viernes, 13 de mayo de 2016

Resentimientos y Rencores



     

         ENSEÑANZAS DEL ESPIRITISMO

       Mediante el espiritismo el hombre sabe de dónde viene,hacia dónde va, por qué está en la Tierra, por qué sufre transitoriamente, y ve por todas partes la justicia de Dios. 
      Sabe que el alma progresa sin cesar, a través de una serie de existencias sucesivas, hasta que haya alcanzado el grado de perfección que la aproxima a Dios. Sabe que todas las almas, como tienen un mismo punto de origen, son creadas iguales, con la misma aptitud para progresar, en virtud de su libre albedrío; que todas son de la misma esencia, y que no existe diferencia entre ellas, salvo en cuanto al progreso realizado; que todas tienen el mismo destino y alcanzarán la misma meta, más o menos rápidamente, conforme a su trabajo y buena voluntad.
      Sabe que no existen criaturas desheredadas, ni más favorecidas unas que otras; que Dios no privilegió la creación de ninguna de ellas, ni a nadie dispensó del trabajo impuesto a las otras para que progresen; que no hay seres perpetuamente consagrados al mal y al sufrimiento; que aquellos a los que se designa con el nombre de demonios son Espíritus imperfectos y que todavía están atrasados, que practican el mal en el estado de Espíritus como lo practicaban cuando eran hombres, pero que adelantarán y se perfeccionarán; que los ángeles o Espíritus puros no son seres aparte en la Creación, sino Espíritus que llegaron a la meta, después de haber recorrido palmo a palmo el camino del progreso; que de tal modo no hay creaciones múltiples ni diferentes categorías entre los seres inteligentes, sino que toda creación es el resultado de la gran ley de unidad que rige el
universo; sabe, por último, que todos los seres gravitan hacia un fin común, que es la perfección, sin que unos sean favorecidos a expensas de otros, pues todos son hijos de sus propias obras.*
       Por las relaciones que ahora puede establecer con aquellos que dejaron la Tierra, el hombre posee no sólo la prueba material de la existencia y de la individualidad del alma, sino que también comprende la solidaridad que vincula a los vivos con los muertos de este mundo, y a los de este mundo con los de otros planetas. Conoce la situación de ellos en el mundo de los Espíritus; los acompaña en sus migraciones; es testigo de sus alegrías y sus penas; sabe por qué son felices o desdichados, y conoce la suerte que a él mismo le está reservada, según el bien o el mal que haya hecho.
      Esas relaciones lo inician en la vida futura, a la que puede observar en todas sus fases, en todas sus peripecias; el porvenir ya no es una vaga esperanza, sino un hecho positivo, una certeza matemática. A partir de entonces, la muerte ya no tiene nada de aterrador para él, porque significa la liberación, la puerta de la verdadera vida.

EL GENESIS
ALLAN KARDEC

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Saludos de Merchita


Queridos amigos, hola buenos días, la vida física es una escuela de elevado merito y proporciona al espíritu sumergido en la carne transitoria el desenvolvimiento de su conciencia, y la realidad es que las fortísimas raíces adquiridas por el instinto animal retardan al hombre por mucho tiempo bajo la capa del sufrimiento redentor.
 El dolor en la vida material, casi siempre resulta ser el corolario inmediato de los placeres descontrolados. El hombre debe despertar la centella sideral emanada del Creador y situada en la carne humana para liberarse lo más pronto posible de las formas esclavizantes de la materia.
Si el estado angélico es la condición definitiva que Dios fijó para todos sus hijos, es justo que el espíritu se sirva eficientemente de los laboratorios planetarios que le  facilitan las pruebas redentoras; pero debe ser sensato y trabajar eficientemente para lograr su ventura a la que tanto e indiscutible derecho tiene.
Todo Espíritu vive en la carne las mismas experiencias y equívocos y afrontan innumerables existencias planetarias. El hombre ha sido invitado innumerables veces por la Espiritualidad Mayor a que despierte cuanto antes de su negligencia y acelere sus pasos, pues está próxima la vida angelical. A los que se demoran les esperan muchos inconvenientes, por estar atados a las hogueras de las pasiones devoradoras y pecaminosas del mundo de la carne.
El Espiritismo es la reaparición del Cristianismo en toda su pureza iniciática de simplicidad conmovedora, y los Médiums que se disponen a servirle bajo su égida doctrinaria también precisan cumplir su mandato espiritual en el siglo atómico, como nuevos apóstoles, pregonando la inmortalidad del espíritu.
El éxito del servicio mediúmnico depende mucho de la renuncia, desinterés, humildad, y ternura de sus mediadores desechando cualquier manifestación de tipo espectacular que nubla los sentidos físicos, y que de ningún modo convierte al espíritu hacia el Bien.
El médium precisa comenzar su desenvolvimiento mediúmnico orientado por las lecciones básicas de la doctrina espirita. El hombre puede llegar a ser ingeniero, abogado, médico o magistrado, pero no puede eludir la alfabetización.
Si la facultad mediúmnica está destinada para objetivos sublimes, también es más compleja e importante que las profesiones comunes del mundo, debiendo dedicarse con esmero y cariño por parte de sus protagonistas. En ese perfeccionamiento mediúmnico están el juego las elevadas enseñanzas de la vida evangélica y su finalidad es proporcionar al hombre a la mayor brevedad  posible su liberación espiritual.
 El médium debe apartarse de todo asunto que lo induzca al ridículo, a la censura o al sarcasmo sobre la doctrina espirita. El médium bien desenvuelto, en la acepción de la palabra, es el fruto de largas experiencias a favor del prójimo; solo el servicio desinteresado, la imaginación disciplinada, el equilibrio emotivo y moral es el que  garantizará el trabajo en sus comunicaciones con lo Alto.
El desenvolvimiento mediúmnico correcto, supervisado por gente sensata y experimentada, garantizará los trabajos provechosos y evitará las espinas de las decepciones prematuras o el desencanto de las tareas fracasadas.
Amigos os deseo un feliz  día, que Dios nos siga bendiciendo a todos  y que Su amor,  Su paz  y Su luz nunca nos falte. Merchita

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            CRUELDAD TAURINA Y ARREPENTIMIENTO


Esta foto marca el final de la carrera de Álvaro Múnera como torero matador. El muchacho se desplomó lleno de remordimiento en la mitad de la corrida cuando se dio cuenta de que el toro se negaba a pelear por su vida. 
Álvaro se ha convertido en un adversario ávido de las corridas de toros. Múnera recuerda ese momento:.. " Y de repente, miré el toro... Tenía la inocencia que todos los animales tienen en sus ojos, y él me miró, sintiendo dentro de mi un; ¿Porqué? Era como un grito por la justicia en el fondo de mí, y sentí (mirada arriba). Yo lo describiría como como una conexión, porque si uno confiesa, y espera que sea perdonado... (silencio, lagrimas contenidas) "Me sentí como la peor mierda en la tierra"... Esta foto muestra el colapso de Torero Álvaro Múnera, al darse cuenta de en medio de su última pelea de la injusticia para el animal. A partir de ese día en adelante se convirtió en un gran opositor de las corridas de toros.


( Publicado en Facebook por Preserve Planet )

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ESPÍRITU Y PERIESPÍRITU
José Aniorte Alcaraz


       El Universo y nuestro mundo espiritual, todavía hoy, a pesar de los grandes descubrimientos científicos realizados, continúa siendo el gran desconocido. Hay muchas teorías sobre este tema, unas malintencionadas, otras mantenidas por el orgullo de personas que se creen en posesión de toda la sabiduría, siendo en realidad objeto de la ignorancia.
Yo, sin considerarme naturalmente, un maestro, después de cincuenta y seis años de estudio, razonando, investigando y comprobando con total independencia, tengo mi propia teoría, pues cada maestro tiene su librito; teoría que estoy dispuesto a cambiar o rectificar, cuando encuentre otra más convincente.
Nos dice “El Libro de los Espíritus”: en el Universo todo se eslabonatodo efecto es la consecuencia de una causa. Nuestra evolución empieza en un átomo, pasa por el mineral, el vegetal, el animal, el hombre y finalmente el arcángel. En el mismo libro se pregunta: ¿dónde está la inteligencia?, respuesta:en su base, en el Universo; otra pregunta: ¿qué es el Espíritu?, respuesta: principio inteligente del Universo. Por consiguiente, si el Espíritu o principio inteligente, tiene su origen en el Universo y reside en él, no puede estar durmiendo en el mineral o soñando en el vegetal.
 El principio inteligente no duerme ni sueña, es una partícula Divina, que está latente, esperando que la materia reúna las condiciones óptimas necesarias para poder ser utilizada por el “Principio Inteligente”. Así es como el Espíritu inmortal, se sirve de la materia animalizada, desde su estado más primitivo, para empezar su evolución desde un átomo. Pasando por el largo y extenso período de la vida animal, en este estado el alma está adormecida, no puede imaginar su situación, no tiene idea de su existencia; no alcanza a comprender la diferencia existente entre la vida y la muerte. Para ella sólo existe un instinto, que sin duda puede ser inteligente, pues independiente de su voluntad, se manifiesta según las necesidades, como pueden ser: la naturaleza de las especies, el clima o la difícil situación a la que cada especie tiene que sobrevivir.
En esta compleja y ardua situación, el alma se forma, se ensaya y lentamente se prepara, hasta que al fin, comienza a sentir de forma confusa, un impulso nuevo y desconocido; siente por primera vez la aspiración y el deseo de individualizarse.
En esta circunstancia, es cuando se produce la gran metamorfosis, y el alma animal emprende un nuevo período, para convertirse en alma humana. Todo esto realmente maravilloso, cuenta con la ayuda de los buenos espíritus que están al servicio de Dios. Somos creados por Dios, y Él dirige nuestro destino, hasta que nosotros estamos preparados para asumir la responsabilidad y el control del mismo.
La materia en su estado primitivo, está dispersa por todo el Universo, en realidad es el principio de todo, el principio de la vida. Con sus continuas transformaciones, crea los elementos necesarios para la evolución del Universo, siendo éste una creación de Dios.
En nuestro planeta la evolución de la materia, empieza en un átomo como partícula organizada. Siguiendo el proceso de evolución nos centramos en la materia inerte, emprendiendo su desarrollo en los elementos minerales, que tras un laborioso proceso inconsciente, cuando aparece el ambiente y el medio adecuados, atrae al principio vital, dándose la transformación hacia la materia animada, que tras circunstancias mucho más sofisticadas y el medio propicio para animalizarse, el principio inteligente que espera la oportunidad para el comienzo de su evolución, utiliza la materia orgánica, junto con el fluido vital, para el comienzo de la evolución animal.
El principio inteligente, desde su estado más primitivo, empieza su larga e interminable carrera evolutiva en la escala animal, sin pasar por la escala mineral o vegetal. A través de los tiempos, pasando por distintas especies, sin conciencia de su  existencia, sigue adelante por un impulso divino que despierta en él un instinto primario, pero necesario para sobrevivir en el ámbito que se encuentra. Este instinto, lentamente y a través de los considerables periodos evolutivos, de especies diferentes, también se transforma en una inteligencia animal, limitada; porque no puede saber ni sentir la razón de su existencia, ni distinguir la vida de la muerte. Su inteligencia instintiva, es el medio que posee de subsistencia.
Durante estos prolongados e incontables períodos, el alma se está consolidando y preparando para el gran futuro que le espera.
No está dormida, sino aturdida, porque puede sentir pero no tiene la capacidad de manifestar lo que siente, y paciente espera hasta poder reunir las condiciones para hacerlo. Desde el primer momento que el alma tiene contacto con la materia animalizada, lo hace envuelta en su cuerpo astral, pues sería imposible que el principio inteligente, pudiera utilizar la materia sin un cuerpo fluídico o intermediario.
El alma revestida de los fluidos más animalizados, de los instintos más vulgares y primitivos, tiene que vivir y sentir, caminando valientemente a través de los tiempos; ignorando su identidad pero conservando en lo más íntimo de su ser, la partícula divina, que un día, cuando esté en disposición para formar parte de la humanidad y asumir la responsabilidad de sus actos, se individualizará, y conseguirá la elevación y redención de su Espíritu.
El alma del animal, es un alma animalizada, con su inseparable cuerpo astral compuesto de fluidos primitivos; tiene vida animal pero no vida espiritual, sobrevive a la muerte sin tener consciencia de su existencia. Recorre los largos caminos de su evolución, sin tener responsabilidad de ello. El animal esté donde esté, continúa siendo animal, porque tiene unas limitaciones que nunca podría superar por vía directa.
El alma animal no puede convertirse en alma humana, aunque tenga latente en su interior, el principio divino del ángel. Para salir de esta situación, tiene que pasar por la gran transformación.
Cuando llega el momento se produce el cambio, como la completa metamorfosis de las mariposas; convirtiéndose el alma animal, en alma humana. El alma animal, después de esta metamorfosis, se siente confundida, como si acabara de nacer o despertara de una terrible pesadilla; no recuerda nada pero lentamente, con recelo y por primera vez, siente el deseo incesante de superarse para salir de la oscuridad y liberarse de la envoltura animal.
Desde este momento, aún tiene un período muy largo de ensayos en la escala animal, para reafirmar su individualidad, recomponer su cuerpo fluídico o periespíritu, despojándose gradualmente de todas las impurezas animalizadas, que su mente espiritual, inconscientemente, ha tenido que alimentar durante tanto tiempo vivido en el mundo inferior.
Una vez que rehace su estructura mental y fluídica, ya se encuentra en condiciones para empezar un nuevo ciclo evolutivo como ser pensante de la humanidad. Es preciso aclarar que en nuestro planeta, salvo alguna excepción extraordinaria, el animal no tiene ninguna posibilidad de alcanzar el estado de evolución que acabo de describir.
Este proceso es propio de otros mundos inferiores a éste; en la Tierra, el animal siempre es animal. En “El Libro de los Espíritus” nos dice: “hay entre el alma de los irracionales y la humana tanta diferencia, como la existente entre el alma del hombre y Dios”. Aquéllos que afirman que en un principio, la vida en este planeta fue por generación espontánea, están diciendo algo muy cierto, que ni ellos mismos comprenden el significado de lo que dicen.
Allan Kardec definió al periespíritu con una forma vaporosa; él sabía en aquellos momentos, hace ciento cincuenta años, que tocar este punto en profundidad, en lugar de conseguir instruir a los lectores, los llevaría a la confusión. Hoy podemos afirmar que en su estado natural, podría muy bien ser un cuerpo vaporoso, porque se compone de una combinación de fluidos semimateriales, extraídos o tomados del fluido Universal.
El Espíritu para nosotros es inmaterial, no tiene forma, lo podemos sentir, pero no lo vemos. Es tan sensible que para poder dirigir nuestro cuerpo o tener contacto con él, es imprescindible disponer de un cuerpo intermediario y semimaterial, como es el periespíritu.
Cuando el Espíritu reencarna para una nueva existencia, lo hace a través de su cuerpo astral; se protege con él y no llega a tener contacto directo con su cuerpo físico. La unión del Espíritu con el cuerpo se efectúa por medio de su envoltura fluídica. Por su naturaleza sutil, el periespíritu sirve de unión entre el Espíritu y la materia.
El alma queda unida al germen por este mediador fluídico, que se va adaptando y estrechando lentamente, siguiendo las fases progresivas de la gestación, hasta completar la formación del cuerpo físico.
Desde la concepción hasta el nacimiento, la unión se lleva a cabo con cierta lentitud, molécula a molécula; bajo el flujo creciente de los elementos materiales y la fuerza vital que es facilitada por los movimientos vibratorios del periespíritu infantil, que se reduce al mismo tiempo que la conciencia del alma queda adormecida.
Durante el periodo de gestación, el periespíritu se impregna de fluido vital, para convertirse en el regulador de la energía que necesitan los elementos materiales del cuerpo en formación. La individualidad y la memoria del Espíritu, se conservan y a su debido tiempo, se manifiestan en el plano físico.
Cuando se completa la vida uterina, se produce el nacimiento, siendo en este momento cuando el Espíritu, a través del periespíritu toma el control de su cuerpo. El periodo de crecimiento será largo, durante el cual el Espíritu tiene que modelar su nueva envoltura y hacer de ella un instrumento capaz de manifestar sus cualidades y sentimientos.
Durante el sueño, en el transcurso de la vida infantil, el Espíritu recibe la ayuda espiritual necesaria, para recuperar fuerzas y seguir el curso de su nueva reencarnación. Durante su estancia en el plano espiritual, el Espíritu, para manifestarse lo hace con su cuerpo fluídico; sin él sólo sería una especie de ser invisible.
El Espíritu nunca puede separarse de su cuerpo astral, con él se convierte en un ser real, reflejando la imagen del Espíritu; es el archivo de sus memorias, es además una especie de conciencia que a través de su imagen, recuerda al Espíritu los aciertos o desatinos que ha practicado con su forma de vida.
Cuando el Espíritu está en el plano físico, fácilmente puede engañarse a sí mismo y engañar a los demás, porque un espíritu malévolo, puede tener un cuerpo bello, proporcionando una apariencia falsa de la realidad.
Cuando después de la muerte se regresa al mundo de la verdad, donde cada uno se sitúa en el lugar que le corresponde, donde no existen los favores, ni las influencias, pero sí existe el cielo y el infierno que llevamos con nosotros, como creación propia, encontrándonos allí atrapados por un mundo de sombras o un mundo de luz, según la imagen que predomine con más fuerza en nuestra mente.
En esta situación es cuando podemos contemplar el verdadero aspecto del Espíritu, que según la conducta seguida en el plano físico, volverá con un cuerpo más luminoso o menos, o con un cuerpo plagado de heridas, envuelto por las sombras, implorando una ayuda que nadie le puede dar, porque sólo él a través de su arrepentimiento, la podrá obtener.
El mundo espiritual “superior” aún continúa siendo para nosotros el gran desconocido, pero el mundo incorpóreo más cercano a nosotros, podemos decir que es muy semejante al nuestro. No obstante, existe una parte completamente diferente; el Más Allá es un mundo de sentimientos, y nuestra humanidad, se desenvuelve entre pasiones y sensaciones.
Los espíritus “comunes” viven entre nosotros, y tienen un cuerpo tan semejante al nuestro, que algunos se confunden y en determinadas circunstancias, piensan que aún tienen el mismo cuerpo que tenían antes de morir. Estos espíritus están en todas partes, en nuestra casa, en el campo, en las ciudades, en los medios de transporte, en lugares de ocio...
Es un mundo que se agita alrededor nuestro, y se acerca a nosotros por afinidad. Los hay de todas clases y en situaciones diferentes; cada uno tiene sus dificultades y persigue su objetivo.
 La apariencia del Espíritu cambia según el estado mental en el que se encuentra. Su aspecto se refleja con claridad en su cuerpo astral, y los fluidos que le recubren, causan malestar o bienestar cuando se aproximan a nosotros.
La lectura de este libro no está dedicada a los analistas ni a los científicos, sino a los humildes y necesitados que han vivido engañados por los dogmatismos fanáticos de las religiones del pasado y del presente.
Lo que escribo aquí no es un tema nuevo, ya se ha publicado en otros libros, pero la actual publicación pretende ser más directa y sencilla; comprensible para aquéllos que desconocen el tema por falta de estudio, y puedan comprender con menos dificultad, esta verdad que es la única realidad de nuestra vida. Todas las revelaciones nuevas, han sido rechazadas sin mostrar algún interés por conocerlas, pero esta realidad tiene una contestación lógica para todas las preguntas.
Mi querido lector, acepta estas enseñanzas que llegan gratuitamente a tus manos, y nunca tendrás que hacerte preguntas, sin obtener la respuesta adecuada.
José Aniorte Alcaraz

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    RESENTIMIENTOS Y           
      RENCORES

Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad". Catherine Ponder (escritora). 


Los resentimientos se mezclan y disfrazan de varias formas y maneras. 

El resentimiento o rencor es una desazón, desabrimiento o queja que queda de un dicho o acción ofensiva que puede perdurar largo tiempo y reaparecer cuando se recuerda dicha ofensa. El tipo de sensación que causa puede ir de una ligera molestia temporal a un profundo malestar que puede dificultar o imposibilitar las relaciones con el ofensor. Es un linaje de venganza atenuada, que si quiere herir, no es precisamente para mortificar o perjudicar, antes para con la herida lograr el gusto de la satisfacción, desagravio o quizá despertar pruebas de mayor afecto: si quisiera fijarse al resentimiento su lugar en la categoría de las pasiones, se diría que participa tanto de las irascibles, cuanto de las concupiscibles; no es tanto enojo como tristeza y aun amor disimulado. 
El resentimiento enquistado y agravado acaba produciendo rencor. 
Yo diría que es una combinación de todo lo anterior. Resulta que el resentimiento podría estar oculto ante eso que llamamos "perdón pero no olvido". Otras veces esta oculta bajo sutiles capas de olvido voluntario o inconsciente. Heridas que duelen a través del tiempo. Situaciones que no olvidamos y que si recordamos siguen doliendo. el alma ha sido herida o hemos creado situaciones en donde la percepción nuestra ha influenciado la gravedad de la experiencia. 
Es difícil aceptar, que algo que sucedió hace mucho tiempo nos sigue afectando. 
Significaría que somos débiles, incapaces o vulnerables. 
Pero la realidad es que, si no lo aceptamos y eliminamos, siempre va a empañar nuestra vida. 

El resentimiento está basado en una o varias situaciones en las que nos sentimos tratados de manera injusta, lastimados, humillados, etc., sin haber sido capaces de defendernos y de expresar nuestro enojo. 

El resentimiento nos hace vivir, una y otra vez, el enojo y el dolor que lo acompaña y que nos impide disfrutar plenamente de la vida. 
Además, el coraje, que es parte del resentimiento, deteriora nuestras relaciones y daña nuestra salud, porque nos afecta de la misma manera que el estrés. 
Analiza las frases del siguiente inventario y ve con cuales estás de acuerdo. 
1. No tiene nada de malo, hablar mal de la gente que no me cae bien. 
2. Por mucho que me esfuerce, no recibo lo que merezco. 
3. Se que la gente me critica a mis espaldas. 
4. Hay personas que me ponen de mal humor con sólo verlas o pensar en ellas. 
5. La gente que es demasiado amable, siempre busca obtener algo. 
6. Cuando alguien me quiere mandar, actúo al revés de lo que el quiere. 
7. Hay cosas de mi pasado, que no puedo olvidar. 
8. Pienso que tengo mala suerte. 
9. La mayor parte de la gente, miente con mucha facilidad. 
10. Cuando estoy discutiendo, tiendo a alzar la voz. 
11. Últimamente me pongo de mal humor con facilidad. 
12. Me molesta cuando veo las tonterías que hacen los demás. 
13. Tiendo a pensar mucho en lo que me molesta o me lastima. 
14. Si alguien me hizo daño, lo critico con otras personas para que quede mal. 
15. Muchas veces, cuando discuto con alguien, le recuerdo lo que ha hecho mal en el pasado. 
16. Cuando un amigo o familiar me falla, le recuerdo que yo sí lo he ayudado, cuando él lo ha necesitado. 
17. Puedo perdonar a alguien que me lastimo, pero nunca voy a olvidar lo que me hizo. 
18. A la mayoría de la gente le va mejor que a mí. 
19. Me revienta que se burlen de mí. 
20. Hay mucha gente que me cae mal, pero lo disimulo. 
Si estás de acuerdo con más de la mitad de las oraciones, posiblemente estás resentido con una o más personas.

Rey Formoso

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