jueves, 20 de octubre de 2022

Vida y valores ( El Perdón)

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Vida y valores ( El Perdón)

2.- El papel de los médiums

3.-¡ Ahora es el momento !

4.- Reserva tiempo


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Vida y valores (El perdón)
(Primera Parte)
Raúl Teixeira

La criatura humana es muy especial. Al lado de las virtudes que busca desarrollar, a duras penas, hay unas tantas tormentas de difícil liberación. De entre esas tormentas, que mucho entristecen la vida del individuo en el mundo, esta la dificultad de perdonar. Es muy complicado perdonar. La criatura humana, en el relacionamiento con los otros, en varias oportunidades se va a deparar con la necesidad de lanzar mano al perdón y las cosas quedan difíciles porque, comúnmente, no tenemos hábitos de perdonarnos. Y, si no tenemos habito de perdonarnos, será muy complicado poder perdonar a los otros. ¿Por qué no tenemos la costumbre de perdonarnos? Ese auto perdón tiene que comenzar a partir del momento que yo esté bien conmigo, que yo me valorice, que yo tenga conciencia de las cosas que hice y porque las hice, y el deseo de acertar. Cuando pensamos en eso, vemos la presencia del orgullo, porque el individuo piensa casi siempre: Yo no puedo errar. ¿Cómo que no podemos errar, si somos parte de este planeta donde tantas cosas ocurren, tantas necesidades existen? ¿Cómo que yo no puedo errar? ¿Si estoy en fase de aprendizaje, de crecimiento, estoy en las luchas por desarrollar mis potencialidades, porque yo no puedo errar?
Todas las veces en que ponemos en la mente que no podemos errar, es la presencia del orgullo, porque nosotros podemos errar. La preocupación debería ser: No me gustaría errar. Yo no debería de errar. Mas el poder errar es una situación inherente a la condición humana en la tierra. Tenemos tanta ignorancia de las cosas, desconocemos tantas otras cosas y estamos sometidos a tantas presiones que, en dado momento, es posible que cometamos errores. Entonces, no vale la pena colocar en la cabeza que no podemos errar. A partir del momento en que yo admita que puedo errar y procure no errar a propósito, para que mi equivoco no se convierta en un error, estoy dando oportunidad a ser humano que yo soy para que crezca, para que me desarrolle, para que me ilumine, para que mejore. De este modo, perdonarnos es fundamental para que no salgamos arrastrando complejos de culpa.
Es muy complicado cuando las criaturas arrastran consigo esa cruz del mundo, llamada complejo de culpa, porque en la culpa el individuo no ve salida, en la culpa él ve apenas punición. El individuo pasa a admitir que él tiene que sufrir para no sentir culpa. Si el sentimiento es de culpa, por más que sufra, por más que pague, se sentirá atormentado. Cuando pasamos a gustarnos un poco a nosotros mismos, admitimos que no hay espacio para ese auto condenación, no hay ninguna necesidad de apelarnos para el complejo de culpa. Cuando pensamos bien de nuestra vida y acciones en el mundo, iremos a pensar en las responsabilidades. Esto sí es parte de la criatura humana adulta; reflexionar sobre las responsabilidades. Todo lo que hago, todo lo que quiero, todo lo que realizo, todo lo que emprendo, está bajo mi responsabilidad. Ahí no hay ningún sentido de culpa, una vez que las cosas están bajo mi responsabilidad. Si yo me equivoco, tratare de corregirlo. Si errar contra personas, pediré disculpas, pediré perdón, pero solo después que me sepa perdonar. Cuando yo cometa algún equivoco, voy a sanar ese equivoco, en nombre de la responsabilidad que yo tengo con las cosas y con las personas. Así, no hay sentido de albergar en el alma ese sentimiento auto punitivo porque él no nos llevara a nada, no nos llevara a lugar alguno que no sea el sufrimiento, la amargura cada vez más creciente. Vale la pena comenzar a querernos un poco, a respetarnos. No es colocar debajo del tapete nuestros errores, no es intentar justificar a todo costa nuestros equívocos, es tener esa conciencia de que si comentemos errores, ellos son parte de esa etapa que estamos desarrollando en el planeta. Por causa de esto, no hay ninguna razón para que no nos perdonemos, para que no nos demos una nueva oportunidad y, cuando aprendemos a hacer esto con nosotros, tendremos abertura para hacer esto con nuestro semejante.

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EL PAPEL DE LOS MÉDIUMS

225. La disertación siguiente, dada espontáneamente por un Espíritu superior, que se ha revelado por las más elevadas comunicaciones, resume de la manera más clara y más completa la cuestión de papel de los médiums.

Cualquiera que sea la naturaleza de los mediums escribientes, mecánicos, semimecánicos o simplemente intuitivos, nuestros procedimientos de comunicación con ellos no varían esencialmente. En efecto, nos comunicamos con los Espíritus encarnados, como con los Espíritus propiamente dichos, por la sola difusión de nuestro pensamiento.

Nuestros pensamientos no tienen necesidad de la palabra para que sean comprendidos por los Espíritus, y todos perciben el pensamiento que deseamos comunicarles con sólo dirigirlo hacia ellos, y esto es en razón de sus facultades intelectuales, es decir, que tal pensamiento puede ser comprendido por algunos, según su adelantamiento, mientras que para otros, no despertándoles este pensamiento ningún recuerdo, ningún conocimiento en el fondo de su corazón o de su cerebro, no que perceptible para ellos. En este caso es Espíritu encarnado que nos sirve de médium es más propio para manifestar nuestro pensamiento a los otros encarnados, aun cuando él no lo comprenda, que un Espíritu desencarnado y poco avanzado no podría hacerlo sin estar obligado a recurrir a su intermediario; porque el ser terrestre pone su cuerpo como instrumento a nuestra disposición, lo que no puede hacer el Espíritu errante. De este modo, cuando encontramos un médium con el cerebro bien provisto de conocimientos adquiridos en la vida actual y su Espíritu rico de conocimientos anteriores latentes propios para facilitar nuestras comunicaciones, nos servimos de él con preferencia, porque con él, el fenómeno de la comunicación no es mucho más fácil que con un médium cuya inteligencia fuse limitada y cuyos conocimientos anteriores hubiesen quedado insuficientes. Vamos a ver si podemos hacernos comprender por algunas explicaciones limpias y precisas.

Con un médium cuya inteligencia actual o anterior se encuentra desarrollada, nuestro pensamiento se comunica instantáneamente de Espíritu a Espíritu, por una facultad propia a la esencia del mismo Espíritu. En este caso encontramos en el cerebro del médium los elementos propios para dar a nuestro pensamiento la forma de la palabra correspondiendo a este pensamiento, y esto que el médium sea intuitivo, semimecánico o mecánico puro. Por esto cualquiera que sea la diversidad de los Espíritus que comunican con el médium, los dictados que se obtienen por él, aunque procedan de Espíritus diversos, llevan el sello de la forma y el calor personal de este médium. Sí; bien que el pensamiento sea del todo extraño a él, bien que el asunto salga del círculo en el cual se mueve habitualmente, o bien que lo que nosotros queremos decir no provenga de ningún modo de él, no por esto deja de influir menos la forma, por las cualidades y las propiedades que son adecuadas a su individuo. Es absolutamente como cuando vosotros miráis deferentes puntos de vista con anteojos de diferentes matices, verdes, blancos o azules: aun cuando los puntos de vista u objetos mirados estén enteramente opuestos y enteramente independientes los unos de los otros, no por esto afectan menos siempre un tinte que proviene del color de los anteojos. Mejor aún, compararemos los médiums a estas vasijas llenas de líquidos de colores y transparentes que se ven en el mostrador de los farmacéuticos; pues bien: nosotros somos como las luces que iluminamos ciertos puntos de vista morales, filosóficos e internos a través de los médiums, azules, verdes o encarnados, de tal modo que nuestros rayos luminosos, precisados a pasar a través de los cristales, más o menos bien tallados, más o menos transparentes, es decir, por médiums más o menos inteligentes, no llegan sobre los objetos que queremos iluminar sino tomando el tinte, o mejor, la forma propia y particular de estos médiums. En fin, para terminar por la última comparación, nosotros, los Espíritus, somos como los compositores de música, que hemos compuesto o queremos improvisar un aire y no tenemos a la mano sino un piano, un violín, una flauta, un bajo o un silbato de dos cuartos. Es incontestable que con el piano, la flauta o el violin, ejecutaremos nuestro fragmento de una manera muy comprensible para los oyentes; y aun cuando los sonidos proviniendo del piano, del bajo o del clarinete, sean esencialmente diferentes los uno de los otros, nuestra composición será idénticamente la misma, salvo los cambios del sonido. Pero si sólo tenemos a nuestra disposición un silbato o un embudo, esta es nuestra dificultad.


LIBRO DE LOS MÉDIUMS - ALLAN KARDEC

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           ¡ AHORA ES EL MOMENTO !
                                                             

Si sentimos la necesidad de cambiar alguna de nuestras formas de pensar y de actuar, comencemos ahora desde donde estamos. ¡ El tiempo urge !

Tal vez pensemos que ya es tarde para realizar ahora nuestra transformación, juzgando que ya se nos pasó el momento en que deberíamos haber iniciado ese cambio en otra época, cuando habría sido más fácil, o cuando teníamos más disposición y oportunidades, y entonces desistimos...
Pero el tiempo, solamente es el tiempo. Y AHORA puede ser el momento más indicado para que hagamos una madura reflexión y para que nos dejemos tocar por la fuerza de la persistencia en el trabajo, por el amor a la vida, por las luces del entendimiento y por la serenidad de la paz.
¡ Iniciemos ya y aquí nuestro ahora !. Pidamos con humildad la protección divina y partamos para la lucha con las herramientas que tengamos a mano. Si lo dejamos para después, podrá ser muy tarde.
Nosotros tenemos muchas habilidades que ni siquiera conocemos. Tenemos muchas ideas positivas a nuestra disposición. Si luego las aplicamos, los buenos resultados luego aparecerán.

Iniciemos la semana reforzando en nosotros esta certeza, al tiempo que viviremos más y mejor.
¡ Entonces, manos a la obra !. ¡ Vamos allá !.

- María Aparecida Airam -
(Traducción de Jose L. Martín)

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RESERVA TIEMPO


- Reserva tiempo para REIR; es esta la música del alma.
- Reserva tiempo para LEER; es esta la base de la sabiduría.
- Reserva tiempo para PENSAR; es esta la fuente del poder.
- Reserva tiempo para TRABAJAR; es este el precio del éxito.
- Reserva tiempo para DIVERTIRTE; es este el secreto de la eterna juventud.
- Reserva tiempo para SER AMIGO; es este el camino de la felicidad.
- Reserva tiempo para SOÑAR; es este el medio de encontrar tus objetivos.
- Reserva tiempo para AMAR Y SER AMADO; es este el privilegio de los Hijos de Dios.
- Reserva tiempo para SER ÚTIL A LOS OTROS; esta vida es demasiado corta para que seamos egoístas.

Nosotros no perdemos el tiempo en la vida; lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo.

De nada nos sirve ser Luz, si no iluminamos el camino de los demás.

( Reflexiones enviadas por Viviana Clara Gianitelli)


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