domingo, 1 de mayo de 2016

AUTOANÁLISIS Y ANSIEDAD



                                         ¡  Vengan a mí las criaturitas !


                                                Parte 1

  ¿Los padres espiritistas deben suministrar la educación doctrinaria a sus hijos o pueden dejar de hacerlo, invocando las razones de que, en materia de religión, aprecian más la plena libertad de los hijos? 

El periodo infantil, en su primera fase, es lo más importante para todas las bases educativas y los padres espiritistas cristianos no pueden olvidar sus deberes de orientación a los hijos, en las grandes revelaciones de la vida. En ninguna hipótesis esa primera etapa de las luchas terrestres debe ser encarada con indiferencia. El pretexto de que el pequeño debe desenvolverse con la máxima noción de libertad, puede dar oportunidad a los grandes peligros. Ya se dice, en el mundo, que el pequeño libre es la simiente del bellaco. ¿ La propia reencarnación no constituye en sí misma, restricción considerable a la independencia absoluta del alma  necesitada de expiación y correctivo?
Además de eso, los padres espiritistas deben comprender que cualquier indiferencia en ese particular puede conducir al niño, a los prejuicios religiosos de antaño, el apego al convencionalismo y la ausencia de amor a la verdad. El corazón infantil debe nutrirse con la creencia, con la bondad, con la esperanza y con la fe en Dios. Actuar contrariamente a esas normas es abrir para el culpable de ayer, la misma puerta grande para los excesos de todas clases, que conducen al aniquilamiento y al crimen. Los padres espiritistas deben comprender esa característica de sus obligaciones sagradas, entendiendo que el hogar no se hace para la contemplación egoísta de la especie, sino para santuario donde  se exige la renuncia y el sacrificio de una existencia entera.

- Chico Xavier-

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  LAS COSTUMBRES SOCIALES


Las costumbres sociales ¿no obligan muchas veces a un hombre a seguir un camino equivocado, y no está él sometido al contralor del qué dirán cuando escoge sus ocupaciones? Eso que llamamos respeto humano ¿no es un obstáculo para el ejercicio del libre arbitrio? 
- Los hombres crean las costumbres sociales, no Dios. Y si a ellas se someten es porque les conviene, lo cual constituye un acto más de su libre albedrío, puesto que si lo desearan podrían liberarse de ellas. Entonces, ¿por qué se quejan? No deben acusar a las costumbres sociales, sino a su tonto amor propio, que les lleva a preferir morirse de inanición antes que apartarse de ellas. Nadie les toma en cuenta ese sacrificio que realizan en pro del qué dirán, en tanto que Dios sí les tomará en cuenta el sacrificio que hagan de su vanidad. Esto no significa que haya que desafiar sin necesidad al qué dirán, como hacen ciertas personas, que tienen más extravagancia que verdadera filosofía. Es tan desatinado dar motivo a que lo señalen a uno con el dedo o lo miren cual si se tratara de un ser exótico, como prudente descender por propia voluntad y sin murmurar cuando no puede uno mantenerse en lo alto de la escala. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC

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