lunes, 24 de octubre de 2022

Conmemoración de los muertos

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Conmemoración de los muertos

2.-Concepto de salud y enfermedad

3.-Hechos inevitables

4.-La muerte y la desencarnación


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CONMEMORACIÓN DE LOS MUERTOS


Allan Kardec en el Libro de los Espíritus, les pregunta:

¿ Los Espíritus, son sensibles al recuerdo que de ellos conservan quienes les amaron en la Tierra?

Responden los Espíritus: "Mucho más de lo que creéis. Ese recuerdo aumenta su felicidad, si son dichosos. Si son desgraciados constituye para ellos un alivio"

El día de la conmemoración de los muertos, ¿tiene algo que lo haga más solemne para los Espíritus?, ¿ Se preparan para visitar a los que concurren a orar ante sus restos?

Respuesta de los Espíritus: " Los Espíritus responden al llamado del pensamiento, ese día, como cualquier otro".

¿ Ese día es para ellos, motivo de una cita junto a su sepultura?

Respuesta: "Ese día acuden en mayor número, porque allí hay más personas que los llaman. No obstante, cada Espíritu concurre por sus amigos y no por la multitud que les son indiferentes"

¿ Con que forma van a sus sepulturas?; ¿Cómo los veríamos si pudieran hacerse visibles?

"Con la forma con que se los conoció en vida".

Los Espíritus olvidados, ¿van a sus tumbas, aunque nadie vaya a visitarlas?, ¿ Sienten pena al ver que ningún amigo se acuerda de ellos?.

- ¿ Qué les importa la Tierra?; Solo estamos ligados a ella por el corazón. Si allí no hay amor, ya nada retiene al Espíritu: tiene para él todo el Universo.

La visita a la tumba, ¿ le proporciona al Espíritu mayor satisfacción que una oración hecha en casa?

"La visita a la tumba es una manera de dar a conocer que se piensa en el Espíritu ausente. Es la representación de ese pensamiento. Ya os dije que lo que santifica el acto del recuerdo es la oración. Poco importa el lugar, si esta se hace con el corazón."

Los Espíritus de las personas a quienes se erigen estatuas o monumentos,¿ van a esa especie de inauguración de los mismos, y los miran con satisfacción?

"Muchos van cuando pueden. Sin embargo son menos sensibles a los actos que se celebran en su honor que al recuerdo que se guarda de ellos".

¿ A qué se debe que ciertas personas deseen ser sepultadas en un lugar en vez de en otro?, ¿ Regresan a él con mayor agrado después de su muerte?. Esa importancia que se concede a algo material, ¿Es un signo de inferioridad en el Espíritu?.

"Apego del Espíritu por ciertos lugares: inferioridad moral. Para un Espíritu elevado, ¿que significa un pedazo de tierra más que otro?, ¿No sabe que su alma se reunirá con los que ama, aunque sus huesos estén en otro lugar?

La reunión de los despojos mortales de los miembros de una misma familia, ¿puede considerarse como algo futíl ?

"No, Se trata de una costumbre piadosa y de un testimonio de afecto a aquellos a quien se amó. Si bien esa reunión importa poco a los Espíritus, es útil para los hombres, pues los recuerdos se concentran mejor".

El alma, al retornar a la vida espiritual, ¿ es sensible a los honores que se rinden a sus despojos mortales?.

"Cuando el Espíritu llega a cierto grado de perfección, ya no tiene vanidad terrenal y comprende la futilidad de esas cosas. No obstante debes saber que suele haber Espíritus que, en los primeros momentos que siguen a su muerte material, experimentan un gran placer con los honores que se les rinden, o se disgustan por el descuido de sus envolturas, puesto que aún conservan algunos de los prejuicios de la Tierra."

FUNERALES

¿ El Espíritu asiste a su funeral?

"Asiste muy a menudo. No obstante, si todavía se encuentra en estado de turbación, a veces no se percata de lo que sucede"-

¿ Les halaga la presencia de los que concurren a su funeral?

"Es relativo. Depende del sentimiento que anime a la concurrencia."

El Espíritu que acaba de morir, ¿asiste a las reuniones de sus herederos?

"Casi siempre. Dios lo quiere así, tanto para su instrucción como para castigo de los culpables. Allí juzga el valor de las promesas de sus herederos. Todos los sentimientos quedan descubiertos ante él, o la desilusión que experimenta al ver la rapacidad de los que se reparten sus bienes, lo instruye acerca de esos sentimientos. No obstante, a ellos también habrá de llegarles su turno."

El respeto instintivo que el hombre, en todas las épocas y en todos los pueblos, manifiesta por los muertos, ¿ es un efecto de la intuición que tiene de la vida futura?

"Es su consecuencia natural. De lo contrario, ese respeto no tendría objeto".

Por Allan Kardec.- Publicado en El Libro de los Espíritus-


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       Concepto de salud y enfermedad                


Siguiendo la corriente de pensamiento que determina que lo que ocurre en el cuerpo de un ser viviente, es la expresión de una información de la imagen correspondiente, cuyo punto de partida es la conciencia, tenemos que salud es el resultado de la armonía entre un conjunto de funciones comandadas por el alma o inconsciente, que permanecen en armonía entre sí. Así pues enfermedad es la pérdida o trastorno de esa armonía que se origina en el alma o espíritu y se manifiesta en el cuerpo físico como síntoma.

Hablar de enfermedad en la sociedad en la que vivimos es hablar de algo cotidiano, aunque no la nombremos directamente. Hablamos del cáncer del vecino, de la depresión del compañero de trabajo, de la amiga bulímica, de nuestro primo alcohólico, de la gripe de invierno, de que tengo la menstruación y me siento malhumorada, del dolor de estómago cuando tomo el café en ayunas por la mañana, de la necesidad de vacaciones porque no puedo con el estrés, de la ansiedad que me provocan los exámenes, del dolor de cabeza cuando hablo con mi suegra, …. Hablamos constantemente de la enfermedad pero, ¿sabemos qué es la enfermedad? ¿Conocemos su lenguaje, su significado? ¿Por qué enfermamos? ¿Somos enfermos o estamos enfermos?

Buscando definiciones sobre la palabra enfermedad, hemos encontrado, entre otras:

·La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Constitución de 1946, define a la salud como el estado de completo bienestar físico, mental y social, lo que implica que todas las necesidades fundamentales de las personas estén cubiertas: afectivas, sanitarias, nutricionales, sociales y culturales. Esta definición es utópica, pues se estima que sólo entre el 10 y el 25 % de la población mundial se encuentra completamente sana.

·Cada persona tiene una forma de enfermar diferente a otra a pesar de padecer la misma enfermedad. Esto es debido a que cada ser humano es único y que el componente emocional y socio-ambiental se añade al componente físico, por lo que se dice que no existen las enfermedades sino los enfermos.

·Se aplica también el término enfermedad para hacer referencia a la alteración en el ámbito moral o espiritual.

·El Dr. y Epidemiólogo Milton Terris plantea que la salud no es un absoluto, sino que es un proceso continuo que puede ir desde la muerte, que sería el máximo de la enfermedad, hasta el óptimo de salud.

Haciendo un recorrido, más o menos contemporáneo, por la ciencia médica, podemos ver que a comienzos de los años 60 se aceptó que la propia estima es esencial para la salud de los hombres y mujeres y se redefinió el concepto de salud, incorporando la salud psíquica y espiritual.

Posteriormente, los años setenta fueron la década de la psicoterapia y desarrollo personal, liberando al ego puritano y descubriendo el prefijo “auto” (autoconciencia, autocuración,…) para descubrir que podíamos caminar solos sin el peso de las tradiciones puritanas y tribales.

 El desarrollo del “yo” fascinó hasta el punto de llegar al narcisismo en la década de los 80, creyéndonos libres para satisfacer todos nuestros deseos físicos. Se llegó a extremos insospechados (riquezas rápidas, transmisión de información muy veloz, dietas de adelgazamiento en muy poco tiempo,…) El objetivo de tomar conciencia se desvirtuó cuando creíamos que si se pagaba el suficiente dinero, todo se podía conseguir en breve. El derecho de tenerlo todo se ultrapasó hasta llegar a la saturación, y entrando en los años 90, se constató que el viaje hacia el exterior no había dado el resultado deseado y se empezó la búsqueda de la evolución personal e íntima.

Estas fases de evolución hacia un nuevo concepto de salud en el nuevo milenio, se evidencia cuando leemos afirmaciones provenientes del mundo científico-analítico que dicen que los síntomas de la enfermedad se revelan al enfermo como manifestaciones físicas de conflictos psíquico/espirituales. Esta visión nos abre las expectativas de recuperar la sabiduría de las antiguas tradiciones y fusionarlas con las nuevas tecnologías y descubrimientos científicos. De poco sirve la carrera contra el tiempo y el envejecimiento con cirugías estéticas que nos embalsaman, trabajo sin descanso para poseer más y más, familias desestructuradas por el deseo desenfrenado de alimentar el ego, etc. La realidad nos evidencia cada día que la vida requiere un cambio, que los antiguos patrones están obsoletos, y que la omnipotente ciencia no basta para sanarnos.

El ser humano busca respuestas más allá del cuerpo y las encuentra y descubre que puede dejar de ser víctima inocente de “errores” de la naturaleza y pasar a ser miembro activo de su propia recuperación.

Presentamos este trabajo con la intención de corroborar la visión espiritista y la de otras corrientes científicas que estudian la enfermedad como un proceso biológico ligado a la evolución anímica y espiritual del ser humano, evidenciando que la enfermedad no es algo por lo que debamos luchar en contra, sino una manifestación de desarreglos anímicos y espirituales que reclaman nuestra atención.

Teresa Vázquez-.
Centre Espirita Amalia Domingo Soler, Barcelona.

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HECHOS INEVITABLES

859 a.- ¿Hay hechos que deban por fuerza suceder y que la voluntad de los Espíritus no pueda evitar?

- Sí, pero que tú, en el estado de Espíritu, has visto y presentido cuando hiciste tu elección. Mas no vayas a creer que cuanto sucede esté ya escrito, como dicen. Un acontecimiento suele ser a menudo la consecuencia de algo que tú has realizado mediante un acto de tu libre voluntad, de manera que si tú no hubieras hecho eso no se habría operado aquel acontecimiento. Si te quemas un dedo, se trata del resultado de tu imprudencia y también de la condición de la materia. Sólo los grandes dolores, los sucesos importantes, que pueden influir sobre lo moral, han sido previstos por Dios, porque resultan útiles para tu instrucción y purificación.

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS.
ALLAN KARDEC

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   LA MUERTE Y LA DESENCARNACIÓN

                                                      

     ¿Hay alguna diferencia entre morir y desencarnar? ¿La muerte y la desencarnación ocurren simultáneamente? ¿Qué puede atar el espíritu a su cuerpo físico? Es posible, en la vida, prepararse para una desencarnación más rápida.

     Según el diccionario, desencarnar es “dejar la carne; pasar al mundo de los espíritus”. Morir es “dejar de vivir; las funciones vitales se extinguen; Terminar". 

     Por lo tanto, hay una diferencia entre los dos, porque estos son dos procesos diferentes. La desencarnación se produce cuando el espíritu se desprende del cuerpo físico y de sus influencias, por el cese de su vida orgánica, y, conservando su periespíritu -envoltura de naturaleza semimaterial, que une el espíritu y el cuerpo físico-, vuelve a la vida espiritual. La muerte es sólo la destrucción del cuerpo físico, la envoltura más burda.  Para una mejor comprensión de cómo se produce el proceso de desencarnación, es interesante conocer, con más detalle, el fenómeno inverso: la encarnación. Y para eso, Allan Kardec lo explica así:

     Cuando el Espíritu debe encarnarse en un cuerpo humano en proceso de formación, un vínculo fluídico, que no es otra cosa que una expansión de su periespíritu, lo conecta al germen (el embrión que comienza a formarse) por el cual se encuentra Atraída, por una fuerza irresistible, desde el momento de la concepción. A medida que se desarrolla el germen, la soga se aprieta; bajo la influencia del principio material vital del germen, el periespíritu, que tiene ciertas propiedades de la materia, se une, molécula a molécula, con el cuerpo que se forma; por lo que se puede decir que el Espíritu, por medio de su periespíritu, de algún modo echa raíces en este germen, como una planta en la tierra. Cuando el germen está completamente desarrollado, la unión es completa y entonces nace a la vida exterior.

     Por efecto contrario, esta unión del periespíritu y la materia carnal, que había tenido lugar bajo la influencia del principio vital del germen, cuando este principio deja de actuar, a causa de la desorganización del cuerpo, la unión, que fue mantenida por una fuerza activa, cesa cuando esta fuerza deja de actuar; entonces, el periespíritu se desconecta, molécula a molécula, como estaba unido, y el Espíritu se entrega a su libertad. Así que no es la partida del Espíritu la que causa la muerte del cuerpo, sino la muerte del cuerpo la que causa la partida del Espíritu. 

     En suma, el espíritu, al nacer en un cuerpo de carne –encarnación–, se vincula a la materia del cuerpo físico, a través de su periespíritu, por influencia del principio vital de ese cuerpo. El principio vital es el principio de la vida material y orgánica, común a todos los seres vivos. En la pregunta 67, del Libro de los Espíritus, tenemos que “el principio vital es la fuerza motriz de los cuerpos orgánicos”. 

     Cuando el cuerpo físico ya no ofrece posibilidades de permanencia, el periespíritu se desconecta de él y, así, el espíritu vuelve al mundo espiritual.

     Y en la pregunta 68 de ese libro se presentan otras consideraciones sobre la vida y la muerte:

“¿Cuál es la causa de la muerte entre los seres orgánicos?”
Respuesta:

“Desgaste de órganos”.

Complemento de esta pregunta:

     “¿Se podría comparar la muerte con el cese del movimiento de cierta máquina desorganizada?”
Respuesta:

     "Sí; si la máquina está mal ensamblada, cesa la actividad; si el cuerpo se enferma, la vida se extingue.” 

     La muerte y la desencarnación no ocurren simultáneamente. Es decir, quien muere, necesariamente, no desencarna en el mismo momento.

     Allan Kardec, aún en el libro El Libro de los Espíritus, registra la orientación de la Espiritualidad Mayor respecto a la diferencia entre morir y desencarnar, sobre todo, al explicar que estos no son procesos simultáneos.

Pregunta 149 :

“¿En qué se convierte el alma en el momento de la muerte?”

     “Vuelve a ser Espíritu, es decir, vuelve al mundo de los Espíritus, que dejó momentáneamente”.

Pregunta 150 : 

-El Alma, después de la muerte, ¿conserva su individualidad?

“Sí, nunca la pierde. ¿Qué sería ella si no la mantuviera?

Pregunta 155 :

“¿Cómo funciona la separación del alma y el cuerpo?”
Respuesta:

“Los lazos que la ataban se rompen, ella es liberada”.

Complemento de esta pregunta:

“¿Se produce la separación de manera instantánea ya través de una transición súbita? ¿Existe una línea clara de demarcación entre la vida y la muerte?
Respuesta:

     “No, el alma se libera poco a poco y no se escapa como un pájaro cautivo que de repente gana la libertad. Estos dos estados se tocan y se confunden; así, el Espíritu se libera poco a poco de sus ataduras; los lazos se desatan, no se rompen”.

      Durante la vida, el Espíritu está ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial o periespíritu. La muerte es sólo la destrucción del cuerpo y no de esa segunda envoltura que se separa del cuerpo cuando cesa en él la vida orgánica. La observación prueba que, en el momento de la muerte, el desprendimiento sólo se produce gradualmente y con una lentitud que varía mucho según los individuos. Para algunos es muy rápido, y se puede decir que el momento de la muerte es el del apagado, unas horas después. Para otros, especialmente aquellos cuyas vidas eran todo materiales y sensuales, la desconexión es mucho menos rápida y a veces se prolonga durante días, semanas e incluso meses, lo que no implica la existencia de la más mínima vitalidad en el cuerpo ni la posibilidad de un retorno. a la vida, sino una simple afinidad entre el cuerpo y el Espíritu, afinidad que se debe siempre a la preponderancia que, durante la vida, el Espíritu dio a la materia. En efecto, es racional concebir que cuanto más se identifica el Espíritu con la materia, más sufre al separarse de ella. Mientras que la actividad intelectual y moral, la elevación de los pensamientos, provocan un principio de liberación incluso durante la vida del cuerpo, y cuando llega la muerte es casi instantánea.

     Etimológicamente, muerte significa “cese completo de la vida humana, animal, vegetal”.

Generalmente, sin embargo, la muerte es transformación.

     Morir, desde un punto de vista espiritual, no siempre es desencarnar, es decir, liberarse de la materia y sus implicaciones. La desencarnación es el fenómeno de liberación del cuerpo somático por el Espíritu, el cual, a su vez, se libera de los condicionamientos y atavismos materiales, permitiéndose libertad de acción y de conciencia. La muerte es el fenómeno biológico, el final natural de la etapa física, que inicia un nuevo estado de transformación molecular.

     La desencarnación real tiene lugar después del proceso de la muerte orgánica, que difiere en el tiempo y las circunstancias de un individuo a otro. La muerte es un acontecimiento inevitable en relación con el cuerpo que, ante acontecimientos de diversa índole, ha interrumpido los vehículos para conservar y sostener el equilibrio molecular, normalmente como consecuencia de la ruptura del flujo vital que se origina en el ser espiritual. , anterior, por tanto, a la forma física. La desencarnación puede ser rápida, inmediatamente después de la muerte, o puede prolongarse en estado de perturbación, según las disposiciones psíquicas y afectivas del ser espiritual. 

( Tomado de "Espiritismo del alma")

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