viernes, 15 de mayo de 2020

La verdadera historia de Jenny Cockell

  INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Legiones del mal
2.- Cambio en el hábito mental
3.- El mundo de los fluidos
4.- La verdadera historia de Jenny Cockell

                                  

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                    LEGIONES  DEL  MAL 

"Y le preguntó: ¿Cual es tú nombre? - A lo que  él  respondió: Legión es mi nombre, porque somos muchos." - (Marcos, 5:9.)

El Maestro legó una  inolvidable lección a los discípulos en este pasaje de los Evangelios.
Dispensador del bien y de la paz, se aproxima Jesús al Espíritu perverso que tú recibes desesperado.

Cristo no se impacienta e indaga cariñosamente por su nombre, respondiéndole el interpelado: "Me llamo Legión, porque somos muchos".

Los aprendices que lo seguían no supieron interpretar la escena, en toda su expresión simbólica.  Y hasta hoy se pregunta por el contenido de la ocurrencia con justificable extrañeza.

Es  que el Señor deseaba transmitir inmortal enseñanza a los compañeros de  su tarea redentora.

Al frente del Espíritu delincuente y perturbado,  este  era solamente  uno, el interlocutor, pero  se dominaba "Legión" porque  representaba  a una mayoría abrumadora, que personificaba la masa vastísima de las intenciones inferiores y criminales. Revelaba el Maestro que, por indeterminado tiempo, el bien estaría en proporción muy inferior  comparado al mal  que se presentaba en aludes arrasadores.

Si  te encuentras, pues, al servicio de Cristo en la Tierra, no te olvides de perseverar en el  bien, dentro de todas las horas de la vida, convencido de que el mal se hace sentir alrededor, a la manera de legión amenazadora, exigiendo profunda serenidad  y  gran confianza en Cristo, con trabajo y vigilancia, hasta la victoria final.

Reflexión.-   Ante este pasaje del Evangelio, se pueden sacar algunas conclusiones:
En primer lugar, es preciso recordar que existe y nos rodea  todo un mundo espiritual, que en esta fase evolutiva de nuestro planeta, denominamos como “ astral inferior”, precisamente por existir en una franja cercana a la corteza terrestre, en una vecindad inmediata que se interpenetra con los espíritus encarnados que en ella habitamos. Este plano invisible a nuestros ojos, pero no por eso menos real, está formado por innumerable cantidad de seres espirituales, que se agrupan por una malévola afinidad  con el objetivo de trasladar su desesperación por permanecer en  las  tinieblas , cegados por la cercanía de la materia que ya no tienen ni alcanzan, y  por eso su envidia , malquerencia y hasta odio hacia el ser humano en general, al cual tratan de apartar de una posible felicidad,  tratando de dominarlo, llevándolo  a su terreno de odio  y  tristeza. Estos agrupamientos  de seres espirituales en lamentable estado son los que ante Cristo se identifican como “Legión”, y ocultados tras su invisibilidad ante  el ser humano, se gozan en poner celadas para nuestra caída en sus vibraciones mentales  inferiores. Son los demonios de las religiones, de la misma clase  que los que  expulsó alguna vez Jesús fuera de algún “endemoniado”.
     Ante el conocimiento de su existencia y presencia real, deberíamos ser más  conscientes de ello y permanecer  sin darles opción de  influenciarnos con su influencia negativa.
 También debemos tener  en cuenta de que en el Universo todo es una permanente vibración en muy diversas frecuencias y que existe una Ley de Atracción o Afinidad que las regula, y esta protección de ellos  la conseguiremos  por medio de mantenernos  cada uno en un estado de vibración mental y espiritual positiva, o sea, diferente y  más elevada que  la de ellos.  Para ello será necesaria  la  oración y la unión permanente con  nuestros Guías  espirituales, con Jesús , en sintonía  con el  mismo Padre Celestial,  lo cual nos dará las fuerzas y la Luz espiritual necesarias para  salir victoriosos de estos embates,  pero  no debemos bajar nunca la guardia  pues ellos, aunque a distancia, no dejan de acecharnos  y esperan el  mínimo momento de descuido o debilidad para penetrar  en nuestra psiquis, influenciándonos negativamente, al igual que el viento penetra por  cualquier  resquicio.
     En segundo lugar, también debemos tener en cuenta que en este mundo de expiaciones y de pruebas, ciertamente abunda mucho más el mal que el  bien; más todavía en los tiempos actuales que atravesamos ahora,  en los que  tantos acontecimientos trágicos  y pruebas humanas difíciles se están precipitando cada vez más  con mayor profusión, debido a las sacudidas  producidas por el  esperado cambio de ciclo evolutivo del planeta en el que ya estamos inmersos y en donde como sabemos, finalmente  el grano, o sea el Espíritucon méritos , deberá ser separado de la paja, o sea del mal. En estas circunstancias que rodean actualmente a la sociedad humana, debemos ser conscientes de qué es lo que en el fondo nos está  aconteciendo y sus consecuencias, optando por la elección más sabia de no dejarnos arrastrar por el lodo del materialismo , del comodismo, la  desesperanza  y  la falta de unos objetivos  elevados de carácter espiritual, claros y definidos. Así, en medio de  las posibles acometidas de tantas legiones del mal, debemos tener conciencia clara de nuestro papel en la vida y nuestra responsabilidad,  esforzándonos por ser, ahora más que nunca, la “ sal de la Tierra”, actuando con nobleza y con nuestro ejemplo positivo de una actitud siempre ética, y cuando llegue el caso, también con nuestra palabra esclarecedora, pues tenemos el compromiso de ayudar y favorecer siempre por todos medios, y no esconder la Luz del conocimiento, del cariño y del consuelo, debajo del celemín, según otra parábola de Jesús.
     Sabemos que en nuestro mundo  parece que hay mucho más mal que bien, y ciertamente todavía es así , porque vemos como el egoísmo y el desamor son moneda  corriente, como también es muy cierto que el mal es  mucho más ruidoso  y llamativo,  haciéndose  notar más. El bien sin embargo, también es  muy  abundante, pero suele pasar más desapercibido, porque es callado y silencioso,  coexiste con el mal  como si pasara de puntillas, sin hacer ruido,  por lo que a veces no  se nota su presencia, pero no por eso deja de  existir y estar también presente. Vemos como entre  la masa de gentes sufridas, calladas y a veces  hasta  un poco ignorantes , existen valores sorprendentes de  sencillez, solidaridad, caridad, abnegación, humildad, etc, lo cual nos puede inducir a creer con fundamento que el ser humano tiene un horizonte luminoso; que en medio de tanta negatividad,el  bien también abunda, y aunque no siempre se le distingue, ahí está  silencioso pero firme, en  la conciencia colectiva de tantos grupos humanos, que a su vez también permanecen influenciados y alimentados mentalmente  por grupos o legiones del bien, espíritus buenos o positivos  con los que sintonizan.
  Ciertamente el mal además de ser ruidoso y de hacerse notar, abunda en todos los niveles: en lo que se refiere a influencias espirituales, y en lo que se refiere a  las pruebas duras o difíciles que el ser humano genera con su actitud equivocada o con sus errores al transitar fuera del camino del Amor, y que  a nivel humano también se le llama mal, cuando su presencia  suele indicar  muchas veces, nuevas oportunidades de rectificar actitudes  y de alcanzar finalmente un bien. Por eso es que la presencia  del mal es tan popular y tan constante, que se llega a decir  popularmente  al respecto: “ Bienvenido seas mal, si vienes  solo”, y es que verdaderamente cuando se manifiesta  en cualquier sentido, lo hace con abundancia y proliferación porque  es el elemento que caracteriza  todavía a nuestro mundo actual. Por eso, estemos prevenidos ante él, y demos gracias al Padre cuando seamos capaces de sentir que esta presencia del mal no nos ha derrotado con  sus envites , porque con la ayuda  del Padre y de los buenos espíritus, estas pruebas a las  que humanamente se les puede  llamar mal, o que pueden parecer un  mal,  nos han fortalecido, por lo que  hemos sido capaces de transmutarlo en un bien con  nuestra actitud  positiva y transformadora.
     Finalmente, no olvidemos que  a pesar de las apariencias, podemos considerar que, definitivamente, el mal no tiene existencia propia, sino que simplemente es la ausencia del bien, tal como la oscuridad es ausencia de  luz. Por tanto seamos cada uno como antorchas vivas que iluminemos nuestras vidas y las de quienes nos acompañan en el camino.

- Jose Luis Martín-

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      Cambio en el hábito mental:

Sustituir las ideas perturbadoras por ideas saludables. Por ej. El cultivo de la oración, la educación de nuestros pensamientos y el quiebre de las ilusiones emocionales, que crean falsas imágenes de nosotros mismos, entre otras consecuencias.
Debemos procurar alejar cualquier identificación con una imagen enferma, de víctima, infeliz, imágenes que nos deprimen o nos fragilizan, generando inseguridad, miedo y violencia. Y sabemos que el miedo es la puerta de entrada de todas las perturbaciones espirituales y emocionales.
También debemos procurar eliminar cualquier vicio o fijación enfermiza, pues el vicio es la expresión de una mente aprisionada. Buscando salir de las redes de los placeres y gozos ilusorios, para una vida de manifestación en actividades realizadoras del ser.

 Divaldo P. Franco, Juana de Angelis


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           EL MUNDO DE LOS FLUIDOS


El mundo de los fluidos, más que otro alguno, está sometido a las leyes de la atracción. Por la voluntad atraemos hacia nosotros fuerzas buenas o malas, en armonía con nuestras ideas y nuestros sentimientos. Puede hacerse de ella un uso terrible, pero el que se sirve del poder magnético para el mal, tarde o templano lo verá revolverse contra él.
La influencia perniciosa ejercida sobre los demás bajo la forma de sortilegios, mal de ojo, maleficios, vuelve fatalmente hacia aquel que la ha generado.
En hipnotismo como en magnetismo, si el operador no tiene un carácter recto, si sus intenciones no son puras, la experimentación será peligrosa tanto para él como para el sujeto.
No entréis, pues, en este terreno sin caridad y sin pureza de corazón.
No pongáis jamás en movimiento las fuerzas magnéticas sin acompañarlas de ferviente oración y de un pensamiento de amor sincero hacia nuestros semejantes.
De esta manera pondréis vuestros fluidos en armonía con el dinamismo divino, y su acción será más eficaz y más profunda.
Por el magnetismo elevado, el de los grandes terapeutas y de los iniciados, el pensamiento se ilumina; bajo la influencia de lo alto, los nobles sentimientos se exaltan; nos sentimos penetrados de una sensación de calma, de fuerza, de serenidad; el alma  siente desvanecerse poco a poco todas las pequeñeces del yo humano y reaparecer, las cualidades superiores de su naturaleza.
Al mismo tiempo que aprende la abnegación en favor del bien y de la salvación de los demás,
siente despertarse en ella poderes desconocidos...
¡Que el magnetismo del bien se desarrolle en la Tierra por las aspiraciones generosas y la elevación de las almas! Acordémonos de que toda idea contiene en germen su realización,...
y sepamos comunicar a nuestras vibraciones fluídicas la radiación de altos y nobles pensamientos....¡Que una poderosa corriente ligue entre sí a las almas terrenas y las una a sus hermanas mayores del espacio! Entonces, las malas influencias, que retardan la marcha y el progreso de la Humanidad, se desvanecerán bajo las radiaciones del espíritu de sacrificio y de amor.
León Denis      
En lo invisible

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 LA VERDADERA HISTORIA DE JENNY 

COCKELL ( el más célebre caso de reencarnación comprobado)

Desde la infancia, según afirma ella misma, Jenny Cockell ha tenido constantes 
sueños,recuerdos de una mujer irlandesa, finalmente identificada como Mary 
Sutton, que murió más de dos décadas antes de nacer Cockell, dejando atrás a 
ocho niños de corta edad.

Jenny Cockell nació en 1953, en Inglaterra. Ahora, es esposa y madre de dos 
niños, y trabaja como podóloga en Northhamptonshire. Su inusual historia ha 
sido contada en programas de televisión tales como “Unsolved Mysteries” y 
en sus libros.

Ella se describe de niña, como “retraída y nerviosa”, que con frecuencia, se 
despertaba llorando con sus “recuerdos de la muerte de Mary” y por su “miedo 
por los niños que estaba dejando abandonados”. Jenny dice que cuando era 
niña, tenía una clara idea en su cabeza, de la cabaña de Mary y de sus alrededores 
y que podía dibujar mapas aproximados de la aldea, visualizaba un lago, un muelle 
y una iglesia. 
Este rompecabezas, se aclaró más cuando ella estaba estudiando un mapa de 
Irlanda. Concentrándose un poco, se encontró con la aldea de Malahide, al norte
 de Dublín.

Los sentimientos de abandono y culpa, por sus supuestos hijos perdidos, nunca desaparecieron. Una vez mayor, se sometió a varias terapias de hipnosis para 
averiguar más detalles sobre sus recurrentes sueños. En ese tiempo, llegó a saber 
el nombre de sus hijos, a visualizar su acta de matrimonio y nacimientos, pero aún 
no lograba recordar el apellido de la familia irlandesa.

  Después de casarse y de convertirse en madre, los sentimientos de necesidad de 
encontrar a su “otra familia”, aumentaron. Fue cuando tomó la decisión de ir a 
Irlanda para encontrar a sus hijos. Una vez allí, se sintió como en casa.Casi no tenía necesidad de usar mapas, porque prácticamente conocía el pueblo, después de 
haber dibujado los planos de las calles, infinidad de veces cuando era niña.

Reconoció el lago y el muelle. Y finalmente, encontró los restos de lo que alguna 
vez había sido la cabaña de Mary, pero nada sobre sus hijos.

Al mismo tiempo, un equipo de investigación de la BBC que preparaba un 
documental sobre lo paranormal escuchó la historia y contribuyó con algunos 
detalles. Un granjero de Malahide que vivía cerca de la casa de Mary, recordaba 
a la familia y proporcionó el apellido que Jenny nunca pudo recordar: Sutton. 
Descubrió que los niños habían sido llevados a orfanatos. En marzo de 1990 un 
contacto en Dublín encontró el certificado 
de defunción de Mary Sutton. Había muerto en el hospital Rotunda de Dublín el 
24 de octubre de 1932, a causa de gangrena, pulmonía y toxemia. Y un sacerdote 
encontró las actas de nacimiento de 6 de los 8 niños. Por lo menos, Jenny tenía la 
evidencia, de que los sueños que la atormentaban desde pequeña, no eran sueños, 
sino recuerdos.

Se enviaron misivas a diferentes orfanatos y se pusieron anuncios en los periódicos 
para reunir a los niños perdidos, los que ahora, tendrían edad suficiente para ser los 
padres de Jenny. Así, se pudieron reunir los 6 hermanos sobrevivientes, ya que dos 
ya habían fallecido.

   Cada uno de los hijos de Mary, tomó la intervención de Jenny en la reunión de su 
familia como quiso. Algunos la ven como la reencarnación de su madre, otros como 
el   alma de su madre hablando a través de ella. Sea como fuere, Jenny al fín pudo 
reunir a la familia que alguna vez se separó, debido a la muerte de su madre.

Sunny, el hijo mayor de Mary, fue el que tenía mayores recuerdos de su madre. Y 
con quien Jenny soñaba más. Constantemente soñaba que esperaba en el muelle, 
pero no sabía por qué. Una vez que conoció a Sunny, lo comprendió.   Cuando era 
pequeño, Sunny trabajaba en un campo de golf al otro lado de la bahía, y era Mary 
quien iba a esperar que regresara en el bote, para cubrirlo con un manto de las 
brisas marinas.

Luego de que la familia estuvo reunida nuevamente, los hermanos y Jenny, 
forjaron fuertes lazos que los mantienen en contacto hasta el día de hoy.

A continuación, un extracto de un documental del año 2000, ” “Children’s Past 
Live”,hecho para el canal 4 de Inglaterra, sobre reencarnaciones, del caso de 
Jenny Cockell su familia irlandesa:

Se realizó una película basada en este caso, llamada “Yesterday’s Children”, del
 año 2000, con Jane Seymour en el papel de Jenny Cockell.

    Jenny siempre supo que “el período de tiempo transcurría desde 
aproximadamente 1898 hasta los años treinta –esos fueron los años en que vivió 
Mary. También sabía que su vida transcurrió en Irlanda. Un día, de niña, sentí con 
toda seguridad que si pudiera mirar un mapa de Irlanda sabría, con certeza, dónde 
estaría situado el pueblo y podría compararlo con los mapas que había estado 
dibujando desde que fui lo suficientemente mayor para sostener un lápiz. Hice 
varios intentos, y cada vez volvía al mismo sitio en el mapa. El lugar se llamaba 
Malahide, y estaba justo al norte de Dublín.”

[ El siguiente artículo por Bette Stockbauser no es una recesión literaria del libro a 
través del tiempo y de la muerte (Across time and death), por Jenny Cokell, sino un 
resumen de una extraodinaria historia de la interacción de dos vidas unidas 
mediante la Ley del Renacimiento que muchos pueden creer es   una poderosa  confirmación del hecho de la reencarnación. 

En 1932 Mary Sutton se estaba muriendo, aterrada y sola en un hospital de 
Dublín. Solo tenía 35 años, pero las complicaciones que le siguieron debilitaron gradualmente su cuerpo. Los recuerdos de su hogar evocaron las imágenes de 
sus hijos, y a pesar de que la elevada fiebre distorsionaba el tiempo y la realidad, 
un miedo dominaba cada pensamiento : "¿ Qué será de mis hijos cuando yo muera?". 
El 24 de octubre, la muerte la liberó de una vida difícil, pero dejaba a ocho hijos que 
debían seguir su camino sin su protección.

Era una niña solitaria, retirada en su propio mundo apacible. Sus días estaban 
llenas de imágenes de otro tiempo y espacio, sus noches colmadas de un sueño 
horrible, el sueño de "saber la angustia de una mujer destinada a morir antes de 
que sus hijos crecieran. Yo lloraba como ella lloraba; reconocía su dolor como
 el mío. Tenía miedo por los niños y preocupación por cómo saldrían adelante. La 
ira y la injusticia pesaban más que cualquier dolor que la muerte causara. Porque 
la muerte llegaba, inevitable y repetidamente, a través de esos sueños.

A través del tiempo y de la muerte es la historia de estas dos vidas,la primera 
finalizada antes de tiempo, la segunda con un solo objetivo: Encontrar de nuevo 
a esos niños que se dejaron atrás y saber de sus vidas, viajar a un tiempo 
pasado y curar los sentimientos de culpabilidad y separación. En el transcurso de
 ese viaje, Jenny Cockell descubriría la profundidad de su propia vida interior. Ella 
uniría a una familia por mucho tiempo dividida, para luego tejer para el mundo una 
historia tan cautivadora como una novela de ciencia-ficción.



Cuando era muy jóven Jenny Cockell pensaba que todo el mundo sabía acerca de 

vidas pasadas. Sus emociones estaban dominadas por las  alegrías  y los temores 

de la que ella siempre conoció como Mary. Sus días y noches estaban llenos de 

escenas –de la casa de Mary, pequeña y de color marrón claro, protegida del camino 

por un muro de piedra, con acres de terrenos pantanosos por detrás, mi riachuelo, y 

un huerto de hortalizas. Mary pasaba la mayor parte del tiempo cocinando; las 

patatas y la harina de avena constituían la dieta diaria ya que no había dinero para 

carne. Muy cerca había un pueblo más grande con una estación de ferrocarril, una 
carnicería y una iglesia. Había a cada lado de una calle paradas de mercado que 
vendían cosas que ella nunca podía comprar.

Jenny siempre supo que “el período de tiempo transcurría desde  aproximadamente 
1898 hasta los años treinta – esos fueron los años en que vivió Mary. También sabía 
que su vida transcurrió en Irlanda. Un día, de niña, sentí con toda seguridad que si 
pudiera mirar un mapa de Irlanda sabría, con certeza, dónde estaría situado el 
pueblo y podría compararlo con los mapas que había estado dibujando desde 
que fui lo suficientemente mayor para sostener un lápiz. Hice varios intentos, y cada 
vez volvía al mismo sitio en el mapa. El lugar se llamaba Malahide, y estaba justo al 
norte de Dublín.”

Los más vivos recuerdos hacían referencia a los niños – el hijo mayor de 13 años, 
seguro de sí mismo pero sin dejar de ser amable; una niña que era lista en la 
escuela, paciente y servicial en casa. Ella vio a tres muchachos más pequeños, 
una niña pequeña de cinco años que era rubia y muy bonita, y a un recién nacido.

Existían recuerdos de la misma Mary, con jerséis de media manga y faldas negras 
de lana, cabello largo estirado recogido en un moño.
 En una escena, se vio a sí misma esperando sola en un embarcadero de madera, 
arropada con un manto por el frío y mirando hacia el mar. 
Parecía como si fuera allí a menudo, pero Jenny nunca pudo recordar por qué o a 
quién estaba esperando.

Cuando tenía cuatro años, Jenny le preguntó a su madre por qué su profesor de 
catequesis nunca mencionaba las vidas pasadas cuando hablaba de la vida y la 
muerte. A pesar de que la actitud de la madre fue comprensiva, Jenny aprendió 
que la reencarnación se consideraba una creencia, no un hecho, y no era 
generalmente aceptada en Inglaterra. “Esta revelación – que mi verdad no era una 
verdad a los ojos de otros, y que yo era distinta – fue un gran golpe para mí, y hacía 
que me preocupara y me cuestionara constantemente
La búsqueda.-
A la edad de ocho años, las premoniciones reveladas en sueños renovaron su 
confianza en sí misma porque podía ver físicamente como sus sueños se cumplían. 
Empezó a desarrollar su propio sentido de la normalidad, y compartía su vida 
secreta con sólo unos pocos. En su mayor parte, ella vivía en el mundo de Mary. 
 En la adolescencia, Jenny empezó a formarse una existencia en su vida 
presente. Acabó sus estudios y se convirtió en podóloga diplomada. Se casó con 
su marido actual, Steve, y se asentaron en las afueras de un pueblo. Tuvieron dos 
hijos y su vida era feliz. Las incursiones en el pasado se hicieron menos 
frecuentes, pero surgían fragmentos del pasado.

Estos recuerdos, sus dibujos de la infancia de iglesias y mapas, y sus 

muchos sueños, estaban cuidadosamente guardados en libros de notas.
 Ella sabía que algún día el tiempo y el dinero le permitirían seguir completamente 
el recuerdo de Mary. El estímulo que necesitaba llegó en 1980 cuando encontró un 
mapa detallado de Malahide. Por primera vez vio la evidencia física que verificaba 
sus dibujos. Las carreteras y lugares destacados estaban situados correctamente, 
la distancia a escala. La estación de ferrocarril y la carretera a Dublín correspondían exactamente.





Mary con Phyllis 

de 2 años en 1927a mí misma.”
Ella se dirigió a escritores sobre reencarnación pidiendo consejo sobre el hecho 
de acercarse a los miembros de la familia. Ella estudió el tema y le hablaba a todos 
aquellos que escuchasen su historia. 

En 1988 un hipnoterapeuta le pidió que participara en un estudio de  investigación 
sobre vidas pasadas. Esto implicaba una exposición a un nivel aún más profundo. 
La hipnosis iniciaba una época de participación que casi duplicaba su obsesión de 
la infancia.

Surgieron nuevas escenas. Una imagen de una mañana temprano y niños excitados 
que la llamaban fuera. Colgado de las patas había un conejo que ellos habían 
atrapado con una trampa. Parecía demasiado grande, estirado y asustado. Ella gritó 
con sorpresa: “¡Todavía está vivo!”.

 Otra vez revivió la muerte de Mary. En una ocasión ella se sintió por encima del 
cuerpo, mirando fijamente hacia abajo a su cascarón vacío
Ella vio a su marido al lado de la cama, inclinado en desesperación. Para ella la 
hipnosis abrió una caja de Pandora, tanto positiva como dolorosa. “Hasta entonces 
había guardado bajo llave en una parte menos visible de mi consciencia mi 
frustración de no ser capaz de hacer algo para encontrar a los niños y mi furia 
abrumadora por la situación. Yo había tenido que hacer esto para funcionar en la 
vida normal La hipnosis, sin embrago, estaba derrumbando todas esas barreras que 
yo me había erigido para protegerme a mí misma de parte del dolor. Aunque siempre 
podía recordar y sentir el dolor, había racionalizado todo para poder continuar como 
yo misma. La intensidad de recordar bajo hipnosis me dejaba abierta, sensible, 
vulnerable y confundida. Había un tremendo conflicto entre la auto-conservación y 
las necesidades del pasado. Desde el punto de vista psicológico es a menudo mejor 
afrontar las cosas que reprimirlas, pero el trauma de hacer eso no debe ser 
infravalorado.”

En junio de 1989 finalmente pudo ir a visitar Malahide. Sus noches antes de partir 
estaban llenas de sueños. La pequeña casa había sido derruida y sólo permanecían 
los cimientos, cubiertos de flores silvestres y matas de hierba. Siempre había 
grupos de personas con ella, observando los restos.

Cuando vio Malahide, sus visiones fueron verificadas, porque conocía los 
alrededores. Se dirigió a la iglesia y vio el edificio que había dibujado cuando era 
niña. La carnicería aún estaba. No pudo encontrar la casa, sólo restos de un muro 
de piedra cubiertos de setos. Los terrenos pantanosos habían sido secados para 
una nueva urbanización.

Contactos 
     A partir de ese punto la búsqueda tomó vida propia. Un equipo de investigación 
de la BBC que preparaba un documental sobre lo paranormal escuchó la historia y contribuyó con algunos detalles. Un granjero de Malahide que vivía cerca de la casa recordaba la familia y por fin proporcionó el apellido que ella nunca pudo recordar 
Sutton. Él le contó que los niños habían sido llevados a orfanatos. Un sacerdote en
 Dublín encontró las partidas de bautismo de seis niños Sutton: Jeffrey (1923), 
Philomena (1925), Christopher (1926), Francis (1928), Bridget (1929) y Elizabeth 
(1932). Nunca se localizaron los informes de los dos hijos mayores, Sonny y Mary. 
En marzo de 1990 un contacto en Dublín encontró el certificado de defunción de 
Mary Sutton. Había muerto en el hospital Rotunda de Dublín el 24 de octubre de 1932, 
a causa de gangrena, pulmón ía y toxemia. Por lo menos, Jenny tenía la prueba en 
papel que necesitaba.

Los anuncios en el periódico finalmente dieron con la pista del tercer hijo, Jeffrey, 
en Irlanda. Jenny sólo habló con él una vez y sintió que no había manejado bien la 
situación. Sin embargo, él le dio las direcciones de sus tres hermanos – Sonny, 
Frank (Francis), y Christy (Christopher). Después de la llamada, algo cambió. “Fui 
por fin capaz de aceptar emocionalmente que los niños habían crecido. Sabía que 
ellos tendrían ahora de cincuenta a sesenta años, pero se necesitó el contacto real 
para liberarme de esa parte de mi memoria que me hacía creer que eran los niños 
que una vez fueron. Mis sentimientos continuaron siendo fuertemente maternales, 
pero pude comprender que los ‘niños' eran ahora autosuficientes. Me sentí 
curiosamente libre.” Su próximo contacto fue Sonny, el hijo mayor, que vivía en 
Inglaterra. Explicándole que ella recordaba la familia a través de sueños, ella 
describió la pequeña casa en Malahide. Sonny rápidamente confirmó su 
descripción y parecía no tener ningún problema en aceptar lo esencial de su historia. 
Él le contó que habían existido ocho hijos que vivieron y dos que murieron durante 
la infancia. Los hermanos se habían reunido en 1985, pero el paradero de las 
hermanas era desconocido. Él expresó el deseo de encontrarse y contarse 
recuerdos. 

Al empezar a contarse los sucesos, Sonny recibía cada revelación sobre su infancia 
con entusiasmo y asombro. Cuando ella le contó sobre el conejo atrapado y 
suspendido en el aire, él la miró sin comprender y preguntó: “¿Cómo sabía esto?” 
Hablaron de Mary esperando en el embarcadero, sola al anochecer. “ ‘Le diré por qué 
usted recuerda ese embarcadero,' dijo Sonny. ‘De niño solía hacer de cadi en la isla 
para los jugadores de golf, y al anochecer mi madre esperaba en el embarcadero para 
que pudiéramos ir juntos a casa'.” El manto que llevaba la protegería de las frías 
brisas marinas.  Sonny habló de su padre y Jenny entendió porqué había borrado el 
recuerdo. John Sutton era un trabajador con un buen empleo, pero gastaba su dinero 
en el pub local. Maltrataba a Mary y pegaba a los niños con un gran cinturón de 
hebilla de metal. La prudencia reservada de Mary y su eterna falta de dinero 
empezaron a cobrar sentido. La mayor parte del miedo que tenía por los niños debía 
estar motivado por el comportamiento de él y su duda sobre la habilidad de él para 
cuidar de ellos.




Jenny con el hijo mayor de Mari, Sonny, en 1990

Respuestas.- 
Lo mejor de todo es que llegaron respuestas a las preguntas que ella había 
estado persiguiendo durante 35 años: “¿Qué será de los niños cuando yo 
muera?”. 


La hija más pequeña se quedó con un tío paterno. El resto, a excepción de 
Sonny fueron llevados por las autoridades locales, ya que se juzgó que el 
padre no estaba en condiciones de cuidar de ellos. Los chicos fueron internados 
en un orfanato de Hermanos Cristianos, las chicas en una escuela de monjas en 
Dublín. Sonny permaneció en casa con su padre y vivió una vida desdichada 
durante cuatro años, trabajando largas horas fuera de casa y soportando palizas constantemente. 
A los 17 años se unió al ejército, y Mary, la hija mayor, volvió a casa. Después se 
casó, pero murió a los 24 años al dar a luz. 


La primera hija que encontró fue Elizabeth, o Betty, la más joven. Un anuncio en el 
periódico llamó su atención. Parecía caído del cielo porque lo primero que supo fue
 que había sido adoptada a la edad de 17 años,y siempre había querido seguir el 
paradero de su familia. La segunda fue Philomena, o Phyllis. Ella leyó un artículo 
en el periódico que describía una reunión de miembros de una familia en Irlanda y 
el papel inusual que Jenny había desempeñado. Cuando Phyllis se encontró con 
Jenny por primera vez trajo un precioso obsequio, la única foto conocida de su 
madre Mary, sosteniendo cariñosamente a Phyllis cuando tenía dos años. El marido 
de Bridget, la tercera hija que quedaba por encontrar, fue finalmente hallado en 
Australia. La familia supo que ella había fallecido hacía veinte años. 



Al final Jenny llegó a conocer a cinco de los hijos. Jeffrey murió en 1993 antes de 
que se pudieran encontrar. Cada hijo ha entendido el papel de Jenny a su manera. 
Algunos creen en la reencarnación y otros creen que Mary habla a través de Jenny 
para reunir a la familia. Todos han encontrado un motivo para la aceptación.


Posteriores visitas a Malahide han permitido localizar restos de la casa 
de campo 
que Jenny no había visto en su primera visita. Los trozos de la pared de piedra que 
daban a la carretera, las columnas de la entrada, los cimientos y paredes que 
llegaban al nivel de la cintura todavía siguen intactos.

 En la primavera de 1994, un equipo periodístico americano invitó a Jenny, Sonny y 
Phyllis al programa de televisión Phil Donalme. Sonny, ahora de 75 años, y Phyllis, 
de 68,reconocieron de forma conmovedora a Jenny como su madre. La hija de 
Sonny, Kathleen, estaba entre el público. Nacida en el mismo año que Jenny, ella 
también admitió la posibilidad de que Jenny hubiera sido su abuela.

20-20 , una revista de noticias de televisión americana, reunió a la familia 
en 
Malahide para celebrar el 75 cumpleaños de Sonny. Cuando visitaron la casita, 
Christy se conmovió visiblemente al volver a la casa que él había visto por última 
vez durante su infancia. De pie en el mismo lugar en donde él había visto a su 
madre por última vez, describió los sentimientos de un niño de seis años: “Recuerdo 
ese día como si fuera ahora. Puedo recordar aquellos dos hombres llevándose a mi 
madre en una camilla, subiéndola en una ambulancia y llevándosela. Nunca 
regresó.” Luego, señalando a Jenny, dijo: “Pero ha vuelto ahora – ella está ahí.
Ambos estaban a punto de llorar.

Ahora la familia está en paz. Las reuniones son animadas, llenas de risas y  
de conversación. Se intercambian fotos de nietos y bisnietos. Ellos comparten una 
herencia con Jenny que pocos actualmente pueden reclamar. La misma Jenny está 
en paz. “Parece como si hubiera pasado por una puerta. Después de años de seguir 
un camino tortuoso, donde mis propios miedos y sentimientos de incapacidad me 
retenían tanto como los impedimentos reales, he llegado a un punto en el que se me 
permite hablar de mis pensamientos y experiencias mucho más abiertamente como 
nunca antes. 
Y ha sido extraño descubrir cuántas personas han tenido experiencias ‘extrañas' 
que no han sido capaces de contar a otros por miedo al ridículo. Ahora se sienten 
capaces de explicármelas Todo esto me hace preguntar si las experiencias 
paranormales' ocurren en realidad a más personas de las que sabemos, pero no 
se discuten abiertamente.”

1.    Esta historia también ha sido llevada a la televisión en una película titulada 

"Yesterday's Children" ("Los hijos del ayer"),que fue el título original del libro 
cuando fue publicado en el Reino Unido), y protagonizada por Jane Seymour en el 
papel de Jenny.








 






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