domingo, 23 de octubre de 2022

Asperezas

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Asperezas

2.- Preguntas sobre la salud

3.-Consideraciones sobre el miedo

4.-El arte del Matrimonio


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ASPEREZAS

En la vida hay asperezas, las justas y necesarias, esas que atienden a las causas y sus efectos, las que precisamos para seguir avanzando. ¿Nos molestan? Sí, pero forman parte del paisaje vital del ser humano. Porque… ¿ qué es la existencia? El retrato de nuestra alma recorriendo el sendero de la evolución, la esperanza por llegar a la perfección que duerme en el espíritu. Es la conciencia, que sabe que las pruebas son consustanciales al proceso de su transformación. Por eso, cuando surjan las asperezas, en vez de quejarnos, mirémonos en el espejo (físico o el de nuestro propio discernimiento).
Alegrémonos, amigos: un buen estudiante no se queja por sus exámenes. Todo lo contrario; se regocija, porque sabe que esos exámenes son el mejor instrumento parta valorar el avance de sus estudios.
Eso es vivir, esa es la vida infinita.
- José Manuel Fernández -

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                Preguntas sobre la salud             

      24. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre la salud?
La salud es una condición necesaria para el trabajo que debe uno hacer en la Tierra; por esto se ocupan de la salud con gusto; pero como entre ellos hay ignorantes y sabios, tanto para esto como para lo demás, no conviene dirigirse al primero que llega.

25. Dirigiéndose al Espíritu de una celebridad en medicina, ¿se puede tener más seguridad en un buen consejo?
Las celebridades terrestres no son infalibles y muchas veces tienen ideas sistemáticas que no siempre son justas y de las que la muerte no les libra en seguida. La ciencia terrestre es muy poca cosa con respecto a la ciencia celeste; sólo los Espíritus superiores tienen la última; sin que tengan nombres conocidos para vosotros, pueden saber mucho más que vuestros sabios en todas las cosas. La ciencia sola no hace a los Espíritus superiores, y os asombraríais del puesto que ocupan ciertos sabios entre nosotros. El Espíritu de un sabio puede, pues, no saber más que lo que sabía en la Tierra, si no ha progresado como Espíritu.

26. ¿El sabio, cuando es Espíritu, reconoce sus errores científicos?
Si ha llegado a un grado bastante elevado para quedar desembarazado de su vanidad y comprender que su desarrollo no es completo, los reconoce y los confiesa sin que le cause pena; pero si no está bastante desmaterializado, puede conservar alguna de las preocupaciones de que estaba imbuido en la Tierra.

27. ¿Podría un médico, evocando a sus enfermos que murieron, obtener aclaraciones sobre la causa de su muerte, las faltas que pudo haber cometido en el tratamiento, y adquirir de este modo mayor experiencia?
Lo puede y le sería muy útil, sobre todo si se hacía asistir por Espíritus ilustrados que supliesen la falta de conocimientos de ciertos enfermos. Pero para esto sería preciso que hiciese este estudio de una manera formal, asidua, con objetivo humanitario y no como un medio de adquirir sin pena saber y fortuna. 294. Preguntas sobre las invenciones y los descubrimientos

28. ¿Los Espíritus puedan guiar en la averiguaciones científicas y en los descubrimientos?
La ciencia es obra del genio; no debe adquirirse sino por el trabajo, porque sólo por el trabajo el hombre adelanta en su camino. ¿Qué mérito tendría si para saberlo todo no tuviese más que preguntar a los Espíritus? A este precio el imbécil puede ser sabio. Lo mismo sucede con las invenciones y descubrimientos de la industria. Otra consideración: cada cosa debe venir a su tiempo y cuando las ideas están en disposición de recibirle; si el hombre tuviese este poder, trastornaría el orden de las cosas, haciendo que viniese el fruto antes de la estación. Dios ha dicho al hombre: Sacarás de la tierra tu alimento con el sudor de tu frente; admirable figura que pinta su condición aquí abajo; debe progresar en todo por el esfuerzo de su trabajo; si se le diesen las cosas hechas, ¿para qué servirá su inteligencia? Sería como un estudiante que otro le hace lo que le corresponde hacer a él.

29. ¿El sabio y el inventor no están nunca asistidos por los Espíritus en sus investigaciones?
¡Oh! Esto es muy diferente. Cuando ha llegado el tiempo de un descubrimiento, los Espíritus encargados de dirigir la marcha, buscan el hombre capaz de conducirlo a buen fin, y le inspiran las ideas necesarias, de manera que le dejan todo el mérito, porque estas ideas, es menester que las elabore y las ponga en obra. Así sucede con todos los grandes trabajos de la inteligencia humana. Los Espíritus dejan a cada hombre en su esfera; de aquél que sólo es a propósito para cavar la tierra no le harán el depositario de los secretos de Dios; pero sabrán sacar de la obscuridad al hombre capaz de secundar sus designios. No os dejéis, pues, arrastrar por la curiosidad o ambición por un camino que no es el objeto del Espiritismo y que terminaría para vosotros en las más ridículas mixtificaciones.

Observación. — El conocimiento más esclarecido del Espiritismo, ha calmado el ardor de los descubrimientos que en el principio se habían lisonjeado algunos de hacer por este medio. Hasta se habían pedido a los Espíritus recetas para teñir y hacer crecer el pelo y curar los callos, etc. Nosotros hemos visto muchas gentes que creían haber hecho su fortuna y sólo han recogido procedimientos más o menos ridículos. Lo mismo sucede cuando se quiere con la ayuda de los Espíritus, penetrar los misterios del origen de las cosas; ciertos Espíritus tienen sobre estas materias, su sistema, que no vale más que el de los hombres, y es muy prudente el no acogerle sino con la más grande reserva.

Allan Kardec
Extraído del libro "El libro de los médiums"

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  CONSIDERACIONES SOBRE EL MIEDO                                                        


          (Psicografía )


Todas las cosas se te figuran horrorosas.
La vida son experiencias, victoriosas o no, que te enseñan adquisiciones para el equilibrio y la sabiduría.
No sufras, por tanto, por anticipado, ni permitas que el fantasma del miedo te perturbe el discernimiento entre los acontecimientos útiles, o te asuste, generando perturbaciones y recelo injustificado.
Cuando tememos algo, nos dejamos dominar por fuerzas desconocidas de la personalidad, que instalan lamentables procesos de distonía nerviosa, avanzando para el desequilibrio mental.
Los acontecimientos son conforme ocurren y como tal, deben ser enfrentados.
El miedo abulta los contornos de los hechos, volviéndolos falsos y exagerándoles su significación,
Predispone al mal, desgasta las fuerzas, y conduce a una situación perjudicial bajo cualquier aspecto que se considere.
Lo que se teme, raramente ocurre como se espera, porque las interferencias divinas, siempre atenúan los dolores, hasta cuando no son solicitadas.
El miedo invalida la acción benéfica de la oración, esparce pesimismo, precipita al abismo.
Un hecho examinado bajo la presión del miedo, pierde la caracterización. Un concepto suena falso, un socorro no alcanza con seguridad.
Las personas con miedo, arremeten o huyen, exageran, o se eximen de una alternativa feliz, se vuelve difícil de ser ajustada y contamina, muchas veces, otras menos robustas en la convicción interna, despertándolas también.
El miedo puede ser comparado a la sombra que altera y dificulta la visión real.
Es necesario combatirlo sistemáticamente y continuamente.
Dolencias, problemas, noticias, viajes, revoluciones, o el porvenir, no los tema. Nunca serán conforme imagina.
Una actitud calmada ayuda a tomar posición frente a cualquier hecho aguardado o que surge inesperadamente.
No son peores unas enfermedades que otras. Todas hacen sufrir, especialmente cuando se las teme o no envalentona a recibirlas con una elevada posición de confianza en Dios.
Los problemas son recursos que la vida dispone para seleccionar los valores humanos y distinguir los verdaderos de los falsos luchadores.
Las noticias traen informes, que sean trágicos o sedantes, no modifican sino la estructura de una irrealidad que está por venir.
Los viajantes tienen su guía o recelan accidentes, aguarlos, exagerando providencias, ciertamente no impiden que el hombre viva bien o mal lo que ocurra.
Las revoluciones y guerras que alcanzan a buenos y malos, están en relación con la violencia del propio hombre, que vencido por el egoísmo, explota en agresividad, gracias a los sentimientos dominantes de su naturaleza animal.
Nadie puede preveer lo imprevisto ni evadirse de la necesaria coyuntura kármica para el acierto con las leyes superiores de la evolución.
Prudencia, si, en la medida cautelosa para evitarse daños mayores o innecesarios.
Al final, en base al miedo, se debe considerar que lo peor que puede suceder a un hombre es su desencarnación.
Si ocurre eso, no hay de que temer, porque morir es vivir.
El único cuidado que conviene examinar es la situación de cada uno frente a su conciencia, con el prójimo, con la vida y con Dios.
En base a eso,  al revés del sistemático cultivo del miedo, una disposición de trabajo arduo y sensato, confianza en Dios, a fin de enfrentar  toda y cualquier cosa, de hechos, sucesos, desdichas...
Entrégate al fervor del bien y expulsa del alma las artimañas de la inferioridad espiritual.
Se hace luz íntima y los recelos infundados se van en retirada.
La responsabilidad de darte motivos de preocupaciones, en cuanto que el miedo minimizará tus posibilidades de éxito.
Jesús, culminando la tarea de construir en los tibios corazones humanos la ventura y la paz, despertado por las influencias de la locura en ambos lados de la vida, inocente y pulcro, no temió ni se afligió, enseñando como debe ser la actitud de todos nosotros en relación con lo que nos ocurre y que necesitamos para alcanzar la gratificación interior.

Espíritu Joanna de Angelis- Médium Divaldo Pereira Franco
( Publicado en el libro "Leyes morales de la vida" )


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      EL ARTE DEL MATRIMONIO

                    


 ¿Cuál será el secreto de los casamientos duraderos? Parejas que conviven hace años hablan de paciencia, renuncia, comprensión.

  En realidad, cada uno tiene su fórmula especial. No hace mucho, leímos  las anotaciones de un escritor que nos parecieron muy interesantes.

 El escritor afirma que un buen casamiento debe ser creado. En el  casamiento, las pequeñas cosas son las grandes cosas.

Es nunca ser muy viejo para tomarse de las manos.  

Es recordar de decir “te amo”, por lo menos una vez por día.

 Es jamás irse a dormir irritado. 

Es tener valores y objetivos comunes.

Es estar unidos al enfrentar el mundo. 

Es formar un círculo de amor que una a toda la familia.

 Es proferir elogios y tener la capacidad para perdonar y olvidar.

 Es proporcionar un clima donde cada uno pueda crecer en la búsqueda  recíproca del bien y de lo bello.

 Es no solo casarse con la persona justa, sino ser el compañero perfecto.

 Y para ser el compañero perfecto es necesario tener buen humor y optimismo. Ser natural y saber actuar con tacto. 

Es saber escuchar con atención, sin interrumpir a cada instante.

Es mostrar admiración y confianza, interesándose por los problemas y actividades del otro. Preguntarle qué lo atormenta, qué lo hace feliz, por qué está fastidiado.

Es ser discreto y saber el momento de dejar a su compañero a solas para que ponga en orden sus pensamientos.

 Es distribuir cariño y comprensión, combinando amor y poesía, sin olvidarse de halagarlo y actuar siempre con cortesía.

Es tener la sabiduría para repetir los momentos del noviazgo. Aquellos momentos mágicos en los que la orquesta del mundo parecía tocar solamente para los dos.

Es ser el apoyo ante los demás.

 Es tener cuidado en el lenguaje, es ser firme, leal.

 Es tener una atención más allá de lo trivial y lograr descubrir cuando uno de ellos se ha esmerado para presentarse al otro.Un nuevo corte de pelo, un vestido diferente, detalles pequeños pero importantes. 

Es saber dar atención a la familia del otro, pues con la unión de la pareja, las dos familias forman una unidad.

Es cultivar el deseo constante de superación.

Es responder dignamente y de forma justa por todos los actos.

 Es ser grato por todo lo que uno significa en la vida del otro. 

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 El amor real, por mantener sus raíces en el equilibrio, se va afirmando día tras día, a través de la estrecha convivencia.

 El amor, nacido de una vivencia progresiva y madura, no tiende a terminarse, sino que se amplía, una vez que los involucrados pasan a conocer vicios y virtudes, manías y costumbres de uno y otro.

 El equilibrio del amor promueve la práctica de la justicia y de la bondad, de la cooperación y del sentido del deber, de la afectividad y advertencia madurada.

 Equipo de Redacción de Momento Espirita

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