lunes, 17 de junio de 2019

Detengamos la masacre

     INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Pasiones humanas: Odio y Perdón
 2.- Los malos médiums
      Frase para meditar
 3.- El trato con los jóvenes
 4- Instantes previos al aborto
 5.- Detengamos la masacre




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                             PASIONES HUMANAS
                      Odio y perdón 

                Análisis psicológico y espiritual de este par de opuestos. 

Diversos son los grados de manifestación del odio, esa pasión dañina en alto grado, que sólo anida en las almas pobres y ruines, al dar cabida en sí a esa pasión destructiva, por ignorancia de las consecuencias dañinas que habrá de ocasionarle.   Porque el odio comienza por perturbar la tranquilidad de quien lo siente, por su acción perturbadora sobre las facultades del alma, cuyas vibraciones desequilibrantes afectan la mente y perjudican la salud, por la incidencia de esa vibración enconosa en los sistemas nerviosos y glandulares. Y, a más de dañar la salud de quien da cabida en sí al odio, le convierte en una persona amargada que, en sus relaciones de trabajo, negocios, etc., desbarata oportunidades de progreso por la actitud negativa del afectado y los errores que induce a cometer. 

    Conocéis ya la ley de las vibraciones. Por consiguiente, sois conscientes ya de que los pensamientos y sentimientos son vibraciones que contienen en sí una fuerza benéfica o maléfica, constructiva o destructiva, según su naturaleza. Y siendo el odio un sentimiento 
cargado de deseos de mal, es destructivo por su propia naturaleza enconosa. Por ello, cada sentimiento de odio es una vibración-fuerza, dañina en alto grado hacia quien se dirija, pero que actúa también contra el mismo que la emite. Y cuanto más odie una persona, más y más se envuelve en esas vibraciones intensamente negativas, desequilibrantes, que le atormentarán. Si pudiéseis apreciar el aura de una persona vibrando en odio,os asombraría al verla envuelta en un halo negro, en forma de torbellino. 
Y quien odia, no tiene paz en su mente ni en su alma, ya que ese sentimiento ponzoñoso produce una desarmonía psíquica mortificante, convirtiendo la vida del afectado en un tormento. Todas esas extrañas misantropías y neurastenias que a veces apreciamos en nuestras relaciones humanas, tienen por causa alguno o varios de esos estados pasionales de odios, rencores, malquerencias, etc., cuyo origen puede ser el egoísmo, envidia, celos, etc. que son sentimientos frecuentes en las almas mezquinas y ruines. 

   Y cuanto más una persona odie a otra, más se une a ella psíquicamente. 

   Y, ¡paradoja! cuanto más lejos la desee, cuanto más en ella piense, más la acerca (vibratoriamente); porque, la persona que odia atrae mentalmente hacia sí a la persona odiada, con la fuerza de su pensamiento, y su imagen no le deja vivir en paz, le sigue y le persigue como una sombra, porque ella misma la mantiene en su mente. Y aquí está el tormento. 
¿Hasta cuándo? Hasta que deje de odiarla. 

   Puede que alguno, juzgando a la ligera ese fenómeno de la fuerza de atracción, por afinidad, del pensamiento os diga: vaya una ley rara. Pero, si se considera que esa ley de vibración y atracción no ha sido creada para ser vehículo de odio, sino de amor, para unir las almas que se aman y contribuir a su felicidad; comprenderá mejor. 

    Cuando el sublime Maestro Jesús dijo: “Amad a vuestros enemigos”, no estaba enseñando tan solo moral, sino que también una psicoterapia para librarnos de los efectos destructores del odio. Porque, vivir odiando, no es vida; es un tormento. 

    Cuando una persona exclama: “Yo no le perdonaré lo que me hizo”; esa persona está cometiendo un gravísimo error, error que puede significarle muchos y muchos años de dolor. Porque, cada vez que se acuerda de ese acontecimiento, perjuicio u ofensa, está impregnando su alma con el magnetismo mórbido contenido en sus propias vibraciones de odio, que irán densificando y oscureciendo esa alma; y a más de que está fortaleciendo 
esa unión vibratoria con la persona odiada, quien al recibir el impacto de esas vibraciones de odio, percibe también (mentalmente) la figura de quien las envía, reaccionando también del mismo modo, con una andanada de odio, rencor o desprecio, según sea el caso. Y con esa actitud descabellada, ambas partes están destruyéndose mutuamente. ¿No os parece absurda esa actitud? Sin embargo, así acontece con harta frecuencia. 

-Sebastián de Arauco-.

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               LOS MALOS MÉDIUMS

Los médiums que hacen mal uso de su facultad, que no se sirven de ella con las miras del bien o que no se aprovechan para su instrucción, ¿sufrirán las consecuencias? 
"Si hacen mal uso de esta facultad, serán doblemente castigados, porque tienen un medio más para ilustrarse y no se aprovechan. El que ve claro y tropieza es más vituperable que el ciego que cae en el hoyo."

4. Hay médiums a quienes éstos dan espontáneamente y casi constantemente  comunicaciones sobre un mismo motivo, sobre ciertas cuestiones morales, por ejemplo:sobre ciertos defectos determinados. ¿Tiene esto objeto?
"Sí; este objeto es el de iluminarles sobre este punto muchas veces repetido, o para corregirles de ciertos defectos; por esto a los unos les hablarán incesantemente de
orgullo, a los otros de la caridad; sólo la saciedad puede al fin abrirle los ojos. No hay
médiums que hagan mal uso de su facultad, por ambición o por interés, o comprometiéndola por una falta capital, como el orgullo, el egoísmo, la ligereza, etcétera, que no reciba de tiempo en tiempo algunas amonestaciones de parte de los Espíritus; lo malo es que la mayor parte de las veces no toman esto para sí."

Observación. - Los Espíritus usan muchas veces la prudencia en su lecciones, las dan de un modo indirecto para dejar el mérito al que sabe aplicarlas y sacar provecho; pero la ceguedad y el orgullo son tales entre ciertas personas, que no se reconocen el cuadro que se les pone delante de los ojos; tanto más el Espíritu les dad entender que se dirige a ellas, se enfadan y tratan al Espíritu de mentiroso o bromista de mal género.
Esto solo prueba que el Espíritu tiene razón.

5. En las lecciones que se dictan a un médium de una manera general y sin aplicación personal, ¿no obra éste como instrumento pasivo para servir a la instrucción de otro?
"Muchas veces estos avisos y consejos no se dictan para él personalmente, sino para los otros, a los cuales no podemos dirigirnos sino por la intervención de este médium, pero el mismo debe tomar su parte si no le ciega el amor propio.*
No creáis que la facultad medianímica se haya dado para corregir sólo a una o dos personas, no; en fin es más grandes: se trata de la humanidad. Un médium es un
instrumento muy poco importante como a individuo; por esto, cuando damos instrucciones que deben aprovechar a la generalidad, nos servimos de aquellos que poseen facilidades necesarias, pero admitid como cierto que vendrá un tiempo en que los buenos médiums serán bastante comunes, para que los buenos Espíritus no tengan necesidad de servirse de malos instrumentos.."

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
ALLAN KARDEC.

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                               DESPIERTE a la vida. 
Medite sobre sus responsabilidades  ante la humanidad y ante Dios. De usted dependen criaturas que le rodean, en la familia, en el trabajo, en la sociedad. No huya de las responsabilidades que usted asumió: realice su trabajo con amor, produciendo lo mejor que pueda y el máximo de sus fuerzas le permitan. En sus manos está una parte del futuro de la humanidad.- Grupo Evangelio de Kardec-
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              EL TRATO CON LOS JÓVENES




    El equipo familiar en el mundo no siempre es un jardín de flores. A veces, es una espina de preocupaciones y de angustias, reclamando sacrificios. Aunque se necesite firmeza en las actitudes para la temperancia de la afectividad que es propia a los padres, jamás conseguirán  sanar las heridas del ambiente particular con el látigo de la violencia o con el emplasto de la dejadez.

Los hijos son las obras preciosas que el Señor confía a todos los padres, solicitándoles cooperación amorosa y eficiente. Criar  y educar a los hijos no es tarea fácil. La mayoría de los padres viven desviados, sea en los excesos de ternura o en la demasía de la exigencias, más a la luz del Evangelio caminaran todos rumbo al progreso, comprendiendo que, para ser padre o madre son necesarios profundos dotes de amor, al frente  de esas cualidades  debe brillar el divino don del equilibrio.

En la actualidad es muy grande la preocupación de los padres y profesores por las dificultades que se enfrentan, a diario, a la hora de criar a los hijos o impartir educación a sus alumnos.  Existen relatos e historias de experiencias con hijos o alumnos “difíciles”. Jóvenes que  prefieren un estilo diferentes para expresar sus ideas, sentimientos  o llevar a cabo sus planes.

La realidad, es que el estilo de vida, ha cambiado en la actualidad, es muy diferente a como se vivía en la antigüedad.

Reflexionando acerca de los jóvenes, vemos que ellos agregan a las tendencias del pasado las experiencias adquiridas recientemente.

Con excepción de los que renacieron sometidos a la observación de la patología mental, todos han venido de la etapa infantil para dar cumplimiento a un noble destino.

¡Todos, sufren ansiedades y flagelaciones antes de afirmarse en el puerto seguro del deber a cumplir!...

Incuestionablemente, es preciso apoyarlos todo cuanto nos sea posible. Comprendiendo, sin embargo, de que ampararlos no será trazarles la obligación  de copiarnos los tipos de felicidad o de vivencia.

Cuando Jesús nos recomendó no despreciar  a los pequeñitos, esperaba de nosotros  no solamente medidas providenciales  alusivas  al pan, y a la vestimenta. No basta alimentar el cuerpo, es imprescindible  el abrigo moral que asegure al espíritu renacido el clima de trabajo necesario  para su sublimación.

“Muchos jóvenes son víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo, de una educación que no responde a las exigencias de la vida, del narcotráfico, de la guerrilla, de las pandillas, de la prostitución, del alcoholismo, de abusos sexuales”. Muchos jóvenes viven adormecidos por la propaganda de los medios de comunicación social y además por imposiciones culturales y por el pragmatismo inmediatista que ha generado nuevos problemas en la moderación efectiva de los adolescentes y jóvenes.

La juventud de hoy debe hacer un alto y reflexionar.
Quizás a tu alrededor tienes a jóvenes  difíciles para dirigirlos convenientemente en la vida.

No nos compete el derecho de abandonarlos  a si mismos cuando aun son inexpertos, eso está claro. Mientras tanto, eso no significa que debamos destruirles la vocación, frustrándoles la autenticidad en que se les caracteriza la existencia.

Soñaremos para nuestros hijos, en el mundo, envidiable destaque en las profesiones liberales,  con primorosas titulaciones académicas, más es probable que haya renacido entre nosotros para servicios de la gleba, aspirando a adquirir duros  callos en las manos, a fin de realizarse en la elevación que demandan.

Otras veces ideamos para ellos la formación del hogar  en el que nos premien el ansia de poseer respetables descendientes. No en tanto, es posible que estén con nosotros para largas experiencias en condiciones de celibato, cargando problemas y pruebas que les dicen respecto  al mejoramiento espiritual.

Algunas veces gritamos furiosos contra ellos, exigiendo nos adopten el modo de ser.  Frecuentemente, sin embargo, si eso acontece, acabamos por perderlos en manos  que los deslustran los sentimientos  o les amargan la vida, cuando no los empujamos, inconscientemente, para la furia de los tóxicos o para los despeñaderos del desequilibrio metal con los que se matriculan en los manicomios.

Compadécete de los hijos que parezcan diferentes a ti. Acéptalos como son y auxílialos a cada uno de ellos en la integración con el trabajo el que se hagan dignos de la vida que vinieron a vivir.

Ampáralos sin imposición y sin violencia.

Antes de surgir ante ti como hijos de tu amor, son hijos de Dios, cuyo amor infinito vela en nosotros y por nosotros.

Aun mismo cuando evidencien características inquietantes, bendícelos y oriéntalos, cuanto te sea posible, a fin de que se mantengan  como estilos vivos  de rendimiento del bien en el bien común.

Y aun mismo cuando no puedan compartir  el techo y se aparten de tu compañía, a pretexto de independencia, bendícelos a un mismo así, comprendiendo que todos nosotros, desde que nos vinculamos al orden y al trabajo en el deber que nos compete, sin perjudicar a nadie, disfrutamos por ley divina el privilegio de descubrir cual es para nosotros el mejor camino a seguir y servir, vivir y sobrevivir.

El respetable cuadro que traen de las Esferas Superiores, se revela a través de sentimientos en forma de entusiasmo y sueños juveniles y se confunden  con las deformaciones de la realidad terrestre que aguarda en ellos la redención que aportará el futuro.


Muchos abandonan la niñez mutilados moralmente por las manos mercenarias a las que fueron confiados desde la cuna; otros en cambio despiertan en el laberinto de los ejemplos lamentables,  provenientes de aquellos de quienes esperaban recibir las orientaciones para la superación interior.
Muchos son arrojados a los problemas de la orfandad cuando más necesitan el apoyo amistoso, otros andan por el mundo como aves cuyo nido fue destrozado, abandonado sin rumbo en la tempestad de las pasiones inferiores.
Muchos en rebeldía por el lodo arrojado en sus esperanzas, descienden a los más sombríos cenagales del crimen, mientras que otros artos de miseria se refugian  en prostíbulos dorados para concluir sus días en la condición de náufragos de la noche.
Se les reclama el porvenir, pero se les arruina el presente.
Se les adorna el aspecto, pero se les pervierte la conciencia.
Se les enseña el verbo refinado de la cultura académica pero en la intimidad se les comunica la palabra degradada del lenguaje vulgar.
Se exalta para ellos el ideal de la belleza de la virtud y se ríen de ellos  cada vez que demuestran que no son modelos perfectos de la animalidad inferior.
Les hablamos de la glorificación del carácter pero atormentamos su alma  en el delirio del alcohol o en la frustración de los estupefacientes.
Les suministramos abandono y criticamos su conducta.
No debemos condenar a los jóvenes cuando notemos que han caído en la demencia  o en la inconsecuencia.
Cada niño o adolescente constituye en el mundo un proyecto de la Sabiduría Divina al servicio de la humanidad, y cada niño o adolescente desviado es un proyecto de la Sabiduría Divina al que la humanidad ha corrompido o menospreciado.
Recibamos a los jóvenes  de todas las condiciones como a nuestros propios hijos y procuremos con todas nuestras fuerzas estimular en ellos el amor al trabajo y a la iniciativa de la educación.
Ellos que inician la lucha, necesitan, que los “comprendan y que velen por ellos” con el fin de que sepamos sembrar y construir, porque en todas las épocas, cuando se desampara a la juventud la vida se extingue.
La etapa de la juventud está cargada de interrogantes vitales y presenta el desafío de tener un proyecto de vida, personal y comunitaria. Un proyecto que dé sentido a su vida; que no la deje caer en un valor existencial, sino que le permita lograr a plenitud su realización como persona. La juventud cuestiona todo, tiene un espíritu de riesgo, de valentía y una capacidad creativa para responder a los cambios y exigencias del mundo en que vive.
Ella aspira a mejorar siempre como signo de esperanza, gozo y felicidad. Además, es muy sensible a los problemas sociales y exige autenticidad y veracidad. Rechaza con rebeldía una sociedad invadida por la hipocresía y los antivalores. Pero con sentimientos de dolor, podemos afirmar que nuestra sociedad actual está muy lejos de ser la sociedad en que tienen derecho a vivir él y la joven de hoy. Actualmente, son muchos los y las jóvenes que son víctima de:
Un empobrecimiento y marginación social producto de la gran injusticia social. Un rechazo ante sus conductas, motivadas quizás por los traumas psicológicos de ser hijos e hijas cínicos, mimados, consentidos; de padres y madres divorciados de un hogar donde no se dialoga, comprende, ama...
Un sistema educativo que no responde a sus inquietudes ni llena sus expectativas.
Un estado que no proporciona estabilidad, seguridad e incentivo para el futuro; con salarios bajos, sin posibilidad para ejercer su profesión u oficio.
Un adormecimiento por la propaganda de los medios de comunicación que lo alienan con imposiciones culturales y con el pragmatismo, generando así nuevos problemas en su moderación psicológica y afectiva.
Una carencia de entusiasmo y amor por los grandes ideales de vida, de la patria, sus estudios...
Una sociedad que les propone la riqueza, el poder y el placer como el camino mejor para “Vivir la Vida”
Un narcotráfico y corrupción descarados. Unas guerrillas crueles.
La propaganda falaz que promueve la prostitución, el aborto, el alcohol, el consumismo... como productos de la época, del avance y la civilización.
Una música que aturde, excita y atolondra la mente.
La Juventud tiene derecho a vivir en una sociedad donde:
La Familia: juegue su verdadero papel y en ella se ame, se corrija, se dialogue. Se aprendan los verdaderos valores. Donde haya un lugar de encuentro, de búsqueda, de soluciones, no de conflictos, donde vivir en armonía, con fidelidad, amor, tolerancia y comprensión.
El Estado: asuma su rol y ofrezca una educación basada en los derechos que señala el código de protección al niño; niña y adolescente que dice: “Todos los niños(as) y adolescentes, tienen derecho a la educación, encaminada al sano desarrollo de su persona, a fin de que puedan prepararse para ejercer plenamente sus derechos ciudadanos y por eso deben tener: Igualdad, Enseñanza Primaria, Acceso gratuito a Escuelas Públicas.”
Además el estado debe dar a la juventud oportunidades para que se pueda realizar profesionalmente. Se debe crear un clima en el cual la juventud pueda adquirir un sentido crítico de la vida en la práctica de la justicia, la democracia, la paz, la igualdad social y vivir teniendo la seguridad personal sin violencia, ni drogas, ni prostitución.....
La Sociedad debe ofrecer  a los jóvenes la oportunidad de ser hombres y mujeres responsables, creativas, participativas, activas en las estructuras culturales, políticas, educativas, familiares para ser así protagonistas de su propio presente y futuro ejerciendo sus derechos y deberes.
En fin, los jóvenes de hoy tienen derecho a una sociedad en la que puedan realmente vivir y desarrollarse con dignidad como lo que son: Hijos e Hijas de Dios.
Para que los jóvenes se realicen como personas en todos los niveles, tienen que crecer y desarrollarse, no estancarse. Son diversas las áreas en las que, como personas, tienen que crecer para lograr un desarrollo integral y armónico.
Es decir, tener capacidad para adaptar su propia vida; lo que es, lo que tienes. Saberse y sentirse digno del lugar y las personas con que le ha tocado convivir. Así como poder tener relaciones con los demás, armónicas, amables, respetuosas. Han de e iniciar una búsqueda sincera de la verdad, la libertad y el gusto por los valores auténticos. Ir creando un juicio crítico frente a los acontecimientos, con equilibrio e imparcialidad. Lograr tener un espíritu de diálogo de comprensión, compromiso, que lo lleve a asumir responsabilidades familiares, sociales, políticas y trabajar por la paz y la justicia. Sentir la necesidad de prepararse, intelectual y espiritualmente; detener el deseo de superarse, de ser alguien y no algo. Apreciar y valorar su patria y todo lo que ella es y tiene.
En el  área Intelectual; en la que se tiene deber de: Aprovechar las oportunidades que le brinda la familia o el estado para estudiar y tomar sus estudios con responsabilidad perseverancia y amor. Proponerse lograr una profesión u oficio que ofrezca beneficio para sí mismos, la familia y el estado. Ser también agentes multiplicadores de sus conocimientos para que otros(as) aprendan, se capaciten y sean útiles. Tener interés de seguir siempre perfeccionando sus estudios y capacitándose día a día; recordando que siempre es posible aprender algo, no importa la edad.
Todos los jóvenes precisan del amparo de los padres, sin embargo en la adolescencia, en general, la rebeldía de los hijos es inevitable. Una tradición de severidad paterna, pautada  por el autoritarismo político o religioso, dio a los padres el concepto erróneo de que deben sujetar a los hijos – y particularmente a los jóvenes – a sus principios y maneras de ser. Más los jóvenes traen su propia personalidad o su propio camino en la vida, y justamente en esa fase de la adolescencia están afirmando su “yo” ante el mundo.
Es conocido el problema de la “crisis en la adolescencia”, sobre la cual Maurice Debesse escribió uno de sus libros más bellos y profundos. Más es en René Hubert, en el capítulo sobre “Psicología de la juventud”, de su Pedagogía general, donde encontramos mayor sintonía con los principios espiritas. Psicólogos y Pedagogos conocen bien ese problema  que responde por el llamado “conflicto de las generaciones” Emmanuel nos da su llave al recordar que cada espíritu ya trae para la Tierra su prueba  y su camino de servicio, escogidos libremente en la vida espiritual según sus necesidades de evolución y mejoramiento.
 El amparo de los padres no puede ser dado por medio de imposición y autoritarismo, bajo pena de dejar de ser amparo para transformarse en tiranía. Si el “conflicto de generaciones” siempre existió en el mundo, ahora se muestra más violento porque el tiempo de la tiranía  está finalizando porque la era de la transición en que vivimos acentúa en los jóvenes las ansias del futuro. Los padres solo podrán ampararlos  si tuvieran amor suficiente para comprenderlos y ayudarlos sin exigencias. Esta es también una hora de aprendizaje para los padres. Y solo el amor verdadero por los hijos puede socorrerlos.
El joven de hoy es el hombre de mañana. Los tiempos cambian y no podemos querer sujetarlos a nuestro modelo. Cualquier coacción paterna solo podrá apartarlos de casa y de la familia, lanzándolos a medios y compañías peligrosos. La verdadera educación es  el equilibrio entre el amor y la comprensión. La energía paterna  y la disciplina  filial brotan naturalmente  entre esos dos márgenes, fluyendo como las aguas de una fuente en el paisaje de la vida.
La política que mejor conviene  a los padres de adolescentes, si desean captar la estima, el respeto  y la obediencia, consiste en procurar comprenderlos, ayudándoles a vencer las dificultades inherentes a esa etapa de su crecimiento, en usar de infinita paciencia con ellos y ser condescendientes con las cosas secundarias, reservando las exigencias  apenas a aquello que sea esencial para su buena formación intelectual, moral y espiritual
“Invóquese el auxilio de religiosos, profesores, filósofos y psicólogos, a fin de que la excesiva agresividad filial no alcance la línea  de la perversidad o de la delincuencia para con los padres y tampoco que la excesiva autoridad de los padres violente  los hijos, en  nombre de extemporánea o cruel desvinculación. Padres e hijos son, originalmente, conciencias libres, hijos de Dios empeñados en el mundo a la obra de auto-mejoramiento, rescate de débitos, reajuste, evolución.
- Mercedes Cruz-
 Trabajo extraído del libro “Religión de los Espíritus” de Chico Xavier, de mensajes para la juventud de Emmanuel y de internet. Y de “Vida y Sexo” de Chico Xavier.
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    Instantes previos al aborto

En los instantes previos a la operación de aborto, se ve el feto (en el caso verificado de doce semanas), con movimientos tranquilos, colocando el pulgar en la boca de vez en cuando, totalmente sereno, en ese ambiente de paz, como es el claustro materno.

Al introducir el abortista en el útero el primer elemento metálico buscando la bolsa amniótica, para romperla, el nuevo ser pierde su estado de tranquilidad.
Su corazón se acelera en cuanto intenta movimientos nerviosos, para cambiar de lugar. La bolsa se rompe y se introduce de aspiración. Es notorio que ninguno de los elementos metálicos tocó aún al feto y, mientras tanto, él presiente algo anormal y terrible, próximo a suceder, porque ahora cambia de lugar a un ritmo enloquecido para todos los lados y hacia arriba, en un desesperado intento de escapar. Su ritmo cardiaco se eleva más aún.
Cuando el metal ya está casi tocándolo, encoge todo su cuerpecito hasta el límite superior del útero y su boca se abre desmesuradamente.
Es alcanzado por el aspirador que, desde sus extremidades inferiores lo va succionando, destrozándolo, hasta quedar solamente la cabeza, que no pasa por el conducto de aspiración. Esta es triturada, con una especie de tenaza que va retirando los pedazos de lo que fue un ser humano; aterrorizado, que aún desde tamaña desigualdad de condiciones, hizo lo imposible para no morir, y en el instante final, abriendo la boca al máximo, como en un último intento de expresión humana, aunque desconocida y prematura, sin embargo sin dudas con el instinto de su naturaleza de pedir socorro?
¿A quién?
Del libro: Aborto a la luz del Espiritismo.
                                
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           Detengamos la masacre



aborto







Si ya colaboraste en esta masacre no te preocupes estás a tiempo, hay muchas formas de reparar el mal en este mundo, y el amor cubre la multitud de los errores que cometemos en él. Basta hacer de la ayuda a los demás  y del amor tu bandera.
Un niño abortado escribe a su mamá
Querida mamá: Soy tu hijo. ¿recuerdas?. No he desaparecido, pues Dios me infundió un alma eterna en el momento en que fuí concebido. No ví nunca la luz del día pero vivo para siempre. Sé porqué me mataste. El que debió haber sido mi padre andaba lejos del país. Tu te sentías sola porque el andaba muy ocupado en sus negocios. En su ausencia, surgió otro hombre. De ese romance fuí engendrado yo. Nunca olvidaré los meses que me acunaste en tu vientre, ¡me sentí tan seguro y amado!. ¡Comprendo que no me desearas; pues que pensaría papá a su regreso! Había que blanquear al desliz matando al delator, y ese era YO. Por entonces no supe de las discusiones con tu amante, pues él quería verme nacido y tú no. ¡Qué peleas, hasta que le arrancaste el dinero que costó mi defunción! A todo le ponen precio, hasta el asesinato de un inocente. «¡Que caros son lo abortos!» comentaste.
No justifico tu crimen, pero te perdono. Perdono a papá por haber sido tan irresponsable.  También perdono al que, vestido de blanco, se manchó con mi sangre. ¡Que dolor cuando me punzó con aquella enorme aguja y después me despedazó a sangre fría!.  Se que tú nunca olvidarás el ruido de aquella aspiradora que se tragó mi cuerpecito a pedazos.  Se que te causó un trauma que llevas en silencio tratando de pensar que no fue nada.  Si era algo. Era alguien, era yo, tu hijo. 
Conozco mamá, tus largas noches en vela y tus sobresaltos. Se que luchaste mucho en tu interior sobre tu decisión de abortarme. En el fondo me amabas pero pudo mas en ti el miedo. Sé que me amabas, pues aun sueñas conmigo y más de una vez te haz preguntado, con remordimientos, si soy niña o niño, piensas como sería hoy día y que alegrías te hubiera traído…  
¡Soy niño! Me parezco mas a ti que al seductor con que andabas. ¡como me vas a olvidar, si yo a cada momento pido a Papá Dios que borre esas pesadillas que turban tu descanso y te dan muerte en vida! Por eso, ¡que alegría cuando buscaste al religioso que te inspiró confianza, y te reconciliaste con el señor de la vida! 
Querida mamá, quiero verte feliz. Recuerda los consejos que te dio el sacerdote al despedirte: «¡hija, Dios padre ya ha hecho su obra de amor en ti y a su tiempo iras sanando.
Mientras te estoy escribiendo, tengo a mi lado a mi amigo Antonio. Lo mató su mamá porque ella decía ser demasiado joven para ocuparse con ser madre. Tampoco el recibió nombre alguno de sus padres pero si de Dios quien nos ama infinitamente.  Tengo muchísimos amigos que corrieron la misma suerte.  A Carlitos lo abortaron porque su madre fue violada. El odio y el dolor resultante lo descargaron sobre el pobre inocente. El se pregunta: «¿Por qué si mi mamá no amaba al hombre que la violó, me mato a mi, que la hubiera amado siempre y jamás me hubiera avergonzado de ella?» Aquí en el reino del amor, solo entendemos el lenguaje del amor; por eso, no comprendemos esos «argumentos» acerca del aborto; por mala conformación del feto, por violación, por dificultades económicas de los padres, por no querer más hijos, «que la familia pequeña vive mejor», etc. 
Me cuentan que ni las guerras, ni Hitler con sus cámaras de gas letal han realizado tan brutal y desmedida masacre. Con los abortos se ha privado a la humanidad de brillantes poetas, sacerdotes, médicos, filósofos, músicos, pilotos, estadistas, pintores, arquitectos, santos y santas. A mí todos me dicen que quizá hubiera sido un habilidoso cirujano o un pianista a lo Mozart. Cuando nos reunamos, mami, ¡ya veras que manos tengo! Lo que mas me agrada es cuando me dicen «¡tu mamá tiene que ser muy hermosa!»

No llores mami.  Confía en Dios hasta que nos volvamos a ver.  ¡ah!, se me olvidaba, aunque me consumo por verte, no te des prisa en venir, pues mis hermanos te necesitan. Hazle a ellos lo que nunca pudiste hacerme a mí. Fíjate que cuando bañas a mis hermanitos o lo amamantas, no sé, me entra un poquito de añoranza de todo lo que pudo ser y no fue. Me hubiera gustado ser amamantado con la leche de tus pechos; ser acariciado por esas manos tuyas tan lindas y tan semejantes a las mías, manos de cirujano malogrado.
Quizás te preguntas donde estoy.  No te preocupes, estoy en los «brazos» de Jesús que me amó hasta derramar su sangre por mí, y me dará más oportunidades.  En El todos encontramos la Vida.
Y termino pidiéndote un favor. No para mí, comprenderás, sino para otros niños. ¡no los maten como a mí!, si conoces a una joven que quiera abortar o a un sujeto que monta campañas a favor del aborto o un médico asesino que se burla de Hipócrates, o una enfermera que se presta a ese crimen, extiéndeles el amor de Dios, nuestro Padre.  Entonces recuérdate de nosotros y dile que no mate más.  Que los niños le pertenecen a Dios.  Grítales a todos que tenemos derecho a vivir como ellos, y que aunque nadie nos ame tenemos derecho a vivir y amar.
¡Te espero con la boca aún sin estrenar, rebosante de besos que tengo guardados solamente para ti!
                ( Obtenido de la Revista de la F.e.e nº 15)

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