  cual es condición indispensable para que sean socorridos ; en ese caso se les hace sentir que su socorro  les llega  gracias a  la intercesión que se hace  por  ellos, lo que les causa una inmensa gratitud y afecto por los que así le muestran su cariño y su piedad.  
Debemos saber que cuando nuestras peticiones son justas, siempre son atendidas desde el Plano Espiritual Superior, y muchas veces contestadas, no por medio de milagros, sino por medio de soluciones inesperadas ante un problema determinado, pues a veces estas soluciones o estas circunstancias que las facilitan, llegan inadvertidamente, como de puntillas, de modo  sencillo e impensado, como una casual circunstancia salvadora del problema, o a veces también  llegan por medio de una intuición que nos sugiere la solución del problema.
Se puede pedir ayuda para personas de este mundo, como para Seres desencarnados que necesitan asistencia  para aprender a seguir desenvolviéndose en su nueva situación en el mundo espiritual. La ayuda para otras personas puede ser de carácter espiritual, o de carácter físico, como es el caso de enfermos o de personas que vayan a ser intervenidas quirúrgicamente etc.  En cualquier caso es necesario, conveniente y beneficioso orar por los demás solicitando ayuda al mundo espiritual. Tengamos en cuenta que antes nos cansamos nosotros de pedirles ayuda, que ellos de que les pidan y  de ayudar.

( “Como mínimo la oración nos tranquiliza para que encontremos por nosotros mismos la salida para las dificultades  a que estemos enfrentados”
                                   - Chico Xavier (médium brasileño) " )


Condiciones para activar la eficacia del rezo y la oración :

El Plano espiritual Superior o Dios mismo, no favorece a nadie por el solo hecho  de que se les pida, pues de ese modo la  Justicia y el desarrollo de la Bondad Divina dependerían de que se pidan o no se pidan favores mediante la oración.
Sin embargo la práctica de la oración  funciona, en cuanto a resultados obtenidos mediante la práctica de la misma siempre que la petición sea justa y necesaria, y que los imperativos kármicos del Ser por quien se ora no apunten en otra dirección.
Respecto  a la oración que se hace para pedir algo, existen tres factores fundamentales para alcanzar su eficacia : Primero el Deseo fuerte y sincero por lograrlo  ; en segundo lugar  la  Necesidad  auténtica e intensa  de lograr lo que se pide o desea  siempre que sea de justicia,  y en  tercer lugar  la  Fe  absoluta  de que se va a realizar, si  es lo que más conviene al beneficio espiritual. Cuando se ora hay que observar lo que se pide, cómo se pide y para qué se pide. Lo que se pide debe ser una necesidad legítima para el Espíritu inmortal  por el que se pide. Deberá ser algo que se considere absolutamente justo y necesario, y esta petición deberá ir acompañada de una fe absoluta en lograr la determinación divina, convencidos de que siempre será  la que más conviene en todo caso.
 Creo que  los citados factores, son  la fórmula magistral que ha hecho tantos  milagros de curación espontánea o de mejoras sorprendentes de enfermos que han orado o  por  los que se ha orado
  Estas fuerzas que acompañan a la oración, cuando actúan unidas a otras con el mismo objetivo, no suman sus fuerzas individuales, sino que  reunidas, tienen un efecto multiplicador.  De ahí la eficacia de la oración  dirigida  simultáneamente  en grupo y enfocada  hacia un objetivo común y concreto, al que  también son atraídas  por  la sintonía vibratoria de esa misma oración, energías mentales de Seres desde el plano  espiritual que sintonizan  con estas vibraciones espirituales , actuando simultáneamente   en el mismo sentido como causa añadida  y añadiendo sus efectos multiplicadores a  los de la oración conjunta de “los vivos”.
No obstante lo dicho, como la Justicia Divina preside todos los designios Divinos, siempre actúa  una Ley Espiritual llamada  entre otros nombres, “Ley de Consecuencias”, de Causa y Efecto, de Acción y Reacción, o Ley de Karma,  la cual  consiente o regula el  que se realice lo que se pide en las oraciones.

- Jose Luis Martín-

“Todos debemos orar, aunque nos consideremos malos y sin merecimientos. No nos cansamos de afirmar que la misericordia está en la base de las leyes de Dios.”
Divaldo Pereira Franco –


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       LA NAVIDAD PARA EL ESPÍRITA

    La Navidad para el Espírita representa la conmemoración del aniversario de Jesús. 

El dueño de la fiesta es el Maestro, quien debe recibir los regalos y los homenajes es el cumpleaños y no nosotros. El cumpleaños tiene sus invitados que son los pobres, los desheredados, los cojos, los estropeados, los sufrimientos, etc ... 

¿Será que realmente somos invitados de Cristo en esta fiesta? 
¿Cuál es el regalo que deberíamos ofrecer? 
¿Qué le gustaría recibir? 

Sabemos que lo que más quiere es que cumplamos la voluntad de Dios, nuestro Padre. Y todos los días renovamos nuestros compromisos en el "Padre Nuestro", diciendo: "Se haga tu voluntad" 

¿Estamos haciendo nuestra parte? 
¿Será que estamos en esa fiesta o fuimos barridos? 

La mayoría de nosotros, incluso espíritas, todavía vemos la Navidad como una fiesta de consumo, reforzando el culto al materialismo y a la materialidad, intercambiando regalos entre sí, cuando, en verdad, no somos los homenajeados, ni la fiesta es nuestra ... 

¿Será que el Cristo se siente feliz con eso? 

Nuestra reverencia al Cristo debe ser en el Espíritu y en Verdad solamente, buscando solamente materializar la Voluntad del Padre que está en todo el Evangelio. 

¿Y cómo debe ser esa conmemoración? 

Con una oración, una reflexión sobre los objetivos alcanzados, con un análisis crítico interior donde podamos verificar si los compromisos asumidos antes del reencarne están siendo cumplidos, porque el único y mayor objetivo que tenemos en la presente existencia es de edificar en nosotros el Bien. 

Para ese desiderato, acertamos de forma personal e intransferible con Cristo, un mandato de renovación. 

Nuestro compromiso es el de conocernos mejor, conformando nuestra vida con la Voluntad de Dios, de reformarnos íntimamente y convertirnos en hombres y mujeres de Bien, edificando dentro de nosotros el Bello, el Bien y la Justicia. 

Lamentablemente, papá Noel es aún más importante que Cristo. El Cristo todavía se encuentra desvalorizado y olvidado dentro de nosotros. 

Nuestras mesas están hartas y se habla mucho de solidaridad, pero no se tiene sensibilidad aún con el dolor ajeno. 

Nos falta conciencia, hablamos mucho, pero aún no sentimos la fraternidad pulsar el corazón. Estamos rehenes y prisioneros de las apariencias, del materialismo, de los cultos exteriores, del consumismo, colocando en segundo lugar el Reino del Espíritu, el Reino de Dios. 
Los intereses espirituales aún no tienen  voz en nuestros corazones. 

¿Cuál es el verdadero sentido de la Navidad? 

Debe ser el de auto-concientización, buscando la comunión con los valores del Bien, ligados a los intereses del Espíritu y de la vida inmortal, porque la Tierra, para los encarnados, es sólo un curso de pequeña duración y nadie queda en la Escuela la existencia entera , un día volvemos a casa para evaluar los deberes realizados. 

Lo que nos atrae no son las buenas ideas, sino los intereses. 

La Doctrina del Cristo, llena de buenas ideas, está con nosotros a más de dos mil años y no cambiamos lo suficiente. por desgracia, todavía no hemos sido atraídos por esos ideales. Pero a medida que evolucionamos por el estudio, el amor y el dolor, cambian nuestros intereses y vamos creciendo; 

Cuanto más sepultamos nuestras vanidades, nuestro orgullo y nuestro egoísmo, más somos atraídos por la luz de Cristo y nos hacemos felices. 

Lo que representa la Estrella de Belén para los Espíritas: representa la Luz Protectora de los Planes Superiores, resumiendo una Infinidad de Espíritus Luminares que vinieron a asistir y dar el apoyo a Cristo en su tarea de orientación y ejemplos para todos nosotros. 

¿Recordamos a los compañeros que están en las zonas umbralinas en la Navidad? 

¿Cómo se sienten estos Hermanos? 

La espiritualidad nos enseña, por las psicografías de Chico Xavier, que algunos ni siquiera saben de esa fecha o conmemoración. Otros, que se encuentran en situaciones mejores, se sienten extremadamente tristes por estar alejados de sus familiares; otros todavía viven reflejando y lamentando las oportunidades perdidas y sufriendo el dolor de la nostalgia y de la separación en razón de la resistencia y de la rebeldía en no aceptar el proceso de cambio y transformación en el camino del Bien. 

La falta de Reforma íntima nos aleja de quien amamos. 

Muchos hijos, maridos, esposas, tardan en encontrarse en la erraticidad, en razón de la mala dirección del libre albedrío, teniendo en vista sus inversiones en el mundo material, en las fantasías, en las ilusiones, en detrimento del sentido real de la propia existencia. La fuga en el enfrentamiento de los desafíos o el desprecio de buscar la práctica de las lecciones del bien nos causa mucho dolor moral. 

NATAL es eso, renovación permanente. 

Cada segundo es hora de cambiar para mejor, Amando, Sirviendo y pasando  esta vida con trabajo en el Bien, en la Solidaridad, en la Tolerancia, con mucha Fraternidad. 

¿Y entonces? ¿Vamos a pensar en eso?

-Fabiano Máximo -

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             Gotas de luz para el espíritu 
En todo mecanismo evolutivo es de vital importancia los esfuerzos morales aplicados, cuyos intereses son la paz o el conflicto. Las artimañas atribuidas al destino, representan opciones de las que se valen los Códigos Divinos de la Justicia, a fin de alcanzar a aquellos que siguen o no sus directivas. Por tanto cada ser portamos los imprescindibles bienes que, aplicados con discernimiento, nos conducen al triunfo y si los malbaratamos, nos arrojan a la fragorosa caída de la desdicha en la que permaneceremos hasta un nuevo esfuerzo que deberemos someternos de forma inapelable. 

Para justificarnos, responsabilizamos a los factores externos como los móviles de nuestros delitos. Es indudable, que hay impositivos en el medio ambiente que posibilitan las metas más sublimes o las caídas más degradantes. Las condiciones económicas y sociales, son responsables directas de muchos de los delitos morales. No obstante conviene recordar que el Espíritu tiene en si mismo las resistencias morales fuertes o débiles que se desarrollan de acuerdo al lugar donde fue llamado a vivir. 

Las tensiones externas propician generalmente, causas para el crimen. A pesar de ello, hombres y mujeres que irguieron a la Humanidad, nacieron y vivieron en lugares donde otros multiplicaban las fuerzas de la tiranía, el vandalismo, haciéndose celebres por las lagrimas que hicieron derramar y por los profundos dolores con que abrumaron a sus contemporáneos, siendo temidos y odiados. Es necesario decir que el Espíritu es el programador del delito que le corresponde vivir, siempre con vistas a la elevación moral. Los fracasos que lo llevan al desastre son el resultado de su debilidad interior, de la carencia de esfuerzos de los que se debe investir, a fin de alcanzar las metas que le corresponde lograr, bajo cualquier contribución, por más pesada que sea o más violenta que le parezca. 

Lo que no se consigue en una encarnación, si continua al comando de su conciencia en marcha ascendente, lo prosigue en la siguiente con mejores recursos, en circunstancias más fáciles. Si la malogra, repite la experiencia considerando el fracaso desde el punto de vista natural o de la negligencia responsable. Cuando la caída no arrastra otras vidas conduciéndolas al fracaso, las futuras tentativas de liberación serán menos penosas. La soledad es un clima interior que muchas veces se convierte en fortaleza tras la cual se refugian los seres recelosos de tentativas externas. Las mentes se unen en procesos de afinidades tanto en la Tierra como más allá de los círculos carnales, estableciendo vigorosos vínculos de subyugación desconcertantes. 
No son pocos los que deambulan entorpecidos por la hipnosis espiritual excitados por inducción obsesiva, anatemizados por mentes de desencarnados, poblando los submundos de la sordidez humana, como alineados de difícil clasificación para las llamadas Ciencias Académicas. Lamentablemente, el amor muchas veces no consigue romper las fuertes amarras que nos mantienen ligados al pasado. Conseguimos independencia económica, afectos, pero no la paz intima, que es un tesoro incomparable es la matriz para la felicidad sin mancha. Cuando nos caemos son golpeados los valores humanos y sociales, de igual forma que al elevarnos en la gloria del bien, del honor, del deber se está elevando a la sociedad triunfante. La criatura humana se arroja espontáneamente a los abismos del crimen y sale de ellos sometidos a otros delitos más perturbadores. 

Es fácil postularnos en los ideales de ennoblecimiento cuando los sucesos transcurren en un clima de ventura. Ciertamente, para que esos sentimientos sean sólidos, es indispensable defenderlos, vivirlos en arduas luchas, a fin de que testimonien la validez de que están constituidos. Las personas realmente débiles se revisten de dureza como un disfraz, para disimular los dobleces del carácter. Son rígidas cuando embiste la ira y el odio y débiles para acceder al crimen, escudándose en las propias penas que más bien forman parte de su corruptibilidad. Los simples de corazón son difíciles de ser vencidos, por no estar de acuerdo con los pasos grandes de la gloria a cambio de la inmortalidad. Todo es perfecto en la Creación Divina. 

El orgullo humano es el que impide tener una clara visión de las causas, por estar fijado en el utilitarismo de los efectos mezquinos. Proveniente del instinto, de donde llegó, el hombre retiene los llamados a la violencia y a las pasiones a las cuales llegó antes que brillen en él los astros de la felicidad que lo elevaran en la búsqueda de los tesoros de la alegría pura y de las fortunas intransferibles que deberá conseguir con su esfuerzo personal. Vivir, es también despedirse del cuerpo, muriendo en parte, en la argamasa celular, a fin de vivir sin el cuerpo, liberado de él en la plenitud de la vida:” El hombre en la Tierra, no es un paria del destino. Se torna execrable cuando lo quiere, e infame por propia elección. La Naturaleza lo incita a la belleza, el dolor, la renovación, tanto como la poda al reverdecimiento, la vida lo emula a la solidaridad, así como el infortunio a la bondad; la esperanza lo vitaliza para crecer, en cuanto a la dificultad lo inclina a la sumisión y lo desafía para el combate. Solamente que las armas, deberán estar hechas de elementos no agresivos ni vengativos. 
La divinidad lo favorece con el aire, la lluvia, el sol y el paisaje, le facilita la adquisición del pan, la preservación de la salud, la convivencia social y lo impulsa a crecer… Los limitados, aquellos para los que escasean los recursos, están inscriptos en los códigos del equilibrio, que proponen resarcimiento y redención. La lluvia que renueva el arroyo está constituida por las partículas que el sol extrajo del riachuelo… Siempre hay retornos hasta que el sol de la intemperancia, apaciguándose, no absorba nuevos compromisos que tendrá que devolver… Por tanto, nadie alzará vuelo hacia el triunfo, partiendo de un suelo sembrado de cadáveres, de víctimas indefensas… El hombre está predestinado a la ventura. Los tropiezos e impedimentos que dificultan su camino ascensional él puede apartarlos en base a honorables sacrificios. 

¿Qué es la vida en la Tierra? Un instante comparado con la elocuencia de la Eternidad. ¿Qué es el poder en el mundo? Un halito de la nada ante la grandeza del Infinito. Entretanto, es por esos nadas que el hombre desperdicia la paz y malbarata esperanzas, saltando al pozo inmediato de la desventura donde desaparece poco a poco, consumido, alucinado. En el hombre son innatas las ideas de Dios, de la inmortalidad, de la Justicia que recompensa con premios o latigazos, del Amor… Lo entorpece el orgullo que expele miasmas mefíticos, terminando por intoxicar a aquellos que lo producen. La felicidad tan anhelada, pues, está al alcance de una conciencia tranquila, que surge de un carácter recto y de una mente sana. La tranquilidad jamás asfixiará a los remordimientos y el poder de cualquier talante nunca adquirirá la fortuna de la paz, si no se basa en la humildad, en la honorabilidad, en el bien. 

El poder real es aquel que no puede ser robado y que tiene su génesis en el espíritu. Los valores intrínsecos, incorruptibles. Todas las cosas mantienen una correlación entre si. Es tan importante el Sol que dona su luz y calor como el gusano que abre canales en la tierra para la aireación de las raíces; es tan valioso el brillante que refleja los astros como el grano de trigo que produce el pan. Sin el brillante se puede pasar, sin este, es más difícil. En el mundo escasean los panes en cuanto se multiplican las gemas y la miseria irrumpe incontrolable. Por eso debemos reflexionar y detener nuestros pasos si no están bien encaminados. Nadie puede convertirse en árbitro de la vida o de la muerte. Ninguna persona puede tomar en sus manos el destino de otra y hacer de él lo que le plazca. La Tierra no es una nave a la deriva en el océano de oxigeno que la envuelve ni el hombre es un objeto para ser consumido por las pasiones. No nos hundamos más. No hay tesoro más valioso que la paz ni posesión más preciosa que la rectitud en el comportamiento. Todo pasa, menos las acciones practicadas que fomentan libertad o producen grilletes crueles, matrices que se transforman en la producción de los implementos futuros para el espíritu. 
Dios pulsa en nosotros. Si hacemos silencio Lo escucharemos. Entreguémonos sin recelos. Hoy caminamos, ignorando la ruta del mañana. No perjudiquemos el porvenir, vencidos por la inquietud de la prisa. No nos afanemos por el oro. El no nos devolverá lo que suponemos perdido ni aplacará nuestra sed de venganza. El mejor vino puede competir con un sorbo de agua fresca, ante la inclemencia de la sed que se pretenda saciar. Despertemos y vivamos… Siempre es tiempo, aunque las oportunidades pasen. Aprovechemos estos sabios consejos y retrocedamos ante el mal. 

Merchita 
Trabajo extraído del libro “Del Abismo a las Estrellas” de Divaldo Pereira Franco

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